Iosef
se da a conocer frente a sus hermanos
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“Y
no pudo Iosef contenerse
más ante todos los (Egipcios) que
estaban allí con él y les ordenó que se retiraran.
Entonces no quedó (Egipcio) con él y se dio a conocer a sus
hermanos. Y al hacerlo, lloró con grandes voces y lo supieron los
egipcios y la casa del Faraón. Les dijo Iosef
a sus hermanos: “Yo soy Iosef . ¿Vive aún mi padre?”
Y sus hermanos no atinaron a contestarle, de tan asombrados que
estaban. Y continuó Iosef : “Acercaos, por favor”. Y se
aproximaron. Y subrayó: “Si, yo soy Iosef , vuestro hermano, a
quien vendisteis a Egipto. Pero no os lamentéis ni os arrepintáis,
por haberme vendido a este lugar, por cuanto Dios me envió ante
vosotros, para la preservación de la vida. Hace dos años que
el hambre se adueño de la tierra y todavía faltan cinco años
de esta época en que no se puede cosechar ni sembrar. Y Dios me
envió ante vosotros para prepararos la subsistencia en la tierra y
salvar así vuestras vidas del desastre. Por lo tanto, no fuisteis
vosotros, quienes me enviaron aquí, sino Dios, y púsome por
padre del Faraón y por señor de toda su casa
y por gobernante de toda la tierra de Egipto.
Apresuraos,
y subid hasta donde está mi padre y decidle: “Así dice tu
hijo Iosef : Dios me ha hecho señor de todo Egipto y no demores en
bajar a mi. Y habitarás en la tierra de Gosen (Goshen) y estarás cerca de mi, tú y tus hijos y tus
nietos y tus rebaños y tus vacadas y todo cuanto tienes. Y allí
te sustentaré, por que restan aún cinco años de
hambre, para que tú y tu gente no se empobrezcan”. Y vuestros
ojos ven y también los ojos de mi hermano Benjamín que es mi
propia boca la que os habla. Y contaréis a mi padre toda mi gloria
en Egipto y todo lo que habéis visto y os apresurarás a
traer aquí a mi padre. Y echóse sobre el cuello de su
hermano Benjamín y lloró y también Benjamin lloró
sobre su cuello. Y besó a todos sus hermanos y lloró sobre
ellos, quienes (ya repuestos de su asombro) hablaron con él.
(Génesis
45:1-15)
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Interrogantes
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·
¿Cuántas
veces en el relato, Iehudá se dirige a Iosef
utilizando el término “mi señor”, o se
refiere a sí mismo como “sirviente (siervo)”, frente a
Iosef? Qué importancia tiene esta terminología: ¿Que se
cumple en realidad? ¿El sueño o la esperanza de Iosef?
·
¿Por
qué Iosef expulsa a
sus sirvientes antes de darse a conocer frente a sus
hermanos? ¿Iosef esconde
su vergüenza ante sus sirvientes o les está ahorrando la
situación embarazosa? ¿ Quién debería sentirse en
una situación embarazosa – Iosef
o sus sirvientes?
·
¿La
forma en que Iosef se revela
ante sus hermanos, fue un acto de crueldad? ¿Iosef
debería haber actuado de otra manera? ¿Quién debería
sentirse víctima en semejante situación – Iosef
o sus hermanos? ¿Quién debería sentir miedo?
·
Por
qué Iosef pregunta: ¿”
Vive mi padre aún?” después de haberse presentado a si
mismo? ¿Iosef intenta
justificarse ante sus hermanos o es un mero truco? ¿Iosef
planea algún otro plan?
Después
de todos sus relatos y juicios Iosef
les dice a sus hermanos:
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|
“Pero
no os lamentéis ni os arrepintáis, por
haberme
vendido a este lugar, por cuanto
Dios me envió
ante vosotros .”
·
¿Iosef
reniega de su responsabilidad en su anterior relación con
sus hermanos? ¿Está tratando de apaciguar el sentimiento de
culpabilidad de sus hermanos o el suyo propio?
·
¿Por
qué después de todos estos acontecimientos Iosef es tan generoso con sus hermanos? ¿Por qué
simplemente no los envía de retorno con los alimentos? ¿ Por qué
no fue él, en persona, a visitar su anciano padre? ¿Por qué
se arriesgó a las burlas de los egipcios y puso también en riesgo
a sus hermanos, que eran detestados por los egipcios?
·
¿Iosef
era realmente un Tzadik?
·
¿Que
podemos aprender de este episodio desde el punto de vista del liderazgo?
