Rab Yaacov Moshe Bergman
Introducción
Este libro nació a raíz de un sinnúmero de preguntas que me fueron formuladas en el marco de mi actividad en Bnei Akiva mundial.
Existe una gran confusión en las comunidades judías de la diáspora respecto de la actitud de la halajá en lo referente al Estado Judío. De todos los confines del globo llegaron a mí preguntas de educadores y activistas que procuran encontrar una actitud clara en este tema amparada por las fuentes judías clásicas y tradicionales.
Las preguntas en este libro aparecen redactadas tal como llegaron a mí y de la letra o el espíritu de las mismas no se debe deducir que el autor de esta obra concuerda con las mismas, nuestra verdadera actitud se encuentra plasmada en las respuestas.
Algunas de las preguntas pueden resultar duras o ásperas en su redacción y pueden llegar a molestar a algunas personas, empero, estas reflejan fielmente el tenor de las consultas que nos llegan hoy día en el mundo judío e ignorarlas no nos llevaría a buen puerto. Es pues menester presentarlas fieles a su redacción original y responderlas con mensajes claros y contundentes.
Agradezco al movimiento mundial Bnei Akiva por su iniciativa que es la que me concedió el privilegio de condensar las ideas en este libro y así aumentar y difundir Torá. Quiera Dios que este gran movimiento juvenil pueda seguir acercando judíos al judaísmo, un judaísmo de amor a la Torá, al Pueblo y la Tierra de Israel.
Capítulo I
¿Es posible que el proceso de la redención venga de la mano de personas que no cuidan mitzvot?
¿Cómo vendrá la redención? | La redención de Egipto | El período de los jueces | La segunda redención | La conclusión del Nastziv de Volozhin |
Cierto es que cuando un judío soñaba con los días de la gueulá (redención) no se imaginaba ni remotamente que sobrevendría de esta manera. Era obvio que el proceso de redención sería liderado por un rey justo y temeroso de los cielos, que por efecto de su labor el Pueblo Judío se vería automáticamente elevado espiritualmente y por lo tanto todos cumplirían con las mitzvot y serían sabios de la Torá. Empero, la idea de que Hashem debe obrar de acuerdo con nuestros pensamientos o preferencias es de suma gravedad. Ya lo dice
el profeta Ieshaiahu (55:8): ‘‘Mis pensamientos no son como los vuestros ni mis caminos vuestros caminos, pues así como distan el cielo y la tierra distan mis caminos de los vuestros’’ Todo el proceso de redención, desde su inicio se ha planteado de un modo muy diferente del que esperábamos.
El nacimiento de la familia real.
Comencemos por el surgimiento de la familia del Mashíaj, la familia del Rey David.
En la parashá (porción semanal de lectura de la Torá) Vaieshev (Bereshit 38) leemos sobre el episodio de Iehudá y Tamar. Sin duda que los diferentes pasajes plantean serias dificultades o incomodidades en los docentes judíos a la hora de transmitirlos a los alumnos. Nadie podría esperar que algo puro o sacro surja de una historia tal, mas para sorpresa de todos de aquí nacen Peretz y Zaraj. De Peretz surgirá David y a la postre la estirpe real judía.
El Midrash Rabá cap. 85 se ocupa de la aparente contradicción analizando diferentes versículos como ser Malají 2 ‘‘y fue entonces que descendió Iehudá, traicionó Iehudá y cometió una aberración’’ etc. Dijo Rabí Shmuel Bar Najman: está escrito en Iermiahu 29 ‘pues Yo conocí sus planes’, las tribus estaban ocupadas vendiendo a Iosef, Iosef estaba ocupado en su duelo, Reuven estaba ocupado con su duelo, Yaakov estaba ocupado con su duelo mientras que Iehudá se ocupaba de tomar para sí una mujer, y Dios estaba ocupado creando la luz del Mashíaj.
Este midrash comienza criticando a Iehudá por su conducta pero justo a raíz de esta surge el Mashíaj!
Lo extraño del origen mesiánico no se limita al padre del rey David, veamos de dónde surge su madre. ¿No esperaríamos acaso que provenga de una familia judía aristocrática? ¿Quién pensaría que justamente de una familia de conversos nacerá el Mashíaj? Y no sólo que la abuela del Rey David era conversa sino que procedía de Moab, uno de los pueblos más deleznables sobre el que dice la Torá que ‘‘moabita y amonita no entrarán a la grey de Israel jamás por no haberos ofrecido agua y pan cuando salisteis de Egipto y tomaron a Bilám hijo de Beor para maldecirte’’ (Dvarim 23:4)
Esta nación perversa quiso exterminarnos enviando a sus hijas a prostituirse con nuestros líderes para así seducirlos y provocar nuestra asimilación, por lo tanto Hashem decretó que no nos emparentemos con ellos. Rut la moabita tuvo muchos problemas para ser aceptada y la discusión sobre la cashrut de su conversión y por ende la del origen del Rey David se dilucidó generaciones más tarde (ver Talmud Babilonio tratado de Ievamot 76(2)).
Por si esto fuera poco debemos recordar asimismo que el pueblo moabita surge del incesto de Lot con sus hijas, el nombre Moab significa literalmente de mi padre por lo que la muchacha ni siquiera se avergonzó o buscó ocultar el origen poco decoroso de su hijo (ver Bereshit 19:31).
¿Acaso es éste el origen esperado para alguien como el mashiaj?
También el heredero del Rey David, Shlomó, nació en circunstancias especiales ya que en un inicio David tomó a su madre Batsheva de manera pecaminosa (ver Samuel II cap. 11) y si bien hizo teshuvá (arrepentimiento) completa no se esperaría que de un incidente así provenga la estirpe real.
Hay otro líder judío que nació de manera poco previsible y es Moshé Rabenu hijo de Amram y su tía Iojeved, matrimonio que a partir de la entrega de la Torá en Sinai pasará a estar prohibido y cuyos vástagos serían bastardos, se crió entre gentiles y sólo a los ochenta años volvió al seno de su pueblo. ¿Es éste el perfil ideal a priori de quien habría de entregar la Torá al Pueblo de Israel?
¿Alguien se imaginó que la salvación de Púrim sobrevendría a partir de la boda de una judía con un gentil?
A continuación analicemos el estado espiritual de la nación en las redenciones anteriores.
¿Acaso en los días de la salida de Egipto el Pueblo Judío era temeroso de Hashem y cumplía estrictamente con todos sus preceptos?
Según Ezequiel 20 y la opinión de nuestros sabios la situación era muy difícil, Rashi en su comentario a la Torá (Shmot 12:6) menciona un midrash según el cual el Pueblo de Israel se hallaba embebido en idolatría y carecía de buenas acciones que le hagan meritorio de la salvación. Segun Rashi en Shmot 3:11 ni siquiera Moshé creía en la posibilidad de redención si el pueblo no alcanzaba la virtud moral. ¿Acaso es posible la redención en una situación espiritual tan mala? Moshé no lo creía posible pero el tren de la gueulá partió indefectiblemente.
Debemos también recordar con dolor que no todo el pueblo judío salió de Egipto sino solamente un quinto mientras que los restantes judíos perecieron a causa de sus pecados en la plaga de la oscuridad (ver Rashi en Shmot 10:22). En el midrash Tanjuma (Beshalaj 1) aparece una opinión según la cual se salvaron sólo uno de 5000 y en el Talmud Babilonio Tratado Sanhedrín 111(1) dice que la proporción fue 2 en 600000.
Si bien en la novena plaga muchos judíos perecieron, durante las ocho primeras la redención avanzó para todos a pesar del bajo nivel espiritual y luego también prosiguió hasta la liberación final.
Los jueces emplearon el siguiente ejemplo cuando se referían a la posibilidad de salvación en momentos de baja espiritualidad: Así dijo Otniel: sean justos o pecadores debo salvarlos (Rashi Jueces 3:10).
Guidón decía: si son malvados, así como en el pasado Dios nos hizo maravillas gratuitamente (sin una contraparte de méritos) también hoy las hará (Rashi a Jueces 6:13). El
comentarista Malbim explica en Jueces 6:36 que la razón por la cual Guidón pidió una señal del cielo fue que el no creía posible que sobrevenga la salvación en una situación espiritual mala.
¿Cuál era la situación espiritual del pueblo en los días del retorno de Babilonia de la mano de Ezra? En las fuentes escritas leemos que era deplorable. Muchos de ellos incluidos miembros de las clases importantes y hasta el Sumo Sacerdote habían desposado mujeres extranjeras (Ezra 8:2), la Torá había caído prácticamente en el olvido y no sabían que en Sucot era precepto construir una cabaña, el Shabat en Ierushalaim era día de mercado y sus prohibiciones eran violentadas públicamente (Nejemia 13:15). El Talmud en el
Tratado de Kidushín 69(1) relata que entre los que retornaron a Sión se hallaban muchos de los judíos más problemáticos como ser bastardos etc.
Entre estos judíos habían promiscuos y sodomitas (Kidushín 70(1)), y sin embargo justo en estos tiempos fueron redimidos al punto que relata el Talmud que estos transgresores fueron amados por Dios. También hubieron en estos días opositores al movimiento sionista que se negaron a retornar al punto que Reish Lakish, un sabio talmúdico, nos dice en el tratado de Iomá 9(2) que por culpa de aquellos que no se sumaron al retorno no recibimos la redención completa en los días de Ezra y Nejemia.
Rabí Iehudá Haleví (España siglo XI) en su libro El Cuzarí pone en boca del sabio judío que asesora al rey una dura crítica hacia los que se negaron a abandonar Babilonia: ‘‘Este es un tema muy vergonzoso para nuestro pueblo ya que en esos días el plan Divino pudo concretizarse pero los más importantes de entre los judíos optaron por permanecer en Babilonia y no sumarse al llamado del retorno para no desprenderse de sus propiedades transformando en vacíos los versículos de nuestro rezo que hablan del retorno a Sión, ya que sin verdadera intención del corazón se tornan en un hueco trinar de pájaro’’.
Según lo que vimos la redención no llega necesariamente en las circunstancias que nosotros imaginamos, las dos anteriores sobrevinieron en días de bajo nivel de
cumplimiento de las mitzvot. Respecto de la tercera redención nuestros sabios prevén dos posibles escenarios, o mayoritariamente virtuoso o mayoritariamente transgresor, y según Rabí Iojanán la redención puede llegar en una generación completamente transgresora (Talmud Babilonio tratado de Sanhedrín 98(1)).
La conclusión del Nastziv de Volozhin.
El Rabino Naftalí Tzví Iehudá Berlín (Natziv) de Volozhin escribió en su libro Shivat Sión I pág. 17 y II pág. 6:
‘‘No debemos pensar que los sucesos deberían de tener lugar en una forma diferente pues no debemos especular sobre los planes de Hashem tal como lo dijo el profeta Ieshaiahu ‘…pues mis caminos no son los vuestros..’ y así como en los días del retorno de Babilonia Ezra reunió bajo su liderazgo grandes sabios junto con ignorantes y transgresores construyendo el segundo Templo y constituyendo un asentamiento judío que florecería durante centurias asimismo nosotros debemos despertar de nuestro letargo e ir en pos de la voluntad de Dios que se oye desde el primero hasta el último rincón del mundo reuniendo a todos los tipos de judíos para que sobre todos se cumplan las palabras de Ezra: ‘la mano de Dios sea sobre quienes cumplen su deseo’ ’’
Capítulo II
¿Puede venir la redención en una era en la cual los líderes del pueblo no observan las mitzvot?
¿Tiene algún valor la construcción de Eretz Israel sin Torá y sin mitzvot?
¿Quién puede liderar la redención? |
Ajav hijo de Omrí |
Iehoram hijo de Ajav |
La segunda redención |
Ierovoam Segundo |
¿Quién puede liderar la redención?
En el capítulo anterior vimos que el pueblo logró redimirse en tiempos de bajo nivel espiritual pero estaba liderado por personalidades de la talla de Moshé y Aharón, Ezra y Nejemia que condujeron a su rebaño por buen camino. Cabe preguntarse si es posible que la redención venga de la mano de líderes que no se conducen de acuerdo con la halajá en todos sus pasos.
Esta pregunta la dejamos para que la contesten los reyes de Israel (del reino del norte posterior a la división en días de Rejavam hijo de Shlomó) Ajav y Omrí.
Omrí en el libro de Reyes I 16:25 es recordado como aquél que hizo descender al pueblo en nivel espiritual más que ningún otro, y justamente éste logró erigir una dinastía de cuatro reyes amén de construir una nueva ciudad, señal inequívoca de prosperidad y poder. El Talmud Babilonio en el Tratado de Sanhedrín 102(2) se pregunta en nombre de Rabí Iojanán ‘‘¿Por medio de qué acción se hizo Omrí meritorio de fundar una dinastía? Por haber construido una nueva ciudad en Eretz Israel’’
En el midrash se agrega que en mérito de haber construido la ciudad pudo erigir una dinastía de cuatro reyes y el motivo de la construcción fue debilitar la conexión del pueblo con Ierushalaim como capital del Pueblo de Israel (Ialkut Shimoní Reyes I 207).
Omrí fue un rey malvado pero la erección de una ciudad en Eretz Israel se le recuerda como mérito, la importancia de construir el país es tal que genera recompensa a pesar de que en esa generación la transgresión a la Torá era pública y hasta motivo de orgullo. Así nos dice Rabí Iojanán en Sanhedrín 102(2): ‘‘Ajav escribió en los portones de la ciudad de Shomrón: ‘Ajav reniega del Dios de Israel y por lo tanto no tiene en Él heredad’’
Ajav hijo de Omrí
Ajav fue más hostil a la tradición que su padre, se casó con una extranjera, construyó templos idólatras, persiguió activamente a los fieles de la Torá, asesinó a Navot el carmelita (Reyes I 16:30-36), permitió que su esposa Izebel mate a todos los profetas (Reyes I 18:4), promovió el paganismo y hasta borró el nombre de Dios de un rollo de la Torá suplantándolo por el nombre de una deidad pagana (Midrash Tanjuma Vaetjanán 2).
A pesar de su maldad, a la hora de salir a la batalla el profeta se le acercó y le vaticinó que Dios le daría la victoria ante lo cual Ajav le preguntó quién comandaría el ejército. El profeta le respondió que él mismo y Radak (exegeta bíblico medieval) explica que el rey no podía creer que Hashem obre un milagro por su intermedio, mas para su sorpresa, a pesar de negar a Dios, Éste lo salvó.
Iehoram hijo de Ajav
Tampoco el hijo de Ajav fue por el camino de la Torá (Reyes II 3:2). A causa de su mala conducta y la mala conducta general del pueblo, Dios decretó siete años de sequía sobre el reino. Al final del séptimo año el profeta Elisha anuncia un milagro: mañana por la mañana habrá alimento en abundancia en los portones de la ciudad. El lugarteniente del rey no creyó que fuese posible y como castigo fue aplastado por el pueblo en el portón. ¿Acaso no creía este funcionario que Dios es Todopoderoso y puede obrar milagros? El midrash en Tanjuma nos explica que él creía en Hashem pero no creía que Hashem enviase la salvación de
manos de un rey tan malvado.
‘‘Les dijo: ¿Acaso en una generación malvada como la generación del diluvio Él hará milagros? Le respondió Hashem: tú acusas a mi pueblo? Serás castigado!’’
Vemos pues una familia completa, abuelo, padre y nieto que fueron objeto de la ayuda divina a pesar de su perversidad. Omrí tuvo el mérito de construir una nueva ciudad, Ajav fue virtuoso en temas relativos a las relaciones con el prójimo ya que en su tiempo no hubo delatores en el seno del pueblo lo cual es una muestra de cohesión y unión, mientras que Iehorám en tiempos de hambruna vistió de luto como forma de compenetración con el sentir del pueblo y a pesar de que quiso asesinar al profeta Elisha el mérito de proteger al pueblo lo asistió.
La segunda redención
La redención en días de Ezra y Nejemia se llevó a cabo de manos de un rey que no era judío sino el persa Ciro.
El midrash en Shir Hashirim Rabá 5:4 lo describe así: ‘‘Le dijo el pueblo de Israel a Dios: Rey del Universo, todas las maravillas que obraste por intermedio de Ciro, ¿no era mejor que vengan de la mano de Daniel u otro hombre justo? Les respondió: A pesar de esto (que el rey no era judío) se despertó mi misericordia’’.
Ierovoam Segundo
Este rey fue quien disfrutó de mayor gracia divina a pesar de que su conducta distaba de ser buena. Así leemos en Reyes II 14:23-27 :
‘‘En el año quince del reinado de Amatziá ben Ioash rey de Iehudá reinó Ierovoam ben Ioash en el Shomrón cuarenta y un años. E hizo el mal a ojos de Dios y no se rectificó de todas las malas acciones que hizo Ierovoam ben Nevat quien hizo pecar a Israel. El devolvió el límite de Israel desde la entrada de Jamat hasta el Mar de la Aravá conforme a la palabra que el Eterno Dios de Israel dijera por medio de su siervo Ioná hijo de Amitai, el profeta de Gat Jéfer. Por cuanto el Eterno vio la amarga mortificación de Israel que padecían tanto los esclavos como los libres sin que hubiese auxiliador alguno. Y anunció el Eterno que borraría el nombre de Israel de debajo del cielo pero lo salvó de la mano de Ierovoam hijo de Ioash.’’
El profeta relata sobre las cuantiosas transgresiones del rey pero no por ello deja de salvar a su pueblo. El profeta Ioná es enviado a este mismo rey a anunciarle sus próximas victorias de mano de Hashem.
Conceptos claros y tajantes encontramos en los escritos del Rav Eliezer Waldman, más precisamente en su libro Tzitz Eliezer VII 48, Orjot Hamishpatim 12:
‘‘Me resulta claro que no hay lugar a la negativa a asentarse en la Tierra de Israel a raíz de que el gobierno está en manos de personas que lamentablemente no se guían por la Torá ni tampoco veo válido el argumento de que la redención celestial no puede obrar por medio de personas que no temen a Dios”.
Primeramente, en la medida que el público religioso se asiente en Israel tendrá mejores posibilidades de influir en las instituciones del estado hasta que se logrenamoldar a nuestras preferencias. Además, ¿quién puede creer interpretar correctamente la Divina Providencia? Ya ocurrió en la historia judía que Dios envió su salvación de la mano de reyes impíos como en tiempos de Ierovoam hijo de Ioash. Y sabemos que todo lo que aparece en las escrituras de los profetas es válido para todos los tiempos y debemos extraer sus enseñanzas y aplicarlas en nuestros días. Por lo tanto la historia de lo ocurrido en días de este rey debe
servirnos de faro que ilumine todas las generaciones. Y quién puede asegurarnos que hoy día, luego del holocausto, no nos encontramos en la situación de que el eterno vio la mortificación de Israel sin que haya auxiliador alguno. Me parece que en la historia de la humanidad no hubo un exterminio cruel y despiadado como el que acabamos de sobrevivir que por gracia divina no culminó en la desaparición de Israel debajo de los cielos. Y así es que necesitábamos desesperadamente un suelo patrio con un estado nacional sobre tierra firme.
Hashem ayudó a aquellos que estaban aptos para la conducción de la nación sin poner atención al hecho de que en su mayoría no respetaban los preceptos.
Por lo tanto debemos continuar cumpliendo la Torá y poner hincapié en la mitzvá de asentarse en la Tierra de Israel que equivale a todas las demás mitzvot tal como lo señala el midrash Sifri parashat Reé y el cap. 5 de la Tosefta de Avodá Zará, y así influir en la medida de lo posible en los marcos estatales y civiles, en las ciudades y las aldeas para retornar a Hashem y su Torá por nuestro bien colectivo. Y Hashem hará lo bueno ante Sus ojos”.
Capítulo III
¿Acaso no está escrito en la Torá que previo a la redención el pueblo va a hacer
teshuvá (arrepentimiento o retorno)?
¿El Pueblo Judío
fue exilado a raíz de sus transgresiones, es posible que sea redimido sin que
haga teshuvá y corrija su conducta?
Los versículos bíblicos
En la Torá encontramos una serie de versículos que hablan al respecto, si bien no directamente, pero se desprende del contexto que habrá teshuvá previo a la gueulá. Por ejemplo, leemos en la porción de lectura de Nitzavim en Deuteronomio 30:2 lo siguiente:
‘‘Si retornares a Él escuchando su voz por todo lo que te ordeno hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, que el Eterno tu Dios te hará volver del cautiverio y se apiadará de ti y te recogerá del seno de los pueblos adonde Él te hubiere dispersado¨.
De acuerdo con el orden de los versículos vemos que primeramente tenemos un proceso de acatamiento y retorno a la ley y posteriormente la reunión de las diásporas.
La porción de Nitzavim no es el único sitio donde la Torá habla de la redención. En los profetas este es un motivo recurrente y en cada oportunidad el orden de los eventos es diferente. Veamos por ejemplo en Ezequiel 36:24-27:
‘‘Por cuanto os tomaré de entre las naciones y os recogeré de todos los países y os traeré a vuestra propia tierra. Y rociaré agua clara sobre vosotros y seréis limpios de todas vuestras impurezas y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré también un nuevo corazón y os infundiré un nuevo espíritu y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Y pondré mi espíritu en vosotros y haré que andéis en mis preceptos y guardéis mis ordenanzas y las cumpláis’’
El orden de los eventos en Ezequiel es inverso del orden que aparece en la porción de Nitzavim, primeramente se reunirán las diásporas y posteriormente el corazón de piedra será cambiado por otro de carne. Este pasaje del profeta es sólo a modo de ejemplo ya que en muchos otros pasajes proféticos aparece esta contradicción respecto del orden de la Torá.
Radak en su comentario a Isaías 59:16 se ocupa de esta aparente contradicción y la explica de la siguiente manera:
‘‘…la explicación que podemos dar es que la mayoría del Pueblo Judío retornará a Dios una vez que vean las señales de la redención, y sobre eso está escrito ‘y vio que no hay nadie’ pues no habrá teshuvá hasta que vean el inicio de la redención.’’
De acuerdo con Radak el inicio de la redención encontrará a la mayoría del pueblo en un estado espiritual muy bajo. Solamente la redención completa que incluye la construcción del Templo y el arribo del Mashíaj será posible por efecto del retorno a Hashem. Esta teshuvá será generada por el mismo proceso redentorio. Volviendo pues a la pregunta inicial, de acuerdo con estos conceptos no existe ninguna contradicción entre el caracter laico del Estado de Israel y que sea el inicio del florecimiento de nuestra redención. Más aún, según Radak sólo una vez que el proceso redentorio comience a operar es dable
esperar que el pueblo cambie de actitud. El levantamiento de un Estado Judío es solo un primer paso por efecto del cual comenzará la teshuvá.
Segunda explicación: dos formas de redención.
Rabí Iehoshúa Ben Leví nos ofrece otra explicación en el Tratado de Sanhedrín 98(1). Allí el Talmud explica las dos formas que puede cobrar la redención del Pueblo de Israel. Hay un tiempo prefijado por Hashem que es el momento específico para la redención y en el cual nos redimiremos de todas formas sin importar el grado de evolución espiritual que exhibamos, hayamos hecho teshuvá o no. Respecto de este escenario rezamos en la amidá ‘‘y trae el redentor a los hijos de sus hijos con amor en pos de Su nombre’’. En este caso la redención no será nuestro mérito sino por voluntad de Dios y en recompensa a nuestros ancestros.
Esta redención sobrevendrá lentamente y de forma natural. Empero, si el Pueblo de Israel hace teshuvá completa la redención llegará antes del momento prefijado, Hashem acelerará los tiempos tal que la manifestación de los eventos será maravillosa y sobrenatural.
Esta es la solución a la contradicción de los versículos, la redención producto del retorno que describe la Torá en parashat Nitzavim es la modalidad acelerada, mientras que la redención que se describe en Ezequiel es el escenario de una redención en su momento, que sobrevendrá lenta y naturalmente de modo indefectible. Esta explicación nos aclara la diferencia en el orden de la teshuvá en ambos textos, en Nitzavim ésta tiene inicio en el pueblo mientras que en Ezequiel comienza a raíz del desencadenamiento del proceso de redención por iniciativa Divina.
El ´´Or Hajaím´´ explica el versículo de Levítico 25:25 de la siguiente forma:
‘‘El exilio tiene un punto final, aunque el Pueblo de Israel sea completamente transgresor’’.
En su libro Even Shlomó 11:9 el Gaón de Vilna explica:
En cada generación hay posibles puntos finales de acuerdo con el estado de los méritos del pueblo en ese momento específico, pero el punto final ultimativo no depende de méritos sino vendrá por generosidad de Hashem tal como leemos ‘por mí haré’, y también por mérito de nuestros ancestros ‘y recuerda las virtudes de los ancestros y trae el redentor a los hijos de sus hijos en pos de Su nombre’’
Lamentablemente aún no fuimos meritorios de la redención acelerada fruto del retorno, ésta avanza lentamente de acuerdo con los tiempos prefijados por Hashem sin ninguna relación con la situación espiritual del pueblo.
El análisis de los sabios talmúdicos.
En la literatura talmúdica encontramos numerosos pasajes donde se trata el tema del orden secuencial entre la teshuvá y la gueulá. En el tratado de Sanhedrín 97(2) encontramos una discusión entre Rav y Shmuel. El primero opina que la redención depende exclusivamente de la teshuvá mientras que el segundo sostiene que ‘‘suficiente tiene el deudo con el duelo’’. De hecho, según Rashi, analogiza la situación del Pueblo Judío con la de un doliente, hay un período especificado para mantener luto mientras que una vez culminado el plazo sin depender de la situación de la persona el duelo culmina, lo mismo el Pueblo
Judío, suficiente tienen con la pena del exilio por lo tanto aunque no corrijan sus acciones se redimirán. La Guemará relaciona esta discusión entre dos amoraítas como Rav y Shmuel con otra más antigua entre dos tanaítas Rabí Eliezer y Rabí Iehoshúa. El primero opina que sólo mediante la teshuvá el pueblo será redimido mientras que el segundo opina que llegará de todas maneras. Según Rabí Iehoshúa Hashem prometió en el libro de Daniel que la redención llegará en una fecha específica (Daniel 12:7) mientras que la teshuvá depende del libre albedrío y no puede depender un decreto divino de la voluntad de los hombres. Ante este argumento Rabí Eliezer calló. Un comentarista talmúdico, el Yad Ramá, explica que en este silencio de hecho Rabí Eliezer le dio la razón a Rabí Iehoshúa. Najmánides, el Rambán, también entiende que la
definición de esta discusión es favorable a Rabí Iehoshúa (Sefer Hagueulá II pág. 277).
Rabí Iojanan opina en Sanhedrín 98(1) que la redención puede llegar en una generación totalmente transgresora. Muchos de nuestros grandes maestros entendieron así la resolución de la disputa talmúdica, como por ejemplo el Or Hajaim, el Ramjal (Rabí Moshé Jaim Luzzatto en su libro Daát Tvunot pág. 21), el Gaón de Vilna y el gran sentenciador (posek) de la generación pasada el Jafetz Jaím en su libro Shem Olam, Shaar Hahitjazkut cap. 13:
‘‘…y de todas maneras hay un tiempo específico para la redención, en su momento, en el cual aunque no sean meritorios la recibirán’’.
Sentencia halájica de Maimónides.
El Rebbe de Satmer, Rabí Ioel Teitelboim z´´l quiso demostrar que Rambám no sentenció halajá de esta manera, tal como leemos en Hiljot Teshuvá 7:5:
Todos los profetas ordenaron al pueblo que hagan teshuvá ya que no es sino mediante ésta que el Pueblo de Israel se redime. Y ya prometió la Torá que el Pueblo Judío haría teshuvá en el final del exilio y de inmediato serán redimidos tal cual reza el versículo ‘‘y será cuando lleguen a tí estas palabras…y retornarás hasta Hashem tu Dios y Él te devolverá …’’
Sobre la base de esta opinión de Rambám el Rebbe de Satmer construyó su argumento:
‘‘Si todavía no hicieron teshuvá nos dice el Rambám que no pueden ser redimidos y está asegurado en la Torá que la teshuvá es anterior a la gueulá y por lo tanto quien piense que el orden puede ser diferente va contra la Torá y es hereje…y es claro que no hay diferencia entre quien niega esta promesa y quien niega la promesa respecto del advenimiento de la era mesiánica.
