Preguntas de Abarbanel sobre la Parashá

COMENTARIOS DE ABARBANEL A LA TORÁ

Fuente: Wikicommons

El hecho de que Abarbanel combinaba su trabajo (principalmente en el área financiera y política) con sus estudios y escritos, lo llevó a crear un comentario tan real y con “los pies sobre la tierra” que en varias ocasiones se adelantaba a su época.

Los comentarios de Abarbanel se basan en las respuestas que él intenta dar a distintas dificultades o preguntas que surgen en base a lo que la Tora nos transmite.

INTRODUCCIÓN
          

Este libro es producto de publicaciones que aparecieron quincenalmente en el periódico KOL RAMAT del Centro comunitario RAMAT SHALOM en la ciudad de México, durante los años 2000 al 2003.

 

De las múltiples preguntas que se encuentran en el comentario de Abarbanel a la Torá, se tomó una o dos por cada parashá, la selección no fue aleatoria sino se trató de escoger alguna que reflejara interés especial; ya sea por su dificultad, innovación o las enseñanzas actuales que pudiera transmitir.

 

No se trata de una simple traducción literal de su comentario ya que la construcción de su libro es bastante diferente.  Abarbanel expone primeramente todas sus preguntas, o en ocasiones en dos o tres bloques por parashá, y posteriormente comienza a responderlas; y aunque en la mayoría de los casos nos avisa cuando hubo contestado una pregunta (o varias), en otros la respuesta completa se encuentra en otra sección.

 

Además de lo anterior se adicionaron al final algunas líneas de aprendizaje actual o aplicación práctica tratando de esta forma de hacer la publicación más cálida y cercana al lector.

 

¿Y … Porqué Abarbanel?

 

Efectivamente, al haber tantos exegetas que comentan la Torá, ¿Qué es lo que tiene de especial?.

 

Como podemos apreciar en su biografía, este gran sabio no se limitó a trascender por su aportación literaria, sino que su carácter de líder comunitario y sus habilidades financieras y políticas, lo llevaron a vivir una vida completa en todos sentidos.  Su mismo entorno no le permitió encerrarse en un cuarto de estudio, toda su vida fue dedicada al servicio colectivo, su astucia e inteligencia tenía que ser aprovechada al máximo, en tiempos donde nadie se podía dar el lujo de ver para sí mismo.

 

Esta vida  tan agitada y entregada, lo llevó a crear una obra práctica, que le habla y conforta el corazón del pueblo, desde el más humilde y sencillo al más culto y elevado.  El tenía que llevar la Torá y “venderla” a la gente que  seguramente dudaba si en esos momentos era el tiempo de “comprar” una mercancía no muy popular en el mercado tan agresivamente antisemita de la España medieval.

 

Hoy en día vivimos algo similar en cierto sentido, a pesar de que nuestra vida como judíos es tranquila y libre de toda opresión religiosa, nuestros intereses se han alejado del judaísmo y sus enseñanzas; al grado de escoger muchas veces “comprar”  otras doctrinas o simplemente dejarse deslumbrar por un mundo cada vez más apegado a los valores materiales.  Definitivamente la Torá no es un producto fácil de “vender” en estas épocas.

 

D-s quiera que estas enseñanzas, expuestas de una forma atractiva y cercana al público en general cumplan su cometido y prendan aunque sea una pequeña chispa de interés por un libro que, aunque escrito hace miles de años, nos habla en nuestro idioma e interesa aquí, ahora y siempre.

 

Dedico esta obra a mi esposa e hijos, los cuales son mi fuente constante de inspiración y el motor de mis inquietudes; el tiempo que me llevó esta empresa, les pertenece a ellos y por ende este libro, es también suyo.

 

Finalmente el agradecimiento total al Todopoderoso por todas las bondades y bendiciones que me ha brindado, dándome la oportunidad de difundir  y engrandecer Su Sagrada Torá.

 

“Sheejeyanu Vekiimanu Vehiguianu lazman Hazé”

 

Abraham Renner

NISAN 5764

 

 

ESTILO

COMENTARIOS DE ABARBANEL A LA TORÁ

                                  Su estilo

                             ESTILO EXEGÉTICO 

 

El comentario de Abarbanel a la Torá se basa en realizar preguntas primero, ya sea de una parte de la parashá o toda y luego las va contestando poco a poco.  Muchas veces expone una respuesta para cada pregunta, sin embargo la mayoría de las veces responde en bloque a varios cuestionamientos.  Es muy común también encontrar la respuesta completa solamente al revisar la exposición general del relato o a veces aún, en otra parashá que contenga un tema relacionado; un ejemplo de esto lo vemos en la parashá de Shminí (Levítico 11) donde el tema de los alimentos prohibidos se completa y complementa en la parashá de Reé (Deut. 14).

 

La finalidad principal de Abarbanel es aclarar el sentido literal de la Torá, constantemente trata de alejarse del Midrash o relatos alegóricos para entender algún texto; critica duramente a los comentaristas que lo utilizan para facilitar o descifrar versículos complicados.  Con el fin de ilustrar este caso tenemos la historia de la torre de babel (Gen. 11) donde las respuestas clásicas  y más conocidas del por qué quisieron construir la torre, están basadas en el famoso Midrash que explica que querían “subir” hacia D-s para desafiarlo”.  El autor, sin embargo elige una vía basada más en la lógica y apegada al contexto histórico.

 

Trata los relatos en forma realista y humana, poniéndose en los mismos “zapatos” de los personajes, entendiendo su psicología, aspiraciones, miedos, instintos, etc.  Expone a los protagonistas en forma lógica y creíble, alejándose de las fantasías y “cuentos de hadas”.   Como ejemplo, en la parashá de Lej Lejá, describe a un Abram más humano y cercano a nosotros (Gén. 12). 

 

Sin embargo, Abarbanel no se limita al entendimiento básico del texto sino que no duda en abordar temas filosóficos profundos como el libre albedrío del Faraón al D-s haberle endurecido el corazón (ver parashat Vaerá Éxodo 7) o el mismo sentido de la vida y la muerte expuesto tan claramente en la parashá de Emor (Levítico 21).

 

A pesar de haber vivido varios siglos después de los comentaristas “primarios” (Rishonim), no puede evitar el discutir y discrepar con ellos, enfrentándose ocasionalmente con el mismo Rashi, Rambam, Ramban, Ibn Ezra, etc..   Normalmente cita sus palabras y posteriormente refuta uno a uno. Esto aparece claramente en la parashá de Jukat (Números 29) donde se trata el tema del castigo a Moshé y Aharón por el asunto del agua de la piedra. En este último caso, presenta una idea totalmente nueva (jidush) y revolucionaria que nadie antes la había contemplado.

 

A diferencia de Rashi y otros comentaristas rechaza generalmente la idea de que “no hay antes ni después en la Torá”, él sostiene, que si este orden fue escogido, seguramente tiene su razón de ser; lucha constantemente por mantener la secuencia tal cual y que sea entendida así. Ver ejemplo en Parashat Matot (Números 30).

 

Siendo el RAMBAM (Maimónides) su principal influencia, en ocasiones defiende sus posturas ante los ataques del RAMBAN (Najmánides); dado que el primero no vivió para contestarle, Abarbanel toma el papel de abogado y refuerza tesis tan fundamentales como el tema de los sacrificios en Parashat Vaikrá (Levítico 1).  Esto, sin embargo, no le quita la libertad de discutir aún con su “Rav Hamoré” (Rabino y Maestro -refiriéndose al RAMBAM) y en muchas ocasiones pone en tela de juicio sus comentarios.  Por ejemplo el tema del año sabático (Shmitá) en la parashá de Behar (Levítico 25) o el de los alimentos prohibidos en la parashá de Shminí (Levítico 11).

 

Como varios de sus antecesores, maneja la numerología dándole significado a varias cifras mencionadas en la Torá, por ejemplo el número 40 en la Parashá de Mishpatim (Éxodo 24), o el 7 de la fiesta de Sucot (Levítico 23).  De igual forma utiliza el simbolismo para comprender a fondo algunos relatos como el de los utensilios del Mishkán (Tabernáculo) en Parashat Truma (Éxodo 25), y también  la metáfora en la Parashá de Haazinu (Deut. 32).

 

Así como se ha establecido en la exégesis bíblica clásica, en el texto cada palabra es valiosa, no hay ninguna frase que falte o sobre, es por esto que Abarbanel trata siempre de explicar algún relato redundante o versículo aparentemente innecesario como el de los “urim betumim” (Pectoral) en la Parashá de Teztavé (Éxodo 28), y aun párrafos completos supuestamente duplicados como el de las ofrendas de los príncipes en Parashat Naso (Números 7).  De esta forma, no nada más resuelve el problema de la redundancia, sino le extrae además una enseñanza fresca e innovadora.

 

Se ocupa también del “Dikduk” (sintaxis hebrea) y sus distintas formas gramaticales con el fin de aclarar o aún darle una connotación distinta a un relato, por ejemplo en la Parashá de Shemot (Éxodo 1), al tratar el tema de las “Meyaldot” (parteras), resuelve difíciles cuestionamientos utilizando esta técnica.

 

El hecho de que Abarbanel combinaba su trabajo (principalmente en el área financiera y política) con sus estudios y escritos, lo llevó a crear un comentario tan real y con “los pies sobre la tierra” que en varias ocasiones se adelantaba a su época; por ejemplo en la Parashá de Shoftim (Deut. 17), al analizar el precepto del Rey, pone en tela de juicio la misma monarquía como forma de gobierno criticando fuertemente el absolutismo tanto para el mundo gentil como para el pueblo judío. En este mismo análisis expone las bases fundamentales de la democracia moderna poniendo algunos ejemplos prácticos de su época.

 

Esta combinación de sabio y estratega lo lleva también a aclarar y dar nueva luz a varios preceptos, como el de los préstamos con interés en la parashá de  Ki Tetzé (Deut. 23), que muchas veces fue malinterpretado y aún utilizado como argumento o pretexto para el antisemitismo.

 

Como se puede entender claramente al leer su biografía, la época tan turbulenta y difícil que vivió Don Isaac Abarbanel, influyó mucho en el contenido y la tendencia de su obra; todo ese sufrimiento que pasaron él, su familia y todo el pueblo judío se ve plasmado a lo largo de sus escritos.  Sin embargo no necesariamente en sentido depresivo sino en tantas ocasiones en forma optimista y esperanzadora; vale la pena ver por ejemplo en la parashá de Masei (Números 33), como compara todas esas largas y difíciles travesías del pueblo de Israel por el desierto, con esta “larga noche que llevamos vagando por el desierto de los pueblos”, pero que finalmente veremos “la luz al final del túnel” en los tiempos por venir… prontamente en nuestros días. 

APENDICE
1. Rashi 2. Rabí Yehudá Halevi 3.Ibn Ezra
4. Rambam 5. Ramban 6. Ralbag

 COMENTARIOS DE ABARBANEL A LA TORÁ

                                  Apéndice

                       1. Rashi              2. Rabi Yehuda Halevi                        3. Ibn Ezra
                    4. Rambam                      5. Ramban                         6. Ralbag

                                         Comentaristas citados por Abarbanel

 

RASHI  (Rabí Shlomo Ben Itzjak)

n. Troyes, Francia, 1040

m. Troyes, Francia, 1105

 

Se le considera el padre de los comentaristas. Inició sus estudios talmúdicos en su nativa Troyes y continuó posteriormente en las ciudades de Mainz y Worms que eran los centros judaicos más importantes de la época.  Sus maestros más importantes fueron R´ Yaacov ben Yakar, R´Yitzjak Halevi y R´ Yitzjak ben Yehuda los cuales eran alumnos del gran R´ Gershom Meor Hagola.

 

Su obra más famosa es el comentario a la Torá y a la mayoría del Talmud; su gran lucidez y capacidad sintética hicieron que sea siempre la explicación por excelencia.  Su estilo básicamente es dar el significado simple de la palabra o del versículo y a su vez la interpretación hagádica extraída del Talmud o del Midrash.

 

Probablemente el mayor signo de importancia radica en que se han escrito más de 200 libros sobre sus explicaciones y además sirve como punto de partida para los comentarios del RAMBAN y R´ Bajya.

 

 

Rabí Yehudá Haleví

n. Tudela, España, 1080

m. Éretz Israel, 1145

 

Poeta y Filósofo.

Discípulo de Rabi Itzjak Alfasi y del RI Migash.  Además de Talmud, se especializó en literatura hebrea y arábica; estudió también ciencia y medicina, de lo cual obtuvo su sustento.

 

Entre su trabajo poético se encuentran cánticos de Shabat y lamentaciones para Tishá Beav, de las más famosas es sin duda “Tzión Halo Tishali”.

 

Sin embargo, su mayor contribución al judaísmo es su libro “El Kuzarí”, un trabajo filosófico contando la historia del rey de Kuzar, el cual tuvo la inquietud de encontrar la religión verdadera; fue inicialmente con los filósofos, luego los cristianos, los musulmanes y finalmente con el sabio judío.  Con este último se lleva a cabo un diálogo en forma de preguntas y respuestas, exponiendo de esta manera los aspectos básicos del judaísmo.  A final de cuentas se cuenta que este rey se convierte.

 

Entre los temas más famosos del libro se encuentran: la interpretación del pecado del becerro de oro en forma de defensa al pueblo de Israel, la búsqueda de la verdad absoluta por medio de la tradición y no por mera especulación y el gran aprecio por la tierra de Israel recalcando su importancia y elevación.  Esta última idea la llevó a la práctica al final de sus días realizando en carne propia su ideal y viajando con grandes dificultades a Eretz Israel; la tradición cuenta que al llegar a Jerusalem y besar la tierra, un jinete árabe lo asesinó en el lugar.

 

 

IBN EZRA   (Rabí Abraham Ibn Ezra)

n. Tudela, España, 1089

m. 1164

 

Comentador bíblico y poeta.

Vivió su infancia principalmente en la ciudad de Córdova donde recibió su formación en Torá, a la vez que en Filosofía, Matemáticas, astrología y gramática hebrea. A pesar de sus grandes capacidades intelectuales, nunca pudo prosperar económicamente y vivió en gran pobreza.  Su vida en general fue muy tormentosa y tuvo que emigrar constantemente.

 

Existen algunas referencias que afirman que se casó con la hija de Rabí Yehudá Haleví, con el cual sostenía una cercana amistad.

 

Su interpretación a la Torá meramente sigue el sentido literal del texto, sin incluir referencias Hagádicas.  Trata siempre de aferrarse a la tradición talmúdica y no duda en criticar fuertemente a aquellos que se desvían del camino tradicional, en especial a los comentadores Karaitas.

 

Dada su gran popularidad como exégeta, existen más de cincuenta comentarios sobre su obra.  Escribió también muchos poemas, muchos de los cuales se encuentran en los cánticos Sabáticos.

 

 

RAMBAM  (Rabi Moshé Ben Maimón)

n. Córdoba, España, 1135

m. Cairo, Egipto, 1204

 

Halajista, Comentador y Filósofo.

 

Su primer maestro fue su padre R´ Maimón, discípulo a su vez de Rabí Yosef Haleví Migash.  A pesar de sus constantes migraciones, producto de la falta de libertad religiosa tanto en España como en Marruecos, a la edad de 23 años comenzó a escribir su famoso comentario a la Mishná; le tardó siete años concluirlo.  Se estableció finalmente en Egipto.

 

Dada la temprana muerte de su hermano David, el cual lo apoyaba económicamente, tuvo la necesidad de practicar la medicina como medio de sustento; su reputación creció a tal grado de convertirse en el médico de la corte del Sultán Saladino.

 

Alrededor del año 1170 comenzó su obra monumental “Mishné Torá” la cual es un compendio halájico derivado del Talmud y el trabajo de los Gueonim.  Consta de 14 libros (por eso fue llamado Yad Hajazaká – en Gematria Yad=14).  Le tardó alrededor de 10 años terminarlo y a pesar de muchas críticas, se convirtió en el pilar de la Halajá.  Más de 325 comentarios fueron escritos sobre este trabajo.

 

Su obra filosófica más importante es el Moré Nevujim (La guía de los perplejos), cuyo objetivo principal fue explicar a personas que, habiendo estudiado filosofía, encontraban contradicciones en los textos judaicos;  en general aclara variados temas y aclara muchas mal-interpretaciones del texto como por ejemplo los múltiples antropomorfismos que se utilizan en la Torá como “la mano de D-s” o “los ojos de D-s” etc.

 

En general, su línea de pensamiento es siempre racional y sostiene que cualquier persona intelectualmente apta puede entender todos los conceptos expresados en la Torá.

 

Su reputación e importancia fueron tan grandes que el texto escrito en su tumba es ampliamente conocido: “Desde Moshé (Moisés) hasta Moshé (RAMBAM) no se ha levantado otro como Moshé”.

 

 

 

RAMBAN  (Rabí Moshé Ben Najmán)

n. Gerona, España, 1194

m. Israel, 1270

 

Talmudista, Cabalista y Maestro.

 

Fue alumno de R´Yehudá ben Yakar y R´Natán ben Meir.  Su formación cabalista la obtuvo de R´Ezra y R´Azriel de Gerona.   Estudió  también medicina ejerciendo ésta como profesión.

 

La mayor parte de su vida la vivió en su natal Gerona diseminando sus conocimientos entre sus múltiples alumnos; era reconocido como autoridad Halájica en todo el territorio Español y sus decisiones respetadas en muchos otros países.

 

Su principal obra es el comentario a la Torá en donde no solamente explica los versículos sino también analiza distintos temas intercalando interpretaciones hagádicas y cabalistas. Confronta frecuentemente a otros comentaristas como Ibn Ezra y Rambam criticando su estilo sobre-racional de explicar los textos; su tendencia es más bien mística y profunda. Con frecuencia discute también el comentario de Rashi.

 

A los 72 años decide establecerse en Israel, donde las condiciones de vida eran extremadamente difíciles, sin embargo su liderazgo ayudó a que esa comunidad reviviera.

 

 

 

RALBAG (Rabi Levi Ben Gershón)

n. Bagnols, Provence, 1288

m.  Francia, 1344

 

Comentador bíblico, Talmudista, Filósofo y Astrónomo

Su principal obra fue el comentario al Pentateuco, el cual sigue el significado literal del texto complementando posteriormente con ideas filosóficas y máximas morales contenidas en cada sección.

 

Su rígido Aristotelismo lo llevó a racionalizar muchos de los milagros de la Biblia, lo cual provocó que muchos contemporáneos y sabios posteriores lo criticaran agudamente, alegando una desviación del verdadero espíritu del judaísmo.  A pesar de sus críticas en el ámbito filosófico, se ha reconocido a Rabí Levi como un gran erudito en el Talmud y en la observancia de los mandamientos.

 

Sus trabajos en Astronomía fueron reconocidos por el mundo gentil, a la vez de practicar también la medicina.

 

 

Bibl.:  THE RISHONIM, Hersh Goldwurm, Mesorah Publications Ltd., 2001

 

BIOGRAFIA


COMENTARIOS DE ABARBANEL A LA TORÁ

                                  Biografía

DON ISAAC ABARBANEL

(También Abravanel y Abrabanel)

 

Hombre de Estado, filósofo, comentador de la Biblia.  Nació en Lisboa en 1437; murió en Venecia en 1508.  Como su padre, entró al servicio del rey de Portugal, siendo ministro de Hacienda de Alfonso V.  Después de la muerte de ese rey liberal y justo, fue acusado de haber participado en una conjura con el duque de Braganza y al ser decapitado éste, huyó a Toledo, España, a donde llegó con sus dos hijos (1483).  Juan II confiscó sus bienes. 

 

Sin fortuna, Abarbanel obtuvo un empleo del banquero Senior  y además, se dedicó al estudio.  Como la mayoría de los hijos de las principales familias judías portuguesas, Abarbanel había recibido una educación esmerada.  Su familia era una de las principales y pretendía descender del rey David.  El genio político de Abarbanel le ayudó a ver la Biblia desde un punto de vista realista y en relación con la época de redacción de sus diferentes libros; de ese modo elucidó en forma moderna y científica los libros de Samuel y de los Reyes.  Escribió también obras apologéticas.  La autodefensa espiritual era uno de los rasgos característicos de la literatura judía de la época.

 

Su talento financiero no tardó en ser reconocido también en España y en 1484 le vemos desempeñando la función de Ministro de Hacienda de los Reyes Católicos.  Con su amigo y antiguo jefe Senior, ayudó a reorganizar las finanzas del reino y a conseguir medios para las guerras de Fernando e Isabel contra los moros.  Gracias a su genio financiero hallábase en posición influyente en la misma corte donde dominaba el sanguinario Torquemada.  Abarbanel, que contribuyó a la victoria de los Reyes Católicos, no logró evitar la expulsión de los judíos en 1492 y aunque personalmente obtuvo autorización para quedarse en el país, volvió a emprender el camino del exilio junto con sus correligionarios.

 

Refugiado en Nápoles, fue empleado por el joven rey Fernando y su sucesor Alfonso II, pero cuando la ciudad fue capturada en 1495 por Carlos de Francia, tuvo que huir otra vez y buscar refugio primero en Mesina, luego en la isla de Corfú.  De ahí regresó a Monopoli en la costa de Apulia en 1496.  En 1503 fue a Venecia para estar al lado de su hijo José y volvió a desempeñar importantes funciones de Estado.  El Dux le encargó la redacción del tratado comercial con Portugal.

Abarbanel vivió en tiempos agitados.  Las frecuentes expulsiones de judíos y las desgracias que iban abatiéndose sobre ellos afirmaron en él cierto misticismo y una firme creencia en la liberación del pueblo judío por el Mesías.  Ese aspecto de su naturaleza se revela sobre todo en sus comentarios al libro de Daniel “Mayané Hayeshuá”, “Yeshuot Meshijó” y “Mashmia Yeshuá”.

 

 

Bibl.:  Enciclopedia Judaica Castellana Tomo I págs., 53,54.  México, D.F. 1948.

 

BERESHIT
                   Bereshit                       Nóaj                    Lej-Lejá                     Vayerá
                 Hayei-Sará                     Toldot                     Vayetzé                    Vaishláj
                  Vayeshev                    Vaigásh                     Miketz                      Vayejí

BERESHIT – GENESIS

 

PARASHAT BERESHIT

 

1   “Entonces dijo D-s: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.”

(Génesis 1, 26)

 

Pregunta:¿Por qué al describir la creación del hombre se expresa D-s en plural: “Hagamos”? ¿Acaso implica esto la posibilidad de que exista más de Un Creador? 

 

 

Respuesta:

La explicación más popular y simple a esta difícil pregunta la expone RASHI en su comentario al versículo citado: “No se abstuvo la Torá de enseñarnos una lección de humildad y comportamiento, ya que D-s mismo en su creación máxima no atribuye Su obra a sólo El mismo sino que tomó consejo de Su corte celestial”.   Esto quiere decir que aún cuando se oiga raro el “HAGAMOS”, la Torá quiere enseñarnos que uno no debe ensalzarse ni atribuirse a sí mismo sus actos sino siempre  hablar en plural.

 

Esta idea sin embargo no deja satisfechos a muchos ya que ¿por qué especialmente en este versículo tan comprometedor como es el de la creación del hombre, tiene que incluirse una lección de moral y ética?. La lección podría fácilmente haber sido expuesta posteriormente en los libros de Levítico o de Números, sin enfrentar estos cuestionamientos tan fundamentales.

 

Es por esto que Abarbanel en su respuesta cita la opinión de R. Yosef  Kimhi el cual vivió un tiempo antes que él.  Tal es el impacto de esta innovadora explicación que también el RAMBAN y el RALBAG la traen en su comentario:

 

“Al expresarse D-s en plural le está hablando a la Tierra ya que ésta misma, al ser creada,  fue dotada del potencial de crear a su vez”.  Esta idea se respalda en el propio texto de la Torá (Gen. 1,24) “Luego dijo D-s: Produzca la tierra seres vivientes según su género…”, y también del versículo 20: “Produzcan las aguas seres vivientes…”.

 

Apoyando esta opinión, el RAMBAN comenta que existen dos tipos de creaciones: la “ex-nihilo” que significa crear algo de la nada (yesh meain), para la cual se usa la palabra hebrea BARA.  Por otro lado existe la palabra YATZAR, aparentemente sinónimo de la primera, pero que significa, en realidad, creación a partir de algo ya creado.  Según este autor, D-s solamente creó “ex-nihilo” el primer día  de la creación y todos los demás días son realmente creaciones de tipo YATZAR (excepto el quinto día, cuando aparece la vida animal y el sexto día cuando aparece el hombre).

 

Habiendo expuesto esta idea comprobamos que efectivamente la tierra tiene un potencial creativo que fue aprovechado para la formación corporal del hombre, como expone el versículo: “D-s formó al hombre del polvo de la tierra” (ibid 2,7).  Sin embargo, hay una diferencia entre el hombre y el animal, consistente en que para la creación del primero agregó D-s un elemento adicional: “Sopló en su nariz aliento de vida” (ibid).  Este espíritu divino es realmente creación de tipo BARA y fue especialmente hecha para el hombre.

 

Con esto podemos ahora concluir que “HAGAMOS” en plural, resulta básico para entender la esencia misma del hombre. Parte de él es materia pura derivada de los ingredientes que aportó la tierra, pero otra parte está formada de un Espíritu Divino de procedencia muy elevada.  Así entonces este hombre dual, con constantes conflictos y debates internos entre el cuerpo y el alma es derivado directo de esta “sociedad” formada entre D-s y la tierra desde los anales de la historia.  En nosotros queda la conciliación entre estas dos fuerzas y encontrar el justo medio para llegar a la total plenitud y propósito de esta especial creación.


 

PARASHAT NÓAJ

 

·  “Y era toda la tierra de una sola lengua y de iguales palabras.  Y ocurrió, cuando venían desde el oriente, que hallaron un profundo valle en la tierra de Sinar y allí se afincaron…  Y dijeron: ´Edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúpula llegue al cielo y nos haga famosos, para que no seamos dispersos sobre la faz de la tierra ´.  Y  bajó el Eterno a ver la ciudad y la torre que habían construido los hijos del hombre.  Y dijo el Eterno… bajemos entonces y confundamos su lengua, para que no puedan entenderse más entre sí.  De tal modo el Eterno los dispersó allí sobre la faz de la tierra y ellos cesaron de edificar la ciudad”

 (Génesis 11,1-9)

 

 

Pregunta:  ¿Cuál realmente fue el pecado de los hombres que querían construir la famosa Torre de Babel? ¿Acaso el simple hecho de querer edificarla los hizo merecedores de tal castigo? Y ¿qué tipo de castigo es éste en el que se confunden las lenguas?, ¿Por qué D-s habla aquí en plural (Bajemos, confundamos)?

 

Respuesta:

Variadas son las opiniones de los distintos comentaristas acerca del pecado cometido por esta gente:

 

Una idea habla de que realmente querían subir al cielo y desafiar a D-s; sin embargo Abarbanel rechaza tajantemente esta razón ya que, ¡cómo es posible que toda la gente se convenciera de tal tontería!, tomando en cuenta que entre ellos se encontraba el mismo Nóaj, Shem, Ever y hasta Abraham; gente sabia y con tanta fe en el Creador.

 

Otra opinión habla de que la intención de construir la torre era para salvarse de un posible segundo diluvio, pero nuevamente al considerar que Nóaj se encontraba entre ellos, debían saber que D-s mismo juró que no volvería a mandar otro diluvio sobre la tierra; el arco iris era señal fehaciente del compromiso divino.  Además, de ser así, no hubieran construido la torre en un valle, sino en una colina o una alta montaña, para contar con una mayor altura inicial.

 

La tesis de Abarbanel es que el pecado de esta generación es una continuación del pecado original de Adám, que a su vez continuaron Caín y las generaciones que le siguieron: el hecho de no conformarse con las bondades que el Creador otorgó en un principio sino dejarse llevar por las tentaciones del mundo material.  Como es sabido, Caín era agricultor, que en hebreo se le llama “Oved Adamá”, lo cual también se puede traducir como trabajar para la tierra (o esclavo de la tierra, “Eved”), que habla de enfocar todo el esfuerzo hacia un fin meramente material y mundano.  A diferencia, Abel igual que Abraham, Isaac, Jacob, Moisés y David entre otros, fueron pastores; oficio que se relaciona más con la contemplación y espiritualidad.  En el caso de Nóaj, aún cuando fue también agricultor, en hebreo fue llamado “Ish Haadamá”, que se traduce como Hombre de la tierra, alguien que domina y está por encima del mundo terrenal.

 

La filosofía de Caín y sus sucesores los llevaron necesariamente a una vida de acumulación de riqueza y bienes materiales, proclive a la ambición desmesurada, a la envidia y finalmente al odio entre las personas.  La consecuencia directa de esto fue el diluvio sobre la tierra.  Al D-s observar como la generación post-diluviana se encaminaba de nuevo a ese final, construyendo una torre como mero símbolo de poder y supremacía, decidió aplicar “medicina preventiva”, confundiendo sus lenguas e impidiendo la terminación de esta vanidosa obra.

Es interesante notar que así como Adam fue corrido del paraíso “Gan Eden”, Caín fue también expulsado de su lugar para vagar por el mundo; al parecer, el mismo tipo de castigo es aplicado ahora nuevamente, “diferenciándolos y esparciéndolos sobre la faz de la tierra”.

 

Con respecto al lenguaje en plural “Bajemos, confundamos” el autor explica lo siguiente:

 

Originalmente la providencia y contacto de D-s con sus criaturas se daba en una forma directa y sin ningún intermediario; al ser esto un gran privilegio,  implica también una gran responsabilidad, porque el contacto directo hace que el juicio Divino se ejerza de una manera más rígida e inmediata.

 

Como el hombre fue degradándose poco a poco e identificándose más con el mundo material, D-s delegó la supervisión sobre ellos a los ministros celestiales.  Ahora, el Todopoderoso desciende hasta ellos a través de todos estos intermediarios, que se encargarían en lo sucesivo, cada uno de un pueblo y una lengua distinta.  Quedó solamente un grupo de personas del linaje de Shem y Ever que se continuó con Abraham hasta la formación del pueblo de Israel, que mantuvo ese contacto estrecho con D-s sin intermediario ni ministro celestial alguno.

 

Es pues responsabilidad nuestra el continuar ese digno aunque difícil camino y no ser llamados “Ovdei Adamá” sino “Anshei Adamá”, hombres que sabemos utilizar y elevar el mundo material hacia dimensiones espirituales.

 


 

PARASHAT LEJ-LEJÁ

 

   “Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá…  Y aconteció que cuando estaba por entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean los egipcios dirán: Ella es su mujer… y me matarán, y a ti te dejarán con vida.  Ahora pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya y viva mi alma…  Y aconteció que cuando entró Abram a Egipto, los egipcios vieron que la mujer era hermosa en gran manera… y la alabaron delante de él y fue llevada la mujer a casa del Faraón.  E hizo bien a Abram por causa de ella, y él tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos…  Mas D-s hirió  al Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram.

(Génesis 12, 10-20)

 

 Preguntas: ¿Por qué Abram, justo después de cumplir la ordenanza de D-s de emigrar a la Tierra de Canaán, opta por irse de ahí a Egipto?  ¿No tendría que haber confiado en D-s y quedarse ahí a pesar del hambre?, ¿Por qué Abram hizo pasar a su esposa como su hermana?, ¿Cómo es que prefirió ofrecer a su esposa a otros con tal de salvar su vida y tener bienes materiales?, ¡Quién podría aguantar tal vergüenza!