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Comentarios:
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La
compleja conducta de Iosef frente
a sus hermanos puede ser interpretada desde varias perspectivas
diferentes.
A
continuación ofrecemos tres enfoques que guardan relación
con el tema central del liderazgo:
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Sobre
la Naturaleza del Sueño
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(Basado
en la obra de Adin Steinsaltz, “Imágenes Bíblicas”, capítulo
8, “Iosef the Master of
Dreams”)
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El
elemento “Sueño”
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El
entrañando hilo en la historia de Iosef
y sus hermanos es el sueño de Iosef.
Steinsaltz
comenta: Iosef tuvo la virtud
poco común de observar e interpretar el significado de los sueños
– pero, a diferencia del Profeta, quien
interpreta la realidad, el soñador está en una situación
mucho más delicada e intrincada: El problema del soñador es
la naturaleza pendiente de su visión. La interpretación que
él hace no es algo presente, ni algo que necesariamente deba
realizarse.
Los
grandes soñadores, anota Steinsaltz, frecuentemente se enfrentan
ante el profundo conflicto respecto a la autenticidad de sus visiones.
Iaacov por ejemplo, realiza una asombrosa declaración luego de su
visión en el sueño de “la escalera”: “Si
Dios estuviere conmigo y me guardare en el camino que recorrio, y me diere
pan para comer y ropa para vestir, de modo que yo retorne en paz a la casa
de mi padre, el Eterno, será (Ciertamente) mi Dios.” (Génesis
28: 20-21).
Iosef,
sin embargo, parece tener menos dudas:
él
se convence que su sueño sobre sus hermanos inclinados y
reverenciados ante él es pronóstico futuro. Son estas
visiones las que lo conducen, a sabiendas hacia un futuro desconocido e
incierto.
Sus
sueños permanecen irresueltos durante muchos años. En carácter
de esclavo Iosef pudo tener
pensamientos semejantes a las fantasías. Sin embargo, como
autoridad política podía observar estas visiones como
realidad cierta y verídica. Aunque Iosef
podía haberse dado a conocer a sus hermanos,
utilizó
su auto-dominio – el mismo control ejercido en su relación con
Potifar y su esposa – para permitir la realización de sus sueños
por sí mismos hasta la concreción definitiva y la lógica
conclusión.
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Los
sueños se cumplen:
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Cuando
sus hermanos se postran frente a Iosef, fue como la materialización
incompleta de la visión: Iaacov y Benjamín – el sol y la
luna – aún debian venir e inclinarse frente a él.
En
realidad, Iosef jamás
dejó de ser esclavo, incluso cuando logró una situación
de poder semejante a la del Faraón. La abundancia del poder no logró
perturbar el equilibrio perfecto que existía entre la realidad y el
sueño: Iosef
mismo fue esclavo permanente de sus propios sueños.
Sin
embargo, hay también un proceso de crecimiento. De la irreverencia,
el orgullo y la ignorancia del joven soñador, surge el adulto que
experimenta la visión de sus sueños. Ya no es más el
cumplimiento del deseo sino que es una carga y una responsabilidad, una
acción y un sendero que no pueden ser perturbados.
Ahora
podemos obtener una explicación parcial a nuestras interrogantes:
Cuando Iosef pregunta: ¿”Vive
mi padre”? – qué
está preguntando en realidad?
A través de esta pregunta, Iosef
trata de comprobar y verificar la fidelidad de su sueño. No
existe decepción. Cuando escucha que su padre está vivo
reconoce entonces que su profecía se cumpliría.
Respecto
al sueño en sí mismo, concluye Steinsaltz:
“Como
profecía, el sueño también necesita ser
personificado. Es necesario que alguien lo transforme en realidad y lo
concretice a través de acciones que se adapten a la visión.”
Iosef, consiguientemente, es un instrumento en un plan desplegado del cual
él mismo es dueño.
El
sueño es una creación autónoma; El comportamiento de
Iosef frente a sus hermanos
es una estratagema de la propia visión por que las partes del sueño
se dan a conocer a si mismas hasta formar una estructura coherente y sólida.
El comportamiento neurótico de los hermanos, frente a los
acontecimientos revela por si mismo la envergadura de los remordimientos
que ellos sufrían por lo que habían hecho con Iosef.
Solamente las amenazas de Iosef podrían
haber inducido a una actitud de compasión en los hermanos y
consecuentemente al sufrimiento del arrepentimiento.