La contradicción del Rebbe de
Satmer
De todas formas la explicación del Rebbe de Satmer encierra una contradicción. Al preguntarse por qué el Rambám no sentencia de acuerdo a la aparente resolución de la Guemará antemencionada en Sanhedrín 97(2) argumenta que el inicio de la redención, atjalta de gueula, puede sobrevenir previo a la teshuvá mientras que Rambam se refiere al final de la redención completa. De acuerdo a su interpretación, el Rebbe de Satmer entiende que el inicio, la atjalta, depende del cielo y de esta forma demuestra que según Rambám el inicio del proceso no depende de la teshuvá.
La explicación del Turei Even
El Rav Elazar Rokaj en su comentario ¨Turei Haeven¨ trae otra explicación a la idea del Rambám que antepone teshuvá a la gueulá. Menciona al Kesef Mishné (un comentario de Rabí Iosef Caro a la compilación halájica máxima de Rambám el Mishné Torá) que relaciona la sentencia de Maimónides con un pasaje talmúdico del Tratado de Iomá 87(2) donde dice ‘‘grande es la teshuvá que acerca la redención’’ y deaquí que la teshuvá la acerca, la acelera, la teshuvá es útil para acercar el fin deseado, mas la redención final llegará de todas maneras.
‘‘Y por supuesto que cuando llegue el momento de la redención aunque (Dios no lo quiera) no hayan retornado…mas no depende de la teshuvá sino su adelantamientotal cual dicen nuestros sabios si no se depuran ‘en su momento’ y si se depuran‘la adelantaré’’.
El Turei Even agrega que respecto de este tema los midrashim son contradictorios y hasta Rambám contradice a sí mismo. En las leyes relativas al rey, Hiljot Melajim 12:2, da a entender que la redención también llegaría sin teshuvá. La razón de esta aparente contradicción sería su intención de no definir la discusión, presentar todas las ideas en su libro y que cuando llegue la anhelada redención se revelequién entendió la halajá correctamente.
Capítulo IV
¿Es ésta la redención que soñaron los judíos y por la que rezaron tantas generaciones?
¿Acaso el Estado de Israel es la concretización de la visión de los profetas?
¿Los profetas nos dicen que en días de la gueulá llegarán el Mashíaj y Eliahu, dónde están?
Preguntas de éste tipo son formuladas por gente que cree que la redención es un proceso de un día, por la mañana se oirá el shofar, el Beit Hamikdash caerá estrepitosamente desde el cielo e inmediatamente el Mashíaj hace triunfal entrada montado sobre un burro blanco y el Pueblo de Israel se libera del yugo de las naciones.
Hay diferentes descripciones de la gueulá en nuestras fuentes, entre ellas también inmediatas, pero tenemos otro tipo de pronósticos como por ejemplo el del Talmud Jerosolimitano Tratado de Iomá capítulo 3 halajá 2:
‘‘Rabí Jía Ruba y Rabí Shimón ben Jalafta caminaban por el Valle de Arbel al amanecer (este valle está orientado hacia el Este) y vieron el despuntar del alba. Dijo Rabí Jía: así es la redención del Pueblo de Israel, paulatina, cada vez ilumina más y más. ¿Cuál es la razón? Lo encontramos en el versículo ‘pues estaré en la oscuridad y Dios será mi luz’. Lo vemos claramente en el libro de Ester donde el proceso es gradual, primero ¨Mordejai está sentado en el portón real”, luego¨en dirección al portón real¨, más adelante ¨Y tomó Hamán el ropaje real y el caballo¨, luego ¨y Mordejai salió de lo del rey vestido con ropajes reales¨y al
final ¨los judíos tuvieron alegría etc.¨
Vemos pues que la gueulá no necesariamente sobreviene de forma instantánea, puede ser un largo proceso con numerosas etapas.
La ventaja de la redención por etapas
Una redención lenta y paulatina tiene no pocas ventajas, de esta manera el pueblo se acostumbra lentamente a la vida nacional independiente. Unas de las razones de las numerosas caídas de la generación del desierto fue lo repentino e inmediato de la salida de Egipto. El Pueblo de Israel de esos días era un pueblo de esclavos que se libera sin previo aviso y nunca se autogobernó o luchó y por esta razón es que Dios los hizo dar una larga vuelta por el desierto para así no enfrentarse de inmediato con los filisteos habitantes de la costa “no sea que el pueblo se arrepienta y quiera volver a Egipto” (Éxodo 13:17).
El gran comentarista medieval español Rabí Abraham Ibn Ezra sostiene en su exégesis a Exodo 14:13 que por la misma razón el Pueblo de Israel permaneció cuarenta años en el desierto hasta que surja una nueva generación de hombres libres que no conocieron la humillación de los 210 años de esclavitud. Si tras dos siglos es necesario acostumbrarse de nuevo a la libertad, ¿qué diremos tras casi veinte?
Así dice el Midrash Rabá 19:
‘‘Cuando el Pueblo de Israel comió el sacrificio pascual en Egipto lo comió de prisa pero en el futuro será como lo describe Isaías ‘pues no saldréis con apuro ni os escaparéis’’
Volviendo al texto del Talmud Jerosolimitano donde se menciona el versículo “pues estaré en la oscuridad y Dios será mi luz” vemos que quien está en la oscuridad no puede acceder de inmediato a una gran luminaria y por lo tanto Hashem nos hizo un gran favor al sacar el Sol por la mañana lenta y paulatinamente, ya que de no ser así nuestros ojos correrían serio riesgo.
Las redenciones anteriores
También las redenciones anteriores fueron graduales. La primera de todas, la salida de Egipto tuvo lugar en un momento de bajísimo nivel espiritual al punto que, como ya mencionamos en el primer capítulo Moshé pensó que no era posible. En una primera instancia sobrevino la libertad física y nacional, la salida de la tierra de la esclavitud cuando aún los judíos estaban espiritualmente muy incompletos y recién luego de cuarenta y nueve días de depuración llegó la fase final de la redención con la entrega de la Torá y la transformación de las doce tribus en el Pueblo de Dios.
Asimismo, la segunda redención implicó un largo proceso desde la inmigración a la Tierra de Israel y establecimiento de una entidad política judía –a pesar de que la mayoría de la población distaba notoriamente del ideal de cumplimiento de la Torá- hasta el período de los Jashmonaím cuando se arribó finalmente a la soberanía completa y el mundo de la Torá conoció sus mejores momentos.
De acuerdo con el ejemplo de Rabí Jía del Talmud Jerosolimitano la salvación de Purim fue por etapas y no repentina, primero vino la redención política cuando Mordejai recibió un cargo en la corte, y luego de diferentes peripecias los judíos finalmente fueron redimidos espiritualmente al aceptar de buena gana la Torá (ver Talmud Babilonio Tratado de Shabat 88(1).
Descripción de la tercera redención
En el Tanaj tenemos diferentes descripciones de los días de la tercera y última redención. Una de las imágenes más conocidas es la visión de los huesos secos del profeta Ezequiel. Según esta profecía la redención constará de dos partes, en la primera los huesos secos cobran carne y tendones y en una segunda etapa reciben espíritu. De acuerdo con esto primeramente tendremos la reunión de las Diásporas y luego se posará sobre nosotros el espíritu de Dios.
‘‘Así dice el Eterno: He aquí que abriré vuestros sepulcros, oh pueblo Mío y os traeré a la Tierra de Israel y sabréis que Yo soy el Eterno cuando haya abierto vuestras tumbas y os haya hecho salir de vuestros sepulcros. Y pondré Mi espíritu en vosotros y viviréis y os pondré en vuestra propia tierra y sabréis que Yo el Eterno he hablado y lo he cumplido’’.(Ezequiel 37:12-14)
En el Talmud Babilonio Tratado de Meguilá 17(2) los sabios describen la redención paso a paso cuya etapa final es la construcción del Templo y el arribo del Mashíaj. El orden de las bendiciones en la tefilat amidá que recitamos tres veces al día se deriva del orden de la redención expuesto en este texto (ver en Beit Iosef, tratado halájico de Rabí Iosef Caro previo a la compilación de su conocido y monumental Shulján Aruj, capítulo de Oraj Jaím 118).
Fuentes aparentemente contradictorias.
Existen fuentes que describen la redención como un fenómeno rápido repentino e inmediato, ver por ejemplo el comentario de Rashí al texto que aparece en el Talmud Babilonio Tratado de Sucá 41(1) que comienza con las palabras ¨I nami¨
La solución a esta aparente contradicción entre las fuentes está en las dos etapas de la redención que describieron nuestros sabios y nosotros ya mencionamos anteriormente. Nos referimos a las palabras de Rabí Iehoshúa Ben Leví en el Talmud Babilonio Tratado de Sanhedrín 98(1):
‘‘Dijo Rabí Alexander: Rabí Iehoshúa Ben Leví Rami preguntó: ¿Por qué dice Isaías 60:22 ¨en su momento¨ y luego ¨la aceleraré¨? Respondió: si serán virtuosos ¨la aceleraré¨y si no ¨en su momento¨. Volvió a preguntar: Está escrito en Daniel 7 que el Mashíaj llegará ¨en nubes celestiales¨ y en Zejariá 9 dice que llegará ¨pobre y montando un burro¨ ¿Cómo puede ser compatible? Respondió: si serán virtuosos en nubes celestiales y si no pobre montando un burro’’
De aquí aprendemos que la redención puede llegar de dos maneras, en el momento preestablecido por Dios sea cual sea el nivel espiritual del pueblo por lo que la redención será lenta, natural y mediante un reino pobre y materialista. La otra forma es mediante la teshuvá, que la redención venga más rápido y de modo sobrenatural.
El comentarista ¨Or Hajaím¨ nos explica el versículo en Bamidbar 24:17 donde el profeta Bilám al vislumbrar el glorioso futuro del Pueblo de Israel emplea dos palabras diferentes para el verbo ¨mirar¨, ashurenu y arenu, los cuales aparentemente podrían ser sinónimos. La diferencia entre ambos vocablos es que ashurenu se aplica al contexto de la redención lenta y paulatina por lo que está escrito lo veré y no cerca, pues la redención natural tiene numerosísimas etapas.
Continúa el Or Hajaím:
Si la redención va a llegar por méritos del pueblo de Israel entonces será de gran magnitud y se revelará el redentor del cielo mediante maravillas tal como lo describe el libro del Zohar (principal texto cabalístico). Pero si llega por tratarse del final preestablecido por Hashem y no es acompañada de teshuvá será pues diferente, y sobre ésta se dirá que el redentor llegará ¨pobre y montando un burro¨…se erigirá una tribu de entre la nación de manera natural y reinará.
Vemos pues que la descripción de pobre y montando un burro no se refiere únicamente a pobreza material sino también a bajo nivel espiritual expresado en la fuerte tendencia al materialismo entre las personas de la generación redimida.
Las fases de la redención en nuestros días.
Cuando nosotros denominamos al Estado de Israel comienzo del florecimiento de nuestra redención (Reshit Tzmijat Gueulatenu) no nos referimos a que éste sea la meta final y última del proceso de redención sino que hacemos hincapié en la palabra ¨comienzo¨, nos encontramos en medio de un proceso y queremos que siga avanzando. Por supuesto que al final llegaremos a la teshuvá generalizada de todo el pueblo, al arribo del Mashíaj y a la construcción del tercer Templo pero es innegable que independencia política es una parte esencial de la redención ya que una de las diferencias entre el exilio y la gueulá es que en el exilio estamos sojuzgados a los designios de poderes extraños y una vez redimidos nos liberaremos del yugo opresor, tal como aparece en Sanhedrín 99(1) y en la halajá en Maimónides, Mishné Torá Hiljot Melajim (leyes reales) 12.
Nuestra generación ha presenciado no sólo la obtención de la independencia sino que también fuimos bendecidos con la reunión de las diásporas, y si bien el moderno Estado de Israel no es la materialización completa de las visiones de los profetas sin duda es parte del proceso descrito. Este proceso se inició en los primeros días del movimiento sionista y continúa hoy día, pudiéndose notar clara y empíricamente cómo el mundo de las Torá se ha visto fortalecido y en qué medida ha habido avances en el terreno espiritual.
Es Probable que las dos formas de advenimiento de la redención puedan coexistir pacíficamente, que comience de manera natural y luego sea acelerada mediante la teshuvá que llevaría a la meta última acompañada de maravillas. Viviremos y veremos…
Capítulo V
El hecho de que el despertar sionista en su inicio provenga de los círculos más alejados
de la Torá y las Mitzvot, ¿no es indicio de que este proceso tiene
un origen problemático?
¿Tiene el levantamiento de un estado independiente valor según la Torá?
La fuente halájica |
Gobierno Judío como obligación |
La generación de Ajav |
La fuente halájica
Antes de responder estas preguntas debemos revisar si el enfoque sionista, en su perspectiva más amplia es correcto de acuerdo a la halajá.
De acuerdo con Najmánides, el Rambán, asentarse en la Tierra de Israel es un precepto de la Torá (ver Hosafot Mitzvot Asé, Mitzvat Asé 4) y esto cobró forma de sentencia halájica (ver el libro Pitjei Teshuvá sobre el tomo del Shulján Aruj de Even Haezer 75 (6) o el libro de reponsa Avnei Nezer sobre el tomo del Shulján Aruj de Ioré Deá art. 454-456).
Según Rabí Iehudá Haleví, autor del libro El Cuzarí antes mencionado, los rezos de quienes piden retornar a Sión y pudiendo hacerlo se quedan en el exilio ‘‘son cantos huecos como el trinar de pájaros pues rezan sin intención alguna’’
Gobierno Judío como obligación.
Según Najmánides el precepto de asentarse en Eretz Israel incluye la erección de un estado con gobierno judío ya que el precepto implica heredar la tierra y conquistarla amén de habitarla.
Rabí Iehoshúa de Kutna en su libro de responsa Ieshuot Malkó art. 66 sentencia lo siguiente:
‘‘Según Najmánides que pensaba que el asentamiento en Eretz Israel es un precepto positivo de la Torá, lo principal radica en conquistar el país para que sea nuestra heredad y podamos vivir en él libremente como un hombre que camina por su propio campo.’’
El gobierno judío en la Tierra de Israel es condición indispensable para que el país deje de ser considerado en ruinas. De acuerdo con el libro de halajá casi que obligatorio para todos los ashkenazim, la Mishná Berurá art. 561, quien ve las ciudades de Judea en ruinas debe rasgar sus vestiduras, ¿y cuándo consideramos al país en ruinas? Depende del gobierno, si el poder está en manos extranjeras aunque todo el territorio esté habitado por judíos lo consideramos en ruinas y por lo tanto debemos rasgar nuestras ropas.
Vimos pues dos fuentes halájicas conocidas y contundentes, por supuesto que hay muchas otras citas que se refieren a la importancia de la inmigración masiva a Eretz Israel y la erección de un Estado Judío, la mayoría de los sentenciadores halájicos de nuestros días apoyarían calurosamente la iniciativa estatal judía si el gobierno se condujese según la Torá en todos sus aspectos.
De todo esto resulta que tenemos un precepto positivo de la Torá (mitzvat asé) que el público religioso descuidó su cumplimiento y cuyo vacío fue llenado por la acción de círculos distantes de la vida tradicional.
La generación de Ajav
Según el Midrash de Tanjuma a la parashá de Jukat la generación de Ajav Rey de Israel a pesar de ser sumamente transgresora triunfaba en las guerras ya que se cuidaban mucho de no difamar unos a otros, cumplían estrictamente con la prohibición de la Torá de Lashón Hará ( habladurías prohibidas).
¿Acaso por que transgresores se cuidaban en un precepto específico nosotros tenemos permiso de descuidarlo? ¿A alguien se le ocurre en virtud de esto permitir el Lashón Hará? ¿Y acaso porque el público no religioso cumple activamente el precepto de asentarse en Eretz Israel el público religioso tiene derecho a no cumplirlo?
Al contrario! Si el público no religioso se asienta en Eretz Israel sobre la base de la ética universal no halájica, nuestro deber es justamente cumplir con la mitzvá de la Torá desde una óptica judía tradicional y así agregar la luz de la Torá en tan positivo emprendimiento.
Debemos aprender de quienes se esfuerzan en la empresa sionista e imitar su entusiasmo en el marco de la Torá
Capítulo VI
¿Por qué la redención llega justamente de la mano de personas no observantes?
Este capítulo es quizás el más interesante y el más innecesario al mismo tiempo. Por una parte el alma humana siempre ansía conocer más y más, entender lo que le resulta críptico y poder acceder a los misterios de Hashem. Por otra parte innecesario ya que pensar de que la acción de Dios debe resultarnos comprensible es errada y por otra parte descartar como Acción Divina aquello que no nos resulta acorde con nuestra comprensión de lo que la divinidad debe ser es muy grave.
En el primer capítulo citamos al Natziv de Volozhin quien nos explicaba basándose en Ishaíahu y Ezra que los caminos de Hashem no son los nuestros y que no debemos intentar juzgar o comprender Su accionar según nuestra comprensión.
El Sionismo: ¿fundamentación halájica o cabalística?
Los pasajes en los cuales el Rav Kuk fundamenta su apoyo al sionismo mediante argumentos de índole filosófica y cabalística suelen ser más conocidos entre el público religioso sionista que los de carácter halájico. Así, se generó una incorrecta impresión en el mundo judío que los argumentos en favor del sionismo político son en general no halájicos y como prueba de esto tenemos los escritos de uno de los opositores más acérrimos del Rav Kuk en Ierushalaim de principios de siglo, el Rav I. J. Zunenfeld algunos de cuyos conceptos encontramos en los escritos del Rav Hilel Tzaitlin:
‘‘Me opongo terminantemente al accionar de los pioneros y los veo como rivales en todos los temas. El Rabino Kuk busca acercarlos pues ve en su interioridad cosas buenas mas yo sólo puedo juzgar por lo que ven mis ojos y no según misterios o cuestiones ocultas..’’
De explicar el sionismo halájicamente y así contrarrestar esta imagen solo mística nos ocupamos en los demás capítulos. En este vamos a intentar acercarmos a nuestra pregunta inicial buscando comprender algo más los ocultos caminos de Hashem ofreciendo aquí diferentes respuestas que diferentes sabios le dieron.
1) Redención: justamente en un momento difícil.
El Rav Eliezer Waldman en su libro Tzitz Eliezer VIII, 48 Orjot Hamishpatim cap.12 da tres posibles explicaciones a nuestra pregunta. Primeramente, del ejemplo de Ierovoam segundo demuestra que la gueulá es posible en momentos de bajo nivel espiritual ya que Hashem no abandona nunca a su pueblo ni permite que sea borrado de la faz de la tierra (ver texto completo en el capítulo II).
Quien se encuentre al frente del Pueblo Judío liderará la redención llámese Ierovoam Ben Ioash o David Ben Gurión. La situación después de la Segunda Guerra Mundial era tan desesperada que el Estado de Israel representó una salvación física y territorial para los remanentes del judaísmo. El holocausto destruyó las grandes ieshivot de Europa Oriental mientras que en el moderno Estado de Israel éstas florecieron sin parangón en la historia judía. El centro espiritual del Pueblo Judío fue renovado en Eretz Israel y las eminencias de la generación pusieron en éste su asiento. Los únicos que podían llevar adelante la construcción de un país en ese entonces eran los partidos no religiosos y por lo tanto ellos lideraron la acción redentora.
2)¿En quién se originarán los eventos?
Vimos en la pregunta anterior que la redención puede llegar de la mano de no observantes, pero el Rav Waldenberg cambia completamente la perspectiva de la pregunta y basándose en el libro de responsa Toldot Iaakov nos dice que la redención necesariamente debe llegar de la mano de público no religioso ya que sólo de esta manera sabemos que el proceso es de origen divino. Si el estado fuese erigido por los grandes maestros de la Torá de la generación cabría duda si se trata del inicio de la redención ya que resultaría absolutamente normal y natural que judíos observantes se vean atraídos por la Tierra de Israel donde además pueden cumplir con más preceptos que en el exilio y por lo tanto carecería todo este escenario de una clara señal de intervención divina.
Empero, hoy día, toda la empresa sionista se manifiesta de modo sobrenatural. ¿Quién pensaría que gente tan distante de la tradición judía entregaría su vida en pos del levantamiento del estado? En la historia de la humanidad no es dable encontrar casos de individuos que emigran voluntariamente a otro país para descender drásticamente de nivel económico. Los pioneros de las primeras aliot abandonaron hogares burgueses en Europa para ir a secar pantanos en la Tierra de Israel. Individuos integrados a las sociedades que abandonaron, cuyas lenguas hablaban fluidamente, abandonan todo para vivir una vida de penurias y sacrificio, comer pan con sal o dormir en carpas en pos de la construcción de un estado. ¿Por qué lo hicieron? ¿Qué encontraron en su judaísmo que los impulsó a tamaño sacrificio?
Vemos pues que una Voluntad Divina ardía en sus pechos aunque ellos no estuviesen conscientes del origen de su motivación, la redención viene de mano de no observantes para que reconozcamos que viene de la mano de Dios.
3) Los ‘‘Birionim’’ de Ierushalaim.
La tercer respuesta del Rav Waldenberg extraída del libro de responsa Toldot Iaakov tiene que ver con la reencarnación de las almas. En los relatos de la destrucción del Templo en el Tratado de Guitín 56(1) leemos sobre los desmanes que provocaron los Birionim, un grupo de fanáticos sedientos de poder que precipitaron la guerra contra Roma y la caída de Ierushalaim. Rabí Iojanán Ben Zakay intentó negociar con los invasores y así llegar a un acuerdo de rendición y cese de hostilidades que salve tanto al Templo como a la ciudad. Los Birionim no permitieron que esa negociación se lleve a cabo y para obligar a la población a luchar quemaron los depósitos de comida que le adjudicaban a Ierushalaim oxígeno para negociar cómodamente. De esta manera la ciudad sucumbió por efecto del hambre que generaron los fanáticos que así se convirtieron en responsables directos de la destrucción la muerte y el exilio de los judíos.
Según los entendidos en esoterismo judío Hashem da al alma que transgredió la oportunidad de reparar sus actos en una nueva vida y así que según el Rav Waldemberg ‘‘la reconstrucción de Ierushalaim debe ser llevada a cabo por quienes la destruyeron, para que ‘‘nadie quede alejado’’ y corrijan todo lo que estropearon’’. De acuerdo a esta idea los pioneros que erigieron el Estado son las reencarnaciones de aquellos Birionim que recibieron así la oportunidad de reparar lo destruido.
4) Preparación para el Tzadik (justo).
El Rav Arie Leib Hacohen, hijo del Rabino Israel Meir Hacohen conocido como El Jafetz Jaím (nombre de una de sus obras halájicas) nos relata que durante un intercambio de ideas con su padre respecto del carácter no observante de los militantes del movimiento sionista propuso entenderlo a la luz de un versículo en el libro de Job 27:17 ‘‘el malvado teje mas el justo vestirá la prenda’’. A veces vemos que Dios otorga el éxito a alguien pero el beneficio de este logro lo disfuta otra persona. El primero se esfuerza pensando que lo hace en su propio beneficio pero ignora que su suceso es un beneficio para otro, al final de cuentas vendrá el justo y recibirá todo pronto. Este sería pues el orden de la construcción del Estado Judío.
Todo esto hoy día lo vemos claramente, el Estado de Israel es el sitio del mundo donde resulta más cómodo vivir una vida de Torá y mitzvot. Quien haya conocido una comunidad judía en el extranjero sabe de las dificultades que se le presentan a los observantes a la hora de no trabajar en Shabat y en Jaguim. En Israel todos los días de fiesta son vacaciones oficiales, Shabat no se trabaja, Purim 9 de Av y demás fechas rabínicas se cumplen de acuerdo a la Halajá, no hay problema en construir una sucá en el patio del edificio, instalar eruv, cuidar la prohibición de Jadash (empleo de la cosecha del nuevo año antes del 16 de Nisán en que se aventaba en el Templo un omer o medida de cebada) o todas las reglas de la Cashrut.
Todo esto amén de la posibilidad que da el Estado de Israel de cumplir con el precepto de asentamiento en la Tierra de Israel y los preceptos que de ésta se desprenden. Miles de Ieshivot y centros de estudio florecen por doquier con el apoyo presupuestal del Estado Judío, la literatura sacra se multiplica y los tribunales rabínicos manejan los temas relativos a casamientos y divorcios.
Los padres fundadores del sionismo no se imaginaron que todo esto ocurriría en el estado a fundarse. Soñaron con un estado laico que a la postre hace florecer al judaísmo observante. Esto se asemeja a un arquitecto que planifica un palacio esplendoroso, ¿Esperamos de los simples albañiles que sean gente de gran talla espiritual? ¿Acaso las ideas de los constructores quitan valor arquitectónico al palacio una vez concluído? Los operarios no necesariamente comprenden las intenciones últimas del arquitecto y pueden pensar de que se trata de un simple edificio de apartamentos, mas al concluir la obra entenderán qué es lo que hicieron. Hashem planifica y dirige la redención del Pueblo de Israel y ésta no se ve perjudicada por lo que piensan los albañiles en el terreno.
Así pues lo explica el Rav Arie Leib Hacohen:
‘‘Le dije a mi padre, ¿Para qué intervienes en esta disputa que abarca a todo nuestro pueblo y amenaza con debilitar el accionar de los constructores? Una generación viene y luego se va y la tierra siempre se mantiene y aunque la intención de los constructores no sea cumplir con la Torá quizás se aplique aquí el principio de ‘‘el malvado teje y el justo vestirá’’(ver Toldot HeJafetz Jaím edición pretérita pág.74).
Según el Rav Arie Leib su padre le respondió que las pancartas antisionistas que se publicaron bajo su nombre fueron impresas sin consultarle.’’
Al igual que en la explicación número tres la construcción de un Estado Judío sirve a los efectos de corregir o mejorar espiritualmente a quienes participan de la misma. Es importante que recalquemos que los iniciadores del sionismo religioso no veían en sus hermanos no observantes malvados. El Rav Kuk veía en los pioneros almas de gran magnitud erradas en su camino pero de ninguna manera malvados, la
redención llega de sus manos para que ellos puedan depurarse y elevarse junto a la construcción y no solo a los efectos de beneficiar a los observantes.
El Jafetz Jaím en su libro Tzipita Lishuá (esperarás la redención) se pregunta ¿cómo es posible que el Mashíaj llegue en una generación baja como ésta? Su respuesta es que el Mashíaj debe llegar justamente en esta generación en la cual observantes y no observantes acercan la redención mediante sus acciones.
Los observantes acercan la redención ya que su nivel religioso en esta generación es superior al de antaño, se ven desafiados por un proceso de laicización y abandono de las tradiciones sin parangón en la historia judía y aquellos que logran mantenerse fieles a la Torá son dignos de un enorme mérito. En la antigüedad los judíos eran forzados a permanecer como tales tanto por presión de la sociedad gentil que no los recogía en su seno tanto como por las sanciones comunitarias que se aplicaban a los transgresores. Con el advenimiento de la emancipación todas las limitaciones fueron derogadas y uno podía ser miembro de
una comunidad judía no practicante. Aquellos que se mantuvieron firmes en sus convicciones a pesar de la enorme seducción que implicaba la integración total a la sociedad exterior son más queridos a ojos de Dios que los judíos observantes de otras épocas y por lo tanto acercan con sus méritos la anhelada redención.
Por su parte, los judíos menos observantes también aceleran con sus actos la llegada de la gueulá. El objetivo del exilio era el retorno del Pueblo de Israel y la corrección de su conducta, la dispersión fue un castigo pedagógico y todo padre al aplicar una amonestación busca rectificar a su hijo y no destruirlo. Por lo tanto, con la aparición de la emancipación y en la medida que la permanencia en el exilio ya no servía a los efectos de depurarnos Hashem tiene que buscar otro medio para redimirnos. Mientras el exilio prometía permitir nuestra redención tenía sentido, hoy ya no y justamente por esto es que Dios ‘‘debe ’’redimirnos hoy y paradójicamente el alejamiento del público no observante es una de las causas del advenimiento de la redención. De más está decir que el Jafetz Jaím recomienda acercar la gueulá desde el ala observante del Pueblo de Israel.