 Respuesta:

Ya el comentarista RAMBAN critica al patriarca por el hecho de no haber confiado en la palabra de D-s y en que lo salvaría del hambre en la Tierra Prometida.  De la misma forma no debió Abram poner en riesgo su vida ni la integridad de su esposa al emigrar a un lugar donde seguramente estaría en peligro.  A tal grado llega la gravedad del hecho que, según este comentarista, D-s castigó a su descendencia decretando su exilio futuro en la tierra de Egipto.

 

Abarbanel, sin embargo, se opone a esta postura alegando que Abram no hizo mal en buscar una alternativa temporal de vida en Egipto ya que ¿Quién es capaz de aguantar tales pruebas?, y todavía después de dejar a su familia y a su tierra anterior.  Además, si hubiera sido mal visto por D-s, no hubiera Abram hecho lo mismo años después en la tierra de Guerar (con Abimelej, cap. 20), ni tampoco Isaac su hijo (cap. 26).  El exilio de Egipto, por otro lado, está anunciado posteriormente en el pacto de D-s con Abram (cap. 15) y no tiene relación alguna con el presente hecho.

 

Con respecto al caso de Sarai, el autor explica el comportamiento de Abram de la siguiente manera: Realmente nuestro patriarca nunca había ido a Egipto ni sabía como es la gente ahí; solamente cuando está llegando a esta tierra se da cuenta que el aspecto de la población es más oscuro y de rasgos no necesariamente finos.   Ahí es cuando le hace ver a su esposa Sarai  “He aquí ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto”.  No es que antes no sabía que era bella, sino que ahora que compara con la gente local ella sobresale en gran manera.   De haber sabido este hecho, Abram nunca se hubiera aventurado a bajar a Egipto, habría seguramente preferido el hambre de la tierra de Canaán.

 

Cuando Abram comienza a vislumbrar la complicada situación, previó que de anunciar que Sarai es su esposa, a él lo matarían y a ella la tomarían inmediatamente. Es por ésto que ideó el fingir su relación como hermanos, no como una situación ideal, sino como última alternativa.  Anunciar que ella era su hermana, de alguna manera implicaba que venía a Egipto a buscar un buen partido para ella y negociar el mejor trato posible;  de esta forma le daba un poco de tiempo a Abram de aceptar o rechazar propuestas.  La gente trataría pues de ofrecer mejor “dote” y se correría la voz en Egipto.

 

Como comprobamos en el texto, finalmente así pasa: “…y la alabaron delante de él y fue llevada la mujer a casa del Faraón”.  Observamos aquí que ni siquiera el Faraón la toma directamente sino aparentemente la llevan a su casa con el fin de preparar una “gran boda” y presumirla frente a su pueblo.  Así logra Abram ganar tiempo (tal como hizo Aharón con el asunto del becerro de oro: de haberse negado a hacerlo, lo hubieran matado e igualmente habrían hecho el ídolo), y finalmente le regresan a su esposa y le otorgan riquezas materiales; no porque él así lo hubiera planeado o esperado, sino que así se dieron los acontecimientos.

 

 

· “Y Le dijo:  Yo Soy el Eterno, que te trajo desde Ur de los caldeos, para darte esta tierra que heredarás.  Contestóle (Abram):  Oh D-s Eterno ¿Cómo sabré que he de asumir la posesión?;  entonces le dijo (D-s):  Toma para mi una novilla de tres años (Meshuleshet), una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un palomino.  Y tomó (Abram) todos esos, los partió por la mitad y puso cada mitad frente a la otra, pero no partió las aves.  Y cuando descendían las aves de rapiña sobre los cuerpos muertos Abram las ahuyentaba”

 (Génesis 15, 7-11)

 

Pregunta: ¿Qué significado tiene este extraño ritual que D-s pide a Abram?;  ¿Qué significa la palabra ‘Meshuleshet’ la cual algunos traducen como ‘tres años’?, ¿Porqué no fueron partidos todos los animales?

Respuesta:

Comenzando por el significado de la palabra ‘Meshuleshet’, el comentarista RASHI, basado en la traducción al arameo de ONKELOS, opina que se trata de debía traer tres de cada uno (o sea tres novillos, tres cabras y tres carneros).  Sin embargo IBN EZRA asevera (como la traducción de arriba) que debían ser de tres años.  El RAMBAN (Najmánides) critica la explicación anterior ya que un novillo de tres años es ya una vaca…  por lo tanto no se puede entender de esa manera.

 

Con respecto al significado general de este evento,  RASHI explica que por el mérito de los sacrificios gozará la descendencia de Abram la herencia de la Tierra de Israel, ya que todos estos animales serán eventualmente ofrendados en el Bet Hamikdash.  Otra interpretación compara a estos animales con los distintos pueblos (como Persia, Grecia, etc.) que subyugaron a Israel (ejemplificado como la paloma).

 

Abarbanel no acepta estas razones ya que nunca en el texto aparece que por el mérito de los sacrificios heredaron la Tierra, más bien se atribuye a la promesa hecha por D-s a los patriarcas y por el cumplimiento de la Torá entregada en el Monte Sinaí.   Por otro lado, el comparar a los animales con las potencias opresoras sería inconsistente ya que en el libro de Daniel se comparan con cuatro animales (y en este caso sólo son tres).

 

El autor entonces propone una interpretación novedosa donde compara estos tres animales con los tres patriarcas:

 

Abraham se relaciona con el novillo haciendo alusión a cuando el patriarca recibe a los tres ángeles: “Y corrió Abraham hacia el ganado y tomó un ternero tierno y bueno, lo entregó al mozo que se apresuró para prepararlo” (ibid. 18,7)

 

Isaac se relaciona con el carnero aludiendo al animal que se sacrificó en vez de él en ‘Akedat Itzjak’  (Cap. 22)

 

Jacob por su parte se relaciona con la cabra recordando cuando toma la primogenitura de su hermano: “Y revistió sus manos y su cuello con cueros de cabritos” (ibid. 27,16) para así parecerse a Esav.

 

Abarbanel entonces, asevera que la palabra ‘Meshuleshet’ se refiere a la triple santidad de nuestros patriarcas.  La partición de estos tres animales insinúa que ninguno de ellos heredará la Tierra en su totalidad y morirán antes de ver ese suceso.   Esto lo comprueba con el hecho de que las aves de rapiña bajaban a comerse los cadáveres, relacionando esto con el sueño que Yosef le interpreta al panadero (ibid. 40,17)

 

En cambio, la tórtola y el palomino, los cuales no fueron partidos, se comparan con los dos grandes líderes que impulsaron la herencia de la Tierra: Moshé comenzando con este proceso y Yoshua que lo completa.

 

Con esto, observamos cómo el concepto de ‘Maasé Avot Simán Labanim’ (los hechos de los patriarcas son símbolo para los hijos), se aprecia en este evento que va mas allá de un simple sacrificio o ritual que ofrendó Abraham a D-s.
 

PARASHAT VAYERA

 

 “Y aconteció después de estos sucesos que D-s puso a prueba a Abraham… Y le dijo: Toma a tu hijo Isaac, tu único, a quien amas y vete a la tierra de Moriá y ofrécelo allí en holocausto sobre una de las montañas que te indicaré.  Y madrugó Abraham, aparejó su asno y tomó a dos mozos consigo y a su hijo Isaac, y partió leña para el holocausto, y levantóse y fue al lugar que D-s le indicó.”

 (Génesis 22) 

 

Pregunta: ¿Para qué D-s probó a Abraham?, ¿Acaso el Todopoderoso no conoce el corazón de cada criatura y sabe de antemano cuál será el resultado de cualquier acto?

Respuesta:

Para resolver este difícil cuestionamiento filosófico, los comentaristas trataron de abordar el tema desde diferentes aspectos:

 

La opinión del RAMBAN (Najmánides) y algunos otros se basa en que esta prueba no tiene como fin el que D-s compruebe si la superará o no; más bien, es para el propio beneficio de Abraham, quien deberá desarrollar su potencial de fe al máximo nivel y llevarlo a la práctica.   Cierto es que el Todopoderoso ya sabe de antemano que el examinado logrará pasarla; sin embargo la recompensa es mucho mayor cuando se lleva a la acción y se demuestra que efectivamente se hizo.

 

Otra tesis dice que esta prueba fue más para Isaac, ya que al ser el niño esperado y ansiado por tanto tiempo había crecido como un príncipe mimado y echado a perder desde chico al disfrutar todas las comodidades de una familia acomodada.

 

Una tercera escuela encabezada por el RAMBAM (Maimónides) se inclina más a decir que la finalidad de este capítulo es enseñar al mundo el verdadero temor a D-s y poner a nuestro patriarca como un ejemplo y modelo a seguir.

 

Abarbanel, sin embargo, no se satisface con estas exposiciones y encuentra debilidades en cada una:

 

La primera, que habla del potencial llevado a la práctica, en este caso nunca se llega a concretar, ya que antes de sacrificar a su hijo, el ángel detiene a Abraham y le impide realizar la acción final; y quién sabe si justo en el momento de comenzar a degollarlo y ver la sangre se hubiera arrepentido…  Por tanto, esta teoría no tiene suficiente sustento.

 

La segunda es aún más débil ya que ¿Cómo podríamos pensar que un Abraham que se enfrentó ideológicamente a toda su generación e introdujo la espiritualidad en el mundo pagano, no habría educado a su propio hijo en el camino del bien, y no lo hubiera del materialismo? Y aún así, ¿no existen acaso otros métodos más didácticos y efectivos para educar a un hijo que amenazarlo de muerte de tal forma?

 

Con respecto a la tercera opinión, no fue un acto que se ideó para publicarse o exhibirse: el lugar era apartado y fuera de cualquier área poblada, y ni a su propia gente reveló Abraham el monte señalado por D-s.  Más aún: ¿Cómo se hubiera podido comprobar que a final de cuentas a Abraham le fue comandado tomar al carnero en vez de su hijo? Se podría haber interpretado justo al revés, como que se echó para atrás, con lo que hubiera resultado al cabo avergonzado a ojos del público.

 

Abarbanel pues, expone un punto de vista diferente a todos los anteriores: Las verdaderas pruebas a Abraham fueron todas las anteriores: El emigrar de su tierra natal, el no tener hijos, la circuncisión a los 99 años, el cambio de su nombre, el correr a su otro hijo Ishmael, etc., como queda claro en el versículo: “Y aconteció después de estos sucesos…”  Al parecer este capítulo se relaciona íntimamente con lo anterior.

 

Ahora bien, la palabra “NISA”, además de significar “probó”, también se deriva del vocablo “NES” entendiéndose como estandarte o símbolo.  Esto implica que este acto ya no era parte de la prueba sino simplemente una condecoración y corolario a todos los eventos anteriores; era claro que después de todos ellos Abraham no tendría la menor duda en realizarlo y con esto, nuestro patriarca se habría de consolidar como el pilar inicial del pueblo judío.
 

PARASHAT JAYEI-SARA

 

1   “y dijo Eliézer: Oh Hashem, D-s de mi señor Abraham, dame te ruego, el tener hoy buen encuentro…  He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los varones de la ciudad salen por agua.  Sea pues que la doncella a quien yo dijere: ´ Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba’, y ella respondiere: ‘Bebe y también daré de beber a tus camellos ´, que sea ésta, la que tú has destinado para tu siervo Isaac.  Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí que Rebeca hija de Betuel… salía con su cántaro sobre el hombro…

(Génesis 24, 20)

 

 

Preguntas:  ¿Cómo es que Eliézer, el fiel siervo de Abraham, dejó a la suerte tal decisión como la elección de una esposa para Isaac?,  Y ¿qué hubiera pasado si en vez de Rivká, otra mujer no apta y corriente, fuera la que hallara Eliézer y coincidiera con las señales que determinó?.  ¿No es acaso, lo que hizo Eliézer, algún tipo de hechicería o magia prohibida por nuestras tradiciones?

 

 

Respuesta:

Abarbanel explica que lo que hizo Eliézer no entra dentro de la categoría de las costumbres paganas o hechicería, ya que este tipo de prácticas se aplican a situaciones fuera de la comprensión y lógica humana.  Por ejemplo, si alguien dice: “si mañana llueve, de seguro voy a sembrar…”,  realmente no se trata de una señal mágica sino de un acontecimiento que me llevará a otro.

 

Las pruebas pues, que estipuló este hombre son congruentes con una persona recta, amable y bondadosa, que es el perfil de mujer que está buscando para su amo Isaac: No cualquier doncella le ofrece a un forastero subir agua del pozo y darle de beber a él y también sus camellos (los cuales se sabe que toman mucha agua y de seguro tuvo que bajar y subir varias veces), sin conocerlo.

 

Además de lo anterior, Eliézer no iba a tomarla inmediatamente al cumplirse sus señales sino que le preguntaría: “¿De quién eres hija?” (ibid. 23), e indagaría más acerca de su procedencia y formación familiar.  Le interesaría también qué tan hospitalarios eran: “¿Hay en casa de tu padre lugar donde posemos?” (ibid.), pregunta, ya que él sabía que la casa de Abraham siembre estaba abierta a cualquier persona; ciertamente, la futura matriarca debía seguir y concordar con los buenos modales de su amo.

 

Muchos preguntan también por qué la Torá alarga en esta historia contando y repitiendo las palabras de Eliézer al hablar con la familia de Rivká.  De seguro este gran libro nos quiere enseñar la importancia de las buenas ´Midot´ (modales), y cómo encontrarlas en una persona con quien se compartirá el resto de la vida.

 

Mientras hoy en día las parejas se conocen por mucho tiempo antes de casarse y desgraciadamente en muchos casos el matrimonio fracasa, Isaac tomó a su esposa sin haberla casi conocido.  “…y tomó a Rivká por mujer, y la amó”  (ibid. 67). Al parecer, el amor en el judaísmo es algo que se construye poco a poco, y va en aumento con el tiempo. Lo principal es empezar con una buena base.

 

 

· “Y nuevamente Abraham tomó mujer, llamada Keturá, y tuvo de ella por hijos a Zimrán, a Yocshán, a Medán, a Midián, a Yishbac y a Shuaj…  Y Abraham le dio a Isaac todo lo que poseía, y a los hijos de sus concubinas, Abraham les dio regalos y los mandó lejos de Isaac, al oriente.”

 (Génesis 25, 1-6)

 

Pregunta: ¿Cómo es que Abraham, a estas alturas de su vida (¡tenía aprox. 140 años!!) decidió tomar otra mujer y tener más hijos con ella?, ¿No le era ya suficiente con haber engendrado a Isaac de su amada esposa Sara,  y con eso cumplimentar la promesa Divina?

 

Respuesta:

 

Abarbanel propone varias respuestas a este extraño proceder de nuestro primer patriarca:

 

1.El papel de Abraham no era nada más engendrar al pueblo de Israel, sino que también ser padre “de una multitud de pueblos” (ibid. 17,5).  Para ello, no podía conformarse con sus dos hijos (Ismael e Isaac); una vez que Sara murió, debió tomar otra esposa para cumplir su cometido.

2.Al haberse realizado el Brit Milá (circuncisión), Abraham recibió un potencial mayor para fungir como “padre de una multitud de pueblos”.  De hecho, el cambio de nombre (donde se le aumenta la He, siendo ya Abraham) está al servicio de este rol que habrá de cumplir, y tiene lugar justo antes de cumplir con este precepto.

3.Abraham quería evitar que Ismael pretendiera repartirse la herencia con Isaac su hermano, alegando que le correspondía la mitad de todo.  Es por esto que a todos los nuevos hijos los “mandó lejos de Isaac, al oriente”, para así demostrarle que él también no es sino un hijo más, y establecer que dejaría todo al hijo de Sara.

4.Todo padre debe evitar al máximo las peleas entre sus hijos.  No hay duda que Ismael, al haber sido echado de la casa de Abraham por causa de su hermano Isaac (ver cap 21), guardaba un gran rencor.  Al tener entonces el patriarca más hijos y mandarlos lejos (así como hizo con Ismael), de alguna manera él entendería que no fue algo personal y momentáneo, sino que formaba parte de la ordenanza Divina de que Isaac sería el sucesor principal de Abraham para cumplir con la gran responsabilidad que se le confirió.  A final de cuentas estos dos hermanos quedaron en buenas relaciones: “Y expiró Abraham, muriendo en buena vejez, saciado de años…  Y sepultáronle sus hijos Isaac e Ismael en la cueva de Macpelá”  (ibid 25, 8-10).  Al decir “buena vejez y saciado de años”, demuestra que vio a sus hijos convivir en paz; además Ismael tuvo el privilegio, a diferencia de los hijos de las concubinas, de enterrar a su padre y mantenerse cerca hasta el día de su muerte.

 

Una enseñanza a recoger es el total compromiso que tuvo Abraham con El Creador; desde su juventud y hasta su vejez ningún obstáculo impidió a nuestro patriarca a cumplir con su enorme responsabilidad y desarrollar al máximo su potencial.  No en vano D-s lo llama “Abraham, mi querido” (Isaías 41,8).
 

PARASHAT TOLDOT

 

· “Y cuando envejeció Isaac y se nublaron sus ojos llamó a Esav, su hijo mayor, y le dijo…  He aquí que ya soy viejo y no sé cuando voy a morir.  Ruégote tomes tus armas de caza, tu alijaba y tu arco, y sal al campo para cazarme algo, y hazme con ello los ricos manjares que me gustan para que coma y mi alma te bendiga antes de morir.  Y oyó Rebeca lo que Isaac había pedido a su hijo… Entonces le dijo Rebeca a su hijo Jacob…  Escucha pues lo que te voy a decir: Ve al rebaño y toma dos cabritos buenos y haré con ellos lo que le gusta a tu padre; y tú lo presentarás a tu padre para que coma, para que te bendiga a ti antes de morir.”

 (Génesis 27)

 

 

Preguntas: ¿Qué motivó a Isaac a bendecir a su hijo antes de morir?, ¿Acaso Abraham o alguien antes había realizado tal acto que finalmente provocó tanto odio entre hermanos?  ¿Porqué no se le ocurrió a Isaac bendecir a sus dos hijos por igual y así evitar problemas, así como hizo Jacob con Efraim y Menashé?  ¿Cómo pensó Rebeca con este engaño que las bendiciones le servirían a Jacob siendo que la intención de Isaac era bendecir a Esav?

 

Respuesta:

Abarbanel comienza su análisis de este controvertido capítulo explicando la mecánica de las bendiciones:

1.En los casos donde D-s bendice directamente a un hombre o grupo de gente, se genera un flujo de influencia espiritual y grandes bondades al receptor.  Un ejemplo es la bendición al mismo Abraham, como dice el versículo “Y D-s bendijo a Abraham en todo”

2.Un segundo caso es cuando alguien bendice a D-s, aunque por definición, el hombre no puede influir en ninguna forma al Todopoderoso, ni para bien ni para mal.  No hay nada que dar ni quitar a La fuente y causa de toda existencia.  Más bien se entiende como una expresión de alabanza o agradecimiento a D-s, así como hizo David en varias ocasiones.

3.La tercera variante es cuando un hombre bendice a otro: la bendición no proviene del emisor sino de D-s mismo, y el que bendice es solamente un ducto o medio para bajar la influencia celestial y otorgarla al receptor.  Ha de entenderse pues que mientras más elevado sea el nivel de la persona que bendice,  mayor será el efecto de la bendición.

Tomando como base esta introducción, el autor procede a explicar cómo a partir de Abraham, el cual es bendecido directamente por D-s prometiéndole un estrecho contacto con su descendencia y la herencia de la tierra de Israel, esta debe ser transmitida y delimitada a los que continúan este camino de espiritualidad.  Abraham no tuvo necesidad de definir esta continuidad ya que D-s mismo le aclara que Isaac será el sucesor, como dice el versículo: “porque a través de Isaac se engrandecerá tu simiente” (Gen 21,13).

 

En el caso de Isaac, al tener dos hijos gemelos, y no recibir instrucción alguna específica de D-s, decide otorgar la bendición a Esav, su primogénito.  No hay duda de que nuestro patriarca debió percatarse de los malos actos de su hijo y reprenderlo; además podría también haberle preguntado a D-s mismo a cuál de sus hijos bendecir; sin embargo, así como sus “ojos se nublaron” en sentido literal, también su criterio se opacó y su ciego amor por Esav lo llevó a tomar esta decisión errónea.

 

Por otro lado, la opción de haber dado a dos personas tan antagonistas las mismas facultades y bendiciones hubiera generado un enfrentamiento y choque de fuerzas mucho mayor.  En contraste, Jacob sí otorgó a sus nietos Efraín y Menashé la misma jerarquía que a sus hijos ya que todos eran similares y aptos para engendrar al futuro pueblo de Israel.

 

Ahora bien, ¿por qué Rebeca tuvo que proceder con este engaño? Al parecer, a diferencia de su esposo, ella ya sabía desde antes que sus hijos nacieran, que Jacob sería el continuador de la cadena. “Mas eran dos los hijos que contendían en sus entrañas…. Y consultó al Eterno… Y Le respondió: Dos pueblos hay en tu vientre, y se separarán, y un pueblo prevalecerá sobre el otro y el mayor servirá al menor” (Gen 25,22).

 

Y ¿por qué entonces no se lo dijo a su esposo directamente?. Abarbanel considera que dado el recato de Rebeca, y que Isaac, a lo mejor, no habría bendecido a Jacob con todo su corazón ya que Esav era su preferido, ella decidió hacer pasar a Jacob como su hermano mayor.  A final de cuentas, aún cuando la intención de Isaac era bendecir a Esav, esa influencia de bondad y espiritualidad le habría de llegar a Jacob, ya que como se explicó en la introducción, el que bendice es solamente un “conducto” por el que fluye la bendición Divina.  Isaac mismo acepta este hecho diciendo “Y ciertamente será bendito” (Gen 27, 33)

 

Posterior a esto, no encontramos ningún rencor o enojo entre Isaac y su esposa, ni hacia su hijo Jacob por lo que hicieron; al parecer entendió por sí solo que si así se dieron los acontecimientos, debía entender que tal había sido la voluntad de D-s.  
 

PARASHAT VAYETZÉ

 

  “Y Jacob se enamoró de Raquel y dijo: ´serviré (trabajaré) para ti  (Labán) siete años por Raquel tu hija menor ´… y Jacob sirvió siete años por Raquel, pero para él fueron como pocos días, dado el amor que sentía por ella.”

(Génesis 29, 18-20)

 

Pregunta: Normalmente cuando uno ansía algo con tanto fervor, la espera se hace eterna, ¿Cómo entonces, en el caso de Jacob, se le pasó tan rápido el tiempo para obtener a Raquel?

 

Respuesta:

Cuando alguien desea intensamente algo, el tiempo hasta conseguirlo pasa muy lentamente para él. Sin embargo, explica Abarbanel en este caso que era tan grande el amor que sentía Jacob por Raquel que se le hizo barato el precio de 7 años de trabajo por ella.  Y quien  compra algo en una “ganga” especial, lo paga con todo gusto y placer.

 

 

  “Y reunió Labán a toda la gente del lugar e hizo una gran fiesta. Pero ocurrió al oscurecer que tomó a su hija Lea y se la trajo a Jacob…  Y al llegar la mañana vio que era Lea, y le dijo a Labán: ´ ¿Qué me has hecho, acaso no te serví por Raquel?, ¿Por qué me engañaste?´,  Y le respondió Labán: ´ Es que no se acostumbra en nuestro lugar dar por mujer a una hija menor antes que a la mayor ´.”

(Génesis 29, 22-27)

 

Preguntas: ¿Cómo es que Jacob no se dio cuenta que le cambiaron a su prometida?¿Por qué Jacob no pidió inmediatamente el divorcio esa mañana?

 

Respuesta:

Las costumbres del casamiento en ese entonces difieren de lo que hoy en día conocemos.  Por ejemplo: La mujer entraba totalmente cubierta a la Jupá y no descubría su cara (en símbolo de recato).  De hecho a raíz de este suceso, la ´Halajá ´ determina que hoy en día debemos descubrir el velo de la novia para comprobar su identidad.

 

Los detalles del recato no se limitaban a eso, sino que también en la misma noche de bodas, todo se llevaba a cabo en completa oscuridad y silencio.  Jacob, conocido especialmente por su “Temimut”  (simpleza), no esperaba tal revés de su suegro y procedió con  toda concentración e intención en el cumplimiento de esta Mitzvá tan especial.

 

Ya en la mañana, cuando el engaño salió a la luz, Jacob en vez de alterarse y salir de sus casillas, trató de entender este suceso como un designio Divino con el fin de convertirse en un pueblo numeroso.  Solamente casándose con más de una mujer podría engendrar las 12 tribus que formarían la base del  pueblo de Israel.

 

Con respecto a la opción del divorcio, Labán con su perversa astucia, organizó una boda reuniendo a toda la gente del lugar con el fin de hacer esta celebración lo más pública  posible; de esta forma el anunciar un divorcio tan prematuro resultaría en gran vergüenza.

A final de cuentas sabemos que Lea llega a convertirse en una de las matriarcas de nuestro pueblo formando 6 de las 12 tribus de Israel; y de seguro, esta gran mujer no fue integrada por accidente a la casa de Jacob.
 

PARASHAT VAISHLAJ

 

· “Y salió Dina, la hija que Lea le había parido a Jacob, para ver a las hijas de aquella tierra.  Y la vio Siquem, hijo del heveo Hamor, gobernante del país, y la tomó y yació con ella, haciéndole violencia…  Y Siquem habló con su padre Hamor, diciéndole: Tómame a esta joven por mujer…  y vino a Jacob para hablarle… y respondieron los hijos de Jacob a Siquem y a su padre engañosamente…: No podemos dar nuestra hermana a varón que tenga prepucio, porque es afrenta para nosotros… y el joven no demoró en hacerse aquello, porque se deleitaba en la hija de Jacob…   Y volvieron Hamor y Siquem su hijo al portal de la ciudad y anunciaron a los varones de ella: ´ Estos varones son pacíficos con nosotros y residirán en el país y negociarán con él…  sólo con esto consentirán ellos residir entre nosotros… que sea circuncidado todo varón, como lo están ellos.  Sus ganados y sus bienes y todas sus bestias serán (por supuesto) de nosotros..´  Y prestaron atención… y (finalmente) fue circuncidado todo varón que salía por el portal de la ciudad.  Y sucedió al tercer día…. que dos de los hijos de Jacob, Simón y Leví…  tomaron sus respectivas espadas y entraron a la ciudad confiada y mataron a todos los varones…. Luego la ciudad fue saqueada por los hijos de Jacob”

 (Génesis 34)

 

 

Preguntas: ¿Cómo es que aceptó el pueblo de Siquem a circuncidarse solo por el capricho de su príncipe de querer tomar a Dina?, ¿Qué llevó a Simón y Leví a realizar un acto tan drástico?.  Aún contando con el dolor de la circuncisión, ¿cómo pudieron matar a todos los varones de la ciudad sin siquiera tener alguna resistencia? ¿Por qué a final de cuentas saquearon la ciudad y tomaron el botín?

 

Respuesta:

Abarbanel realiza aquí un análisis detallado, basado estricta y literalmente en el texto:

Antes que nada se puede comprobar cómo en el discurso de Hamor y Siquem a su pueblo no mencionan en ningún momento el suceso amoroso entre el príncipe y Dina; de haber sido así, nadie hubiera aceptado sacrificarse a sí mismo por un capricho personal de su líder.  Más bien, utilizan la demagogia para convencerlos de que vale la pena la fusión; argumentos como: comercio, bienestar, riqueza y bonanza atraen definitivamente a las masas.

 

Hasta aquí todo en orden; sin embargo, estos dirigentes van más allá de eso y prometen a su pueblo “Sus ganados y sus bienes y todas sus bestias serán nuestros”; con lo que involucran tomar ventaja e incluso incitan al robo.  De esta forma, aún el que no acepta complacer a su príncipe, es ganado por la tentación y sucumbe a la ambición económica.

 

Basado en la opinión del RALBAG, Abarbanel dice que los que realizaron el Brit Milá a esta gente eran nada menos que Simón y Leví, ya que ¿quién más en el país sabía de esto sino la familia de Jacob?, Así pues, ellos entran en cada casa y aíslan al varón en una habitación separada matándolo silenciosamente.  Le avisan a sus familiares que la persona necesita reposo total (por la supuesta circuncisión) y no deben entrar ni siquiera a verlo, de esta forma van a cada casa y hacen lo mismo.  A final de cuentas, todos los hombres de la ciudad son muertos y la ciudad saqueada.

 

La justificación de los hijos de Jacob se basa en que los hijos de Nóaj, aun no siendo del pueblo de Israel, tienen prohibido los actos sexuales inmorales y el robo; estas transgresiones merecen pena de muerte.  Por tanto, Simón y Leví tomaron esta determinación: contra el mismo Siquem y contra el pueblo que debió reprender a su dirigente en vez de caer en la tentación del robo.  La toma de botín es en represalia a lo que ellos intentaban hacer con los hijos de Jacob.

 

Este acto fue finalmente reprendido por Jacob y recordado también al final de sus días: “Maldita sea su ferocidad (acerca de Simón y Leví), porque engendró la violencia y la crueldad”  (Gen 49,7)   Jacob ratifica que su reacción fue exagerada y deben ellos dos   trabajar mucho en mejorar su carácter explosivo.  Leví logró este cometido y sus descendientes fueron elevados al servicio sagrado llegando al sacerdocio.
 

PARASHAT VAYESHEV

 

· “Y José fue pues bajado a Egipto, donde lo compró Potifar, oficial del faraón, jefe de la guardia, de manos de los Ismaelitas que lo llevaron allí.  Y el Eterno fue con José, por lo que prosperó estando en la casa de su propio amo.  Y vio su amo que el Eterno era con él en todo lo que él hacía…   Y José era de bella figura y simpático semblante, y aconteció después de tales cosas que la mujer de su amo fijó sus ojos en José y le dijo: Acuéstate conmigo; pero él se negó y le respondió a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no me pide cuentas de nada de la casa y puso en mi mano cuanto tiene y no hay en esta casa nadie superior a mi…  ¿He de hacer entonces cosa tan mala y pecar contra D-s?  Y como ella insistiese en sus propósitos día con día,  José no solo se negaba a acostarse con ella sino a estar con ella.  Un día que entró José en la casa para cumplir los deberes de su cargo, y no había ningún otro hombre en la casa, ella lo asió por su manto y le exigió una vez más: Acuéstate conmigo, y le quitó el manto y huyó fuera.  Y ella, al ver el manto de José que lo dejó en su mano y huyó, llamó con gritos a los hombres de la casa, diciéndoles: Ved, nos trajo un hebreo para burlarse de nosotros, vino a mí para acostarse conmigo pero yo grité y  cuando vio que alzaba mi voz, dejó su manto a mi lado y huyó…   cuando oyó el amo las palabras de su esposa… se enfureció, y tomó a José y lo hizo encarcelar donde estaban encerrados los demás presos del rey.

 (Génesis 39)

 

Pregunta: ¿Por qué la mujer de Potifar publicó este suceso?, ¿No dañó acaso su propio honor al hacerlo? ¿Acaso no habría sido mejor para ella ocultar el suceso y aguardar a una nueva oportunidad para lograr su cometido?

 

Respuesta:

Abarbanel explica esta historia de la siguiente manera:

Al parecer la primera vez que la mujer de Potifar le propone a José sus intenciones, éste la escucha y le responde como aparece en el texto, de una manera amable y respetuosa.  Sin embargo en las futuras ocasiones (aparentemente, el proceso duró como 12 meses), José  se negó a escucharla para no caer en la tentación .

 

En ese entonces, se usaba que las señoras influyentes como ella se recostaran en sillones con mantos de seda y telas preciosas.  La gente que venia a visitarlas se acostaban a su lado para hablar con ellas; ésto es lo que ella intentaba inicialmente; pero José no quería ni acercarse a platicar.

