Sobre los dichos de los sabios

Fuente: Pixabay

“Miljamot Hashem”

“Maamar Al Dibre Jazal”

Rabí Abraham Ben Harambam

Coloquio: Acerca de los dichos de los Sabios Hebreos

Rabí Abraham hijo de Rambam (Maimónides)

Versión castellana y comentarios de R. Itzjak Sakkal

 

Creí oportuno traducir este compendio acerca de los dichos de los sabios, debido a su importancia pues en él, R. Abraham ben Harambam, se refiere y dedica un profundo análisis a cómo entender las palabras de los sabios, ya sea que cuando los sabios se refieren en sus palabras a parábolas y relatos, como así también cuando refieren una historia con connotaciones legales. De esta manera nos otorga las herramientas, fórmulas y llave para entender cabal e íntegramente lo que los sabios quisieron enseñar, haciendo foco en el objetivo e intención de lo que quisieron decir, sin distraer nuestra vista en la escenografía y demás detalles con los que los eruditos adornan sus relatos o de aquellos detalles que utilizaron para esconder de la vista del vulgo aquellos temas demasiados profundos que les serían difícil o imposible de entender de buenas a primeras.

Entender qué es lo que los sabios en realidad se refirieron con sus palabras es uno de los motivos que otorgan relevancia e importancia a este tratado. El segundo motivo es erradicar la idea de que los relatos de los sabios (para el que los entiende literalmente) suenan ridículos o fuera de la realidad, asimismo trata de apartar lo más posible la idea del milagro, es decir, el judío no es milagrero, aunque no por eso reniega de la posibilidad del milagro. Fiel a la tradición de los grandes sabios, (Maimónides, su padre, entre ellos) tratará de alejar la idea del milagro recurriendo a él sólo cuando el texto literalmente  dice que se trata de un milagro, o aunque la fuente no lo diga, recurrirá a la idea del  milagro cuando el relato no puede ser explicado racionalmente de otra manera. 

De esta forma, R, Abraham complementa la tarea ya comenzada por Rambam en La Guía de los Perplejos en donde en forma ordenada y general lo que hizo en aquella obra fue demostrar a las personas intelectuales e instruidas, conocedoras de la realidad y la física como así también versado en las escrituras y las palabras de los sabios, que estos temas, es decir, la Torah y la realidad-lógica se complementan, todo esto lo logra mediante explicaciones lógicas y racionales. No obstante en lo concerniente a los relatos de los sabios que abundan en el Talmud, Maimónides, sólo se refirió a ellos en forma muy breve y de paso, es por eso que su hijo, R. Abraham, consideró correcto ampliar y completar esta tarea, otorgando los medios y herramientas, en forma ordenada y clasificada para que podamos entender correctamente los dichos de los sabios como así ahondar en la profundidad del mensaje. Logrando todo este gran objetivo en un compendio de unos breves capítulos de pocas páginas.

 

Este coloquio se encuentra editado hoy en día en el libro “Miljamot Hashem” editado por el Mosad Harav Kook y forma parte de una nutrida bibliografía legada por R. Abraham que constaba de varios y voluminosos volúmenes acerca de distintos temas, halájicos, moral, etc, de los cuales solo han salido a luz una mínima parte.

Maamar al Dibre Jaza”l

R. Abraham Ben Harambám

Coloquio: Acerca de los dichos<![if !supportFootnotes]>[1]<![endif]> de los Sabios Hebreos

 

 

1. Introducción

Es importante saber, que los dichos de los sabios, que conservamos, son escasos y dispersos algunos en el Talmud<![if !supportFootnotes]>[2]<![endif]> y otros en los Midrashim<![if !supportFootnotes]>[3]<![endif]>; sumado a esto debo aclarar, que muchos de estos dichos pasaron desapercibidos, siendo muy pocos los exegetas que se abocaron a ellos se percataron de su profundo mensaje, es decir, que en general, los dichos de los sabios, no fueron producto de un intenso estudio y análisis, por lo tanto, no siempre el verdadero sentido de la frase fue descubierto y explicado.

Mi padre y maestro, pensó componer un escrito con respecto a los proverbios de los sabios, así lo expresó en la introducción al capítulo Jelek de la Mishná<![if !supportFootnotes]>[4]<![endif]>, empero finalmente desistió de ello, tal como lo afirma en la introducción de la Guía de los Perplejos.

Luego de su deceso, comencé a explicar algunos aspectos del tema, mas no me aboqué plenamente en ello por cuanto me sumergí en la composición de este libro, que lo consideré de mayor utilidad para la materia en cuestión, aun así despertaré tu reflexión y tú por tu parte, pon atención a la forma en que se han expresado los sabios en sus máximas, comprendiendo su verdadero significado, evitando de esta manera menospreciar<![if !supportFootnotes]>[5]<![endif]>, desestimar<![if !supportFootnotes]>[6]<![endif]> o contradecir la veracidad de sus palabras.

No debes confundirte o suponer que todo relato extraño, narrado por ellos se refiere a sucesos milagrosos, tal como los que se les atribuyen a los profetas, o creer ingenuamente que Dios obra maravillas con los sabios y piadosos de la misma manera  y al mismo nivel  que lo hizo con Moisés, Elías, Eliseo o cualquier otro profeta<![if !supportFootnotes]>[7]<![endif]>.

Lo que suele motivar esta confusión, es el hecho de tomar textual y literalmente las palabras de los sabios. Hubiera sido suficiente para comprender esto, aclararte que en las palabras de los sabios existe también un mensaje interior y oculto; cuanto más, si a ello le sumamos lo que mi padre, que su recuerdo sea para bendición, ya reveló en sus escritos al respecto; empero me embarga el deseo y la voluntad de explayarme y esquematizar los dichos de los sabios, acorde a las diferentes categorías, como lo haré a continuación valiéndome de los ejemplos que sean necesarios. No obstante creí oportuno incluir esta introducción

          Es imperioso que sepas que no es digno sostener una ideología sólo por la fama y alto nivel de persona que la  pregona, aceptando sus dictámenes sin detenerse a analizar profundamente qué es lo que sostiene esa ideología, si es verdadera o no<![if !supportFootnotes]>[8]<![endif]>, pues quien así actúa se conduce erróneamente<![if !supportFootnotes]>[9]<![endif]> y con muy malas cualidades. Ésta actitud además de estarnos vedada por la Torá, es algo que  la razón misma rechaza. Lógicamente no es propio actuar así<![if !supportFootnotes]>[10]<![endif]>, pues esto empequeñece y mengua la verdadera percepción en cuanto a la fe. Bajo el punto de vista de la Torá, es condenable pues se desvía del camino verdadero apartando sus ojos de lo correcto. Aseveró Dios: “No favorecerás al pobre ni mostrarás preferencia con el grande, con equidad habrás de juzgar” (Levítico 19:15), más aun: “No habrás de ser condescendiente con conocidos en el juicio” (Deuteronomio 1:17)

No hay diferencia al respecto entre aquel que adopta tal opinión sin haberla analizado o aquel que defienda la postura de los sabios sin tolerar que alguien opine lo contrario, pues él razona para sí: “por ser que los sabios eran grandes en sabiduría, obviamente, todo cuanto ellos dijeron debe ser correcto”; todo esto está igualmente incluido en la prohibición  enunciada en Levítico 19:15 y Deuteronomio 1:17.

Acorde con lo expresado hasta aquí, deducimos que a pesar de la gran sabiduría y erudición de los sabios, debe quedar claro que no por dicha fama debemos acatar todo lo que ellos opinan con respecto a la medicina o las ciencias naturales de la misma manera y tenor con que aceptamos sus opiniones en lo que respecta a la explicación de la Tora<![if !supportFootnotes]>[11]<![endif]>, tal como nos fuera encomendado: “Y harás todo lo que ellos te encomendaren

Esta postura era asumida por los mismo sabios, así, encontraras entre los sabios que ante la opinión ajena a la lógica talmúdica o incoherente decían: “Por Dios, aunque esto lo hubiere dicho Josué, no lo hubiera aceptado“, es decir no aceptaría dicha afirmación aunque proviniera de un profeta<![if !supportFootnotes]>[12]<![endif]>, puesto que ese argumento  no puede ser sustentado en forma coherente y lógicamente, producto de un análisis u otro método de razonamiento de los que el Talmud se vale para explicar u opinar<![if !supportFootnotes]>[13]<![endif]> .  Alcanza con lo dicho como prueba al respecto sin necesidad de aportar las expresiones de los sabios del Talmud acerca de la medicina, las cuales  en la realidad se demostró que no eran correctas, o las técnicas para evitar abortos que tampoco son correctas y casos similares que se abordan en el Talmud babilónico tratado Shabbat capítulo ocho y otros<![if !supportFootnotes]>[14]<![endif]>.

          En otra ocasión te explicaré por qué algunos tomaron como absolutas las opiniones talmúdicas referentes a medicina sin que éstas fueran correctas para la medicina y la realidad<![if !supportFootnotes]>[15]<![endif]>.

[Por lo tanto, se impone una necesaria diferenciación entre los dichos de los sabios, si lo que expresaron se refiere a alguna ley, precepto o principio de la fe, tal afirmación debe ser acatada sin disentir, mas si se trata de una declaración de tenor científico que no interfiere con alguna ley, precepto o principio de la fe, entonces existe lugar para el disenso, ver Guía de los Perplejos, parte III capítulo 14].

Debes percatarte que lo expuesto, por mi padre y maestro en las Leyes Éticas (Hiljot Deot) capítulo cuarto<![if !supportFootnotes]>[16]<![endif]>, no lo hizo porque así lo expresaron los sabios en el tratado Berajot página 62, sino que lo agregó porque eso es algo básico para la salud tal como lo afirman las ciencias médicas, es decir, no comer sino cuando esté hambriento, o no beber sino cuando esté sediento, o que cuando sienta deseos de beber no se demore en saciarlo o que cuando sienta la necesidad de evacuar que no se contenga y lo postergue<![if !supportFootnotes]>[17]<![endif]>, etc.

Por todo lo expuesto, no podemos argüir sobre Aristóteles que, por tratarse de un erudito en filosofía y sabiduría, el cual construyó teorías lógicas indiscutibles acerca de la demostración de la existencia de Dios y otras por el estilo, aceptar por eso, esa otra teoría suya acerca de la eternidad del mundo, o aquella otra acerca de que Dios no sabe (no le importa) los detalles de lo que hacemos<![if !supportFootnotes]>[18]<![endif]>, como asimismo no podemos argumentar que, así como se equivocó en estas dos últimas teorías, también se equivocó en todo lo demás<![if !supportFootnotes]>[19]<![endif]>  Empero todo sabio e inteligente, debe aplicarse a comprender cualquier hipótesis y teoría, analizándola profundamente, manteniendo lo que es correcto y anulando lo que no corresponde.

Así también cuando en un tema no nos sea claro cuál de las dos posturas es la correcta, tampoco debemos inclinarnos hacia alguna de las dos opiniones, sea quien fuere el que la postule. Pues así actuaron nuestros sabios los cuales en varias oportunidades afirmaron:

Si el dictamen en discusión es algo que fue  recibido por transmisión<![if !supportFootnotes]>[20]<![endif]> entonces lo recibiremos sin objetar, empero si el mismo es producto del razonamiento, entonces tengo lo que argüir”.

También en otras oportunidades procedieron así, sobre todo en aquellos temas en los que no se logro una opinión consensuada entre las dos posiciones, quedando la definición de esa disputa en suspenso, es decir sin decretar como ninguna de las dos opiniones (“Ticu”). Otras veces encontrarás, que persuadidos por las pruebas que aportó la otra parte, se han retractado, aceptando que la otra postura es la correcta y no la de ellos, así, encontrarás que dice que tal rabino se retractó y decretó como la otra opinión, más aun, tal es el grado de fidelidad a la justicia que existen casos en que los sabios dijeron: “Los razonamientos que expuse ante ustedes no eran correctos, me he equivocado”.

En dichos casos no debes pensar que tales retractaciones se debieron a la importancia y erudición de los sabios que esgrimían la postura contraria, sino que cambiaron de opinión porque las pruebas aportadas por la otra parte eran claras, convincentes y no dejaban lugar a dudas.

          He aquí que expondré ante tus ojos una disputa de nuestros eruditos, en ella podrás apreciar la sinceridad y compromiso con la verdad que ellos poseían. El mismo se encuentra en el Talmud babilónico, tratado Pesajim, página 94 folio b, en donde dice:

          “Los sabios de Israel sostenían que durante el día el sol se desplaza por debajo de la esfera celeste y por la noche lo hace por sobre la esfera celeste<![if !supportFootnotes]>[21]<![endif]>, en cambio los sabios griegos sostienen que durante el día el sol se desplaza por sobre la tierra y por la noche por debajo de la tierra<![if !supportFootnotes]>[22]<![endif]>; cuando Rabí escuchó la opinión de los sabios griegos, concluyó: ‘me parece más probable la tesis de ellos y puedo aportar pruebas de que están en lo cierto, el hecho de que los manantiales durante el día están fríos y por la noche más cálidos demuestra esa tesis’<![if !supportFootnotes]>[23]<![endif]>.

          Con este ejemplo, a pesar de ser superfluo, puedes apreciar el amor a la verdad que poseían nuestros sabios.

          Percátate de la gran enseñanza del párrafo anterior, pues Rabí no profirió su conclusión basándose en la autoridad y grandeza de los unos o de los otros, sino por medio de pruebas, inclinándose por la postura de los sabios griegos, merced a la deducción lógica que pudo establecer, la cual le pareció una prueba aceptable.

          Presta atención también, que Rabí no se inclinó hacia la tesis de los sabios griegos así y no más, sino que lo hizo sustentándose en el razonamiento que ya expresáramos y es por eso que afirmó: “me parecen más probables” pues estas palabras no denotan un convencimiento pleno, ya que si así fuera  hubiera sentenciado conforme a los sabios griegos, tal como lo hicieron los sabios en otra ocasión en que dijeron: “en este punto vencieron los sabios griegos a los sabios Israel<![if !supportFootnotes]>[24]<![endif]>.

          Como ves, con justa razón es hombre (Rabí (fue llamado: “Nuestro santo maestro”, puesto que un hombre que aparta la falsedad de su mente y asienta la verdad en su lugar, sin temor a desdecirse si encuentra que sus afirmaciones no son correctas, sin duda se trata de una personalidad superior (santo)<![if !supportFootnotes]>[25]<![endif]>.

          Queda pues demostrado que cuando nuestros sabios sostenían una opinión, lo hacían porque consideraban que ella era correcta y verdadera, independientemente del individuo que la profirió o la sostuvo, sea éste importante o no<![if !supportFootnotes]>[26]<![endif]>.

3. Cinco categorías de prédicas

            Luego de esta introducción, afirmo, con la ayuda de Dios, la cual invoco para el análisis de la verdad, que todos los dichos y prédicas de los eruditos del Talmud y demás fuentes, pueden dividirse en cinco categorías, a saber:

1er Categoría: Expresiones que se entienden literalmente.

Está compuesta por aquellas expresiones que deben ser entendidas en forma literal sin pretender transmitir otra cosa fuera de lo escrito textualmente y lo que se percibe a simple vista, sin necesidad de tener que recurrir al ingenio o la imaginación para revelar mayor información de dicha frase. Ejemplo de esta categoría es lo expuesto en el Talmud, tratado Berajot, página 31, folio a, donde dice:

Dijo Rabí Iojanán en nombre de Rabí Shimón hijo de Iojai: No debe el hombre reír (deleitarse) en extremo en este mundo, pues está escrito (Salmos 126:2): ‘entonces<![if !supportFootnotes]>[27]<![endif]> nuestra boca se llenara de júbilo’”.

2da  Categoría: Sentido más profundo.

Pertenecen a este nivel aquellos dichos de los sabios que poseen un sentido externo y otro más profundo, siendo este último el objetivo verdadero de la expresión y no el sentido externo-literal.

No en vano lo expusieron de esta manera, es decir, que el sentido externo sostiene casi lo contrario de lo que el sentido más profundo afirma.

La mayoría de los dichos de esta clase ya fueron explicados por mí padre en su libro: Guía de los Perplejos, y en el comentario que realizó a la Mishná.

A esta categoría pertenecen los expuestos en el Talmud, tratado Taanit, página 31, folio a:

Dijo Rabí Eliezer: En el futuro, Dios hará una ronda con los justos en el Jardín del Edén, y Él se erguirá en medio de ellos y cada uno señalara con su dedo, como dice (Isaías  25:9) ‘Dirán en aquel día: He aquí nuestro Dios, este es el que esperábamos y el que nos salvo, nos alegramos y regocijamos con Su salvación’

Cualquier ser pensante, provisto de una fe verdadera, notará claramente cuán lejano está el verdadero mensaje de esta frase, del sentido literal.

Lo que Rabí Eliezer verdaderamente quiso expresar es que la recompensa de aquellos justos merecedores del mundo por venir, es la percepción de la Divinidad en forma tan clara como jamás hubieran podido alcanzar en este mundo. Esta captación y apego a Dios, es el máximo bien, el cual no puede ser superado por ningún otro<![if !supportFootnotes]>[28]<![endif]>.

Así, comparó tal alegría con la que se experimenta en las fiestas cuando se baila y se hacen rondas<![if !supportFootnotes]>[29]<![endif]>, asimismo, comparó el regocijo de cada uno y uno al alcanzar ese nivel tan claro, que otrora (en vida) les estaba vedado, diciendo: “cada uno señalará con su dedo”<![if !supportFootnotes]>[30]<![endif]> y al decir: “nos salvó” se refiere a la liberación del alma racional, con la ayuda de Dios, de las ataduras del enojo y la furia, aportando prueba de la belleza, el honor y la verdad que alcanzarán los justos diciendo: “nos alegraremos y regocijaremos en Su salvación”.

 De esta forma todo el gran objetivo fue expuesto en breves palabras y en forma íntegra, transmitiendo una compleja e invalorable información con pocas frases. Con este ejemplo es suficiente para que analices casos similares.

3er CategoríaDichos literales de difícil comprensión.

Son aquellas expresiones que no poseen otro sentido que el expuesto literalmente, mas revelar el sentido literal de dichos aforismos y compenetrarse en su mensaje es algo que se le dificulta a la mayoría de los que abordan esa ardua tarea, al punto de no comprender la afirmación en absoluto o aun peor, entender justo al revés de lo que los sabios pretendieron decir. Esto es así, debido a que la profundidad del tema tratado, sumado al uso de palabras polivalentes, hacen que se torne dificultosa su comprensión  hasta llegar al punto de convertirse en cierto grado más difícil que la categoría anterior.

Por lo tanto se debe ser muy cauteloso y prudente al interpretar los pasajes que se inscriben en esta tercer categoría, pues con facilidad pueden conducirnos a errores y apartarnos de la senda correcta.

Ejemplo de esta categoría es lo expuesto en el Tratado Berajot página 5 folio b:

Constantemente debe el hombre hacer prevalecer el buen instinto sobre el mal instinto, tal como versa en Salmos 4:5: ‘Temblad y no transgredáis. Discurrid con vuestro corazón sobre vuestro lecho y callad’. Si con eso alcanza para desplazar al mal instinto bien, sino que recite los versículos del “Shemá”<![if !supportFootnotes]>[31]<![endif]>, como dice el versículo   citado: “…en sus lechos”, si con esto logra apaciguar su impulso bien, sino que medite acerca del día de la muerte, como dice: “…callad”.

Como podrás observar, no se esconde detrás del sentido literal algún otro mensaje, no obstante el texto es un tanto complejo, pues a lo que se refiere cuando dice: “mal instinto” o “buen instinto” no es algo que este bien definido y por lo tanto no se puede comprender bien cómo es que las estrategias sugeridas puedan servir para alcanzar dicha meta.

En cuanto a mí, trataré de elucidarte este pasaje para que te sirva de guía y ejemplo en textos similares. Lo primero que se debe notar, es el lenguaje imperativo<![if !supportFootnotes]>[32]<![endif]> de controlarlo y dominarlo.

Cuando dice: “el buen instinto” se refiere al discernimiento, racionamiento, intelecto.

Al decir: “mal instinto”, hace alusión a los placeres corporales, bajas pasiones y semejantes. El objetivo por lo tanto es que el individuo debe imponer su intelecto por sobre sus placeres e impulsos corporales, teniendo en mente siempre esta postura.

Si con esta premisa le es suficiente para controlar sus pasiones<![if !supportFootnotes]>[33]<![endif]>, dichoso de él, si no es así, que recite versículos o palabras que lo hagan reflexionar, apaciguando de esa manera sus apetitos, tratando de desviar su atención hacia otros asuntos<![if !supportFootnotes]>[34]<![endif]>.

Asimismo recitar el “Shemá”, compenetrándose del sentido de cada palabra de esos versículos. Dos fueron los motivos por el cual se seleccionó el “Shemá”, el primero, aunque no el más concluyente, alude a lo escrito en el versículo Salmos 4:5 antes citado : “en vuestro lecho” (literalmente: en vuestro acostarse N del T), y en el “Shemá” esta escrito: “al acostarse”, es decir, se aplica “Guezerá Shabá<![if !supportFootnotes]>[35]<![endif]> y enriquecida con el razonamiento lógico.

