Las bendiciones
El Talmud, en el Tratado de Berajot (Bendiciones), nos enseña sobre el Precepto (Mitzvá) de recitar las Berajot antes de tener provecho de algo.
Esto se aprende de dos versículos aparentemente contradictorios. El primero es el que dice: “De Di-s es la Tierra y todo lo que hay en ella”. El segundo afirma: “Los cielos pertenecen a Di-s y la Tierra le fue entregada al hombre”. Los sabios aclaran esta supuesta contradicción explicando que el primer versículo se refiere a cuando una persona tiene provecho de la creación sin bendecir y agradecer a Di-s, en cambio el segundo versículo está refiriéndose cuando la persona toma conciencia de que existe un Supremo Hacedor, quien le brinda el bienestar y por ende bendice a Di-s antes de tener provecho de lo que lo rodea.
Los sabios instauraron una bendición antes de consumir cualquier alimento o antes de oler alguna fragancia.
Las bendiciones en general están divididas en tres grupos: Birjot Hamitzvot, o sea, las bendiciones que se recitan antes de cumplir con un precepto como por ejemplo poner Tefilín o encender las velas de Shabat; Birjot Hanehenín, las bendiciones a Di-s por permitirnos disfrutar de la creación y Birjot Hashevaj Vehohodaiá, que son las bendiciones de alabanza y agradecimiento en general.
La Kabalá nos enseña que a través de recitar la bendición elevamos el elemento material utilizado y lo conectamos con el Altísimo, a través de ello se concreta el objetivo de la creación, de elevar la materia y unirla al espíritu.
Explicaremos, aunque sea en forma resumida, las bendiciones más frecuentes, o sea, las bendiciones sobre los beneficios recibidos. En este grupo se encuentran las Birjot Hanehenín, las bendiciones que son recitadas antes de comer o de oler alguna fragancia.
Esta sección esta basada en material editado por la editorial Kehot Lubavich