En el momento que ella lo tomó por su ropa, su intención era que él no la rechace y no se atreva a desairarla; sin embargo, José no quiso tomar el riesgo de ser tentado por su instinto y huyó corriendo.

Al ver ella que dejó su manto y huyó a la calle, por consiguiente, sin su ropa, dedujo que el asunto habría tomado ya estado público.  Entonces decidió armar esta historia, puesto que, de otro modo, se habría incriminado a si misma.

 

Es evidente que al llegar el amo, no le creyó el cuento a su esposa, ya que de ser así, el castigo no hubiera sido la cárcel sino pena de muerte.  Es importante detallar que cuando el texto dice que “el amo se enojó” no dice que se enojó con José; al parecer, se enojó por la situación general creada.

 

Por otro lado no podía dejar a José sin castigo ya que se vería como una vergüenza enorme para la familia de Potifar, generándole la reputación de que cualquiera podía meterse con su esposa.  Buscando una salida intermedia, lo puso en una cárcel con excelentes condiciones, especial para los “reos VIP”.  En algo ésto ayudó para que José no pasara tan mal en la cárcel, sino que gozara de algunos privilegios.

 

Algo para aprender de este gran personaje es su perseverancia y actitud positiva en cualquier situación, la habilidad de sacar el mejor provecho de cada circunstancia y llevar la cabeza siempre en alto; aún en la cárcel logró destacar y  ser nombrado el “encargado de los reos”, y D-s lo premia por esto “haciéndolo prosperar en todo lo que hacía” (Ibíd. 39,23)
 

PARASHAT MIKETZ

 

· “Y al cabo de dos años el Faraón soñó que estaba junto al río, y del río subían siete vacas robustas, hermosas a la vista… y tras ellas subían del río otras siete vacas… de aspecto desagradable por su escualidez… y las vacas flacas devoraron a las vacas gordas…. 

Y a la mañana siguiente su alma estaba perturbada y mandó llamar a todos los hechiceros de Egipto… pero nadie pudo interpretárselo.”

 (Génesis 41)

 

 

Pregunta: ¿Cómo es que el Faraón creyó inmediatamente en la interpretación de José y no en la de sus fieles hechiceros?, y más aún, lo nombró virrey de Egipto y le otorgó todos los honores antes de cumplirse siquiera su predicción de los siete años buenos y siete malos.

 

Respuesta:

Rashi en nombre del Midrash comenta que la interpretación de los hechiceros era que habría de tener siete hijas y él mismo habría de enterrarlas; al Faraón no le conformó la interpretación, ya que, siendo el dirigente de todo un país, sus cuestiones personales debían ser secundarias y el sueño debía implicar asuntos de interés nacional.  Es por esto que la explicación de José se apega más al dominio colectivo.

 

Para Abarbanel esta razón no es suficiente como para que el Faraón llegue a nombrar a José Virrey y le de todos los honores, arriesgándose a que su predicción no se cumpla; es por ésto que desarrolla una tesis diferente y muy apegada al estilo Freudiano, (más de 300 años antes):

 

“El sueño con mensaje Divino es visto tal cual es; sin embargo la imaginación de la persona materializa esta inspiración y le otorga diferentes formas y símbolos, ocultando (o disfrazando) el mensaje real.  Así entonces, cuando el interpretador le revela el mensaje verdadero, la persona recuerda el sentido que está dentro de sí y puede entonces aseverar que la interpretación es correcta”.

 

En otras palabras, el autor nos dice que en cada sueño viene también incluida su interpretación; el problema es que no nos acordamos de ella (o no lo sabemos descifrar). Por eso, cuando alguien externo llega y nos la revela, inmediatamente sabemos que ese es el verdadero significado.

 

Así entonces, el Faraón no dudó en levantar a José desde el lugar más bajo de Egipto y nombrarlo su mano derecha a ojos de todo su pueblo. 

 

¡Qué interesante es descubrir cuánto hay por desenterrar en nuestras propias fuentes!
·        “…Y cuando vio José a sus hermanos los reconoció, pero se hizo el extraño ante ellos e incluso les habló con rudeza…  “

(Génesis 42, 7)

 

Pregunta: ¿Por qué José se encubrió y no se reveló ante sus hermanos inmediatamente?, ¿Acaso no está prohibido vengarse y hacerlos sufrir como lo hizo, encarcelando también a Shimón y causando más angustia a su propio padre?

 

Respuesta:

Si José desde el principio se hubiera revelado ante sus hermanos e ido inmediatamente a saludar a su padre, habría corrido un gran peligro por varias razones.  De seguro su familia vendría constantemente a visitarlo y abastecerse con provisiones (ya que había hambre en toda la tierra); él les mandaría también dinero y regalos de la casa real; los egipcios comenzarían entonces a sospechar y dudar de su nacionalismo.  Más aun, de haberse desatado un conflicto entre los Cananeos y los Egipcios, tomarían a José como un elemento de dudosa confiabilidad.  Es por esto que el gran Virrey no podía revelar su estrecha conexión con extranjeros del país vecino y de alguna forma tenía que traer a toda su familia a Egipto.

 

Por otro lado, la última imagen que tuvo José de sus hermanos fue de gente sangrienta y cruel que lo arrojaron al pozo y luego lo vendieron.  Antes de revelarse debía cerciorarse que el odio de sus consanguíneos había pasado y estaban arrepentidos.  ¿Qué sentido habría tenido el querer reunir a una familia donde las peleas son constantes y la envidia es creciente? De seguro no les habría dado mucho gusto ver a su presumido hermano sentado en la silla real y ver cumplido su odioso sueño…

 

Por estas razones decide Yosef encubrirse y comprobar si estos sentimientos de antaño han pasado.  El resto de la historia ya lo sabemos llegando a su clímax en el momento en que su hermano Yehudá, el mismo que propuso venderlo, está dispuesto a tomar el lugar del pequeño Biniamín y quedarse como esclavo en Egipto por el suceso de la copa.  Con esto se corrobora que el arrepentimiento es total y la familia está lista para reunirse de nuevo.

 

A la luz de lo anterior se aclara pues la extraña y aparentemente rencorosa actitud de José  brindándonos ahora una imagen realista y lógica del entorno político y familiar de esa época.
 

PARASHAT VAIGASH

 

·  “Y no pudo José contenerse más ante todos los que estaban allí con él, y les ordenó que se retiraran.  Entonces no quedó (egipcio) con él al darse a conocer a sus hermanos. Y lloró con grandes voces y lo supieron los egipcios y la casa del Faraón.  Les dijo José a sus hermanos: Yo soy José ¿Vive aun mi Padre? Y sus hermanos no atinaron a contestarle, de tan asombrados que estaban.  Y continuó José: Acercaos por favor, y se aproximaron. Y subrayó: Sí, yo soy José, vuestro hermano, a quien vendisteis a Egipto.  Pero no os lamentéis ni os arrepintáis por haberme vendido a este lugar, por cuanto D-s me envió ante vosotros para la preservación de la vida…  para prepararos la subsistencia en la tierra y salvar así vuestras vidas del desastre.  Por lo tanto, no fuisteis vosotros quienes me enviaron aquí, sino D-s, y púsome por padre del faraón y por señor de toda su casa y por gobernante de toda la tierra de Egipto.”

 (Génesis 45, 1-8)

 

Pregunta: ¿Acaso José realmente sentía lo que decía al mencionar “no fuisteis vosotros  quienes me enviaron aquí, sino D-s”?, ¿No lo habrá dicho solo para consolarlos y hacer ´ borrón y cuenta nueva ´ ?  Aún si así fuera, ¿No debieron haber recibido su castigo por lo que hicieron, independientemente de haber resultado todo para bien?

 

Respuesta:

Abarbanel aprovecha este relato para profundizar en el tema de la providencia Divina y el curso general de la historia del hombre.  Divide todo suceso en tres categorías:

1.La primera son todos los eventos que se dan por casualidad y son a nivel personal.  Un ejemplo sería ir al mercado y encontrarse unas monedas en el piso.

2.La segunda son los que involucran el libre albedrío combinado con la probabilidad de obtener un resultado.  Por ejemplo, si alguien camina al mercado buscando específicamente monedas que se le pudieron caer a alguien, tratando justamente de ir a los lugares donde hay más posibilidad de encontrar.

3.La tercera categoría son los sucesos meramente dirigidos y supervisados por D-s.  Aunque cada persona tiene libre albedrío, en ocasiones el Todopoderoso encamina sus deseos y decisiones para llegar a tal o cual resultado; así como dice el versículo: “Como las corrientes de agua es el corazón del rey en la mano del Eterno, lo inclina a donde le plazca”  (Proverbios 21)

 

Con base en esta introducción, el autor cita al RAMBAM (Maimónides) quien sostiene que el acto que realizaron los hermanos de José pertenece a la segunda categoría, en la cual los hermanos, dado su odio y rencor, venden deliberadamente a José para ser llevado a Egipto. Como sabemos el desenlace fue positivo; sin embargo, eso no libera de responsabilidad a esta gente y merecen un gran castigo.

 

El problema es que en ningún momento posterior aparece alguna represalia Divina hacia ellos ni tampoco una reprimenda de su padre Jacob, ni ahora, ni antes de su muerte como lo hizo con Simón y Leví sobre el caso de Dina  (Ver Génesis Cap. 34).  A ellos les recordó su acto de la siguiente manera: “Simón y Leví son hermanos.  Instrumentos de violencia son sus espadas, no entre mi alma en sus designios ni en sus deliberaciones, por cuanto con saña mataron hombres y caprichosamente desjarretaron bueyes; maldita sea su ferocidad porque engendró la violencia y la crueldad…” (ibid. 49,5)

 

Es por esto que Abarbanel descarta esta posibilidad y opina contrariamente al Rambam: La venta de José corresponde a la tercera categoría, y estuvo principalmente dirigida por D-s.  Efectivamente el “caldo de cultivo” existía, ya que los hermanos odiaban al “soñador con delirios de grandeza”; sin embargo toda esa rivalidad no hubiera llevado normalmente a un acto tan bajo como el que hicieron si no fuera por el “empujoncito” que dio la providencia Divina.  Se cumplió aquí el principio filosófico de “Megalguelim Jov al Yedey Jayav”  (Se salda una cuenta a quien merece castigo), o sea que D-s combina el hecho de que José debe ser vendido a Egipto con la mala intención que tenían sus hermanos hacia él.

 

Por tanto a los hermanos les toca únicamente un castigo por sus malas intenciones, mas no por el resultado final que fue la venta a los Ismaelitas.  De hecho, ellos mismos reconocen su error y escarmientan cuando José los acusa de espías “Y se dijeron entre sí: somos en verdad culpables por lo que le hicimos a nuestro hermano, ya que vimos la angustia de su alma cuando nos imploraba piedad y no lo escuchamos; por eso su desgracia ha recaído sobre nosotros” (ibid. 42,21).  Al parecer estaban ya recibiendo el castigo que les tocaba de parte del mismo afectado.

 

Podríamos sin embargo preguntar: Si la meta final era poner a José en ese puesto  y salvar a la gente del hambre que vendría, ¿Acaso no pudo D-s llevar las cosas de manera distinta y sin tanto sufrimiento para José?; una posible respuesta es que finalmente a éste le tocaba también pasar penurias por su presumido comportamiento y falta de discreción hacia sus hermanos cuando era joven.

 

Con ésto comprobamos una vez más la grandeza de la providencia Divina y cómo se ejerce la JUSTICIA PERFECTA dándole a cada quien lo que corresponde.

 

“El es la Roca y Sus obras son perfectas, como perfectos son Sus juicios,

Su fidelidad y Su rectitud.”  (Deut. 32,4)


 

PARASHAT VAYEJI

 

  “…y dijo (Jacob) a José: …  Y ahora tus dos hijos Efraín y Manases, que te nacieron en la tierra de Egipto…  míos son; como Rubén y Simeón, serán míos…  Porque cuando yo venía de Padán Aram, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, como media legua de tierra viniendo a Efrata; y la sepulté ahí en el camino de Efrata, que es Belén.”

(Génesis 48, 3-7)

 

Nota: Con estas palabras de Jacob, se adicionan los dos hijos de José como parte íntegra de las 12 tribus, o sea que en vez de haber tribu de José, serán las tribus de Efraín y Manases.  Esto significa, entre otras cosas, mayor heredad en la tierra de Israel.

 

Pregunta: ¿Qué significa este privilegio especial que recibió José de integrar a sus dos hijos como parte de las 12 tribus del pueblo de Israel?

¿Por qué en estas palabras de Jacob recuerda el suceso de la muerte súbita de Raquel a mitad del camino?

 

Respuesta:

Según Abarbanel, este privilegio de tener un hijo doble heredad, estaba reservado para el primogénito, en este caso Rubén.  Sin embargo por distintas razones, derivadas de faltas cometidas por él (ver Gen 49-4), perdió varias de sus facultades.  Es por ésto, que toca la primogenitura al hijo mayor de su esposa Raquel, que es precisamente José.

 

Con respecto al extraño versículo intercalado donde Jacob recuerda el suceso de la muerte de Raquel, el autor explica que al patriarca le remuerde la conciencia por no haber podido enterrar a su esposa en la cueva de Majpelá (donde todos los patriarcas y matriarcas fueron enterrados), ya que su muerte fue muy repentina y tuvo que enterrarla en el camino.

 

Una de las insinuaciones de esta hipótesis se encuentra en la palabra Efrata, la cual se refiere al nombre del lugar donde fue enterrada Raquel, y que se relaciona con el nombre Efraín.  De esta forma, Manasés recibe su parte por el mismo José, mientras que Efraín recibe esta parte especial como compensación de que su abuela no haya sido enterrada en el lugar indicado.

 

Otra señal de que a Efraín le tocaba esta parte especial, se deriva de su propio nombre y se relaciona con la palabra “Mafrejá”  (multiplicaré), la cual es parte de la bendición que se le dio a Jacob al prometerle D-s que su descendencia sería numerosa y cubriría la tierra.

 

Como comprobamos más tarde, efectivamente las tribus de Efraín y Manasés se multiplicaron tanto gracias a esta bendición especial de Jacob, al grado de cubrir casi la mitad del territorio de Israel.   Es por esto que esta heredad especial fue justificada y en ningún momento otra tribu reclamó este hecho como podía haberse esperado.

 


SHEMOT
SHEMOT:

Shemot  Vaerá Bo Beshalaj
Itró Mishpatim Trumá Tetzavé
Ki-Tisa Vayakel Pekudei  

SHEMOT – ÉXODO

 

PARASHAT SHEMOT

 

 “Y les dijo el Faraón a las parteras hebreas  (o de los Hebreos), una de las cuales se llamaba Shifrá y la otra Puá:  Cuando asistiereis a las hebreas en sus partos, observad primero el sexo, si fuere niño lo mataréis, y si fuere niña la dejaréis con vida.  Pero las parteras, temerosas de D-s, no hicieron lo que les mandó el rey de Egipto, sino que dejaron vivir a los niños. “

(Éxodo 1,15 )

 

Pregunta:   Siendo el pueblo de Israel tan numeroso (alrededor de 3 millones de personas,  ¿cómo es posible que existan nada más dos parteras para todos?   ¡¿Como podría pensar el Faraón que parteras Hebreas matarían a los niños judíos, siendo estas parte del mismo pueblo?!

 

Respuesta:

Rashi explica que estas dos mujeres eran Yojeved y Miriam  (Madre y Hermana de Moshé Rabeinu)  y la razón por la cual les llama la Torá con otro nombre es por la actividad que realizaban: Shifrá  “she-meshaperet et Havlad”  (que embellece al recién nacido)  y Puá “al shem Shepoa u medaveret vehoga lavlad” (que tranquiliza al recién nacido).

 

Sin embargo la pregunta expuesta no sólo sigue vigente, sino que se vuelve más fuerte,  ya que ¿cómo es posible que estas dos mujeres puedan con todas las embarazadas que daban a luz?  ( en un pueblo de alrededor de 600,000 mujeres casadas).  Más aún la segunda pregunta: ¿Cómo imaginaríamos que las famosas Yojeved y Miriam pensarían aún en matar a un recién nacido?

 

El comentarista Ibn Ezra opina que el faraón hablaba con las jefas de las parteras y ellas debían pasar la orden a las demás, sin embargo Abarbanel no acepta esta opinión ya que la Torá habría de hablar de ellas como ministras de parteras (así como habla del copero “Sar Hamashkim” y el panadero “Sar Haofim”  (ver Génesis 40)

 

El autor explica, con respecto a los nombres que menciona la Torá (Shifrá y Puá), que no corresponden a sus nombres propios sino a nombres genéricos.   De esta manera, se le llama Shifrá, a la que se encarga del recién nacido  (como quien dice la “pediatra”) y la otra Puá la responsable de la madre (o sea la ginecóloga).  De esta manera, el Faraón al hablar de las parteras se refiere a todas las del Territorio Egipcio.

 

La interesante novedad de Abarbanel es que sostiene que las parteras eran Egipcias: el versículo se debe interpretar como “las parteras de los Hebreos” y no “las parteras Hebreas” (el texto en Hebreo permite las dos interpretaciones: “Hameyaldot Haivriot”).    Esta tesis la fundamenta citando el siguiente versículo: “Y dijo  (El Faraón): cuando deis a luz a las hebreas…” (Éxodo 1,16)   de esto se entiende que estas parteras daban a luz a todo tipo de mujeres, no sólo a las hebreas.  A la luz de lo anterior se entiende cómo pudo intentar siquiera el Faraón pedir tal cosa a las parteras.

 

A final de cuentas vemos como esta táctica del Faraón no prospera y debe recurrir a métodos más obvios y abiertos para seguir su plan de exterminio: “Entonces ordenó el faraón a su pueblo: Arrojaréis al río a todo hijo recién nacido, y dejaréis vivir a las hijas”  (ibid. 1,22)


 

PARASHAT VAERÁ

 

  “…Y Yo he de endurecer el corazón del Faraón y he de multiplicar Mis señales y milagros en la tierra de Egipto.  Y no habrá de escucharlos el Faraón y extenderé mi mano sobre Egipto y sacaré a mis huestes, mi pueblo de Israel, de la tierra de Egipto con grandes milagros. “

(Éxodo 7,3-4)

 

 

Pregunta: Si D-s endureció el corazón del Faraón, ¿cuál es su pecado?

(¿Qué culpa tiene él de no haber dejado salir al pueblo de Israel?, el faraón seguramente se puede lavar las manos diciendo: D-s no me puede castigar con plagas ya que El me endureció el corazón y por eso no dejé salir al pueblo.) 

 

Respuesta:Esta pregunta es ya tratada por la mayoría de los comentaristas de la Torá ya que apela a las bases filosóficas del libre albedrío y la justicia Divina.

 

Abarbanel trae primeramente la opinión del RAMBAM (Maimónides), quien  contesta esta pregunta diciendo que existen ocasiones en las cuales un pecado grande o la acumulación de pecados le impiden a uno el camino de la Teshuvá (o sea que parte del castigo mismo es el no permitir que el hombre se arrepienta).  Así, D-s advierte una vez, dos veces, tres veces y si no regresa, El mismo cierra las puertas para así castigarlo por lo malo que hizo (el faraón llegó a un punto tal de maldad que le fueron cerradas las puertas del arrepentimiento).

 

Abarbanel no se conforma con esta respuesta alegando que éste no es el camino de D-s, ya que todos los profetas han hablado de la gran misericordia del Todopoderoso  y  “no Quiere la muerte del malvado sino que regrese de su mal camino y viva”.  Trae también como ejemplo al malvado rey Ajav el cual en el final de sus días se arrepiente y D-s lo recibe prometiéndole que no traerá el mal en sus días.

 

El autor expone pues tres respuestas posibles:

 

1.-  Existen efectivamente malas acciones que no tienen perdón divino, por ejemplo todas las faltas que uno hace contra su prójimo.  En este caso, uno debe perseguir el perdón humano y restituir al 100% lo perdido  (ya sea en cuestiones de dinero, honor o dignidad personal).   Además de éstos, hay otro que tampoco tiene restitución: “Jilul Hashem”  (Profanación del nombre divino).

 

El Faraón pues, no sólo rechazó a D-s y se burló de El sino que también pecó grandemente contra Israel torturándolos y aún llegando a matar a los varones recién nacidos echándolos al río.    Definitivamente a personas como éstas la justicia divina no le permite ningún tipo de arrepentimiento.

 

2.-  La justicia pura y recta funciona en base a causa y consecuencia.  A cada acción corresponde una reacción de la misma magnitud.  Cada pecado tiene su castigo y cada mérito su recompensa.  La medicina llamada “arrepentimiento” es un regalo especial de D-s al pueblo de Israel.  Así como lo testifica Moshé diciendo: “…qué gran pueblo que tiene a su D-s cerca de él como nuestro D-s cada vez que le clamamos”  o como el profeta Hoshea declara: “Shuva Israel ad Hashem Elokeja” (Regresa Israel hasta Hashem tu D-s). 

 

El idólatra Faraón no es entonces merecedor de tal privilegio.

 

3.-  La dureza de corazón del Faraón es consecuencia misma de las plagas.  Según esta idea, las “Makot” no eran parte del castigo sino eran el proceso de hacer más terco al Faraón.  El hecho de que aparecían las plagas y luego se esfumaban le hacían creer que era algo natural y no de D-s.   La manera en que el Todopoderoso mandó las plagas lo hacían casualmente endurecer más su corazón.

 

¿Cómo se puede entender esta lógica de Abarbanel?  Aparentemente nosotros pensaríamos lo contrario:  mientras más milagros más creeríamos en D-s….

 

Sin embargo, no debemos olvidar el entorno histórico y geográfico: Egipto era en ese entonces el centro mundial de la brujería y hechicería, hasta el más amateur podía convertir un palo en una serpiente.  Las plagas, aunque sí eran realmente duras y muy molestas, no dejaba de ser algo natural y común en esa tierra.  Seguramente Moisés se ganó un alto nombre al competir en las “grandes ligas” de la brujería Egipcia.

 

No fue sino hasta la última, donde el mismo primogénito del Faraón fue víctima, que el pueblo de Israel gana su libertad.  Ahora si, en retrospectiva, ve uno claramente la mano de D-s en todas las plagas anteriores y se da cuenta que todo era parte de un proyecto Divino para un fin específico.

¿Suficiente ahora para el Faraón?  Pues parece que todavía no, tiene que todavía perder todo su ejército dentro del mar para darse cuenta que sí hay un D-s que está por arriba de cualquier magia o brujería.

 

Y… ¿qué nos queda a nosotros por aprender? Mucha gente se pregunta por qué no hay milagros o eventos sobrenaturales hoy en día…  seguramente haría esto creer en D-s a multitudes…

 

Sin embargo, a la luz de lo expuesto anteriormente, nos damos cuenta que no necesariamente un evento de este tipo es la solución.  Qué mejor ejemplo que el mismo pueblo de Israel, después de ver tantos milagros en Egipto y el desierto, llega a construir el Becerro de Oro…

 

A lo mejor debemos optar por encontrar a D-s en los “simples” eventos naturales como el nacimiento de un bebé o una bella puesta de sol.


 

PARASHAT BO

 

  “Y Pasaré por la tierra de Egipto en esta noche y daré muerte a todo primogénito…    Y habrá de ser la sangre para ustedes como signo en las casas en donde ustedes estén, y miraré la sangre y Pasaré sobre ustedes y no habrá muerte… “

(Éxodo 12, 12-13)

 

Pregunta:   ¿Acaso D-s Todopoderoso necesita una señal para acordarse de salvar a los primogénitos judíos? ¿Necesitaba el pueblo de Israel un distintivo para que D-s los reconozca? ¿No fueron salvos en las plagas previas también, sin tener que poner algún signo? 

 

Respuesta:   Por definición misma, D-s Todopoderoso no necesita ningún signo ni señal;  ni tampoco necesita algún recordatorio para saber que no debe dar muerte a los primogénitos del pueblo de Israel.

 

Entonces: ¿para quién es esta señal? – La respuesta es: para el pueblo mismo.  Símbolo inequívoco de que la influencia Egipcia de adorar al cordero no había penetrado a ese hogar.

 

La Torá relata que la obligación de tomar a este animal era el décimo día del mes de Nisán, esperando para luego ser sacrificado el día catorce.  El Midrash complementa la historia diciendo que debía estar amarrado en las casas judías y cuando los Egipcios preguntaran ¿Para qué es eso?,  ellos contestarían que sería sacrificado y comido en unos días.  ¡¡¡Matarían a su dios como parte de una festividad judía !!!

 

¡¡¡Qué prueba tan fuerte para un pueblo que fue oprimido tantos años y luego puede contestar eso a sus ex-amos !!!

 

Realmente, todas las plagas anteriores eran un castigo al pueblo de Egipto, por todas las maldades y atrocidades cometidas. Sin embargo, esta última plaga, además de dar el golpe de gracia a los Egipcios, representaba también una prueba para el pueblo de Israel: Seguirían todavía las costumbres del lugar temiendo el “qué dirán”  o demostrarían su elevación de espíritu al cumplir la ordenanza del verdadero y único Amo Celestial.   

 

Por el mérito de haber cumplido esta difícil Mitzvá, D-s salva a los primogénitos del pueblo de Israel “saltando” sobre sus casas y les otorga una santidad especial (la cual es recordada hasta hoy en día al realizar el “Pidión Bejor” -la redención del primogénito).

 

 

Muchos filósofos judíos afirman que la Mezuzá que hoy en día ponemos en nuestras casas tiene su raíz simbólica en ese suceso histórico en el cual no fue la sangre del dintel la que salvó sino la devoción y compromiso judío con un D-s el cual se acuerda de los que se acuerdan de Él.


 

PARASHAT BESHALAJ

  “Y extendió Moisés su mano sobre el mar y el Eterno hizo soplar un fuerte viento solano toda la noche que puso el mar en seco, siendo divididas las aguas.  Y entraron los hijos de Israel en el mar en seco, y las aguas fueron para ellos como muros a la derecha y a la izquierda.  Y los persiguieron los Egipcios y entraron tras ellos en el mar los caballos del Faraón, sus carros y sus jinetes.  Y al despuntar el alba se dirigió el Eterno, entre la columna de fuego y nube, al campamento de los Egipcios sembrando el desconcierto entre ellos… Entonces se dijeron los Egipcios: “huyamos de ante Israel, ya que el Eterno pelea por ellos contra Egipto. “

(Exodo 14, 21-25)

Pregunta: ¿Cómo se atrevieron los Egipcios a perseguir al pueblo de Israel entrando al mar tras ellos?, ¿Acaso no es suficiente el ver las aguas partirse frente al pueblo como para temer siquiera acercarse al mar?  Y más aún después de haber presenciado todas las plagas en Egipto donde ninguno de Israel fue afectado…

 

Respuesta: 

Esta escena histórica impresionante, la cual ha aparecido en tantas películas, nos ha mostrado un cuadro diferente de la realidad.   Efectivamente, sería ilógico que los Egipcios viendo el mar partirse y el pueblo de Israel pasar por en medio, ellos los perseguirían hasta adentro como corriendo hacia su propia tumba.

 

Abarbanel nos aclara toda esta situación algo diferente a lo que nos hemos imaginado:

 

Recordando un poco lo que pasó antes de esto, los Egipcios alcanzaron al pueblo de Israel dejándolos sin salida, de un lado el mar y del otro sus perseguidores.  Antes de partirse el mar, el texto menciona que la columna de humo (la que guiaba al pueblo de Israel) se cambia de lugar y se sitúa entre el campamento de Israel y los Egipcios “y no se acercaron los unos a los otros toda la noche” (ibid. 12,20).

 

En el mismo versículo citado dice que esta nube, además de servir de separación entre los dos campamentos, cumplía dos funciones: por un lado alumbraba el campamento del pueblo de Israel y por el otro provocó una gran oscuridad en el campamento de los Egipcios.  Esto es, como una enorme muralla que alumbraba sólo para un lado.

 

Los Egipcios sabían que del otro lado de esa neblina se encontraba el pueblo de Israel  y prefirieron esperar, seguramente al despuntar el alba podrían ver el camino y así atacarlos en la mañana, de cualquier manera sus víctimas no tenían salida.

 

Aunque no lo creamos, la partición del mar se dio en esa misma noche y también el pueblo de Israel comenzó a cruzar desde antes de la madrugada (ver versículos 21 y 22).  Ahora bien, como se había aclarado anteriormente, los Egipcios no podían ver nada de lo que pasaba del otro lado de la nube; lo único que pudieron darse cuenta es de que esta columna comenzó a moverse hacia delante (ya que Israel estaba entrando al mar).  Ellos optaron entonces por seguir a la nube, de seguro, pensaron que esta neblina se estaba disipando y pronto podrían ver del otro lado.

 

Así entonces, mientras el pueblo de Israel iba avanzando dentro del mar y maravillándose de ese espectáculo teniendo las aguas como murallas a los lados, los Egipcios iban entrando al mar sin siquiera darse cuenta, lo único que percibían es que la neblina se movía y ellos iban tras ella.  Lo primero que empezaron a sentir es cómo sus carretas se atascaban en el lodo (vers. 25).  No fue sino hasta la mañana que se percataron dónde realmente estaban metidos y exclamaron “ ¡ huyamos de ante Israel.!!..”.  Desgraciadamente para ellos, ya no había marcha atrás.  El final de la historia, ya lo conocemos.

 

Ojalá que esta versión de los hechos “corregida y aumentada” sirva para actualizar nuestra película mental de este gran suceso y así transmitirlo en forma fidedigna a nuestros hijos.


 

PARASHAT ITRÓ

 

  “Y al día siguiente sentóse Moisés a juzgar al pueblo, y estuvo el pueblo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.  Y el suegro de Moisés, al ver lo que este hacía al pueblo le preguntó: ¿Qué haces con el pueblo?, ¿Por qué estás sentado solo y el pueblo está parado frente a ti desde la mañana hasta la tarde?…  No está bien lo que haces, así te debilitarás y también este pueblo que está contigo…  Permíteme que te aconseje…  debes escoger de entre el pueblo hombres capaces, temerosos de D-s, adictos a la verdad y enemigos del dinero mal habido y los pondrás por jefes de millares, jefes de cientos, jefes de cincuentenas, jefes de decenas. Y juzgarán al pueblo en todo momento; sólo te traerán las cosas mayores, pues ellos juzgarán las pequeñeces…  Y escuchó Moisés a su suegro e hizo todo lo que le había aconsejado”

(Éxodo 18,13-26 )

Pregunta: Con respecto al consejo de Itró (el suegro de Moisés), su idea es totalmente lógica y aceptable, sin embargo la persona más simple y con un poco de inteligencia podía haber deducido esto.  ¿Cómo es posible que al gran Moisés o a los sabios ancianos del pueblo no se les había ocurrido antes el delegar el sistema judicial y descentralizarlo?

 

Respuesta:

Ya varios comentaristas han desarrollado este tema y opinan que al estar Moisés en un grado de inspiración profética y separado del mundo material, le faltaban ideas prácticas para implementar este tipo de soluciones institucionales.

 

Abarbanel rechaza este tipo de razonamiento ya que la sabiduría de Moisés no se limitaba a asuntos espirituales abstractos sino incluía todo aspecto relacionado al liderazgo integral de un pueblo.  Además al estar tan cerca de D-s, Este podía también haberlo instruido en este sistema judicial.

 

El autor opina que al venir Itró antes de la entrega de la Torá, no existían otras personas entrenadas para llevar a cabo este trabajo, no existían todavía las leyes básicas en las cuales estos jueces pudieran basarse para resolver un conflicto.  Estas comienzan a aparecer en la parashá de Mishpatim donde se exponen todo tipo de situaciones relacionadas a daños y perjuicios.  Sin una legislación clara ningún sistema judicial puede ser efectivo.