El segundo motivo, el más convincente, por cuanto en el  “Shemá”, se menciona la importancia del buen instinto (intelecto), la unidad de Dios, el amor y el servicio a Él con sinceridad y entereza, doblegando los impulsos negativos, tal como está escrito: “No os inclinareis en pos de vuestro corazón ni en pos de vuestros ojos”. Reforzando el buen impulso (intelecto) al decir: “Y seréis santos ante vuestro Dios”.

Continuando con la cita de los sabios, luego del “Shemá”, afirman: “si con ello bastó para sobreponerse, bien, etc.”, es decir, si la pasión no puede ser controlada y su corazón incircunciso no se somete (a su intelecto) con lo que sus labios pronunciaron y expresaron con los versículos citados en el “Shemá”, entonces que trate de doblegarlo pensando en el día de la muerte<![if !supportFootnotes]>[36]<![endif]> y el final de todo ser y con esto será suficiente para derrotar a los impulsos negativos y subyugarlos, tal como afirman: “Medita en estas tres cosas y será difícil que llegue a transgredir: 1) sé conciente de donde vienes, 2) a donde vas y 3) ante quien tendrás que rendir cuentas de tus actos” (Mishná, Avot)

4ta Categoría: Expresiones alegóricas.

Corresponde a aquellos dichos de los sabios en los cuales emplean algún versículo en forma alegórica, sacándolo de su contexto, utilizándolo en forma poética para ilustrar su postura<![if !supportFootnotes]>[37]<![endif]>, de ninguna manera el autor de dicha expresión supone que ese es el sentido del versículo.

Ejemplos de esta categoría se encuentran en el tratado Taanit, página 9, folio a, en el que Rabí Iojanán sostiene: “Está escrito: Diezmar; diezmarás, es decir: diezma y entonces te enriquecerás<![if !supportFootnotes]>[38]<![endif]>”.

O lo dicho allí también con respecto al versículo: “Y les concederé bendición sin límite”, dijeron: “hasta que se cansen tus labios de decir basta (pedir un límite)” y así casos similares.

Por lo tanto es inadmisible pensar que toda interpretación dada por los sabios a los versículos bíblicos fueron recibidas por ellos de boca de sus ancestros<![if !supportFootnotes]>[39]<![endif]>, y éstos de boca de sus maestros, así hasta llegar a Moisés, pues de esta manera piensan los que todavía no alcanzaron la madurez intelectual. Mas en realidad, toda interpretación a cualquier versículo de la Biblia que no este relacionada con algún fundamento o principio de la fe<![if !supportFootnotes]>[40]<![endif]>, como así tampoco se refieren a alguna ley de los preceptos de la Torá, ten por sabido que tal interpretación no es algo que ese erudito haya recibido por transmisión hasta remontarse a  Moisés nuestro maestro<![if !supportFootnotes]>[41]<![endif]>. No obstante, encontrarás entre estas interpretaciones algunas que responden a criterios racionales y otras no tanto, ya que fueron utilizadas poéticamente<![if !supportFootnotes]>[42]<![endif]> o graciosamente, para ilustrar una situación o postura, y para lograr este último objetivo, parafrasean las mismas palabras del versículo con la intención de transmitir la idea de ellos.

Otras veces, hay que examinar la frase con detenimiento, pues utilizan la similitud de las palabras del versículo, empero, no se refieren a su significado literal, sino a algún concepto asociado o insinuado suspicazmente.

       Es por eso que puedo permitirme el atrevimiento de decir que no me satisface la interpretación de Rabí Iehoshua, sección “Beshalaj” con respecto al versículo que dice:” y escucho Jetró y vino,…”  en donde se cuestiona: “¿Qué fue lo que escuchó Jetró para venir? Escuchó acerca de la guerra contra Amalek y vino”.

Esta interpretación la hizo Rabí Iehoshua basándose en su razonamiento, no es que lo haya recibido por transmisión, prueba de ello es que sustenta su opinión diciendo que es lo que en la Biblia está escrito inmediatamente antes del versículo en cuestión. Empero si su interpretación la hubiera recibido por transmisión, no hubiera precisado aportar una prueba o apoyo a su explicación.

Otro punto que refuerza esta idea es el hecho que otros sabios opinan de forma diferente, es decir que sostienen que lo que Jetró escuchó fue otra cosa, por lo tanto no puede ser una explicación recibida por transmisión, pues todo lo que fue recibido por transmisión, posee el carácter de inobjetable, y notarás que en el mismo sitio en que se expreso Rabí Iehoshua, Rabí Elazar disiente y sostiene que lo que Jetró escuchó fue la revelación del monte Sinaí, aportando pruebas a su opinión. Rabí Eliézer dice que lo que escuchó Jetró, fue la partición del mar Rojo, aportando también él pruebas a su opinión. […]

Asimismo encontrarás que la mayoría de las explicaciones de los sabios<![if !supportFootnotes]>[43]<![endif]> a los versículos bíblicos, se inscriben dentro de esta cuarta categoría, las cuales de ninguna manera constituyen la explicación al versículo citado, sino que son dichos por sí mismos y el versículo es sacado de su verdadera explicación para reforzar lo que ese sabio pretendía transmitir en ese momento.

       Todo cuanto te expliqué referente a esta categoría, es algo claro que solo el insensato o despistado pueden pensar lo contrario.

Resta agregar que esta categoría puede ser subdividida en muchos niveles, tantos como el número de sabios que las expresan, pues cada uno de los autores lo enuncia acorde a su grado de sabiduría. Debes percatarte de ello.

5ta Categoría: hablaron en lenguaje exagerado.

Son aquellas expresiones de los sabios que denotan un lenguaje de exageración<![if !supportFootnotes]>[44]<![endif]> o imaginario<![if !supportFootnotes]>[45]<![endif]> como por ejemplo, lo dicho en el tratado Pesajim, página 62, folio b:

Entre el primer Azael y el otro Azael se podría cargar 400 camellos con explicaciones que se han escrito sobre ellos

Y afirmaron algunos de los exegetas que el primer Azel hace referencia a la palabra que figura en un versículo determinado y el último Azel se refieren al versículo siguiente (es decir dos versículos consecutivos). Sea cual fuere la explicación que le quisiéramos dar a esta expresión, no escaparía del rango de la exageración, pues me parece inconcebible que se pueda completar la carga de cuatrocientos camellos aun con los comentarios escritos sobre la totalidad de la Biblia, con mayor razón al tratarse de solo dos versículos; por lo tanto se hace obvio que se trata de un lenguaje exagerado.

Ya me han antecedido otros que sostenían de esta misma manera<![if !supportFootnotes]>[46]<![endif]>. Esta categoría es ínfima en comparación con las anteriores, por ser que la mayor parte de sus dichos expresados en forma exagerada solo se tratan de historias y relatos, tal como te lo expondré a continuación.

4. Cuatro categorías de relatos

En cuanto a los relatos e historias que exponen los sabios<![if !supportFootnotes]>[47]<![endif]>, se pueden esquematizar en cuatro categorías:

1 Cosas que ocurrieron en la realidad.

Esta categoría esta compuesta por aquellos relatos que ocurrieron tal y como fueron relatados y fueron escritos, pues eran imperiosos saberlos para poder extraer de ellos una enseñanza. Esta enseñanza podía referirse al campo legal, al área de fe, conductas morales o que la citada historia contenga algún suceso maravilloso, similar a la categoría expuesta anteriormente, de todas maneras esta categoría a su vez se subdivide en otras cuatro:

l.a De enseñanza legal

Aquellos relatos de los cuales se extrae una enseñanza legal, como por ejemplo lo citado en el Tratado Sucá, página 28, folio a, respecto de quien estaba sentado en la Sucá y si bien no estaba por completo dentro de ella, su cabeza y la mayor parte de su cuerpo estaban dentro de la Sucá, donde dice: 

“Los de la Escuela de Hilel le dijeron a los de la Escuela de Shamai: ‘Sucedió una vez al dirigirse los sabios pertenecientes a la Escuela de Hilel junto con los de la Escuela de Shamai a visitar al erudito Rabí Iojanan ben Ajorani,  he aquí que lo encontraron en la sucá, con la mayoría de su cuerpo y la totalidad de su cabeza debajo de la sucá, mas la mesa estaba fuera de la sucá, dijeronles los de la Escuela de Shamai: “De aquí tienen prueba”, a lo que les respondieron los sabios de la Escuela de Hilel: “Si así has hecho, no has cumplido en tu vida con el precepto de la sucá”.

O lo relatado en el tratado de Ketubot 94 folio b, donde nos refiere un suceso en el que la madre de Rami ben Jamá, en un documento escrito por la mañana le cede todos sus bienes a él.

En otro documento, escrito por la tarde, figura que le cede todas sus pertenencias a su otro hijo Mor Ukva ben Jamá. Rami, se presentó delante de Rabí Sheshat el cual decretó que él (Rami), era el legítimo heredero. Por otro lado, Mor Ukva (el otro hijo), se presentó en el tribunal de Rabí Najmán reclamando que a él le pertenece la herencia; concordando con él Rabí Najmán.

Al cabo, Rabí Sheshat, se persentó en el tribunal de Rabí Najmán, inquiriéndole en base a qué le otorgó la herencia a Mor Ukva. Entonces le preguntó Rabí Najmán a Rabí Sheshat:

“-Primero, explícame, señor mío, por qué, usted, Rabí Sheshat, concedió la herencia a Rami ben Jamá

A lo que respondió Rabí Sheshat:

“-Pues, noté que el documento de Rami ben Jama, antecede al de Mor Ukva

Le replicó entonces Rabí Najmán:

“-¿Acaso no sabe mi señor, que en dos documentos fechados el mismo día, aquí en Jerusalem, no hacemos diferencia si uno antecede al otro, a menos que así lo especifique el mismo documento?”.

Entonces, Rabí Sheshat, le cuestionó:

“-Si es así, ¿en base a qué, mi señor, decretó que pertenece a Mor Ukva la herencia?”

Y le contestó Rabí Najmán:

“Pues así lo entendimos los jueces”

Rabí Sheshat declaró:

“-También así lo entendimos los jueces, al decretar que Rami ben Jama es el heredero”

 A lo que le contestó Rabí Najmán:

“-Dos cosas desfavorecen la postura de mi señor: primero, que mi señor no es juez matriculado y yo si, y la segunda, que mi señor, tal como ha expresado, se basó en el razonamiento para dictaminar la sentencia, y recién ahora, luego que fue rebatido ese razonamiento, pretende sostenerse con el argumento: ‘así lo entendieron los jueces’”.

Relatos como estos abundan en cantidad.

1.b De cualidades morales y éticas

Corresponden a esta categoría las historias que nos inculcan cualidades morales y éticas, tales como las relatadas en el Tratado Shabbat, página  30, folio b, donde dice:

En toda circunstancia debe el hombre ser humilde como Hilel el sabio, y no irritable como Shamai, tal como lo apreciamos en un suceso que ocurrió con dos hombres, en el que uno le propuso al otro exacerbar a Hilel, mas no lo lograron<![if !supportFootnotes]>[48]<![endif]>”.

La enseñanza extraída de aquel suceso es que se debe  imitar a Hilel acorde a las posibilidades de cada uno, pues  aquel sabio no se enfadó ni se inmutó ante los agravios de esos dos hombres vulgares, esa es una cualidad muy altruista. Hay muchas de este tipo de historias en el Talmud.

1.c De principios de fe.

      Este nivel esta conformado por aquellos relatos en los que se extraen de ellos nociones y principios de la fe, tal como lo expresa en el Tratado Taanit, página 23, folio a, donde cita:

      “Ocurrió cierta vez que le pidieron a Joní Hameaguel: ‘Reza para que llueva’, a lo que les respondió: ‘pongan a resguardo de la lluvia los hornos que se usan para Pesaj’<![if !supportFootnotes]>[49]<![endif]>  luego rezó, mas no llovió, acto seguido, hizo un círculo y se paró dentro de él y dijo: ‘Soberano del universo, tus hijos posan sus ojos sobre mí, etc.’

      Este episodio concreto, nos lega una profunda enseñanza acerca de la verdadera fe, aquella en la que Dios escucha las súplicas de sus servidores y les responde en momentos de angustia, tal como versa (Deuteronomio 4:7): “¿Y que otro pueblo tiene a Dios tan cerca, como el Eterno nuestro Dios, atento a todas nuestras súplicas?” , o tal como lo expresa el profeta (Isaías 58:9): “Entonces llamarás y el Señor te responderá”, y dice (Salmos 91:15) “Me invocarán y les responderé

      Otro caso similar, encontrarás en el Tratado Taanit, página 20, folio a:

      “Cierta vez ascendió el pueblo de Israel en peregrinación hacia Jerusalem y no tenían agua para beber, entonces fue Nakdimón ben Gurión…  por eso fue llamado Nakdímón, pues el sol se puso a causa de él<![if !supportFootnotes]>[50]<![endif]>; y ejemplos como este abundan en el Talmud.

l.d Relatos extraños y sorprendentes.

      Se inscriben en esta clase aquellos acontecimientos que se plasmaron por escrito debido a lo extraño y sorprendente del evento, tal como se relata en el tratado Iomá, página 83  folio b: en un suceso en el cual las deducciones de Rabí Meir lo ayudaron a intuir de qué tipo de persona se trataba aquel posadero y tomar precaución.

      Cierta vez Rabí Meir junto con Rabí Iehudá y Rabí Iosé estaban viajando y debieron pernoctar en una hostería. Rabí Meir solía poner mucha atención en los nombre de las personas, mientras que sus compañeros no lo hacían.  El nombre del dueño de la posada le despertó sospechas a Rabí Meir, puesto que lo relacionó con palabras similares de un pasaje bíblico, el cual presagia malos acontecimientos. Por lo tanto Rabí Meir, no confió sus bienes para que aquel hombre se los cuide, mientras que sus compañeros, no hicieron caso de ello y le confiaron sus bienes para que se los cuide.

      Al final, este hombre les robo las pertenencias a Rabí Iehudá y a Rabí Iosé, mientras que Rabí Meir, conservó sus bienes por haber desconfiado de aquel hombre. He aquí que este suceso no se compuso sino para demostrar la sabiduría de Rabí Meir<![if !supportFootnotes]>[51]<![endif]>.

      Y así con los casos similares, pues los relatos de esta naturaleza proliferan en el Talmud, especialmente en el tratado Guitín.

      No obstante, te percatarás de que los relatos pertenecientes a esta categoría, los exegetas extraen otras enseñanzas de ellos las cuales pretenden insertarse en alguna de las tres clases que anteceden a esta. No obstante, esta cuarta clase, merece ser considerada como una más, además de las tres anteriores, por lo que he expuesto hasta aquí.

2.  Sucesos que ocurrieron en sueños<![if !supportFootnotes]>[52]<![endif]>.

Comprenden esta categoría, las narraciones de sucesos que ocurrieron en sueños, mas fueron relatados en un lenguaje sencillo y popular, (sin especificar que se trataba de un sueño), pues era algo tan obvio que ninguna mente sana supondría que ocurrió en la realidad. Ejemplos de esto es lo relatado en el tratado Berajot, pagina7, folio a:

Dijo rabí Ishmael<![if !supportFootnotes]>[53]<![endif]>: -Ocurrió cierta vez en Yom Kipur, al ingresar en el Santo Sanctorum para realizar la ofrenda del incienso, divisé al Soberano del Universo, posado majestuosamente sobre el trono excelso y sublime… etc.<![if !supportFootnotes]>[54]<![endif]>

Y así existe una prolífera lista de historias similares. Asimismo, abundan los relatos en los que se describen encuentros con profetas<![if !supportFootnotes]>[55]<![endif]> y el consiguiente diálogo con ellos, extrayendo de ese suceso grandes lecciones, En esta categoría se inscriben también todos aquellas historias que tienen como epicentro la aparición de “Shedím”<![if !supportFootnotes]>[56]<![endif]>.

 Todo aquel que, en forma esporádica<![if !supportFootnotes]>[57]<![endif]>, incursiona en las exposiciones de los sabios pertenecientes a esta categoría, quedará perplejo y supondrá que tales eventos sucedieron en la vida real, tal y como están descriptos literalmente. Esta errónea conjetura, lo conducirá a razonar y creer en cosas imposibles de ser, adquiriendo una cosmovisión de la realidad, muy distante de la correcta, mas todo esto le acaecerá a causa de sus escasos y pobres conocimientos de la realidad y la naturaleza de las cosas, como así también de su exigua noción de la dialéctica y forma de expresarse de los sabios, los cuales exponen con palabras simples y sencillas, temas arduos y complejos<![if !supportFootnotes]>[58]<![endif]>, pues ese es el estilo de expresarse de los eruditos, tal como lo especificó mi padre y maestro en la Guía de los Perplejos, tercera parte, capítulo cuarenta y seis.

3. Sucesos que ocurrieron en la realidad, pero que fueron relatados en forma exagerada

Esta categoría está integrado por aquellos relatos que sucedieron en la realidad, solo que fueron contados en forma exagerada<![if !supportFootnotes]>[59]<![endif]>, pues cualquier persona inteligente se daría cuenta de que se trata de una exageración<![if !supportFootnotes]>[60]<![endif]>. Los sabios se permitieron hablar de esta manera, es decir, de forma exagerada, tal como se puede observar en el Talmud tratado Tamid, pag 29 folio a: “La Torá [a veces] se expresó en forma de exageración, los profetas [a veces] se expresaron en forma exagerada y también los sabios [a veces] se expresaron en forma de exageración. La Torá se expresó en forma de exageración, por ejemplo cuando dice: Grandes ciudades y construcciones hasta el cielo (Deut. 1:28). Los profetas se expresaron en forma exagerada, por ejemplo cuando dice: Y se partió la tierra por el ruido (Rey. I 1:40). Los sabios se expresaron en forma de exageración, aunque en la Mishná te puedo citar tres ejemplos, en el Talmud encontrarás una infinidad de expresiones exageradas”.

          Ejemplo de esta categoría es lo que dice el Talmud, tratado Meguilá página 7 folio b: “Rabba y rabbí Zera estaban comiendo y en medio del festín se levantó Rabba y degolló a rabbí Zera, luego imploró [a Dios] por él y lo revivió” La explicación es que seguramente le habrá otorgado un golpe muy fuerte que casi le provoca la muerte, la magnitud del golpe fue tan grande que le provocó un corte, probablemente el golpe fue en el cuello y utilizó la expresión: revivió con el mismo sentido que la emplea el profeta Isaías en el capítulo 38:9 He aquí lo que escribió Jizquiahu el rey de Judá cuando estuvo enfermo y revivió de su enfermedad.

También lo encontrarás en palabras de los sabios, en el Talmud, tratado de Nidá página 64 folio b donde dicen: Hasta que reviva de su herida. O aquello otro dicho en el tratado de Ketubot página 62 folio b donde relata que Rabbí Janinai fue a estudiar Torá durante diez años  y su esposa lo esperó durante todo esos años. Cuando regresó Rabbí Janinai a su hogar, se presentó de improvisto en a puerta de su casa  cuando su esposa lo vio y se le salió el alma. Dijo Rabbí Janinai: ¡Soberano del Universo! ¿En vano esperó todos estos años esta pobre mujer? Invocó misericordia para ella y revivió. En este relato, no debes suponer que cuando dice se le salió el alma que se refiere al hálito de vida y que en realidad murió, sino que a causa del exceso de emoción al ver de pronto a su marido, algo de su alma vital se debilitó y se desvaneció, como suele suceder a las personas en esas circunstancias, entonces, Rabbí Janinai pidió misericordia y la mujer recobró el sentido. Y así debes comprender los casos similares.

4 De metáforas o alegorías

Esta categoría está conformada por aquellas historias cuya esencia sucedió en la realidad, solo que fueron relatadas en forma figurativa y con alegoría, al punto tal de quedar opacado su verdadero sentido a la mayoría de los hombres, a no ser que se dedique a ahondar, sumergiéndose en la profundidad de la erudición de ese episodio. De esta forma, el instruido captará de inmediato el mensaje de las narraciones incluidas en esta clasificación, contemplando la excelencia y esplendor de estos pasajes, como así también, aquellos aspectos que a causa de su dificultad y profundidad permanecen vedados para las mentes de los insensatos.

No obstante lo complejo del tema, estos dichos, igualmente se las inculca al vulgo, aunque desatinadamente interpreten literalmente estas alegorías, empero aquel que sea poseedor de una mente sagaz, conocedor de la realidad y la naturaleza de las cosas, comprenderá cabalmente dicho enigma y lo develará a los demás.

Ejemplos de esta categoría se encuentran en el tratado Sucot, página 53, folio a, donde nos relata:

Cierta vez el rey Salomón encontró al ángel de la muerte entristecido y cabizbajo; entonces el rey lo indagó sobre el motivo de su angustia, a lo que el ángel de la muerte respondió:

-He aquí que se me ha encomendado tomar las almas de los dos sirvientes que están delante de ti.

Inmediatamente el rey Salomón ordenó a aquellos sirvientes que se dirijan a la ciudad de Luz (para salvarse de la muerte), pues allí la gente vivía hasta muy entrada la ancianidad.

Al ingresar los sirvientes a la ciudad de Luz, allí mismo murieron. Al día siguiente, nuevamente el rey Salomón se topa con el ángel de la muerte, esta vez se encontraba gozoso y rebosante; al inquirir el motivo de su regocijo, el ángel de la muerte le respondió:

-Exactamente al sitio en donde me había sido encomendado que allí debía tomar las  almas de aquellos dos, hacía allí los has enviado

Fue en ese momento en que sentenció el rey Salomón: “Hacia donde el hombre debe ir, sus pies lo conducen hasta allí.