El Rav Eliahu Desler en su libro Mijtav M´Eliahu III pág. 140 explica que una generación transgresora tiene una virtud por sobre una generación observante y es la humildad ya que lamentablemente el que cuida con los preceptos y se siente un verdadero siervo de Hashem incurre muchas veces en la altanería o la soberbia de las que carecen quienes no pretenden ser espiritualmente mejores que nadie.
6) Un descenso que lleva a un ascenso.
En el libro del cabalista de Aleppo Rabí Mordejai Atía (1898-1978) ‘‘Lej Lejá Usod Hashvuá’’ pág.. 42 se menciona una idea del Rebbe de Satmer que aparece en su libro ‘‘Itav lev’’ parashat Shlaj pág.29. El Rebbe de Satmer se pregunta cómo fue posible que los espías que mandó Moshé a explorar la Tierra de Israel pudieron incurrir en la falta que incurrieron tratándose de líderes de tribus de un alto nivel espiritual. La explicación radica en que el Satán (en el judaísmo es solamente un ángel fiscal al servicio del Trono Celestial y no una entidad demoníaca independiente n. de t.) desafía o pone a prueba a quienes ascienden a la Tierra de Israel generándoles una sensación de descenso espiritual muy grande. Esta prueba antecede al enorme ascenso que la residencia en la Tierra prometida trae al judío. Según el Rebbe de Satmer muchos de los que viajaron a asentarse en Eretz Israel sintieron este aparente descenso y por lo tanto los espías al sentirlo fueron seducidos a renunciar a este precepto.
Empero, el descenso conlleva un posterior ascenso cual medicina que primeramente libera al cuerpo de toxinas y luego lo limpia o purifica, así es como el judío se prepara para acceder al nivel de Eretz Israel.
‘‘Los espías hablaron mal de la Tierra de Israel pues según su entender causaba un descenso espiritual, pero no sabían que se trataba de un paso previo para un ascenso aún mayor’’.
El Rav Atía concluye que el descenso que presenciamos en nuestra generación no se origina en los individuos sino que es generada por la Divina Providencia como antesala de una gran elevación.
El Rav Isasjar Shlomo Taijtel en su libro ‘‘Em Habanim Smejá’’ nos abre una perspectiva amplia y profunda que parte de una pregunta anterior, general y común a toda la historia judía: ¿Por qué Hashem trae al mundo cosas maravillosas por medio de transgresiones? ¿Por qué el linaje de David tenía que originarse en la problemática historia de Iehudá con su nuera Tamar? ¿Y por qué vía una conversacomo Rut que llegó de un pueblo vulgar como el moabita? En el primer capítulo tocamos este punto largamente.
El Rav Taijtel encontró una idea muy profunda en el libro ‘‘Maguid Meisharim’’ del Rav Iosef Caro (autor del conocido‘‘Shulján Aruj’’) así como también en la obra del maestro jasídico Rabí Elimelej de Lizensk ‘‘Noam Elimelej’’. El punto radica en que cuando el Pueblo Judío va a recibir una bendición importante lo justo es que el pueblo lo reciba sólo si es meritorio, si no lo es el rigor o justicia celestial lo impide. En tiempos de Iehudá tenía que bajar al mundo un alma muy alta, la de Peretz. Si los hijos de Iaakov hubiesen sido suficientemente justos y meritorios, el alma habría arribado de una manera pura y directa mas como no era esa la situación en esos días tuvo que cumplirse el designio divino de modo diferente. Hashem ‘‘trae el redentor a los hijos de sus hijos en pos de su nombre con amor’’ (ver primer bendición de la amidá) y por ende aunque la generación no lo merezca por efecto del amor de Dios a los patriarcas la redención llega.
El problema está en que cuando la bendición arriba por generosidad divina y no por mérito humano hay muchas protestas en los cielos y el rigor no permite que la bendición se efectivice y por lo tanto se hace indispensable esconder el evento de todos los posibles ‘mekatreguim’ o ángeles fiscales de la corte celestial. Esto es similar a un individuo que tiene que pasar la aduana y trae un artefacto del exterior, si tiene suficiente dinero lo declara y paga los correspondientes impuestos mas si carece de medios debe intentar esconderlo. ¿Cómo? Lo envuelve en trapos sucios para que así el despachante de aduana no sospeche que allí se esconde algo de valor. Si tuviésemos con qué pagar el descenso del alma de Peretz al mundo no habríamos necesitado esconderlo. Pero dado que todo ocurrió en virtud de la misericordia divina debió arribar por caminos ocultos tal que nadie sospeche que así está comenzando la redención y por ende los fiscales no procuren detenerla.
El Rav Taijtel concluye que no logramos ser meritorios de la redención ‘‘acelerada’’ sino que ésta comenzó su marcha en el momento prefijado por Hashem, por generosidad y no por mérito y por lo tanto si el retorno a Sión fuese liderado por los grandes sabios de la época los fiscales celestiales podrían argüir que la redención es injustificada, mas Hashem la trajo al mundo de mano de quienes parecían más alejados, de un modo tan oculto que hasta varios de los grandes sabios de nuestra generación reconocen en esto un proceso de origen divino. De esta forma la carreta de la redención avanza y los fiscales callan.
‘‘ Sé hijo mío que quieres preguntarme cómo es posible que si la construcción que se lleva a cabo en Eretz Israel es el inicio de la redención, por qué es realizada por transgresores que no respetan el Shabat y hasta parecen gentiles? Hijo querido, tu pregunta es buena pero por favor presta atención a mis palabras.
Debes saber que inextricables son los designios del Eterno…Está explicado en los libros cabalísticos que cuando Hashem quiere hacer descender algo de importancia desde los mundos superiores a los inferiores lo envuelve con todo tipo de vestiduras a veces hasta desagradables para que pase desapercibido ante los ángeles fiscales y el rigor o justicia divina no los detenga…’’(Em Habanim Smejá cap.II pág. 121-125)
Según el Maharal de Praga se puede entender otro concepto cabalístico. Del hecho que Moshé Rabeinu, el líder de la primera redención del Pueblo de Israel, se crió en la casa del Faraón de Egipto deduce el Maharal que toda cosa de importancia debe brotar o florecer en algo de menor nivel. Así como la cáscara antecede al fruto, un reino de justicia es antecedido por otro menor valía.
‘‘Debes entender que cuando el reino de Israel se innovó en los tiempos de la salida de Egipto carecía de un antecedente oficial judío, pero en los días del advenimiento del Mashíaj el reino judío surgirá del reino que le anteceda. El sacro reino de Israel que poseerá santidad intrínseca se derivará de una entidad no sacra… así como el fruto mientras crece posee cáscara y una vez que el fruto está maduro ésta se rompe por efecto del crecimiento del fruto… ya que todo ente que posee un alto nivel interior proviene de algo que es exterior en relación a éste. Esta es la razón por la cual Moshé Rabeinu secrió en casa del Faraón, para que lo divino surja de un grado material y procura entender esto ya que es de gran profundidad.’’ (Gvurot Hashem cáp. 18 pág. 28)
9) El gran desaprovechamiento de una oportunidad.
El Rav Taijtel nos agrega otro concepto espeluznante, la redención llegó de manos de los no observantes ya que el público religioso no le prestó la atención debida. ¿Por qué el público religioso no se hizo eco del llamado a repoblar Sión de los rabinos Gutemajer, Kalisher y Alkalay que antecedió el surgimiento del movimiento sionista no religioso? ¿Por qué se prefirió la comodidad del exilio al sacrificio constructor de una patria para el Pueblo Judío? Si el público observante en vez de oponerse se hubiese reclutado o enlistado en la tarea nacional constructora desde el primer momento hoy el Estado de Israel no sería un país laico. Miles de judíos que abandonaron la tradición habrían permanecido en las filas del judaísmo observante. ¿Cómo hay quien osa hoy quejarse respecto del carácter laico del Estado cuando justamente el público religioso es el que le dio las espaldas al esfuerzo colonizador? ¿Quiénes son los responsables de que miles de jóvenes tradicionalistas se vieron influenciados o encantados por la mística de los constructores sionistas no religiosos y así desertaron de las filas del judaísmo clásico?
Cuando llegó el momento de la redención se encontraron miles de jóvenes no observantes dispuestos a entregar su vida por la empresa sionista mientras que en el sector tradicionalista no y por lo tanto los primeros fueron quienes condujeron y moldearon el retorno a Sión.
La historia se repite. No es la primera vez que el Pueblo de Israel desaprovecha una oportunidad para redimirse de forma completa. Ya en el desierto al salir de Egipto sobrevino el incidente de los doce espías que envió Moshé Rabeinu para conocer el país al que estaban a punto de ingresar. Éstos por haraganería o falta de voluntad de emprender la conquista del territorio hablaron mal del país convenciendo al pueblo de no entrar y demorando así la redención en casi cuarenta años ‘‘desechando la buena tierra no creyendo en Su palabra’’(Salmos 106:24). También en días de Ezra y Nejemia, días del retorno de Babilonia la
mayor parte del pueblo no quiso volver. El Talmud Babilonio en el Tratado de Iomá 9 nos dice que si todos se hubiesen sumado al retorno habría llegado la redención completa en tiempos del Segundo Templo.
Así nos dice el Rav Taijtel: ‘‘Dado que los jaredim (religiosos no sionistas) no se esforzaron en la empresa sionista no tienen influencia en Eretz Israel, ésta está en manos de quienes la construyen y es natural que gobiernen los no observantes… y yo no sé que van a poder argüir los jaredim ante el tribunal celestial cuando se les pregunte por qué no participaron de la construcción del país…
Si los jaredim hubiesen participado de la construcción esta se vería totalmente diferente…y no hay razón para que protesten pues ellos son los culpables.
…Buena parte de nuestros hermanos que están siendo asesinados en nuestros días (escrito durante el Holocausto) se habrían salvado por estar ya en Eretz Israel, y ahora, ¿Quién se hace responsable por la sangre inocente que está siendo derramada? Pienso que todos los líderes judíos que impidieron que sus seguidores se sumen a los constructores en Eretz Israel no podrán expiar su pecado ni disculparse diciendo ‘nuestras manos no derramaron esta sangre’’’
(Em Habanim Smejá, Haskamot pág. 18).
Capítulo VIII
¿Cómo se puede uno regocijar y decir Halel completo (rezo de alabanzas a Dios ante eventos o circunstancias
benévolas) por el establecimiento del Estado de Israel siendo el nivel
espiritual del país tan bajo?
¿Puede uno festejar cuando miles de niños no saben pronunciar el ‘Shemá Israel’?
Es cierto que la situación espiritual del Pueblo de Israel en nuestra generación es sumamente dolorosa, también aquí en Israel la situación dista mucho del ideal y un judío creyente no puede sino entristecerse al ver a miles de sus hermanos perdidos. No se puede sino llorar al ver el Shabat violentado, las tiendas que venden comida no casher en centros urbanos amén de la falta de recato que se percibe en nuestras calles. Todo esto nos obliga a tratar de influir y acercarnos lo más posible a nuestros hermanos, rezar diariamente y pedir ‘‘Devuélvenos a Tu Torá y acércanos a Tus preceptos y haznos retornar completamente a Ti’’.
Empero, más allá de justificadas críticas y lamentos muchos fenómenos positivos están teniendo lugar en el Israel de hoy. Podemos analizarlo en cuatro planos diferenciados: las comunidades religiosas en Israel, el público religioso en el exterior, el público no observante en Israel y el público no observante en el exterior.
a)Las comunidades religiosas y jarediot (religiosas ortodoxas mas no sionistas políticas) en Israel.
El porcentaje de judíos observantes en Israel se encuentra en ascenso y es hoy el más alto de las comunidades judías del mundo. Decenas de miles de bajurim estudian en las ieshivot, casi todas las eminencias del mundo de la Torá habitan aquí y es el sitio más cómodo del mundo para llevar un estilo de vida tradicional. En Israel todo judío puede comprar comida casher a precios accesibles, se puede caminar con kipá y tzitzit sin temor, se consigue rezar en minián a cualquier hora, el Estado financia la construcción de sinagogas y mikves, da becas a los estudiantes de ieshivot, se puede celebrar en la calle la introducción de un sefer Torá a una sinagoga y los barrios religiosas disfrutan de gran autonomía. Desde el punto de vista individual la vida religiosa es sumamente cómoda y si hay lugar para quejas hacia el Estado es hacia éste en forma genérica y un poco abstracta, al conjunto del proyecto político y social en sí, pero en la práctica no hay un país que facilita la vida tradicional más que Israel.
En los inicios del sionismo los rabanim temían que un estado judío secular dificulte o persiga la práctica de la tradición judía, pero este temor se ha esfumado, hoy la discusión es respecto del carácter general del Estado de Israel, pero para cumplir mitzvot como individuo nadie puede discutir que no hay como Israel.
Debemos también recordar que el estado frenó en cierta manera el deterioro espiritual del público general, la situación de quienes se quedaron en Europa Oriental fue mucho peor, el holocausto destruyó el mundo de las ieshivot y sólo en Israel logró reconstruirse.
b) El público religioso y jaredí en la diáspora.
Somos hoy testigos de un florecimiento religioso en las diferentes comunidades judías del mundo. Si bien no con el ímpetu y pujanza que vemos en Israel, mas nunca en el pasado reciente presenciamos la apertura de tantas tiendas de comida casher, sinagogas, colegios y ieshivot. Esto es entre otras resultado de un fecundo trabajo de los rabinos locales y de los cientos de shlijim o enviados de Eretz Israel. Una vez recompuesto el mundo de la Torá en Israel pasamos a disponer de las reservas humanas y del personal que permita este renacimiento. El Estado de Israel no solo salvó al mundo de la Torá local sino que además se transformó en una soga de salvataje para las comunidades de la diáspora.
c) El público no observante en Israel.
Con todo el
pesar por el alejamiento de la tradición por parte de ciertos sectores de la
población en Israel no hay lugar a comparación con la situación de los judíos no
observantes de la diáspora. Allí la mayor parte del público secular se asimila a
las sociedades en las que habita con bajas probabilidades de retorno. La mayor
parte de los divorcios son civiles lo cual genera un gran problema de bastardía,
al casarse lo hacen por civil o mediante rabinos reformistas lo cual genera un
problema de identificación ya que a veces la única prueba de judeidad que un
individuo puede presentar es la ketubá de su madre o abuela materna y al
ser ésta firmada por una comunidad no tradicional nos encontramos con miles de
judíos ksherim (verdaderos) que no pueden demostrar su ascendencia. En un
caso así, para casarse, este iehudí necesitaría una conversión por duda o
‘lejumra’ con los problemas enormes que esto genera.
La cantidad
de iehudim que vuelven a las fuentes en Israel es mucho mayor que en la
diáspora ya que aquí la identidad judía está siempre inmanente. El número de no
observantes que se interesan por estudios sacros aumenta constantemente y ya nos
dice el midrash en Ptijta de Eijá Rabá que ‘la luz de la Torá los
corregirá’
d)
El público no observante en la
diáspora.
En las
comunidades no religiosas de la diáspora vemos claramente cómo la base de la
identidad no pasa por elementos religiosos sino por la identificación con el
Estado de Israel, la recolección de fondos para los bonds, el apoyo u oposición
a la política del gobierno israelí de turno, la Agencia Judía y sus planes etc.
De no existir el Estado de Israel estas comunidades habrían desaparecido hace
tiempo y así el vínculo con el sionismo nos da a los educadores la posibilidad
de acceder a una nueva generación de judíos para tratar de acercar.
De estas
cuatro perspectivas de valorar o evaluar la función del Estado de Israel vemos
que a pesar de que hay defectos o cosas a mejorar lo positivo del balance se
impone ampliamente. Además, no olvidemos mencionar que mediante sus victorias en
el campo de batalla Israel salvó físicamente la vida de millones de judíos, y
esta es la razón central que esgrimen la mayoría de los sentenciadores (poskim)
halájicos favorables a la recitación del Halel. Y a todas estas razones
prácticas le agregamos nuestra confianza o creencia en que el surgimiento de
Israel es el inicio del florecimiento de nuestra redención tras largos años de
ignominioso exilio. El hecho que Hashem salvó a su pueblo e inició un
proceso de reacercamiento en éste son suficientes razones para festejar y
agradecer, agradecimiento ante la salvación que es obligatorio por la Torá
(ver Talmud Babilonio Tratado de Meguilá 14(1), Jatam Sofer I 191).
En una
situación como esta, ¿qué se debe hacer según la halajá?
Esta es una
situación compleja ya que el Estado de Israel encierra dentro de sí cosas muy
buenas y otras un tanto problemáticas, ¿cuál debe ser nuestra actitud ante él?
El Talmud se
ocupa de analizar este tema. Cuando un hombre recibe la noticia de que su padre
murió debe bendecir ‘Baruj daián haemet’ y justificar el rigor divino. Pero si
al morir su padre se le comunica que ha recibido una cuantiosa herencia debe
separadamente bendecir shehejeianu como agradecimiento a Dios por lo que
recibió.
Cierto es que
nuestro individuo en cuestión preferiría no recibir el dinero y no ver morir a
su padre pero una vez que esto ocurre debe entristecerse por lo primero pero
debe alegrarse por lo segundo sin que haya contradicción alguna. La exigencia
halájica es muy alta, agradecer a Dios con alegría en un momento difícil, pero
la debilidad humana no es la medida de la ley o su exigencia, a ella debemos
aspirar de todas maneras. Lo mismo ocurre con nuestro Estado de Israel, el hecho
de que lloremos por las cosas difíciles que éste encierra no nos exime de la
obligación de agradecer a Dios por el magnífico presente y cúmulo de bendiciones
que la mediná trajo consigo.
2)
El presente de Dios
y el libre albedrío del Hombre
El Rav Shaul
Israeli agregó a este tema un punto interesante. Hay una gran diferencia entre
el presente que nos otorgó Hashem y la forma en la cual nosotros lo
administramos. Vimos lo maravilloso que fue para el Pueblo Judío el
levantamiento del Estado de Israel y todas las cosas buenas que trajo. La
situación podría ser aún mejor pero eso depende de nuestra acción. ¿Acaso un
individuo que recibe una herencia valiosa esta exento de agradecer a Dios por
haberla malgastado?
El Rav
Israeli trae un ejemplo del Tanaj. Según los sabios el pecado del becerro
de oro fue originado en la gran cantidad de oro que los judíos tomaron de los
egipcios en el Mar Rojo y sin embargo todos los años volvemos a agradecer a
Hashem en Pesaj que nos cedió el tesoro egipcio, la bendición es en sí buena
y si el aprovechamiento de la misma sea optimo o no, no exime del deber de dar
las gracias.
Lo mismo el
Estado de Israel, es un presente del cielo y que no todos lo aprovechemos
debidamente no influye sobre la obligatoriedad del agradecimiento.
Y es menester recordar
los conceptos del capítulo anterior respecto de lo difícil que sería nuestra
situación sin el Estado Judío en pie.
Capítulo IX
¿Es bueno
a ojos de Dios que gente no observante se asiente en Eretz Israel?
La Tierra
de Israel expulsa a los transgresores, ¿Por qué el sionismo los devuelve?
¿No es
mejor que el transgresor se quede en el exterior y transgreda allí?
La Tierra de Israel expulsa transgresores.
En diversos sitios las fuentes nos advierten que la Tierra de Israel no tolera transgresores y que el exilio que se decretó sobre nosotros se origina justamente en este fenómeno. Así advierte la Torá en Vaikrá 18:24-6:
‘‘No os impurificaréis en todo esto ya que en todo esto se impurificaron los pueblos que Yo expulso ante vosotros. Así fue como se contaminó la tierra que para castigo de sus moradores los vomitará.’’
Rashi explica esto analogizando a la Tierra de Israel con el estómago de un príncipe que expulsa el alimento que no está en buen estado.
Estos conceptos adquieren una nueva perspectiva en el pensamiento del Rambán o Najmánides que es uno de los pilares ideológicos en los que se basa el sionismo religioso si bien en este caso aparentemente su opinión opera en nuestra contra.
Según su exégesis a Vaikrá 18:25 basado en midrashim de nuestros sabios Najmánides nos explica que todos los preceptos de la Torá fueron dados para ser aplicados en la Tierra de Israel mientras que el cumplimiento de los mismos en el exilio sirve como señal para no olvidarlos mas no tienen el mismo efecto. Por lo tanto, el cumplimiento tiene valor sólo en Eretz Israel y por ende es mejor comprar un etrog simple en Israel que tener el mejor etrog en el extranjero ya que sólo aquí se cumple con la mitzvá mientras que afuera sólo se recuerda y por lo tanto la recompensa es totalmente diferente. Esta idea
naturalmente debería impulsar a los observantes a venir a vivir aquí ya que la vida de preceptos afuera carece de sentido. El problema radica en que si sólo aquí los preceptos valen y tienen real recompensa por lo tanto lo mismo ocurre con las transgresiones, en Eretz Israel son más graves y tienen un efecto más duro. A esto se refiere la Torá con expulsar a los transgresores, en el palacio del rey cualquier mala conducta es mucho más grave que en una provincia distante. Por lo tanto, ¿fue conveniente el ingreso del movimiento sionista en Eretz Israel que introdujo la cultura secular en el país? ¿No deberíamos lamentar este fenómeno desde un punto de vista estrictamente toraní? ¿Podemos apoyar al sionismo laico o mejor hubiese sido que no vengan nunca?
El profeta Iermiahu se lamentaba hace miles de años respecto de que Dios trajo al Pueblo de Israel a una Tierra Buena y éste la impurificó con sus acciones (ver Iermiahu 2:7) ¿No es válida esta queja hoy día respecto del sionismo secular?
¿Quién tiene permitido hacer aliá?
En el libro Sefer Hatashbetz Hakatán escrito hace setecientos cincuenta años por Rabí Shimshón Ben Tzadok alumno del Maharam de Rotemburg leemos en el párrafo 559 que para hacer aliá debe la persona estar separada de las transgresiones de aquí en más, cuidarse de toda mala conducta y conocer todos los preceptos de la Tierra de Israel para poder cumplirlos ya que si transgrede allí el castigo es más duro que en el exilio pues los ojos de Hashem vigilan constantemente Su tierra y no es lo mismo rebelarse en el palacio del rey que fuera de éste. Esta es la razón por la cual desde la destrucción del Beit Hamikdash ningún poder extranjero logró permanecer prolongadamente en Eretz Israel, al pecar la tierra los expulsó uno tras otro.
‘‘Y aquellos que quieren ir a Eretz Israel para conducirse ligeramente los insto: ‘Quién pidió de vosotros que mancilléis mi morada’, pero quien procura asentarse para cumplir con todos los preceptos no hay límite a su recompensa. ’’
Este es uno de los argumentos centrales de quienes se oponen al sionismo por considerarlo un movimiento que llena el país de gente transgresora y por otra parte están los observantes que arguyen no estar aún suficientemente preparados en lo espiritual para la aliá.
Fuentes aparentemente contradictorias.
Hasta aquí presentamos fuentes aparentemente terminantes respecto de que Hashem prefiere que los transgresores no se asienten en Eretz Israel. Empero, en la literatura de nuestros sabios encontramos otras voces. Por ejemplo, en una compilación midráshica clásica llamada Yalkut Shimoní en Eijá párrafo 1038 encontramos la siguiente analogía:
‘‘Dijo Rabí Jía, esto se compara con un rey que va a las termas de Jamat Gader y llevó consigo a sus hijos. Una vez estos se portaron mal, el rey se enfureció y prometió no traerlos más. Luego al ir solo se acordaba de ellos y lloraba: ‘Ojalá mis hijos estuviesen aquí conmigo a pesar de que se portan mal’. Sobre eso está escrito: ‘Quién me diese en el desierto un albergue para huéspedes’, dijo el Kadosh Baruj Hú: ojalá mis hijos estuviesen aquí conmigo como lo hicieron en el desierto a pesar de que se quejaban contra mí. Y de acuerdo a esta idea, sobre el versículo ‘el pueblo de Israel se asentó sobre su tierra y la impurificó’, dijo Hashem: Ojalá mis hijos estuviesen en mi tierra a pesar de que la impurifican.’’
Este midrash nos trae la idea opuesta a la inicial, el Pueblo de Israel es el pueblo de Dios y Él quiere a sus hijos cerca suyo a pesar de que no se comporten debidamente, y por efecto de ese gran amor si ellos se arrepienten el portón del retorno estará siempre abierto.
Encontramos otras fuentes en las cuales vemos que Hashem ve de buena manera toda construcción en Eretz Israel aunque no sea llevada a cabo por gente de reputación intachable. En el Tratado de Sanhedrín del Talmud Babilonio 102 (2) se habla sobre los reyes Omrí y Ajav. Rabí Iojanán sostiene que merecieron una larga dinastía en mérito de haber construido una ciudad en Eretz Israel (ver cap. II).
‘‘Dijo Rabí Iojanán: ¿Por cuál mérito mereció reinar Omrí? Por haber construido una ciudad en Eretz Israel. Dijo Eliahu: ‘una vez estaba sentado en el Beit Midrash de Ierushalaim en presencia de los sabios y les dije: ¿Qué tiene de especial Ajav hijo de Omrí que logró erigir una dinastía de tres reyes mientras que los anteriores no? Me dijeron: no sabemos! Les dije: por haber construido una ciudad en Israel pues el pensó: Ierushalaim que quede para Iehudá y Shomrón (la que construyó) que quede para los reyes de Israel (ver Yalkut Shimoní Reyes I párrafo 207 y Tana Debei Eliahu cap. X).
Omrí fue un rey que no se condujo de acuerdo a la Torá, la razón de la construcción de Shomrón fue quitarle centralidad a Ierushalaim, sobre las puertas de la ciudad su hijo Ajav colocó una inscripción que rezaba: ‘Ajav reniega del Dios de Israel y por lo tanto no tiene en Éste heredad’, y a pesar de todo el mérito de la construcción no lo pierde y le fue de utilidad.
Un ejemplo interesante con implicancias prácticas para nuestra generación es el del retorno a Sion de Ezra y Nejemia junto con una masa de judíos de diverso tipo. ¿Eran acaso estos los justos de su generación? La guemará en Kidushín 69(1) nos relata que diez tipos de judíos retornaron junto a Ezra, entre ellos bastardos, hijos de cohanim con divorciadas, esclavos liberados, etc. Muchos de ellos, incluido hijos del Sumo Sacerdote y miembros de la dirigencia habían desposado mujeres extranjeras (Ezra 9:1-2). Ellos nada sabían de Torá al punto que no habían oído de los preceptos de la construcción de la sucá y las cuatro
especies en Sucot (Nejemia 8:14). Transgredían públicamente el Shabat y lo transformaron en el día de mercado en Ierushalaim (Nejemia 13:15-18).
Nejemia tuvo que luchar enconadamente para revertir esta costumbre, y cuando éste viajó por un tiempo los judíos le adjudicaron a un sacerdote samaritano un lujoso despacho en el Beit Hamikdash (Nejemia 13:7).
El Talmud en el Tratado de Kidushín 70(1) nos agrega más descripciones de la conducta de esta generación, Rabí Abahu relata que cometían sodomía, incesto y engendraban bastardos, pero a pesar de esto eran queridos y puros a ojos de Hashem como querubines.
Por qué Ezra y Nejemia trajeron a Eretz Israel semejante gente? ¿No era mejor que se queden en Babilonia? De todas maneras a nadie le cabe duda alguna respecto de que esa generación fue el inicio de la redención de los días de Segundo Templo.
La mayoría de los judíos se quedó en Babilonia esgrimiendo todo tipo de argumentos, entre ellos que no es posible que gente tan baja sea la que traiga la redención.
El Talmud Babilonio en el Tratado de Iomá 9(1) critica duramente a los judíos que se negaron a retornar. Se cuenta allí que Reish Lakish nadaba en el Río Iardén y de repente perdió pie y estuvo a punto de ahogarse. Un sabio babilonio amoraíta (estamos en el siglo III) le extendió su vara para salvarlo mas éste se negó a tomarla exclamando: ‘Por Dios que los odio’ (suerte de juramento de repudio alos sabios de Babilonia). Reish Lakish explica que el origen de su repudio reside en que por culpa de los judíos de Babilonia que se negaron a retornar en masa aferrándose a las comodidades del exilio la redención del Segundo Templo no fue completa y a la postre el Templo fue destruido. De no haber puesto excusas, retornar de inmediato y en masa la redención final habría llegado en días de Ezra.