 

Es por esto que en esta etapa Moisés concentraba todo este trabajo y no quería delegar a otras personas que por su propia iniciativa y lógica emitieran un veredicto; esto provocaría infinidad de apelaciones y conflictos ya que se basarían meramente en razonamientos subjetivos.  Es preferible entonces concentrar todo el trabajo por lo menos hasta la entrega de la Torá, que Moisés sabía que pronto ocurriría, cosa que su suegro no esperaba.

 

De acuerdo con lo anterior, Moisés efectivamente ya tenía planeado este sistema para un poco después, así como lo expone el versículo en Dvarim: “…pero ¿Cómo he de soportar yo solo vuestra molestia, vuestra carga y vuestros litigios?  Elegid entre vuestras tribus hombres sabios, probos y conocidos y los haré jefes vuestros…. de tal modo a los principales hombres de vuestras tribus los nombré jefes sobre vosotros…”  (Deut 1,12).

 

Al parecer, en este recuento de sucesos no aparece el consejo de su suegro, sino que lo atribuye a sí mismo.  ¿Por qué entonces en nuestra parashá dice “Y escuchó Moisés a su suegro, e hizo todo lo que le había aconsejado”?

 

Abarbanel opina que por respeto a su suegro le agradeció en el momento y le dijo que efectivamente implementaría su consejo; sin embargo Moisés ya lo tenía planeado para después de la entrega de la Torá.

 

El delegar es muy importante, sin embargo debe hacerse con responsabilidad y cuidado, de otra forma puede convertirse en una carga todavía mayor a la original.

 

 

  “Al tercer mes de la salida del pueblo de Israel de la tierra de Egipto, en aquel día llegaron al desierto del Sinaí…  Y acampó el pueblo de Israel frente a la montaña.  Y subió Moisés hacia D-s… “

(Éxodo 19, 1-3)

 

 “Y Habló D-s todos estos mandamientos diciendo: Yo Soy Hashem tu D-s que te sacó de la tierra de Egipto…”

(Éxodo 20, 1-2)

 

Pregunta:   ¿Por qué se entregó la Torá en este momento histórico? (Es decir, al tercer mes de la salida del pueblo de Israel de Egipto).  ¿Porqué no se le dio desde un principio a Adán, el primer hombre, cuando fue creado?, o ¿Por qué no a Noé al realizar el pacto (después del Diluvio)?, o ¿Por qué tampoco a Abraham Avinu, padre del pueblo judío, ni a ninguno de los otros patriarcas?;  sino que al pueblo de Israel completo en el Monte Sinaí. 

 

Respuesta: 

Una de las razones que expone Abarbanel está relacionada con las características del receptor, aseverando que no sería aceptable que se entregue la Sagrada Torá sino a un pueblo entero, grande en calidad y cantidad.

 

Así dijeron nuestros sabios (Yebamot 63) “La Divina Presencia no posa en menos de 22,000 personas de Israel…   Ya que, la multitud del pueblo es la gloria del Rey”.   La Torá entonces, no es apta para darse a una persona, o a dos o a diez, sino en forma pública y con gran multitud.

 

Algunos podrían argumentar que, Adán – el primer hombre- tuvo ordenanzas Divinas, al igual que Noé (los siete preceptos) y aún Abraham Avinu  como está escrito: “Dado que escuchó Abraham mi voz, y cuidó mis mandamientos, preceptos, leyes y estatutos” (Génesis 26,5).  Sin embargo, a ésto no se le puede llamar TORA como tal;  estas personas tan especiales tuvieron una profecía particular en la cual les fueron revelados ciertos preceptos con el fin de ser practicados por ellos mismos o sus familiares cercanos, para así acercarse más a la perfección y elevación espiritual.

 

El judaísmo, a diferencia de otras doctrinas y religiones basa su fe en una aparición colectiva  (se calcula que el pueblo de Israel contaba en ese momento con alrededor de tres millones de personas), y no en algún evento sobrenatural aislado ocurrido a un individuo o pequeño grupo de gente que intentó difundirla.

 

En esto radica la gran fuerza del Judaísmo y la veracidad de la Torá misma.  Este evento, único en su tipo donde “veían las voces (de D-s Mismo) y las antorchas y la voz del Shofar y el monte humeante…” (Cap. 20,15).  En donde el mismo pueblo ya no podía aguantar y se alejaban del monte pidiendo que Moshé hable en vez de D-s;  tiene como fin el grabar una imagen imborrable para las generaciones.

 

Basándose en esta hipótesis, Rabí Yehudá Haleví, en su libro El Cuzarí, analiza que tres millones de personas sería prácticamente imposible que propaguen un mensaje falso, ya que, de haber alguna mentira o invención individual, inmediatamente sería desmentida por otra fuente de raíz fidedigna.

 

Qué gran sorpresa, encontrar hoy en día, judíos de Yemen y de Polonia, de Siria y de Marruecos que cuentan con la misma Torá, letra por letra, y palabra por palabra.  De seguro, este gran mensaje universal es verdadero, eterno e inalterable.

 


 

PARASHAT MISHPATIM

 

  “Y subió pues Moisés al Monte, que fue totalmente cubierto por la nube.  Cernióse así la gloria del Eterno sobre el monte Sinaí, que quedó cubierto por la nube durante seis días, y llamó (D-s) a Moisés el séptimo día, de entre la nube.  Y la gloria del Eterno parecía un fuego devorador sobre la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel.  Entró Moisés en la nube sobre la cumbre y estuvo ahí durante cuarenta días y cuarenta noches.”

(Éxodo 24,15-18)

Pregunta: ¿Por qué tuvo que permanecer Moisés en el monte durante 40 días y 40 noches (y sin comer ni beber)?,  ¿Qué necesidad de estar todo ese tiempo y finalmente provocar la desesperación del pueblo que desembocó en el famoso becerro de oro?  Si pensáramos que la razón fue la hechura de las Tablas de la ley, realmente al ser labradas por D-s mismo, bastaría un momento o máximo un día…   Por otro lado si consideramos que Moisés necesitó ese lapso para poder aprender toda la Torá, ¿No puede D-s transmitirle todo ese conocimiento en mucho menos que 40 días?

 

Respuesta: 

Abarbanel explica que este precioso tesoro llamado TORA,  representaba una especie de creación totalmente nueva al ser revelada al mundo;  para este propósito, la persona que tendría esa enorme responsabilidad debía ser elevada desde un nivel humano hasta uno espiritual y separado del universo terrenal.  Para esto es necesaria una preparación íntegra tanto del cuerpo como del alma de la persona.

 

(Podríamos poner como analogía el trabajar con material radioactivo, de seguro que la persona encargada de manipularlo tendría que prepararse anticipadamente tanto en su vestimenta como mentalmente; de lo contrario, no sólo fallaría en su misión sino que podría salir seriamente afectado).

 

El autor hace una comparación con un embrión humano, el cual tarda precisamente 40 días hasta su completa formación básica; de la misma forma también Moisés tuvo que pasar por este periodo de gestación para convertirse en una criatura nueva.  Así también como el feto no ingiere alimento ni bebida alguna por la boca, Moisés no necesitó de esta energía para subsistir ya que su fuente provenía de “cordones umbilicales”  mucho más elevados.

 

Profundizando un poco más en la esencia del número cuarenta, encontramos que esta cifra representa casualmente renovación y gestación.  Por ejemplo: 40 días fue el diluvio, el cual engendró un nuevo mundo.  Durante 40 años en el desierto, Israel cobró carácter de nación transformándose de un grupo de esclavos en un pueblo de hombres libres.  Otro ejemplo podría ser la cantidad de agua que debe tener una Mikve, 40 SEA (Unidad de Volumen); de este modo, al sumergirse en ella adquiere uno renovación.  (Al ingresar en ella emula uno el estado del feto dentro de la placenta)

 

Así entonces, podemos concluir que este periodo de tiempo que Moisés permaneció en el monte no es simplemente una cuestión técnica de aprendizaje o hechura de las tablas sino el proceso mismo de elevación y renovación espiritual necesario para bajar a este mundo el código que otorga nada menos que el sentido y la razón de la existencia del hombre y el universo.


 

PARASHAT TRUMÁ

 

 

  “Y Me harán un santuario (Mikdash) y Yo posaré en él.  Como todo lo que Yo te enseño a ti, el modelo del tabernáculo y el modelo de los utensilios, y así lo habrán de realizar.”

(Éxodo 25, 8-9)

 

 

Pregunta:   ¿ Por qué D-s ordenó la construcción de un santuario para EL y más aún, cómo es que dice: “Y posaré en él”?;  ¿Acaso el Todopoderoso es un ente material que necesite de un lugar físico para habitar? Ya está escrito: “El cielo es Mi silla…  “(Isaías 66).  Igualmente el rey Salomón declaró al inaugurar el Templo: “He aquí que los cielos de los cielos no Te pueden contener, cuanto menos esta casa que he construido” (Reyes I 8,27).  ¿Cómo entonces se puede entender este concepto?

 

Respuesta: 

Efectivamente y por definición misma, no se le puede adjudicar a D-s Todopoderoso un lugar físico para habitar ni tampoco necesita una casa, ni santuario, ni tabernáculo por más sagrado o sublime que éste sea.

 

La intención Divina en la construcción del “Mishkán” y sus utensilios es que el pueblo de Israel sienta la cercanía del Todopoderoso y Su santidad sea tangible.  Que les sirva de guía y cobijo en el crudo ambiente del desierto y no sentir que han sido abandonados como “rebaño sin  pastor”.

 

No debemos olvidar que este pueblo, recién liberado de la esclavitud, estaba acostumbrado a todo tipo idolatría Egipcia, donde estos dioses eran accesibles a los sentidos de la vista y el tacto.  La dura tarea de asimilar la idea de un D-s sin forma e invisible, requería de un proceso paulatino en el cual “la casa de D-s” jugaría un importante papel.

 

Algunos comentaristas opinan que esta ordenanza de construir el “Mishkán” fue posterior al gran pecado del becerro de oro, donde el pueblo no pudo soportar la ausencia física de un D-s que los guíe.  Como consecuencia y entendiendo esta necesidad, este santuario cumpliría su cometido como simbolismo de que la Divinidad los acompañaría constantemente.

Mucha gente se cuestiona hoy en día: ¿Acaso D-s necesita de mis rezos?, ¿Le puede dar o quitar algo a D-s si voy o no a la Sinagoga?  Basándose en la idea expuesta anteriormente, la filosofía judía contesta de la misma manera: El Todopoderoso no necesita nada de nosotros, criaturas imperfectas de carne y hueso.  Más bien, el frágil ser humano es el que “carga sus pilas espirituales” al “conectarse” a la fuente eterna e interminable de energía.
“Harás dos querubines de oro batido que pondrás en el propiciatorio, situados uno frente al otro.  Ambos querubines estarán en los dos extremos.  Y los querubines con sus alas extendidas hacia arriba cubrirán el propiciatorio, y sus caras mirarán una frente a la otra…  Allí, sobre el propiciatorio, entre ambos querubines, Me revelaré a ti y te comunicaré lo que te mandare para los hijos de Israel.”

Éxodo  (25, 18-22)

 

 

Pregunta: ¿Cómo pudo D-s mismo ordenar la hechura de estos dos Querubines en el lugar más santo del templo?, ¿No se estaría violando con esto el segundo mandamiento (“No te harás escultura ni imagen alguna…”) dicho apenas hace unos días en el Monte Sinaí?

 

Respuesta:

Abarbanel ataca este problemático asunto desde un punto de vista simbólico.  Antes que nada debemos ubicar la posición de los querubines, éstos se encontraban por encima del compartimiento donde estaba la Torá otorgada por D-s; el hecho de que tenían las alas extendidas hacia arriba hace alusión a esto.

 

Con respecto a su fisonomía, el Midrash comenta que sus caras eran de niños pequeños, hombre y mujer y viéndose uno al otro.  Esto representa la pureza e inocencia infantil donde no existe pecado ni falta alguna; todos, tanto hombres como mujeres deben ocuparse en la Torá, cuidarla y estudiarla; a la vez, recalca el amor y la amistad que debe existir entre los hombres para que la providencia Divina pose entre nosotros.  Es por esto que D-s mismo le habla a Moisés de entre los Querubines.

 

A final de cuentas, estas figuras no podían considerarse como idolatría ya que D-s mismo lo prescribió y describió exactamente su hechura y el material de que debían hacerse; cosa muy diferente habría sido que un artesano común los hubiera ideado.  Todo el tabernáculo fue realizado en nombre de D-s y para EL, por tanto, cualquier elemento que el Rey de Reyes incluye, es entendible que es para engrandecer y honrar su Gran Nombre.  Dato interesante es que, de las frases que más se repiten en estos capítulos que hablan de la construcción del tabernáculo,  es: “…e hicieron conforme a lo que D-s había ordenado a Moisés”.

 

Un ejemplo ilustrativo podría ser que un emperador mandara hacer para su silla unas figuras decorativas en forma de leones; a nadie se le ocurriría idolatrar a éstos cuando pertenecen al mismo trono real.

 

Prueba de ello es que en ningún momento posterior se toman estos Querubines como instrumento o motivo de idolatría, siempre fueron considerados como un elemento más de los incluidos en el tabernáculo sagrado.


 

PARASHAT TETZAVÉ

 

  “Y llevará Aharón los nombres de los hijos de Israel en el pectoral, o sea sobre su corazón, cuando entre al santuario como recordatorio perpetuo ante el Eterno.  Y pondrás  en el pectoral los Urim y los Tumim, que llevará Aharón sobre su corazón al entrar en el santuario del Eterno”

 

(Éxodo 28, 29-30)

 

 

Pregunta:  De todas las vestimentas de Aharón y los Cohanim, se describe la forma y el modo de hacerse; sin embargo los Urim y Tumim no explica realmente lo que son, ni cómo deben de hacerse.   Más aún, estos términos no se utilizan con anterioridad en ninguna otra parte de la Torá, ¿Cómo entonces el texto los menciona como si ya fueran conocidos? Y ¿Qué función desempeñaban?

 

 

Respuesta: 

Muchos de los comentaristas opinan que los Urim y Tumim son realmente las 12 piedras preciosas que llevaba el Cohen en el pectoral y que representaban las 12 tribus (ver versículos 15-21).  Estas piedras se iluminaban cada vez que se hacía una consulta a D-s ya sea por un Rey o una personalidad pública.  De aquí se deriva el nombre Urim, del término Or (luz o alumbramiento) y Tumim del vocablo TAM (en el sentido de completar o confirmar).

 

Abarbanel sin embargo, no se conforta con esta explicación ya que habría una duplicación innecesaria del texto; se estaría repitiendo la descripción del pectoral sin aportar información adicional.  Es por esto que explica que este elemento extra es un escrito del nombre de D-s que se insertaba dentro del pectoral y es el que provocaba el alumbramiento de las piedras.  (como si fuera una pila interna)

 

Una comprobación de ello es la falta de descripción técnica del Urim y Tumim, a diferencia de muchos otros objetos en los cuales se mencionan los materiales y la forma de hacerse, este elemento era simplemente un escrito a mano, del nombre sagrado de D-s en un pergamino.

 

Ahora bien, ¿Para qué servía este recurso y quién podía utilizarlo?, ¿Qué diferencia hay con la profecía y cómo se llevaba a cabo?  Nuestros sabios establecen tres condiciones para esta consulta: 

 

·La primera tiene que ver con el que pregunta, sólo puede ser un Rey o una corte suprema o alguien que el público lo necesita;

 

·La segunda se relaciona con el tipo de pregunta, debe necesariamente ser algo que involucre al pueblo de Israel en general.

 

·La tercera restricción se refiere a la persona que lo lleva, el cual debe ser un Cohen supremo y que cuente con inspiración Divina.

 

La técnica entonces era hacer una pregunta y la respuesta aparecía al iluminarse las diferentes piedras del pectoral; ahora era tarea del Cohen interpretar  mediante el posicionamiento correcto de las letras y su justa combinación.

 

De acuerdo al RAMBAM (Maimónides) este nivel era inferior al de la profecía, sin embargo presentaba ciertas ventajas: Mientras que la profecía no era inmediata y accesible en cualquier momento, este sistema permitía una respuesta rápida y concreta.  Además para obtener la profecía se requería de una preparación especial de la persona y tomaba a veces bastante tiempo.

 

A lo largo de la Biblia encontramos ejemplos de gente que utilizó este recurso como el Rey David (Samuel A-23) con el fin de saber si salir a la guerra o no; por otro lado el Rey Saúl que llegó un punto donde perdió todo contacto con D-s y ni siquiera pudo consultarlo con este medio (Samuel A –28).

 

En tiempos donde la hechicería y la magia eran los medios más utilizados para todo tipo de asuntos cotidianos, los Urim y Tumim reforzaron la convicción de que Israel cuenta con medios directos para llegar a D-s y poder recurrir a El en todo momento de necesidad y bajo cualquier circunstancia.


 

PARASHAT KI-TISÁ

 


“Y vio el pueblo que tardaba Moisés en bajar del monte, y se congregó el pueblo sobre Aharón y le dijeron:  Levántate y haznos un dios que vaya frente a nosotros, ya que este hombre, Moisés, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, no sabemos que pasó con él… “

 

“…Y tomó (Aharón) de sus manos (el oro) y formó un molde e hizo un becerro metálico y dijeron: Estos son tus dioses, Oh Israel, que te hicieron subir de la tierra de Egipto”

(Éxodo 32, 1- 4)

Pregunta:   ¿Cómo pudo el pueblo de Israel decir sobre el becerro de oro “Estos son tus dioses que te hicieron subir de la tierra de Egipto”?   ¿Acaso eran tan tontos o locos como para pensar que este becerro, hecho apenas en un día, los había salvado?  ¿Y, cómo pudieron olvidarse tan rápido lo que oyeron apenas hace cuarenta días en Sinaí “Yo Soy Hashem tu D-s que te sacó de la tierra de Egipto” y hacer ahora idolatría?

 

Respuesta: 

Varias son las opiniones de los diferentes comentaristas acerca de este hecho tan trascendental del becerro de Oro.  Desde los que acusan categóricamente al pueblo por idolatría total hasta los que tratan de explicar este comportamiento como una búsqueda de “dirigente sustituto” ya que Moisés no regresaba. 

 

Prueba de esto último -dice el RAMBAN (Najmánides)- es que, al bajar Moisés del monte, nadie defendió al becerro y no les importó que lo destruyeran quemándolo.  Por el mismo camino sigue  Abarbanel basándose en la idea de Rabí Yehudá Haleví expuesta en su libro El Cuzarí.  En éste,  pone como antecedente el entorno histórico en el cual, el común denominador de la cultura mundial era la adoración de dioses tangibles y accesibles a los sentidos; definitivamente la idea de un D-s invisible era algo demasiado vanguardista e innovador en esa época.

 

Esto último, aunado a que Moisés estaba ya en el monte cuarenta días, sin haber llevado comida ni bebida, alimentó la inquietud de buscar un líder alternativo.  El que hayan dicho “este hombre, Moisés… no sabemos que pasó con él”  insinuó que ya no querían alguien de carne y hueso, sino un ente más elevado pero a la vez tangible.  Su pecado no recaía en idolatría sino en la fabricación de una imagen o forma divina.

 

El argumento principal de “la defensa” del pueblo de Israel radica en la cantidad de los pecadores.  Finalmente, los que mueren como castigo después de este suceso fueron solamente tres mil hombres (Éxodo 32,28), de un total de seiscientos mil; estamos hablando de un 0.5% del pueblo.  Este hecho, pone ya en proporción real la magnitud del evento, reduciéndose a un pequeño grupo de incitadores rebeldes.

 

¿Por qué entonces se ha magnificado tanto “El pecado del becerro de oro”?.  Muchos lo comparan a una pequeña mancha en la blanca túnica que vestía el pueblo de Israel apenas después de recibir la Torá; aparte, es ya conocida la frase “Kol Israel Arevim Ze la Ze” (Todo Israel es responsable uno del otro), ésto es, la mayoría debió haber influenciado a la minoría perjudicial.

 

Con todo ésto, el Maná no dejó de caer, las columnas de humo y de fuego siguieron delante del pueblo, las tablas fueron repuestas y el contacto profético no cesó;  evidencia clara que D-s no abandonó a su pueblo a pesar de que algunos sí trataron de abandonar Sus ordenanzas.

 

·“Y como viese el pueblo que Moisés demoraba mucho en descender de la montaña, se acercó el pueblo a Aharón y le dijeron: Levántate y haznos dioses que nos protejan, porque no sabemos qué fue de ese Moisés que nos hizo subir de la tierra de Egipto.  Entonces les contestó Aharón: Quitad los arillos de oro que hay en vuestras mujeres, de vuestros hijos e hijas y traédmelos.  Y quitóse toda la gente los aros de sus orejas y los llevaron a Aharón, que los tomó de sus manos y fabricó con ellos mediante el buril un becerro de fundición…  Y el propio Aharón construyó un altar para el becerro y anunció: Mañana será fiesta solemne al Eterno.”

Éxodo  (32, 1-6)

 

 

Pregunta:  ¿Cómo pudo ser posible que el gran Aharón aceptara realizar este ídolo provocando un gran pecado al pueblo de Israel?, ¿No acaso era preferible entregar aún su vida santificando el nombre de D-s y no llegar a este nivel de bajeza espiritual?.  Y ¿Cuántos en toda la historia judía, que ni siquiera llegaban a la estatura de Aharón, prefirieron morir a espada o en la hoguera antes de postrarse ante una imagen?

 

Respuesta:

Con el fin de entender el comportamiento de Aharón, Abarbanel se basa principalmente en el comentario del RALBAG (Exegeta Medieval): 

 

Moisés sube al monte sin ningún tipo de provisiones y a diferencia de las veces anteriores que bajaba el mismo día, ahora se dilata 40 días y 40 noches.  No olvidemos también que este monte continuaba cubierto de humo y fuego desde que D-s habló directamente los 10 mandamientos.   Definitivamente no era un lugar muy accesible para sobrevivir.

 

Al pasar los días, la gente comenzó a preguntarse el paradero de su líder e idear alternativas;  esta vez prefirieron algunos no seleccionar un hombre de carne y hueso que lo sustituyera ya que podría correr la misma suerte que Moisés; sería mejor una figura simbólica que los guiara.   No hay duda que esta presión del pueblo a los dirigentes iba cada vez en aumento y mientras pasaba el tiempo la gente se desesperaba más, hasta llegar el punto que asesinaron a Jur (hijo de Miriam) dada su negativa total a hacer un ídolo.

 

Aharón pensó que si tomaba la misma actitud que su sobrino, correría su misma suerte y no sólo eso sino que el pueblo de igual forma haría este ídolo a su manera y serían exterminados por D-s.  Cuando ya era intolerable la presión, ideó entonces una táctica para hacer tiempo y retrasar el suceso hasta que Moisés baje.  Lo primero fue el pedir oro, no sólo a aquellos interesados sino el de sus esposas e hijas; como suponemos, las mujeres no iban a ceder tan fácil a esta petición…  sin embargo esta gente se apuró a recolectar y juntar la cantidad necesaria para este proyecto .

 

Con el fin de ganar más tiempo, ya hecho el ídolo, proclamó una fiesta para D-s (ojo: no para el becerro) al otro día;  sin embargo el entusiasmo de la gente hizo que desde muy temprano comenzaran a festejar y sacrificar adorando a esta figura.  El resto de la historia ya es conocida…

 

Aún cuando comprobamos que la intención de Aharón era positiva, tratando lo más posible de retrasar este evento,  Moisés a su descenso recrimina a su hermano diciendo “¡Qué te hizo este pueblo para que le hicieras incurrir en pecado tan grande!” ya que a final de cuentas se le atribuye a Aharón la construcción del becerro, así como dice: “Y el Eterno castigó al pueblo por el becerro de oro que les hizo Aharón” (ibid. 32,35)

 

De cualquier forma Aharón mantuvo y elevó su posición espiritual llegando al nivel más elevado al ser nombrado sumo sacerdote por D-s mismo, al concluirse la construcción del tabernáculo unos meses después.


 

PARASHAT VAYAKEL

 

 “Y reunió Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: Estas son las cosas que ordenó hacer el Eterno, Seis días trabajarás y en el Séptimo descansarás, pues será día Santo, es decir, dedicado al Eterno.”

(Éxodo 35, 1-2)

 

 

Pregunta: Al reunir Moisés a todo el pueblo y explicar la ordenanza del “Mishkán” (Santuario), comienza antes con el precepto del Shabat.  ¿Por qué vuelve a recalcar esta Mitzvá aún después de haberla ya incluido en los 10 Mandamientos?, ¿Qué necesidad hay de repetir este precepto y justo en este momento?

 

 

Respuesta: 

La mayoría de los comentaristas coinciden en que la Mitzvá de Shabat se recalca en este momento para enseñarnos que aún los trabajos sagrados del Mishkán (Santuario) no pueden ser realizados en este día.  Muchos podrían suponer que al tratarse de una labor dedicada a D-s mismo, no se debiera perder ni un minuto y podría profanarse el Shabat.

 

En la parashá pasada (Ki-Tisá), al recordarse también el Shabat,  Abarbanel profundiza más en las prioridades del hombre y los métodos ideales para el acercamiento al creador:

 

Uno podría argumentar que la acción física y el poder creador es más elevado y sublime que la contemplación pasiva y el descanso, a tal grado que el hombre constantemente se preocupa en preparar, anticipar y prever el futuro incierto.

 

“No hay tiempo ahora para descansar ni disfrutar lo trabajado, más vale aumentar un peldaño en la escalera que ocuparse un momento en voltear hacia abajo y gozar lo escalado.”  Así entonces, la vida se nos pasa edificando plataformas para que al final otros sean los que se asienten en ellas; cuando creemos que es tiempo de hacer una pausa y reposar, nuevas escaleras se presentan para ser desafiadas.

 

Si analizamos más a fondo los días de la creación, realmente la cúspide y sentido final de la obra de D-s no es la creación per se  sino el Shabat: “Y bendijo D-s el séptimo día y lo santificó, porque en él descansó de toda la obra que había creado”.  La palabra “descansó” lógicamente no puede atribuirse a un ser Todopoderoso en el cual no cabe el término “cansancio”,  sino más bien retomando el vocablo hebreo queda: “ki bo Shabat” (Porque en él suspendió –del vocablo “lishbot”).

 

Cabe la pregunta: ¿Qué suspendió D-s exactamente?; de acuerdo al RAMBAN (Najmánides) cesó la creación ex –nihilo  o sea hacer algo de la nada.  Esto significa que hasta antes del séptimo día, D-s se constreñía a sí mismo (en sentido alegórico) dejando espacio para más materia y menos espíritu. El Shabat viene entonces a recobrar la espiritualidad del mundo e inyectarle energía Divina a la creación.

 

Regresando pues a la obra del Santuario podemos entender ahora que el descanso espiritual del Shabat  construye más que la obra más sagrada que pueda existir, el hacer un alto en nuestras labores cotidianas nos permite regresar a nosotros mismos y a las meras raíces que nos dan sentido a la existencia.


 

PARASHAT PEKUDEI

 

  “E hizo Moisés como todo lo que le había ordenado Hashem a él, y así lo hizo.  Y en el primer mes del segundo año en el primer día del mes se erigió el Mishkán (Santuario)”

(Éxodo 40, 16-17)

 

Antecedente: A lo largo de las últimas cuatro Parashot (Caps. 25-40), la Torá se ha dedicado, en su mayor parte, a describir la ordenanza y construcción del Mishkán.  Se detalla cada una de las partes que lo compone, desde sus cimientos hasta los utensilios.

 

Preguntas: ¿Por qué dedica la Torá dos parashot (Trumá y Tezavé) para la ordenanza de la construcción del Mishkán y otras dos (Vayakel y Pekudey) para describir la actual obra?  ¿Cuál es la razón de extenderse tanto en este tema?

 

Respuesta: 

Una de las respuestas que menciona Abarbanel se basa en el siguiente Midrash: “Dijo Rabí Yaacov hijo de Rav Yosi: ¿Por qué está escrito: Hashem, he amado los aposentos de Tu casa y el lugar de Tu honorable Santuario (Salmos 28,6)?”, ya que se compara con la misma creación del mundo de la siguiente manera:

 

En el Mishkán está escrito (Éxodo 25):

En la creación menciona (Génesis 1):

 

 

“Y separará el Parojet (cortina)”

“Sea la expansión dentro de las aguas y separe entre las aguas…”

“Y harás un lavabo de cobre, y pondrás ahí agua”

“…Y júntense las aguas”

“Y harás la Menorá (candelabro) para dar luz”

“Háganse las grandes lumbreras”

“Y los Querubines tenían extendidas sus alas”

“Y las aves que vuelan sobre la expansión de los cielos”

“Y ahora tú acerca a Aharón tu hermano”

“Y la trajo (a Eva) hacia el Hombre (Adán)”

“Y se terminó todo el trabajo del Tabernáculo”

“Y fueron terminados el cielo y la tierra”

“Y los bendijo a ellos Moisés”

“Y bendijo D-s el séptimo día”

“Y lo santificó y a todos los utensilios”

“Y lo santificó (al Shabat) ya que en él reposó”

 

La anterior comparación insinúa que el Mishkán y sus utensilios no eran simplemente un lugar físico para reunir al pueblo en oración o plegaria, sino mucho más que eso.  Esta construcción evoca la edificación espiritual del mundo; así como hubo una creación física, durante los seis días del Génesis, hubo también aquí un paralelo en la dimensión de lo sagrado.

 

Cada uno de los detalles que aparecen descritos en la construcción del Santuario es tan necesario como el diseñar el vuelo de una mariposa.  Esto nos hace reflexionar que cada uno de los componentes del mundo físico tiene su contraparte espiritual que se encarga de darle sentido y razón de ser.  ¿Qué sería de un universo sin propósito?

 

La Torá, como un libro que guía nuestras vidas, compuestas tanto de elementos materiales como espirituales, nos enseña cómo aprovechar de la mejor forma este mundo, complejo como rompecabezas, el cual muchas veces no sabemos ni por dónde se empieza a armar.


VAIKRÁ
VAIKRÁ:

Vaikrá Tzav Shmini Tazria Tazria-Metzora
Ajarei-Mot Kedoshim Emor Behar Bejukotai

VAIKRÁ – LEVÍTICO

 

PARASHAT VAIKRÁ

 

  “Y llamó el Eterno a Moisés y le habló desde el tabernáculo diciéndole:  Diles a los hijos de Israel, cuando alguno de vosotros quisiere brindar una ofrenda de ganado al Eterno, le hará de vacuno o de ovino…  y apoyará su mano en la cabeza del animal, que le será aceptado para la expiación.  Y degollará el ternero ante el Eterno, y los sacerdotes hijos de Aharón, ofrecerán la sangre, que rociarán alrededor del altar que está junto a la entrada del tabernáculo.”

(Levítico 1, 1-5)

 

Pregunta:  ¿Cuál es la finalidad de los sacrificios?, ¿Por qué D-s habrá ordenado este tipo de rituales que aparentan ser costumbres paganas?

 

Respuesta:

Abarbanel al analizar este controvertido tema, comienza exponiendo las opiniones de dos grandes pilares de la filosofía judía: El RAMBAM (Maimónides) y el RAMBAN (Najmánides).  Ambos, sabios medievales, el parecido de cuyos nombres en nada hace intuir la oposición extrema de sus comentarios.

 

El autor comienza con la tesis del RAMBAM, quien opina que los sacrificios no fueron ordenados a priori, o sea que no era la intención inicial de D-s hacia el pueblo de Israel sino que, ya que era un rito usual en ese tiempo y la gente estaba acostumbrada a adorar sus dioses mediante las ofrendas animales, se ordenó que ahora fueran dedicados al Uno y  único D-s.  De otra forma hubiera sido un cambio muy drástico para la gente prohibiendo cualquier costumbre pagana.