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Una
perspectiva mayor
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Una
perspectiva mas amplia: Observando el episodio, desde una perspectiva histórica
más amplia, se registra el cumplimiento de las palabras de Dios
ante Abraham e Isaac: Iaacov
y sus hijos estaban predeterminados a descender a Egipto. Quizás
Iosef estaba consciente de su
potencialidad como instrumento en un propósito de orden mucho más
trascendental: su grandeza se daría a conocer a sí misma a
la luz de una personalidad aparentemente dividida y que estaría
sirviendo a los propósitos de crear las condiciones necesarias para
hacer que estos pronósticos se transformen en realidad.
En
carácter de conclusión, podríamos decir que existen
sueños y sueños; que hay líderes y líderes.
Sin embargo, el desafío verdadero está, no solo en el
reconocimiento de cada uno de ellos, sino que también en
reconocer las relaciones necesarias y apropiadas que existen mutuamente
entre ellos: entre el líder y el sueño.
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Sobre
el
carácter de Iosef
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(Basado
en la obra de Elie Wiesel: “Los mensajeros de Dios”,
capítulo sobre Iosef)
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Sobre
la naturaleza del Tzadik.
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El
Tzadik es aquél que resiste la tentación y no necesariamente
la prueba. [ver Abraham en esta serie]; Las tentaciones son humanas, las
pruebas son divinas.
Iosef
tuvo que superar obstáculos interiores no con el propósito
de acercarse a Dios, si no con el fin de acercarse a sus semejantes – a
sus propios hermanos.
Iosef
tenia buenas razones para repudiar a sus hermanos, para odiarlos y
expulsarlos de su casa y de su memoria pues para él, ellos
representaban una fuente de congoja y maldad.
Era
legítimamente normal que él abandonara su familia, dejara de
amarlos y consecuentemente que pensara en venganza…
A
pesar de que ésta era el impulso primario Iosef rápidamente abandonó pensamientos vengativos:
El no tendría sentimientos revanchistas…
Solamente
un verdadero Tzadik perdona sin olvidar…
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Iosef
siempre fue leal
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A
pesar de que Iosef perdonó,
no
olvidó nada. En verdad,
él
jamás olvidó nada. El recordó a su padre en cada
momento y en cada lugar. Aunque no podría comprender algunas de las
actitudes de su padre y continuara pensando en él.
Y
Iosef siempre recordaba a su
pueblo.
En
lo más alto de su gloria, el faraón le otorgó el
nombre de “Tzofnat Paneaj” –Descifrador de códigos- Sin
embargo el consejero del faraón eligió conservar su nombre
Judío: Iosef. Aún cuando era adorado e idolatrado por la
nobleza Egipcia,
Iosef
se identificaba a si mismo abiertamente con su familia desvalida.
Bajo
una sucesión de máscaras, su lealtad permanecía
intacta.
Encontrándose
en el sendero de la cima, reconoció el momento apropiado para
demostrar su verdadera su fe – su familia, a pesar de ellos; y Dios, a
pesar de sí mismo. Ellos
eran la fuente de su autentica fortaleza.
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Un
hombre compasivo
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Cualquier
hombre de conducta justa respecto a otro hombre o a un grupo de personas,
es justo con todo y con todos. La labor por su pueblo es un bien para la
humanidad toda. Iosef fue
generoso con todos: con su familia, con su pueblo y con los ciudadanos que
le dieron hospitalidad. El fue el primero en saber reconciliar el amor
para con su pueblo, Israel, y el amor para con los otros pueblos… Fue el
primero en saber reconocer lo absurdo y
fútil de oponer el Judaísmo a la universalidad
humana.
Cuando
logró vencer su
amargura y eventualmente transformarla en
inspiración y amor, llegó a ser un hombre feliz,
reconciliado, en paz con su padre, sus hermanos, sus vecinos y todo lo que
estaba en rededor.
El
alcanzó el máximo de logros luego de la muerte de Jacob. Sus
hermanos estaban preocupados: “En el momento en que nuestro padre nos
abandone, Iosef nos abandonará
y cerrará sus cuentas con nosotros”. A lo que Iosef
respondió: Si diez
velas no lograron apagar una vela solitaria, como podría una vela
extinguir diez?
“
Sí,
Iosef perdonó,
pero
no había olvidado nada.
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Realizando
una elección.
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En
Iosef existía una
dualidad que influyó en todos sus actos y sus elecciones y lo
transformaron finalmente en una persona autentica. El vivió en dos
de mundos simultáneamente, escogiendo frecuentemente entre
sentimientos contradictorios. Tuvo que escoger y decidir quien sería.