El Natziv de Volozhin en su libro Shivat Tzión II pág.18 nos trae otro argumento esgrimido por los judíos de Babilonia para permanecer en el exilio, el hecho de que se habían limpiado de la idolatría de la que padecían en Eretz Israel previo a la destrucción del Templo y no querían ensuciarse de nuevo ya que el polvo de ese lugar los lleva a pecar. Esta es una versión sofisticada del argumento de que para habitar aquí se necesita un nivel espiritual muy alto, y demás está decir que esta excusa no era aceptable a ojos de Hashem. (Ver Shir Hashirim Rabá cap.5)
El malvado Esav
El Natziv nos indica otro midrash en Bereshit Rabá cap.76 que describe el encuentro entre Iaakov que volvía de largos años en el exilio con su hermano Esav con quien sabemos no tenía las relaciones más cordiales. El versículo dice: ‘‘Y temió Iaakov’’, ¿Por qué?
El temor de Iaakov no era sólo por el poderío físico de su hermano sino también por sus méritos ya que Esav había cumplido dos preceptos importantísimos, honró a su padre y a su madre en la vejez y moró en Eretz Israel.
‘‘Se dijo a sí: ¡todos estos años Esav estuvo asentado en la Tierra de Israel y vendrá a enfrentarme con la fuerza de ese mérito!’’
Vemos que Iaakov temía de su hermano (que no era precisamente un tzadik) por mérito de su asiento en Eretz Israel la cual le agregó méritos y no cargos. Si Iaakov pensase que aquí solo pueden vivir tzadikim debería estar tranquilo de que Esav no solo carece de méritos sino además carga con la culpa de haber transgredido en Tierra Santa.
Vemos pues que tenemos fuentes que indican cosas contrarias y esta aparente contradicción exige ser resuelta. Traeremos a continuación algunas explicaciones.
1) ¿Qué transgresiones conllevan como castigo el exilio?
Rabí Ionatán Eliasberg en su libro Shivat Tzión I pág. 103 resuelve el interrogante citando una mishná en el Tratado de Avot cap. V:
‘‘El exilio sobreviene a causa de idolatría, incesto, derramamiento de sangre y omisión del año sabático’’
De aquí que solo estas transgresiones llevan al exilio y sobre las demás se aplica el principio de ojalá mis hijos estuviesen aquí en Eretz Israel a pesar de que la impurifican’
Esta idea aparece de forma explícita en el Talmud Babilonio Tratado de Shabat 33(1):
‘‘Por derramamiento de sangre se destruyó el Templo y la Divina Presencia se retiró de Israel tal como esta escrito: ‘y no impurifiquéis la tierra que vosotros habitáis y yo poso en ella’ (Bamidbar 35), si vosotros pecáis ni vosotros la habitáis ni yo poso en ella. Por causa del incesto, la idolatría y la omisión del año sabático sobreviene el exilio y otros habitan el país en vuestro lugar.’’
Si revisamos las fuentes cuidadosamente vemos que el exilio no figura como castigo sino en las cuatro transgresiones antedichas. Najmánides en su exégesis a Vaikrá 18:25 al mencionar la gravedad de las transgresiones sobre suelo patrio concluye:
‘La tierra que es heredad de Dios expulsa a quien la impurifica y no tolera idólatras ni adúlteros’.
La mayoría de los que están hoy alejados de la tradición judía no incurren en estas transgresiones, muchos de ellos creen en Dios y cumplen preceptos parcialmente.
El asesinato, la idolatría y el adulterio no son comunes, la mayor parte del público no es agricultor y no está sujeto a las leyes del año sabático y el permiso de venta del rabinato de Israel regulariza la situación de los dueños de las tierras. De todas maneras quienes transgreden no lo hacen adrede ya que no fueron educados en el conocimiento de la halajá.
2) La explicación del Rebbe de Sojatschov, Rabí Abraham Burstein (1839-1910)
La explicación del Rav Eliasberg no es del todo convincente ya que según su tesis no hay que permitir que se asienten en Eretz Israel adúlteros mientras que Ezra y Nejemia trajeron inclusive practicantes de la sodomía. Esav era asesino y adúltero según el midrash de Bereshit Rabá 63 y de todas formas tenía a su cuenta el mérito de habitar la Tierra de Israel. El Rebbe de Sojatschov en su libro Avnei Nezer cap. X párrafo 454 explica que Esav cumplió con el precepto de honrar a sus padres y se sometió o anuló a la voluntad de Itzjak su padre por lo que en mérito a éste la Tierra de Israel no lo expulsó.
Eretz Israel expulsa asesinos y adúlteros cuando la mayoría de la población participa de los hechos pero si hay justos que están conectados con el pueblo su mérito defiende a la población en su conjunto.
Del público no observante en Israel no puede decirse que acepte el liderazgo del sector religioso pero no cabe duda por lo que ya vimos que el Estado benefició físicamente al mundo de la Torá al darle seguridad y bienestar económico.
¿Acaso este mérito no es notable?
3) Dios no desea la perdición de sus hijos.
Habíamos visto anteriormente la idea del Jafetz Jaím respecto de que el exilio no tiene como objetivo destruir al Pueblo Judío sino depurarlo y por lo tanto desde el momento que la diáspora no cumple más con su objetivo espiritualizante deja de tener sentido, Hashem no busca destruir a su pueblo. Esta misma idea la podemos aplicar respecto de la tolerancia del país a transgresores, la razón de este rechazo es por el bien de las personas mismas pero como hoy fuera de Israel los judíos se pierden el efecto deja de tener vigencia o validez.
Hoy día vemos que quienes permanecen en la diáspora se asimilan rápidamente y que quienes habitan Eretz Israel tienen mucho mayores probabilidades de mantenerse como judíos y acercarse de nuevo a la tradición. Todo aquél que tiene un sentimiento de responsabilidad por el futuro judío entiende que la aliá a Israel es indispensable para la preservación del pueblo y salva a muchísimos de la perdida total de identidad judía. La Tierra de Israel recibe hoy con amor a todos los judíos para así preservarlos como tales y poder acercarlos más adelante a la Torá.
Según el midrash de Sifrí Dvarim 80 habitar la Tierra de Israel equivale a cumplir con todos los demás preceptos de la Torá. Vimos del ejemplo del rey Omrí que cuando alguien construye en Eretz Israel tiene un gran mérito. Los pioneros de las primeras aliot no solo construyeron el país sino que además entregaron su vida en aras de esta empresa, secaron pantanos doblegando a la malaria en condiciones de pobreza extrema y lucharon contra nuestros enemigos con bravura. Hasta hoy los soldados del Ejército de Defensa de Israel entregan su vida a la defensa del país. En las respuestas del Maharil (pregunta 72) y del
Jatam Sofer (II, cap. 10 p.333) aparece que todo judío que es asesinado por su condición de tal aunque haya pecado es un kadosh, y se considera que murió consagrando el nombre divino en el mundo. Mucho más un soldado israelí que se enrola a una unidad de combate, aunque a veces no sabe por qué, un profundo sentimiento judío lo lleva a voluntarizarse.
5) Confianza en que algún día retornarán.
El retorno a Sión en días de Ezra y Nejemia es una de las pruebas más contundentes de que es necesario traer al país a los sectores más alejados de la Torá. Si bien los olim de esa época eran de un bajo nivel espiritual en cuestión de un par de décadas la situación cambió y fue en días del Segundo Templo que conocimos un florecimiento sin parangón del mundo de la Torá, particularmente en tiempos de los Jashmonaím (ver en Mishné Torá de Maimónides, Janucá 3(1)).
Probablemente aquí resida el quid de la cuestión, Ezra y Nejemia confiaron en su capacidad de cambiar a las personas a largo plazo o quizás simplemente lo percibieron proféticamente. Como confiaron en poder corregirlos, los trajeron.
Esta respuesta es válida en nuestra generación, confiamos plenamente en que nos hallamos en la era de la redención (ver más adelante cap. 16 y 17), esperamos el pronto retorno del pueblo a sus costumbres ancestrales tal como lo prometió la Torá en Devarim 4:30 y 30:2 , habrá teshuvá al final del exilio.
Así lo expresó el Rav Jarlap, discípulo del Rav Kook en su libro Maaianei Haieshuá en el capítulo titulado ‘‘Confiamos en la teshuvá’’:
‘‘Así como en nuestra generación vemos la corrección del antiguo pecado del rechazo de la Tierra de Israel por parte de los espías por intermedio de masas de jóvenes que vienen a construir el país arriesgando sus vidas, llegará una generación que volverá al cumplimiento estricto de la Torá, enjuiciará a sus anteriores maestros que los condujeron por un camino falso y llevará a todos a la teshuvá completa’’
6) La respuesta del ‘Jesed Le Abraham’
El Rabino Abraham Azulai, abuelo del Jida (Jaim David Azulai) y considerado uno de los cabalistas más destacados de su época escribió en su libro Jesed Le Abraham 3:12 los siguientes conceptos:
‘‘Todo aquel que vive en Eretz Israel es considerado un justo, un tzadik, aunque no lo parezca a simple vista, ya que de no ser así la tierra lo expulsaría tal como dice la Torá ‘Y la tierra expulsará a sus habitantes’’
Esto resulta muy extraño. ¿Podemos acaso considerar tzadikim a todos los que habitan Eretz Israel?
El Rebbe de Satmer intentó conciliar esta idea diciendo que cuando un no observante camina sobre la Tierra de Israel ésta no lo expulsa pero se esfuma de debajo de sus pies la santidad inherente de ésta, allí donde camina un laico es el extranjero y hasta que no se retira no vuelve ese sitio al nivel de Tierra Santa. Argumento sumamente complicado, el significado simple del Jesed Le Abraham parece ser mucho más profundo…
Una de las creencias erróneas más arraigadas en el público habla de que en el día del juicio Hashem recompensa más a quien tiene más mitzvot en su haber, más asiduamente puso tefilín o estudió más hojas de guemará. Nada más lejos de la verdad! Hashem no puede juzgar con justicia a gente diferente con la misma vara. Es como poner a correr a dos personas de diferente complexión física la misma carrera, un inválido con un atleta y premiar al vencedor, ¿es acaso justo?
Por esto hay dos criterios básicos en la sentencia celestial para cada individuo. Primeramente si ascendió o se superó peldaño por peldaño, paso a paso. En segundo lugar si realizó su potencial, si fue quien pudo ser.
a) Ascenso peldaño por peldaño.
El camino hacia Hashem lo podemos comparar a una escalera con numerosos peldaños.
Cada individuo nace en otro nivel, algunos reciben una excelente educación, otros crecen en familias asimiladas. Por eso la pregunta no es en qué sitio de la escalera alguien se encuentra sino cuántos peldaños logró escalar por propio mérito. Un transgresor del Shabat puede ser más querido a ojos de Hashem que un Rav importante ya que el primero proviene de un hogar donde recibió poca educación mientras que el Rav proviniendo de un hogar toraní puede ser que no se cuida lo suficiente en temas financieros o no cuida su boca al hablar.
El transgresor de Shabat a pesar de la presión social a la que está sometido cuida comer sólo carne casher y por ende sus esfuerzos y sus méritos son mayores. Hashem cuando juzga toma en cuenta todos los factores, origen, maestros etc. Cuando alguien se mejora un poquito en algo que le cuesta de sobremanera vale más que grandes avances en aquello para lo que tiene facilidad natural. Nosotros sabemos que la recompensa por cada precepto no es idéntica habiendo algunos más importantes o generales que otros desconociendo nosotros cómo se computa cada mérito.
b) Efectivización del potencial
Según este criterio, una persona es valorada por Hashem en la medida que efectiviza un alto porcentaje del potencial con el que vino al mundo. De esta manera una persona que puede ser considerada un gran tzadik en su medio social inmediato a ojos de Hashem no lo es ya que proviniendo de donde proviene y poseyendo las cualidades innatas que posee debería haber llegado mucho más lejos.
Por otra parte un judío simple que trabaja duro para mantener a su familia y a la noche, cansado de la jornada laboral va a estudiar al beit kneset y no pierde ni una clase, ¿Caben dudas de quién es más querido a ojos de Hashem? La sentencia divina es mucho más profunda, sólo El Eterno puede saber a qué dificultades debió enfrentarse cada persona en el camino a la superación, qué oportunidades tuvo, si las aprovechó o no.
Quien profundice en estos criterios verá que es imposible intentar descifrar los caminos de Hashem e inmediatamente deberá imbuirse de una gran humildad y no se apresurará a prejuzgar personas como justas o transgresoras.
Respecto de Rabán Iojanán Ben Zakai nos cuenta el Talmud (Sucá 28(1)) que estudió toda la Torá en su mayor completitud, Torá escrita y oral, halajot y relatos agádicos, su parte exotérica amén de la esotérica y sin embargo próximo a su muerte lloraba amargamente pues no estaba seguro de ser meritorio de acceder al mundo venidero. No se trata de falsa modestia, se trata de un grande de la Torá que sabe que la medida de Hashem no es la de los hombres, profusión de conocimientos no es necesariamente virtud.
El Talmud Jerosolimitano Cap I halajá 4 relata sobre un año de sequía que acaeció en días de Rabí Abahu. Durante esta catástrofe los rezos de ninguno de los sabios surtió efecto y la situación era cada día más desesperante. Una noche le dijeron del cielo en sueños a Rabí Abahu que Pentakaka (en griego cinco males) debía rezar.
Este judío se llamaba así pues todos los días transgredía cinco preceptos dado que dirigía un prostíbulo: alquilaba rameras, arreglaba la sala para el show, arreglaba las ropas, bailaba delante del público y tocaba allí música. Hete aquí que Pentakaka rezó y llovió. Al ver esto Rabí Abahu averiguó más sobre la vida de éste ya que quería encontrar qué acción lo hacía especialmente querido ante Dios. Descubrió que en una oportunidad vendió su cama para ayudar económicamente a una mujer y así evitó que ésta incurra en la prostitución. Al ver que se salvaron en su mérito la gente aprendió a no prejuzgar y lo tomaron como ejemplo de persona que evitó que mujeres judías adquieran malos hábitos.
De estamanera podemos entender las palabras del Jesed Le Abraham.
Si vamos a buscar méritos en la conducta de quienes hoy están alejados de la tradición encontraremos muchos sin lugar a duda. Por lo tanto, es posible que todo aquel que habite en Eretz Israel sea un tzadik si bien exteriormente puede parecer que no. ¿Acaso nosotros podemos juzgar certeramente a las personas, saber cuál es su verdadera naturaleza? Nosotros sólo vemos loexterior y nuestro intelecto es más que limitado. La sentencia de Hashem es diferente…
Por lo tanto carece de sentido la pregunta si es correcto que vengan no observantes a asentarse en Eretz Israel pues ¿quién puede saber a ciencia cierta el talante de cada persona? Es posible que un judío observante viva hoy en el exilio por que la Tierra de Israel lo expulsó. Todo este tema entra en la categoría de lo que nuestros sabios llamaron ‘para qué entrometerse en las cuentas de Dios’. Si esta idea de la prohibición de la aliá a los malvados figurase en la halajá habría quizás lugar a un estudio más puntilloso de la cuestión pero se trata de las cuentas celestiales y no tenemos mucho lo que opinar al respecto.
La cuenta halájica
La cuenta que nos obliga o compromete es otra. Así como es nuestro deber tratar de influir en un iehudí menos observante para que circuncide a su hijo pues esta mitzvá puede influirle para bien a largo plazo infundiéndole de mayor pureza o santidad asimismo debemos intentar acercar a todos los judíos que podamos a cumplir con el precepto de asentarse en Eretz Israel y Dios mediante la santidad del país le influenciará para bien. La aliá con seguridad aumenta en el iehudí las probabilidades del matrimonio endogámico y de que retorne a las fuentes en algún momento.
Es nuestro deber condenar o combatir las malas acciones pero no a las personas, quien comete una mala acción no es necesariamente malvado, todos nos equivocamos continuamente y no por eso nos transformamos en éticamente deleznables. Es pues nuestro deber identificar las cosas buenas de cada persona en el Pueblo de Israel y respetarlas en función de éstas.
¿Por qué la redención llega por intermedio del público no observante?
Según el libro Tashbetz Katán que citamos anteriormente (inciso 559) ninguna nación del mundo logró asentarse prolongadamente en Eretz Israel ya que ésta no dio sus frutos por causa de sus transgresiones.
‘‘La Tierra de Israel expulsa transgresores al punto que tampoco los gentiles pecadores logran asentarse en ella. Esta es la razón por la cual Eretz Israel se encuentra hoy desierta y no es dable encontrar en ella ciudades amuralladas y populosas como en los demás países.’’
Esto nos lleva a preguntar por qué Eretz Israel abrió sus puertas a los colonos les dio sus frutos transformando a Israel de país desértico en vergel y granero.
¿Cómo lograron poblar el país a pesar de que no observaban todos los preceptos de la Torá?
Nuevamente vemos que no podemos descifrar los designios de Hashem, al igual que carecemos de herramientas para entender lo que aconteció entre Iehudá y Tamar y sus consecuencias.
Que quede muy claro, esto no implica que hay un permiso especial para no cumplir con las mitzvot, cada quien tiene un potencial y Hashem juzga de acuerdo a los esfuerzos personales. Nadie de nosotros tiene derecho de atacar a Herzl,
éste nació en el seno de una familia asimilada que buscaba desprenderse de su judaísmo. A pesar de provenir de ese marco dedicó su vida a la construcción de la nación y el estado judíos y por efecto de su accionar centenas de miles viven hoy en día una vida religiosa plena. ¿Alguien de quienes critican a Herzl puede estar seguro de que creciendo en el marco que éste se educó podría haber resultado mejor?
¿Podemos saber si a ojos de Hashem Herzl es un tzadik o no? Es nuestro deber reconocer sus buenas acciones y no aprender de las malas pero no es nuestra prerrogativa el juzgarlo.
Capítulo X
¿Tiene valor el asentamiento en Eretz Israel como Mitzvá, si la persona no pone
intención (kavaná) de cumplir con la Mitzva misma?
Las mitzvot requieren intención |
Mérito y cumplimiento de una mitzvá son cosas independientes |
¿Mitzvá sin Kavaná? |
¿Qué se esconde detrás del nacionalismo judío? |
Las mitzvot requieren intención (kavaná)
En el Tratado de Rosh Hashaná del Talmud Babilonio 28(1) discuten nuestros sabios sobre si los preceptos requieren kavaná (intención) al cumplirlos para que tengan valor y la conclusión es que efectivamente requieren. ¿Qué mérito tiene entonces aquél que cumple con el precepto de ishuv (asentamiento en) Eretz Israel sin kavaná?
1) Mérito y cumplimiento de una mitzvá son cosas independientes.
La discusión de la guemará citada se centra únicamente en si la persona cumplió o no con su obligación mas mérito hay en toda acción preceptiva aunque no se haya cumplido completamente, ya que según la opinión minoritaria (que llegó al Shulján Aruj como opinión existente aunque no definitoria) de Raba la intención no es condición ‘sine qua non’ del cumplimiento. De todas maneras no queremos entrar en terreno discutido, si podemos afirmar que aunque no haya cumplimiento sin duda que existe mérito.
En muchos preceptos hay mérito sin intención, por ejemplo en la mitzvá de shijejá (abandonar para los pobres la cosecha que olvidé segar en el campo) según Rashi a Vaikrá 5:17, el estudio de Torá por curiosidad intelectual y no como deber, éste es igualmente beneficioso pues la ‘luz de ésta le rectifica’ (midrash Eijá Rabá, ptijta).
En el capítulo anterior vimos que tanto el rey Omrí como Esav hijo de Iaakov, a pesar de no ser tzadikim ni mucho menos, habitar y construir Eretz Israel les resultó meritorio ante Hashem. Un ejemplo extremo lo tenemos en la persona de Og rey de Bashán quien según Rashi a Bereshit 14:13 vino a informar a Abraham que Lot fue secuestrado con la esperanza de que nuestro patriarca muera en el intento de rescate y así poder desposar a Sara Imenu viuda. No sólo que su intención no fue de mitzvá sino que fue conspirativa y sin embargo años más tarde Moshé temió salir a la guerra contra éste por temor a aquel mérito (ver Rashi Bamidbar 21:34).
La mayoría de los judíos en Israel a la hora de comer prefieren comida casher, celebran sus bodas, britot y demás pronunciando las brajot y de acuerdo a la tradición, para formar un hogar prefieren una pareja judía y todo esto en un entorno que no necesariamente los educó en esa dirección. ¿No reflejan estas conductas una intención básica y a veces un poco oculta de cumplir con los preceptos de Hashem?
¿Por qué suponer que no tienen ninguna intención de cumplimiento a la hora de actuar?
¿Por qué pensar que Hashem no valora actos de bien aunque no sean exactamente de acuerdo con lo estipulado por la halajá?
¿Qué se esconde detrás del nacionalismo judío?
Hay judíos que sostienen que el móvil de su accionar no es religioso sino simplemente nacional, desean la preservación y florecimiento del Pueblo Judío. Esto no tiene ninguna lógica. ¿Qué importancia puede tener la preservación de una nación que es igual a todas las demás si el judaísmo no tiene un contenido especial? ¿Qué motivo puede tener para hacer aliá un judío acomodado de la diáspora?
¿Por qué tantos judíos no observantes se niegan a dividir Ierushalaim? ¿Qué importancia tiene un muro antiguo qué hace imposible su abandono en aras de un acuerdo político? ¿Por qué decide voluntarizarse a una unidad de combate y poner así en peligro su vida un muchacho que tiene la opción de irse del país? ¿Por qué tantos iehudim no observantes rechazan los matrimonios mixtos? ¿Qué tienen éstos de malo?
El argumento nacionalista no es suficiente, no se ha visto en la historia de la humanidad masas de jóvenes acomodados que abandonan todo para ir a una tierra primitiva a vivir en la pobreza e intentar reverdecer un desierto páramo. No hemos oído de un país que da jubilosamente ciudadanía a personas nacidas en confines remotos del planeta. ¿Por qué los judíos seculares de la diáspora buscan desesperadamente evitar la asimilación de sus hijos? ¿Qué otro pueblo erigió una Agencia Judía a los efectos de combatir la asimilación de terceras y cuartas generaciones de emigrantes o refugiados? ¿Acaso Japón desarrolló un instrumento
similar para preservar la identidad nacional de los descendientes de los miles de japoneses que emigraron a todos los rincones del mundo? Ningún no religioso tiene una respuesta a esto, dirán que se trata de algo meramente emocional, pero la verdad es que no solo amor nacional encontramos aquí sino un profundo sentir religioso en los corazones, sentimiento cubierto por miles de vestiduras y envolturas. En su más íntimo interior, aunque les de algo de timidez reconocerlo, buscan cumplir con la voluntad de Hashem.
En el caso de un judío que está tan alejado que se transformó en hostil al judaísmo nos dice el Rav Kuk que esta es una señal que perdió su chispa judía particular (segulá) y en un caso difícil como este es probable sus acciones carezcan de valor o mérito.(ver Igrot Haraaiá 555).
Capítulo XI
¿Tiene
valor religioso la bandera del Estado de Israel?
¿Se puede colgar en el beit kneset una bandera que es un símbolo civil y no religioso?
Hay quienes sostienen que la bandera del pueblo de Israel es la Torá y que no tenemos necesidad de telas pintadas o símbolos exteriores. El Rav Fainstein sentenció que no es apropiado ingresar la bandera en un sitio de santidad y hasta sería bueno dejar de emplearla para que no quede recuerdo del actuar de los malvados (Igrot Moshé Oraj Jaím I 46).
La Torá da mucha importancia a las banderas y dedicó varios versículos a los pabellones de cada tribu (ver Bamidbar 2:2) que Iaacov Avinu en persona se tomó el trabajo de diseñar y confeccionar (Rashí en Trat. Horaiot 6(2)). El Midrash Tanjuma 11-14 nos dice que los colores y motivos de cada emblema representaban el amor de Hashem por cada una de las tribus. A su vez Moshé instituyó una bandera general a todo el pueblo de Israel cuando salió de Egipto como señal de libertad e independencia (ver comentario de Rambán a Shmot 14:5).
¿Cuál es la importancia de la bandera?
El judaísmo es la única religión que exige a sus fieles formar parte de una nación. La esencia del nacionalismo judío es ser ‘‘un reino de sacerdotes y un pueblo santo.’’ Todas las naciones del mundo tienen orgullo nacional y lo expresan entre otras mediante el respeto a su emblema patrio. Nosotros debemos estar más que orgullosos de nuestra nacionalidad que es la esencia de nuestra existencia ‘‘puesto que eres un pueblo santo para Dios y a ti te ha elegido el Eterno para que le pertenezcas más que todos los demás pueblos que hay sobre la tierra’’(Devarim 14:2). No somos un simple cúmulo de individuos sino una nación completa que transita por el camino de Hashem. Para recalcar nuestro carácter de nación Moshé instauró una bandera que exprese entre otros el hecho de que salimos de la esclavitud libre y altivamente ‘‘con gran poderío y públicamente’’ según Rashi en Shemot 14:8.
Lamentablemente, durante los largos años del exilio nos acostumbramos a vivir en las penumbras, en la vergüenza de la esclavitud y olvidamos el orgullo nacional.
Vimos que el izado de una bandera nacional tiene implicaciones religiosas más que profundas y hoy que nuevamente somos libres del yugo de las naciones es menester flamearla con alegría y orgullo. Si conociésemos el diseño de la bandera que estipuló Moshé Rabeinu en el desierto seguramente la usaríamos, mas como no tenemos ningún indicio pensemos juntos cuál sería el mejor motivo para decorar nuestro
pabellón. Primeramente, en los últimos cientos de años el símbolo judío por excelencia ha sido el Maguén David o Escudo de David, éste decora fachadas de sinagogas, lápidas y cortinas sinagogales. La estrella de seis puntas representa el dominio de Hashem sobre toda la creación: arriba, abajo y los cuatro puntos cardinales. Se le adjudica a David ya que él siempre confió en quien reina los cuatro vientos y por lo tanto no temía a reyes de carne y hueso (Igrot Moshé Oraj Jaim 3:15).
No cabe duda que a la hora de confeccionar una bandera para el pueblo judío pondremos en su centro el símbolo ancestral más popular que es el Maguén David, así expresaremos nuestra confianza en la salvación de Hashem y no en nuestros recursos militares o políticos como el rey David que cantaba ‘‘Israel confía en Hashem pues Él los ayuda y protege’’ (Salmos 115:9).
Con total seguridad la bandera de Moshé Rabenu expresaba el hecho de que Am Israel era el pueblo de Dios y su compromiso con la Torá y las mitzvot. ¿Cómo podríamos expresar hoy día en nuestro pabellón nuestro compromiso con los seiscientos trece preceptos? Para esto tenemos una mitzvá especial que es la del tzitzit sobre la cual dice la Torá: ‘‘y verán el tzitzit y recordaréis todos los preceptos y los cumpliréis’’ (Bamidbar 15:39). El valor numérico de la palabra tzitzit sumado a sus ocho hilos y cinco nudos asciende a seiscientos trece por lo que esta mitzvá se corresponde o en cierta forma equivale a todas las demás. Por lo tanto, a los efectos de exteriorizar nuestro compromiso con la Torá y sus mandamientos nada mejor que ponerle a nuestra bandera dos franjas como las del talit que lleva al tzitzit en sus cuatro puntas.
¿Cuál es el mejor color para nuestra bandera?
Es apropiado elegir un color que represente nuestro intento o deseo de apegarnos a la Shejiná o Divina Presencia y este color es el celeste tal como dice el Talmud Babilonio en el Tratado de Sotá 17(1): ‘‘el celeste se parece al mar, el mar al cielo y el cielo al trono celestial’’
El celeste es una suerte de envoltura o vestidura de Hashem (Midrash Bamidbar Rabá 14:3) e inclusive el arca del pacto era recubierta de una tela celeste (Bamidbar 4:6). El Midrash Tanjuma a la Parashá de Shelaj (Bamidbar 30) nos dice que cuando el Pueblo de Israel contempla el tzitzit de color celeste parece como que la Divina Presencia se encuentra entre ellos. Es muy probable que si Israel se hubiese constituido como estado religioso halájico nuestra actual bandera sería exactamente la que los sabios de la generación habrían elegido.