 

Hace la comparación de si viniera hoy en día algún profeta a anunciarnos que D-s ordenó no rezarLE ni ayunar ni pedir en momentos de aflicción, sino que lo único que EL quiere es servirle con el pensamiento sin ninguna acción relacionada; realmente sería absurdo para nosotros y difícil de aceptar.  Es por eso que el Todopoderoso mantuvo esos ritos y los modificó o adaptó para que la gente los dedicara a EL.

 

El RAMBAN critica fuertemente esta postura y se expresa diciendo que la opinión anterior degrada y hace de menos el santo servicio del Templo de D-s, reduciéndolo a un nivel de decir: “como no hay de otra…  te permito seguir haciéndolo.”  Siendo que la Torá misma define los sacrificios como “Lejem Ishe LaHashem”  (El pan ofrendado a D-s).   Además de esto, tanto Noé como Caín y Abel hicieron sacrificios sin siquiera existir en el mundo la idolatría; esto comprueba que este tipo de servicio SI tiene un fundamento espiritual elevado per-se y no simplemente representa una reminiscencia del paganismo.

 

Ya que el RAMBAM no vivió para poder contestarle a su opositor, Abarbanel toma el papel de “abogado” y lo defiende con los siguientes argumentos:

 

Sí existe una diferencia entre las ordenanzas generales y constantes como Tefilín, Mezuzá, Tzizit y los sacrificios, ya que éstos solamente son válidos en cierto tiempo (cuando hay Templo) y se llevan a cabo por cierto grupo de gente (los sacerdotes); o sea que no es un servicio apto para cualquier persona en cualquier momento.  Además cuántos profetas como Samuel (A, 15) e Isaías (1), reprendieron al pueblo diciendo “Acaso prefiere D-s sacrificios u ofrendas que oír la voz de D-s”.

 

Con respecto al argumento de Noé, Caín y Abel, el autor opina que aunque no existía la idolatría, ellos consideraron que al realizar este servicio se acercarían más al Creador (Korbán-Karov) por el hecho de tomar al animal como expiación y ofrecerlo a D-s a cambio de sus propios cuerpos; sin embargo no significaba que ésta fuera la preferencia inicial de D-s.  Fue una actividad espontánea que poco a poco otros la degradaron tomando el rito como un fin y no como un medio para acercarse a D-s.

 

Así, aunque hoy en día este tipo de servicio es lejano para nosotros y no se practican ya sacrificios, esta famosa discusión entre los grandes filósofos nos ilustra e ilumina el camino del apego a D-s y el cómo debemos relacionarnos con Su esencia y cumplir Sus mandamientos. 
 

PARASHAT TZAV

 

   “Esa es la ley del holocausto (Olah), de la ofrenda vegetal (Minjá), de la ofrenda expiatoria (Jatat), de la ofrenda de culpa (Asham), de la ofrenda por la consagración sacerdotal (Miluim) y del sacrificio pacífico (Zevaj Hashlamim).”

(Levítico 7, 37)

 

 

Pregunta: ¿Qué aprendizaje práctico extraemos de los sacrificios (korbanot)?.  Aún aunque hoy en día no los realizamos, ¿Contienen algún elemento actual?

 

Respuesta: 

Abarbanel enfrenta este cuestionamiento (ya desde el siglo XV) basándose en las palabras de Rabí Yoshua Ben Leví (Talmud, Brajot 26b): “Los rezos fueron instituidos de acuerdo a los sacrificios diarios”. 

 

Así, el sacrificio de Olah, que ardía durante toda la noche, corresponde a Tfilat Arvit (rezo nocturno).  El sacrificio Tamid, que se realizaba por la mañana, es la raíz del rezo de Shajarit.  Y la ofrenda de Minjá, insinúa el rezo vespertino llamado con el mismo nombre.

 

Cabe ahora preguntar, ¿Qué relación hay entre los sacrificios del templo y los rezos diarios?, ¿Cómo es que una ofrenda pueda ser sustituida por una plegaria?  Realmente, el significado de “Korbán” (comúnmente traducida como sacrificio), tiene su raíz en la palabra “Karov” (cercanía);  su finalidad principal es el acercamiento entre D-s y el hombre.  Actualmente, nuestro único contacto que queda es por medio de las Tfilot diarias.

 

 El autor cita al libro El Cuzarí (Rabí Yehudá Haleví) que compara el rezo con la comida del cuerpo.  Así como la parte física del ser humano es alimentada tres veces al día, el alma también debe ser atendida.  De la misma manera en que uno siente hambre después de algunas horas de no haber comido, el alma, silenciosamente nos llama para que nos conectemos a esa fuente de energía espiritual. 

 

Esta revolucionaria idea, expuesta ya hace más de 500 años, seguramente nos hace reflexionar cuanta hambre hemos hecho pasar últimamente a nuestras raquíticas almas, que con sus tenues gemidos han clamado sin ser escuchadas por el gran ruido de una sociedad cada vez más preocupada por el mundo material.

 

No podemos sorprendernos al ver cómo hoy en día, después de tanto ayuno,  observamos brotes desesperados de sed espiritual que llevan muchas veces al ahogo súbito en fuentes falsas como las drogas y el alcohol.

 

Al parecer, el profeta Amós ya lo había vislumbrado y nos plantea una alternativa más legítima:

 

“He aquí que vendrán días, dice D-s, en que mandaré hambre a la tierra, no hambre de pan ni sed de agua, sino de escuchar la palabra de D-s”   (Amós 8,11)
 

PARASHAT SHMINI

 

  “Y les dijo el Eterno a Moisés y Aharón: Decidles a los hijos de Israel, Estos son los animales que podréis comer entre los que hay sobre la tierra.   Todo el que tiene pezuñas partidas y rumia, podréis comer. Pero no comeréis los que sólo rumian o sólo tienen pezuña partida.  El camello, que rumia pero no tiene pezuña partida, será inmundo para vosotros; el conejo, que rumia mas no tiene pezuña partida, es inmundo…

(Levítico 11, 1-5)

 

Pregunta:  ¿Por qué fueron prohibidos los animales que no cumplen con estos dos requisitos (rumiante y pezuña partida)?, ¿Será acaso por cuestiones higiénicas o de salud corporal?  Sin embargo observamos como tanta gente los consume y se ven tan sanos y bien alimentados…

 

Respuesta:

Abarbanel explica que estas dos características: el que tenga pezuña partida y que sea rumiante no son la causa para que un animal sea consumido o no, es decir, no por ese factor se hace Kosher ese animal.  Más bien son dos señales que la Torá nos proporcionó para identificar los animales que se permite comer.

 

Profundizando más en la naturaleza de este tipo de animales, el hecho de que sea rumiante implica que su alimentación es 100% vegetal y no come otros animales; por ende, no requiere de garras ni otro tipo de “arma para cazar”.  Su alimento se encuentra por doquier y por tanto engordan con más facilidad y su carne es abundante; su carácter no es agresivo y en su mayoría son domesticables.

 

El autor niega rotundamente que estas prohibiciones alimenticias tengan algo que ver con cuestiones de salud corporal, la Torá no puede ser reducida a un libro de consejos nutricionales; además como ya se expone en la pregunta, ¡Cuánta gente hay que come estos animales prohibidos y viven tanto tiempo sanos y fuertes!.  La razón entonces se encuentra en la contaminación espiritual más que en la física así como lo expone el versículo: “No impurificaréis vuestras almas…” (ibid. 11,43)

 

En la parashá de Reé (Deuteronomio 14), donde también se recalcan estas leyes alimenticias, Abarbanel hace un análisis adicional acerca del consumo de carne en general.  Es sabido, que el primer hombre, ADAN, tenía prohibido comer cualquier tipo de animal y recién después del Diluvio se le permitió a Noé y sus hijos consumir carne “Todo lo que se arrastre y viva, será alimento para vosotros, lo mismo que la verde hierba; os doy todo” (Génesis 9,3)

 

Según el autor, la dieta ideal con la que el hombre llega a su máximo nivel, es como originalmente estaba planeado, que el hombre fuera vegetariano; sin embargo, con la degradación generacional y el descenso espiritual fue que se permitió posteriormente el consumo de carne. ¿Cómo se explica esto? El midrash (Vaikrá Rabá 1) lo compara a un médico que visita a dos enfermos, uno de ellos es terminal y su muerte se aproxima, el otro tiene posibilidades de recuperarse.  Al primero le dice que puede comer lo que quiera ya que de cualquier forma pronto morirá, sin embargo al segundo le impone una estricta dieta con el fin de poder curarse.  Así pues, una generación tan degradada como la del Diluvio, no tenía vuelta atrás.

 

No es sino hasta que el pueblo de Israel llega al Monte Sinaí y recupera el nivel espiritual de ADAN, que D-s vuelve a establecer una restricción alimenticia; un pueblo que presencia y oye al mismo Creador tiene ya la capacidad de elevar nuevamente su cuerpo y alma.  (Es por esto que en Shavuot se acostumbra comer alimentos lácteos y no carne).

 

¿Hacia dónde apunta la tendencia mundial con respecto al tema de la nutrición?, es claro que cada vez se le encuentran menos ventajas al consumo de la carne y constantemente escuchamos nuevas propiedades y bondades de los alimentos vegetales. 

 

Es interesante notar cómo el profeta vislumbró el final de los tiempos ratificando esta tendencia, la cual nos llevará al nivel original del primer hombre: “Y el lobo morará con el cordero, y el leopardo se acostará con el cabrito… y la vaca y el oso comerán juntos…y el león comerá paja como el buey” (Isaías 11,6)
 

PARASHAT TAZRIA

 

  “Y le dijo el Eterno a Moisés: Diles a los hijos de Israel: Si una mujer ha dado a luz un varón, quedará impura siete días…  pero si diere a luz una niña será impura durante dos semanas… Y al cumplirse los días de su purificación, ya sea por hijo o por hija, traerá al sacerdote un cordero de un año por holocausto y un pichón de paloma o una tórtola por ofrenda expiatoria.”

(Levítico 12, 1-6)

 

 

Pregunta: ¿Por qué establece la Torá una diferencia entre dar a luz un niño y una niña; siendo los días de impureza para la madre siete y catorce respectivamente?   ¿Porqué al cumplirse los días de purificación debe la madre traer un Korbán (sacrificio)?

 

Respuesta: 

Como introducción a este tema de Pureza e Impureza (Tahará y Tumah) es pertinente exponer la idea de R. Yehuda Halevi en su libro El Cuzarí (2, 60), en donde explica estos conceptos mediante la ecuación:  Tahará = Vida y Tumah = Muerte.  En el lugar donde existe el potencial de vida, también existe el potencial de muerte, es por ello que estos dos términos están íntimamente relacionados (3, 49).

 

A diferencia de lo que se presta a entender, la Tumah no tiene que ver con suciedad o inmundicia; esto lo podemos comprobar de la misma raíz de la impureza -“Tumat Hamet”-  (Números 19-14) “Esta es la ley aplicable cuando un hombre muere en una tienda.  Todo lo que hubiere en la tienda o entrare a ella quedará impuro durante siete días”.  Puede este lugar estar totalmente esterilizado y sin bacterias, sin embargo, el simple hecho de que hay un muerto ahí vuelve a cualquier elemento “impuro”.

 

La contraparte -“Tahará” –  tiene que ver con vida o potencial de vida;  es por esto que la mujer, durante sus días de ovulación, guarda el ‘status’ de pureza mientras que durante la menstruación, el haber perdido ese potencial creador de vida provoca la impureza.  Estamos pues tratando con términos espirituales.

 

De la misma manera, mientras la mujer contiene una criatura viva dentro de ella, nunca perderá su situación de “pureza”.  Sin embargo, al dar a luz, una nueva vida surge y se desprende de ella;  el hueco que genera, da lugar a “impureza” por la falta de vida que quedó en ella.  Con base en lo expuesto anteriormente, varios pensadores y filósofos opinan que el hecho de dar a luz una niña, -la cual a su vez, lleva en ella el potencial creador de vida- necesita doble periodo de “purificación”, uno por la madre, y uno por la hija.

 

Ahora bien, con respecto al Sacrificio (Korbán) que debe traer posterior a este periodo, no tiene nada que ver con algún pecado o trasgresión que hubiere hecho; más bien, se explica con la raíz de la palabra “Korbán” (Karov = Cerca), Abarbanel aclara que la razón principal es la renovación del vínculo con el Creador agradeciendo el haber salido sana y salva del peligro inherente al parto.

 

Hoy en día y desde la destrucción del Sagrado Templo, hemos perdido este íntimo y especial contacto con nuestro Creador, no tenemos acceso al elevado y místico concepto de la  “Tahará”.  No nos queda más que elevar nuestras plegarias al Cielo pidiéndole a D-s:  “Vetaher Libeinu Leovdejá Beemet”  (Purifica nuestros corazones para servirte con sinceridad), esperando con fervor la re-construcción del Bet Hamikdash.
 

PARASHAT TAZRIA-METZORÁ

 

  “Y le dijo el Eterno a Moisés y Aharón: Cuando un hombre tenga en la piel de su carne un tumor, una excrecencia o una postilla como de apariencia de lepra, será traído ante Aharón el sacerdote o ante uno de sus hijos los sacerdotes.  Y el sacerdote examinará la afección de la piel, y cuando el pelo se torne blanco en el lugar afectado y éste fuese más hundido que el resto de la piel, la enfermedad es lepra.  El sacerdote tras el examen lo declarará impuro.”

(Levítico 13, 1-3)

·“…y el sacerdote tomará un poco de la sangre de la ofrenda de culpa y mojará con ella el lóbulo de la oreja derecha del que se purificare, y también el pulgar de su mano derecha y el pulgar de su pie derecho…”

(ibid. 14, 14)

·“Y le dijo el Eterno a Moisés: Cuando viniereis a la tierra de Canaán que os doy en posesión, y pusiere mancha de lepra en alguna casa de esta tierra, el dueño de la casa acudirá al sacerdote…”

(ibid. 14, 33-35)

 

Pregunta: Siendo la lepra una aparente enfermedad de la piel, ¿Por qué ordenó la Torá acudir con un sacerdote y no tratarla con un doctor especialista (un dermatólogo)?;  ¿Por qué parte de la “curación” se lleva a cabo de esta extraña manera (lóbulo y pulgares)?;  ¿Cómo puede ser que esta afección pueda extenderse a casas o entes materiales?

 

Respuesta:

Abarbanel explica que esta enfermedad, a diferencia de cualquier otra, va más allá de una patología normal; aquí además de la afección corporal, se involucra otro factor primordial: la TUMAH (Impureza).  Como se ha explicado anteriormente, este término no está relacionado con suciedad o inmundicia sino con una enfermedad espiritual; así como lo explica el versículo: “No impurificaréis vuestras almas” (ibid. 11,44).  Es por esto que aquí, más que un tratamiento médico convencional, se requiere de un doctor espiritual que encuentre la cura en aquellas esferas elevadas.

 

Con respecto al extraño ritual de mojar el lóbulo de la oreja y pulgares, el autor opina que es precisamente para hacerle ver al “enfermo” que la cura de esta afección no tiene nada que ver con la medicina convencional y debe él convencerse de que esto está relacionado más bien con algo que debe corregir en el ámbito espiritual.  En este caso, la lepra está directamente relacionada por el pecado de Lashón Hará — chismorreo  (ver Números XII).

 

El lóbulo de la oreja hace alusión al cerebro, el pulgar al corazón y el pulgar del pie al hígado.  Esto insinúa que cuando uno actúa dejándose llevar por las tentaciones del corazón o la impulsividad del hígado, no escuchando la voz del Eterno, cae invariablemente en el error y en el alejamiento espiritual. A manera de complementar esta idea, el comentarista IBN EZRA revela que estos puntos corporales son lugares de enlace entre el cuerpo y el alma.

 

La lepra en casas u objetos materiales viene a reforzar la idea que ésta no es una enfermedad natural y que debe uno realizar introspección acerca de sus actos.   En caso de no hacerlo, se podría llegar a la destrucción de su propia casa, insinuando de esta manera la fragilidad humana y golpeando así la seguridad en sí mismo del afectado.

 

Aunque hoy en día esta enfermedad ya no existe, estos pasajes y comentarios nos reafirman la firme creencia en el Todopoderoso y la fe de que tanto el bien como el mal provienen únicamente de EL, teniendo así la confianza de que nos curará de todas nuestras  afecciones y enfermedades.

“…pues Yo soy el Eterno, tu Sanador”  (Éxodo 15,26)

PARASHAT AJAREI-MOT

 

  “Y tomará los dos machos cabríos y los presentará ante el Eterno a la entrada del Tabernáculo.  Y echará suertes sobre ellos, pues uno será para el Eterno y el otro para ´Azazel´.  Y ofrecerá Aharón el macho cabrío que le haya tocado en suerte al Eterno, y lo traerá por ofrenda expiatoria.  Pero el macho cabrío que le toque en suerte a ´Azazel´, será presentado vivo al Eterno para expiar con él y enviarlo a ´Azazel´, en el desierto”

(Levítico 16, 7-11)

 

Nota: El tema principal de esta parashá es la descripción del trabajo y los sacrificios que realizaba el Cohen Gadol  (Sumo sacerdote) el día de Yom Kipur .  El texto citado habla de un rito muy peculiar en donde uno de estos dos animales no era sacrificado en el Templo sino que se enviaba a este lugar llamado Azazel, en el desierto y se le arrojaba por un peñasco.

 

Pregunta: ¿Qué significa esta extraña ofrenda a ´Azazel´?, ¿No prohíbe D-s mismo realizar sacrificios a otro tipo de fuerzas, así como esta escrito: “El que sacrificare a algún dios que no sea el Eterno será exterminado” (Éxodo 22,19)?

 

Respuesta:

Dado que este asunto no es un suceso menor sino que representaba uno de los ritos principales en el día más sagrado del año, distintos comentaristas no escatimaron en explicaciones que llegan a niveles filosóficos y místicos muy elevados.  Abarbanel se basa primero en el RAMBAN (Najmánides) donde simboliza con estos dos cabríos a Esav y Yaacov.

 

Así como estos dos hermanos eran gemelos, los dos animales debían ser iguales en edad y apariencia.  De Esav se menciona que era una persona velluda (Sair en hebreo), así el nombre del animal en hebreo es Seir.  Yaacov  por otro lado era el más joven (Tzair en hebreo), relacionándose también así con el nombre del animal.  Esav se desarrolló en el campo siendo cazador alejándose del camino espiritual que tomó Yaacov;  así entonces, el cabrito que se sacrificaba en el Templo representaba a este último mientras que el que llevaban al desierto cargando con los pecados del pueblo se compara con Esav. (La palabra Avonotam –sus pecados—la divide en Avonot Tam –los pecados del Tam el cual es ¨Yaacov Ish Tam´)  De alguna forma era como pedirle a D-s que aleje de nosotros el mal y que así haga con nuestros enemigos.

 

El RAMBAN profundiza todavía más diciendo que solamente un día al año D-s ordenó mandar un sacrificio a las fuerzas de la impureza (los fiscales celestiales) para que no acusen al pueblo de Israel y sean perdonados en este día.  (De hecho, el nombre de estos animales en hebreo –Seirim- se utiliza también para los duendes  ver Lev. 17,7). La pregunta pues sigue vigente: ¿Cómo puede entonces ordenar D-s este tipo de actividades cercanas a la hechicería? Para contestar esta pregunta hace la comparación con un rey que le pide a su amigo cercano que le haga un banquete; cuando llega el día, el rey trae a comer a sus asesores cercanos y le instruye al anfitrión que le de también porciones a estos ministros.  Obviamente si el amigo le ofreciera bienes o regalos a los ministros sin que el rey se encuentre presente o lo ordene expresamente, de seguro se enojaría mucho; sin embargo en este caso el Rey de Reyes así lo está pidiendo sólo en este único día. 

 

(Todos estos fiscales y ministros del mal son igualmente servidores del Todopoderoso, El los creó para cumplir ciertos objetivos; de ninguna manera se les atribuye fuerza independiente ni se acepta que puedan retar o pelear contra D-s mismo)

 

Abarbanel trae otra explicación mencionando que estos dos animales representan las dos posibilidades por las que puede optar el pueblo de Israel en este día: Ya sea que su camino se corrija y sean merecedores de permanecer cerca de D-s en el sagrado Templo o por el otro lado que su comportamiento sea malo y sean entregados en manos de otros pueblos salvajes y agresivos (Azei Panim en hebreo), así la palabra Azazel se compone de Az –agresivo y Azel –ir (habrán de ir con los agresivos).

 

A manera de consuelo, el autor, que de hecho vivió en una época muy turbulenta para el pueblo de Israel, explica que a pesar de haber sido desterrados y condenados al exilio, este cabrito “será presentado vivo al Eterno” (Lev. 16,10) y sobrevivirá todos estos pesares y desgracias “para expiar” (ibid) de esta manera sus faltas.  Que sea pues ya hora de regresar de este largo vagar por el desierto de las naciones y tengamos el privilegio de entrar finalmente a La Casa del Eterno.
 

PARASHAT KEDOSHIM    

 

  “No te mofarás del sordo ni pondrás obstáculo en el camino del ciego, sino que temerás a tu D-s, Yo el Eterno.  No harás acepción de personas en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al poderoso; procederás según estricta justicia.  No propalarás difamaciones entre tu pueblo ni depondrás contra la sangre de tu prójimo. Yo, el Eterno.”

(Levítico 19, 14-16)

 

 

Pregunta:  ¿Por qué en cada uno de estos preceptos se menciona “Yo, el Eterno”?.  Realmente, la mayoría de estas Mitzvot que trata la Parashá son aceptables y entendibles de acuerdo a la lógica humana, cualquier sociedad civilizada las incluye dentro de su código de leyes.  ¿Por qué entonces recalca constantemente el texto el nombre de D-s y el hecho de que El es el que lo está ordenando?

 

Respuesta: 

Ya el gran comentarista Rashi se ocupó de esta pregunta y explica que en muchas de las Mitzvot que dependen del corazón de la persona aparece este recordatorio diciéndonos: El Eterno que conoce tus pensamientos y tus intenciones está pendiente constantemente. 

 

Por ejemplo si una persona esta sentada en un autobús lleno de gente y de repente sube una anciana, él podría hacerse el dormido para no dar el asiento y nadie lo reprimiría por esto ya que a la vista de todos su intención no es negativa sino simplemente no se habrá dado cuenta.  Para este tipo de casos la Torá nos recuerda: “Temerás a tu D-s”.

 

Abarbanel va más allá en su respuesta diciendo que todas estas Mitzvot interpersonales (Bein Adam Lejaveró) debe uno cumplirlas no porque las considera lógicas o por el “Qué dirán” o por temor a un juicio terrenal sino porque D-s lo ordenó.  En cierta forma, el autor no da lugar a que el intelecto humano comprenda la razón completa de estos preceptos y tenga que cumplirlos no por su lógica o ética personal sino por el  “Yo, el Eterno”.

 

Con el fin de apoyar su postura cita el siguiente midrash (Sifra 93) “Rabí Elazar Ben Azariá dice: Que no diga la persona “no se me antoja comer carne con leche, no es sano comer carne de cerdo,  no me atrae tener relaciones prohibidas,… sino ¡claro que quisiera! , pero qué haré si mi Padre celestial me lo prohibió”.

 

A la luz de lo anterior, parecería que el hombre no es ni siquiera capaz de formular ni llevar a la práctica leyes éticas y morales sin la intervención de la Mano Divina.  Esta idea parecería absurda y sin sentido si no es por una horrible sorpresa que nos dio una de las naciones consideradas más avanzadas y cultas del mundo hace apenas 60 años.  El pueblo Alemán, donde la palabra más usada es “Bite” (por favor) y donde aún los animales eran tratados con gran cariño y respeto fue capaz de propiciar el mayor crimen que la humanidad haya vivido.

 

¿Habrán ellos pensado que los judíos no son considerados humanos? o ¿Acaso su código de ética o conciencia moral no se aplicaba para este pueblo ‘singular’?   A lo mejor hacía falta el recordatorio al final del versículo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo, Yo, El Eterno”  (Lev. 19,18)
 

PARASHAT EMOR

 

·“Y le dijo el Eterno a Moisés: Diles a los sacerdotes, los hijos de Aharón, que ninguno de ellos se impurificará con los muertos entre su gente, salvo por los parientes cercanos: su madre, su padre, su hijo, su hija y su hermano…. pero no se contaminará si fuere hombre principal entre su pueblo…  Santos serán para su D-s y no profanarán Su Nombre, pues son ellos los que brindan las ofrendas al Eterno.”

(Levítico 21, 1-6)

 

Pregunta: ¿Por qué limitó la Torá al sacerdote a impurificarse por algunas personas y por otros no?, ¿No es acaso el mismo tipo de impureza la de un pariente cercano que cualquier otra persona?

 

Respuesta:

Con el fin de responder a las preguntas planteadas, Abarbanel hace primero una introducción al tema de la impureza por muerte y sus razones:

 

La meta y aspiración última del hombre radica en que al final de sus días sean separados los dos componentes que lo forman: El cuerpo y el alma, sin dejar ninguna parte del uno en el otro.  Esto se comprueba con el siguiente versículo: “Y vuelva el polvo a la tierra como antes, y retorne el espíritu a D-s que lo dio”  (Eclesiastés 12,7).

 

Esta separación es difícil, ya que en la mayoría de los hombres el alma se ha contaminado con el mundo material y los placeres corporales durante el tiempo de convivencia mutua.  Por consecuencia, al momento de la muerte, quedan todavía en el cuerpo partes del alma que se “pegaron” a éste; siendo en su mayoría los elementos negativos provenientes del lado de la impureza.  Por tanto se dijo así en el Talmud: “El alma del malvado es tan difícil que se separe del cuerpo como la lana de las espinas”.  En contraste con esto, el cuerpo de los animales no impurifica, precisamente porque en ellos no aplica la reminiscencia espiritual negativa al momento de la muerte.

 

La Torá entonces, estableció la impureza de muerte para las personas, ya que en la mayoría de los casos, en algunos más y en otros menos, quedan en el cuerpo del muerto estos “aires negativos”.  De hecho el alma “sube y baja” durante doce meses para eliminar gradualmente esta reminiscencia.  (Esta es una razón por la cual el luto dura precisamente este periodo).

 

Existieron casos excepcionales como el de Rabí Yehudá Hanasí, donde el Talmud relata que los mismos sacerdotes se ocuparon de su entierro ya que no existió en su cuerpo impureza alguna; este gran líder logró en su vida purificar a tal grado su alma que al momento de morir no hubo ninguna parte del alma que quedó en su cuerpo y por tanto lo que hubo que enterrar fue puro polvo cumpliéndose aquí en su totalidad el versículo de Eclesiastés (ibid.).

 

Ahora bien, los sacerdotes que siempre están en contacto estrecho con el trabajo sagrado y las cuestiones espirituales no pueden contaminarse ni la mínima parte ya que todo lo que ellos representan es la elevación máxima del espíritu como ideal a alcanzar.

 

La razón por la que permitió la Torá encargarse del entierro de sus parientes consanguíneos es por causas de fuerza mayor, ya que de no ser así nadie más lo haría faltándose así el respeto del difunto.

 

Aunque hoy en día, estas cuestiones de pureza e impureza no aplican prácticamente (ya que no contamos con el Beit Hamikdash), su mecánica de funcionamiento y razón teórica nos alumbran el camino a seguir y las metas que cada hombre debe plantearse en su vida tratando siempre de elevar su alma santificando sus actos cotidianos.
 

PARASHAT BEHAR  

 

  “Seis años sembrarás tu campo, y seis años podarás tu viñedo y recogerás la cosecha.  Mas el séptimo año descanso (‘Shabat Shabatón’) será para la tierra, descanso (‘Shabat’) para D’s, tu campo no sembrarás y tu viñedo no podarás… “

(Levítico 25, 3-4)

  “…Y contarás siete descansos de años, siete años siete veces… cuarenta y nueve años.  Y harás sonar el Shofar en el séptimo mes, el día décimo, en el día de Yom Kipur harás sonar el shofar en toda tu tierra.  Y Santificaréis el año cincuenta y proclamaréis la libertad para todos los habitantes de tu tierra;  jubileo (Yovel) será para ustedes y regresaréis cada quien a su heredad y cada cual a su familia….  no sembrarás y no segarás lo que produzca el campo… “

(Levítico 25, 8-11)

 

Pregunta: ¿Por qué se tocaba el shofar para anunciar el jubileo (Yovel) y no para anunciar antes de cada séptimo año (la Shmitá)?.  ¿Por qué se habla de santificación del año cincuenta (Yovel) y no así del séptimo año?,  ¿Cuál es la idea filosófica detrás de estos dos preceptos?

 

Respuesta: 

 

La idea del año sabático ya ha sido ampliamente comentada y explicada por Maimónides (Rambam) con base en el descanso que debe guardar la tierra para así volver a producir como antaño.  Sin embargo, Abarbanel no acepta fácilmente esta tesis y discute basado en el siguiente argumento:  Si es de que la tierra va disminuyendo su potencial productor año con año, ¿Cómo entonces la Torá promete que el sexto año la tierra dará suficiente para los siguientes dos años (Lev. 25,20) ?.  Además, esta Mitzvá nada más se aplica para la tierra de Israel, si la razón fuera el descanso de la tierra debería aplicarse a todo el mundo.

 

Más aún, hoy en día, podemos comprobar que con ciertos fertilizantes o productos químicos, la tierra no necesitaría ‘descansar’  y puede fácilmente producir cada año igual que el anterior.  Y aún con esto, la Mitzvá de Shmitá sigue vigente.

 

Abarbanel pues expone su idea de la siguiente manera:

 

Dos grandes bondades hizo D-s con el mundo, la primera es la creación de la tierra y sus especies, y la segunda es la sagrada Torá que entregó a su pueblo para el perfeccionamiento espiritual.  Estas dos Mitzvot en especial (Shmitá y Yovel) corresponden a estos dos elementos mencionados;   el año sabático insinúa la creación, ya que en seis días D-s creó al mundo y el séptimo descansó.  El jubileo por su parte, hace alusión a la entrega de la Torá que fue entregada precisamente después de cincuenta días de la salida de Egipto.

 

Siguiendo esta misma línea entendemos por qué el Shofar se hace sonar para anunciar el jubileo, ya que la Torá fue también entregada entre voces del Shofar (Exodo 19).   En el jubileo se deben contar los años y también entre Pésaj y Shavuot se cuentan los días para recibir la Torá (Sfirat Haomer).  El año del jubileo se santifica, así como se santificó el pueblo al recibir la Torá.

 

En suma podemos comprobar que el ‘descanso’ a que se refiere la Torá, tanto en Shabat como en Shmitá, no tiene que ver con reposo físico sino espiritual;  así como D-s no se cansa de crear en seis días, tampoco la tierra se cansa de producir 6 años.  Más bien podríamos decir que el año sabático tiene como fin el perfeccionar el mundo físico y el Jubileo hace lo suyo en las esferas espirituales.


 

PARASHAT BEJUKOTAI

 

  “Si en Mis leyes anduvieres y cumplieres Mis preceptos, os brindaré lluvias a su tiempo y la tierra dará su producto y el árbol del campo dará su fruto, y vuestra trilla se prolongará hasta la vendimia y la vendimia hasta la siembra, y comeréis vuestro pan hasta saciaros…”

 

·“Mas si no Me escuchareis y no cumpliereis estos Mis mandatos y os burlareis de Mis preceptos…  echaré sobre vosotros el terror, la tisis y la fiebre que consume los ojos y entristece el alma, y sembrareis vuestra simiente en vano…”

(Levítico 26, 3)

 

 

Pregunta: ¿Por qué todas estas bondades o maldades que advierte la Torá se reducen a asuntos materiales y terrenales?, ¿No debe acaso este sagrado libro (siendo un perfeccionamiento para el alma) enfocarse a aspectos espirituales y escribir explícitamente acerca del mundo venidero?;  Dado el hecho que la Torá está prometiendo recompensa al justo y castigo al malvado, ¿Cuántas veces hemos visto que esto no ha sido así…?