Tuvo que escoger entre luchar y triunfar.
Iosef
no nació siendo un Tzadik, ni tampoco tuvo una infancia o
una educación de Tzadik. Y
por que entonces su triunfo nos excita tanto?
Pregunta Elie Wiesel.
En
suma ¿qué significa todo esto?
Significa
que el Tzadik no nace Tzadik; pero llegando a ser Tzadik, tiene que
trabajar y esforzarse de sobremanera para permanecer siéndolo. Un líder
no nace líder; pero llegando a ser líder tiene que
sacrificarse para merecer tamaña responsabilidad.
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La
conducta de Iosef frente a
sus Hermanos
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Iosef
– un hombre práctico
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Basado
en los comentarios de Shimshón Raphael Hirsch y Nechama Leibowitz.
(Adaptado de: La Torá: Comentarios para Nuestra Época)
Hirsch
comenta que la actitud de Iosef era
desinteresada y lejos de la revancha. El puso sus hermanos a prueba a fin
de determinar dos cosas importantes:
Quería
saber si los hermanos harían con Benjamín lo que habían
hecho con el mismo. En tal caso, no podría ni perdonar ni confiar
en ellos.
Necesitaba
saber como reaccionarían sus hermanos, frente a quien ostentaba el
poder en Egipto y si, luego de darse a conocer como hermano. esta relación
sería distinta ¿ Ellos serian leales? ¿Lo amarían?
El
trato de Iosef para con sus
hermanos era inevitable. Era necesario esconder su identidad; acusar a sus
hermanos de ser espías; forzarlos a volver con Benjamín;
esconder su copa en el morral de Benjamin con el objeto de mantenerlo como
rehén. Iosef debía
proteger a su familia y a los suyos. Necesitaba obtener garantías
que le permitieran devolver su confianza y seguridad en sus hermanos y que
ellos no pretendían destruirlo una vez más. Era necesario
ponerlos a prueba. Iosef actuó
mas por actitud de sospecha y curiosidad que por revanchismo.
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Comentarios
de Nechama Leibowitz, investigadora de la Biblia:
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Determinismo,
el camino hacia la conciliación
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En
última instancia, Iosef permitió
la reconciliación ofreciendo una nueva explicación para lo
qué había sucedido entre sus hermanos. No era sus hermanos,
sino Dios, quien había predeterminado todos los sucesos. Dios había
triunfado sobre la maldad. Observar los acontecimientos desde esta
perspectiva ayudó a todos a superar las hostilidades, los
sentimientos de culpabilidad, y a vencer los obstáculos de las
emociones.
Iosef,
pidió a todos los asistentes retirarse de la sala para que él
pudiera tener una conversación frente a frente con sus hermanos.
Hacer las paces,
requería
honestidad: no era una situación de justificar el comportamiento de
nadie- los acontecimientos podían haber resultado de otra manera.
Ellos tuvieron que hablar, con honestidad y coraje, al margen de las
diferencias y la hostilidad. Era necesario liberarse del enfado y lograr
con ello un nivel de comprensión y de diálogo mucho mas allá
de lo cotidiano. Una verdadera terapia, si así se desea.
“Yo
soy vuestro hermano Iosef .”
Esta frase calmó a los aterrorizados hermanos. Iosef
enfatizó la palabra “hermano” para hacerlos
entender que el sentimiento, la pertenencia y la obligación de
familia fueron la que lo hizo ser honesto y perdonarlos.
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Un
hombre piadoso
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Para
algunos, la manera más simple de explicar el comportamiento de
Iosef frente a sus hermanos
era que él no era ni demasiado bondadoso ni compasivo; tampoco era
demasiado severo ni desconsiderado; ni siquiera demasiado
ciego
a la maldad de sus hermanos:
Él
era simplemente un hombre piadoso y dispuesto a poner en práctica
uno de los principios básicos y más nobles del Judaísmo
– la capacidad de perdón. El simplemente estaba dispuesto a
perdonar a sus hermanos por el dolor que le ocasionaron.
Cualquiera
sea la perspectiva de interpretación de la conducta de Iosef, hay
muchas lecciones para ser aprendidas sobre las dificultades de
reconciliación presentadas en este episodio. En el difícil y
largo sendero del liderazgo judío existen innumerables barreras que
pueden y deben ser superadas para lograr una comunidad de individuos que
actúen conjuntamente por sobre las diferencias conforme el espíritu
y la esencia del judaísmo.
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