Cualquier mente sana, se percatará de lo lejano de la realidad que se encuentra el sentido literal de esta exposición. A mi entender, la esencia de lo narrado en esta historia ciertamente habría ocurrido en la vida real, me refiero a que el rey Salomón, se habría percatado que aquellos dos sirvientes estaban al borde de la muerte<![if !supportFootnotes]>[61]<![endif]>, probablemente por alguna enfermedad que los arremetió o algún otro asunto por el estilo; es entonces cuando el rey Salomón trata de ayudarlos para que no mueran, así los envía a otra ciudad con mejores condiciones<![if !supportFootnotes]>[62]<![endif]> y de esa manera procurar que se curen, empero ocurrió que fallecieron en aquella tierra de la cual pensó Salomón que allí sanarían, mas distinta había sido la voluntad de Dios, ante quien nada ni nadie se oculta ni escapa; es por ello que expresó el rey Salomón: “Hacia dondeetc.<![if !supportFootnotes]>[63]<![endif]>

El resto del relato, fuera de lo que explique, es citado para darle entramado a la narración y para poder establecer la analogía; no obstante, si se aborda un análisis más exhaustivo de cada palabra de las historias que se inscriben en esta categoría, probablemente, halle sentido a cada una de las expresiones allí expuestas, sacando a luz la sabiduría que se esconde detrás de esa frase, mas no es mi intención extenderme aquí en este tema<![if !supportFootnotes]>[64]<![endif]>.

No te sorprenda el hecho de que las historias y relatos de los sabios, mayoritariamente, se traten de metáforas o alegorías que no se refieren a su sentido literal, pues esos mismos sabios interpretaban y explicaban los versículos de los profetas alegóricamente, observa lo que afirmaron acerca del versículo de II Samuel 23:20 que dice: “él hirió a los dos leones de Moav” o aquel otro que versa: “él fue el que descendió al pozo y mato al león que estaba adentro, en el día de la nieve”; notarás que en el tratado Berajot, página 17, folio a, que extraen el versículo de su contexto, hasta el punto de que quien así lo leyera, pensaría que no se esconde detrás de esas frases algún otro mensaje o enseñanza fuera de lo expresado en forma textual, sin embargo, no es esa la intención de los sabios al sacarlo del contexto, sino que hacen esto, en función de la metáfora o parábola que están empleando; y si los sabios hacían esto con las palabras de los profetas, con mayor razón que así hay que entender sus propias palabras cuando éstas no tienen significado en su sentido literal a los ojos de cualquier ser pensante. Al respecto ya se ha extendido mi padre y maestro en la introducción del capítulo Jelek<![if !supportFootnotes]>[65]<![endif]>.

Encontrarás en el mismo Talmud, una trascendente cita que irradia más luz sobre este tema, es decir, notarás plagado de metáforas y alegorías a la mayoría de los aforismos y reseñas de los sabios, esta cita se encuentra en el tratado Iruvín, página 63, folio a, en la cual un alumno del ilustre maestro Rabí Eliezer, se puso a disertar en lugar de su maestro sin su consentimiento; entonces Rabí Eliezer le murmuró a su esposa: 

“-Me sorprendería mucho si este alumno logra finalizar con vida el presente año”.

Le respondió su esposa:

“ -¿Acaso eres profeta?… etc.”.

Pero lo más significativo es el final de la cita donde se inquiere:

¿Para qué tantos detalles del alumno y el nombre de su padre?, -para que no creas que esto no sucedió en la realidad.

He aquí que con esta referencia queda claro que la mayoría de lo que relataron los sabios no debe ser interpretado literalmente<![if !supportFootnotes]>[66]<![endif]>. Grábate esta cita del Talmud en tu corazón y no apartes tu mente de ella, pues constituye una fantástica e incuestionable prueba de lo que he tratado de transmitirte, pues despertó mi atención hacia la profundidad de este mensaje un gran erudito talmúdico.

           En cierto aspecto, esta cuarta categoría de las historias o hechos de los sabios, se asemeja un poco al segundo nivel de los dichos de los sabios, en el aspecto que ambos se trata de temas complejos y confusos los cuales no son propios revelarlos al vulgo<![if !supportFootnotes]>[67]<![endif]>, es por eso que los expresaron por medio de parábolas y fábulas, mas tú, debes saber y conocer esta técnica. Por lo tanto debes prestar especial atención antes de explicar o interpretar historias o anécdotas de los eruditos, discernir si ellas ocurrieron en la realidad, o si ocurrió en un sueño o si se trata de una alegoría o metáfora. Esto te será una herramienta de gran ayuda para aclarar tus pensamientos cuando te sientas perplejo y turbado ante la extrañeza de la cita.

5. Dichos complejos

          Se hace imperioso que sepas, que es factible que te topes con afirmaciones de los doctos las cuales se inscriban en dos o más de las categorías enunciadas, ejemplo de ello es lo expresado en el tratado Jaguigá, página 14, folio b, donde afirma:

          “En cierta ocasión en que Rabí Iojanán ben Sacai se encontraba saliendo de Jerusalem montado sobre su mula, Rabí Eliezer ben Araj fue en pos de él para instruirse junto a aquel ilustre sabio y le dijo:

          -Maestro, enséñame algo acerca de los misterios (arcanos) de la Tora (Amasé Mercabá)<![if !supportFootnotes]>[68]<![endif]>.

          Le respondió Rabí Iojanán ben Saca: -¿Acaso no te he enseñado que no se diserta acerca de los misterios (arcanos) de la Tora (Amasé Mercabá) sino a aquel a aquel que es sabio y comprende por sí mismo y aun así sólo se le enseña en forma indirecta insinuando el tema y el alumno debe comprender por sí mismo?

<![if !supportFootnotes]> [69]<![endif]>

          -Entonces, maestro, permíteme relatar ante ti ciertas conclusiones a las que he arribado acerca de los misterios (arcanos) de la Tora.

          Entonces Rabí Yojanán, descendió de su mula, se envolvió en su manto y se sentó en una roca a la sombra de un olivo y le dijo:

          -Habla…

          Dijo Rabí Eliézer: -Maestro, ¿Por qué has descendido de la mula?

          Le dijo: -¿Es factible que tú hablarás acerca de los misterios (arcanos) de la Tora y la presencia Divina se encuentre con nosotros y los ángeles celestiales nos acompañan y yo estaré montado sobre mi mula?

          Comenzó Rabí Eliezer a exponer acerca del “Maase Mercaba” inmediatamente, cayó un fuego celestial, los árboles comenzaron a entonar alabanzas… etc.

          Entonces Rabí Yojanán besó a Rabí Eliécer en la cabeza y le dijo: – Bendito el Eterno, Dios de Israel, que ha hecho surgir un hijo de Abraham nuestro padre, que posee  la capacidad de comprender, investigar y enseñar acerca de los misterios (arcanos) de la Tora… Dichoso Abraham, nuestro padre, que Rabí Eliezer ben Araj, salió de tus entrañas.

          Claramente notarás que parte de esta historia sucedió en la realidad, textualmente como esta narrado<![if !supportFootnotes]>[70]<![endif]> y otra parte, sin lugar a dudas, ocurrió en sueño<![if !supportFootnotes]>[71]<![endif]>; encontrándonos, entonces, ante una cita compuesta por la primera y segunda categorías enumeradas y como ésta hay otros casos similares.

          Ejemplo de alguna anécdota que este compuesta por tres categorías distintas, es la que se relata en el mismo tratado a continuación de lo que hemos citado:  “Al escuchar lo sucedido a Rabí Eliezer, también Rabí Iehoshua comenzó a predicar acerca del ‘Maase Mercaba’ se formó el arco iris<![if !supportFootnotes]>[72]<![endif]> y los ángeles celestiales se amontonaron para escucharlo.

          También Rabbí Iosé comenzó a disertar sobre estos temas ante Rabí Iojanán ben Sacai.

          Dijo Rabí Iojanán ben Sacai:  -Dichosos los ojos que lo vieron, he visto en sueño, en el que ustedes y yo estábamos en el monte Sinaí, y una voz celestial resonó diciendo: Subid aquí, subid aquí, que una gran antesala llena de todo tipo de bellezas los espera aquí para ustedes… ”

          Abiertamente percibirás que la primera parte del relato corresponde a la primer categoría, cuando Rabí Iojanán le dice lo que vio en sueños, corresponde a la segunda categoría y lo que narra acerca de los ángeles, esto se inscribe en la cuarta categoría. Inútil es que demandes de mí explicarte más profundamente esto, pues ello implicaría revelarte complejos, impenetrables y reservados secretos de la Tora, y ya nos hemos extendido demasiado en el tema, debelándote lo oculto más de la cuenta.

6. Conclusión final

          Hemos derramado luz sobre aquellos pasajes en los que, aun a los ojos de los más entendidos e iluminados, se hospedaba la duda, por eso puedo afirmarte que con la división en categorías y niveles de las historias, relatos y predicas de los sabios, habiendo aportado pruebas y ejemplos de cada caso, he expuesto ante ti la explicación de todas las anécdotas y dichos de los sabios que figuran en el Talmud, para aquellos que realmente pretendan saberlas, pues al presentársele alguna de las historias o dichos del Talmud, inmediatamente verificará a qué categoría se adecua y entonces, comprenderá la verdadera profundidad de esas palabras, demostrando la grandeza de quien las pronunció, no como pretenden los necios<![if !supportFootnotes]>[73]<![endif]> o los caraim<![if !supportFootnotes]>[74]<![endif]>, que al tomar sus palabras sin descender hasta la profundidad de su significado, ridiculizan a los sabios.

          Aun más, puede ocurrir, que al no categorizar las palabras de los sabios, las interpretes literalmente, y erróneamente deduzcas falsedades o supongas que existen cosas irreales o imposibles de ser, o que sucedieron cosas que en realidad jamás ocurrieron; incurriendo en posibles formas antropomórficas de la Divinidad, o más grave aun, renegar de Dios<![if !supportFootnotes]>[75]<![endif]>. Pues esto es lo que sucede al interpretar en forma apresurada, negligente y literalmente las palabras de los sabios, creyendo que esa fue la verdadera intención de ellos al expresarlas<![if !supportFootnotes]>[76]<![endif]>. De los que así actúan fue dicho: “El alumno se equivoca y el error, se lo atribuyen a su maestro”. Reflexiona en extremo sobre este principio que acabo de exponerte, pues constituye un verdadero pilar que con la ayuda de Dios te he esclarecido en este coloquio.

Para Finalizar, me resta sugerirte a ti, bendecido de Dios, que tengas este tratado como sello en tu corazón y como señal frente a tus ojos y te sea como preámbulo y formula para todo lo que tus oídos escuchen o leas al respecto sobre los dichos y fábulas de los sabios, y te será de gran utilidad; entonces serás de los conocedores de la verdad y de los que en ella meditan, no como los que contrariamente, se encaminan detrás de las vanidades y tinieblas.

Que Él, enaltecido por sobre todo, con Su misericordia, dirija tus pasos por el camino de la verdad y te conduzca por Sus senderos. Sea Su glorioso Nombre bendecido, amen.

<![if !supportFootnotes]>


<![endif]>

 <![if !supportFootnotes]>[1]<![endif]> Los relatos de los sabios se pueden clasificar en  tres grupos:

              I.      Derashá (el significado etimológico de este concepto se refiere a preguntas, investigación y análisis de un tema, es decir, Derash es la explicación dada por los sabios acerca de un tema o su análisis. Ese tema puede ser un versículo de la Biblia o bien un tema general como ser cómo es la orbita solar)

           II.      Maasé, se refiere a un relato de algo que ocurrió, no se trata de un sueño o una fantasía sino algo real que pasó. El objetivo por el cual los sabios lo relatan es porque mediante ese hecho se aprende algo práctico, es decir, al repasar y relatar las conductas o actos de los sabios, sus discípulos aprenden cómo se debe actuar o cómo es la legislación en aquel caso. Es decir, se trata de algo simple y sencillo sin tener que recurrir a un profundo análisis para extraer grandes mensajes ocultos. Un ejemplo de este grupo es el que relata lo siguiente: “Estaban tales rabinos sentados relatándoos la salida de Egipto, se extendieron tanto en el relato que amaneció y se hizo la hora del rezo, entonces vinieron sus discípulos y dijeron: maestros llegó la hora de decir el Shemá” El tema es sencillo y claro su mensaje.

         III.      Hagadá, se trata de cosas que no necesariamente ocurrieron en la realidad, puede ser que sí, como también puede tratarse de una fábula en donde toda o una parte de ella fuera no real. A diferencia de la categoría de Maasé, no se trata de algo concreto y claro, en la Hagadá pueden ocurrir cosas extrañas e ilógicas que hacen que no se entienda bien qué fue lo que pasó y cómo pudo ocurrir semejante cosa. Por ej. “Iba paseando, vio una colina, comenzó a subir y de pronto la montaña comenzó a moverse hasta que se dio cuenta que en realidad se trataba de un animal enorme”, este relato se asemeja más a algo fantasioso que a un suceso real, pues no existe un animal tan grande que parezca una montaña y la escalemos.

  <![if !supportFootnotes]> [2]<![endif]> Nótese que comienza desde el Talmud y no antes, la pregunta es ¿por qué la Mishná, que es anterior al Talmud, no cita relatos de este tipo? En realidad, la Mishná trata sólo de los aspectos legales, leyes, leyes y más leyes. Si bien en toda la Mishná figuran algo así como unos treinta relatos, la mayoría son para ejemplificar un aspecto legal, no obstante, treinta relatos en un compendio de sesenta tratados, realmente no es mucho.

<![if !supportFootnotes]> [3]<![endif]>  Fábulas, estudio alegórico que no siempre se debe entender literalmente. Entre ellos los libros que hablan de esto son: Misdrash Rabba, Tanjuma, Sifra y Sifri, Mejilta, Yalkut Shimoni.

  <![if !supportFootnotes]> [4]<![endif]> Luego lo hará en forma general y breve en la Guía de los Perplejos.

  <![if !supportFootnotes]> [5]<![endif]> Al escuchar algún relato lejano de la realidad, se burlarán de los sabios y los tomarán por ingenuos y poco conocedores de la realidad. Por ejemplo, al escuchar una relato en donde se dice que existe un animal que tienen el tamaño de varias montañas juntas.

  <![if !supportFootnotes]> [6]<![endif]> Es decir, no lo tomarán muy en cuenta, dirán: “Los sabios dijeron tal cosa, pero a nosotros no nos parece”.

<![if !supportFootnotes]> [7]<![endif]> No es que el autor esté negando la Providencia Divina que poseen los sabios y piadosos sino que está estableciendo una necesaria diferencia entre la providencia a que estaban sujetos los profetas y la que les acaece a los que están en un nivel inferior a éste, que corresponde al nivel de los sabios y personas justas, como así también con los que se encuentran en un rango menor aun. Desgraciadamente hoy en día son muchas, los que se confunden y creen que el estilo y nivel de los milagros que le ocurrieron a los grandes sabios son iguales que los que le ocurrieron a los profetas. Aun entre los estudiosos de la Torah abundan los que así piensan y consideran equivocado a quien no piense así.

<![if !supportFootnotes]> [8]<![endif]> Es decir no se preocupa por elucidar si es verdad o no lo que se dijo. Otro punto importante es que el autor deja claro que cualquier cosa que sea dicha, independientemente de quien la diga, puede ser errónea y que esa prestigiosa personalidad que la afirmó eso, se equivoque.

<![if !supportFootnotes]> [9]<![endif]> Lo negativo es que en realidad no ha entendido qué es lo que se ha dicho, sino que lo toma y lo asume porque la persona que lo dijo es alguien importante. En realidad existen ciertos momentos en los cuales debido a la precocidad intelectual del individuo es provechoso que acepte las cosas sin entender, solo porque una persona que es mayor que él así lo dice, como en el caso de un niño pequeño a quien el padre le ordena no meter los dedos en el enchufe, si bien el niño no entiende qué es la electricidad y cómo funciona, obedecerá; esta actitud es buena para un niño menor, pero es obvio que está en un nivel superior el que no coloca sus dedos en el enchufe porque sabe lo que es la electricidad y los efectos que causará sobre sus dedos. Este nivel es superior porque cuando una persona entiende qué es lo que se le ordena y con qué objetivo le ordenaron eso, entonces podrá aplicarlo en otros casos, por ejemplo, el niño a quien el padre le ordenó no tocar el enchufe se limitará solo a cumplir esa orden, en cambio el que entiende la naturaleza de la electricidad y cuál fue la voluntad del padre al impedirle tocar el enchufe, entonces no tocará tampoco el botón de la luz ni un generador eléctrico ni jugará con artefactos eléctricos, mientras que el primero solo se limitará a no tocar el enchufe. Esto es lo que hacen los sabios de bendita memoria, al profundizar y entender las palabras de los eruditos del Talmud y comprender a qué se referían y qué objetivos pretendían entonces pueden sacar conclusiones en la práctica para poder resguardar aquel objetivo que quisieron preservar los sabios del Talmud.

<![if !supportFootnotes]> [10]<![endif]> Pues está diciendo o sosteniendo cosas que no sabe con certeza si son ciertas o no, sino que dice que él sostiene algo  que en realidad  no comprobó y solo lo repite porque lo escuchó decir de otro y esta actitud no es digna. En ese caso debería limitarse a citar lo que él escuchó nombrando la fuente y nada más.

<![if !supportFootnotes]> [11]<![endif]> En ese ámbito, el de la Torah se le ha otorgado a los sabios la autoridad para definir, además en ese campo son los más instruidos y adecuados los sabios para opinar en ese tema; por lo tanto la Torá nos encomienda obedecerles en todo lo que ellos digan, cosa que no ocurre con otras disciplinas en las que los sabios se explayan, como ser la medicina o la ciencia, etc, en ese caso, por cuanto que no es esa la disciplina en la cual ellos sobresalen y no recibieron una tradición oral de parte de Moshé Rabenu, entonces no recae la prescripción Bíblica de creerles a pies juntillas y no apartarse de sus palabras.

<![if !supportFootnotes]> [12]<![endif]> Es decir, no se fijan en quién lo dijo, sino qué es lo que dijo. Por más grande que sea el sabio que expuso,  aunque se trate de un profeta, no les faltó valentía a los sabios para analizar y llegado el caso decir que no puede aceptar lo que dijo porque no tiene lógica lo que acaba de  afirmar. Cabe hacer una diferencia cuando hablamos acerca de un profeta, todo lo que hemos dicho hasta aquí se refiere a cuando el profeta hasta opinando por sí mismo, y lo que dice no es algo que Dios le haya encomendado decir sino que está dando su propio punto de vista sobre el tema en cuestión, como en el caso del profeta Natán, que al comentarle el Rey David su intención de construir un santuario a Dios, el profeta lo felicitó y lo animó a hacerlo, pero esa mismo noche Dios le habló al profeta Natán para que le diga al Rey David que no será él sino su hijo Salomón quien lo construirá. De este suceso vemos claramente que el profeta Natán, cuando lo felicitó y lo  animó a hacerlo, estaba dando su opinión personal y no hablando proféticamente. Pero cuando el profeta está hablando en nombre de Dios, es decir, que dice algo por profecía, si no nos está ordenando hacer idolatría, entonces es nuestro deber obedecerlo sin hacer ningún tipo de cuestionamiento, pues así fuimos encomendados en la Torá.

<![if !supportFootnotes]> [13]<![endif]> Es decir, que no lo aceptaban meramente porque provenía de un erudito, sino porque lo comprobaron y estaban convencidos que era verdadera. No debemos confundirnos y considerar que entre las miles de responsas de los sabios, muchas veces encontrarás que en el desarrollo de la respuesta se dice: “¿Y quiénes somos nosotros para discutir con tal o cual erudito?”  no se trata de que aceptan su dictamen porque se trate de un renombrado sabio, pues si así fuera, entonces estarían cayendo en lo que el autor está criticando, sino que es una manera elegante y respetuosa de escribir,  y porque tal vez en esa ocasión el erudito de esa responsa no abordó el tema hasta la máxima profundidad y por eso lo que está haciendo es apoyarse en aquel sabio en el que confía que aquel sí analizó el tema bien a fondo.