 

Respuesta:

Al tratarse de preguntas tan trascendentes y básicas en la filosofía judía, Abarbanel cita siete respuestas de diferentes comentaristas, siendo finalmente la última la que más aprueba.  A continuación resumiremos algunas de ellas:

 

1.La primera opinión es la de RAMBAM (Maimónides) el cual dice que estas bondades y maldades no representan recompensa o castigo para la persona por sus actos sino más bien son incentivos u obstáculos para cumplir con los mandamientos de D-s.  Es decir que al justo Le promete facilitar su trabajo para conseguir su perfeccionamiento y al malvado Le obstaculizará su camino.  La verdadera recompensa se encuentra efectivamente en el mundo venidero y la razón por la cual la Torá no lo escribe explícitamente es para que la persona cumpla los preceptos Divinos sin interés ni por conveniencia, sino sólo por amor al Creador.

 

2.La segunda opinión  es del IBN EZRA  y concuerda en que la verdadera recompensa es espiritual; sin embargo es extremadamente difícil para un hombre de carne y hueso captar o entender tal concepto tan abstracto.  Así como el ciego no puede imaginarse los colores, de la misma forma las criaturas terrenales ligadas al mundo material no son capaces de digerir esto.  La Torá, entonces, al ser entregada a todos y para todos, dibuja los “premios” y los “castigos” dentro de un entorno conocido y palpable.

 

3.La última opinión la toma el autor del RAMBAN (Najmánides) y dice que todas estas advertencias son para el pueblo en general y el juicio se realizará igualmente en forma colectiva; una comprobación de esto es que el texto habla siempre en plural (“Os brindaré lluvias, echare sobre vosotros…”).  Así entonces, en caso de que la mayoría del pueblo lo merezca, la recompensa se expresa en beneficios comunes, como el hecho de que caiga lluvia en su tiempo, que nos libre de la guerra, de las plagas y epidemias, etc.  La recompensa espiritual vendrá efectivamente en forma personal y en el mundo venidero, de esta manera se explica cómo a veces el justo sale perjudicado en este mundo si sus contemporáneos no son merecedores del beneficio material.

 

Estas son algunas de las ideas, que en forma resumida extraen la filosofía básica del problema de recompensa-castigo.  No es para nosotros ni para ningún ser humano el preguntar y cuestionar acerca de casos específicos de la vida cotidiana ya que, ¿Quién es capaz de saber y conocer los detalles y acciones íntimas de cada persona?, hay veces en que ni siquiera uno mismo sabe auto juzgarse  con objetividad y reconocer sus propios errores.

 

BAMIDBAR
BAMIDBAR:

Bamidbar Naso Behaalotejá Shelaj Lejá Koraj
Jukat Balak Pinjás Matot Masei

BAMIDBAR – NUMEROS

 

 

style=”text-indent: 0in;”>PARASHAT BAMIDBAR

 

  “Y habló D-s a Moisés en el desierto de Sinaí, en el tabernáculo de reunión, en el primer día del segundo mes en el segundo año de la salida de la tierra de Egipto diciendo: Habrán de contar los miembros de todos los hijos de Israel de acuerdo a sus familias y descendencias…   cada hombre por su cabeza. “

(Números 1,1-2)

 

 

Pregunta:   Aparentemente hay una contradicción entre esta ordenanza y la escrita en la parashá de KI TISA (Éxodo 30,11).  Ahí menciona que al contar al pueblo, cada uno debía de dar medio Shekel y de esa manera indirecta se calcularía el censo total del pueblo.  ¿Cómo entonces ordena expresamente D-s a Moisés contarlos ahora “por su cabeza”, en vez de utilizar el sistema de las monedas?

 

Respuesta:

 

El comentarista Rashi explica en nuestra parashá que aún cuando expresamente no se habla aquí del medio Shekel, la ordenanza debía cumplirse de dicho modo, y no tomando en sentido literal el conteo de cada uno “por su cabeza”.  Abarbanel, sin embargo, rechaza esta interpretación y se apega al sentido literal del texto; en esta ocasión, dice, el censo se llevó a cabo contando persona por persona.

 

¿Cuál es la diferencia entre contar personas directamente y contarlas por vía de contar monedas? El autor explica que cuando el censo se hace por voluntad propia, o sea sin que D-s lo ordene, se debe llevar a cabo con el medio shekel; pero cuando la Mitzvá viene en forma directa como en esta ocasión, se los cuenta directamente.

 

Una de las razones que dan los comentaristas al Medio Shekel está precisamente basada en el texto (Éxodo 30,12) en que la Torá advierte “ …para que no haya plaga al ser contados”: reducir al pueblo a un simple y frío número sería una trasgresión  en el dominio de lo místico, a cuyo través el concepto de “Ain Hará”  (Mal de Ojo) se involucraría erróneamente en la realidad.

 

En una ocasión (Samuel II, 24), el Rey David ordenó a Yoav, el comandante de su ejército, realizar un censo general del pueblo.  Esta acción fue fuertemente reprimida por el profeta Gad, no obstante lo cual, provocó una gran plaga en el pueblo, por la que murieron 70,000 personas.

 

Aún si atribuyésemos este castigo al no haber utilizado el sistema del medio Shekel, ¿por qué es tan grande la trasgresión del censo, al grado de provocar la muerte de tanta gente?   Abarbanel explica que el principal error del Rey David recayó en la soberbia y el orgullo, el apoyarse excesivamente en el Hombre y el número de su ejército, dejando a un lado su confianza en un D-s que salva a Israel, con muchos o con pocos soldados.

 

Esta tentación ancestral de dejarse llevar por los grandes números nos ha acosado desde mucho tiempo atrás, ¿Son acaso las cifras determinantes para evaluar o calificar un evento o situación histórica?   Prueba irrefutable de que no es así, es la mera existencia del pueblo judío, cuyo número se reduce a menos del 0.1% de la humanidad.  Por simple lógica y estadística este pueblo debía haber ya desaparecido tiempo atrás; por el contrario, lo vemos sobresalir día a día en cualquier ámbito de nuestra sociedad.

 

“AM ISRAEL” es más que la suma de sus individuos.


 

PARASHAT NASÓ

 

“Y le dijo el Eterno a Moisés:  Dile a Aharón y a sus hijos, así bendeciréis a los hijos de Israel:

Que el Eterno te bendiga y te guarde.

Que el Eterno haga resplandecer tu rostro y te dé Su merced.

Que el Eterno alce Su faz sobre ti y te dé paz.

Y pondrán Mi Nombre sobre los hijos de Israel y los bendeciré.”

 

 (Números 6, 22-27)

 

Pregunta:  ¿Por qué se encuentra la famosa bendición de los sacerdotes en este lugar, justo después del censo general y la disposición geográfica del pueblo?  ¿Qué tipo de bendición es esta y cuál es su objetivo?

 

Respuesta:

 

Abarbanel explica que esta ordenanza hacia Aharón y sus hijos debió haber sido escrita en el momento de la inauguración del Tabernáculo (Parashát Shminí), que es cuando efectivamente se bendijo al pueblo (ver Levítico 9,23). Sin embargo,  recién cuando el pueblo fue ordenado y dispuesto geográficamente de acuerdo al programa Divino (ver Números 2), fue que estos versículos se estructuraron.  De alguna manera, esta bendición viene a contrarrestar posibles efectos de “Ain hará” (Mal de ojo), como el que intentó utilizar Bilam en perjuicio de Israel cuando los vio formados, cada tribu bajo su bandera (ver Números 24,2).

 

Con respecto al tipo y objetivo de esta bendición, se explicó ya en la Parashá de Toldot (Génesis 27), en que el Patriarca Isaac bendice a sus hijos, que  el hombre de carne y hueso no puede adjudicarse a sí mismo la capacidad de bendecir o maldecir a otro, sino que sólo puede servir de vehículo para “bajar” la influencia Divina a este mundo, y direccionarla a su meta. Así queda claro en la frase final de la bendición sacerdotal, donde dice D’s “…y los bendeciré”: finalmente, sólo del  Todopoderoso proviene la bendición.

 

Lógicamente, esta persona o médium que está actuando al bendecir, tiene la gran responsabilidad de mantener y cuidar de su pureza, ya que cuanto más elevado esté, mejor podrá transmitir esa energía. Es como si tuviéramos un cable conductor de electricidad hecho de plata pura, y lo comparáramos con otro cable, de hierro oxidado).

 

Ahora bien, se han dado variadas explicaciones para el formato triple de esta bendición; una de las razones que expone el autor, basado en una idea sociopolítica, es que los sacerdotes están dirigiéndose al total del pueblo conformado por sus tres partes básicas: 1) La gente que trabaja y produce, 2) El sector de intelectuales e ideólogos, y 3) Los gobernantes y militares.  A cada uno le corresponde un renglón y se explica de la siguiente manera:

 

1)La primera línea que habla del cuidado especial de D-s, es para la la masa del pueblo, que hace las veces de su motor  productivo. La mayor bendición para ellos es el cuidado Divino que les permitirá seguir llevando a cabo su labor y los protegerá de todo daño.

 

2)La segunda parte, trata de la luz del Creador, y se enfoca a los sabios y académicos que guían y dirigen al pueblo.  D-s debe alumbrar su camino.

 

3)La tercera, que recalca la paz, va dirigida precisamente al sector del pueblo que está encargado de mantener tanto la paz interna como las relaciones amistosas con los otros pueblos.

 

Que sea la voluntad del Todopoderoso que prontamente restituya en su totalidad el servicio sagrado del Tempo y vuelvan los sacerdotes a esta noble misión espiritual, obteniendo así el efecto completo de la “Birkat Kohanim” original.

 

  “Y dijo D-s a Moisés :  Cada jefe dará su ofrenda en día separado para la consagración del altar.  Y el que brindó primero su ofrenda fue Najshón hijo de Aminadab de la tribu de Yehudá.  Su ofrenda fue de un plato de plata… y un cántaro de plata… repletos de harina de sémola amasada con aceite… también una cuchara… llena de incienso, un novillo, un carnero y un cordero de un año por holocausto ; un macho cabrío… dos bovinos…”

 

(Nota : La Torá continúa describiendo las ofrendas de los otros once representantes de cada tribu, todas exactamente iguales)

(Números 7, 11)

 

Pregunta:   Siendo estas ofrendas algo personal y altruista, ¿cómo es que cada uno de los príncipes dio exactamente lo mismo (tanto el más rico como el más pobre)?.  Ya que las ofrendas fueron idénticas, ¿por qué la Torá describió cada una y no simplemente resumió diciendo que cada una de las siguientes fue igual?

 

Respuesta:

Dado que el texto bíblico es considerado de origen Divino, cada una de sus palabras y sus letras tiene valor propio, y por ende, su razón específica de ser.  Es por esto que los diferentes comentaristas tratan siempre de explicar el porqué de cada palabra que aparenta sobrar o ser innecesaria.

 

Esta parashá debe su gran longitud precisamente a la descripción de cada una de las ofrendas de los príncipes, y ya el RAMBAN (Najmánides), citando al midrash, trata esta cuestión explicando que aún cuando cada representante entregó lo mismo, la Torá no quiso menospreciar a ninguno de ellos y por eso los menciona  individualmente por igual.  Todos con el mismo mérito y el mismo privilegio ante el Todopoderoso.

 

En la misma fuente encontramos una idea complementaria: A pesar de que cada ofrenda fue la misma en forma y especie, las intenciones fueron distintas en cada una: cada tribu insinuando sus características especificas y su potencial intrínseco, logrando así un abanico multicolor de hojas sincronizadas produciendo un agradable aliento espiritual.

 

Abarbanel en su comentario, advierte la gran peligrosidad de permitir la competencia en el dominio de lo sagrado; cita el caso trágico cuando Caín, no soportando que su ofrenda fuera rechazada, mata a su hermano Abel, hecho que se constituiría en el primer derramamiento de sangre en la historia  del hombre.  Los príncipes de las tribus no permitirán ahora que se recaiga en este error ancestral.

 

Hoy en día nuestros labios son los portadores de ofrendas espirituales que día a día presentamos al Rey de Reyes.  Mucha gente se pregunta por qué debemos homologar nuestras plegarias utilizando un texto e idioma común siendo que cada uno tiene distintas necesidades y variadas formas.  A la luz de lo anterior nos habrá de quedar más claro este concepto, sin olvidar, claro,  lo que nos dice Rabí Shimón en el Pirkéi Avót (2,18):

 

“Cuando reces, no hagas tu plegaria una rutina establecida, sino con sentimiento de compasión y súplica ante el Omnipresente”

 


 

PARASHAT BEHALOTJÁ

 

  “Entonces le dijo el Eterno a Moisés: Reúneme setenta hombres de los ancianos de Israel que sean escribientes y llévalos al Tabernáculo de reunión y haz que te acompañen (en tu labor).  …”

 

·“…y reunió a los setenta hombres de entre los ancianos del pueblo y los agrupó alrededor de la tienda.  Y descendió el Eterno en una nube y le habló (a Moisés) y posóse sobre ellos el espíritu profético.  Pero habían quedado en el campamento dos de esos hombres que se llamaban Eldad y Medad…y profetizaron en el campamento.  Y entonces un mozo que los vio, corrió a notificar a Moisés…  Y Josué hijo de Nun, servidor de Moisés desde su adolescencia, dijo: Oh mi señor Moisés, impídeselos (enciérralos). Pero Moisés le respondió:  ¿Acaso tienes celos por mí?, ¡Quiera D-s que todo el pueblo del Eterno profetizara…!”

(Números 11,16-30)

 

Pregunta:  ¿Por qué estos dos ancianos, Eldad y Medad, se quedaron en el campamento y no asistieron al Tabernáculo como se había ordenado?  Dado que la profecía proviene de D-s directamente, ¿en qué falta incurrieron ellos para ser reprimidos por Josué de esa manera?

 

Respuesta:

Abarbanel comenta que después de que Moisés recibió la orden de convocar a los setenta ancianos trató de repartir este honor entre las doce tribus en partes iguales; sin embargo, si tomaba 6 personas de cada tribu habría tenido un total de 72; eventualmente, dos quedarían fuera, y esto causaría desprestigio tanto a nivel personal como para la tribu que representasen.

 

Estos dos ancianos, Eldad y Medad, previendo esta situación tan incómoda,  decidieron por si mismos excluirse y no asistir al Tabernáculo de reunión donde se llevaría a cabo el evento.  Su acción de tal humildad tras haber sido pre-seleccionados, provocó que el espíritu profético posara también sobre ellos, aún estando todavía en el campamento y  sin la inspiración cercana del mismo Moisés.

 

La razón por la que Josué tomó esta actitud celosa puede haber sido, desde el mismo texto, que pensara: “Yo que he estado cerca de Moisés desde joven, no he tenido este privilegio de la profecía. ¡¿Cómo ahora estas dos personas son acreedoras a tal inspiración sin siquiera acercarse al gran profeta?!”

 

Otra explicación de este raro comentario de Josué está basada en el Midrash que describe el contenido de la profecía de Eldad y Medad: “Moisés ha de morir y Josué será el que introduzca al pueblo a la tierra de Israel”.  De acuerdo con esto, Josué defiende el honor de su maestro mostrando indignación por tal osadía expresada en las palabras de estos dos sujetos.  Moisés, sin embargo, demostrando la humildad que lo caracteriza, le responde que no posee el monopolio de la profecía y más aún… ¡Qué mejor que todo el pueblo gozaran de este regalo Divino!.

 

Este relato, aunque pequeño y escondido en la Torá, nos enseña mucho acerca del perfil ideal de un líder del pueblo de Israel; ¿Cuántos otros no hubieran reaccionado violentamente en contra de sujetos que hablan en contra de un gobierno…? ¿Cuántos profetas no fueron censurados al reprimir o regañar a un rey?.  Seguramente a la luz de lo anterior cobra mayor fuerza el famoso versículo: “Y no apareció  ningún otro profeta en Israel como Moisés, a quien el Eterno había tratado cara a cara.”  (Deut. 34, 10)


 

PARASHAT SHLAJ LEJÁ

 

  “Y dijo el Eterno a Moisés: Envía a hombres para que exploren la tierra de Canaán que doy a los hijos de Israel.  De cada tribu mandaréis un hombre, el principal de cada tribu.”

(Números 13, 1)

 

  “…Y retornaron de esa búsqueda al cabo de cuarenta días… y dieron un informe desfavorable… diciendo: La tierra que hemos ido a explorar devora a sus moradores, y todo el pueblo que vimos en ella son gigantes…”

(Números 13, 25-33)

 

 

Pregunta:   ¿Por qué ordenó D-s mandar estos espías?  ¿Cómo es que en el libro de Devarím (Deut. 1,22) está escrito que el pueblo fue quien vino a  Moisés a pedirle que mande los espías? ¿Cómo Moisés, el gran líder y estratega, no previó el gran error de mandar esta gente que finalmente  desmoralizaría a todo el pueblo?

 

Respuesta:

 

El comentarista Rashi ya desde el primer versículo explica que las palabras “Shlaj Lejá”  (manda para tí), insinúan que la ordenanza es “para tu propio beneficio, Yo no te lo ordeno, si quieres mándalos”.

 

Abarbanel, analizando más a fondo el tema, explica que cuando el pueblo viajó del monte Sinaí, estando ya próximos a entrar a la Tierra Prometida, la misma Torá ordena:  “Ahora mira, que el Eterno tu D-s te da posesión de esta Tierra, sube y herédala”  (Deut 1-21).  Esta expresión dio a entender a la gente que de ellos dependía esta conquista y debían prepararse para llevarla a cabo.  De ahí  que la idea de mandar espías realmente surgió del pueblo.

 

D’s ordena entonces a Moisés adelantarse y escoger a los representantes, de modo de tener sobre ellos mayor control que si surgían de la elección del pueblo. Ahora bien,  ¿Porqué D-s mismo no evitó este suceso  prohibiéndolo definitivamente desde un inicio?  El autor opina que ésto habría hecho pensar al pueblo que la Tierra seguramente era mala y todo era parte de un engaño.

 

¿Cuál fue entonces el error principal de los espías y el pueblo (que finalmente fue también condenado a pasar 40 años en el desierto)?  Su petición fue tendenciosa, no querían realmente investigar las estrategias militares ni los métodos de conquista, sino comprobar qué tan buenas eran las prestaciones que el “Jefe Supremo” había prometido al “contratarlos” como Su pueblo días antes en el Monte Sinaí.

 

De todo esto se concluye que el envío de espías no sólo era innecesario sino negativo y altamente perjudicial.  El pueblo debía haber confiado en que el Todopoderoso, así como los había salvado y alimentado durante su estancia en el desierto, era igualmente capaz de llevarlos sanos y salvos a su destino final en la Tierra Prometida.

 

Debería haber siempre más de un Caleb ben Jefuné que se pare frente a la corriente y declare (Números 13,30):

 

“Hemos de subir para heredar la Tierra, porque podemos hacerlo”

 

 

 

·“Perdona pues la transgresión de este pueblo con Tu gran misericordia, así como lo perdonaste (en el trayecto) desde Egipto hasta aquí; Y contestóle el Eterno: Lo perdono accediendo a tu rogativa, pero… no verán la tierra que a sus padres juré dar.  Ninguno de quienes Me han provocado la verán.  Pero a Mi siervo Caleb, inspirado por otro espíritu y totalmente leal a Mi, lo llevaré a la tierra que visitó y su simiente la poseerá.”

 (Números 14, 19-24)

 

Pregunta:  Al haber aceptado D-s a la petición de Moisés diciendo: “Lo perdono accediendo a tu rogativa”, ¿cómo entonces se decretó el castigo de 40 años en el desierto? ¿Por qué recuerda el texto la recompensa a Caleb y no a Josué, siendo que los dos mantuvieron su fidelidad a D-s?

 

Respuesta:

 

Abarbanel explica que el perdón consistió no en borrar totalmente la gran falta cometida por los 10 espías, sino en diluir en el tiempo el enojo y ser paciente con la aplicación del castigo, así como Moisés mismo lo pidió (ibid. 14,17).  De esta manera, los transgresores no morirían de un solo golpe sino en el curso de los 40 años que habrían de pasar en el desierto.

 

Para contrastar, cita Abarbanel el ejemplo de un rey terrenal que ejerce justicia sobre algún pecador. La pena no debe demorarse entonces sino llevarse a cabo en el momento, por dos razones: la primera es que el mismo rey puede morir y entonces el castigo no se llevaría a cabo, y la segunda es que el culpable podría escapar. No así es la justicia Divina, en la cual el Rey de Reyes nunca muere ni nadie puede escapar de Su presencia.

 

Ahora bien, uno de los argumentos que utiliza Moisés para convencer a D-s de no aniquilar al pueblo es el “qué dirán los Egipcios”, así como dice el versículo: “El Eterno mató a Su pueblo en el desierto por Su incapacidad para llevarlo a la tierra prometida” (ibid. 14,16). Sin embargo, D-s no puede pasar por alto las transgresiones del pueblo de Israel ya que de ser así, se alteraría la Justicia Absoluta.  Así como castigó a los Egipcios con las plagas y en el mar, sería injusto que no castigue en su medida al pueblo de Israel.

 

Es por eso que D-s opta por esta alternativa, el castigo paulatino y en su totalidad,  pero manteniendo el juramento a los patriarcas de que finalmente su descendencia poseería la Tierra.  El hacer morir a esta gente en el desierto no altera ninguna promesa hecha, ni profana Su Santo Nombre.

 

Con respecto a la recompensa de Caleb y faltando la de Josué, el autor aclara que el segundo ya tenía de entrada un espíritu especial que lo protegió de la influencia de los espías, como lo expresa el versículo: “Toma a Josué hijo de Nun, un hombre dotado del espíritu” (ibid. 27, 18), y siendo además el alumno fiel de Moisés, habría sido inconcebible que se desviara del camino.  No así Caleb, quien por sus propios méritos y esfuerzo logró sobreponerse a los demás y demostrar su firme convicción de que la Tierra de Israel podría ser conquistada con la ayuda del Todopoderoso.  Esa determinación y coraje le valió para ganar un pago especial sobreviviendo los 40 años en el desierto y  recibiendo al final una parte muy especial de la Tierra prometida, nada menos que la ciudad de Hebrón donde están enterrados los patriarcas.

 


 

PARASHAT KÓRAJ

 

“Y le dijo el Eterno a Moisés: Dile a Eleazar hijo del sacerdote Aharón, que aparte los incensarios quemados… de estos pecadores contra sus propias almas y haréis láminas con las que revestirás el altar, pues se hizo con ello ofrenda al Eterno, quedando santificados y servirán de recordación para los hijos de Israel.   … Pero al día siguiente toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aharón diciendo: ´ Vosotros enviasteis a la muerte al pueblo del Eterno ´.

(Números 17,1-8)

 

Nota: Este suceso se da después del trágico evento donde la tierra se abre y traga a Kóraj y su séquito, quemando también a los 250 hombres que retaron a Moisés trayendo el incienso.

 

Pregunta: ¿Por qué ordenó D-s utilizar estos utensilios de los rebeldes para revestir el sagrado altar? ¿Cómo es que el pueblo se atrevió a culpar a Moisés y Aharón por la muerte de Kóraj y su gente después de haber presenciado tales milagros? ¿Por qué aún después de estos relatos ofrece D-s hacer una prueba más (la de las varas) para demostrar que Aharón y su familia eran los escogidos para el trabajo sacerdotal?

 

Respuesta:

Abarbanel explica con respecto al recubrimiento de los incensarios sobre el altar, que los actos por sí mismos no pueden juzgarse como buenos o malos sino por la intención que llevan detrás.  En este caso, el traer el incienso para D-s no representa la falta, sino que el desvío se nota al percibir la perversa intención de retar a Moisés en su liderazgo y cuestionar la sagrada posición de Aharón.  La razón, pues, de mostrar estos utensilios cubriendo el altar, es precisamente el hacer recordar a todo el pueblo este trágico hecho y que no vuelva a suceder.

 

Ahora bien, cuando el pueblo vio lo que se estaba haciendo con estos incensarios, pensaron que estas personas habían muerto como hombres justos y piadosos, y la razón de su muerte era por haber traído incienso fuera del Tabernáculo y utilizado fuego extraño como pasó anteriormente con los dos hijos de Aharón (Lev. 10) . Es por esto que responsabilizan a Moisés de haber instruido a estos 250 hombres realizar este rito.

 

El texto continúa relatando que tras estas intrigas que se generaron en el pueblo, D-s le ordena a Moisés que realice una prueba definitiva en la que los hijos de Israel se den cuenta finalmente que Aharón y su descendencia eran los elegidos para el sacerdocio: Cada príncipe de tribu debía traer su vara, escribir su nombre en ella y depositarla en el Tabernáculo.

 

A final de cuentas, la Torá relata que la vara de Aharón no sólo sacó retoños sino que floreció, y de ella brotaron almendras.  Abarbanel explica que cada uno de estos milagros tiene un significado: El hecho de haber florecido (En hebreo se describe utilizando la palabra “Tzitz”), representa que a Aarón le pertenece el “Tziz” (que es uno de los ornamentos que debe llevar el sumo sacerdote en la frente).  Por otro lado, el hecho de que la vara diera almendras (shakéd en hebreo), significa que también su simiente es elegida para este servicio sagrado con prontitud (shokéd en hebreo).

 

De todo esto aprendemos una base fundamental en educación y liderazgo: en muchas ocasiones pensamos que para imponer una idea o doctrina se requiere de firmeza y rigidez; sin embargo muchas veces se logra transmitir mejor utilizando medios más delicados como una flor y sutiles como un fruto.  Tras esto, la posición de Aharón y su familia fue aceptada, querida y admirada por todos.


 

PARASHAT JUKAT

 

  “…Y no había agua para la gente, y se reunieron contra Moisés y Aharón…  Y le dijo el Eterno a Moisés: Toma la vara y reúne a la comunidad, tú y tu hermano Aharón, y habladle a la roca ante la vista de ellos, y de la roca manará agua que darás a la gente y a los animales.  …Y Moisés y Aharón reunieron a la congregación delante de la roca y les dijo: Oíd ahora, rebeldes, ¿Podremos hacer brotar agua de esta roca?,  Y levantó Moisés su mano y con la vara golpeó la roca dos veces y comenzó a salir de ella agua en abundancia…   Y le dijo el Eterno a Moisés: Por cuanto no creísteis en Mí glorificándome a los ojos de los hijos de Israel, no haréis entrar a este pueblo a la tierra que les prometí.”

(Números 20, 2-13)

 

Pregunta:   ¿Por qué fue decretado que Moisés y Aharón no entraran a la Tierra de Israel? Realmente no está proporcionada la magnitud del castigo con la gravedad de la falta cometida.  Aún tomando en cuenta que Moisés pecó al no hablarle a la roca, o haberse enojado, o cualquier otra falta… ¿Cuál fue el error o pecado de Aharón por el cual fuera también castigado?

 

Respuesta:  

 

Sin duda la interpretación más conocida acerca de este suceso es la de RASHI que culpa a Moisés por haber golpeado la roca en vez de hablarle.  Sin embargo la mayoría de los comentaristas no comparten esta opinión, entre ellos el RAMBAN que alega que no existe gran diferencia entre pegar o hablar, cualquiera de los dos actos es igual de milagroso.  Además, D-s sí le ordenó a Moisés llevar su vara: este hecho implica que podría llevar el milagro a cabo por medio de ella, así como lo hizo la primera vez (Éxodo 17,6).

 

RAMBAM (Maimónides), por otro lado, opina que el principal error de Moisés fue el enojo, aunado al insulto colectivo que efectuó al llamarlos “rebeldes”: una personalidad tan especial como el gran profeta de profetas, no puede darse el lujo de exhibir tal comportamiento, aunque sea en un simple incidente como éste.

 

Abarbanel, después de citar diez diferentes interpretaciones (incluyendo las anteriores y sus debilidades), expone una idea totalmente nueva y revolucionaria: la razón del castigo tan severo aplicado a Moisés y Aharón no pudo ser ocasionado por un suceso tan pequeño como éste;  Moisés fue sancionado por el caso de los espías (Números 13) y Aharón por el becerro de oro (Éxodo 32).  No porque Aharón haya participado activamente en este hecho, ya que su intención fue buena (hacer tiempo hasta que Moisés bajara del monte), sino porque el final de todo eso fue muy negativo y provocó un gran mal al pueblo.

 

De igual manera, Moisés no fue de los que hablaron mal de la Tierra ni desmoralizó al pueblo; sin embargo la orden de D-s era sólo mandar los espías a explorar, no a dar opinión sobre el pueblo que habitaba la tierra, ni a reportar si las frutas eran buenas o no.  Realmente la intención de Moisés fue que ellos reconocieran la grandeza de D-s que los salvaría de todo eso, pero el resultado fue contraproducente.  Finalmente, esa generación no habría de entrar en esta Tierra, y Moisés habría de correr con la misma suerte.

 

Si es así, ¿por qué entonces aparece ahora la sentencia contra Moisés y Aharón?  Abarbanel lo compara al caso de un padre que después de advertir a su hijo que no haga tal travesura, deja pasar la primera y la segunda, haciendo como que no lo ve, pero llega un momento en que aunque caiga en una pequeña trasgresión, lo castiga no sólo por la última sino por todas las anteriores;  sería como la gota que derrama el vaso.  Sí, efectivamente hubo una falta en este hecho del agua de la roca; sin embargo, la magnitud del castigo se genera desde atrás: cada uno de ellos, llevaba una cuenta pendiente por saldar.


 

PARASHAT BALAK

“Y Balak hijo de Zipor… envió mensajeros a Bilam hijo de Beor…  diciendo:…  Ruégote maldigas a esta gente (al pueblo de Israel), porque es demasiado poderosa para mí…  Y los ancianos de Moab con los de Midián fueron con magias en sus manos y abordaron a Bilam , a quien refirieron las palabras de Balak.  Entonces él les dijo: Pasad aquí esta noche y yo os responderé según lo que me diga el Eterno…  Y presentóse D-s a Bilam y dijo: … No irás con ellos ni maldecirás a ese pueblo, porque bendito es…  Y los enviados de Moab se retiraron…  Entonces Balak envió a mucha gente principal y más honorable…  Y presentóse D-s a Bilam esa noche y le dijo: Si los hombres vienen a buscarte, levántate y ve con ellos, mas solo lo que Yo te diga es lo que harás.  Y Bilam se levantó en la mañana, ensilló su asna y fue con los enviados de Moab.  Y encendióse la ira D-s por su partida con ellos.

(Números 22)

 

Pregunta:  Si D-s ya había dejado ir a Bilam, ¿por qué se enojó con él cuando se fue con ellos?.  Dado que D-s es la fuente de toda bendición o maldición, ¿por qué Le impidió a Bilam maldecir a Israel? ¿Qué hubieran importado los conjuros de Bilam?

 

Respuesta:

Aunque aparentemente el texto presenta una contradicción al “cambiar” D-s de opinión sucesivamente, Abarbanel detalla los siguientes puntos:

 

1.Cuando Bilam le contesta a los primeros mensajeros, no les dice exactamente lo que D-s le advierte: “No irás con ellos ni maldecirás a ese pueblo porque bendito es”, sino que su respuesta fue: “El Eterno no quiere que yo vaya con vosotros”.  Consecuentemente, las palabras de los mensajeros a Balak fueron: “Bilam se niega a ir con nosotros”.  Esto dio a pensar que a lo mejor Bilam sí iría con otros más honorables y, como quien dice, “llegándole al precio”.  Si desde el principio Bilam hubiera dicho que no maldeciría a ese pueblo ya que es bendito, probablemente no habrían  insistido.