Este pabellón sería el que colgaríamos en nuestra ventana el Día de la Independencia, lo colocaríamos en el beit kneset y flameándolo alegre y orgullosamente declararíamos: en efecto, ¡Somos el pueblo de Hashem!
Vean que maravilla, los padres fundadores del sionismo sin ser personas religiosas nos legaron la bandera más religiosa que podían habernos ideado.
David Wolfsohn, delegado al primer congreso sionista en 1897 nos relata que el motivo por el cual Herzl adoptó la actual bandera fue por su similitud a un talit de oración.
Vimos anteriormente que el sionismo no religioso no es algo vacío ni mucho menos sino que esconde en su interior un mensaje judío rico y profundo que a veces es más consciente y a veces menos. Por lo tanto debemos cuidarnos mucho de no limitar la realidad a laicos y religiosos ya que no hay judío que cumpla todas las mitzvot a la perfección ni judío que no cumpla con parte de las mismas. Cada uno de nosotros se encuentra en otro estado de evolución con sus desafíos personales y sus debilidades particulares. En resumen, la bandera no es laica sino que expresa de forma maravillosa la esencia espiritual nacional de Israel.
¿Qué representa la bandera hoy?
Hay quienes dicen que la bandera de hoy representa el estado laico, pero debemos corregir este error, el Estado de Israel no es ni laico ni religioso sino que es la estructura en torno de la cual se desarrolla la vida nacional hoy día y su tenor depende del contenido que nosotros le demos. El estado es una hoja en blanco, puede ser sagrada profana o neutra dependiendo de qué escribamos sobre ella. La situación del Pueblo Judío y el carácter del estado dependen en gran forma de cómo logremos influir y qué hagamos en el terreno, cierto es que la mayoría de la nación no es observante pero esa es la realidad y no hay más alternativa que reconocerla tal como es, nos guste o no nos guste.
El profeta Oshea
El Talmud en el Tratado de Pesajim 87(1) nos relata que el profeta Oshea le sugirió a Hashem cambiar al Pueblo de Israel como pueblo elegido por otra nación. Dios le ordenó que despose una prostituta y una vez que tuvieron hijos que la divorcie con los niños. De esto aprendió que aunque se porte mejor o peor un hijo es siempre un hijo y pase lo que pase no se cambian por otros.
El Pueblo de Israel es hoy el pueblo amado por Dios . La bandera representa a la nación que aparentemente se encuentra alejada de las tradiciones pero sigue siendo el pueblo que Hashem eligió y por lo tanto nuestro deber hoy no es anular toda expresión de nacionalismo sino difundir con amor y paciencia la esencia verdadera del judaísmo y así esperemos que pronto en nuestros días la bandera represente orgullosamente a ojos de todos los iehudim el hecho de ser el pueblo de Dios.
Capítulo XII
¿Es permitido relacionarse con judíos no observantes?
En días de los profetas |
¿A quién definimos como malvado? |
El propósito de la asociación |
Declaración de intenciones |
Omisión de participación en una mitzvá |
Mitzvot públicas y privadas |
¡Saquemos cuentas! |
La no asociación con judíos no observantes es el argumento mayormente esgrimido por diferentes sectores del mundo religioso judío a la hora de no participar de las elecciones generales a la Kneset, no recibir dinero del seguro social israelí o no querer participar plenamente del gabinete gubernativo. Hay quienes no están dispuestos a ser parte de ninguna organización sionista o general que no sea conformada exclusivamente por religiosos.
En el primer libro de Reyes cap. 22 leemos que el nada observante rey de Israel Ajav quería conquistar la ciudad de Ramot Guilad y para eso pidió ayuda del sí observante Iehoshafat rey de Iehudá. La campaña fue exitosa y al retornar Iehoshafat del combate le increpó el profeta diciéndole: ‘‘¿Acaso al malvado has de ayudar y al blasfemo amar? ¡Por esto Hashem te repudia!’’(Crónicas19:2).
Al poco tiempo Iehoshafat incurrió en el mismo error. El tampoco observante Ajaziá hijo de Ajav rey de Israel quería traer oro desde una isla lejana y para eso necesitaba invertir una gran suma de dinero en barcos, empresa para la cual involucró a Iehoshafat. Los navíos se hundieron tras lo cual nuevamente le increpó el profeta: ‘‘al unirte a Ajaziá, Hashem hizo fracasar tu empresa’’ (Crónicas 20:37). De aquí aprendió Nitai Ha Arbelí su famosa máxima ‘‘Aléjate del mal vecino y no te unas al malvado’’ (Tratado de Avot I mishná 7).
En el libro Avot de Rabí Natán cap. 9 leemos:
‘‘No te unas al malvado, de aquí aprendemos que no debe uno asociarse a un hombre malo ni a un hombre malvado pues Hashem desbarata los planes y hace fracasar los emprendimientos tal como le ocurrió a Iehoshafat rey de Iehudá… no te asocies con el malvado ni siquiera para acercarlo a la Torá’’
Más adelante en el capítulo 16:
‘‘No te unas al malvado ya que quien lo hace al final recibe de éste algo’’
Es importante puntualizar que el rey Iehoshafat, después del hundimiento de los navíos volverá a colaborar con los reyes de Israel. Esta vez lo hará con Iehoram hijo de Ajav en la guerra contra Moab de la cual no sólo salió victorioso sino que ningún profeta vino a rezongarlo. Todo lo contrario, el profeta Elisha que se negó a hablar con Iehoram le pronosticó-deseó a Iehoshafat éxito en el emprendimiento (Segundo
libro de Reyes 3:14-19). Resulta que no todos los malvados son iguales y no todas las situaciones guardan similitud.
De todas formas la pregunta inicial sigue en pie y es si participar plenamente del ejército, del gobierno o cualquier otra institución general implica traspasar la prohibición de asociarse al malvado.
A estapregunta daremos algunas respuestas:
1) ¿A quién definimos como malvado (Rashá)?
Ya explicamos en el capítulo anterior que nuestros hermanos no observantes no obedecen de ninguna manera a la definición de malvados. Probablemente extraviados o a la búsqueda de la verdad pero nunca malvados. Ya mencionamos anteriormente las maravillosas expresiones de amor al prójimo que presenciamos en el Israel de hoy de la mano de quienes aparentemente menos observan.
2) El propósito de la asociación
En el caso de Iehoshafat vemos que la asociación fue condenada por el profeta cuando ésta obedecía únicamente a los intereses del rey de Israel, pero cuando el interés era común no hubo oposición.
Tomemos por ejemplo un condominio. ¿A alguien se le ocurre no participar del comité de vecinos por que allí se encuentra un vecino malvado y así depositar la dirección del condominio y la administración de los fondos comunes en sus exclusivas manos por no dignarse a participar del forum?
Lo mismo es un estado. ¿Qué sentido tiene no participar de ninguna instancia de gobierno? ¿Acaso sería lógico abandonar la administración de las propiedades comunes de mano de gente que pensamos que está equivocada en su camino?
Iehoshafat se incorporó a la guerra de Ajav sin expresar públicamente ninguna reserva respecto de éste. Hoy en día a todos queda claro que el público observante no está de acuerdo con el carácter secular del estado y sus representantes en la Kneset públicamente intentan influir a los efectos de modificar esta tendencia. Es claro para todos que la participación en las instancias públicas y colectivas tiene el propósito de influir en ellas y mejorarlas. El Rav Eliezer Waldman en su libro Tzitz Eliezer Hiljot Mediná cap. III nos dice: ‘‘Los diputados religiosos no se conducen como sus colegas seculares y manifiestan su desacuerdo
en la Kneset y por lo tanto la participación de éstos en el parlamento no se considera problemática’’
4)Omisión de participación en una mitzvá
El asentamiento en Eretz Israel y la defensa de sus habitantes son parte de los preceptos de la Torá. ¿Acaso puede alguien librarse del cumplimiento de estos preceptos con la excusa de que parte de los que participan de la empresa no son suficientemente observantes para su gusto? ¿Permite acaso la halajá a un judío negarse a enterrar un muerto so pretexto de que parte de los camilleros no son suficientemente religiosos? ¿Los voluntarios ortodoxos de la organización Zaka que recogen los restos de los muertos de los atentados transgreden al trabajar conjuntamente con la policía? ¿Un Beit Din (tribunal rabínico) está exento de ocuparse del brit milá de un niño son pretexto de que la conducta de su padre es objetable?
La respuesta es que en el cumplimiento de los preceptos hay que participar de todas formas y esperar que en mérito de las buenas acciones los descarriados se encaminen, hasta la teshuvá final y completa.
5) Mitzvot públicas y privadas
Hay preceptos cuyo cumplimiento son responsabilidad exclusiva del individuo como por ejemplo cuidar Shabat o colocar Tefilín y hay preceptos cuyo cumplimiento es responsabilidad de la comunidad toda como nombrar un rey para Israel. El precepto de asentarse en la Tierra de Israel es individual, pero la Mitzvá de conquistarla recae sobre la nación toda y solo mediante un esfuerzo colectivo de todas las partes se puede llevar a cabo.
De todas maneras debemos concluir este capítulo con una importantísima puntualización.
Hay casos en los cuales la participación o asociación con iehudim no religiosos puede ser problemática y hay a quienes ésta les puede influir perniciosamente en lo que a observancia respecta. Cada ser humano es especial y peculiar, por lo tanto a la hora de enrolarse en el ejército puede ser importante aconsejarse con una autoridad halájica cuándo hacerlo y en el marcode qué unidad. A veces es mejor posponer el enrolamiento en un año para reforzarse en lo referente a Torá y mitzvot no vaya a ser que por cumplir un precepto nos perdamos muchos otros. Es pues menester analizar cadasituación por separado y asegurarse que en marcos comunes uno tenga mayores probabilidades de influir que de ser influenciado.
Capítulo XIII
¿Está permitido orar por el suceso de transgresores?
¿Se puede cambiar nuestra tradición ancestral y agregar partes a la tefilá como por ejemplo la bendición por el Estado de Israel? |
Cómo se debe decir esta plegaria |
¿Se puede cambiar nuestra tradición ancestral y agregar partes a la tefilá como por ejemplo la bendición por el Estado de Israel?
Aquellos que evitan recitar la bendición por el Estado de Israel son quienes están innovando y desviándose de la ancestral tradición del Pueblo Judío. Remontémonos a los días del profeta Iermiahu que dijo a los exiliados judíos que marchaban a Babilonia: ‘‘Orad por la paz del sitio al cual yo os exilio pues si éste tendrá paz también la tendréis vosotros’’ (Iermiahu 29:7)
En base a estas palabras sentenciaron nuestros sabios en la Mishná Tratado de Avot 3:2 ‘‘Debes rezar por la paz del reino que de no ser por el temor que infunde, uno se comería vivo a su prójimo’’.
Los comentaristas clásicos de la Mishná como Rabenu Ioná, Tiferet Israel y otros explican que en esta plegaria el individuo expresa su preocupación por el bien colectivo.
El Rav Abudraham en las halajot de la lectura de la Torá escribe que ‘‘es tradición rezar por el rey para que triunfe sobre sus enemigos.’’ Según éste la ubicación de esta plegaria es a continuación de la lectura de la Torá y previo a Musaf. El Jatam Sofer condenó duramente a quienes quisieron suprimir esta tefilá (Jatam Sofer VI 95).
Los judíos en todo el mundo rezaron siempre por la paz del reino que habitaban, los judíos de Austria lo hicieron por el Emperador Francisco José mientras que los judíos rusos lo hacían por el Zar Nicolás.
La plegaria no tiene como objeto el suceso del malvado en sus malas acciones sino el éxito en la labor gubernativa en beneficio de los habitantes. Más aún, la versión actual de la Tefilá Lishlom Hamediná o plegaria por la paz del Estado de Israel incluye al final una frase que pide Hashem permita que retornemos todos pronto en teshuvá completa.
Cómo se debe decir esta plegaria
Esta tefilá se pronunció a lo largo de toda la historia judía con sumo respeto y de pie, no solamente por temor al rey sino por respeto a la institución gubernativa que la halajá prescribe. Moshé fue respetuoso con el Faraón rey de Egipto al igual que el profeta Eliahu lo fue con Ajav rey de Israel (ver comentario de Rashi a Bereshit 48:2).
El honor al rey no es una cuestión particular o personal sino que se deriva de ser el representante de la comunidad toda y aunque no sea tzadik su honor es el honor del pueblo todo, quien desaira al rey falta el respeto a sus súbditos.
En el capítulo VIII mencionamos ya que el gobierno israelí de hoy es el más confortable colaborador del mundo con los judíos observantes y no merece menos que e Emperador Francisco José de Austria. Y a propósito, la tefilá por los soldados del Ejército de Defensa de Israel es el mínimo que se puede pedir para quienes velan día y noche con total entrega por nuestra integridad física…
Capítulo XIV
El retroceso espiritual y la retirada del Ejército de Defensa de Israel de partes de Eretz
Israel, ¿No nos indican quizás que nos hemos equivocado con respecto al Estado?
¿Puede ser todo esto parte de la redención?
La redención de Egipto |
La segunda redención |
¿Por qué hay retrocesos? |
La redención de Egipto
Las quejas que oímos hoy día respecto de los aparentes retrocesos en el camino a la redención fueron escuchadas ya hace muchísimos años. Vayamos al ejemplo de Moshé Rabeinu que sale a buscar su oveja extraviada y Hashem se le revela en la zarza ardiente y lo envía a anunciar al Pueblo de Israel que ha llegado la hora de la liberación. Moshé se presenta ante sus hermanos con maravillas y milagros, éstos
le creen jubilosamente y le agradecen a Dios ‘‘Y el pueblo creyó al escuchar que Hashem los recordó y vio su desgracia y se prosternaron’’ (Shemot 4:31).
Luego viene el aparente retroceso, el Faraón no le cree a Moshé y como represalia por su osadía aumenta la carga sobre sus siervos hebreos y así por el lapso de medio año antes de que la situación mejore va a empeorar sustancialmente. Moshé protesta ante Hashem ‘‘¿Por qué has perjudicado a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? Desde que comparecí ante el Faraón para hablar en Tu nombre la situación del pueblo empeoró y Tú no los salvaste’’ (Shemot 5:21).
La reacción de Hashem fue dura. ¿Por qué intentas entender mis designios? Le reprochó. ¿Por qué no me aceptas como los patriarcas sin inquirir tras mis intenciones?
El Rambán cita aquí un midrash en Shir Hashirim Rabá 2:
‘‘Mi amado es como el cervatillo, así como este se esconde y aparece en el bosque así es la redención de Israel, se manifiesta y se esconde y se vuelve a manifestar’’
Este midrash agrega que así será la redención futura.
Volviendo a Egipto, hubo más retrocesos, el pueblo en vez de escapar de Egipto quería volver y someterse (Shemot 14:2), a orillas del mar parecía todo perdido hasta que éste se abrió (Shemot 14:10) y en el desierto, camino a Eretz Israel y la redención hubieron bastantes problemas.
La segunda redención
De igual forma llegó la segunda redención. El rey Coresh (Ciro de Persia) dio permiso para retornar a Israel y construir el Templo en los días de Ezra y el primer retroceso acaeció cuando cientos de miles se negaron a sumarse a la empresa.
Luego de iniciado el proceso el rey suspendió el permiso de construcción (Ezra 4:24). Veintidós años fue suspendido el servicio en el Templo hasta su reinicio.
En esos días el pueblo retrocedió mucho en lo espiritual tal como lo vimos en el capítulo IX. Una vez estabilizado el Templo vino el retroceso de la era helénica que fue revertido recién en días de los Jashmonaím.
Es importante recordar que la mayor parte de los retrocesos son por efecto de negligencia del público religioso que demoró en sumarse a la construcción del estado. El sionismo religioso se desarrolló considerablemente después que su homólogo secular y eso explica la distribución de las hegemonías en el mundo judío de hoy. De sumarnos a tiempo a la labor constructora, la Suprema Corte de Justicia
y los medios de comunicación estarían hoy en manos de gente observante y las discusiones sobre nuestro derecho a la tierra se habrían resuelto hace tiempo.
Pero desperdiciamos la oportunidad y tenemos que corregir el error con mucho esfuerzo y tesón.
Capítulo XV
¿Qué seguridad tenemos de que ésta es la verdadera redención?
¿Dónde tenemos un profeta hoy día que nos diga qué estamos llegando a la redención
anunciada?
¿Quién tiene autoridad como para determinar qué es la redención?
Un simple razonamiento |
Reunión de las diásporas |
El florecimiento de Eretz Israel |
Demás señales claras que trae la guemará |
Sojuzgamiento a los reinos extranjeros |
El maravilloso éxito del sionismo |
Antes de comenzar a responder estas interrogantes de manera minuciosa fundamentada y pormenorizada debemos entender que la postura que sostiene que estamos en el comienzo de la redención profetizada es sumamente razonable y fundamentada en hechos concretos claros y evidentes.
El Pueblo Judío salió al exilio como castigo por sus transgresiones y se le profetizó que retornaría de todos los confines del mundo y volvería a disfrutar de soberanía en su tierra. La reunión de las diásporas y el asentamiento en Eretz Israel son parte integral del proceso de redención que esperamos y en nuestra generación todo esto comenzó a concretizarse. Quien contemple esta época en profundidad verá que la mano de Hashem está operando la maravilla del retorno a Sión.
La gueulá incluye también un ascenso espiritual, mas ya vimos en capítulos anteriores que el proceso de redención es largo y gradual. En las redenciones anteriores con Moshé y Ezra la independencia política antecedió a la elevación espiritual.
En días de Ezra y Nejemia no necesitaron de la indicación de un profeta para volver a Eretz Israel, asentarse allí y erigir un gobierno judío son mitzvot de la Torá que hay que cumplir de todas maneras tal que desde el momento en que las naciones del mundo dejan de impedirlo no hay ninguna razón para demorarse en el cumplimiento.
Maimónides nos dice que la dirección profética es necesaria halájicamente solo a los efectos de la construcción del Templo y la implementación del servicio en éste (Mishné Torá Hiljot Beit Habejirá 2:4).
La mayoría de los que ponen en duda que estemos viviendo la era mesiánica lo hacen por estar siendo dirigida por judíos no observantes, si el Estado de Israel fuese manejado por Rabanim y Talmidei Jajamim (sabios) nadie de éstos negaría que todas las señales indican que se trata de la gueulá.
De todas maneras responderemos a estas interrogantes fundamentándonos sólidamente en las fuentes. Entre los rabinos sionistas encontramos seis explicaciones, tres se derivan de textos talmúdicos explícitos y tres lo hacen a partir de una contemplación y análisis de cómo Hashem conduce al mundo.
En capítulos anteriores explicamos que si la redención llega en el plazo máximo estipulado por Hashem, ‘‘beitá’’ (a su tiempo) ésta tendrá lugar lenta y paulatinamente y aún no hemos llegado a su punto final. Hace ya décadas que nos encontramos en pleno proceso y esperamos que avance rápidamente.
En el Tratado de Meguilá del Talmud Babilonio 17(2) tenemos una discusión que es central en este tema. La guemará explica el orden de las bendiciones y dice que la berajá de la redención (Goel Israel) es la séptima dado que ésta acaecerá en el año sabático que es el séptimo. Luego se nos aclara que la redención en sí no comenzará el séptimo año sino que en éste sobrevendrán las guerras previas a la aparición del Mashíaj. La guemará llama a estas guerras con el nombre de Atjalta de Gueula o inicio de la redención. De aquí es que extraemos el concepto y el Talmud indica claramente que los pasos previos a la redención son de hecho su inicio.
La guemará continúa describiendo el orden de la gueulá de acuerdo con el orden de las brajot, 1) La guerra que es llamada inicio de la redención, 2) La Tierra de Israel vuelve a dar sus frutos (bircat hashanim), 3) Reunión de las diásporas (tká beshofar), 4) Los jueces de Israel juzgarán a los malvados (hashivá shofteinu), 5) Desaparecerán los criminales (velamalshinim), 6) Los tzadikim volverán a su original importancia (al hatzadikim), 7) Esto ocurrirá en Ierushalaim (velirushalaim irjá),… 10) Como Ierushalaim está construida viene David (et tzemaj David), 11) Como llegó David llega la tefilá (shomea tefilá), 12) Y como llegó la tefilá viene también el servicio del Templo (retzé), 13) Le agradecemos a Hashem (modim).
Este texto de la guemará se transformó en halajá y hoy ordenamos así nuestros rezos tres veces al día.
Estas señales de la redención las vemos hoy claramente, los pioneros reverdecieron una tierra desierta que volvió a dar sus frutos tras largas centurias, cinco millones de judíos se agruparon en Israel y la reunión de las diásporas está en pleno apogeo. Tres de los pasos ya se iniciaron por lo que podemos estar tranquilos que el proceso todo ya comenzó.
En el libro de responsa Ieshuot Malkó-Ioré Deá 66- Rabí Iehoshúa de Kutna (1820-1893) sentencia:
‘‘No cabe duda que se trata de una gran mitzvá ya que la reunión de las diásporas es el inicio de la redención’’
El Rav Eliezer Waldman concuerda en este punto y escribe en su libro Tzitz Eliezer VII 48 que la mera reunión de los exilios es el inicio de la redención.
Najmánides, el Rambán, dice que el inicio de la redención será cuando las naciones permitan el retorno de parte de los judíos y luego Hashem agregará el resto tal como está escrito ‘‘Y Dios hará retornar a tus cautivos y se apiadará de ti y nuevamente te reunirá’’
El Malbim en su exégesis a la Torá al analizar Ieshaiahu 7:66 sostiene que ‘‘tengo varias pruebas de los versículos tal como yo los entiendo que indican que el asentamiento en Eretz Israel antecede al arribo del Mashíaj’’.
Nos encontramos pues solamente en la tercera etapa que es la reunión de las diásporas, seguimos a la espera de las próximas fases de la redención entre ellas el arribo del hijo de David.
2) El florecimiento de Eretz Israel
En la guemará que vimos anteriormente la segunda etapa de la gueulá implica el florecimiento de Eretz Israel. Este punto es desarrollado extensamente en el Tratado de Sanhedrín, pero para comprenderlo más cabalmente debemos anticipar el comentario del Rambán a una de las promesas proféticas que aparecen en la Torá respecto de la Tierra de Israel: ‘‘Y haré que la tierra se convierta en un desierto y vuestros enemigos se asombrarán de ello’’ (Vaikrá 26:32). Uno de los castigos del exilio pasa por la desertificación del país y aquí según Rambán atrás del castigo se esconde una gran bendición ya que por efecto de la
desertificación ninguno de los invasores extranjeros va a poder realmente ocupar el país y este permanecerá vacío a la espera de nuestro retorno.
Así lo expresaba Rambán: ‘‘No has de encontrar en todo el mundo habitado otro ejemplo de una tierra fértil y generosa que se transformó en inhabitable y que desde que la abandonamos varias naciones intentaron poblarla sin éxito’’
Este panorama lo vivió el Rambán personalmente al visitar el país en 1267 y sus descripciones figuran en la carta que le envió a su hijo.
Otro exégeta medieval, Rabeinu Bejaiei Ibn Pekuda comenta así un pasaje de Bereshit 17:8: ‘‘Es una gran señal para el Pueblo de Israel que desde el día en que fueron exiliados de su tierra ninguna nación logró realmente asentarse, ella permanece desierta y estéril hasta que vuelvan a ella sus pichones’’.
En el libro Sefer Tashbetz Hakatán que citamos en el capítulo IX aparece un concepto en este mismo sentido. La promesa de la Torá se cumplió a lo largo de todas estas generaciones y lo sabemos también de fuentes no judías como ser el famoso escritor norteamericano Mark Twain quien visitó el país en 1867 y así describe lo que vio:
‘‘País desierto con una tierra bastante rica pero cubierta de malezas, extensión yerma y doliente. El abandono aquí es tal que resulta inimaginable concebir que pueda haber aquí esplendor o labor. Llegamos finalmente al Monte Tabor…a lo largo de todo el camino no vimos una sola alma…no hay casi por ninguna parte un árbol plantado o un arbusto, inclusive el olivo y el cactus sabra que son habituales
en los espacios públicos locales parecen haber desaparecido del paisaje…Eretz Israel está de duelo, sobrevuela sobre ésta el encanto de una maldición que quemó sus campos y encadenó sus potenciales. Eretz Israel está desierta y carente de gracia, nuevamente no pertenece a este mundo de la acción’’.
Todos los viajeros que arribaron en esta época cuentan lo mismo del país, la tierra no permitió a nadie el asentamiento. A la luz de estas descripciones releamos la profecía de Ezequiel respecto de las ciudades de Israel:
‘‘Pero vosotras oh montañas de Israel, haced brotar vuestros pimpollos y dad vuestro fruto a Mi Pueblo Israel porque están cercanos…y multiplicaré a los hombres sobre vosotras…y las ciudades serán habitadas y en los lugares desiertos habrá reedificación’’ (Ezequiel 36:8-12)
El profeta pronostica el florecimiento del país previo al retorno de sus hijos y como la inhabitabilidad del país es una promesa de la Torá podemos confiar en ésta como medidor del punto inicial del proceso redentor. Esta halajá fue formulada claramente por Rabí Aba en la guemará en el Tratado de Sanhedrín 98(1):
‘‘No hay final más revelado que éste ya que está escrito: ‘Pero vosotras oh montañas de Israel haced brotar vuestros pimpollos y dad vuestro fruto a Mi Pueblo Israel’ etc.’’
A esto Rashi comenta: ‘‘cuando Eretz Israel de su fruto en abundancia sabremos que se acercó el final y no hay final más revelado que éste’’
Rabí Aba señala que no da más señales del inicio de la redención sino que da uno claro y evidente. El supuso que cuando comience la redención las personas dudarían por eso indicó una señal que no da lugar a equívocos. Rashí agregó que no hay que esperar frutos específicos sino simplemente la abundancia de éstos. Esta situación sin lugar a dudas se da en nuestros días por primera vez.
Con anterioridad al surgimiento del movimiento sionista Rabí Akiva Iguer sostuvo que si se logra cosechar frutos será una señal evidente de manifestación del final (testimonio de su discípulo el Rav Kalisher en su libro Shivat Tzión II pág. 2-51).
Demás señales claras que trae la guemará
En el mismo pasaje que hemos estado analizando diferentes sabios agregan señales suplementarias del inicio de la era de la redención. Rabí Elazar da como señales que no habrá salario para el Hombre
o la bestia y no habrá paz entre los sabios. Shmuel señala que los precios en los diferentes mercados serán todos iguales. Estas tres señales se han cumplido en nuestros días.
El tema de las relaciones entre los sabios lamentablemente es más que evidente. Nosotros somos testigos de cómo Rabanim de determinados sectores no están dispuestos a escuchar a colegas de otros, si un Rav pertenece a una determinada jasidut (grupo jasídico) o a otra, a un sector o a otro, no se le dará el uso de la palabra o no se mencionarán o publicarán sus escritos en tal o cual ieshivá, sus libros serán censurados y sus innovaciones en Torá ignoradas. En los diarios que se llaman a sí mismos jaredim se excluye el título de Rabino a aquél sabio que no pertenece estrictamente a la misma corriente política.
El Jafetz Jaím explicó que la revolución industrial y la mecanización de la producción llevaron al cumplimiento de la segunda señal y es que la producción hoy prescinde en gran manera del hombre y del animal.
El comercio internacional ha llevado a la paridad de precios en los diferentes mercados:
‘‘Vemos con nuestros ojos cómo se están cumpliendo todas las señales…previo a la llegada del Mashíaj, vemos cómo por efecto de la profusión de vías férreas y maquinarias no se necesita de hombres y animales como antaño, también está escrito que todos los precios estarán a la par y vemos cómo la cosecha vale lo mismo en todas partes. Hay en la guemará más señales y es evidente que se están cumpliendo todas pero ahora vivimos los dolores del parto, tal como en los finales del exilio en Egipto cuando Moshé ya les había anunciado la redención las condiciones de la esclavitud aún empeoraron’’ (Shem Olám Shaar Hahitjazkut
12,2).
3)Sojuzgamiento a los reinos extranjeros
En reiteradas oportunidades menciona la guemará que la quintaesencia de la redención pasa por la independencia política.