<![if !supportFootnotes]> [14]<![endif]> Existen distintas posturas con respecto a cómo tomar las palabras de los sabios cuando se explayan en otras disciplinas que no son las de la Torá. Tomemos como ejemplo el caso de los piojos en donde los sabios permiten matarlos en Shabbat (a pesar que matar cualquier insecto en Shabbat está prohibido) debido a que en el caso específico de los piojos, sostenían los sabios del Talmud que se reproducían por generación espontánea. Ante este caso están los que adoptan la postura más extrema y “Kanahí”-celosa- y así afirmarán que por más que cien científicos con los mejores microscópicos le demuestren que los piojos se reproducen en forma natural, ellos no les creerían ni se apartarían de las palabras de los sabios. Otro grupo en cambio opinará que en realidad puede ser que los sabios también sabían que los piojos se reproducen en forma natural, pero por ser que no es algo que se puede ver a simple vista (debido a lo diminuto de los huevecillos) se considera como que es de generación espontánea y por ende no entra dentro de la prohibición de Shabbat, y eso es lo que cuenta (es decir el desenlace legal de la regla de Shabbat), Otro grupo tal vez dirá que los sabios de aquella época pensaban así en base a las premisas que los expertos de aquellas áreas (científicas) les explicaron, y asumiendo esas premisas como reales entonces razonaron de tal manera, no es que el razonamiento sea erróneo, sino que el razonamiento en sí fue correcto, solo que las premisas no fueron correctas, tal como el caso que le plantean a un juez que le dicen que fulano le quitó algo a mengano, el juez recurrirá a indagar a los testigos y los hechos hasta donde él alcance y si así declaran los testigos, lógicamente el juez determinará que fulano devuelva lo que tomó de mengano, pero si luego se demuestra que en realidad las cosas no fueron así, y el juez no tenía forma de saberlo pues en aquella época no existían los conocimientos o los mecanismos para saber que no ocurrió así, entonces no decimos que el  juez se equivocó, igualmente sucede en nuestro caso, no decimos que los sabios se equivocaron sino que en base a los conocimientos científicos de aquella época, en el cual los sabios se basaron, eran incorrectos y si los sabios supieran lo que la ciencia opina hoy entonces opinarían diferente (no obstante hay que demostrar que en realidad ese y solo ese (lo que los científicos de aquella época pensaban) fue el motivo por el cual los sabios decretaron de esa manera).  Otro grupo más irresponsable dirá que en realidad los sabios de aquella época se equivocaron y hoy en día en que “sabemos más” que ellos, definimos las cosas de otra manera.  En otras palabras, este grupo de intelectualoides sostiene: “-Antes creían cosas erróneas pero hoy en día sabemos más que ellos por ende nosotros decretamos de otra manera.”

<![if !supportFootnotes]> [15]<![endif]> Ver también R. Sherira Gaon y R. Hai Gaon en sus responsas donde afirman: “Nuestros sabios no eran médicos sino que hablaban acorde a las experiencias y lo que se sabia en aquellos días, por lo tanto no es que nos esta vedado  apartarnos de lo que afirmaron al respecto, ya que lo que expresaron lo dijeron en base a un análisis y recopilación de los conocimientos de la época.” Con respecto a disciplinas tales como la pedagogía, psicología sociología, educación y otras que tienen que ver con la psiquis y costumbres del ser humano, son temas que no se pueden inscribir en temas netamente físicos tal como ocurre con la medicina por ejemplo, sino que están en un punto intermedio, pues si el sol gira alrededor de la tierra o no, esto no va a influir sobre la personalidad del individuo o si será mejor o peor persona, pero, áreas que incluyen valores, buenas costumbres, etc, sí son de extrema importancia en la formación de la personalidad y si serán buenas o malas personas o su actitud con respecto a Dios etc. Por lo tanto en estas áreas, los sabios ahondaron más en la opinión de la Torá, pues ésta le dedica mucho a estos temas que como dijimos tratan acerca de mejorar al ser humano, entonces con respecto a estos temas, los sabios poseen preeminencia sobre las opiniones de los especialistas en esas disciplinas. Esto es patente, cuando se habla de la psicología humana, que frecuentemente se vuelve a las opiniones de los sabios antiguos o a Maimónides, que desde antaño sostenían lo que los psicólogos hoy en día sostienen, luego de varias idas y venidas y estudios.

<![if !supportFootnotes]> [16]<![endif]> Donde Maimónides se explaya acerca de las conductas correctas con respecto a las comidas.

<![if !supportFootnotes]> [17]<![endif]> Es decir, tampoco debemos irnos al otro extremo y decir que todo lo que opinaron sobre la medicina no es correcto, pues como vemos hay cosas que son muy actuales, y entonces sí tenemos que acatarlas.

<![if !supportFootnotes]> [18]<![endif]> Aristóteles sostenía que Dios conoce a la especie humana en general, pero no a cada individuo en particular, con sus problemas y detalles. No obstante, de ser Aristóteles un gran sabio que dijo grandes cosas acerca de Dios y Su existencia, como así también muchos razonamientos lógicas correctos, no por ello debemos aceptar todo lo que él diga. Suele ocurrir en el mundo de la filosofía, que se aceptan las cosa dependiendo de quien lo dijo sin analizar tanto lo que se dijo.

<![if !supportFootnotes]> [19]<![endif]> Sino que debemos analizar cada dicho en particular, tal como dice el Talmud: “Acepta la verdad de boca de quien la dice, no importa quién sea el que la dice.” (Si es verdad, escúchala)  Ejemplo de esto lo vemos en el Talmud, Rabí Meir, el alumno de Rabí Akiva, solí aprender de Elisha ben Abuya, a pesar de que era hereje, y cuando lo amonestaron por ello, respondió Rabí Meir, que el fruto come y la cáscara la arroja. Más aun, el mismo Rabí Yehudá Hanasí, conocido también como Rabenu  Hakadosh (el santo),  el autor de la Mishná, tuvo la entereza de citar a Elisha ben Abuya en la Mishná, a pesar que se trataba de un hereje, pero por cuanto que lo dijo era una verdad, lo citó: “Todo aquel que le enseña a un niño se parece a aquel que escribe en una hija limpia y sin usar”.

Obviamente, cuando se trata de algún tema en que no se puede investigar profundamente porque carece ahora de los conocimientos adecuados o los elementos para estudiar esa materia, en ese caso es apropiado apoyarse en la opinión de algún otro sabio anterior que haya analizado el tema. En cuyo caso, no podrá afirmar que él sabe que es así, sino que debe decir que en esa área por carencia de tiempo o de análisis, prefiere apoyarse en lo que sostiene tal sabio pues confía en que haya hecho un buen trabajo de investigación, pero de ahí a darlo por verdadero y aceptado, todavía hay un trecho considerable para recorrer.

 <![if !supportFootnotes]>[20]<![endif]>  Por lo tanto inobjetable.

<![if !supportFootnotes]> [21]<![endif]> Es decir que durante el día el sol se desplaza de Este a Oeste por debajo de la esfera celeste y por eso es visible, y por la noche retoma a su punto de partida trasladándose de Oeste a Este pero no lo vemos porque este desplazamiento lo hace por sobre la esfera celeste, que no es transparente.

<![if !supportFootnotes]> [22]<![endif]> Es decir, de día lo hace de Este a Oeste por sobre la tierra, tal como lo vemos nosotros, y al llegar al horizonte en el Oeste continua el sol girando en su misma dirección por debajo de la tierra, es decir la circunvala.

<![if !supportFootnotes]> [23]<![endif]> Al ser que el sol pasa por debajo de la tierra es el causante que los manantiales estén mas cálidos por la noche. Hay quienes quieren sostener que no es incorrecto decir que es el sol el que gira alrededor de la tierra, pues en realidad si la tierra gira alrededor del sol, tal como diría Einstein, todo es relativo, es decir depende desde el punto de vista que se lo mire. Así por ejemplo el que se encuentra en un auto que está detenido y a su lado un autobús se mueve lentamente hacia adelante, a pesar que el auto está completamente detenido, sus integrantes al ver que el autobús se mueve, tendrán la sensación de que es el auto de ellos el que se mueve hacia atrás, cuando en realidad el que se mueve es el autobús. Esta lógica del relativismo es correcta en algunos casos, pero no en todos, cuál de los dos objetos es el que se mueve, será relativo al punto que tomamos como parámetro, pero hay cosas que no se pueden decir, por ejemplo si el círculo. A se encuentra dentro del circulo B eso no es algo relativo a desde donde lo miremos, siempre el A estará dentro del B y no viceversa.

<![if !supportFootnotes]> [24]<![endif]> Ver Guía de los Perplejos parte II capítulo 8

<![if !supportFootnotes]> [25]<![endif]> Cuando dice Santo no se refiere a que es mejor, sino que santidad tiene que ver con aquel que esta elevado por sobre las cosas materiales, por lo tanto aquel que es capaz de renunciar a su honor y beneficios personales, en pos de la verdad, ese individuo, indudablemente está en un nivel superior.

<![if !supportFootnotes]> [26]<![endif]> En resumen, lo que dijo hasta ahora, es que cuando los sabios hablan de temas halájicos (leyes bíblicas) su opinión es irrevocable, mas cuando tratan de otros temas, como ser temas científicos, de medicina, etc. en esas áreas, la opinión de los sabios no es determinante, pues se basan en los conocimientos de la época, a no ser que explícitamente digan que se trata de algo que han recibido por tradición oral.

<![if !supportFootnotes]> [27]<![endif]> En el futuro que presagió en el versículo anterior.

<![if !supportFootnotes]> [28]<![endif]> Es decir, no se trata de un lugar o espacio físico, sino de un estado. El mundo venidero no es un mundo físico, que queda en algún lugar recóndito, sino un estado de elevación espiritual, como ya lo explicó Maimónides en la introducción al Perek Jelek.

<![if !supportFootnotes]> [29]<![endif]> Por eso es que dice: “hará una ronda”. La característica de una ronda es que gira alrededor de un centro, en este caso, cuando el grado espiritual es tal que Dios es el centro de la vida y alrededor de eso el sabio forja su vida.

<![if !supportFootnotes]> [30]<![endif]> Esto se refiere, que puede captar a Dios en forma clara, tan nítido que puede señalarLo con su dedo. Y eso ocurre en el mundo venidero, pues en este mundo se prepara, trata de quitar todas las barreras mentales entre el hombre y Dios  y apegarse a Él, pero es en el mundo venidero cuando ya desaparecieron los velos de la vida material-física, en donde podrá captar plenamente a Dios.

<![if !supportFootnotes]> [31]<![endif]> Conjunto de versículos que contienen profundos principios de fe y amor a Dios, Deuteronomio 6:4-9.

<![if !supportFootnotes]> [32]<![endif]> Es decir, que es un deber del hombre, “debe” imperativamente sobreponer su buen instinto al mal instinto.

<![if !supportFootnotes]> [33]<![endif]> Es decir, si meditando llega a la conclusión que no es correcto correr tras esas pasiones abandonando la parte espiritual.

<![if !supportFootnotes]> [34]<![endif]> Por ejemplo, cuando nuestro instinto nos fuerce a actuar rápidamente o en forma impulsiva, entonces debe recordar aquellos versículos en los cuales vemos que actuar de esa manera lo llevó a la perdición a aquel individuo, como ser el caso de Amnón el hijo de David con su hermana Tamar, o al contrario, el caso de Iosef, que no actuó en forma impulsiva con la esposa de su patrón y no se dejó llevar por ello y como todo eso desembocó en grandeza para Iosef. Si bien en el punto anterior se refiere a que el razonamiento sea la herramienta que impida a actuar en forma incorrecta, ahora, está recurriendo no a cuestiones intelectuales o filosóficas sino a historias y casos reales, es decir a imitar.

<![if !supportFootnotes]> [35]<![endif]> Una de las trece reglas hermenéuticas que utiliza el Talmud, para estudiar la Torá     

<![if !supportFootnotes]> [36]<![endif]> Este tercer punto tiene que ver ahora con el temor, antes fue con el intelecto, luego con los versículos, que le hablan de ejemplos reales, y por último si esto no funciona, entonces el temor funcionará, para aquellos que no quieren pensar. Cabe preguntarse ¿por qué ordenó de esta manera estos tres puntos? Si el último es el que es suficiente para derrotar a los impulsos, que lo nombre en primer lugar. En realidad el autor lo colocó en este orden, pues le dio prioridad al orden de importancia, primero el intelecto y luego el temor.

<![if !supportFootnotes]> [37]<![endif]> Ver Guía de los Perplejos III parte capitulo 43.

<![if !supportFootnotes]> [38]<![endif]>  Si bien los sabios explicaron que la repetición del verbo: “diezmar, diezmarás” se refiere, la primera vez que dice “diezmar” se entiende en su sentido literal de sacar el diezmo, la segunda vez que dice “diezmarás” (en hebreo tehaser) se refiere a otro concepto hebreo: enriquecerse, (que en hebreo se dice Teahser), Este es el sentido alegórico, de ninguna manera se refieren que es el sentido literal del versículo, y si preguntásemos acerca de cuál fue el motivo por el cual fue duplicado el verbo “diezmar”, la respuesta sería, que la Torá puso mucho hincapié en este precepto y por eso para remarcar más el mandamiento lo repite.

<![if !supportFootnotes]> [39]<![endif]> Sin duda lo que está planteando aquí el autor, es una de las ideas  más importantes de las explicaciones a los versículos dada por los sabios.

<![if !supportFootnotes]> [40]<![endif]> Enumerados en los trece principios de fe.

<![if !supportFootnotes]> [41]<![endif]> En cuyo caso implicaría que dicha explicación se inscribe dentro del rango de “inobjetable”.

<![if !supportFootnotes]> [42]<![endif]> Es decir, el autor de esa interpretación, sabe perfectamente que la interpretación que está esgrimiendo no es la intención del versículo, sino que cita ese versículo en alusión a la idea que expone en forma asociativa. La idea o pensamiento que está planteando es verdadero, y lo asocia a un versículo para poder decirlo o para que quede grabado en la mente de las personas. Esto suele ocurrir con las abundantes enseñanzas que los sabios dicen en el Talmud: “No leas esto, léelo de esta otra manera” (Al tikre…  ela……) en donde también ellos saben que el versículo se refirió a su significado tal y como se lee, pero para que quede grabada en la mente de los alumnos una idea verdadera, lo asociaron a un versículo determinado, que variando una letra o palabra menciona el tema de la idea que aquel sabio pretende inculcar, a pesar que el propio versículo citado puede o no tener que ver con el tema en cuestión.

El autor pone mucho hincapié en la comprensión de la literalidad del texto y la intención del versículo en su sentido llano, pues eso es lo que Dios quiso decir y transmitir con ese versículo, luego las cuestiones alegóricas, puede que se trata de enseñanzas correctas y verdaderas de los sabios, que asociaron a ese versículo, mas en realidad no era ese el tema que Dios se refería en ese versículo. Esto no debe entenderse como que hay que quedarse con la comprensión literal, y desechar las enseñanza y explicaciones de los sabios, pues opinar de esta manera, es ser Karaíta, es decir aquellos que reniegan de la Torá Oral, los cuales quedan fuera del judaísmo.

<![if !supportFootnotes]> [44]<![endif]> Por ejemplo aquel Midrash que dice que en la ciudad de Betar habían cuatrocientas casas de estudio, en cada una de ellas había cuatrocientos maestros los cuales tenían cada uno cuatrocientos alumnos. Si hacemos una cuenta sencilla veremos que entre las cuatrocientos casas de estudios había 64 millones de alumnos, si a esto le sumamos las mujeres, quiere decir que en la ciudad de Betar habían por lo menos 128 millones de habitantes, y esto es algo que sabemos positivamente que no existió. Lo que los sabios quisieron decir con esto es que eran muchas los alumnos que se refugiaron en Betar. El número siete, setenta, cuatrocientos, entre otros, es un número muy utilizado por los sabios para denotar algo muy grande.

<![if !supportFootnotes]> [45]<![endif]> Muchos de ellos se encuentran en el Midrash Rabbá y Tanjuma.

<![if !supportFootnotes]> [46]<![endif]> Ver la introducción que hace Rabí Abraham Ibn Ezra a su comentario de la Torá.

<![if !supportFootnotes]> [47]<![endif]> Por ejemplo los relatos de Rabba bar Jana que viajaba mucho al exterior, y al regresar contaba muchas anécdotas de cosas extrañas o imposibles de ser.

<![if !supportFootnotes]> [48]<![endif]> Una vez, dos personas apostaron entre ellos: quien fuera capaz de hacer enojar a Hilel, ganaría 400 monedas.

Uno de ellos dijo: -Yo lo lograré.

Al día siguiente, era víspera de Shabbat, e Hilel se estaba lavando la cabeza. Fue aquel hombre y pasó por la puerta de su casa.

-¿Está Hilel? ¿Está Hilel? Preguntó.

Hilel envolvió su cabeza, salió a su encuentro, y le preguntó: -Hijo mío, ¿qué necesitas?

-Tengo una consulta para hacerte, dijo el hombre.

-Pregunta hijo mío, pregunta.

-¿Por qué las cabezas de los Babilónicos son ovaladas?

Le respondió: -Hijo mío una gran pregunta has formuladio. Las parteras no son muy despiertas, y cuando asisten a la madre en el parto tocan la tierna cabeza de los bebés, y se tornan ovaladas.

El hombre se marchó y esperó una hora. Al rato volvió y preguntó:

-¿Está Hilel? ¿Está Hilel?

Nuevamente se envolvió Hilel, y salió a su encuentro, preguntándole: -¿Qué necesitas, hijo mío?

Le dijo: -Tengo una pregunta para hacer.

Le dijo Hilel: -Pregunta, hijo mío, pregunta.

-¿Por qué los ojos de los Termodiim son débiles y enfermizos?

-Has formulado una gran pregunta, hijo mío. Se debe a que viven en localidades arenosas, por consiguiente la arena penetra en sus ojos, y les provoca enfermedades en ellos

El hombre esperó otro rato y retornó, llamando: -¿Está Hilel? ¿Está Hilel?

Una vez más se envolvió Hilel y salió a su encuentro, preguntándole: -Hijo mío, ¿qué necesitas?

-Le dijo tengo que formularte una pregunta.

Le contestó: -Pregunta, hijo mío, pregunta.

-¿Por qué los pies de los africanos son anchos?

Le contestó: -Hijo mío has formulado una gran pregunta. Se debe a que viven entre los estanques de agua, y andan descalzos, extendiéndose por ello, sus pies<![if !supportFootnotes]>[48]<![endif]>.

Le dijo el hombre: -Tengo muchas consultas para hacerte, pero temo que te enfurezcas conmigo.

Hilel, se envolvió, y se sentó delante de él, y le dijo:

-Todas las preguntas que deseas hacer, formúlalas.

Le dijo: -¿Tú eres Hilel, a quien llaman el príncipe de Israel?

Le dijo: -Efectivamente.

Le replicó: -Si así es, pues entonces que no haya muchos como tú en el pueblo de Israel.

Le preguntó: -¿Por qué hijo mío?

Le respondió: -Porque perdí por tu culpa 400 monedas.

Le dijo Hilel: – ¡Cuida tu alma!, es digno Hilel de que pierdas por su intermedio, 400 monedas, y otras 400 monedas más, y que Hilel no se enfade.

<![if !supportFootnotes]> [49]<![endif]>  Estaba tan seguro de que iba a llover que les aconsejó que pongan a resguardo los hornos, que eran de lodo, para que no se estropeen con la lluvia.

<![if !supportFootnotes]> [50]<![endif]> En hebreo el vocablo para expresar que el sol se puso se dice: “nikava”

<![if !supportFootnotes]> [51]<![endif]> Muchas veces el nombre de las personas nos revelan detalles de ellos o de su educación. Generalmente los padres ponen a sus hijos el nombre de lugares, sucesos o personalidades que admiran o consideran importantes, esto nos puede ayudar para saber qué cosas o valores eran importantes para los educadores de este niño y así podremos saber qué le inculcaron de niño, así también para el niño es influyente el nombre, pues generalmente se identifica o se interesará por la personalidad por la cual él lleva ese nombre, todo esto nos ayuda a conocer su personalidad, aun antes de intercambiar palabra alguna. Por supuesto que esto no es determinante ni que así será siempre, pues hay individuos que por más que fueron educados de cierta manera, al crecer pueden cambiar su filosofía de vida y valores, renunciando a todo lo que vieron en la casa de sus padres, ya sea para bien o para mal.

<![if !supportFootnotes]> [52]<![endif]> Esta categoría es clave para comprender muchos relatos inconcebibles e insólitos del Talmud y del Midrash.

<![if !supportFootnotes]> [53]<![endif]> ‘Quien ejercía como sumo sacerdote

<![if !supportFootnotes]> [54]<![endif]> Obviamente que se hace inconcebible que  alguien pueda en la realidad física ver a Dios que está sentado etc. Por lo tanto todo esto ocurre en sueños. Cabe preguntarse: ¿Por qué no dijo directamente desde el principio que una vez tuvo un sueño, etc.? El tema es que para el autor era tan obvio que esto no puede ser en la realidad que no hace falta decir textualmente que se trataba de un sueño. Por ejemplo cuando alguien quiere expresar que llegó rápido suele decirse que vino volando, obviamente que no se refiere a que es superdotado y que posee la facultad de volar, ¿y por qué no lo aclaró?, pues esto es algo muy claro que los hombres no vuelan y que se refiere a una metáfora. Así también Rabí Ismael, ve redundante decir que esto le ocurrió en un sueño. 

<![if !supportFootnotes]> [55]<![endif]> Entre los más frecuentes figuran los relatos acerca de las  apariciones del profeta Eliahu. Y a pesar que hay quienes sostienen que en realidad el profeta Eliahu se le apareció físicamente, la opinión de Rabenu Abraham no es única, sino que también es sustentada por otros sabios, entre ellos también sabios que poseían grandes conocimientos de Kabalá. El Sabio Ben Ish Jai, es tajante al afirmar que todas esas apariciones no ocurren en la realidad física sino en la realidad de la mente. La preeminencia del sueño en los que se relata la aparición del profeta Eliahu, nos demuestra que no es un sueño corriente, sino que se trata de un nivel superior de sueño.