 

2.El argumento que utilizó Balak para convencer a Bilam fue decirle: “Por favor, no dejes de venir a mí”, como pidiéndole por lo menos que vaya y ya después decida si va a maldecir o no.  Balak está aquí separando los dos asuntos, uno el ir con él y otro el maldecir; ésto es comparable a un doctor que lo traen de lejos, primero se le pide que venga (pagando lógicamente sus viáticos) y ya posteriormente analizará si podrá curar o no.  En caso de que no lo haga, de cualquier manera su pago por ir no es reembolsable.  Es por esto que D-s le da la libertad a Bilam de ir diciéndole: “Si los hombres vienen a buscarte, levántate y ve con ellos, mas solo lo que Yo te diga es lo que harás”.  De entrada D-s le advierte que no podrá maldecir al pueblo pero si él de todos modos quiere ir y cobrar sus viáticos, ¡adelante!.

 

3.D-s se enoja finalmente con Bilam y le pone el obstáculo en el camino (el ángel con la espada), ya que nunca les dice claramente a los mensajeros que la maldición no prosperará y que sólo podrá decir lo que le permita D-s.  El ángel de hecho le recalca: “…pero hablarás sólo lo que Yo te dijere”.

 

Ahora bien, las palabras de Bilam finalmente no hubieran afectado en lo más mínimo al pueblo de Israel ni disminuido su elevada posición espiritual; la razón por la que D-s  le impidió maldecir fue para que los demás pueblos no confíen en la posibilidad de maldecirlos y traten de pelear contra ellos.   El hecho de que todos sepan que D-s está con Israel, el mantener alta la moral y el prestigio, era imprescindible antes de entrar a la Tierra prometida.


 

PARASHAT PINJÁS

 

·“Y el día quince del mes séptimo será asimismo de santa convocación.  En él no haréis trabajo servil y celebraréis festividad al Eterno durante siete días.  Y brindaréis por holocausto, ofrenda ígnea de olor grato al Eterno, trece novillos, dos carneros y catorce corderos de un año, todos sin mácula….”

 

“Y en el segundo día ofreceréis doce novillos…”

 

“El día tercero ofreceréis once novillos…”

 

 (Números 29, 12-32)

Pregunta: ¿Por qué durante los siete días de la fiesta de Sucot se ofrecen los sacrificios reduciéndose cada vez los novillos?  ¿Por qué esta reducción se lleva a cabo de esta manera justamente?

 

Respuesta:

Con el fin de entender esta extraña disposición de los sacrificios en la fiesta de Sucot, Abarbanel ofrece dos distintas explicaciones:

 

La primera, apegada más a las fuentes tradicionales, insinúa que los 70 novillos que se sacrifican en total corresponden a las setenta naciones del mundo; ésto significa que durante los siete días de esta fiesta se pide por el bienestar de todas ellas.

 

El hecho de que no se ofrendaban todas de jalón en un día, simboliza que su dominio no será constante sino alternante unas con otras (por ejemplo: primero dominaron los babilonios, luego los persas, luego los griegos, etc.).

 

El orden es descendente ya que se pide a D-s que su dominio sobre Israel se vaya reduciendo paulatinamente.

 

Por otro lado, los catorce corderos representan al pueblo judío, así como compara el profeta Jeremías “Israel es una oveja descarriada…” (50,17).  Estos son más débiles que los toros, sin embargo son todos íntegros, sin mácula; lo cual recuerda el versículo que habla de Jacob como “hombre íntegro” (Ish Tam).  Ahora, ¿por qué son catorce?: representando a las trece tribus (contando a José como dos: Efraím y Menashé) y sumando a Dina, hija de Jacob.

 

La segunda interpretación se relaciona más con la vida del hombre, al cual fueron entregados 70 años de vida (a manera conceptual), basado en el versículo: “Los días de nuestros años son setenta…” (Salmos 90,10).  Una insinuación de esta relación se extrae de uno de los nombres de la fiesta: “Jag Haasíf” (fiesta de la recolección);  en hebreo se utiliza también esta palabra para expresar la muerte  al decir “Neesaf el Amav” (integrarse con su pueblo).

 

Una relación más entre los toros y la vida de la persona es la misma palabra “Par” (Toro o novillo) la cual tiene raíz similar al vocablo “Pri” (fruto), de lo que deduce Abarbanel que setenta son los años que el hombre produce frutos en este mundo.  Además, se empieza sacrificando trece animales el primer día, simbolizando que solamente a partir de los trece años, el hombre comienza a ser productivo.

 

Esto es sólo un ejemplo de la riqueza interpretativa y simbólica que nos ofrece la Torá al profundizar hasta en los detalles más pequeños de los actos cotidianos de la vida.


 

PARASHAT MATOT

 

“Y le dijo Moisés a los jefes de las tribus de los hijos de Israel: Esto es lo que ha dicho el Eterno, si un hombre formulare un voto al Eterno o se comprometiere con un juramento, no violará su palabra.  Obrará conforme a todo lo que haya dicho su boca.”

 (Números 30, 2-3)

Pregunta: ¿Por qué está escrito el precepto de los votos en este lugar justamente? ¿Por qué es tan importante legislar acerca de lo que la gente habla y se compromete? ¿No debería dejarse ese asunto para que cada quien juzgue en forma personal sus palabras?

 

Respuesta:

Abarbanel discrepa con otros comentaristas (como IBN EZRA) acerca del principio que no hay antes y después en la Torá (Ein mukdam umeujar baTorá).  El autor es consistente en la idea que si el texto lleva una secuencia, es por algo y debe necesariamente ser correlativo a los acontecimientos históricos.

 

Por tanto, esta Mitzvá de cumplimiento de los votos y su anulación tuvo efectivamente lugar después de pasados los 40 años, y justo después de que D-s le anunció a Moisés su próxima muerte; tal como está escrito: “Y le dijo el Eterno a Moisés: sube al monte Abarim y contempla la tierra que he dado a los hijos de Israel, cuando la hayas visto serás reunido con tu pueblo (morirás)…” (ibid. 27, 12)

 

No hay duda de que todas las Mitzvot y sus detalles fueron ordenadas a Moisés en el monte Sinai; sin embargo, no todas fueron subsecuentemente enseñadas al pueblo de inmediato, sino conforme se fueron necesitando y aplicando. Así entonces, hasta este momento el mismo Moisés se encargaba de la anulación de votos y la legislación sobre promesas personales, pero una vez que le fuera  anunciada su muerte, vio la necesidad de transmitir esta sabiduría a los próximos dirigentes.

 

Con respecto a la pregunta de la importancia de legislar sobre las promesas y votos de cada persona, esta ordenanza nos viene a recalcar la gran trascendencia que tiene la palabra.  Rabí Yehudá Haleví en su libro El Cuzari, define al hombre como un ser parlante (Medaber), y eso es lo que lo diferencia precisamente del mundo animal (Jai).  Es por esto que Abarbanel detalla en la expresión: “lo iajel debaró”  (ibid 30,3) (no violará su palabra), explicando que la palabra “iajel”  proviene del término “julin”, o sea profanación.  Esto implicaría reducir la condición humana a niveles animales: al no dar importancia a lo que sale de su boca, no habría diferencia entre sus palabras y un mugido o ladrido.

 

Es muy común hoy en día observar cómo gente que utiliza demasiado la expresión “te juro” o “te prometo”  es menos factible a ser tomada en serio que alguien que cuida y mide más sus palabras.


 

PARASHAT MASEI

 

“He aquí las etapas del trayecto que siguieron los hijos de Israel desde que salieron de Egipto (guiados) por la mano de Moisés y Aharón.  Y Moisés registró por escrito sus partidas por orden del Eterno.  He aquí el detalle de las partidas: Partieron de Ramsés…  y acamparon en Sucót, y partieron de Sucót y acamparon en Etam…”

(Números 33)

 

Nota: El texto continúa enumerando cada una de las estaciones donde acamparon durante los cuarenta años; desde la salida de Egipto hasta la entrada a Israel.

 

Pregunta: ¿Qué necesidad hay de resumir aquí todos los lugares donde acampó el pueblo durante todo el trayecto?, ¿No fueron ya mencionadas estas estaciones, cada una en su momento?

 

Respuesta:

 

Abarbanel propone aquí distintas respuestas de varios comentaristas anteriores a él:

 

La primera opinión que cita es la de RASHI, que explica que la Torá recalca todos estos lugares para mostrarnos la gran misericordia del Todopoderoso con Israel; pese al severo castigo de vagar cuarenta años en el desierto, no estuvieron cambiando de lugar constantemente sino que hubo bastante descanso entre cada estación.  Por ejemplo en el lugar llamado Kadesh el pueblo estuvo estacionado diecinueve años.

 

La segunda explicación la extrae del RAMBAM (Maimónides) que atiende  principalmente al gran esfuerzo y la dificultad que tuvo el pueblo de Israel durante el trayecto por el desierto.  Este lugar desolado no se puede comparar con algún espacio inhabitado cercano a una ciudad donde normalmente pasan caravanas o se puede sembrar y hay árboles, sino que realmente era un desierto peligroso e inhóspito.  Esta idea, de alguna manera ensalza la actitud de entrega que demostró el pueblo durante el trayecto, así como dice el versículo: “Así dice el Eterno: Me acuerdo a favor tuyo de la ternura de tu juventud, del amor de tus desposorios, de cómo fuiste tras Mi en el desierto, en una tierra que no fue sembrada” (Jeremías 2).

 

La opinión final de Abarbanel habla de que estas estaciones son una insinuación al futuro; y para respaldarlo cita el versículo del profeta Mijá (7,9): “De la misma manera como saliste de la Tierra de Egipto, Te he de enseñar milagros”, entendiéndose que en el final de los tiempos, al traer la redención, D-s habrá de realizar milagros similares a los de la salida de Egipto.  Así entonces, al ser llevado el pueblo de Israel por el “desierto” de los pueblos (en la diáspora) durante tanto tiempo, habrán de pasar por lugares amargos como “Mará” y a la vez lugares dulces como “Mitká”.

 

Combinando todas estas reflexiones, hemos pues de agradecer por un lado al Todopoderoso por habernos mantenido como pueblo y sobrevivido estos casi dos mil años de exilio en un desierto tan desolado llamado diáspora.  De la misma forma, ensalzamos al pueblo de Israel por haber aguantado tanto sufrimiento en tantos y cuantos lugares donde las inclemencias locales y  “bestias feroces” han arremetido contra cantidad de nuestros integrantes.  Es un gran privilegio el que podamos vivir en una época donde vemos luz al final del túnel, al ser testigos del gran y victorioso regreso del pueblo de Israel a su Tierra ancestral.  ¿Qué hubiera dado Don Isaac Abarbanel y muchos otros por presenciar estos gloriosos tiempos?

DEVARIM
DEVARIM:

Devarim Vaetjanán Ékev Reé
Shoftim Ki-Tetzé Ki Tavó Nitzavim
 Vayelej Haazinu Vezot Habrajá  

    DVARIM – DEUTERONOMIO

 

PARASHAT DVARIM

 

“El Eterno vuestro D-s, que marcha delante de vosotros, peleará por vosotros tal como lo hizo por vosotros en Egipto ante vuestros ojos…  No obstante ello, no creísteis en el Eterno vuestro D-s… Y el Eterno oyó vuestras palabras y encolerizado juró: No verá ningún hombre de esta mala generación la buena tierra que juré dar a vuestros padres, salvo Caleb hijo de Jefuné…  El Eterno también se irritó contra mí por vuestra culpa y me dijo: Tú no has de entrar allí, sino Josué hijo de Nun…”

 

 (Deuteronomio 1, 30-37)

 

Nota: En el texto anterior, Moisés está recordando el suceso de los 12 espías por el cual se decretó que el pueblo vagara 40 años en el desierto.

 

Pregunta:   Dado que la razón aparente de que Moisés no entrara a la Tierra prometida es el suceso de “Mei Meribá” (el agua de la piedra, ver Parashat Jukat -Números 20-): ¿Porqué Moisés está incluyendo su castigo dentro del caso de los doce espías?; ¿No debería tratarse como un caso totalmente independiente?

 

Respuesta:

Este versículo realmente ha causado problemas a la mayoría de los comentaristas ya que efectivamente Moisés aparenta estar incluyéndose en el castigo de los doce espías.

 

El RAMBAN (Najmánides) opina que se incluye al enumerar a quienes no habrán de ingresar a la Tierra Prometida, aunque sea otra la razón por la que él no habrá de ingresar.

 

El RALBAG por otro lado, explica que al mencionar que Josué será el que lidere al pueblo dentro de la Tierra, se vio obligado a aclarar que él no habría de entrar en ella.

 

Como ya se ha expuesto en las Parashót de Shlaj y Jukát (Libro de Números), la novedosa tesis de Abarbanel es que efectivamente Moisés fue castigado principalmente por el error de los espías, así como Aharón fue sancionado por el pecado del becerro de oro; en ningún caso por ser directamente implicados (ya que ni Aharón quería hacer el becerro, ni Moisés  desconfió de D-s en el reporte que dieron los espías), sino por haber posibilitado al pueblo la comisión de tan grandes faltas.

 

Aharón, aunque su intención fue ganar tiempo aguardando a que Moisés descendiera del monte (Ver parashát Ki-Tisá), no debió haber sucumbido al pedido del pueblo.  Moisés, por su parte, al encomendar a los 12 espías su misión, no debía extenderse en pedir reportes de cómo era la tierra, si fértil o estéril, si había en ella árboles o no, ni abundar en lo relativo a  sus frutos, etc… nadie le había solicitado esa información. Su deber era remitirse a la estrategia militar y todo lo relativo a la conquista de la Tierra.  No hay duda que su intención era buena, de que deseaba alegrar y emocionar al pueblo haciéndoles ver qué les esperaba; sin embargo, el resultado fue contraproducente.  Y como se expuso en la parashá de Jukát, D-s esperó hasta la “gota que derramó el vaso” en “Mei Meribá” (el agua de la piedra) para ratificar el decreto a ambos.

 

Con el fin de comprobar esta tesis, Abarbanel expone varios argumentos contundentes:

 

1)Los castigos siempre deben corresponder a la magnitud del pecado: sería inconcebible que por el simple y pequeño error de pegarle a la        piedra en vez de hablarle, Moisés haya sido castigado de forma tan severa.

 

2)La muerte de Aharón fue antes que la de su hermano; esto implica que su pecado también fue anterior (el becerro de oro fue antes que el suceso de los espías).

 

3)Los castigos deben ser consistentes. Esto es: si el pueblo no logró entrar a la Tierra por el pecado de los espías o por haber adorado al becerro, un castigo igual debe relacionarse con alguna de las mismas causas.

 

4)Aharón no tuvo ninguna culpa por el caso de “Mei Meribá” (ya que él no tuvo nada que ver con hablarle o pegarle a la piedra), y fue igualmente castigado.

 

5)Este versículo citado en forma directa: “El Eterno también se irritó contra mí por vuestra culpa” (ibid.), remite completamente al pecado de los espías (y Aharón no es mencionado en este episodio).

 

6)Al morir Aharón dice el versículo: “Sea reunido Aharón con su pueblo…” (Números 20,24), y similarmente cuando muere Moisés.  Esto se entiende en forma literal: reunirse con quienes provocaron su muerte.

 

7)Cuando se decreta el castigo de los 40 años en el desierto, D-s declara directamente: “…no entrarán en la Tierra que os prometí como morada; sólo Caleb hijo de Jefoné y Josué hijo de Nun entrarán” (Números 14,30).  Esto fue dicho antes del pecado de “Mei Meribá”, lo que prueba que ya estaba decretado que Moisés y Aharón no entraran, antes del episodio de “Mei Meribá”.

 

Si todo ésto es así, cabe la pregunta: ¿Porqué la Torá no fue más explícita en mencionar que Aharón no entraría por el pecado del becerro y Moisés por el de los espías?

 

Abarbanel opina que D-s quiso guardar el honor de estos grandes líderes porque sus errores fueron indirectos; esto es: su intención al actuar fue buena en cada uno de los casos, y aún así, la buena intención no les eximió de responsabilidad por las consecuencias desastrosas de ambas acciones. Esto nos enseña que el juicio a los Tzadikím (Justos) es tan preciso como el grueso de un cabello (kejut Haseará).
 

PARASHAT VAETJANÁN

 

·“En ese tiempo le rogué al Eterno: Oh D-s Eterno, Tú has comenzado a mostrar Tu grandeza y Tu fuerte mano, pues ¿Qué otro dios hay en el cielo o en la tierra que pueda hacer Tus obras y que tenga Tu poder?, Te imploro me dejes pasar para que pueda contemplar la buena tierra que hay en el otro lado del Jordán, esas hermosas montañas y el Líbano.  Pero el Eterno estaba irritado conmigo por vuestra culpa y no quiso escucharme y me respondió: Basta para ti, no sigas hablándome de eso.  Sube a la cima de la Pisgá y alza tu vista hacia el occidente, hacia el norte, hacia el sur y hacia el oriente y mira lo que alcances a ver con tus ojos, porque no has de pasar este Jordán.”

 

 (Deuteronomio 3, 23-27)

 

Preguntas:  

1) ¿Porqué se empeña tanto Moisés en entrar a la tierra de Israel y alargar sus días?,  ¿No conoce acaso la grandeza del mundo venidero y la recompensa que le espera ahí dado su altísimo nivel espiritual?.

 

2) ¿Porqué no fue aceptada la Tfilá -plegaria- del más grande de los profetas?, ¿Qué esperanza tendremos entonces nosotros, al pedir algo a D-s, de que nos sea concedido?

 

Respuesta:

Forzosamente, las razones por las cuales Moisés quería entrar a la Tierra de Israel, debían ir más allá del mero placer físico de disfrutar sus frutos, contemplar su naturaleza o simplemente vivir más tiempo.  El gran líder ya tenía su lugar especial esperándolo en el mundo venidero y no temía a su destino final.  Abarbanel expone, entonces, cuatro razones principales por las cuales insistiría en entrar a la Tierra de Israel:

 

1)Dentro de la Torá existen las Mitzvót que dependen de la Tierra de Israel (Hatluiót Baaretz), como por ejemplo: Shmitá (descanso de la tierra cada 7 años), Iovél (jubileo), Trumot y Maasrót (diezmos), etc.  Moisés perseguía entonces un fin espiritual, dado que todos estos preceptos le significarían un perfeccionamiento y elevación mayor.

 

2)Todo ser humano trata de alcanzar un objetivo y cumplir las metas que se fijó.  Durante cuarenta años el gran profeta cargó con todo un pueblo por el desierto, después de lo que significó la salida de Egipto y todos los conflictos tanto externos como internos que hubo de salvar.  Es de entenderse que su mayor anhelo era ver todo este trabajo completado y haberlo llevado a su fin de manera satisfactoria.

 

3)Después del pecado de los espías, Moisés quería probar y demostrar al pueblo la grandeza de la Tierra de Israel y lo buena que es.  No necesitaba convencerse personalmente de nada, ya que poseía todas las respuestas por vía de profecía; mas deseaba poder enseñarlas a la nueva generación.

 

4)Al mencionar Moisés “esas hermosas montañas y el Líbano” no se refiere al mero paisaje físico sino al lugar del Bet Hamikdash, mismo que fue donde Abraham llevó a Isaac. Moisés alberga un intenso deseo espiritual de vivir la santidad de ese lugar, y enseñarlo a todo el pueblo.

 

Con respecto a la segunda pregunta, es sabido que las faltas cometidas contra D-s (bein adám lamakóm) son perdonadas con arrepentimiento y rezo; sin embargo, los pecados cometidos entre los hombres (bein adam lejaveró), requieren para su expiación el perdón del compañero y la restitución del daño.  Como se explicó en la parashá anterior, Moisés tuvo parte en el pecado de los espías, provocando indirectamente que entreguen un reporte no solicitado inicialmente y desmoralizando al pueblo; por tanto, su suerte estaba ligada con esa generación que no tuvo el privilegio de entrar a la Tierra.  Esto se comprueba con el versículo citado arriba: “Pero el Eterno estaba irritado conmigo por vuestra culpa”; de alguna forma Moisés reprocha de nuevo al pueblo por su falta cometida que lo arrastró también a él, impidiéndole cumplir con su objetivo final anhelado.
 

PARASHAT ÉKEV

 

“Y ahora, Oh Israel, ¿qué requiere de ti el Eterno tu D-s sino que Le temas y sigas Sus caminos amándole y sirviéndole con todo tu corazón y con toda tu alma, cumpliendo Sus mandatos y preceptos que hoy te prescribo para tu bien?”

 

 (Deuteronomio 10, 12-13)

 

Preguntas:  

 

1)Aparentemente este tipo de pregunta “¿qué requiere de ti…  sino?”, implica que D-s pedirá del pueblo algo simple y fácil de cumplir; sin embargo el temor a D-s y el amarlo con todo el corazón y con toda el alma no es poca cosa; realmente es la esencia de toda la Torá y requiere de mucho trabajo.

 

2)¿Por qué esta petición se encuentra justo en este momento en que Moisés  recuerda los sucesos del desierto?

 

3)¿Qué tipo de “temor” y “amor” es el que D-s está pidiendo?, ¿Acaso se pueden combinar estos dos términos, o son excluyentes?

 

Respuesta:

Con el fin de, más allá de dar respuesta a estas preguntas, aclarar filosóficamente la manera adecuada de servir a D-s, Abarbanel comienza analizando los conceptos de amor y temor.

 

El servicio al Todopoderoso debe estar fundamentado en las bondades que hemos recibido de El a lo largo de toda nuestra historia: desde la misma creación del mundo y del hombre, hasta la salida de Egipto y la herencia de la Tierra de Israel. De todo esto, el ánimo natural debe derivar necesariamente en un amor incondicional a este Ser bondadoso y altruista.  Además de esto, se crea también un sentimiento de temor, pero no un temor a ser castigado o regañado sino un temor que nos lleva a cuidarnos de no decepcionarlo por nuestro comportamiento, y al que podemos llamar “temor reverencial”.

 

Un ejemplo de ésto sería que el presidente del país me nombrara su asesor personal y me encomendara resolver un asunto difícil.  Automáticamente se generan dentro de mí dos sentimientos: el primero es de total agradecimiento por el puesto, y si anteriormente no era de sus fieles seguidores, ahora seré el primero; posteriormente, el sentimiento será de   temor a decepcionarlo, y desde ese temor, el deseo de cumplir fielmente con la tarea que me encomendó.  No tanto por el hecho de que me castigue si no lo cumplo, sino porque confió en mí y tengo el deseo de complacerlo plenamente.

 

A la luz de lo anterior, Abarbanel clarifica dos tipos de amor y dos tipos de temor:

 

a) El amor que nace del agradecimiento por todas las bondades recibidas; y

 

b) el amor que manifiesta también la esperanza de recompensa futura.

 

De estos dos tipos, lógicamente es muy preferible el primero, así como lo declara Antígonos de Soco en el Pirkéi Avót 1,3: “No seáis como los esclavos que sirven a su amo por recibir un premio…”.  O sea: debemos amar como agradecimiento a lo que ya recibimos, que ha sido mucho.

 

Ahora con respecto al temor tenemos:

 

a) El temor a decepcionar al amo por no cumplir cabalmente su mandamiento, cuando Su gran bondad y confianza en nosotros nos llama a no defraudarlo (es el llamado temor reverencial); y

 

b) y el temor al castigo.

 

De igual manera el primero es mucho más elevado y preferible que el segundo ya que implica una mayor autoestima y posibilidad de enmienda y crecimiento futuro.  Un ejemplo de esto lo encontramos en Éxodo 3,6:  “Y cubrióse Moisés el rostro, pues temió mirar a D-s” y en Levítico 19,30: “Guardaréis Mis sábados y temeréis (reverenciaréis) Mi santuario”.  En ambos casos no hay castigo involucrado, sino que es precisamente un temor del primer tipo.

 

Ahora bien, estos versículos se encuentran justo después de que Moisés recuerda el suceso del becerro de oro en el desierto, y a pesar de ello recalca todas las bondades recibidas a lo largo del trayecto.  En otro caso, cualquier rey terrenal después de que su pueblo se rebela, les aumentaría el yugo y el deber de servicio para comprobar su lealtad; en este caso, D-s no aumenta ni una sola Mitzvá,  sino que únicamente pide que Le reconozcan todo lo que hizo por el pueblo mediante una actitud de amor (por agradecimiento pasado) y de temor  reverencial.

 

Que el Todopoderoso nos ayude a abrir los ojos y ver todas las bondades que hemos recibido de El, y a expresar así al máximo nuestro sentimiento de Amor y Temor, sirviéndolo “Como D-s manda”.
 

PARASHAT REÉ

 

· “Cuando apareciere en medio de tí un profeta o soñador que te anunciare alguna señal o algún prodigio, y realmente viniere la señal o prodigio y él propusiere:  Vayamos tras otros dioses que tú no conociste y sirvámosles.  No escucharás las palabras de tal profeta o soñador, porque ello es una prueba a que te somete el Eterno tu D-s para comprobar si en verdad Le amas con todo tu corazón y con toda tu alma.”

(Deuteronomio 13)

 

 

Pregunta:  Este individuo del que habla la Torá, si dijéramos que es un falso profeta, ¿cómo es que puede realizar milagros?.  Por otro lado, si aceptamos que es un verdadero enviado de D-s y ha venido a probarnos (como lo recalca el texto), ¿por qué habrá de morir? ¿Cuál es su falta?

 

Respuesta:

Este controversial tema ya es tratado por los distintos comentaristas, que proveen tres respuestas principales basadas en el Midrash:

 

La primera es la idea de Rabí Yosi Haglilí, quien opina que el ejemplo trata de un profeta falso, que logra igualmente realizar milagros por medio de la hechicería y la magia;  o de un oportunista que pudo haber oído y haberse adjudicado las palabras de un vidente fidedigno.  Por esta postura se inclinan el RAMBAM (Maimónides) e IBN EZRA entre otros; sin embargo, Abarbanel los cuestiona diciendo que en ese caso la Torá habría escrito textualmente “hechizo o magia”, y no “señal o prodigio” (vocablos utilizados para enviados de D-s).

 

La segunda idea del Midrash es la de Rabí Akiva, quien entiende el caso como el de alguien que comenzó siendo un profeta verdadero y posteriormente se degradó, y abandonó el camino correcto.  Con respecto a las señales y milagros, éstos se habrían realizado en el pasado, durante sus buenos tiempos, ganándose así su reputación de enviado Divino.  Abarbanel también aquí cuestiona el razonamiento ya que el mismo texto comprueba que esta persona aparece en tiempo presente realizando milagros, y tratando de convencer al público de corromperse ejerciendo idolatría.

 

La tercera opinión dice que efectivamente es un profeta verdadero y que su propósito es cumplir con la prueba que está enviando D-s.  Sin embargo, la misma pregunta arriba escrita queda vigente: ¿Porqué habrá de morir?, ¿En qué radica su falta, si cumplió con las órdenes del Todopoderoso?.

 

Abarbanel propone pues una respuesta combinada:

 

No se trata aquí de alguien que puede realizar milagros que cambien la naturaleza ni modifiquen el curso normal del mundo, sino de un tipo de aprendiz de profeta o alguien que en sus sueños tiene la capacidad de vislumbrar el futuro.  El texto alude claramente a que   “…y se cumpla esta señal…”; lo que habla de alguien que convence porque hace predicciones que se cumplen; algo que en general goza de mucha popularidad y cautiva fácilmente.

 

Ahora bien, para lograr esto no es necesaria la hechicería ni tampoco se necesita ser un profeta de D-s. Con frecuencia observamos que por medio de la Astrología u otras artes adivinatorias, llega alguien a predecir eventos.  Aquí es donde viene la Torá a recalcarnos que se trata de pruebas de fidelidad hacia D-s, y que, por consiguiente, debemos rechazar estas prácticas sin dejarnos encandilar.

 

El futuro no está determinado; depende de nuestras acciones y nuestro libre albedrío.
 

PARASHAT SHOFTIM

 

  “Cuando hayas entrado en la tierra que te da el Eterno tu D-s y la hayas conquistado, y dijeres: Voy a poner sobre mí un rey, como todos los pueblos vecinos, pondrás sobre ti al rey que escogiere el Eterno tu D-s.  Será uno de tus hermanos, no un varón extraño que no sea tu hermano; él no tendrá más caballos de los que necesite…  ni tampoco mujeres en abundancia…”

(Deuteronomio 17, 14-20)

 

Pregunta:   Al ser ésta una Mitzvá de la Torá (Poner un rey al entrar a la tierra de Israel, así como está escrito en el tratado de Sanedrín cap. 23),   ¿Cómo es que Josué al entrar y conquistar la Tierra no nombró inmediatamente un rey para cumplir así con esta Mitzvá?;  Más adelante, cuando el pueblo le pide un rey al profeta Samuel (ver Samuel I, cap. 8), ¿por qué se enoja y reprime al pueblo por haber hecho esta petición?

 

Respuesta: 

Abarbanel, en este ensayo sin precedentes, cita a varios de los comentaristas anteriores a él, que arguyeron diversas respuestas a este cuestionamiento:

 

El Rambam (Maimónides) opina que el pueblo de Israel, en los tiempos de Samuel, no pidió un Rey para cumplir con la Mitzvá sino por querer liberarse del liderazgo del profeta. Esta idea se apoya también en su pedido de rey “como todos los pueblos” (Samuel I 8,5), queriendo beber ideas de manantiales ajenos. 

 

Sin embargo, Abarbanel rechaza este argumento, ya que el mismo texto de la Torá acepta la comparación, como está escrito: “Como todos los pueblos vecinos”  (ibid. 17,14).  De este punto de vista, el enojo de Samuel no está justificado, ya que la misma Torá contempla esta comparación como válida.

 

Antes de exponer su respuesta, Abarbanel plantea dos introducciones:

 

En la primera analiza el concepto filosófico de la monarquía. ¿Acaso es ésta la forma ideal de gobernar?  La misma época que le tocó vivir lo lleva a concluir que resultan más efectivos los dirigentes elegidos por el pueblo y por periodos temporales, que las dinastías y familias reales con poder absoluto y puestos vitalicios.  Quien sabe que sólo esta en el poder por un tiempo y que luego podrá ser juzgado por sus actos, tendrá más cuidado en sus formas de gobernar.  ¡Que idea tan revolucionaria para el siglo XV!  Ya entonces comenzaban brotes de democracia en provincias como Venecia y Florencia, fungiendo como prototipo ideológico.

 

En la segunda introducción cuestiona si en el mismo pueblo de Israel, la época de los reyes fue una situación ideal.  Realmente, al observar las páginas del libro de Melajim (Reyes I y II), se da uno cuenta de tantas y tantas barbaridades y atrocidades que la mayoría de los reyes cometieron, desde el rey Yerobaam hasta Menashé entre otros.  No nada más afectaron al pueblo espiritualmente alejándolo del camino de D-s, sino también social y económicamente.

 

Finalmente, la tesis de Abarbanel es que el poner un rey no es una Mitzvá a priori (Lejatjila) sino el remedio para un mal previo; ¿A qué se puede comparar? Un ejemplo puede ser la Mitzvá del divorcio (Deut. 24), donde definitivamente no nos está ordenando D-s divorciarnos, pero si ya se llegó a un punto de incompatibilidad, tenemos la Mitzvá de realizar el Divorcio como lo ordena D-s.