‘‘No hay entre nuestros días y los mesiánicos más que sojuzgamiento a reinos extranjeros’’ (Sanhedrín99(1)).
El Rambám en su libro Mishné Torá (Hiljot Teshuvá 9-2) sentencia para la halajá que la esencia de la redención es la liberación del yugo opresor:
‘‘Los días del Mashíaj serán en este mundo y el mundo se conducirá como de costumbre. La diferencia radicará en que el gobierno volverá a manos de Israel, pues ya dijeron nuestros sabios: no hay entre nuestros días y los mesiánicos más que sojuzgamiento a reinos extranjeros’’
El Rambám describe esta nueva era como una en la cual se puede estudiar Torá y cumplir mitzvot sin dificultades y esto tal como lo detallamos en el capítulo VIII se está dando en nuestra generación con creces. Por lo tanto vemos que la independencia política es parte central de la redención.
Maimónides sentenciará así la halajá en Hiljot Melajim 12-2. Describe allí la redención con un rey que conquistará el país y si bien aún no hemos tenido un gobernante que sea grande en la Torá el escenario está listo para su aparición ya que para que surja un rey es menester que exista primero un marco político. Si un próximo Primer Ministro va a ser estudioso de la Torá y observante de sus preceptos va a tener serias posibilidades de poder cumplir con el resto de las condiciones descritas por el Rambám.
Muchos años antes del levantamiento del Estado de Israel, el Rav Akiva Iosef Schlesinger (1838-1922) escribió lo siguiente en su libro Kolel Haivrim pag. 19:
‘‘Es imposible negar que gracias a Dios se están cumpliendo las palabras de la guemará sentenciadas en la halajá por el Rambám respecto de que no hay entre nuestros días y los mesiánicos más que sojuzgamiento a reinos extranjeros ya que este gobierno (el Mandato Británico) no somete a Israel en nada ni nos dificulta el cumplimiento de las mitzvot. Bendito Sea Hashem cada uno es libre de actuar como le plazca y puede ir por el camino de la Torá de la mejor forma y no cabe duda que se trata del inicio de la redención (atjalta de gueula).
4) El maravilloso éxito del sionismo
Todo aquel que observe detenidamente el meteórico ascenso y rotundo éxito del movimiento sionista no puede menos que notar la enorme ayuda del cielo con la que contó. Si leemos las críticas y burlas que sufrió Herzl en vida a raíz de que nadie creía que su idea sea practicable. ¿A alguien se le ocurre que se puede hoy convencer a cientos de miles de judíos que emigren a Eretz Israel a pesar de que hoy el país no es un árido desierto como entonces? ¿Cómo hizo Herzl, un periodista asimilado y semianónimo para convencer a decenas de miles de jóvenes a dejar todo y asentarse en Eretz Israel? ¿No es sorprendente a que a su
llamado al primer congreso sionista acudieron cientos de participantes voluntarios de todas las comunidades judías que pagaron de su bolsillo privado los costes del transporte y el hotel para dar inicio a la empresa nacional?
¿Podríamos hoy hacer cosa semejante?
¿Cómo lograron los pioneros asentarse en un país inhóspito, secar pantanos, vencer a la malaria y reverdecer un páramo que tantos otros antes no lograron reverdecer?
No existe semejante antecedente en la historia universal de un pueblo que se logra reorganizar nacionalmente tras miles de años de exilio y dispersión.
No sin razón, consideraron muchos en días de Herzl el resurgimiento nacional estatal judío como una fantasía alocada. La idea de Herzl no era real, pero con ayuda de Hashem se levantó y anduvo. ¿Cómo logró el novel estado judío enfrentar tantas guerras exitosamente en las cuales llevaba tanta desventaja numérica? ¿No es acaso milagroso?
Con anterioridad a Herzl, el Rav Shmuel Moholiver escribió:
‘‘¿No véis acaso la mano de Dios en lo que nos está ocurriendo? En el transcurso de seis años se levantaron de la nada aldeas y ciudades, pozos de agua fueron excavados y rebaños criados, los campos rebosan de trigo y cebada, viñedos cubren las montañas. Catorce colonias se fundaron y en ellas trabajan tres mil judíos en sitios donde el arado no podía penetrar de tantas malezas y espinas…
Ierushalaim la desierta y abandonada renovó increíblemente sus bríos cual águila. ¿No es acaso todo esto una señal de que Hashem se acordó de Su pueblo y de Su tierra y no abandonó a Su ciudad sagrada? Nadie en su sano juicio podía haber previsto que todo esto ocurriría en tan sólo seis años. ¿Alguien puede tener el coraje de sostener que no es la mano de Hashem que ha obrado todo esto?’’ (Shivat Tzión I pág. 13-14).
Tras los milagrosos acontecimientos de la Guerra de la Independencia el Rav Tzví Pesaj Frank z¨l (Rabino en jefe de Irushalaim) escribía:
‘‘Hace ya como dos años que presenciamos que Hashem recordó a Su pueblo y le concedió el inicio de la redención, la mayor parte de Eretz Israel Occidental fue conquistada por el Ejército de Defensa de Israel…’’
(Drishat Tzión pág. 48).
Hay quienes sostienen que el establecimiento del Estado de Israel es una acción de Satán, pero nosotros nos remitimos a la guemará que dice: ‘‘¿De dónde provienen los milagros? Del Santo Bendito Sea!’’ (Tratado de Brajot 50(1)).
Capítulo XVI
¿Qué importancia tiene saber si la redención efectivamente comenzó o no?
¿Qué implicancia halájica tiene la decisión de que el Estado de Israel sea el inicio
de la redención más allá de la obligatoriedad de la recitación del Halel en Iom
Haatzmaut y Iom Ierushalaim?
La influencia de esta cuestión en otros temas.
Aparentemente el tema sionista no tiene implicancias halájicas en otros asuntos, pero si observamos la realidad en una perspectiva amplia vemos que existe una ligazón importante que determina posturas en variadas discusiones aparentemente no relacionadas. La postura ante la pregunta sionista influye sobre las posturas en áreas como ser el estilo de vida de un individuo, la disposición o no a la entrega de territorios a cambio de paz, el asentamiento en todas las zonas del país, el servicio militar, el estudio de una profesión, la participación en instituciones lideradas por no observantes, el permiso de venta de tierras en el año sabático, la donación o no de órganos, actitud ante el Rabinato de Israel y hasta la vestimenta o apariencia exterior.
Vemos que hay una relación significativa entre la postura ante el sionismo y la actitud en otras diferentes áreas, la cuestión de la redención se deriva en otras discusiones y nuestra pregunta es ¿por qué?
Esta pregunta es sumamente profunda y responderla en el marco de esta publicación presenta no pocas dificultades, de todas formas trataremos de destacar una serie de puntos para pensar y discutir sin agotar las posibilidades de desarrollo que el tema promete.
1) El cálculo personal frente al nacional.
Si partimos de la base que se inició el proceso de la redención, el criterio de decisión en muchas cuestiones deja de ser individual y pasa a ser colectivo, la entrega o no de territorios frente a una cuestión de peligro de vida deja de ser una pregunta que atañe al individuo para transformarse en una que involucra al colectivo nacional. Si se nos ordenó luchar para así conquistar el país debemos hacerlo a pesar del riesgo que pueda correr el individuo (ver el libro Minjat jinuj precepto 425).
En tiempo de guerra en Israel conocí a un muchacho judío del extranjero que vino a estudiar al país y lo hacía exitosamente. Durante las vacaciones viajó a visitar a su padre y allí su Rav local le prohibió volver bajo el pretexto de cuidar su vida.
Es evidente que un Rav que considera que los nuestros son días de inicio de la redención sentenciaría de modo completamente diferente, es probable que le indicaría justamente lo contrario, volver a Israel para colaborar con el esfuerzo bélico. ¿Acaso los ingleses abandonarían su país en momento de peligro negándose a defenderlo? ¿Acaso en el pasado el Pueblo de Israel abandonaba la Tierra de Israel en tiempos de guerra?
En el tema del año sabático, para un judío que habita Jerusalem o Bnei Brak no hay mayor diferencia entre un año sabático y uno normal, simplemente a la hora de ir al verdulero se tienen que fijar que la verdura tenga la procedencia correcta, y en un caso así qué necesidad tiene de complicarse la vida con el tipo de autorización halájica, para qué entrar en el ámbito de la duda, lo más práctico es ser estricto y comprar productos extranjeros. Pero si mi perspectiva es nacional y me fijo en los efectos que una actitud estricta en lo halájico puede acarrear sobre los agricultores judíos de Eretz Israel que no tendrán fuente alguna de sustento durante un año entero, que al cuidar el año sabático pueden perder la totalidad de la cartera de clientes que comenzarán a comprarle a sus competidores, ¿Acaso todos podrán resistir la tentación de trabajar la tierra? ¿Y qué ocurriría entonces con la enorme mayoría del público judío de Israel que consumiría productos carentes de todo tipo de permiso o supervisación?
¿Qué ocurriría con el supervisado de otros preceptos vinculados a la tierra tales como la orlá (prohibición del consumo de un fruto de la Tierra de Israel los tres primeros años que el árbol los produce)? ¿No es mejor buscar una flexibilización en prohibiciones de índole rabínica para así evitar transgresiones en normas de mayor gravedad?
Más aún, en nuestros días, ¿quién saldría beneficiado de la adquisición masiva de producción a no judíos? ¿Y no será acaso con ese dinero que comprarán armas para buscar aniquilarnos? ¿Es lógico que paguemos esos precios por cumplir más estrictamente el año sabático que es de orden rabínico?
2) Un enfoque positivo hacia los ‘‘temas mundanos’’
Existe una enorme diferencia entre el modo de cumplir la Torá en tiempos de exilio y los días de la redención. Cuando el pueblo de Israel habitaba su tierra se ocupaba de labores relacionadas con la realidad mundana y material tales como el desarrollo de un ejército o la agricultura. Estas actividades eran de caracteres preceptivos y enmarcados en el marco legal de la Torá. Durante el tiempo del exilio estas actividades dejaron de ejercerse y el judaísmo se transformó en una religión espiritualista que se dedica básicamente al estudio de la Torá y la plegaria. El mundo judío se limitó al ámbito del Beit Midrash o casa de estudios y transformó a las actividades mundanas como el trabajo en necesidades puntuales a los efectos de obtener el sustento y no como actividades poseedoras de una importancia intrínseca.
En Eretz Israel la realidad es muy diferente, la ocupación política es parte del precepto de conquista del país y la agricultura parte del precepto de asentarse en éste. Aquel que sirve en el ejército cumple una gran mitzvá como ser salvar la vida de judíos. Respecto de esto escribió el Jatam Sofer unos maravillosos conceptos:
‘‘La Torá no ordenó ‘y recogerás tu cosecha’ sino en Eretz Israel cuando la mayoría de los judíos la habitan ya que la agricultura se deriva del precepto de asentarse y por eso ordenó la Torá que recojamos la cosecha y de la misma forma que tu no dirías que no puedes ponerte tefilín por estar estudiando tampoco puedes decir no he de recoger la cosecha por que estudio’’ (Jatam sofer sobre el Tratado de Sucá 36(1))
Según el Jatam Sofer la ocupación en las diversas labores relativas al país no son un simple medio sino una meta en sí:
‘‘En tiempos que el pueblo de Israel habita su tierra es mitzvá recoger la cosecha no por razones de sustento sino como parte del precepto de asentamiento… y no solamente el trabajo de la tierra sino que todas las profesiones como parte del asentamiento y prestigio de Eretz Israel no vaya a ser que se diga que en todo el país no hay un solo zapatero y haya que traerlo de tierras lejanas, por lo que aprender un oficio es preceptivo mientras que la idea de Rabí Simón y Rabí Nehorai de solo dedicarse al estudio de la Torá se refiere a la vida en el exilio donde abundan entre las naciones profesionales en todas la áreas’’
(Comentario del Jatam Sofer a Parashat Shoftim)
Por lo tanto la actitud ante las ocupaciones terrenales y mundanas será diferente entre quienes piensan que vivimos en los días del exilio y quienes opinan que han arribado los días del inicio de la redención. Los primeros se dedicarán únicamente al estudio de la Torá mientras que los últimos verán en la actividad profesional una forma legítima y útil de desarrollo de la personalidad del judío, estos aspirarán a formar estudiosos de la Torá que puedan ser también médicos, ingenieros o chóferes observantes. En Israel los aspectos materiales adquieren dimensión espiritual y si bien lo primero y más importante es educar judíos
estudiosos y observantes no debemos negar la importancia de la dedicación a otras labores. Debemos desarrollar literatura basada en le Torá que elucide cuestiones referidas a la dirección de un Estado Judío como ser el funcionamiento de la policía y el ejército en Shabat. No es mera casualidad que la literatura rabínica que se ocupa de estas temáticas tiene origen en las ieshivot sionistas.
3) La actitud ante el público judío no observante
En el capítulo IX nos explayamos sobre los conceptos del libro Jesed Le Abraham respecto de lo variables que pueden resultar las definiciones de tzadik (virtuoso) o rashá (malvado), hay muchas cosas buenas para decir del público no observante y no poco lo que debemos aprender de éste como por ejemplo en el área de la colonización y construcción de Eretz Israel.
La creencia respecto de que nos hallamos en días del inicio de la redención nos lleva en este tema a dos importantes conclusiones:
a) Si el público no observante tuvo el mérito de iniciar o colaborar significativamente en el proceso de la gueulá quiere decir que tiene no pocas virtudes y por lo tanto no debemos verlos como malvados sino como hermanos equivocados en ciertos temas. También en el público religioso presenciamos errores o transgresiones en cada caso de acuerdo con el tipo de inclinación al mal de cada uno y a la educación recibida para superarla. No se trata de simples adulaciones del público secular sino que realmente tenemos la convicción de que así son las cosas, recordemos el ejemplo anteriormente citado en el capítulo IX de Pentakaka,
el administrador del prostíbulo cuyo rezo fue aceptado.
A este respecto escribió el Rav Jarlap en su libro Maianei Haieshuá que ‘‘el hecho de que Hashem haya elegido a esta generación para ser la generación del Mashíaj es una clara señal de su grandeza y su bondad interior’’
b) Nosotros creemos que el público no observante es corregible y la mayoría de los que se asienten en Israel en algún momento harán teshuvá ya que la Torá nos promete que en el final de la gueulá el Pueblo de Israel corregirá sus pasos (Devarim 4:30 y en Rambám Hiljot Teshuvá 7:5). Por consiguiente todo el esfuerzo en acercarse si bien hoy por hoy no parece dar frutos en un futuro será de utilidad.
A mi modesto entender estas dos conclusiones tienen profundas implicancias sobre otras interrogantes planteadas como ser si se puede o es bueno traer a este público al país, si debe verse positivamente el levantamiento del Estado o si es bueno colaborar en las instancias públicas generales, el status del Rabinato de Israel cuya dirección es elegida por personalidades políticas mayormente no observantes etc.
El estudio en las ieshivot también se ve influido por las posturas que se adoptan ante el público no religioso, quien se mezcla o integra con la generalidad del público y procura influir o acercar más que ser influido debe pertrecharse de una formación mucho más sólida en el área del pensamiento judío.
La cuestión de la responsabilidad halájica
Las conclusiones antedichas influyen notoriamente sobre el grado de responsabilidad halájica que reposa sobre nuestros hombros en el sentido de procurar el acercamiento del vasto público alejado de la tradición. Hay quienes sostienen que no es nuestro deber ocuparnos de la cashrut de gente que no come casher o de un matrimonio tradicional para quienes prefieren casarse por civil. Sin embargo pensamos que es importante flexibilizar nuestro enfoque de cashrut para que puedan haber más restaurantes casher. El Rav debe ser estricto consigo mismo al tiempo que flexible con el público general y aunque nos parezca
que los destinatarios de nuestros esfuerzos los reciben con indiferencia es menester continuar esforzándose para corregir lo que se pueda. Aquellos que son flexibles en las halajot de cashrut o matrimonio de hecho son sumamente estrictos o exigentes en las halajot de Clal Israel, de la unidad del pueblo. Así como un Rav ha de buscar toda grieta que le provea la halajá para evitar que una mujer quede aguná o no apta para volver a casarse de igual forma debemos esforzarnos para que las parejas sean casadas por un Rav tradicional, para que el permiso de venta del año sabático se aplique y así se evite el derrumbe de marcos enteros de cashrut. Es muy importante cumplir las distintas halajot en un alto grado de observancia pero es más importante aún preocuparse de la cashrut mínima de quien aún está alejado de la tradición (ver más adelante el final del cap. XX).
4) La fe en el carácter permanente de la existencia del Estado de Israel
Más adelante si Dios quiere analizaremos las promesas que poseemos respecto de la permanencia de la existencia del Estado y continuidad del proceso de la gueulá. Demás está decir que esta certeza tiene consecuencias directas sobre el estilo de conducción de la actividad estatal judía en lo individual como en lo colectivo.
Esta confianza permite llevar adelante iniciativas que a primera vista parecen carecer de posibilidades reales como ser la declaración de la independencia que promovió Ben Gurión en su momento.
La relevancia especial de nuestro camino
En el proceso de teshuvá que se da en nuestros días el público sionista religioso tiene un rol muy importante que cumplir. A la vez que presenciamos el retorno de muchos judíos a las fuentes vemos como otros muchos se alejan o se sienten distantes por ver al mundo religioso como hostil, extraño y desconectado de la realidad.
No comprenden el rechazo de ciertos sectores a la ilustración general, las ropas extrañas, el estudio en el kolel a cuentas del público general, algunos tienen una imagen muy comercial o muy distorsionada de los temas religiosos a raíz de todo tipo de exageraciones como ser la lavandina casher y palillos con algodón para limpiar los oídos supervisados, desprecio por los símbolos patrios y evasión del deber de defensa del país, la prohibición del uso de la palabra por parte de mujeres en medios de comunicación masiva etc. Todos estos fenómenos dan al ciudadano promedio la sensación que la vida de Torá es extraña e irreal por lo que es importante que el público sionista religioso de otra imagen basada en su particular camino ideológico y espiritual.
Capítulo XVII
¿Por qué son tantos los rabinos que se oponen al sionismo?
¿Si las respuestas son tan claras por qué no son aceptadas por todos?
¿Por qué existen rabinos que no ven en el sionismo un movimiento legítimo? |
Los sufrimientos previos a la redención |
La insinuación de la palabra ‘jamor’ |
Los riesgos del camino del sionismo religioso |
¿Por qué existen rabinos que no ven en el sionismo un movimiento legítimo?
En temas halájicos complejos las respuestas no son simples o únicas, con las mismas fuentes y diferentes interpretaciones se puede llegar a diferentes conclusiones.
Anteriormente trajimos una opinión del Rambán respecto de que en el mundo de la halajá las respuestas o las evidencias no son absolutas. El lenguaje empleado es que de tal o cual forma resulta más razonable pensar que esta o aquella es la idea o intención inicial de nuestros sabios y por lo tanto un estudioso de la Torá debe esforzarse mucho en el estudio y rezar de no estar equivocándose a la hora de sentenciar halajá.
La pregunta que es relevante hacerse sería ¿por qué tantos rabinos ven las cosas de tal manera que no se inclinan por el sionismo? Y lo que más cuesta entender, ¿por qué hay entre ellos quienes se oponen terminantemente a éste?
Los sufrimientos previos a la redención
En el Talmud en el Tratado de Sanhedrín 98(2) se describen extensamente los sufrimientos previos al arribo del Mashíaj. Según lo allí descrito las dificultades serán terribles y no será sencillo soportarlas al punto que Rav Ula, con el consentimiento de Raba y Rabí Iojanán dice ‘‘ojalá que llegue pero yo no lo vea’’, prefiere no vivir en días del Mashíaj para evitarse las desgracias que el arribo de éste conllevará. El único que opina diferente es Rabí Iosef quien los refuta afirmando que prefiere ‘‘sentarse a la sombra del estiércol del burro del Mashíaj’’ con tal de poder tener la dicha de verlo.
Todas estas expresiones son sumamente extrañas, tres amoraítas están dispuestos a no ver al Mashíaj con tal de esquivar las dificultades de su advenimiento y el cuarto trae a colación una metáfora que pide a gritos una explicación!
El Rav Kuk sostiene que Ula no renuncia a presenciar la era mesiánica ni teme a los sufrimientos físicos previos, las penurias que acompañarán al Mashíaj serán primordialmente de carácter espiritual debido a un masivo abandono de la religión por parte del Pueblo Judío y un deterioro espiritual general que incluirá el incremento del atrevimiento, la hija se levantará contra su madre y la nuera contra su suegra, los jóvenes avergonzarán a los ancianos y el gobierno caerá en manos de herejes etc.…(Sotá 49(2)) Cualquier judío sensible derramaría cuantiosas lágrimas ante una situación de esta índole, estos son en efecto los mayores sufrimientos de la redención. Ula no pide que llegue el Mashíaj y él no esté, pero sí dice que no lo verá, tal va a ser el deterioro espiritual que no podrá creer que llegue en una situación semejante por medio de gente tan alejada de la tradición. El proceso del arribo será muy diferente de todos los escenarios que podríamos imaginar como posibles y por lo tanto nos será difícil percibirlo. También Raba y Rabí Iojanán coinciden en que les resultará dificil reconocer la época.
El único que no se asusta es Rabí Iosef. Aunque el proceso sea netamente material y el estado se vea lejano de toda espiritualidad judía, aunque el estiércol despida el mal olor de las transgresiones, Rabí Iosef piensa que podrá percibir la generosidad de Hashem, aún en medio de espantosos sufrimientos espirituales bajo forma de montículos de estiércol cree que sabrá que se trata de la era mesiánica.
La insinuación de la palabra ‘jamor’ (burro).
El burro es un símbolo de alejamiento de lo espiritual y sus excrementos de la profusión de pecados. Lo interesante es que justamente al burro que es un animal impuro y material le cayó en suerte poseer una santidad intrínseca especial al punto que es la única bestia impura o sea no comestible cuyas crías primogénitas son consagradas (Shmot 13:2).
El Or Hajaím, gran comentarista del siglo XVIII, asocia al burro con el deterioro espiritual propio del gobierno o el reino en días de la redención:
‘‘se levantará una tribu de Israel de modo natural como en el resto del mundo tal como reza el versículo ‘el más bajo de los Hombres se erguirá sobre ella’.
Vendrá un pobre montado en un burro y reinará’’ (Bamidbar 24:17)
El Rey David dice en sus salmos ‘‘¿quién será sabio para observar y ver la generosidad de Hashem?’’ (107:43). Hay que observar con el detenimiento del sabio y ver la acción de Dios que se esconde en lo profundo de la realidad.
El Rav Kuk explica que la discusión que él mantiene con los demás rabinos se asemeja al talmúdico debate entre Ula y Rav Iosef, nosotros somos discípulos del último y vamos por sus caminos. Aún dentro del alejamiento espiritual discernimos la mano de Hashem que ha obrado todo esto.
Los riesgos del camino del sionismo religioso
Es importante recordar que nuestro camino no está libre de riesgos. Con toda la profundidad de su verdad pueden haber individuos que se desvíen de la intención original y así alguno puede pensar que los conceptos del Jesed le Abraham conceden un permiso para llevar un modo de vida no religioso. Quien participa con los no religiosos en la vida pública y es capaz de apreciar sus logros puede sin querer dar a
entender al público que el modo secular de vida es legítimo. No todos son capaces de diferenciar entre lo muy positivo de su accionar en ciertas áreas y lo muy negativo de su modo de vivir. Hay quienes pueden llegar a pensar que es bueno a ojos de Dios construir un país sin que su meta final sea el cumplimiento de la Torá y sus mitzvot. Hay rabinos que a los efectos de preservar la unidad y el nivel religioso de sus comunidades evitan señalar lo positivo del actuar del sionismo secular.
En el primer capítulo mencionamos la historia de Iehudá y Tamar y cómo a raíz del incidente vendrá más adelante el Mashíaj. ¿Acaso no podría alguien mal interpretar el relato y deducir de éste que la Torá permite semejante conducta?
En el capítulo ocho hablamos del deber de alegrarnos por el levantamiento del estado.
Con todo el dolor por las carencias de nuestro país debemos agradecerle a Hashem por su generosidad. Cuando un padre fallece y deja una cuantiosa herencia el hijo además de justificar el decreto divino debe decir la bendición shehejeianu por el bien recibido. ¿No se necesita a caso un nivel espiritual muy alto para poder decir ambas cosas con lucidez y sin confundirse? ¿Es accesible a todos, sentir el dolor de la carencia junto con la alegría de lo que se tiene?
Probablemente existan aquellos a quienes la alegría de lo obtenido haga olvidar la tristeza por el bajo nivel espiritual del pueblo. El Rav Kuk en su epístola 555 aclara que su doctrina no es apta para todos, solo personas fuertes de espíritu y valerosos en sus convicciones podrán transitar su camino, solo aquél que no corre peligro de estropearse con facilidad ni busca permisos rabínicos para quitarse de encima el yugo de las mitzvot podrá percibir sus enseñanzas correctamente. Hay judíos a quienes Dios puso odio en su corazón hacia otros judíos para que así no se acerquen a éstos y no se vean influenciados por sus malas acciones.
El camino del sionismo religioso es apto para personas fuertes que pueden mezclarse entre los no religiosos no solamente sin perder su conducta preceptiva sino que además influyendo en éstos para bien. De esta manera, influyendo en la sociedad general, aquellos de perfil religioso más flojo se refuerzan y la prueba está en que cada generación religiosa sionista es más observante que la anterior.
Muchos rabinos temieron de los riesgos de este camino. ¿Acaso la cercanía a los no religiosos no afectará para mal al público alejándolo de la tradición? ¿Las personas lograrán ser suficientemente fuertes como para mantenerse en su nivel de cumplimiento? ¿Quizás sea mejor resaltar lo negativo del modo de vida laico y así proteger a la juventud? A veces los temores se confirman y uno ve que para algunos este camino es difícil y peligroso.
El tiempo transcurrido desde el inicio de este camino ideológico nos permite evaluarlo con cierta perspectiva. Miles de estudiantes de ieshivot sionistas colman el país y su número está en constante crecimiento y cuanto más se refuerce esta tendencia más tranquilo será el debate y al ver que esta senda conduce a la formación de jóvenes virtuosos y temerosos de Hashem los muros de temor y sospechas se irán derribando y sectores nuevos se acercarán a nosotros. Lo mismo ocurrió con otros grupos dentro del pueblo Judío como ser el movimiento jasídico que en un inicio fue rechazado por heterodoxo y con los años al ver que no
generaron ninguna reforma ajena a la Torá fueron finalmente aceptados y la discusión cesó.
Capítulo XVIII
¿Por qué se genera la sensación de que el público sionista religioso es menos puntilloso en
la observancia de las mitzvot?
¿Las otras corrientes no superan ampliamente al sionismo religioso en cuanto a cumplimiento
de mitzvot se refiere?
A quién va dirigido el sionismo religioso |
El peligro de la apertura |
A quién va dirigido el sionismo religioso.
En el capítulo anterior mencionamos que nuestro camino implica riesgos concretos del punto de vista religioso y no todos son capaces de adherirse a éste. El sionismo religioso está básicamente destinado a dos tipos de personas:
a) Individuos sumamente firmes en cuanto a su nivel de religiosidad que pueden mezclarse en la sociedad general sin riesgo de que pierdan su identidad religiosa. Estos judíos pueden servir en el ejército, estudiar en la universidad y participar de casi todas las instancias de la sociedad general y mantenerse apegados a sus convicciones. Naturalmente este tipo de personas son una minoría dentro del mundo observante ya que el temple y fortaleza que este tipo de vida requiere no es común en las masas.
b) Grupos más débiles desde el punto de vista religioso que se sienten cercanos a la tradición y buscan la Torá en sus vidas cada uno de acuerdo con su nivel. Estos judíos no son captados por las instituciones jarediot salvo en marcos para gente que retorna (jozrim bitshuvá) y por lo tanto encuentran una respuesta a sus inquietudes o necesidades en las instituciones educativas sionistas religiosas.