<![if !supportFootnotes]> [56]<![endif]> Este es un termino de difícil comprensión, mientras que muchos exegetas consideran que los Shedím‘-‘ son criaturas diabólicas, peligrosos duendes; otros más racionalistas como Rambam, sostienen que tales criaturas sólo existen en las visiones o sueños. También opinaban así sabios de Talmúdicos o posteriores a ellos como  el sabio Rif, de la época medieval. Por otro lado, Maimónides se refiere a todo aquello que es dañino con el término de “Shed” (Véase More Nebujim parte I al final del capítulo 7) Entre los sabios más contemporáneos hay quienes dicen que hoy en día gracias a los poderosos microscopios, quien puede observar un virus o bacteria agrandada millones de veces su tamaño, se ve como una figura aterrante, y además en su calidad de virus, es dañino, y está por todas partes, y no se lo puede ver a simple vista, y demás detalles que el Talmud aporta acerca de las cualidad de los Shedím.

<![if !supportFootnotes]> [57]<![endif]> Es decir alguien que no tiene instrucción previa acerca de cómo deben ser entendidas las palabras de los sabios, cuándo están hablando metafóricamente, cuándo lo hacen en forma de exageración, etc.

<![if !supportFootnotes]> [58]<![endif]> Ver Rambam introducción al Perek Jelek.

<![if !supportFootnotes]> [59]<![endif]>  Los hablan en forma exagerada, a pesar que no es exactamente fiel a lo que sucede en la realidad, porque así es como se habla y ellos quieren hablar en el idioma en que normalmente se habla.

<![if !supportFootnotes]> [60]<![endif]> Como cuando uno dice: “El salón estaba tan lleno que no cabía ni un alfiler”, donde todos los oyentes saben que se trata de una exageración para denotar lo lleno que estaba el lugar, pero seguramente un alfiler cabía allí.

<![if !supportFootnotes]> [61]<![endif]> En el relato lo va a alegorizar diciendo que vio al ángel de la muerte y les dijo que vana a morir.

<![if !supportFootnotes]> [62]<![endif]> Ya sea un mejor clima, etc. No solo Rabbí Abraham lo explica así, sino que Rashí también lo explica de esta manera.

<![if !supportFootnotes]> [63]<![endif]> Esto no se refiere a que ya todo está destinado, sino que, con respecto a la muerte, eso no está en manos del hombre, por más que se esfuerce, llegado el momento va a morir. El ser humano tiene que hacer todo lo que está en sus manos para curarse, pues él no sabe cuándo es su hora de morir, tal vez en ese caso sí depende de que haga su esfuerzo y acate el tratamiento para curarse y seguir viviendo o tal vez  la Voluntad de Dios era que muera en donde  por más que haga todos los tratamientos, igualmente morirá. Por lo tanto como ignoramos en cuál de los dos casos estamos, en todos los casos, debe hacer su esfuerzo.

<![if !supportFootnotes]> [64]<![endif]> Para indagar mas sobre este tema ver introducción a la Guía de los Perplejos.

<![if !supportFootnotes]> [65]<![endif]> El lenguaje alegórico de los sabios.

Es importante que te percates, que con respecto a los dichos y expresiones de nuestros sabios de bendita memoria, existen tres posturas al respecto de cómo interpretarlos:

3.1 El primer grupo, que constituye la mayoría de los que conozco, o de los escritos que leí o que llegaron a mis oídos sus opiniones, son los que afirman que las máximas de los sabios deben ser tomadas y entendidas literalmente sin tolerar ningún mensaje oculto o alegórico en sus palabras, aun aquellas afirmaciones de los sabios que contradigan la realidad, tampoco en este caso contemplan la posibilidad de que se trate de algo alegórico, sino que sostienen que así tubo que ser en la realidad, (por más extraño e irreal que parezca).

No obstante, esta manera de pensar, es producto de la falta de comprensión de la naturaleza de las cosas y la carencia de una mente especulativa, crítica e inductiva, como así también, nadie los ha introducido en esta materia. Sostienen que los sabios en todas sus sentencias correctas y profundas, no se refirieron, sino a lo que ellos, de acuerdo a su capacidad, entienden, siempre tomando todo en forma literal.

Sin embargo, algunas de las palabras de los sabios, las deforman y las alejan de todo aspecto lógico y racional hasta el punto tal, que aun si fueran relatadas de esa manera al vulgo, mucho más si se lo dijeren a alguien inteligente, éstos se sorprenderían y quedarían perplejos preguntándose: -¿Cómo es factible que exista alguien que afirme eso, o que piense que es correcto razonar así?, concluyendo, entonces que tales palabras son incoherentes.

En realidad este grupo, pobre en pensamiento, es digno de lástima, por su insensatez, pues pretenden honrar y elevar a nuestros sabios, acorde a su capacidad, pero en realidad, los sumergen en la más profunda bajeza y ni siquiera se dan cuenta ni entienden esto. ¡Como que vive Dios! Créeme, que este grupo rebaja a la Torah y le quitan todo su brillo, dejando a la Torah de Dios, justo al revés de lo que ella representa; ya que Dios, exaltado sea, dijo en Su sagrada Torah: “Cuando oigan todos estos fueros, habrán de decir: -un pueblo sabio e inteligente es esta gran nación” (Deuteronomio 4:6); empero esta agrupación, al pregonar las máximas de nuestros sabios literalmente<![if !supportFootnotes]>[65]<![endif]>, hacen que todo aquel que los escuche exclame: “Qué pueblo tonto e insensato es esta nación pequeña”.

Esto es lo que logran la mayoría de los oradores que explican y comentan al pueblo lo que ellos mismos no entienden; quien nos diera que al ser que no entendieron ni captaron las palabras de los sabios, se quedarán en silencio tal como versa: “¡Ojalá callar se callasen y eso les será considerado sabiduría”(Job 13:5) o que al menos reconocieren y afirmaren: -no comprendemos a qué se refieren los ichos de nuestros sabios en este caso, por lo tanto no sabemos cómo interpretarlos. Empero ellos creen entenderlos e intentan transmitir al pueblo, no lo que los sabios quisieron decir, sino lo que ellos con su flaqueza intelectual entendieron, poniéndose a predicar delante del público, los dichos y afirmaciones de los sabios en el Talmud tratado Berajot o el capítulo Jelek del tratado Sanedrín, por supuesto, entendiéndolos en forma literal, palabra por palabra.

3.2 El segundo grupo, también es muy numeroso. Igualmente, éstos toman las palabras de nuestros sabios en forma literal y sostienen que no se referían a otra cosa fuera de lo literalmente expuesto, pero a diferencia del primer grupo, los citan de esta manera en forma despectiva y peyorativamente, difamando lo que no corresponde difamar y frecuentemente se burlan de las expresiones de nuestros sabios, considerándose ellos mismos más inteligentes y con mentes más agudas que la de los sabios, y que aquellos eruditos, eran ingenuos, poco racionales y que desconocían en absoluto la realidad y la naturaleza de las cosas, hasta el punto de no haber alcanzado la sabiduría en cualquiera de sus expresiones.

Sin embargo la mayoría de los que integran este grupo, suelen equivocarse debido a que se ven a sí mismos como entendidos en las ciencias médicas, versados en las vanidades de la astrología y considerándose grandes sabios, inteligentes, jactándose de intelectuales y filósofos. Mas en realidad no se percatan cuán lejos están de aquellos verdaderos sabios y filósofos.

Este grupo es más necio que el primero y mucho más ignorante que aquel. Tornándose detestables, debido a que ensucian a ilustres y grandes personalidades, cuya sabiduría es manifiesta para los más sabios, empero esta agrupación de incapaces, si tan solo excursionaran un poco en el conocimiento, hasta saber cómo es digno expresar y escribir acerca de temas metafísicos o por el estilo, tanto para el pueblo como para los eruditos, comprendiendo la filosofía práctica, entonces podrían discernir si los doctos eran realmente sabios o no, entendiendo lo que aquellos quisieron decir.

3.3 El tercer grupo, son tan pocos, que por Dios, no merecen que se los denomine agrupación, sino, más bien, deberían designarse individuos. Ellos son los que perciben la grandeza y agudeza mental de nuestros sabios, al observar lo acertado que son sus dichos y afirmaciones que llegaron a nosotros.

A pesar que los aforismos de los sabios son pocos y dispersos por varios lugares, esos escritos atestiguan acerca de su grandeza y que realmente captaron la verdad. Así también, comprobamos por medio de ellos, cómo nuestros sabios descartaban lo que era imposible de ser y afirmaban aquello que en la realidad no podría ser de otra forma, que ellos no hablaban cosas vanas; de forma tal que queda absolutamente claro a los miembros de este grupo, que en las palabras de nuestros eruditos, hay cosas manifiestas y también mensajes ocultos y que todas sus sentencias que tomadas literalmente contradicen la realidad, se trata de afirmaciones metafóricas y alegóricas, pues esta es la manera de expresarse de los verdaderos sabios.

Es por eso que el más célebre de los sabios, comenzó su libro diciendo: “Para entender proverbios y dichos agudos, las palabras de los sabios y sus alegorías” (proverbios 1:6).

Como es manifiesto para los conocedores de la lengua, “alegoría” es aquello cuyo verdadero mensaje está oculto en ella, que no está expresado en forma literal y prueba de ello es lo que afirmo Sansón al decir: “les plantearé una alegoría…” (Jueces 14:12). Pues las palabras de los doctos, se refieren a temas metafísicos, y éstos son el verdadero objetivo, no obstante, se expresaron en forma alegórica o metafóricamente. Por lo tanto, ¿cómo es factible criticarles el hecho que hayan manifestado la sabiduría en forma simbólica o que se hayan valido de ejemplos vulgares, después de observar que el más sabio entre los hombres, actuó de esta misma manera asistido con la inspiración Divina?, Me refiero al rey Salomón en Proverbios, en el Cantar de los Cantares y partes de Eclesiastés. Y más aún, ¿cómo es posible que se nos reproche por explicar la profundidad de sus palabras, sacándolas de su sentido literal y de esa forma demostrar cómo coinciden la verdad con las sagradas escrituras, cuando ellos mismos sacan versículos de su literalidad y los plantean como alegoría? Siendo esto correcto; como por ejemplo encontramos con respecto al versículo: “él hirió a dos campeones de Moav” (I Crónicas 11:22) que todo es en forma metafórica, también lo que dice: “bajó e hirió al león dentro del pozo” (Ibídem.), como así lo que dice: “¿Quién me hiciera beber agua del pozo de Bet Lejem?” (Ibídem? 17) y el resto del relato, todo es metafórico.

Asimismo con respecto al libro de Job, sostienen algunos que en su totalidad se trata de una parábola, sin especificar a qué se refiere dicha parábola, como así, opinan algunos que el episodio de la resurrección de los muertos de Ezequiel (capítulo 37), fue una alegoría y muchos otros casos por el estilo.

<![if !supportFootnotes]> [66]<![endif]> Pues no necesitaría semejante advertencia si no fuera común que los sabios se expresen en forma alegórica.

<![if !supportFootnotes]> [67]<![endif]> Pues a causa de sus limitados conocimientos y capacidad, no los comprenderá, más aun los conducirá a la confusión.

<![if !supportFootnotes]> [68]<![endif]> Término con la que se denomina a los pasajes más ocultos y metafísicos de la Tora.

<![if !supportFootnotes]> [69]<![endif]> Maimónides en Hiljot Isodé Hatora, capítulo 2:11 y 12 dice: 11.- Los temas que hemos elucidado a lo largo de estos dos capítulos, son como una gota en un océano, comparado con lo que queda aun por esclarecer. La profundización de los principios básicos tratados en estos dos capítulos, es lo que se denomina: “Maase Mercaba”, (“Los arcanos de la Tora”)<![if !supportFootnotes]>[69]<![endif]>.

12.- Exhortaron los antiguos sabios a no predicar sobre estos temas {en publico}, sino en forma particular, una vez comprobada de antemano, la erudición y capacidad deductiva del {aprendiz}<![if !supportFootnotes]>[69]<![endif]>. Abordando el asunto en forma indirecta, transmitiéndole un extracto de estos temas {en forma alegórica, comprendiendo el estudiante con su propia capacidad, la integridad y profundidad de la materia. Estos temas son muy {complejos}, difíciles y profundos, y no todos están capacitados para comprenderlos. En alusión a ellos dijo el Rey Salomón metafóricamente “los corderos<![if !supportFootnotes]>[69]<![endif]> son para tus vestidos” (Proverbios 27:26), lo cual fue Explicado por los sabios de la siguiente manera: “Aquellas  cosas ocultas del universo, sean para tu vestimenta”, es decir, solo para ti, y no para disertar {sobre esos temas} en publico. Sobre ellos dijo: “Serán tuyos solamente, y no de los Extraños juntamente contigo” (Proverbios 5:17), y agrego: “Leche y miel debajo de tu lengua” (Cantar de los Cantares 4:11) que los sabios lo Explicaron de la siguiente manera: aquellas cosas que son como la miel y la leche, que estén debajo de tu lengua.

<![if !supportFootnotes]> [70]<![endif]> Como ser la primera parte del relato, en que maestro y alumno iban caminando, luego que el maestro descendió de su mula y se sentó a escuchar.

<![if !supportFootnotes]> [71]<![endif]> Como ser cuando dice que cayó fuego del cielo y que los árboles entonaron alabanzas.

<![if !supportFootnotes]> [72]<![endif]> A pesar que se encontraban en el mes de Tamuz, es decir en pleno verano época en que no llueve en Israel.

<![if !supportFootnotes]> [73]<![endif]>  Se refiere a aquellos que pretenden defender a los sabios, sosteniendo que lo que dijeron los sabios debe entenderse literalmente y de esta manera, sin quererlo están ridiculizando a los sabios.

<![if !supportFootnotes]> [74]<![endif]> Los Karaim eran una secta que pretendían estudiar la Tora literalmente sin aceptar ninguna otra explicación que la enunciada textualmente en la Biblia.

<![if !supportFootnotes]> [75]<![endif]> Estas dos posibilidades son lo más grave que puede ocurrir a causa de la mal interpretación de las palabras de los sabios, entonces la persona no instruida o que no sabe entender las palabras de los sabios en las categorías que el autor citó, llegara a suponer que Dios tiene forma o cosas por el estilo, todos esto es considerado una negación de los principios básicos del judaísmo. Es merced a este peligro que el autor considera importante componer el presente escrito.

<![if !supportFootnotes]> [76]<![endif]> Es decir, que las erróneas interpretaciones a las que él mismo arribó, son realmente lo que los sabios quisieron decir cuando en realidad no es así.

 

 


Sobre los dichos de los sabios

chazal “Miljamot Hashem”

Maamar Al Dibre Jazal”

Rabí Abraham Ben Harambam

 

Coloquio: Acerca de los dichos de los Sabios Hebreos

Rabí Abraham hijo de Rambam (Maimónides)

Versión castellana y comentarios de

 

R. Itzjak Sakkal

Creí oportuno traducir este compendio acerca de los dichos de los sabios, debido a su importancia pues en él, R. Abraham ben Harambam, se refiere y dedica un profundo análisis a cómo entender las palabras de los sabios, ya sea que cuando los sabios se refieren en sus palabras a parábolas y relatos, como así también cuando refieren una historia con connotaciones legales. De esta manera nos otorga las herramientas, fórmulas y llave para entender cabal e íntegramente lo que los sabios quisieron enseñar, haciendo foco en el objetivo e intención de lo que quisieron decir, sin distraer nuestra vista en la escenografía y demás detalles con los que los eruditos adornan sus relatos o de aquellos detalles que utilizaron para esconder de la vista del vulgo aquellos temas demasiados profundos que les serían difícil o imposible de entender de buenas a primeras.

 

Entender qué es lo que los sabios en realidad se refirieron con sus palabras es uno de los motivos que otorgan relevancia e importancia a este tratado. El segundo motivo es erradicar la idea de que los relatos de los sabios (para el que los entiende literalmente) suenan ridículos o fuera de la realidad, asimismo trata de apartar lo más posible la idea del milagro, es decir, el judío no es milagrero, aunque no por eso reniega de la posibilidad del milagro. Fiel a la tradición de los grandes sabios, (Maimónides, su padre, entre ellos) tratará de alejar la idea del milagro recurriendo a él sólo cuando el texto literalmente  dice que se trata de un milagro, o aunque la fuente no lo diga, recurrirá a la idea del  milagro cuando el relato no puede ser explicado racionalmente de otra manera.

 

De esta forma, R, Abraham complementa la tarea ya comenzada por Rambam en La Guía de los Perplejos en donde en forma ordenada y general lo que hizo en aquella obra fue demostrar a las personas intelectuales e instruidas, conocedoras de la realidad y la física como así también versado en las escrituras y las palabras de los sabios, que estos temas, es decir, la Torah y la realidad-lógica se complementan, todo esto lo logra mediante explicaciones lógicas y racionales. No obstante en lo concerniente a los relatos de los sabios que abundan en el Talmud, Maimónides, sólo se refirió a ellos en forma muy breve y de paso, es por eso que su hijo, R. Abraham, consideró correcto ampliar y completar esta tarea, otorgando los medios y herramientas, en forma ordenada y clasificada para que podamos entender correctamente los dichos de los sabios como así ahondar en la profundidad del mensaje. Logrando todo este gran objetivo en un compendio de unos breves capítulos de pocas páginas.

 

Este coloquio se encuentra editado hoy en día en el libro “Miljamot Hashem” editado por el Mosad Harav Kook y forma parte de una nutrida bibliografía legada por R. Abraham que constaba de varios y voluminosos volúmenes acerca de distintos temas, halájicos, moral, etc, de los cuales solo han salido a luz una mínima parte.

Maamar al Dibre Jaza”l

R. Abraham Ben Harambám

Coloquio: Acerca de los dichos[1] de los Sabios Hebreos

 

 

1. Introducción

 

Es importante saber, que los dichos de los sabios, que conservamos, son escasos y dispersos algunos en el Talmud[2] y otros en los Midrashim[3]; sumado a esto debo aclarar, que muchos de estos dichos pasaron desapercibidos, siendo muy pocos los exegetas que se abocaron a ellos se percataron de su profundo mensaje, es decir, que en general, los dichos de los sabios, no fueron producto de un intenso estudio y análisis, por lo tanto, no siempre el verdadero sentido de la frase fue descubierto y explicado.

 

Mi padre y maestro, pensó componer un escrito con respecto a los proverbios de los sabios, así lo expresó en la introducción al capítulo Jelek de la Mishná[4], empero finalmente desistió de ello, tal como lo afirma en la introducción de la Guía de los Perplejos.

 

Luego de su deceso, comencé a explicar algunos aspectos del tema, mas no me aboqué plenamente en ello por cuanto me sumergí en la composición de este libro, que lo consideré de mayor utilidad para la materia en cuestión, aun así despertaré tu reflexión y tú por tu parte, pon atención a la forma en que se han expresado los sabios en sus máximas, comprendiendo su verdadero significado, evitando de esta manera menospreciar[5], desestimar[6] o contradecir la veracidad de sus palabras.

 

No debes confundirte o suponer que todo relato extraño, narrado por ellos se refiere a sucesos milagrosos, tal como los que se les atribuyen a los profetas, o creer ingenuamente que Dios obra maravillas con los sabios y piadosos de la misma manera  y al mismo nivel  que lo hizo con Moisés, Elías, Eliseo o cualquier otro profeta[7].

 

Lo que suele motivar esta confusión, es el hecho de tomar textual y literalmente las palabras de los sabios. Hubiera sido suficiente para comprender esto, aclararte que en las palabras de los sabios existe también un mensaje interior y oculto; cuanto más, si a ello le sumamos lo que mi padre, que su recuerdo sea para bendición, ya reveló en sus escritos al respecto; empero me embarga el deseo y la voluntad de explayarme y esquematizar los dichos de los sabios, acorde a las diferentes categorías, como lo haré a continuación valiéndome de los ejemplos que sean necesarios. No obstante creí oportuno incluir esta introducción

 

          Es imperioso que sepas que no es digno sostener una ideología sólo por la fama y alto nivel de persona que la  pregona, aceptando sus dictámenes sin detenerse a analizar profundamente qué es lo que sostiene esa ideología, si es verdadera o no[8], pues quien así actúa se conduce erróneamente[9] y con muy malas cualidades. Ésta actitud además de estarnos vedada por la Torá, es algo que  la razón misma rechaza. Lógicamente no es propio actuar así[10], pues esto empequeñece y mengua la verdadera percepción en cuanto a la fe. Bajo el punto de vista de la Torá, es condenable pues se desvía del camino verdadero apartando sus ojos de lo correcto. Aseveró Dios: “No favorecerás al pobre ni mostrarás preferencia con el grande, con equidad habrás de juzgar” (Levítico 19:15), más aun: “No habrás de ser condescendiente con conocidos en el juicio” (Deuteronomio 1:17)

 

No hay diferencia al respecto entre aquel que adopta tal opinión sin haberla analizado o aquel que defienda la postura de los sabios sin tolerar que alguien opine lo contrario, pues él razona para sí: “por ser que los sabios eran grandes en sabiduría, obviamente, todo cuanto ellos dijeron debe ser correcto”; todo esto está igualmente incluido en la prohibición  enunciada en Levítico 19:15 y Deuteronomio 1:17.