 

La Mitzvá aquí entonces no es pedir un rey, sino que en el momento en que se llegue a una situación donde el “Iétzer Hará” (instinto del mal) nos tiente a tal grado de querer imitar a nuestros vecinos y sus ideologías, habremos efectivamente de poner un rey, ajustado a las directrices y parámetros que D-s nos dio (que no tenga muchas mujeres, ni muchos caballos, etc).

 

Una comprobación de esta teoría es que el mismo Samuel, aún cuando se enojó, finalmente fue él mismo quien ungió a Saúl como el primer rey de Israel.  ¿Cuándo habíamos visto que un padre se enoja cuando su hijo le pide un dulce y luego inmediatamente se lo da?  Así entonces, aquí el pueblo habría de cumplir la ordenanza de D-s.

 

Ya habiendo caído en este nivel, no ideal, la restitución y elevación se habría de llevar a cabo por medio del reinado precisamente; por ello aún hoy, esperamos fervientemente la llegada el Rey Mesías descendiente de David.
 

PARASHAT KI-TETZÉ

 

· “No prestarás (o pedirás) a tu hermano a interés, ya sea sobre dinero, sobre comida o sobre cualquier otra cosa que suele prestarse a interés.   A un extranjero podrás prestarle (o pedirle) a interés, pero a tu hermano no, a fin de que te bendiga el Eterno tu D-s, en todo cuanto hagan tus manos sobre la tierra que vas a heredar.”

(Deuteronomio 23,20 )

 

Pregunta: Si consideramos que prestar con interés es algo inmoral y rechazable, ¿cómo es que la Torá permite hacer esto con un no judío?. Y si, por el contrario, prestar con interés es considerado algo natural y común en la sociedad, ¿por qué lo prohibió la Torá para los judíos? (y la prohibición rige aún cuando el que pide prestado acepta pagar intereses).

 

Respuesta:

Para esta difícil pregunta Abarbanel propone las siguientes respuestas

 

1.El “extranjero” al que se refiere el Texto no es cualquier gentil sino solamente aquél perteneciente a los siete pueblos que habría de conquistar el pueblo de Israel en su próxima entrada, porque es improcedente actuar con bondad hacia gente enemiga que ponen obstáculos frente a Israel en cada oportunidad. De allí que la ley de no prestar con interés si extiende también a cualquier no judío (exceptuando estos 7 pueblos que “casualmente” hoy ya no existen).

 

2.Aún si aceptáramos el carácter inmoral del préstamo a interés, y que el “extranjero” de que habla la Torá fuera todo no judío, aún nos estaría hablando la Torá más de prestar que de pedir prestado. O sea que, si un judío necesita dinero y sólo a cambio de comprometer el pago de intereses lo pudiera conseguir, estaría autorizado a pedir prestado de ese modo de un no judío (aquí Abarbanel traduce la palabra TASHIJ por pedir prestado, excluyendo la acción de prestar).

 

3.Esta última respuesta está basada en la idea que el prestamismo y los intereses no son algo sucio ni despreciable, ya que es válido que cada quien trabaje con su dinero, y lo haga productivo y rentable.  Si alguien le presta dinero a otra persona para abrir un negocio y a final de cuentas el negocio prospera y logra ganar mucho dinero, ¿por qué no habría de darle una tajada a la persona que le ayudó en un principio?.  Aquí es en donde la Torá advierte que con un hermano uno va más allá de esto, y no debe pensar en el negocio sino en la ayuda en sentido puro.  La mayor ganancia del que presta es ver cómo su consanguíneo se levanta y se recupera gracias a su ayuda.

 

Es interesante este último análisis de Abarbanel y más si lo contextualizamos en su tiempo histórico:  Viviendo él en una España oscurantista y retrógrada, donde los incesantes ataques a los judíos partían de acusarles, entre otras cosas, de prestamistas usureros, estas cuestiones de la Torá exigían respuestas claras y directas.

 

El modo fresco y lógico en que este estratega plantea el tema quinientos años atrás, resulta especialmente vigente en el mundo capitalista de hoy, cuyo motor financiero tiene por base los sistemas de crédito, de hipotecas, y el sistema bancario en general, de los que nos habla en esta parashá Abarbanel.
 

PARASHAT KI TAVO

 

  “En este día, el Eterno tu D-s te ordenó cumplir tales estatutos y preceptos.  Los cumplirás con todo tu corazón y con toda tu alma.  Has declarado hoy, que el Eterno es tu D-s y que andarás en Su camino y cumplirás Sus leyes…  Y el Eterno ha confirmado hoy que te ha escogido por pueblo Suyo (Am Segulá), tal como lo había jurado, y que (por lo tanto) tú debes cumplir todos sus mandatos.  Por ello te elevará por sobre los demás pueblos que El Creó, en alabanzas, en renombre y en esplendor, para que tú seas un pueblo santo…”

(Deuteronomio 26, 16-19)

 

Pregunta:  ¿Por qué habla la Torá en este momento acerca de este tema?,  Realmente este compromiso ya había sido tomado en el Monte Sinaí (al recibir la Torá); de igual manera se había ya mencionado la frase de “Am Segulá” (Pueblo escogido).  También, ¿A que se refiere este concepto de “Pueblo Elegido”?

 

Respuesta: 

Desde el día en que se entregó la Torá (Éxodo 19) y hasta el momento presente (40 años después), Moisés se ha dedicado a la descripción y explicación a fondo de cada uno de los 613 preceptos;  al principio de esta Parashá encontramos todavía la Mitzvá de “Bikurim” (las primicias que se traían al Templo) y la declaración que tenía que hacerse en ese momento.

 

Y llega entonces el momento de refrendar el pacto y recalcar la ordenanza de estos preceptos, así como su cumplimiento y observancia.  Continúa Moisés enfatizando la importancia de llevarlos a cabo “con todo tu corazón y con toda tu alma” y no en forma mecánica ni automática.  Es comprensible ahora que al haber ya entendido y profundizado en las Mitzvot, uno las realice con mayor ímpetu y emoción;  ya no es el status anterior de “Naasé Venishmá”, donde ciegamente el pueblo declaró: “Haremos y Escucharemos”.

 

Con respecto al concepto de “Pueblo Elegido”, en varias ocasiones se ha hablado de que el pueblo de Israel es quizá superior, o más inteligente o especial.  Sin embargo,  Abarbanel nos aclara que no se trata de una promesa de grandeza sino de una condición a cumplir: En igual grado en que nosotros honremos y elevemos el nombre de D-s en el mundo,  aumentando su gloria y esplendor, el pueblo de Israel será engrandecido.

 

No es entonces un regalo ni posición privilegiada la que goza el pueblo de Israel al haber sido “Elegido”, es una responsabilidad y un compromiso conectado íntimamente a la observancia y cumplimiento de los preceptos Divinos.  Mientras esta difícil labor se cumpla, tanto en cantidad como en calidad, aumentando y embelleciendo las Mitzvot, podremos realmente sentir esa elevación espiritual llamada “Segulá”.

 

Este potencial de subir también nos enfrenta al peligro de bajar, y sabemos cuanto más alto se encuentra uno, más fuerte puede ser su caída; no es coincidencia pues, que el final de esta Parashá resulta tan impactante al revelar el otro lado de la moneda  “Y sucederá que si no obedecieres la voz del Eterno…”  (ibid 28,15); sólo hojear esas oscuras páginas basta para convencerse de no arriesgarnos a esa opción.
 

PARASHAT NITZAVIM

 

“Todos vosotros estáis hoy presentes ante el Eterno,…para ingresar en el Pacto con el Eterno tu D-s y en el Juramento con el que se compromete el Eterno contigo hoy.  Con ello te consagra hoy como pueblo Suyo, siendo El tu D-s, como lo había jurado a tí, a tus padres y a Abraham, Isaac y Jacob.  Pero no solamente con vosotros celebro este Pacto, sino también con los que no están presentes hoy aquí.”

(Deuteronomio 29,9-15)

 

 

Pregunta: Con respecto al pacto entre D-s y esa generación de Israel, ¿quién les dio a ellos el poder para comprometer a toda su descendencia futura en esta difícil responsabilidad?. ¿Cómo pudieron jurar y decir “Naasé Venishmá” (haremos y escucharemos) incluyendo también a las generaciones venideras, cuando hay tantas advertencias y tan graves castigos involucrados en caso de violar este pacto?

 

Respuesta:

Una respuesta ya conocida es la que utiliza el Midrash TANJUMA: en ese pacto, además de toda esa generación, se encontraban también todas las almas que en un futuro habrían de nacer, y que de este modo fueron incluidos en el pacto y aceptaron el compromiso en igualdad con los allí presentes. Abarbanel critica fuertemente esa postura ya que un alma, al no tener contacto con un cuerpo, no puede ser considerada como un HOMBRE completo; esto invalidaría la participación del pacto por parte de las almas.

 

Abarbanel propone su explicación comenzando con el siguiente ejemplo: Si un padre contrae una deuda y fallece antes de cubrirla, es claro que sus hijos (aún cuando no hayan nacido al momento de ser contraída la deuda) son responsables por el pago pendiente.  Así como un hijo se beneficia por una herencia recibida, de igual forma se compromete a pagar lo que su padre debe.

 

En nuestro caso, el pueblo de Israel era esclavo en Egipto, y al sacarnos D-s de ahí, se podría decir que estamos en deuda con El.  Es claro que el Todopoderoso no quiere dinero ni recompensa material alguna; lo único a que nos comprometimos en el Monte Sinai es a cumplir la Torá como nos fue ordenado, y aceptado por nosotros con el famoso dicho “Naasé Venishmá” (Haremos y Escucharemos).  Este fue entonces el primer pacto que realizó D-s con el pueblo de Israel al pie del Monte Sinaí.

 

Han pasado ya cuarenta años a partir de ese momento, y una nueva generación está por entrar a una Tierra que fue prometida a este pueblo desde la época de los patriarcas.  Sin embargo, esto tampoco es gratis, sino un préstamo que involucra un compromiso: Aquí, la estadía en Israel depende constantemente de nuestro comportamiento; la Torá advierte que, de incumplir nosotros nuestra parte del pacto, la Tierra habrá de “vomitar a sus habitantes”,  porque la tierra de Israel no tolera la inmoralidad ni la idolatría.

 

Así entonces, comprendemos ahora que aquel pacto y juramento que hicieron nuestros padres no fue un compromiso simple sino dos deudas que nos legaron, y que debemos cumplir a cabalidad: Una, el habernos redimido de Egipto y obtener la libertad; y la segunda,    la posesión de la Tierra de Israel.  Si tomamos conciencia de esto, entenderemos que nuestros padres no se endeudaron en su propio beneficio, sino a cambio de activos de los que nos beneficiamos y que disfrutamos en cada generación..

 

Cuando nuestra propiedad de la Tierra de Israel es constantemente cuestionada y discutida, es más que oportuno analizar dónde está la clave del asunto y “sacar el contrato del cajón”,  para releer nuevamente esas cláusulas que El Dueño de Todo el mundo marcó como condiciones.
 

PARASHAT VAYÉLEJ

 

“Y les ordenó Moisés:  Al cabo de siete años, en el año de la remisión (descanso de la tierra), en la fiesta de los tabernáculos (Sucot), cuando todo Israel sea convocado ante el Eterno tu D-s, en el lugar que El escogerá (por santuario), leerás esta Ley ante Israel para que todos la oigan.  Reunirás para ello a toda la gente: hombres, mujeres, niños y forasteros para que aprendan a temer al Eterno vuestro D-s y observen todos los preceptos de esta Ley.”

 

 (Deuteronomio 31, 10-13)

 

Pregunta: ¿Por qué ordenó D-s que se lea la Torá cada siete años y en especial en la fiesta de Sucot?, ¿No se debe estudiar la Torá, base y sostén del judaísmo, de modo constante, de día como de noche?

 

Respuesta:

Abarbanel opina que este precepto especial, de que el Rey lea frente a todos la Torá cada siete años, no exime a los particulares del estudio personal, ni de la enseñanza de Torá a los hijos. No habríamos sido sino un pueblo de bárbaros e ignorantes si sólo un día cada siete años estudiáramos las leyes y bases del comportamiento incluidas en la Torá.

 

La razón entonces de esta gran convocatoria para cada séptimo año, es lograr que todo el pueblo oiga, en la voz del líder mayor y, si lo hay, del rey, la lectura de la Ley, del libro máximo. Este acontecimiento, con todo lo que representa la solemnidad y el honor del dirigente máximo, deja grabada en cada uno de los asistentes una impresión imborrable; desde el más chico hasta el más grande de todos los presentes lo recordarán siempre.  Es por ello que aún los niños están obligados a asistir, ya que lo importante no es tanto la comprensión de lo que se dice sino la trascendencia del evento.  De llevarse a cabo con mayor frecuencia, perdería importancia y la gente no lo tomaría con tanta seriedad.

 

Ahora bien, ¿por qué exactamente en el año de “Shmitá”?.  En este periodo la gente está más libre de obligaciones laborales, porque no se trabaja la tierra. Entonces, la alimentación está prevista ya desde el año anterior, y no hay que ocuparse de sembrar ni cosechar. Es un año además donde juega un rol especialmente importante la fe en que D-s nos proveerá de todo lo que necesitamos, y en tales circunstancias, el acto solemne viene a reforzar el trabajo de la fe.

 

La razón por la cual se escogió la fiesta de Sucot para este evento es, por un lado, por la época del año, ya que el clima es más templado y se hace mas fácil venir con toda la familia; y porque después de haber pasado las festividades de Rosh Hashaná y Iom Kipur la gente se ha elevado espiritualmente y se siente más cercana al Creador.  Además, el estar viviendo en “chozas frágiles” (tales las “sucot”) nos hace reflexionar acerca de nuestra existencia y la estadía en este mundo; al escuchar entonces la palabra de D-s, las incertidumbres son resueltas.
 

PARASHAT HAAZINU

 

“Lo halló en un desierto, en la mayor soledad, y lo amparó, le enseñó (Su camino) y lo cuidó como a la niña de Sus ojos; como el águila que agita su nido, revolotea sobre su cría, extiende sus alas y toma a sus polluelos entre sus plumas.

 (Deuteronomio 32, 10-11)

 

Pregunta: ¿A qué se refiere esta comparación?, ¿Cuál es su significado?

 

Respuesta:

Con el fin de explicar este bello símil del águila con sus polluelos y D-s con el pueblo de Israel, Abarbanel se basa en la explicación del RAMBAM (Maimónides):

 

Esta relación consta de cuatro fases:

 

1.La primera es que cuando el águila se acerca a su nido, silba o agita sus alas para que sus crías no se asusten por su llegada, ni piensen que se trata de un ave enemiga.

 

2.Antes de posarse en su nido, el águila revolotea sobre ellos para no caer de golpe, porque podría lastimar a los polluelos.

 

3.Cuando el águila desea mudarse de lugar, con el fin de no molestar a sus crías, lleva al nido todo completo (y no uno por uno).  En hebreo dice ‘ikajehu’ (a él, o sea al nido) y no dice ‘ikajem’ (a ellos).

 

4.Al llevar el nido con sus polluelos no los carga sobre sus alas, ya que podrían caerse, sino sobre su propio cuerpo (‘Evrató’).

 

De forma similar, cuando D-s llega por primera vez con el pueblo de Israel en Egipto, manda primero a Moisés y Aharón para que “silben” y los “despierten” antes de la redención; esta acción se corresponde con el primer aviso del águila. Tampoco hubo una revelación completa desde el inicio, sino que vendría después en el Monte Sinaí, que se corresponde con la segunda fase de acercamiento.

De forma consistente, el Todopoderoso hizo que salieran de Egipto con su ganado, pertenencias y riqueza; estas bondades se relacionan con la tercera fase que habla de la mudanza del nido completo.

Finalmente, así como el águila cuida que sus crías no se vayan a caer ni lastimar, D-s protegió a Su pueblo desde la misma salida de Egipto, al cruzar el mar, al pelear contra Amalek, y durante los 40 años en el desierto proveyéndoles todo lo necesario para su subsistencia.

 

Sea la voluntad de D-s que así como fuimos redimidos en ese tiempo, El se acerque de nuevo a nosotros con su cálido silbido, nos proteja en todo momento y nos lleve sobre “Su lomo”  hasta la Tierra que El Mismo nos asignó.
 

PARASHAT VEZOT HABRAJÁ

 

 “Así Moisés, siervo del Eterno, murió allí en la tierra de Moab, conforme a la palabra del Eterno.  Y El mismo lo sepultó en el valle, en la tierra de Moab, frente a Bet Peor, y nadie conoció su sepultura hasta hoy. Y Moisés tenía ciento veinte años de edad al morir.  Nunca se había enturbiado su vista ni había desaparecido su vigor.”

(Deuteronomio 34,5-7)

 

 

Pregunta: ¿Quién fue el que escribió estos últimos versículos de la Torá?, ¿Acaso Moisés pudo escribir y describir su propia muerte?

 

Respuesta:

Esta pregunta es ya tratada en la misma Guemará (Tratado de Baba Batra) y las opiniones son divididas entre Rabí Yehudá y Rabí Shimón. El primero considera que los últimos ocho versículos de la Torá fueron escritos por Josué, fiel discípulo y sucesor de Moisés.  El segundo opina que fue el mismo Moisés; hasta este punto, D-s le dictaba la Torá y él repetía y escribía; al llegar estos últimos versículos, D-s le dictó y él sólo pudo escribir llorando.

 

Abarbanel se inclina por la segunda opinión, aseverando que Moisés escribió toda la Torá desde el principio hasta el fin, y que ni una letra de la misma fue escrita por otra persona.  Así como escribió todos los sucesos desde el Génesis hasta su mismo nacimiento, de la misma forma, mediante profecía escribió también su muerte.

 

Realmente podríamos también preguntar ¿Cómo alguien pudo describir la creación del mundo, del sol y la luna, de las plantas y animales, si nadie estuvo ahí para atestiguarlo?; ante la evidencia de que la creación se encuentra descrita en la Torá, no le parece difícil a Abarbanel aceptar que Moisés pudiera escribir acerca de su propia muerte; ya que la Torá no es un simple libro de historia relatada a posteriori sino un testimonio profético atemporal,  entregado íntegro al mundo por medio de el profeta de profetas, Moisés.

 

Así es como contiene la Torá versículos que hablan también de más adelante en el futuro, como: “Entonces le dijo el Eterno a Moisés:  He aquí que yacerás con tus padres, y este pueblo se alzará prostituyéndose tras dioses extraños del país donde entrará, y Me abandonará y romperá el pacto que establecí con él”  (Deut. 31,16).

 

De todo lo anterior, además de solucionar el problema de los ocho últimos versículos del Deuteronomio, obtenemos una enseñanza muy importante: La Torá no fue solamente entregada a esa generación ni se mantiene vigente sólo para ellos, sino que nos habla hoy y se dirige también a todos nosotros.  Así como D-s no está limitado por el tiempo, de la misma forma Su Ley es ayer, hoy y mañana.

 

MOADIM
MOADIM:

1. Rosh Hashaná 2. Sukot 3. Pésaj 4. Shavuot

MOADIM – FESTIVIDADES

 

ROSH HASHANA

 

  “Habló D-s a Moisés diciendo: “Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes, tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas y una santa convocación.  Ningún trabajo habréis de hacer y ofreceréis ofrenda para D-s.”

(Levítico 23, 23-25)

 

NOTA: De acuerdo con la interpretación de nuestros sabios en el tratado talmúdico de Rosh Hashaná (pag 8), este día corresponde al día del juicio (Yom Hadín) en el cual D-s juzga a todas las criaturas de la Tierra.

 

Pregunta: ¿Por qué se limitó sólo a un día el juicio Divino?,  ¿Acaso D-s Todopoderoso no puede realizar esta acción cualquier día a cualquier hora que quisiera?,  De igual forma, ¿No puede uno arrepentirse y regresar al buen camino cualquier día del año, sin tener que limitarse a un singular día?, ¿Acaso no está escrito: “Porque, qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos, como lo está Hashem nuestro D-s en todo cuanto le pedimos” (Deut. 4,7)?

 

Respuesta: 

 

El principio de cada evento determina su esencia y sus características básicas; en astrología es sabido por ejemplo que, el mes, día y hora de nacimiento de una persona son determinantes para su futura formación.  Así también, en el principio del año (Rosh Hashaná), D´s establece el panorama general del mundo, ya sea de abundancia o de hambre, de salud o enfermedad, de vida o de muerte.

 

Lo descrito anteriormente se encuentra dentro del dominio de la “Hashgajá Klalit” (Supervisión general de D-s) en la cual la influencia Divina se lleva a cabo en forma conjunta y no particular.  A esto se le puede llamar el comportamiento “natural” del mundo, donde muchas veces nos sorprende por qué tal año apareció por ejemplo el fenómeno del “niño” o por qué otro año hubo muchos terremotos, etc.

 

Sin embargo, se le dio al pueblo de Israel una concesión especial:  con el mérito del estudio de la Torá y el cumplimiento de las Mitzvot, elevando el espíritu de las cuestiones mundanas y apegándose a la Divinidad, será posible escapar de los decretos ya establecidos en forma general, que habrán de llevarse a cabo en forma “natural”.  Un buen ejemplo de esto lo aprendemos de Nóaj el cual fue salvado en forma personal del decreto general de inundar el mundo con un Diluvio;  de no haberse elevado este personaje a un nivel espiritual suficiente, las aguas de la destrucción ciertamente lo habrían arrastrado y ahogado junto con sus contemporáneos.

 

Con el fin de aclarar más este concepto, Abarbanel trae la analogía de un sabio doctor que le recomienda a su querido amigo dos tipos de medicinas: Ya que este médico conoce las epidemias y enfermedades comunes de tal o cual temporada, la primera es una vacuna para prevenirlo del peligro que se encuentra latente en el aire y no se contagie.  La segunda es una medicina que deberá tomar en caso de haber contraído ese mal para curarse.  Hoy en día estos dos métodos son fáciles de reconocer como “Medicina preventiva” y “Medicina Correctiva”.

 

Es pues así como el autor extrapola este ejemplo al ámbito espiritual:  Efectivamente, es en Rosh Hashaná cuando D´s determina el tipo de ambiente general que se ha de generar en el mundo y es en este momento donde nos encontramos cerca del doctor que tiene las vacunas específicas para cada mal que habrá de venir.  Está pues en nosotros el formarnos primero en la fila, y tocar con fuerza el timbre (Shofar) del consultorio para que nos apliquen todas esas preciadas inyecciones de salud, “Parnasá”  (Sustento), bienestar y paz.

 

SHANÁ TOVá UMEVOREJET

SUKOT

 

  “Y habló D-s a Moisés diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos (Sukot) a D-s por siete días.  El primer día habrá santa convocación, ningún trabajo haréis. Siete días ofreceréis ofrenda encendida a D-s, el octavo día tendréis santa convocación y ofreceréis ofrenda encendida a D-s, es fiesta, ningún trabajo haréis.”

(Levítico 23, 33-36)

 

Nota: La duración de las festividades está íntimamente relacionada con su razón histórica: En el caso de Pésaj el festejo se prolonga siete días, ya que al séptimo día de la salida de Egipto se abrió el mar.  Shavuot dura un solo día  correspondiendo a la  entrega de la Torá el 6 de Siván.

 

Pregunta: La razón otorgada en la Torá para la fiesta de Sucot es “Porque en Sucot (cabañas) hice morar a los hijos de Israel al sacarlos de la Tierra de Egipto” (Ibid. 23,43)  ¿Por qué entonces se estableció la fiesta de Sucot siete días?, ¿Cuál es el significado de estos días?

 

Respuesta:

La esencia principal de la fiesta de Sucot es la insinuación de que este mundo es una morada temporal para el hombre; es demostrarnos que aunque tengamos una casa firme y estable que nos protege del medio exterior, nuestra mera existencia pende de un hilo y nos encontramos a merced del Todopoderoso.

 

Como hemos explicado, la festividad de Sucot dura siete días y el octavo día es Shminí Azteret; por un lado forma parte de la misma fiesta, sin embargo se le considera un Jag por separado.  Abarbanel relaciona estos datos con la vida misma del hombre:   Está escrito en el libro de Salmos (90,10): “Los días de nuestra edad son setenta años, y si en los más robustos son ochenta años.  Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos.”

 

Cada uno de los días de Sucot representa una década en la vida del hombre, siendo la primera y la última muy especiales ya que es cuando se tiene menos relación con el mundo material.  Es efectivamente en la infancia y en los últimos días de la persona cuando posee el hombre mayor santidad y pureza.

 

Aún aunque el espíritu de esta fiesta es la sencillez y el “anti-materialismo”, no nos prohibió D-s disfrutar del mundo y sus placeres materiales, es por esto que a la vez está escrito: “Y tomaréis el primer día el fruto del árbol hermoso, ramas de palmera…” (Lev. 23,40).  Así entonces, el autor relaciona los Arba Minim (4 especies) con las mieles del mundo material; de hecho la finalidad de este precepto es el agradecimiento y alabanza al Creador por habernos brindado tanto bien elevando esta ofrenda a los cuatro vientos.

 

Sucot nos enseña pues el secreto del justo balance: Vivir en un mundo material con plenitud, tomando lo mejor de éste y elevándolo a una dimensión espiritual;  de esta manera nuestra vida adquirirá un significado tan profundo que trascenderá más allá de los setenta u ochenta años que nos fueron otorgados.
 

PÉSAJ

 

  “Esclavos fuimos del Faraón en Egipto, y el Eterno nuestro D-s, nos sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido. Y si no hubiera liberado el Santo-Bendito-Sea a nuestros padres de Egipto, he aquí que nosotros, nuestros hijos y nietos seguiríamos esclavizados al Faraón en Egipto.

 Y aunque fuéramos todos sabios, todos con entendimiento y todos conocedores de la Torá, estuviéramos también obligados a contar la historia del Éxodo de Egipto; y todo el que aumenta en el cuento del Éxodo, merece alabo.” 

(De la Hagadá de Pésaj)

 

Pregunta: ¿Qué beneficio tenemos hoy en día en la Diáspora derivado del Éxodo de Egipto?,  ¿No acaso sería mejor seguir en esa tierra que estar en el exilio actual bajo el dominio de Edom e Ismael, donde nos han forzado a convertirnos, nos han expulsado y donde muchos han llegado a un amargo final, sea por medio de la espada, el hambre o peor aún, el abandono de nuestra fe?

 

Nota: Esta pregunta, situándola en su contexto histórico real, adquiere gran fuerza al percatarnos que Don Isaac Abarbanel vivió en una época muy turbulenta sufriendo en carne propia la inquisición y la trágica expulsión de los judíos de España en 1492. 

 

Respuesta:

El beneficio del que gozamos hoy en día a raíz del Éxodo Egipcio consta de tres elementos principales:

 

El primero se basa en los múltiples milagros realizados por D-s durante esa época, que nos llevan a percatarnos de la relación tan íntima y única que guarda el Creador con el pueblo de Israel.

 

En segundo lugar, adquirimos un eterno legado de grandeza y posición universal al heredar subsecuentemente la Tierra de Israel.

 

Finalmente, el Éxodo fue un preludio necesario para la entrega de la Torá en el Monte Sinaí, de esta forma adquirimos el grado de Santidad necesario para que la Shejiná (presencia Divina) pose entre nosotros.

 

Basándose en estos tres puntos, Abarbanel aclara también la falta de relación aparente que hay entre la primera parte del párrafo citado, con el final:

 

“Aunque fuéramos todos sabios” y conocedores de los eventos sobrenaturales del universo; “Aunque tuviéramos entendimiento” para comprender la esencia y lo especial del pueblo y la tierra de Israel;  “Aunque fuéramos conocedores de la Torá” para apreciar su grandeza e importancia…  debemos continuar relatando la historia del Éxodo, que es fuente de todas estas bendiciones.

 

A diferencia de tantos y tantos Judíos que no pudieron sostener su fe en aquellos tiempos tan turbulentos, Abarbanel logró extraer el aspecto positivo de esa difícil situación insuflando aires de esperanza y ánimo a sus correligionarios, como diciéndoles: Si D-s pudo hacer milagros en Egipto, también los podrá hacer con nosotros; si nos pudo engrandecer y llevar a la tierra de Israel, también nos regresará allí; si nos ha dado la Torá no es para dejarla a un lado sino para llevarla en alto y engrandecerla ya que es nuestro contacto con D-s mismo.

 

Año a año seguimos leyendo y re-leyendo esta misma hagadá, sin embargo, cada vez cobra distintas facetas y tonalidades al aplicarse a los eventos actuales; es ahora nuestra responsabilidad el transmitir a las futuras generaciones ese espíritu de fe inquebrantable que nos ha acompañado a lo largo de toda la historia, y aunque… “… en cada generación hay quienes se levantan contra nosotros para aniquilarnos, El Santo-Bendito-Sea nos salva de sus manos”.
 

SHAVUOT

 

  “Siete semanas has de contar, a partir del tiempo del comienzo de la cosecha de trigo, y observarás la festividad de las semanas (Shavuot) ante el Eterno tu D-s con una ofrenda voluntaria de tu mano, para que te bendiga el Eterno tu D-s.  Y te regocijarás ante el Eterno tu D-s con tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que morare en tu ciudad, el extranjero, el huérfano y la viuda que estuviere entre vosotros, en el lugar que escogiere el Eterno tu D-s para establecer Su Nombre.  Y recordarás que siervo fuiste en Egipto, al cumplir tales preceptos.”

 

(Deuteronomio 16,9-12)

 

Preguntas: ¿Por qué sólo en esta festividad se pide “una ofrenda voluntaria” y no en Pésaj ni Sucot?;  ¿Porqué se recuerda la esclavitud y salida de Egipto solo aquí y no en Pesaj donde sería más lógico exponerla?

 

Respuesta:

Abarbanel se enfrenta a estos cuestionamientos de manera lógica:

 

Ya que en la fiesta de Pésaj se traen todos los diezmos, donativos y primicias que tuvo hasta ese tiempo; Shavuot, siendo sólo 50 días después, es improbable que en ese corto lapso tenga algo pendiente por ofrecer.  Por tanto, pide la Torá que aunque no tenga ninguna obligación que traer, uno se esfuerce dando una ofrenda voluntaria propiciando así el espíritu festivo.

 

Reforzando esta idea, se recalca la obligación de regocijarse en esta fiesta, cosa que no aparece en Pésaj la cual está llena de ofrendas acumuladas durante el año y de seguro se estará alegre por toda la abundancia.  En Shavuot debe uno propiciar esa alegría aunque natural o espontáneamente no se dé.

 

Con respecto al recuerdo de la esclavitud en Egipto, el autor opina que especialmente se recalca aquí ya que en esta fiesta, a diferencia de Pesaj y Sucot, le daría más flojera peregrinar a Jerusalem.  Esto dado el corto tiempo que ha pasado desde Pésaj (sólo 50 días); si tomamos en cuenta que en muchos casos a la gente le tardaba hasta una semana en realizar el viaje y otra en regresar, cargando además con hijos e hijas y toda la familia, representaba una fuerte carga al pueblo.

 

Por tanto se recuerda especialmente aquí la esclavitud y lo pesada que era la vida en Egipto, allí el trabajo y el esfuerzo eran mucho peores y no debemos quejarnos ya que aquí la finalidad es el festejo y la elevación espiritual.

 

Shavuot, siendo también la festividad de la Torá, debemos recibirla y tratar de cumplirla en su totalidad aunque sea difícil y no entendamos la razón de muchos preceptos.  No hay duda que muchos prefieren siempre quedarse en su casa descansando, sin embargo la tradición judía nos enseña que la reunión del pueblo en estas fechas (aún en la Sinagoga, a falta del Templo de Jerusalem), es imprescindible para la continuación del judaísmo tal como lo  conocemos y nos fue legado.