Una de las características únicas de nuestra corriente es que estos dos grupos de personas no son separados uno del otro sino que en el marco de un sincero esfuerzo por acercar iehudim a la Torá y las mitzvot nosotros no establecemos barreras divisorias ni a nivel idiomático, de indumentaria o de sinagogas diferentes. Es por esto que quien se acerca a nuestras comunidades ve que el grupo de los tradicionalistas en sus diferentes grados es mayoría en la generalidad del público. Nosotros establecemos comunidades únicas para todos donde los dos grupos antemencionados se encuentran y de esa manera de forma paulatina el nivel religioso general sube. En nuestras filas se puede encontrar un médico que es a la vez erudito talmúdico, un científico temeroso de los cielos y un chofer que cuida la halajá en todos sus detalles.
El peligro de la apertura
Es cierto que también los hay que se estropean y descienden de nivel religioso. El mayor riesgo reside en individuos que se consideraban firmes en sus convicciones y resultó que no lo eran. Nuestro camino no se encuentra libre de errores y no nos asusta criticar o recibir críticas. Aquí reside el mayor riesgo de nuestro sistema educativo, la apertura hacia el mundo secular afecta a quienes no se encuentran suficientemente fuertes y probablemente esta gente necesita de cerrarse un poco más en un ambiente tradicional homogéneo. Esta es la razón por la cual a nuestros niños que aún son pequeños y más influenciables los
protegemos en sistemas educativos donde los educadores son todos observantes, a los jóvenes y a los reclutas les procuramos marcos que les permitan fortalecerse y así salir más firmes a la sociedad general. Para poder convivir plenamente con todos los sectores de la población es necesario fortalecer educativamente a cada individuo.
Sin embargo, junto con los defectos de nuestro método debemos recordar que:
1) Si bien la mayoría de los que descienden pertenecen al grupo de los más débiles de no existir nuestra corriente carecerían de todo acceso al mundo de la Torá.
2) La ola de secularización que embistió sobre nuestro pueblo y afectó a su gran mayoría en las últimas generaciones sigue azotando a los diversos públicos religiosos y si bien tenemos datos sobre nuestro sector carecemos de datos de los demás por lo que se nos hace imposible comparar.
3) La cerrazón al mundo exterior no es la solución para todos, hay a quienes ésta les incitará a acercarse al mundo secular por efecto de la curiosidad o la atracción de lo prohibido. En el caso de estos jóvenes el daño de una educación cerrada sería mucho mayor que el de una educación abierta. A veces es mejor abrirse al exterior de manera ordenada de la mano de un Rav o un educador que pueda ponerlos diferentes temas en una perspectiva de la Torá amplia y crítica.
4) A pesar de todos los inconvenientes del método educativo sionista religioso debemos recordar sus ventajas. Hace cien años cuando nuestro camino se iniciaba nos encontrábamos en enorme minoría frente al resto del mundo religioso. Hoy día cientos de miles de niños estudian en la red educativa sionista religiosa que de no existir se habrían encontrado en el sistema educativo general enormemente alejado de la Torá y las mitzvot. Decenas de miles de eruditos sionistas florecen por doquier y en forma general el nivel de cumplimiento halájico se encuentra en franco ascenso, esto es apreciable claramente con el correr de las generaciones, las nuevas superan a las anteriores en observancia, los chicos devuelven a sus padres al cumplimiento y en mérito de todo este proceso también el público jaredí ha crecido enormemente.
Ante el público general o secular presentamos una alternativa observante comprensible y real para el hombre del siglo XXI. No cabe duda que de no existir el movimiento sionista religioso el número de observantes en Israel sería enormemente menor.
De no actuar como actuamos quizá habríamos salvado a unos pocos de secularizarse al costo de no acercar enormes masas de judíos a la tradición judía.
Este tema es sumamente amplio y su foro de análisis debe ser también oral y no solo escrito, de todas maneras estos conceptos creo que pueden servir como puntos de reflexión.
Capítulo XIX
¿Es verdad que la mayoría de los rabanim se opusieron al sionismo?
¿Que hay de cierto en que el Rav Kuk se mantuvo solo en su posición sionista sin que se le una ningún rabino de renombre?
Hay quienes sostienen que hoy día la mayoría de los rabinos importantes se oponen al sionismo, ¿acaso esto nos obliga a aceptar su postura dado que la Torá nos ordena decidir conforme a mayorías calificadas?
He mantenido innumerables debates respecto de la validez de nuestro camino y casi todos ellos terminan con esta pregunta. En el inicio traen todo tipo de argumentos basados en principios y valores judíos para demostrar que nuestro camino es errado, argumentos que expusimos en los capítulos anteriores. La ignorancia respecto de nuestro camino es tal que nuestros interlocutores piensan que carecemos de respuestas claras o fundamentadas a sus preguntas. Una vez que les respondemos correctamente el interlocutor se da cuenta que en realidad el no se opone a nuestras ideas y que carece de objeciones serias a las mismas. Más aún, se sorprende de que las respuestas sean más claras que las interrogantes. Es entonces que llegamos a la última pregunta: ‘‘pero la mayoría de los grandes rabinos se opusieron al sionismo’’, aunque los argumentos les resulten convincentes ellos creen que la generalidad de las eminencias rabínicas se opusieron al sionismo y el Rav Kuk permaneció solitario en su postura.
Antes de ocuparnos de la respuesta a esta interrogante es importante que sepamos que quien esgrime semejante argumento lo hace pues llegó a la conclusión de que no tiene ninguna objeción de peso a nuestro camino.
El Rav Kuk no se hallaba solo y en los capítulos anteriores expusimos numerosos rabinos que se sumaron a sus ideas. Es cierto que muchos se le opusieron pero no pocos fueron sus seguidores.
Ir por el camino del Rav
Es hoy aceptado en el mundo de la halajá que cada alumno mantiene el camino de sus padres o maestros. Quien proviene de una familia que acostumbra a conducirse en todos los temas de acuerdo a la opinión del Gaón de Vilna sigue ese camino aunque difiera de la mayoría de los sentenciadores halájicos. Cada jasid se conduce de acuerdo a las costumbres de su Rebe aunque sean minoritarios en el espectro general del mundo judío tradicional. Mientras el camino seguido esté bien fundamentado en las bases de la halajá está permitido y hasta es obligatorio transitarlo.
El tema de decidir según mayorías calificadas se aplicaba en los días del Sanhedrín, hoy día desde el momento que tenemos una tradición determinada se la sigue a menos que venga a contradecirse con las bases de la halajá.
Por lo tanto un muchacho que se crió en un hogar sionista religioso sigue la tradición de sus padres y nadie tiene lo que objetar ya que vimos anteriormente que nuestro camino está solidamente fundamentado en las fuentes. Por esta misma razón, jamás podríamos obligar a nadie a ir por nuestro camino aunque la mayoría de los rabinos estuviesen de acuerdo con nosotros ya que la pluralidad de tradiciones es un hecho y a nadie se le ocurriría decirle a un miembro de jabad Lubavich que deje sus costumbres por ser minoría en el Pueblo Judío.
La actitud de quien disiente ante la opinión del otro
A este respecto encontramos una respuesta muy interesante del Rav Moshé Fainstein quien permitió comprar en un año sabático un etrog de un agricultor judío que trabaja la tierra de acuerdo con un heter mejirá o permiso de venta de la tierra a un judío que no se guía por ese permiso. El argumento del Rav es que si bien el adquirente no confía en el heter mejirá como el agricultor tiene permiso de su rabino de plantarlo el etrog es válido y se puede comprar. El consultante temía que al comprarlo podía estar colaborando con un transgresor pero la respuesta es que dado que el agricultor tiene permiso de su rabino está
autorizado y no transgrede ya que el heter tiene bases sólidas en la halajá.
En el Talmud Babilonio en el Tratado de Shabat 130(1) tenemos una discusión entre Rabí Eliezer y los sabios respecto de halajot de shabat. Él ordenó hacer algo que a opinión de los otros era prohibido en shabat por la Torá y su castigo es pena capital y sin embargo mientras la discusión no se definió en el Sanhedrín los alumnos de Rabí Eliezer se condujeron como éste. Lejos de ser castigados fueron recompensados en el cielo por su actitud.
Volviendo a la respuesta del Rav Fainstein respecto del etrog de año sabático leemos en Igrot Moshé Oraj Jaím I 181 lo siguiente:
‘‘Respecto de los etroguim que fueron traídos de Eretz Israel este año finales de 5712 (1953) que es año sabático y de acuerdo con las instrucciones del Supremo Rabinato de Israel que establecieron la venta (heter mejirá) al gentil, decreto discutido por muchos y hay quienes temen que al pronunciar la bendición con uno de esos etroguim no está cumpliendo con el precepto de las cuatro especies en Sucot…
…dado que los agricultores actúan en conformidad con una orden (la autorización del Rabinato de Israel n. de t.) no hay aquí prohibición de poner una valla delante del ciego y no se está colaborando con transgresores ya que el agricultor esta libre de pecado, aunque la halajá no fuese conforme a su actuar a menos que se junten todos los sabios de la generación y sentencien en contra. De la misma forma los alumnos de Rabí Iosei Haglilí cuando comían pollo con leche y los que actuaron como Rabí Eliezer que recibieron premio en el más allá por preparar un cuchillo para circuncisión en shabat a pesar que en verdad por la ley deberían llevar la pena capital…’’
Lamentablemente esta respuesta no es de pública difusión hoy día.
El argumento de que así opinan la mayoría de las eminencias halájicas se aplica a quienes no tienen una tradición definida en algún aspecto pero quienes la poseen la siguen mientras tenga ésta bases halájicas legítimas. Pero en general existen muy pocos judíos en esa situación por lo que el mecanismo es poco relevante.
Empero, también respecto de una persona en esta situación es menester puntualizar algunas observaciones:
1) Una de las reglas básicas en materias de mayorías y minorías es que la primera debe escuchar la opinión de la segunda (ver la respuesta del Rashba que trae el Beit Iosef en Joshen Mishpat 13). La realidad en nuestros días es que temas de pensamiento son estudiados generalmente solo en ieshivot sionistas y esta publicación es una demostración clara de que no tememos ocuparnos de estos temas, la mayor parte de los estudiantes de ieshivá que discutieron conmigo conocían poco o nada de nuestras ideas. Nosotros también leemos las opiniones de nuestros interlocutores y hasta estudiamos cómo responderles. En las ieshivot que se nos oponen no permiten que ingrese un solo libro de sionismo religioso y jamás mantuvieron internamente un debate permitiendo que ideas de rabinos con los que disienten sean escuchadas.
Una prueba fehaciente de este fenómeno la tenemos en las palabras del Rav Taijtel quien explica en su libro Em Habanim Smejá (ya mencionado) que en su juventud se oponía al sionismo por falta de un análisis profundo y serio del tema.
En un caso así la halajá considera preferible quedarse con la opinión del sabio que conoce la opinión del contendiente, que la investigó cuidadosa y respetuosamente y no la aceptó y no con la de quien no oyó a una de las partes en disputa.
2) El problema anterior nos lleva a una pregunta más, ¿de dónde surge la conclusión de que la mayoría de los grandes rabinos se oponen al sionismo si en verdad el mundo jaredí jamás se enfrenta a debatir con el sionismo religioso? ¿Quién contó realmente dónde se encuentran la mayoría de los rabinos? ¿Quién de ellos conoce a los miles de rabinos sionistas que colman el país? ¿Cuántos de ellos conocen las opiniones favorables de los rabinos que citamos anteriormente en esta publicación y que no son considerados rabinos sionistas?
3) ¿Tenemos en nuestra generación un índice claro para determinar quiénes son sus ‘grandes’(Guedolim)?
¿Todo rabino de barba y capota negra debe ser considerado automáticamente un ‘grande’ o quizás hay otros estudiosos que pueden pesar más?
También en el pasado las decisiones de los grandes no se fijaban de inmediato, Maimónides en vida fue perseguido y sus libros quemados. En ciertas discusiones de trascendencia sólo la perspectiva de la historia permite saber qué opinión era la más atinada, sólo aquellos cuyas opiniones fueron aceptadas a lo largo de muchas generaciones por parte de la generalidad del pueblo entraron en el panteón de los ‘grandes’.
4) Una opinión mayoritaria no fundamentada debidamente no es aceptable en la halajá.
El único que fundamentó debidamente su postura antisionista enfrentándose a las diversas guemarot y poskim fue el Rebe de Satmer de bendita memoria en su libro Vaioel Moshé. Esta obra es halájica y con ésta podemos mantener una discusión puntual e inteligente pero esta postura también es considerada minoritaria en el mundo rabínico por lo que es menester preguntarse, ¿quién de los otros rabinos que se reservan del sionismo desarrolló una serie de argumentos de índole toraní que puedan hacer frente a nuestra postura?
5) ¿A qué exactamente se oponen la mayoría de las eminencias rabínicas? El Rav Ovadia Iosef testifica que en 1948 la mayoría de los grandes (Guedolim) firmaron el comunicado que daba a la proclamación del estado el carácter de inicio de la redención (ver capítulo XV). Sin embargo, muchos de estos grandes que firmaron el comunicado tales como el Rav Tzví Pesaj Frank Rabino de la ciudad de Jerusalem no recitaron el Halel en Iom Haatzmaut. Es así que si bien podemos decir que la mayoría de los grandes rabinos no recitaron Halel ese día también podemos afirmar que para la mayoría de éstos el levantamiento del estado es Atjalta de Gueulá o inicio de la redención. Aquellos que exigen aceptar la opinión de la mayoría deberán aceptar también este punto.
7) En el final del capítulo XVII explicamos que de hecho no hay discusión entre el camino del sionismo religioso y el del mundo jaredí. Se trata de públicos diferentes con características y necesidades particulares y a cada cual le sienta mejor su camino. El Rav Kuk sostenía que su camino no es para todos y aquellos que pueden dañarse tienen prohibido transitarlo. Muchos de los rabinos jaredim de la época valoraban enormemente a quienes seguían al Rav Kuk y por lo tanto, si un rav jaredí no es oficialmente sionista no implica que sea necesariamente un opositor al sionismo, sencillamente considera que para su público no es el camino más adecuado. Numerosos son los relatos de jóvenes perplejos que consultaron al Rav Shlomo Zalman Oierbaj de bendita memoria a este respecto y éste les respondía que se trata de dos públicos diferentes en carácter y en espíritu.
Los grandes del Pueblo Judío generalmente están de acuerdo en que Hashem pone a cada iehudí en el marco que mejor le sienta y por lo tanto todos los sectores del Pueblo de Israel debemos esmerarnos en el estudio y cumplimiento de la Torá, ir por el camino que marcan nuestros maestros y establecer paz y respeto mutuo verdadero entre todos los estudiosos.
Epílogo
Un simple relato
Había una vez una gran ciudad con hermosas casas, jardines florecientes e importantes universidades donde habitaban los mejores académicos en temas de construcción y los más renombrados arquitectos. Sin embargo, los albañiles que moraban allí se hallaban descontentos.
Un buen día arribó a la ciudad el gran arquitecto. Éste ya era famoso en el mundo entero y percibió que en esa ciudad era posible llevar a cabo una obra de gran envergadura como nunca antes se había realizado en localidad alguna. Hasta esos días gobernaba la ciudad un pésimo alcalde que rechazaba todo nuevo proyecto pero eran esos días de cambio y el nuevo gobernante era mucho más abierto a innovaciones. El gran arquitecto presentó un proyecto que consistía en la erección de un maravilloso palacio en el centro de la ciudad en cuyo espacio interior el diseño sea tal que facilite a los estudiantes de arquitectura la comprensión de los principios de esta arte y un rápido progreso en la misma.
Este edificio influiría positivamente en lo arquitectónico sobre el resto de la trama urbana y la ciudad se vería totalmente diferente y renovada.
Cuando el gran arquitecto presentó sus planos a los académicos de arquitectura de la ciudad se sorprendió de sus reacciones poco entusiastas. Un profesor sostenía que el proyecto es muy bonito pero irrealizable, el gran arquitecto sostuvo que el ayudaría en lo referente a la ejecución con la única condición de que se comience a trabajar. Otro catedrático dijo que el gran arquitecto debía llevar a cabo toda la obra solo y los demás lo observarían pacientemente. El gran proyectista respondió que él ya había construido voluntariamente otros edificios en el mundo entero pero que tenía por principio no ayudar a aquellos habitantes que no comenzaban por hacer lo que estaba a su alcance.
Otros estudiosos de la arquitectura estaban sumamente atareados en otros quehaceres tales como dictar cursos en la universidad y los diferentes temas profesionales no les dejaban tiempo libre para una empresa tal como el palacio del centro de la ciudad. El gran arquitecto intentó convencer a sus colegas arguyendo que el edificio facilitaría la vida de todos los habitantes. Algunos le respondieron que lo importante era el estudio de la arquitectura y no la construcción en sí.
Al final resultó que no habían opositores a la idea pero como muchos otros proyectos fabulosos quedó en los papeles sin concretarse.
Unos pocos profesores entendieron que se trataba de una oportunidad única pero se hallaban en franca minoría y para llevar adelante semejante proyecto se necesitaban masas de obreros y no los lograron reclutar. El gran arquitecto estaba muy triste pues comprendió que sin contar con las fuerzas más calificadas la obra llevaría muchos más años y mucho más esfuerzo y podían ocurrir muchos accidentes en el
camino con un alto costo para todos.
A falta de alternativa el gran arquitecto se dirigió directamente a los simples albañiles muchos de los cuales se hallaban desocupados por lo que estaban pensando en cambiar de profesión e integrarse a otros sindicatos profesionales.
La propuesta del gran arquitecto insufló nueva vida en las filas de los albañiles pues repentinamente se encontraron con que poseían una meta, construir un edificio único en el mundo entero. Su orgullo profesional estaba ya muy venido a menos y hacía tiempo que buscaban caminos para preservar su motivación gremial ya que si bien no sabían cómo explicarlo les gustaba su oficio y querían mantenerlo. El
gran arquitecto encontró así otra razón para impulsar la obra ya que tenía afecto por la albañilería y entendió que con su proyecto preservaría a muchos en esta antiquísima ocupación.
El gran arquitecto reunió a los obreros, les mostró los planos e intentó explicarles el objetivo de la construcción. Ellos por falta de formación académica producto de no haber sido enviados por sus familias a estudiar en la universidad comprendieron a muy grandes rasgos que se trataba de un edificio especial e importante pero no mucho más que eso, y de esa manera, ni lerdos ni perezosos se
volcaron de lleno al trabajo.
El proyectista no quería que sea de público conocimiento que él era el impulsor del emprendimiento por lo que escogió a uno de los albañiles como director de obra cuyo nombre era Herzl o quizás Ben Gurión aunque nadie hoy recuerda bien su nombre. ¿Por qué prefirió mantenerse en el anonimato? Esa es una interrogante clásica, pero nadie pretende entender detalladamente los profundos pensamientos del gran arquitecto.
No pasó mucho tiempo hasta que los profesores se acercaron a observar el avance de las obras.
El director se paseaba por la obra dándose aires de importancia y les explicó a los visitantes que él era el responsable principal y que se estaba construyendo un edificio común y corriente, quizás más estético o sofisticado que de costumbre pero que no difiere en grande de las demás construcciones.
Él no mintió, sencillamente es lo que entendió de la presentación de los planos. Si lo hubiesen enviado a estudiar arquitectura de joven probablemente su respuesta habría sido diferente.
Muchos de los expertos visitantes escucharon con desprecio las explicaciones del jefe de obra al que criticaron por su ignorancia en materia de arquitectura y arte amén de por su estilo de vida burdo y se marcharon de vuelta a sus centros de investigación sosteniendo que no es digno de su nivel mezclarse con simples albañiles ignorantes.
Sin embargo, otros profesores al observar el edificio en construcción llegaron a la conclusión de que la planificación no puede provenir de esos simples obreros y además por ley ningún edificio podía ser construido sin la autorización del gran arquitecto. Captaron que el director de obra no comprende cabalmente qué está construyendo y que él no podía ser el proyectista y que el estilo de vida grosero de los obreros no tenía influencia alguna en el devenir de la obra ya que ellos no eran los que realmente decidían en ese edificio. Entendieron que en la medida que más y más académicos se unan a la obra esta avanzará mejor y más velozmente y que sin duda sería un predio notable ya que se distinguía el sello del diseño del gran arquitecto en las paredes que se erigían. Y así se incorporaron a la construcción…
Poco tiempo después sobrevino sobre la ciudad una gran guerra. El edificio en construcción era sumamente firme ya que estaba diseñado por un gran arquitecto. Los obreros ofrecieron a la población general trasladarse al edificio que estaba muy bien fortificado pero los profesores se opusieron y convencieron a sus alumnos que rechacen la oferta, no creían que se tratase de una realización del gran arquitecto y por lo tanto no confiaron en la firmeza de sus paredes. En la guerra finalmente perecieron muchos de los profesores y sus alumnos mientras que numerosos sobrevivientes se trasladaron luego de la guerra al edificio al cual antes habían menospreciado.
Estos últimos, una vez instalados en el nuevo edificio levantaron en éste la nueva facultad de arquitectura que para sorpresa de todos resultó más exitosa que la anterior, los estudiantes se multiplicaron y el conocimiento arquitectónico floreció más que antes. Ellos no entendieron que el secreto del éxito se hallaba en unas habitaciones especiales que el gran arquitecto había diseñado. Ellos decidieron encerrarse en sus cuartos y no entendieron que cuanto más rápido se integren al edificio más rápidamente se revelará su finalidad última y se evitarán accidentes y desastres.
Al edificio llegaron nuevos residentes los cuales fueron recibidos por los obreros simples que eran quienes controlaban las instalaciones y quienes influían principalmente sobre los recién llegados.
A raíz de que los simples albañiles no comprendieron las instrucciones del gran arquitecto en su totalidad se cometieron numerosos errores a lo largo de la construcción.
Algunas habitaciones que en los planos debían dedicarse a la facultad de arquitectura terminaron transformándose en restaurantes y cafeterías, en una ocasión por un error en reforzamiento de una pared un Iom Kipur se derrumbó enterrando a cuantiosas víctimas. En otra ocasión por un error de cálculo se pensó que retirando la pared sur el edificio sería más estable cosa que se reveló más tarde como errónea, luego hubo quien consideró conveniente ceder la administración de algunas alas del predio a un administrador exterior lo cual generó enormes dificultades de funcionamiento. Sin embargo, el gran arquitecto siempre controló todo encargándose de que al final los obreros entiendan en qué cosas se equivocaron y cómo corregirlas.
Entre los profesores que se habían unido inicialmente a la construcción la profusión de errores generó un descontento y frustración generales al punto que hubo quienes empezaron a pensar de que fue un error incorporarse y hasta dejaron de rezar por el suceso del emprendimiento. Ellos se olvidaban de que los errores eran consecuencia inevitable del hecho que el edificio fue iniciado por los obreros más simples en ausencia de los expertos arquitectos que boicotearon la obra en sus comienzos. Otra vez se volvía sobre el mismo error trágico, cuanto menos profesores que entienden el propósito final se mantengan ligados a la obra más y peores serán los defectos de construcción.
Pasaron muchos muchos años y un buen día el palacio quedó pronto en todo su magnífico esplendor. La aparición del gran arquitecto como el responsable y planificador de la magna obra era ahora clara y obvia para todos. Los simples obreros miraron atónitos la belleza de las instalaciones y frotaban sus ojos costándoles creer que ese era el resultado final de la obra que los ocupó tantos años cuyo objetivo final comprendían sólo ahora. Se dieron cuenta que inintencionalmente se habían equivocado respecto del objetivo y que no se trataba de un edificio como cualquier otro. Sin embargo, no sentían ningún complejo de inferioridad frente a los profesores expertos ya que al final de cuentas ellos eran quienes habían construido el edificio. Ahora ellos sabían construir edificios maravillosos sin haber pasado por la universidad y los teóricos expertos necesitaban aprender de ellos. El emprendimiento los mantuvo dentro del gremio de los albañiles y además podían disfrutar de las ventajas que el edificio ofrecía. Si bien el aprendizaje implicó muchísimos errores por otra parte de las fallas se aprende mucho. Y así se miraron a sí mismos y pensaron que de hecho ellos ya no eran simples obreros y ya nadie los miró como tales…
Los resultados
‘Luz para los pueblos del mundo’ |
Un objetivo adicional |
¿El objetivo fue alcanzado? |
El verdadero móvil |
Hoy, a cincuenta y cuatro años de su fundación revisemos en qué medida el Estado de Israel cumple con sus metas.
Salvaguarda física del Pueblo Judío
La realidad es bastante diferente al sueño, Israel es casi el único sitio del mundo donde judíos son asesinados por su condición de tales y justamente en los países de la diáspora gozan de absoluta seguridad. Los judíos brasileros o norteamericanos pasean por los shopings con mucha mayor tranquilidad que sus pares israelíes.
Centenares de miles de judíos que hicieron caso omiso al llamado de Herzl hoy logran asimilarse a las distintas naciones con total éxito y por lo pronto parece que la seguridad personal de éstos también es superior a la de los ciudadanos judíos de Israel. La probabilidad estadística de que hoy día caiga en Israel una bomba atómica iraní es mayor que la de que se produzca un nuevo holocausto en los Estados Unidos de América. Si el objetivo primario era la preservación física de nuestro pueblo puede decirse que el proyecto sionista fracasó y cincuenta y cuatro años más tarde la ansiada paz no se avizora.
‘Luz para los pueblos del mundo’
Quien lea las noticias internacionales de los periódicos llegará a la conclusión opuesta.
A pesar de que nosotros sabemos la verdad de los acontecimientos, en la prensa somos presentados con un perfil muy negativo como asesinos de inocentes que luchan por su independencia. En el consulado israelí son comunes los debates y los análisis tras la razón por la cual nuestro esclarecimiento fracasa, vemos que a ojos del mundo no somos ni remotamente un modelo a seguir en materia de ética y ni siquiera las generosas ofertas territoriales del Ex-Primer Ministro Barak lograron disipar las críticas o las acusaciones contra nosotros.
Aparentemente, desde el punto de vista de ser una guía para las naciones el Estado de Israel ha sido un fracaso.
Ninguno de los objetivos primarios del movimiento sionista se cumplió, no hay razón alguna para que un judío de Estados Unidos prefiera no asimilarse y emigrar a Israel para bajar allí de nivel de vida. No es de extrañarse que para muchos de los jóvenes israelíes de hoy el sionismo es un fenómeno que pasó de moda y para no pocos dejar el país no tiene nada de malo. La entrega, el sacrificio y la moralidad de los pioneros y padres fundadores del estado parecen hoy remotos y hasta un poco incomprensible.
Un objetivo adicional
El sionismo conllevaba un objetivo adicional que no fue abiertamente expresado por sus líderes precursores y sin embargo la tenían muy presente los fundadores del sionismo religioso que participaron plena y orgullosamente de la tarea constructora de la nación.
Al volver a encontrarnos con la definición religiosa del Pueblo Judío todo se resuelve.
Nuestro pueblo tiene como objetivo acercarse a la voluntad de Dios mediante el cumplimiento de la Torá y sus preceptos. Mediante éste el hombre llegará a la plena felicidad y a cumplir su propósito en la vida. Debemos llevar el mensaje de Hashem a la humanidad entera y difundirlo a las demás naciones y para lograrlo debemos evitar desaparecer como pueblo y mantenernos en nuestras milenarias tradiciones que son nuestro lazo común y esencia existencial.
El único lugar donde podemos desarrollar nuestro propósito espiritual en su mejor manera es Eretz Israel, sitio apto para adquirir las virtudes espirituales en su forma completa, la cercanía y el apego a la Divinidad.
El exilio es un estado antinatural e insano para nuestro pueblo y su vida espiritual ya que parte esencial de la doctrina judía pasa por formar parte de una nación, no brasileros de fe mosaica sino ser judíos. Ser parte de un pueblo con su propia tierra, sus propios gobierno, bandera, himno y ejército amén de una cultura religiosa propia.
Este es el proyecto o sueño que el sionismo político viene a salvar y corregir, cuanto más avancemos en esta dirección los demás problemas de seguridad e imagen ante las naciones se irán resolviendo solos. La Torá promete que cuando cumplamos con sus preceptos reinará la paz en nuestra tierra (Vaikrá 26:3) y por ende podremos irradiar nuestro mensaje a la humanidad toda, tal como lo pronostica el profeta Ishaiahu (2:3):
‘‘Y vendrán muchos pueblos que dirán: ‘Venid y subamos a la montaña del Eterno, a la casa del Dios de Jacob y Él nos enseñará Sus caminos y andaremos en Sus senderos’ porque de Sión saldrá la Ley y la palabra del Eterno desde Jerusalén…Y convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. Ninguna nación levantará espada contra otra nación ni aprenderán más la guerra. ¡Oh casa de Jacob! ¡Ven y andemos bajo la luz del Eterno!’’