 

Acorde con lo expresado hasta aquí, deducimos que a pesar de la gran sabiduría y erudición de los sabios, debe quedar claro que no por dicha fama debemos acatar todo lo que ellos opinan con respecto a la medicina o las ciencias naturales de la misma manera y tenor con que aceptamos sus opiniones en lo que respecta a la explicación de la Tora[11], tal como nos fuera encomendado: “Y harás todo lo que ellos te encomendaren

 

Esta postura era asumida por los mismo sabios, así, encontraras entre los sabios que ante la opinión ajena a la lógica talmúdica o incoherente decían: “Por Dios, aunque esto lo hubiere dicho Josué, no lo hubiera aceptado“, es decir no aceptaría dicha afirmación aunque proviniera de un profeta[12], puesto que ese argumento  no puede ser sustentado en forma coherente y lógicamente, producto de un análisis u otro método de razonamiento de los que el Talmud se vale para explicar u opinar[13] .  Alcanza con lo dicho como prueba al respecto sin necesidad de aportar las expresiones de los sabios del Talmud acerca de la medicina, las cuales  en la realidad se demostró que no eran correctas, o las técnicas para evitar abortos que tampoco son correctas y casos similares que se abordan en el Talmud babilónico tratado Shabbat capítulo ocho y otros[14].

 

          En otra ocasión te explicaré por qué algunos tomaron como absolutas las opiniones talmúdicas referentes a medicina sin que éstas fueran correctas para la medicina y la realidad[15].

 

[Por lo tanto, se impone una necesaria diferenciación entre los dichos de los sabios, si lo que expresaron se refiere a alguna ley, precepto o principio de la fe, tal afirmación debe ser acatada sin disentir, mas si se trata de una declaración de tenor científico que no interfiere con alguna ley, precepto o principio de la fe, entonces existe lugar para el disenso, ver Guía de los Perplejos, parte III capítulo 14].

  

Debes percatarte que lo expuesto, por mi padre y maestro en las Leyes Éticas (Hiljot Deot) capítulo cuarto[16], no lo hizo porque así lo expresaron los sabios en el tratado Berajot página 62, sino que lo agregó porque eso es algo básico para la salud tal como lo afirman las ciencias médicas, es decir, no comer sino cuando esté hambriento, o no beber sino cuando esté sediento, o que cuando sienta deseos de beber no se demore en saciarlo o que cuando sienta la necesidad de evacuar que no se contenga y lo postergue[17], etc.

 

Por todo lo expuesto, no podemos argüir sobre Aristóteles que, por tratarse de un erudito en filosofía y sabiduría, el cual construyó teorías lógicas indiscutibles acerca de la demostración de la existencia de Dios y otras por el estilo, aceptar por eso, esa otra teoría suya acerca de la eternidad del mundo, o aquella otra acerca de que Dios no sabe (no le importa) los detalles de lo que hacemos[18], como asimismo no podemos argumentar que, así como se equivocó en estas dos últimas teorías, también se equivocó en todo lo demás[19]  Empero todo sabio e inteligente, debe aplicarse a comprender cualquier hipótesis y teoría, analizándola profundamente, manteniendo lo que es correcto y anulando lo que no corresponde.

 

Así también cuando en un tema no nos sea claro cuál de las dos posturas es la correcta, tampoco debemos inclinarnos hacia alguna de las dos opiniones, sea quien fuere el que la postule. Pues así actuaron nuestros sabios los cuales en varias oportunidades afirmaron:

 

Si el dictamen en discusión es algo que fue  recibido por transmisión[20] entonces lo recibiremos sin objetar, empero si el mismo es producto del razonamiento, entonces tengo lo que argüir”.

 

También en otras oportunidades procedieron así, sobre todo en aquellos temas en los que no se logro una opinión consensuada entre las dos posiciones, quedando la definición de esa disputa en suspenso, es decir sin decretar como ninguna de las dos opiniones (“Ticu”). Otras veces encontrarás, que persuadidos por las pruebas que aportó la otra parte, se han retractado, aceptando que la otra postura es la correcta y no la de ellos, así, encontrarás que dice que tal rabino se retractó y decretó como la otra opinión, más aun, tal es el grado de fidelidad a la justicia que existen casos en que los sabios dijeron: “Los razonamientos que expuse ante ustedes no eran correctos, me he equivocado”.

 

En dichos casos no debes pensar que tales retractaciones se debieron a la importancia y erudición de los sabios que esgrimían la postura contraria, sino que cambiaron de opinión porque las pruebas aportadas por la otra parte eran claras, convincentes y no dejaban lugar a dudas.

 

          He aquí que expondré ante tus ojos una disputa de nuestros eruditos, en ella podrás apreciar la sinceridad y compromiso con la verdad que ellos poseían. El mismo se encuentra en el Talmud babilónico, tratado Pesajim, página 94 folio b, en donde dice:

 

          “Los sabios de Israel sostenían que durante el día el sol se desplaza por debajo de la esfera celeste y por la noche lo hace por sobre la esfera celeste[21], en cambio los sabios griegos sostienen que durante el día el sol se desplaza por sobre la tierra y por la noche por debajo de la tierra[22]; cuando Rabí escuchó la opinión de los sabios griegos, concluyó: ‘me parece más probable la tesis de ellos y puedo aportar pruebas de que están en lo cierto, el hecho de que los manantiales durante el día están fríos y por la noche más cálidos demuestra esa tesis’[23].

 

          Con este ejemplo, a pesar de ser superfluo, puedes apreciar el amor a la verdad que poseían nuestros sabios.

 

          Percátate de la gran enseñanza del párrafo anterior, pues Rabí no profirió su conclusión basándose en la autoridad y grandeza de los unos o de los otros, sino por medio de pruebas, inclinándose por la postura de los sabios griegos, merced a la deducción lógica que pudo establecer, la cual le pareció una prueba aceptable.

 

          Presta atención también, que Rabí no se inclinó hacia la tesis de los sabios griegos así y no más, sino que lo hizo sustentándose en el razonamiento que ya expresáramos y es por eso que afirmó: “me parecen más probables” pues estas palabras no denotan un convencimiento pleno, ya que si así fuera  hubiera sentenciado conforme a los sabios griegos, tal como lo hicieron los sabios en otra ocasión en que dijeron: “en este punto vencieron los sabios griegos a los sabios Israel[24].

         

          Como ves, con justa razón este hombre (Rabí (fue llamado: “Nuestro santo maestro”, puesto que un hombre que aparta la falsedad de su mente y asienta la verdad en su lugar, sin temor a desdecirse si encuentra que sus afirmaciones no son correctas, sin duda se trata de una personalidad superior (santo)[25].

 

          Queda pues demostrado que cuando nuestros sabios sostenían una opinión, lo hacían porque consideraban que ella era correcta y verdadera, independientemente del individuo que la profirió o la sostuvo, sea éste importante o no[26].



 

3. Cinco categorías de prédicas

 

            Luego de esta introducción, afirmo, con la ayuda de Dios, la cual invoco para el análisis de la verdad, que todos los dichos y prédicas de los eruditos del Talmud y demás fuentes, pueden dividirse en cinco categorías, a saber:

 

1er Categoría: Expresiones que se entienden literalmente.

Está compuesta por aquellas expresiones que deben ser entendidas en forma literal sin pretender transmitir otra cosa fuera de lo escrito textualmente y lo que se percibe a simple vista, sin necesidad de tener que recurrir al ingenio o la imaginación para revelar mayor información de dicha frase. Ejemplo de esta categoría es lo expuesto en el Talmud, tratado Berajot, página 31, folio a, donde dice:

 

Dijo Rabí Iojanán en nombre de Rabí Shimón hijo de Iojai: No debe el hombre reír (deleitarse) en extremo en este mundo, pues está escrito (Salmos 126:2): ‘entonces[27] nuestra boca se llenara de júbilo’”.

 

 

2da  Categoría: Sentido más profundo.

Pertenecen a este nivel aquellos dichos de los sabios que poseen un sentido externo y otro más profundo, siendo este último el objetivo verdadero de la expresión y no el sentido externo-literal.

 

No en vano lo expusieron de esta manera, es decir, que el sentido externo sostiene casi lo contrario de lo que el sentido más profundo afirma.

 

La mayoría de los dichos de esta clase ya fueron explicados por mí padre en su libro: Guía de los Perplejos, y en el comentario que realizó a la Mishná.

 

A esta categoría pertenecen los expuestos en el Talmud, tratado Taanit, página 31, folio a:

 

Dijo Rabí Eliezer: En el futuro, Dios hará una ronda con los justos en el Jardín del Edén, y Él se erguirá en medio de ellos y cada uno señalara con su dedo, como dice (Isaías  25:9) ‘Dirán en aquel día: He aquí nuestro Dios, este es el que esperábamos y el que nos salvo, nos alegramos y regocijamos con Su salvación’

 

Cualquier ser pensante, provisto de una fe verdadera, notará claramente cuán lejano está el verdadero mensaje de esta frase, del sentido literal.

 

Lo que Rabí Eliezer verdaderamente quiso expresar es que la recompensa de aquellos justos merecedores del mundo por venir, es la percepción de la Divinidad en forma tan clara como jamás hubieran podido alcanzar en este mundo. Esta captación y apego a Dios, es el máximo bien, el cual no puede ser superado por ningún otro[28].

 

Así, comparó tal alegría con la que se experimenta en las fiestas cuando se baila y se hacen rondas[29], asimismo, comparó el regocijo de cada uno y uno al alcanzar ese nivel tan claro, que otrora (en vida) les estaba vedado, diciendo: “cada uno señalará con su dedo”[30] y al decir: “nos salvó” se refiere a la liberación del alma racional, con la ayuda de Dios, de las ataduras del enojo y la furia, aportando prueba de la belleza, el honor y la verdad que alcanzarán los justos diciendo: “nos alegraremos y regocijaremos en Su salvación”.

 

 De esta forma todo el gran objetivo fue expuesto en breves palabras y en forma íntegra, transmitiendo una compleja e invalorable información con pocas frases. Con este ejemplo es suficiente para que analices casos similares.

 

 

3er CategoríaDichos literales de difícil comprensión.

Son aquellas expresiones que no poseen otro sentido que el expuesto literalmente, mas revelar el sentido literal de dichos aforismos y compenetrarse en su mensaje es algo que se le dificulta a la mayoría de los que abordan esa ardua tarea, al punto de no comprender la afirmación en absoluto o aun peor, entender justo al revés de lo que los sabios pretendieron decir. Esto es así, debido a que la profundidad del tema tratado, sumado al uso de palabras polivalentes, hacen que se torne dificultosa su comprensión  hasta llegar al punto de convertirse en cierto grado más difícil que la categoría anterior.

 

Por lo tanto se debe ser muy cauteloso y prudente al interpretar los pasajes que se inscriben en esta tercer categoría, pues con facilidad pueden conducirnos a errores y apartarnos de la senda correcta.

 

Ejemplo de esta categoría es lo expuesto en el Tratado Berajot página 5 folio b:

 

Constantemente debe el hombre hacer prevalecer el buen instinto sobre el mal instinto, tal como versa en Salmos 4:5: ‘Temblad y no transgredáis. Discurrid con vuestro corazón sobre vuestro lecho y callad’. Si con eso alcanza para desplazar al mal instinto bien, sino que recite los versículos del “Shemá”[31], como dice el versículo   citado: “…en sus lechos”, si con esto logra apaciguar su impulso bien, sino que medite acerca del día de la muerte, como dice: “…callad”.

 

Como podrás observar, no se esconde detrás del sentido literal algún otro mensaje, no obstante el texto es un tanto complejo, pues a lo que se refiere cuando dice: “mal instinto” o “buen instinto” no es algo que este bien definido y por lo tanto no se puede comprender bien cómo es que las estrategias sugeridas puedan servir para alcanzar dicha meta.

 

En cuanto a mí, trataré de elucidarte este pasaje para que te sirva de guía y ejemplo en textos similares. Lo primero que se debe notar, es el lenguaje imperativo[32] de controlarlo y dominarlo.

 

Cuando dice: “el buen instinto” se refiere al discernimiento, racionamiento, intelecto.

 

Al decir: “mal instinto”, hace alusión a los placeres corporales, bajas pasiones y semejantes. El objetivo por lo tanto es que el individuo debe imponer su intelecto por sobre sus placeres e impulsos corporales, teniendo en mente siempre esta postura.

 

Si con esta premisa le es suficiente para controlar sus pasiones[33], dichoso de él, si no es así, que recite versículos o palabras que lo hagan reflexionar, apaciguando de esa manera sus apetitos, tratando de desviar su atención hacia otros asuntos[34].

 

Asimismo recitar el “Shemá”, compenetrándose del sentido de cada palabra de esos versículos. Dos fueron los motivos por el cual se seleccionó el “Shemá”, el primero, aunque no el más concluyente, alude a lo escrito en el versículo Salmos 4:5 antes citado : “en vuestro lecho” (literalmente: en vuestro acostarse N del T), y en el “Shemá” esta escrito: “al acostarse”, es decir, se aplica “Guezerá Shabá[35] y enriquecida con el razonamiento lógico.

 

El segundo motivo, el más convincente, por cuanto en el  “Shemá”, se menciona la importancia del buen instinto (intelecto), la unidad de Dios, el amor y el servicio a Él con sinceridad y entereza, doblegando los impulsos negativos, tal como está escrito: “No os inclinareis en pos de vuestro corazón ni en pos de vuestros ojos”. Reforzando el buen impulso (intelecto) al decir: “Y seréis santos ante vuestro Dios”.

 

Continuando con la cita de los sabios, luego del “Shemá”, afirman: “si con ello bastó para sobreponerse, bien, etc.”, es decir, si la pasión no puede ser controlada y su corazón incircunciso no se somete (a su intelecto) con lo que sus labios pronunciaron y expresaron con los versículos citados en el “Shemá”, entonces que trate de doblegarlo pensando en el día de la muerte[36] y el final de todo ser y con esto será suficiente para derrotar a los impulsos negativos y subyugarlos, tal como afirman: “Medita en estas tres cosas y será difícil que llegue a transgredir: 1) sé conciente de donde vienes, 2) a donde vas y 3) ante quien tendrás que rendir cuentas de tus actos” (Mishná, Avot)

 

 

4ta Categoría: Expresiones alegóricas.

Corresponde a aquellos dichos de los sabios en los cuales emplean algún versículo en forma alegórica, sacándolo de su contexto, utilizándolo en forma poética para ilustrar su postura[37], de ninguna manera el autor de dicha expresión supone que ese es el sentido del versículo.

 

Ejemplos de esta categoría se encuentran en el tratado Taanit, página 9, folio a, en el que Rabí Iojanán sostiene: “Está escrito: Diezmar; diezmarás, es decir: diezma y entonces te enriquecerás[38]”.

 

O lo dicho allí también con respecto al versículo: “Y les concederé bendición sin límite”, dijeron: “hasta que se cansen tus labios de decir basta (pedir un límite)” y así casos similares.

 

Por lo tanto es inadmisible pensar que toda interpretación dada por los sabios a los versículos bíblicos fueron recibidas por ellos de boca de sus ancestros[39], y éstos de boca de sus maestros, así hasta llegar a Moisés, pues de esta manera piensan los que todavía no alcanzaron la madurez intelectual. Mas en realidad, toda interpretación a cualquier versículo de la Biblia que no este relacionada con algún fundamento o principio de la fe[40], como así tampoco se refieren a alguna ley de los preceptos de la Torá, ten por sabido que tal interpretación no es algo que ese erudito haya recibido por transmisión hasta remontarse a  Moisés nuestro maestro[41]. No obstante, encontrarás entre estas interpretaciones algunas que responden a criterios racionales y otras no tanto, ya que fueron utilizadas poéticamente[42] o graciosamente, para ilustrar una situación o postura, y para lograr este último objetivo, parafrasean las mismas palabras del versículo con la intención de transmitir la idea de ellos.

 

Otras veces, hay que examinar la frase con detenimiento, pues utilizan la similitud de las palabras del versículo, empero, no se refieren a su significado literal, sino a algún concepto asociado o insinuado suspicazmente.

 

       Es por eso que puedo permitirme el atrevimiento de decir que no me satisface la interpretación de Rabí Iehoshua, sección “Beshalaj” con respecto al versículo que dice:” y escucho Jetró y vino,…”  en donde se cuestiona: “¿Qué fue lo que escuchó Jetró para venir? Escuchó acerca de la guerra contra Amalek y vino”.

 

Esta interpretación la hizo Rabí Iehoshua basándose en su razonamiento, no es que lo haya recibido por transmisión, prueba de ello es que sustenta su opinión diciendo que es lo que en la Biblia está escrito inmediatamente antes del versículo en cuestión. Empero si su interpretación la hubiera recibido por transmisión, no hubiera precisado aportar una prueba o apoyo a su explicación.

 

Otro punto que refuerza esta idea es el hecho que otros sabios opinan de forma diferente, es decir que sostienen que lo que Jetró escuchó fue otra cosa, por lo tanto no puede ser una explicación recibida por transmisión, pues todo lo que fue recibido por transmisión, posee el carácter de inobjetable, y notarás que en el mismo sitio en que se expreso Rabí Iehoshua, Rabí Elazar disiente y sostiene que lo que Jetró escuchó fue la revelación del monte Sinaí, aportando pruebas a su opinión. Rabí Eliézer dice que lo que escuchó Jetró, fue la partición del mar Rojo, aportando también él pruebas a su opinión. […]

 

Asimismo encontrarás que la mayoría de las explicaciones de los sabios[43] a los versículos bíblicos, se inscriben dentro de esta cuarta categoría, las cuales de ninguna manera constituyen la explicación al versículo citado, sino que son dichos por sí mismos y el versículo es sacado de su verdadera explicación para reforzar lo que ese sabio pretendía transmitir en ese momento.

 

       Todo cuanto te expliqué referente a esta categoría, es algo claro que solo el insensato o despistado pueden pensar lo contrario.

 

Resta agregar que esta categoría puede ser subdividida en muchos niveles, tantos como el número de sabios que las expresan, pues cada uno de los autores lo enuncia acorde a su grado de sabiduría. Debes percatarte de ello.

 

 

5ta Categoría: hablaron en lenguaje exagerado.

Son aquellas expresiones de los sabios que denotan un lenguaje de exageración[44] o imaginario[45] como por ejemplo, lo dicho en el tratado Pesajim, página 62, folio b:

 

Entre el primer Azael y el otro Azael se podría cargar 400 camellos con explicaciones que se han escrito sobre ellos

 

Y afirmaron algunos de los exegetas que el primer Azel hace referencia a la palabra que figura en un versículo determinado y el último Azel se refieren al versículo siguiente (es decir dos versículos consecutivos). Sea cual fuere la explicación que le quisiéramos dar a esta expresión, no escaparía del rango de la exageración, pues me parece inconcebible que se pueda completar la carga de cuatrocientos camellos aun con los comentarios escritos sobre la totalidad de la Biblia, con mayor razón al tratarse de solo dos versículos; por lo tanto se hace obvio que se trata de un lenguaje exagerado.

 

Ya me han antecedido otros que sostenían de esta misma manera[46]. Esta categoría es ínfima en comparación con las anteriores, por ser que la mayor parte de sus dichos expresados en forma exagerada solo se tratan de historias y relatos, tal como te lo expondré a continuación.

 



 

4. Cuatro categorías de relatos

 

 

En cuanto a los relatos e historias que exponen los sabios[47], se pueden esquematizar en cuatro categorías:

 

1 Cosas que ocurrieron en la realidad.

Esta categoría esta compuesta por aquellos relatos que ocurrieron tal y como fueron relatados y fueron escritos, pues eran imperiosos saberlos para poder extraer de ellos una enseñanza. Esta enseñanza podía referirse al campo legal, al área de fe, conductas morales o que la citada historia contenga algún suceso maravilloso, similar a la categoría expuesta anteriormente, de todas maneras esta categoría a su vez se subdivide en otras cuatro:

 

 

l.a De enseñanza legal

Aquellos relatos de los cuales se extrae una enseñanza legal, como por ejemplo lo citado en el Tratado Sucá, página 28, folio a, respecto de quien estaba sentado en la Sucá y si bien no estaba por completo dentro de ella, su cabeza y la mayor parte de su cuerpo estaban dentro de la Sucá, donde dice: 

 

“Los de la Escuela de Hilel le dijeron a los de la Escuela de Shamai: ‘Sucedió una vez al dirigirse los sabios pertenecientes a la Escuela de Hilel junto con los de la Escuela de Shamai a visitar al erudito Rabí Iojanan ben Ajorani,  he aquí que lo encontraron en la sucá, con la mayoría de su cuerpo y la totalidad de su cabeza debajo de la sucá, mas la mesa estaba fuera de la sucá, dijeronles los de la Escuela de Shamai: “De aquí tienen prueba”, a lo que les respondieron los sabios de la Escuela de Hilel: “Si así has hecho, no has cumplido en tu vida con el precepto de la sucá”.

 

O lo relatado en el tratado de Ketubot 94 folio b, donde nos refiere un suceso en el que la madre de Rami ben Jamá, en un documento escrito por la mañana le cede todos sus bienes a él.

 

En otro documento, escrito por la tarde, figura que le cede todas sus pertenencias a su otro hijo Mor Ukva ben Jamá. Rami, se presentó delante de Rabí Sheshat el cual decretó que él (Rami), era el legítimo heredero. Por otro lado, Mor Ukva (el otro hijo), se presentó en el tribunal de Rabí Najmán reclamando que a él le pertenece la herencia; concordando con él Rabí Najmán.

 

Al cabo, Rabí Sheshat, se persentó en el tribunal de Rabí Najmán, inquiriéndole en base a qué le otorgó la herencia a Mor Ukva. Entonces le preguntó Rabí Najmán a Rabí Sheshat:

 

“-Primero, explícame, señor mío, por qué, usted, Rabí Sheshat, concedió la herencia a Rami ben Jamá

 

A lo que respondió Rabí Sheshat:

 

“-Pues, noté que el documento de Rami ben Jama, antecede al de Mor Ukva

 

Le replicó entonces Rabí Najmán:

 

“-¿Acaso no sabe mi señor, que en dos documentos fechados el mismo día, aquí en Jerusalem, no hacemos diferencia si uno antecede al otro, a menos que así lo especifique el mismo documento?”.

 

Entonces, Rabí Sheshat, le cuestionó:

 

“-Si es así, ¿en base a qué, mi señor, decretó que pertenece a Mor Ukva la herencia?”

 

Y le contestó Rabí Najmán:

 

“Pues así lo entendimos los jueces”

 

Rabí Sheshat declaró:

 

“-También así lo entendimos los jueces, al decretar que Rami ben Jama es el heredero”

 

A lo que le contestó Rabí Najmán:

 

“-Dos cosas desfavorecen la postura de mi señor: primero, que mi señor no es juez matriculado y yo si, y la segunda, que mi señor, tal como ha expresado, se basó en el razonamiento para dictaminar la sentencia, y recién ahora, luego que fue rebatido ese razonamiento, pretende sostenerse con el argumento: ‘así lo entendieron los jueces’”.

 

Relatos como estos abundan en cantidad.

 

 

 

1.b De cualidades morales y éticas

Corresponden a esta categoría las historias que nos inculcan cualidades morales y éticas, tales como las relatadas en el Tratado Shabbat, página  30, folio b, donde dice:

 

En toda circunstancia debe el hombre ser humilde como Hilel el sabio, y no irritable como Shamai, tal como lo apreciamos en un suceso que ocurrió con dos hombres, en el que uno le propuso al otro exacerbar a Hilel, mas no lo lograron[48]”.

 

La enseñanza extraída de aquel suceso es que se debe  imitar a Hilel acorde a las posibilidades de cada uno, pues  aquel sabio no se enfadó ni se inmutó ante los agravios de esos dos hombres vulgares, esa es una cualidad muy altruista. Hay muchas de este tipo de historias en el Talmud.

 

 

1.c De principios de fe.

      Este nivel esta conformado por aquellos relatos en los que se extraen de ellos nociones y principios de la fe, tal como lo expresa en el Tratado Taanit, página 23, folio a, donde cita:

 

      “Ocurrió cierta vez que le pidieron a Joní Hameaguel: ‘Reza para que llueva’, a lo que les respondió: ‘pongan a resguardo de la lluvia los hornos que se usan para Pesaj’[49]  luego rezó, mas no llovió, acto seguido, hizo un círculo y se paró dentro de él y dijo: ‘Soberano del universo, tus hijos posan sus ojos sobre mí, etc.’

 

      Este episodio concreto, nos lega una profunda enseñanza acerca de la verdadera fe, aquella en la que Dios escucha las súplicas de sus servidores y les responde en momentos de angustia, tal como versa (Deuteronomio 4:7): “¿Y que otro pueblo tiene a Dios tan cerca, como el Eterno nuestro Dios, atento a todas nuestras súplicas?” , o tal como lo expresa el profeta (Isaías 58:9): “Entonces llamarás y el Señor te responderá”, y dice (Salmos 91:15) “Me invocarán y les responderé

 

      Otro caso similar, encontrarás en el Tratado Taanit, página 20, folio a:

 

      “Cierta vez ascendió el pueblo de Israel en peregrinación hacia Jerusalem y no tenían agua para beber, entonces fue Nakdimón ben Gurión…  por eso fue llamado Nakdímón, pues el sol se puso a causa de él[50]; y ejemplos como este abundan en el Talmud.

 

 

l.d Relatos extraños y sorprendentes.

      Se inscriben en esta clase aquellos acontecimientos que se plasmaron por escrito debido a lo extraño y sorprendente del evento, tal como se relata en el tratado Iomá, página 83  folio b: en un suceso en el cual las deducciones de Rabí Meir lo ayudaron a intuir de qué tipo de persona se trataba aquel posadero y tomar precaución.

 

      Cierta vez Rabí Meir junto con Rabí Iehudá y Rabí Iosé estaban viajando y debieron pernoctar en una hostería. Rabí Meir solía poner mucha atención en los nombre de las personas, mientras que sus compañeros no lo hacían.  El nombre del dueño de la posada le despertó sospechas a Rabí Meir, puesto que lo relacionó con palabras similares de un pasaje bíblico, el cual presagia malos acontecimientos. Por lo tanto Rabí Meir, no confió sus bienes para que aquel hombre se los cuide, mientras que sus compañeros, no hicieron caso de ello y le confiaron sus bienes para que se los cuide.

 

      Al final, este hombre les robo las pertenencias a Rabí Iehudá y a Rabí Iosé, mientras que Rabí Meir, conservó sus bienes por haber desconfiado de aquel hombre. He aquí que este suceso no se compuso sino para demostrar la sabiduría de Rabí Meir[51].

 

      Y así con los casos similares, pues los relatos de esta naturaleza proliferan en el Talmud, especialmente en el tratado Guitín.

 

      No obstante, te percatarás de que los relatos pertenecientes a esta categoría, los exegetas extraen otras enseñanzas de ellos las cuales pretenden insertarse en alguna de las tres clases que anteceden a esta. No obstante, esta cuarta clase, merece ser considerada como una más, además de las tres anteriores, por lo que he expuesto hasta aquí.

 

 

 

2.  Sucesos que ocurrieron en sueños[52].

Comprenden esta categoría, las narraciones de sucesos que ocurrieron en sueños, mas fueron relatados en un lenguaje sencillo y popular, (sin especificar que se trataba de un sueño), pues era algo tan obvio que ninguna mente sana supondría que ocurrió en la realidad. Ejemplos de esto es lo relatado en el tratado Berajot, pagina7, folio a:

 

Dijo rabí Ishmael[53]: -Ocurrió cierta vez en Yom Kipur, al ingresar en el Santo Sanctorum para realizar la ofrenda del incienso, divisé al Soberano del Universo, posado majestuosamente sobre el trono excelso y sublime… etc.[54]

 

Y así existe una prolífera lista de historias similares. Asimismo, abundan los relatos en los que se describen encuentros con profetas[55] y el consiguiente diálogo con ellos, extrayendo de ese suceso grandes lecciones, En esta categoría se inscriben también todos aquellas historias que tienen como epicentro la aparición de “Shedím”[56].

 

 Todo aquel que, en forma esporádica[57], incursiona en las exposiciones de los sabios pertenecientes a esta categoría, quedará perplejo y supondrá que tales eventos sucedieron en la vida real, tal y como están descriptos literalmente. Esta errónea conjetura, lo conducirá a razonar y creer en cosas imposibles de ser, adquiriendo una cosmovisión de la realidad, muy distante de la correcta, mas todo esto le acaecerá a causa de sus escasos y pobres conocimientos de la realidad y la naturaleza de las cosas, como así también de su exigua noción de la dialéctica y forma de expresarse de los sabios, los cuales exponen con palabras simples y sencillas, temas arduos y complejos[58], pues ese es el estilo de expresarse de los eruditos, tal como lo especificó mi padre y maestro en la Guía de los Perplejos, tercera parte, capítulo cuarenta y seis.

 

 

3. Sucesos que ocurrieron en la realidad, pero que fueron relatados en forma exagerada

Esta categoría está integrado por aquellos relatos que sucedieron en la realidad, solo que fueron contados en forma exagerada[59], pues cualquier persona inteligente se daría cuenta de que se trata de una exageración[60]. Los sabios se permitieron hablar de esta manera, es decir, de forma exagerada, tal como se puede observar en el Talmud tratado Tamid, pag 29 folio a: “La Torá [a veces] se expresó en forma de exageración, los profetas [a veces] se expresaron en forma exagerada y también los sabios [a veces] se expresaron en forma de exageración. La Torá se expresó en forma de exageración, por ejemplo cuando dice: Grandes ciudades y construcciones hasta el cielo (Deut. 1:28). Los profetas se expresaron en forma exagerada, por ejemplo cuando dice: Y se partió la tierra por el ruido (Rey. I 1:40). Los sabios se expresaron en forma de exageración, aunque en la Mishná te puedo citar tres ejemplos, en el Talmud encontrarás una infinidad de expresiones exageradas”.

 

          Ejemplo de esta categoría es lo que dice el Talmud, tratado Meguilá página 7 folio b: “Rabba y rabbí Zera estaban comiendo y en medio del festín se levantó Rabba y degolló a rabbí Zera, luego imploró [a Dios] por él y lo revivió” La explicación es que seguramente le habrá otorgado un golpe muy fuerte que casi le provoca la muerte, la magnitud del golpe fue tan grande que le provocó un corte, probablemente el golpe fue en el cuello y utilizó la expresión: revivió con el mismo sentido que la emplea el profeta Isaías en el capítulo 38:9 He aquí lo que escribió Jizquiahu el rey de Judá cuando estuvo enfermo y revivió de su enfermedad.

 

También lo encontrarás en palabras de los sabios, en el Talmud, tratado de Nidá página 64 folio b donde dicen: Hasta que reviva de su herida. O aquello otro dicho en el tratado de Ketubot página 62 folio b donde relata que Rabbí Janinai fue a estudiar Torá durante diez años  y su esposa lo esperó durante todo esos años. Cuando regresó Rabbí Janinai a su hogar, se presentó de improvisto en a puerta de su casa  cuando su esposa lo vio y se le salió el alma. Dijo Rabbí Janinai: ¡Soberano del Universo! ¿En vano esperó todos estos años esta pobre mujer? Invocó misericordia para ella y revivió. En este relato, no debes suponer que cuando dice se le salió el alma que se refiere al hálito de vida y que en realidad murió, sino que a causa del exceso de emoción al ver de pronto a su marido, algo de su alma vital se debilitó y se desvaneció, como suele suceder a las personas en esas circunstancias, entonces, Rabbí Janinai pidió misericordia y la mujer recobró el sentido. Y así debes comprender los casos similares.

 

4 De metáforas o alegorías

Esta categoría está conformada por aquellas historias cuya esencia sucedió en la realidad, solo que fueron relatadas en forma figurativa y con alegoría, al punto tal de quedar opacado su verdadero sentido a la mayoría de los hombres, a no ser que se dedique a ahondar, sumergiéndose en la profundidad de la erudición de ese episodio. De esta forma, el instruido captará de inmediato el mensaje de las narraciones incluidas en esta clasificación, contemplando la excelencia y esplendor de estos pasajes, como así también, aquellos aspectos que a causa de su dificultad y profundidad permanecen vedados para las mentes de los insensatos.

 

No obstante lo complejo del tema, estos dichos, igualmente se las inculca al vulgo, aunque desatinadamente interpreten literalmente estas alegorías, empero aquel que sea poseedor de una mente sagaz, conocedor de la realidad y la naturaleza de las cosas, comprenderá cabalmente dicho enigma y lo develará a los demás.

 

Ejemplos de esta categoría se encuentran en el tratado Sucot, página 53, folio a, donde nos relata:

 

Cierta vez el rey Salomón encontró al ángel de la muerte entristecido y cabizbajo; entonces el rey lo indagó sobre el motivo de su angustia, a lo que el ángel de la muerte respondió:

 

-He aquí que se me ha encomendado tomar las almas de los dos sirvientes que están delante de ti.

 

Inmediatamente el rey Salomón ordenó a aquellos sirvientes que se dirijan a la ciudad de Luz (para salvarse de la muerte), pues allí la gente vivía hasta muy entrada la ancianidad.

 

Al ingresar los sirvientes a la ciudad de Luz, allí mismo murieron. Al día siguiente, nuevamente el rey Salomón se topa con el ángel de la muerte, esta vez se encontraba gozoso y rebosante; al inquirir el motivo de su regocijo, el ángel de la muerte le respondió:

 

-Exactamente al sitio en donde me había sido encomendado que allí debía tomar las  almas de aquellos dos, hacía allí los has enviado

 

Fue en ese momento en que sentenció el rey Salomón: “Hacia donde el hombre debe ir, sus pies lo conducen hasta allí.

 

Cualquier mente sana, se percatará de lo lejano de la realidad que se encuentra el sentido literal de esta exposición. A mi entender, la esencia de lo narrado en esta historia ciertamente habría ocurrido en la vida real, me refiero a que el rey Salomón, se habría percatado que aquellos dos sirvientes estaban al borde de la muerte[61], probablemente por alguna enfermedad que los arremetió o algún otro asunto por el estilo; es entonces cuando el rey Salomón trata de ayudarlos para que no mueran, así los envía a otra ciudad con mejores condiciones[62] y de esa manera procurar que se curen, empero ocurrió que fallecieron en aquella tierra de la cual pensó Salomón que allí sanarían, mas distinta había sido la voluntad de Dios, ante quien nada ni nadie se oculta ni escapa; es por ello que expresó el rey Salomón: “Hacia dondeetc.[63]

 

El resto del relato, fuera de lo que explique, es citado para darle entramado a la narración y para poder establecer la analogía; no obstante, si se aborda un análisis más exhaustivo de cada palabra de las historias que se inscriben en esta categoría, probablemente, halle sentido a cada una de las expresiones allí expuestas, sacando a luz la sabiduría que se esconde detrás de esa frase, mas no es mi intención extenderme aquí en este tema[64].

 

No te sorprenda el hecho de que las historias y relatos de los sabios, mayoritariamente, se traten de metáforas o alegorías que no se refieren a su sentido literal, pues esos mismos sabios interpretaban y explicaban los versículos de los profetas alegóricamente, observa lo que afirmaron acerca del versículo de II Samuel 23:20 que dice: “él hirió a los dos leones de Moav” o aquel otro que versa: “él fue el que descendió al pozo y mato al león que estaba adentro, en el día de la nieve”; notarás que en el tratado Berajot, página 17, folio a, que extraen el versículo de su contexto, hasta el punto de que quien así lo leyera, pensaría que no se esconde detrás de esas frases algún otro mensaje o enseñanza fuera de lo expresado en forma textual, sin embargo, no es esa la intención de los sabios al sacarlo del contexto, sino que hacen esto, en función de la metáfora o parábola que están empleando; y si los sabios hacían esto con las palabras de los profetas, con mayor razón que así hay que entender sus propias palabras cuando éstas no tienen significado en su sentido literal a los ojos de cualquier ser pensante. Al respecto ya se ha extendido mi padre y maestro en la introducción del capítulo Jelek[65].

 

Encontrarás en el mismo Talmud, una trascendente cita que irradia más luz sobre este tema, es decir, notarás plagado de metáforas y alegorías a la mayoría de los aforismos y reseñas de los sabios, esta cita se encuentra en el tratado Iruvín, página 63, folio a, en la cual un alumno del ilustre maestro Rabí Eliezer, se puso a disertar en lugar de su maestro sin su consentimiento; entonces Rabí Eliezer le murmuró a su esposa: 

 

“-Me sorprendería mucho si este alumno logra finalizar con vida el presente año”.

 

Le respondió su esposa:

 

“ -¿Acaso eres profeta?… etc.”.

 

Pero lo más significativo es el final de la cita donde se inquiere:

 

¿Para qué tantos detalles del alumno y el nombre de su padre?, -para que no creas que esto no sucedió en la realidad.

 

He aquí que con esta referencia queda claro que la mayoría de lo que relataron los sabios no debe ser interpretado literalmente[66]. Grábate esta cita del Talmud en tu corazón y no apartes tu mente de ella, pues constituye una fantástica e incuestionable prueba de lo que he tratado de transmitirte, pues despertó mi atención hacia la profundidad de este mensaje un gran erudito talmúdico.

 

          En cierto aspecto, esta cuarta categoría de las historias o hechos de los sabios, se asemeja un poco al segundo nivel de los dichos de los sabios, en el aspecto que ambos se trata de temas complejos y confusos los cuales no son propios revelarlos al vulgo[67], es por eso que los expresaron por medio de parábolas y fábulas, mas tú, debes saber y conocer esta técnica. Por lo tanto debes prestar especial atención antes de explicar o interpretar historias o anécdotas de los eruditos, discernir si ellas ocurrieron en la realidad, o si ocurrió en un sueño o si se trata de una alegoría o metáfora. Esto te será una herramienta de gran ayuda para aclarar tus pensamientos cuando te sientas perplejo y turbado ante la extrañeza de la cita.

 



 

5. Dichos complejos

 

          Se hace imperioso que sepas, que es factible que te topes con afirmaciones de los doctos las cuales se inscriban en dos o más de las categorías enunciadas, ejemplo de ello es lo expresado en el tratado Jaguigá, página 14, folio b, donde afirma:

 

          “En cierta ocasión en que Rabí Iojanán ben Sacai se encontraba saliendo de Jerusalem montado sobre su mula, Rabí Eliezer ben Araj fue en pos de él para instruirse junto a aquel ilustre sabio y le dijo:

 

          -Maestro, enséñame algo acerca de los misterios (arcanos) de la Tora (Amasé Mercabá)[68].

 

          Le respondió Rabí Iojanán ben Saca: -¿Acaso no te he enseñado que no se diserta acerca de los misterios (arcanos) de la Tora (Amasé Mercabá) sino a aquel a aquel que es sabio y comprende por sí mismo y aun así sólo se le enseña en forma indirecta insinuando el tema y el alumno debe comprender por sí mismo?

[69]

          -Entonces, maestro, permíteme relatar ante ti ciertas conclusiones a las que he arribado acerca de los misterios (arcanos) de la Tora.

 

          Entonces Rabí Yojanán, descendió de su mula, se envolvió en su manto y se sentó en una roca a la sombra de un olivo y le dijo:

 

          -Habla…

 

          Dijo Rabí Eliézer: -Maestro, ¿Por qué has descendido de la mula?

 

          Le dijo: -¿Es factible que tú hablarás acerca de los misterios (arcanos) de la Tora y la presencia Divina se encuentre con nosotros y los ángeles celestiales nos acompañan y yo estaré montado sobre mi mula?

 

          Comenzó Rabí Eliezer a exponer acerca del “Maase Mercaba” inmediatamente, cayó un fuego celestial, los árboles comenzaron a entonar alabanzas… etc.

 

          Entonces Rabí Yojanán besó a Rabí Eliécer en la cabeza y le dijo: – Bendito el Eterno, Dios de Israel, que ha hecho surgir un hijo de Abraham nuestro padre, que posee  la capacidad de comprender, investigar y enseñar acerca de los misterios (arcanos) de la Tora… Dichoso Abraham, nuestro padre, que Rabí Eliezer ben Araj, salió de tus entrañas.

 

          Claramente notarás que parte de esta historia sucedió en la realidad, textualmente como esta narrado[70] y otra parte, sin lugar a dudas, ocurrió en sueño[71]; encontrándonos, entonces, ante una cita compuesta por la primera y segunda categorías enumeradas y como ésta hay otros casos similares.

 

          Ejemplo de alguna anécdota que este compuesta por tres categorías distintas, es la que se relata en el mismo tratado a continuación de lo que hemos citado:

 

          “Al escuchar lo sucedido a Rabí Eliezer, también Rabí Iehoshua comenzó a predicar acerca del ‘Maase Mercaba’ se formó el arco iris[72] y los ángeles celestiales se amontonaron para escucharlo.

 

          También Rabbí Iosé comenzó a disertar sobre estos temas ante Rabí Iojanán ben Sacai.

 

          Dijo Rabí Iojanán ben Sacai:  -Dichosos los ojos que lo vieron, he visto en sueño, en el que ustedes y yo estábamos en el monte Sinaí, y una voz celestial resonó diciendo: Subid aquí, subid aquí, que una gran antesala llena de todo tipo de bellezas los espera aquí para ustedes… ”

 

          Abiertamente percibirás que la primera parte del relato corresponde a la primer categoría, cuando Rabí Iojanán le dice lo que vio en sueños, corresponde a la segunda categoría y lo que narra acerca de los ángeles, esto se inscribe en la cuarta categoría. Inútil es que demandes de mí explicarte más profundamente esto, pues ello implicaría revelarte complejos, impenetrables y reservados secretos de la Tora, y ya nos hemos extendido demasiado en el tema, debelándote lo oculto más de la cuenta.



 

6. Conclusión final

 

          Hemos derramado luz sobre aquellos pasajes en los que, aun a los ojos de los más entendidos e iluminados, se hospedaba la duda, por eso puedo afirmarte que con la división en categorías y niveles de las historias, relatos y predicas de los sabios, habiendo aportado pruebas y ejemplos de cada caso, he expuesto ante ti la explicación de todas las anécdotas y dichos de los sabios que figuran en el Talmud, para aquellos que realmente pretendan saberlas, pues al presentársele alguna de las historias o dichos del Talmud, inmediatamente verificará a qué categoría se adecua y entonces, comprenderá la verdadera profundidad de esas palabras, demostrando la grandeza de quien las pronunció, no como pretenden los necios[73] o los caraim[74], que al tomar sus palabras sin descender hasta la profundidad de su significado, ridiculizan a los sabios.