Así es el orden de la tercera redención del Pueblo de Israel, primeramente la redención material con el retorno a la vida nacional normal y luego el retorno espiritual que pasa por un fortalecimiento de la parte religiosa y tradicional del pueblo.
Si ese es el objetivo verdadero del sionismo entonces nos encontramos ante un éxito fenomenal, el precepto de asentarse en Eretz Israel se vuelve a cumplir en una escala sin precedentes, tenemos un gobierno central judío, cientos de miles de observantes cumplen hoy las mitzvot relativas a la Tierra de Israel, el centro espiritual y religioso judío logró reconstruirse después del holocausto en el Estado de Israel donde presenciamos un movimiento masivo de retorno a las fuentes. Para poder valorar el mérito de los fundadores del estado comparemos la situación en Israel con la de los judíos de la diáspora donde la mayoría de los jóvenes se casan con no judíos y se asimilan. En Israel la mayor parte de los judíos conocen en mayor o menor medida sus tradiciones y tienen más posibilidades de retornar a éstas. Si bien no todo es color de rosas hemos avanzado mucho en los últimos cincuenta y cuatro años y la tendencia es claramente al alza.
Por estas cosas debemos alegrarnos, agradecer a Dios y en Iom Haatzmaut hacer acto de reconocimiento de la Bondad Divina que ha hecho posible todo esto. Por lo tanto reunámonos en los Batei Kneset, icemos orgullosos la bandera de la nación y cantemos con alegría al Creador por todos los bienes que nos ha conferido con el levantamiento del Estado de Israel.
El verdadero móvil
Cierto es que los padres fundadores del sionismo expresaron su visión en términos básicamente seculares pero nosotros creemos que en el fondo de su corazón el móvil religioso los impulsaba. Es difícil comprender que razones de tipo seculares puedan desencadenar una revolución de semejante envergadura. No cabe duda que el verdadero impulsor era el profundo sentir judío que marcó la religión en el
corazón de los hijos de la nación hebrea. En cada judío se manifiesta una virtud especial, incluso en aquél que parece alejado de toda santidad o espiritualidad.
Cada judío es de infinito valor ante Hashem y aunque su discurso público parezca lleno de herejía aún puede arder en su fuero íntimo el móvil religioso. El final del proceso será un retorno de todos al antiguo judaísmo y la redención final de nuestro pueblo.
Feliz Día de la Independencia! Jag Atzmaut Sameaj!
Apéndice 1
¿Tiene alguna base halájica la costumbre de usar sombrero durante la tefilá o vestir ropa de color negro?
La obligación de cubrirse la cabeza.
La obligación de la cobertura de cabeza tiene su origen en el Talmud Babilonio en el Tratado de Kidushín 31(1) donde se relata que Rav Huna se cubría la cabeza para sentir que permanentemente tenía la Divina Presencia sobre sí. En la antigüedad cubrirse la cabeza era un acto de jasidut o piedad, sin embargo con el tiempo se transformó en obligatorio para todos los hombres judíos. Así lo señala el Tur Zahav en Oraj Jaím 8 y otro tanto la Mishná Berurá en el inciso 2 (12): ‘‘en nuestros días está prohibido mantener la cabeza descubierta aunque se encuentre en su casa’’ (ver también Igrot Moshé Oraj Jaím 4 art. 40(14)).
La obligación de cubrir la cabeza se puede cumplir mediante la kipá y no es necesario usar un sombrero. De acuerdo al Rav Ovadiá Iosef el tamaño debe ser el suficiente como para que se vea de todos los costados y a priori es bueno que cubra la mayoría de la cabeza (Iejavé Dáat IV art.1).
Durante la tefilá
En la guemará del Tratado de Shabat 10(1) se cuenta sobre Raba Bar Rav Huna y Rav Cahana que se vestían muy elegantemente antes de rezar ya que la tefilá se asemeja a hablar con un gran dignatario y así como cuando nos presentamos ante un rey humano nos vestimos con nuestro mejor traje de la misma manera cuando nos paramos a rezar ante Hashem nuestra presencia debe ser respetuosa temerosa y además
impecable.
Es obvio que ninguna persona sana recibiría al Primer Ministro en pijama, de la misma forma a la hora de presentarse ante Hashem la vestimenta no debe ser menos buena que la que lucimos ante un mandatario de carne y hueso y por lo tanto no rezamos en camiseta o a medio vestir.
Es obvio que la definición de indumentaria respetuosa va cambiando según la época y el país y así la vestimenta de gala de los días del Rambám hoy se vería como un disfraz de Purim.
En días del Rav Iosef Caro no se tenía por costumbre usar sombrero por lo tanto en el Shulján Aruj sentenció que ‘‘se debe protestar si alguien entra a la sinagoga con la cabeza al descubierto’’ (Oraj Jaím 91 (3)), cabeza cubierta, no sombrero.
Para cumplir con la regla de cubrir la cabeza no es necesario que se coloque una kipá de tela, alcanza con que alguien coloque su mano sobre la cabeza del que reza y se considera a ésta cubierta (idem 91(4)) y además en el siguiente inciso el Rav Caro aclara que la vestimenta adecuada la determina la costumbre de la época.
La obligatoriedad del uso del sombrero en los poskim (sentenciadores halájicos)
En concomitancia con el principio de la elegancia condicionada por la época, en los días en que en Europa la moda era usar traje y sombrero los poskim decidieron que esa era la indumentaria más adecuada para rezar. Y de esa manera el Jaiei Adam escribe en Hiljot Tefilá 22(8): ‘‘Es menester vestirse tal como se presentaría ante un ministro por lo que no es correcto rezar envuelto en una bata o pijama tal como dice el versículo ‘prepárate para presentarte ante tu Señor’. Por lo tanto se colocará un sombrero como los que usa al andar por la calle y no con un gorrito pequeño como el que usa bajo el sombrero o kipá de dormir y obviamente no orará con los pies al descubierto si no acostumbra a presentarse así ante gente importante en esa región’’
Tambien la Mishná Berurá 91(12) fija la norma citando al Jaiei Adam: ‘‘En nuestros días es menester usar a la hora de rezar un sombrero como el que se usa al ir por la calle y no un gorrito ya que no es así que uno se presenta hoy ante gente importante’’
La Mishná Berurá no nos presenta esta norma como algo antiguo y absoluto sino coyuntural, el sabía que en días del Shulján Aruj no se acostumbraba usar sombrero y por ende allí no figura y de la misma manera en la medida que la moda vuelva a cambiar cambiará la norma nuevamente. Por lo tanto hoy no hay obligación ninguna de usar sombrero ya que nadie se presenta así ante un ministro. Pero aquél que acostumbra ir a trabajar o presentarse en lugares importantes de traje deberá vestirlo a la hora de rezar.
¿Por qué hay quienes usan sombrero hoy día?
1) Motivos políticos
Las vestimentas son parte de la identidad del ser humano y así como la camiseta amarilla es el símbolo del Brazil y sus ciudadanos la visten con orgullo de la misma forma el traje y el sombrero son el uniforme identificatorio del mundo jaredí y quien lo viste está expresando su legítimo orgullo de pertenecer social, religiosa y políticamente a ese sector.
2) Protección ante la transgresión.
Hay quienes visten esa indumentaria por que los identifica como judíos observantes por lo que les dificulta entrar a lugares inapropiados para un judío tales como una playa mixta o algún antro de dudosa moralidad y si bien el interesado siempre puede cambiarse de ropa el uniforme le representa una barrera protectora más en caso de tentación. Por lo tanto aquél cuya conciencia religiosa es suficientemente fuerte no necesita de esta indumentaria para mantenerse alejado de lo incorrecto.
3) Diferenciarse de los no observantes
Este punto pertenece a una de las discusiones más antiguas entre el público sionista religioso y el jaredí. Todos estamos de acuerdo con que es necesario cumplir con los 613 preceptos en su totalidad y que no hay legitimación alguna para descuidar ninguno de ellos y a todos nos queda claro que es importante acercar al público no religioso a la tradición judía y mostrarle lo maravillosa que es la vida de Torá. El único punto en el que no nos pusimos de acuerdo es en el cómo, separándonos del público general o colaborando con éste en las tareas de la sociedad con amor y confianza.
Están los que piensan que es imprescindible separarse de los sectores no observantes para así evitar que éstos influyan sobre nosotros. Esta actitud tiene muchas ventajas entre otras la de que deja en claro que el camino secular no es aceptable desde nuestra óptica y la diferenciación social la expresan entre otras mediante un atuendo diferente al de los demás.
Los sionistas religiosos creemos que se puede ser completamente fiel al camino de la Torá sin generar divisiones dolorosas e innecesarias en el pueblo. La mejor forma de influir en la sociedad es desde adentro y no a distancia, cada judío tiene un enorme valor y debemos respetar sus virtudes sin alejarnos de él. Debemos acercar a cada judío que nos sea posible y a estos efectos la vestimenta que aleja más de lo que aproxima es mejor evitarla.
En resumen queda claro que a este respecto no existe una sola verdad sino que cada persona tiene un camino que le es más apto o adecuado de servir a Dios y por lo tanto cada público debe manejarse de acuerdo a lo que mejor le sienta de la guía de sus maestros. Vimos también que el tema del sombrero es de índole filosófica y no halájica.
Es de resaltar que quien se pone sombrero para presentarse ante alguien importante debe usarlo obligatoriamente a la hora de rezar pero a priori no hay deber halájico de usarlo.
Hay entre los jasidim de Jabad quienes sostienen que la doble cobertura de cabeza responde a un tema de índole cabalístico pero una afirmación de este tipo no tiene implicancias halájicas y además en el Shuljan Aruj del primer Rebbe de Jabad no se menciona nada a este respecto. Más aún, de sus sentencias se entiende que cualquier tipo de cobertura de cabeza es suficiente (ver en el Shuljan Aruj Harav art. 91 inc. 4 y 5 y en art.46 inc.2).
El origen de este argumento se encuentra en los escritos del último Rebe de Lubavitch en su antología de epístolas Igrot Hakodesh X pág. 394 en lo referente a que es una costumbre jasídica usar una kipá debajo del sombrero trayendo como fuentes dos pasajes del Talmud que no son de carácter halájico. El primero en el Tratado de Shabat 120(1) donde se mencionan dieciocho vestimentas que refleja o describe la moda de la época sin indicar que ese estilo sea obligatorio, ya que tampoco vestimos hoy ninguno de los otros ropajes allí mencionados.
El segundo en el Tratado de Julín 138(1) donde se menciona que el sumo sacerdote debía llevar kipá debajo de su sombrero como parte de su atuendo sacerdotal pero el Rambám no sentenció que esto sea obligatorio ni siquiera para el Cohen Gadol (ver Kesef Mishné Hiljot Klí Mikdash 10:3).
Cubrir la cabeza con un talit o un sudario
Durante el rezo de Shajarit los hombres casados deben cubrir sus cabezas con un talit que de acuerdo al Rav Iosef Caro en su comentario al Tur en Oraj Jaím 8 se debe a que ‘‘es una cuestión de recato y ayuda a doblegar el corazón del Hombre y le lleva a ser temeroso de los cielos’’. El talit que cubre la cabeza y el rostro del que reza ayuda a concentrarse y evitar posibles distracciones. El Maharshá en su comentario al Tratado de Shabat 156 menciona que los sabios en Babilonia acostumbraban a usar todo el día una especie de sudario o talit sobre sus cabezas y no sólo durante la tefilá por lo que quien quiera ser más estricto puede usar un talit todo el día como se ve en las fotos del Baba Sali de bendita memoria.
Cubrirse completamente en el birkat hamazón (oración después de las comidas)
En el Talmud Babilonio en el Tratado de Berajot 51(1) leemos sobre una discusión entre los sabios respecto de si es necesario cubrirse completamente (envolverse) para recitar el birkat hamazón. Rav Papa antes de pronunciar la bendición se envolvía en su talit mientras que Rav Asi extendía el sudario sobre su cabeza. El Shuljan Aruj no sentencia que sea menester envolverse o cubrirse especialmente para recitar el birkat hamazón sin embargo algunos sabios de las últimas generaciones (últimos cuatrocientos o quinientos años) sostienen que es bueno hacerlo.
Aparentemente el único de los últimos que consideró obligatorio cubrirse la cabeza con un sombrero para recitar el birkat hamazón fue el Bait Jadash en su comentario al Oraj Jaím 183, y sus conceptos fueron traídos años después en la Mishná Berurá 183(11). Empero, es importante señalar que numerosos sentenciadores halájicos no ven en el sombrero de hoy el instrumento necesario para cumplir con la cobertura o envoltorio completo de cabeza que se menciona en el Talmud. El Rav Iosef Caro en su comentario al Tur ‘Beit Iosef’ sostiene que quien requiere envolverse se refiere a una prenda importante y que es menester
ir con sombrero sólo en aquellos sitios donde se use ante gente importante. El Ramá en su comentario al mismo inciso disiente con el Bait Jadash. Muchos de los sentenciadores sostuvieron que su sentencia respecto del sombrero se aplicaba sólo a Eretz Israel y no al extranjero (como ser el Ateret Zkenim, el Maguén Abraham, Shulján Aruj Harav, Beer Heitev 11). Además el mismo Bait Jadash trajo esta norma a los efectos del birkat hamazón únicamente, en carácter de rigorismo y no como la norma general (ver Mishná Berurá 183(20)).
Sin embargo, la analogía del Bait Jadash es muy extraña. La cobertura que se menciona en la Guemará es de toda la cabeza como en el caso del talit y no del sombrero y esta es probablemente la razón por la cual la mayoría de los sentenciadores halájicos no estuvieron de acuerdo con él. De todas maneras podemos entender que la idea del Bait Jadash probablemente sea que si bien el sombrero no cubre toda la cabeza es la prenda de uso en ese momento que servía los efectos de cubrir notoriamente la cabeza sin necesidad de recurrir a otro tipo de prendas. A mi modesto entender su intención no era obligar a una comunidad entera a usar sombrero solo para cumplir con esta regla sino que sencillamente en esa época los judíos usaban masivamente sombreros y por lo tanto estaba al alcance de todos cumplir con la norma con esa prenda. Me parece que ésta es la razón por la cual en la Guemará aparecen dos ejemplos diferentes, Rav Asi que extendía un sudario sobre su cabeza envolviéndola como con un talit, con la prenda que acostumbraba a vestir siempre y Rav Papa que cubría su cabeza con el talit ya que no solía vestir esas prendas (sudarios).
Pregunta: ¿El Rav Kuk usaba sombrero?
Respuesta:
Por supuesto que usaba pues vivió en tiempos del redactor de la Mishná Berurá y en esos días se acostumbraba presentarse de sombrero ante gente importante y por lo tanto estaba obligado a hacerlo y a sus contemporáneos no les resultaba extraño en lo más mínimo. Hasta hoy día la gran mayoría de la vieja guardia rabínica usa esa indumentaria, la moda cambió para las generaciones más jóvenes pero para los de más edad el sombrero sigue siendo actual. Es así que hoy día un judío que se pone un traje para encontrarse con un ministro deberá vestirlo para rezar.
Hay quienes dicen que hoy día dado que un público religioso muy numeroso usa sombrero se generó una costumbre de que el rabino debe vestirlo y así como el médico usa ropa blanca como parte casi inseparable de su ejercicio profesional un rabino sin sombrero casi que no es rabino, sin esa indumentaria el público no le concede el respeto ni el lugar debidos.
Este argumento es relevante sólo para el ejercicio de un cargo rabínico oficial y aún así no se transforma en deber halájico. Un rabino debe ser valorado y reconocido por su integridad y sus conocimientos y no por sus prendas. Aquel que considere que su comunidad lo apreciará más en virtud del sombrero debe hacerlo y hay otro público que se alejará de un rabino de usanza antigua y por lo tanto es un tema muy relativo sobre el cual es difícil formular una verdad universal por lo que probablemente encontraremos comunidades que actúan de una manera y otras que necesiten actuar diferente.
¿Hay algún tipo de fuente halájica que indique vestir ropas o kipá de color negro?
En el Talmud Babilonio en el Tratado de Moed Katán 17(1) leemos:
‘‘Dice Rabí Eliezer: si un hombre ve que no puede contener su instinto que vaya a un sitio donde nadie lo conoce que se vista de negro, se envuelva ropa negra y haga lo que su corazón desee, pero que no profane el nombre de Dios en público’’
Este pasaje de la Guemará se refiere a un individuo observante que siente que está a punto de cometer una gran transgresión como ser violentar Shabat o comer un alimento prohibido etc. y como ayuda para doblegar a sus inclinaciones se va del sitio donde vive y se viste completamente de negro. Las vestimentas según Rashi le sirven para doblegar su corazón ante Hashem y así evitar la transgresión. Queda
claro pues que se trata de una situación especial de un individuo particular y no de una medida general para todos a diario.
Esta norma fue sentenciada en el Shulján Aruj Joshen Mishpat 34(34) para el caso de un carnicero que vendió fraudulentamente carne común como casher, debe hacer teshuvá y vestir prendas negras. Nuevamente vemos que la indumentaria negra se aplica a alguien específico y no es la forma de vestirse de un ciudadano normativo común. En el Shulján Aruj Oraj Jaím 2 se mencionan las diferentes vestimentas de las diferentes personas y en ningún momento se mencionan las de color negro, solamente en la sección de Joshen Mishpat 34 al enumerar la lista de los transgresores que tienen prohibido atestiguar aparece
la mención de la ropa negra antemencionada.
Según el Maharshal en su libro de respuestas cap. 20 la ropa del transgresor no debe ser necesariamente negra sino que alcanza con que se diferencie de la de los demás para que el pecador entienda que es necesario que recapacite para volver a integrarse a la sociedad general. El Maharshal agrega que si bien la Guemará menciona las prendas negras en su tiempo nunca escuchó de alguien que llevase esta regla a la práctica.
Sin embargo, el Siftei Cohen menciona que es bueno para el judío vestir prendas de color negro pues indican humildad y obediencia a Dios usando como fuente una respuesta del Maharik (preg 88). Al revisar esta respuesta vemos que éste menciona el negro solamente a los efectos de no autorizar el color rojo agregando que es suficiente que la señal negra se limite a los cordones de su calzado, ya que en tiempos de la Guemará los paganos usaban cordones rojos y así para diferenciarse de ellos los judíos los usaban negros (ver comentario del Rif al Tratado de Sanhedrín 74).
Diferenciándonos de los gentiles
Hay quienes sostienen que el judío debe vestir prendas especiales que le diferencien del gentil. Así se expresa el Rambám en Hiljot Avodat Kojavim (reglas referentes a idolatría) 11(1):
‘‘El judío debe estar diferenciado y ser reconocible por su indumentaria y demás acciones tal como se distingue de los demás en sus ideas y conocimientos, como reza el versículo ‘y os diferenciaré de todas las naciones’, no ha de vestir los ropajes de éstas.’’
El Beit Iosef (comentario de Rabí Iosef Caro a una compilación halájica llamada Tur) en su comentario a la sección de Ioré Deá 178 menciona la antemencionada respuesta del Maharik que demuestra que la intención del Rambám no es que nos vistamos diferente sino simplemente prohibir prendas que implican trangredir prohibiciones como ser ropajes de idolatría o falta de recato. Así es como Rabí Iosef Caro en su libro de sentencias halájicas Shulján Aruj decide: ‘‘La prohibición de imitar sus vestimentas se limita a aquellas que ellos usan para sus prácticas paganas o licenciosas pero aquello que usan y es beneficioso como
ser la vestimenta especial del médico especialista está permitido. Asimismo aquella ropa que se use por temas de honor o cualquier otra razón está permitida’’.
El Gaón de Vilna en su estudio del Shulján Aruj art.167 sostiene que toda prenda que un judío viste sin relación con la costumbre gentil está permitida y que el Rambám prohíbe el vestirse de un modo determinado con la intención a priori de parecerse al no judío e imitar sus conductas. El Siftei Cohen en su comentario al Shulján Aruj art. 164 tiende a ser más severo en este punto, pero incluso según su entender no todas las prendas necesitan ser diferentes y tal como vimos en el Talmud en Sanhedrín 74 alcanza con una pequeña diferenciación como ser los cordones de los zapatos. Hoy día que todo judío observante puede lucir libremente su kipá y su tzitzit su diferenciación de las naciones es suficientemente clara.
‘‘No cambiaron sus vestimentas’’
Hay quienes citan una y otra vez un Midrash de nuestros sabios según el cual no se debe modificar la indumentaria sino continuar con la de nuestros ancestros. Según este Midrash el Pueblo de Israel salió de Egipto en mérito de no haber variado su vestimenta. Basarse en esta fuente es más que extraño pues, ¿acaso podemos nosotros considerar que la indumentaria del Rey David o del Rambám era similar a la de los judíos de Europa Oriental hace cien años? ¿Por qué los judíos del Yemen o Marruecos no conservaron la misma forma de vestirse? ¿Por qué hoy algunos de éstos últimos difieren de la indumentaria de sus antepasados y pasaron a vestirse como judíos del Este de Europa?
Es evidente que la intención de este Midrash es afirmar que si en una determinada generación los judíos todos se visten de una manera determinada diferente de la de los demás pueblos el judío individual no puede cambiar de estilo y asemejarse a los gentiles. Pero si todo el colectivo judío cambia de moda por supuesto que no hay en esto problema alguno.
En conclusión: los ropajes negros o los sombreros como norma obligatoria para un público completo no tiene un origen halájico. La razón de la diferenciación es ideológica para así separarse del resto de la sociedad. Aquellos que detentan cargos rabínicos pueden necesitar adoptar esta indumentaria para así superar preconceptos en su público y demás por lo que cada Rav debe sopesar el tema cuidadosamente para que su decisión reporte en beneficio de su comunidad en términos de cumplimiento de la Torá y temor a los cielos.
Apéndice 2
¿¿Fracasó el sionismo en su misión?
La visión de ‘El Estado Judío’ |
¿Quién es el Pueblo Judío? |
¿Para qué se necesita un Estado Judío? |
La visión de ‘El Estado Judío’
Este artículo fue publicado en vísperas de Iom Haatzmaut del 5762 en la revista de la comunidad Bnei Akiva de Sao Paulo y Rio de Janeiro.
Hace cincuenta y cuatro años el Pueblo Judío concretizó aquello que para muchas generaciones anteriores no fue más que un sueño, la erección del Estado de Israel. Cuando Herzl presentó en el primer congreso sionista su plan de erigir un Estado Judío sus palabras para muchos sonaban a fantasías e ilusiones.
Parecía irreal llevar adelante un programa de semejante envergadura, los judíos estaban dispersos por el mundo entero sin una dirigencia común que los aglutine.
Vivían hace centurias en los diferentes países de la dispersión y en cada uno de ellos se encontraban integrados a las economías locales, conocían bien el idioma, la cultura y las reglas de juego en cada sitio. No existe otro antecedente en la historia de la humanidad de un pueblo que tras semejante exilio retorna a su patria ancestral a pesar de haberse integrado y adaptado a las sociedades que lo recibieron por lo que resulta sorprendente el éxito del movimiento sionista en la realización de su meta.
El Estado de Israel es esencialmente diferente a los demás países del mundo en el hecho de que normalmente un estado es formado por gente que ya vive en un sitio determinado. El Brasil a modo de ejemplo, fue conformado por distintos grupos de inmigrantes que arribaron a lo largo de cientos de años y con el tiempo fueron forjando una cultura propia y un estilo de vida particular transformándose en un sólo pueblo brasilero. Con el tiempo se opusieron a ser gobernados por un rey extranjero y así se formó el Brasil como país independiente. De la misma forma se erigieron todos los estados nacionales, los habitantes de una determinada zona en un momento determinado desearon ser independientes y autogobernarse.
Sin embargo, el Estado de Israel no se fundó sino que fue fundado por individuos que eran ciudadanos de otros países, habitaban todos los confines del mundo y un buen día emigraron a un tierra extraña para construir su propio país.
Es imposible concretar un proyecto semejante de no mediar fuertes, profundos y claros móviles que lo impulsen.
¿Qué tenían en común todas estas personas que se llamaban judías? No hablaban un mismo idioma ni provenían de un mismo sitio ni compartían la misma cultura. ¿Qué unía a un judío ruso con otro marroquí?
Lo único que tenían en común era la milenaria tradición religiosa que a pesar de siglos de persecuciones y matanzas se habían obstinado en conservar. Ellos preservaron sus tradiciones y se apegaron a éstas a pesar de lo dificultoso de su ejecución o cumplimiento y a pesar de que la opción más lógica de un punto de vista práctico era integrarse a los grupos mayoritarios tanto el cristianismo como el islam. De no haber mediado este obstinado apego a las tradiciones hoy ningún judío tendría algo en común con otro par de un país remoto.
Hace unos ciento cincuenta años acaeció algo nuevo en el Pueblo Judío, un grupo numeroso de personas decidió abandonar la práctica de la religión pero tomaron una extraña decisión y fue el querer mantenerse como parte de la nación judía.
Ellos querían ser identificados como judíos, abrir escuelas judías y por sobre todas las cosas fundar un Estado Judío.
¿Por qué les importaba conservar su judaísmo? ¿Qué tenía de malo asimilarse a las diferentes naciones que les rodeaban? ¿Cuál era el contenido de ese judaísmo y qué une hoy a los judíos del mundo entero?
A estas preguntas nos resulta difícil dar una respuesta convincente y lógica pero sin embargo y pese a lo difuso de su definición de qué es el judaísmo, estas personas hicieron algo sin parangón ni antecedente en la historia universal. Con una entrega fuera de lo común marcharon hacia una tierra inhóspita y primitiva con enfermedades varias y guerras dejando atrás puestos de trabajo y vidas ordenadas. En esta nueva tierra
fundaron colonias, entregaron su vida luchando en diferentes guerras en pos del levantamiento del Estado de Israel con un heroísmo que es motivo de admiración hasta nuestros días.
¿Para qué se necesita un Estado Judío?
Cuando Herzl presentó su proyecto del Estado Judío tenía ante sí dos metas principales.
1) La salvación física del Pueblo de Israel
El juicio a Alfred Dreifus en el cual un militar francés fue acusado y sentenciado por el mero hecho de ser judío influenció profundamente en el padre del sionismo y le llevó a la conclusión de que un estado de judíos al cual éstos emigrasen solucionaría el problema del antisemitismo ya que dejaríamos de ser una minoría diferente en los países que habitamos pasando a ser una nación como las demás y por lo tanto se nos aceptaría como miembro en la familia de las naciones. El holocausto aparentemente confirmó la teoría de Herzl respecto de que la única salvación posible es un Estado Judío. Sin embargo él no podía dar una
explicación somera de por qué los judíos no lograban asimilarse entre las naciones. ¿Para qué erigir un estado en vez de integrarse, para qué preservar a este pueblo mediante un marco político estatal? ¿No es acaso más fácil que los judíos de Italia se transformen en italianos leales y los de Polonia en patriotas polacos y así resolver el problema de la particularidad judía?
2) El valor espiritual del Pueblo Judío
Los precursores del sionismo entendían que el Pueblo Judío tenía un valor moral superior al de las demás naciones, las visiones de los profetas de Israel están repletas de contenidos éticos sublimes por lo que es importante que nos preservemos como nación para así ser una luz para las demás naciones, ‘or la goím’, debemos mantener el judaísmo por su aspecto moral y Ben Gurión declaró que éste es una de las metas centrales del levantamiento del estado.
Sin embargo, ni el mismo Ben Gurión sabía explicar por qué para llevar adelante este proyecto ético es necesario que habitemos justamente en Eretz Israel. Ese sueño podía concretizarse en Uganda o en uno de los estados de los Estados Unidos de América. La idea moral es universal y para impulsarla no es necesario legislar la Ley del Retorno que permite únicamente a judíos emigrar a Eretz Israel sino que lo más lógico es permitir el ingreso de todos aquellos que compartan estos ideales.