 

          Aun más, puede ocurrir, que al no categorizar las palabras de los sabios, las interpretes literalmente, y erróneamente deduzcas falsedades o supongas que existen cosas irreales o imposibles de ser, o que sucedieron cosas que en realidad jamás ocurrieron; incurriendo en posibles formas antropomórficas de la Divinidad, o más grave aun, renegar de Dios[75]. Pues esto es lo que sucede al interpretar en forma apresurada, negligente y literalmente las palabras de los sabios, creyendo que esa fue la verdadera intención de ellos al expresarlas[76]. De los que así actúan fue dicho: “El alumno se equivoca y el error, se lo atribuyen a su maestro”. Reflexiona en extremo sobre este principio que acabo de exponerte, pues constituye un verdadero pilar que con la ayuda de Dios te he esclarecido en este coloquio.

 

Para Finalizar, me resta sugerirte a ti, bendecido de Dios, que tengas este tratado como sello en tu corazón y como señal frente a tus ojos y te sea como preámbulo y formula para todo lo que tus oídos escuchen o leas al respecto sobre los dichos y fábulas de los sabios, y te será de gran utilidad; entonces serás de los conocedores de la verdad y de los que en ella meditan, no como los que contrariamente, se encaminan detrás de las vanidades y tinieblas.

 

Que Él, enaltecido por sobre todo, con Su misericordia, dirija tus pasos por el camino de la verdad y te conduzca por Sus senderos. Sea Su glorioso Nombre bendecido, amen.

 

 

 

 

 

 

 


 


 [1] Los relatos de los sabios se pueden clasificar en  tres grupos:

              I.      Derashá (el significado etimológico de este concepto se refiere a preguntas, investigación y análisis de un tema, es decir, Derash es la explicación dada por los sabios acerca de un tema o su análisis. Ese tema puede ser un versículo de la Biblia o bien un tema general como ser cómo es la orbita solar)

 

           II.      Maasé, se refiere a un relato de algo que ocurrió, no se trata de un sueño o una fantasía sino algo real que pasó. El objetivo por el cual los sabios lo relatan es porque mediante ese hecho se aprende algo práctico, es decir, al repasar y relatar las conductas o actos de los sabios, sus discípulos aprenden cómo se debe actuar o cómo es la legislación en aquel caso. Es decir, se trata de algo simple y sencillo sin tener que recurrir a un profundo análisis para extraer grandes mensajes ocultos. Un ejemplo de este grupo es el que relata lo siguiente: “Estaban tales rabinos sentados relatándoos la salida de Egipto, se extendieron tanto en el relato que amaneció y se hizo la hora del rezo, entonces vinieron sus discípulos y dijeron: maestros llegó la hora de decir el Shemá” El tema es sencillo y claro su mensaje.

 

 

         III.      Hagadá, se trata de cosas que no necesariamente ocurrieron en la realidad, puede ser que sí, como también puede tratarse de una fábula en donde toda o una parte de ella fuera no real. A diferencia de la categoría de Maasé, no se trata de algo concreto y claro, en la Hagadá pueden ocurrir cosas extrañas e ilógicas que hacen que no se entienda bien qué fue lo que pasó y cómo pudo ocurrir semejante cosa. Por ej. “Iba paseando, vio una colina, comenzó a subir y de pronto la montaña comenzó a moverse hasta que se dio cuenta que en realidad se trataba de un animal enorme”, este relato se asemeja más a algo fantasioso que a un suceso real, pues no existe un animal tan grande que parezca una montaña y la escalemos.

 

  [2] Nótese que comienza desde el Talmud y no antes, la pregunta es ¿por qué la Mishná, que es anterior al Talmud, no cita relatos de este tipo? En realidad, la Mishná trata sólo de los aspectos legales, leyes, leyes y más leyes. Si bien en toda la Mishná figuran algo así como unos treinta relatos, la mayoría son para ejemplificar un aspecto legal, no obstante, treinta relatos en un compendio de sesenta tratados, realmente no es mucho.

 

[3]  Fábulas, estudio alegórico que no siempre se debe entender literalmente. Entre ellos los libros que hablan de esto son: Misdrash Rabba, Tanjuma, Sifra y Sifri, Mejilta, Yalkut Shimoni.

 

  [4] Luego lo hará en forma general y breve en la Guía de los Perplejos.

 

  [5] Al escuchar algún relato lejano de la realidad, se burlarán de los sabios y los tomarán por ingenuos y poco conocedores de la realidad. Por ejemplo, al escuchar una relato en donde se dice que existe un animal que tienen el tamaño de varias montañas juntas.

 

  [6] Es decir, no lo tomarán muy en cuenta, dirán: “Los sabios dijeron tal cosa, pero a nosotros no nos parece”.

 

[7] No es que el autor esté negando la Providencia Divina que poseen los sabios y piadosos sino que está estableciendo una necesaria diferencia entre la providencia a que estaban sujetos los profetas y la que les acaece a los que están en un nivel inferior a éste, que corresponde al nivel de los sabios y personas justas, como así también con los que se encuentran en un rango menor aun. Desgraciadamente hoy en día son muchas, los que se confunden y creen que el estilo y nivel de los milagros que le ocurrieron a los grandes sabios son iguales que los que le ocurrieron a los profetas. Aun entre los estudiosos de la Torah abundan los que así piensan y consideran equivocado a quien no piense así.

 

[8] Es decir no se preocupa por elucidar si es verdad o no lo que se dijo. Otro punto importante es que el autor deja claro que cualquier cosa que sea dicha, independientemente de quien la diga, puede ser errónea y que esa prestigiosa personalidad que la afirmó eso, se equivoque.

 

[9] Lo negativo es que en realidad no ha entendido qué es lo que se ha dicho, sino que lo toma y lo asume porque la persona que lo dijo es alguien importante. En realidad existen ciertos momentos en los cuales debido a la precocidad intelectual del individuo es provechoso que acepte las cosas sin entender, solo porque una persona que es mayor que él así lo dice, como en el caso de un niño pequeño a quien el padre le ordena no meter los dedos en el enchufe, si bien el niño no entiende qué es la electricidad y cómo funciona, obedecerá; esta actitud es buena para un niño menor, pero es obvio que está en un nivel superior el que no coloca sus dedos en el enchufe porque sabe lo que es la electricidad y los efectos que causará sobre sus dedos. Este nivel es superior porque cuando una persona entiende qué es lo que se le ordena y con qué objetivo le ordenaron eso, entonces podrá aplicarlo en otros casos, por ejemplo, el niño a quien el padre le ordenó no tocar el enchufe se limitará solo a cumplir esa orden, en cambio el que entiende la naturaleza de la electricidad y cuál fue la voluntad del padre al impedirle tocar el enchufe, entonces no tocará tampoco el botón de la luz ni un generador eléctrico ni jugará con artefactos eléctricos, mientras que el primero solo se limitará a no tocar el enchufe. Esto es lo que hacen los sabios de bendita memoria, al profundizar y entender las palabras de los eruditos del Talmud y comprender a qué se referían y qué objetivos pretendían entonces pueden sacar conclusiones en la práctica para poder resguardar aquel objetivo que quisieron preservar los sabios del Talmud.

 

[10] Pues está diciendo o sosteniendo cosas que no sabe con certeza si son ciertas o no, sino que dice que él sostiene algo  que en realidad  no comprobó y solo lo repite porque lo escuchó decir de otro y esta actitud no es digna. En ese caso debería limitarse a citar lo que él escuchó nombrando la fuente y nada más.

 

[11] En ese ámbito, el de la Torah se le ha otorgado a los sabios la autoridad para definir, además en ese campo son los más instruidos y adecuados los sabios para opinar en ese tema; por lo tanto la Torá nos encomienda obedecerles en todo lo que ellos digan, cosa que no ocurre con otras disciplinas en las que los sabios se explayan, como ser la medicina o la ciencia, etc, en ese caso, por cuanto que no es esa la disciplina en la cual ellos sobresalen y no recibieron una tradición oral de parte de Moshé Rabenu, entonces no recae la prescripción Bíblica de creerles a pies juntillas y no apartarse de sus palabras.

 

[12] Es decir, no se fijan en quién lo dijo, sino qué es lo que dijo. Por más grande que sea el sabio que expuso,  aunque se trate de un profeta, no les faltó valentía a los sabios para analizar y llegado el caso decir que no puede aceptar lo que dijo porque no tiene lógica lo que acaba de  afirmar. Cabe hacer una diferencia cuando hablamos acerca de un profeta, todo lo que hemos dicho hasta aquí se refiere a cuando el profeta hasta opinando por sí mismo, y lo que dice no es algo que Dios le haya encomendado decir sino que está dando su propio punto de vista sobre el tema en cuestión, como en el caso del profeta Natán, que al comentarle el Rey David su intención de construir un santuario a Dios, el profeta lo felicitó y lo animó a hacerlo, pero esa mismo noche Dios le habló al profeta Natán para que le diga al Rey David que no será él sino su hijo Salomón quien lo construirá. De este suceso vemos claramente que el profeta Natán, cuando lo felicitó y lo  animó a hacerlo, estaba dando su opinión personal y no hablando proféticamente. Pero cuando el profeta está hablando en nombre de Dios, es decir, que dice algo por profecía, si no nos está ordenando hacer idolatría, entonces es nuestro deber obedecerlo sin hacer ningún tipo de cuestionamiento, pues así fuimos encomendados en la Torá.

 

[13] Es decir, que no lo aceptaban meramente porque provenía de un erudito, sino porque lo comprobaron y estaban convencidos que era verdadera. No debemos confundirnos y considerar que entre las miles de responsas de los sabios, muchas veces encontrarás que en el desarrollo de la respuesta se dice: “¿Y quiénes somos nosotros para discutir con tal o cual erudito?”  no se trata de que aceptan su dictamen porque se trate de un renombrado sabio, pues si así fuera, entonces estarían cayendo en lo que el autor está criticando, sino que es una manera elegante y respetuosa de escribir,  y porque tal vez en esa ocasión el erudito de esa responsa no abordó el tema hasta la máxima profundidad y por eso lo que está haciendo es apoyarse en aquel sabio en el que confía que aquel sí analizó el tema bien a fondo.

 

 

[14] Existen distintas posturas con respecto a cómo tomar las palabras de los sabios cuando se explayan en otras disciplinas que no son las de la Torá. Tomemos como ejemplo el caso de los piojos en donde los sabios permiten matarlos en Shabbat (a pesar que matar cualquier insecto en Shabbat está prohibido) debido a que en el caso específico de los piojos, sostenían los sabios del Talmud que se reproducían por generación espontánea. Ante este caso están los que adoptan la postura más extrema y “Kanahí”-celosa- y así afirmarán que por más que cien científicos con los mejores microscópicos le demuestren que los piojos se reproducen en forma natural, ellos no les creerían ni se apartarían de las palabras de los sabios. Otro grupo en cambio opinará que en realidad puede ser que los sabios también sabían que los piojos se reproducen en forma natural, pero por ser que no es algo que se puede ver a simple vista (debido a lo diminuto de los huevecillos) se considera como que es de generación espontánea y por ende no entra dentro de la prohibición de Shabbat, y eso es lo que cuenta (es decir el desenlace legal de la regla de Shabbat), Otro grupo tal vez dirá que los sabios de aquella época pensaban así en base a las premisas que los expertos de aquellas áreas (científicas) les explicaron, y asumiendo esas premisas como reales entonces razonaron de tal manera, no es que el razonamiento sea erróneo, sino que el razonamiento en sí fue correcto, solo que las premisas no fueron correctas, tal como el caso que le plantean a un juez que le dicen que fulano le quitó algo a mengano, el juez recurrirá a indagar a los testigos y los hechos hasta donde él alcance y si así declaran los testigos, lógicamente el juez determinará que fulano devuelva lo que tomó de mengano, pero si luego se demuestra que en realidad las cosas no fueron así, y el juez no tenía forma de saberlo pues en aquella época no existían los conocimientos o los mecanismos para saber que no ocurrió así, entonces no decimos que el  juez se equivocó, igualmente sucede en nuestro caso, no decimos que los sabios se equivocaron sino que en base a los conocimientos científicos de aquella época, en el cual los sabios se basaron, eran incorrectos y si los sabios supieran lo que la ciencia opina hoy entonces opinarían diferente (no obstante hay que demostrar que en realidad ese y solo ese (lo que los científicos de aquella época pensaban) fue el motivo por el cual los sabios decretaron de esa manera).  Otro grupo más irresponsable dirá que en realidad los sabios de aquella época se equivocaron y hoy en día en que “sabemos más” que ellos, definimos las cosas de otra manera.  En otras palabras, este grupo de intelectualoides sostiene: “-Antes creían cosas erróneas pero hoy en día sabemos más que ellos por ende nosotros decretamos de otra manera.”

 

 

[15] Ver también R. Sherira Gaon y R. Hai Gaon en sus responsas donde afirman: “Nuestros sabios no eran médicos sino que hablaban acorde a las experiencias y lo que se sabia en aquellos días, por lo tanto no es que nos esta vedado  apartarnos de lo que afirmaron al respecto, ya que lo que expresaron lo dijeron en base a un análisis y recopilación de los conocimientos de la época.” Con respecto a disciplinas tales como la pedagogía, psicología sociología, educación y otras que tienen que ver con la psiquis y costumbres del ser humano, son temas que no se pueden inscribir en temas netamente físicos tal como ocurre con la medicina por ejemplo, sino que están en un punto intermedio, pues si el sol gira alrededor de la tierra o no, esto no va a influir sobre la personalidad del individuo o si será mejor o peor persona, pero, áreas que incluyen valores, buenas costumbres, etc, sí son de extrema importancia en la formación de la personalidad y si serán buenas o malas personas o su actitud con respecto a Dios etc. Por lo tanto en estas áreas, los sabios ahondaron más en la opinión de la Torá, pues ésta le dedica mucho a estos temas que como dijimos tratan acerca de mejorar al ser humano, entonces con respecto a estos temas, los sabios poseen preeminencia sobre las opiniones de los especialistas en esas disciplinas. Esto es patente, cuando se habla de la psicología humana, que frecuentemente se vuelve a las opiniones de los sabios antiguos o a Maimónides, que desde antaño sostenían lo que los psicólogos hoy en día sostienen, luego de varias idas y venidas y estudios.

 

[16] Donde Maimónides se explaya acerca de las conductas correctas con respecto a las comidas.

 

[17] Es decir, tampoco debemos irnos al otro extremo y decir que todo lo que opinaron sobre la medicina no es correcto, pues como vemos hay cosas que son muy actuales, y entonces sí tenemos que acatarlas.

 

[18] Aristóteles sostenía que Dios conoce a la especie humana en general, pero no a cada individuo en particular, con sus problemas y detalles. No obstante, de ser Aristóteles un gran sabio que dijo grandes cosas acerca de Dios y Su existencia, como así también muchos razonamientos lógicas correctos, no por ello debemos aceptar todo lo que él diga. Suele ocurrir en el mundo de la filosofía, que se aceptan las cosa dependiendo de quien lo dijo sin analizar tanto lo que se dijo.

 

[19] Sino que debemos analizar cada dicho en particular, tal como dice el Talmud: “Acepta la verdad de boca de quien la dice, no importa quién sea el que la dice.” (Si es verdad, escúchala)  Ejemplo de esto lo vemos en el Talmud, Rabí Meir, el alumno de Rabí Akiva, solí aprender de Elisha ben Abuya, a pesar de que era hereje, y cuando lo amonestaron por ello, respondió Rabí Meir, que el fruto come y la cáscara la arroja. Más aun, el mismo Rabí Yehudá Hanasí, conocido también como Rabenu  Hakadosh (el santo),  el autor de la Mishná, tuvo la entereza de citar a Elisha ben Abuya en la Mishná, a pesar que se trataba de un hereje, pero por cuanto que lo dijo era una verdad, lo citó: “Todo aquel que le enseña a un niño se parece a aquel que escribe en una hija limpia y sin usar”.

Obviamente, cuando se trata de algún tema en que no se puede investigar profundamente porque carece ahora de los conocimientos adecuados o los elementos para estudiar esa materia, en ese caso es apropiado apoyarse en la opinión de algún otro sabio anterior que haya analizado el tema. En cuyo caso, no podrá afirmar que él sabe que es así, sino que debe decir que en esa área por carencia de tiempo o de análisis, prefiere apoyarse en lo que sostiene tal sabio pues confía en que haya hecho un buen trabajo de investigación, pero de ahí a darlo por verdadero y aceptado, todavía hay un trecho considerable para recorrer.

 

 [20]  Por lo tanto inobjetable.

 

[21] Es decir que durante el día el sol se desplaza de Este a Oeste por debajo de la esfera celeste y por eso es visible, y por la noche retoma a su punto de partida trasladándose de Oeste a Este pero no lo vemos porque este desplazamiento lo hace por sobre la esfera celeste, que no es transparente.

 

[22] Es decir, de día lo hace de Este a Oeste por sobre la tierra, tal como lo vemos nosotros, y al llegar al horizonte en el Oeste continua el sol girando en su misma dirección por debajo de la tierra, es decir la circunvala.

 

[23] Al ser que el sol pasa por debajo de la tierra es el causante que los manantiales estén mas cálidos por la noche. Hay quienes quieren sostener que no es incorrecto decir que es el sol el que gira alrededor de la tierra, pues en realidad si la tierra gira alrededor del sol, tal como diría Einstein, todo es relativo, es decir depende desde el punto de vista que se lo mire. Así por ejemplo el que se encuentra en un auto que está detenido y a su lado un autobús se mueve lentamente hacia adelante, a pesar que el auto está completamente detenido, sus integrantes al ver que el autobús se mueve, tendrán la sensación de que es el auto de ellos el que se mueve hacia atrás, cuando en realidad el que se mueve es el autobús. Esta lógica del relativismo es correcta en algunos casos, pero no en todos, cuál de los dos objetos es el que se mueve, será relativo al punto que tomamos como parámetro, pero hay cosas que no se pueden decir, por ejemplo si el círculo. A se encuentra dentro del circulo B eso no es algo relativo a desde donde lo miremos, siempre el A estará dentro del B y no viceversa.

 

[24] Ver Guía de los Perplejos parte II capítulo 8

 

[25] Cuando dice Santo no se refiere a que es mejor, sino que santidad tiene que ver con aquel que esta elevado por sobre las cosas materiales, por lo tanto aquel que es capaz de renunciar a su honor y beneficios personales, en pos de la verdad, ese individuo, indudablemente está en un nivel superior.

 

[26] En resumen, lo que dijo hasta ahora, es que cuando los sabios hablan de temas halájicos (leyes bíblicas) su opinión es irrevocable, mas cuando tratan de otros temas, como ser temas científicos, de medicina, etc. en esas áreas, la opinión de los sabios no es determinante, pues se basan en los conocimientos de la época, a no ser que explícitamente digan que se trata de algo que han recibido por tradición oral.

[27] En el futuro que presagió en el versículo anterior.

 

[28] Es decir, no se trata de un lugar o espacio físico, sino de un estado. El mundo venidero no es un mundo físico, que queda en algún lugar recóndito, sino un estado de elevación espiritual, como ya lo explicó Maimónides en la introducción al Perek Jelek.

 

[29] Por eso es que dice: “hará una ronda”. La característica de una ronda es que gira alrededor de un centro, en este caso, cuando el grado espiritual es tal que Dios es el centro de la vida y alrededor de eso el sabio forja su vida.

 

[30] Esto se refiere, que puede captar a Dios en forma clara, tan nítido que puede señalarLo con su dedo. Y eso ocurre en el mundo venidero, pues en este mundo se prepara, trata de quitar todas las barreras mentales entre el hombre y Dios  y apegarse a Él, pero es en el mundo venidero cuando ya desaparecieron los velos de la vida material-física, en donde podrá captar plenamente a Dios.

[31] Conjunto de versículos que contienen profundos principios de fe y amor a Dios, Deuteronomio 6:4-9.

 

[32] Es decir, que es un deber del hombre, “debe” imperativamente sobreponer su buen instinto al mal instinto.

 

[33] Es decir, si meditando llega a la conclusión que no es correcto correr tras esas pasiones abandonando la parte espiritual.

 

[34] Por ejemplo, cuando nuestro instinto nos fuerce a actuar rápidamente o en forma impulsiva, entonces debe recordar aquellos versículos en los cuales vemos que actuar de esa manera lo llevó a la perdición a aquel individuo, como ser el caso de Amnón el hijo de David con su hermana Tamar, o al contrario, el caso de Iosef, que no actuó en forma impulsiva con la esposa de su patrón y no se dejó llevar por ello y como todo eso desembocó en grandeza para Iosef. Si bien en el punto anterior se refiere a que el razonamiento sea la herramienta que impida a actuar en forma incorrecta, ahora, está recurriendo no a cuestiones intelectuales o filosóficas sino a historias y casos reales, es decir a imitar.

 

[35] Una de las trece reglas hermenéuticas que utiliza el Talmud, para estudiar la Torá     

 

[36] Este tercer punto tiene que ver ahora con el temor, antes fue con el intelecto, luego con los versículos, que le hablan de ejemplos reales, y por último si esto no funciona, entonces el temor funcionará, para aquellos que no quieren pensar. Cabe preguntarse ¿por qué ordenó de esta manera estos tres puntos? Si el último es el que es suficiente para derrotar a los impulsos, que lo nombre en primer lugar. En realidad el autor lo colocó en este orden, pues le dio prioridad al orden de importancia, primero el intelecto y luego el temor.

 

[37] Ver Guía de los Perplejos III parte capitulo 43.

 

[38]  Si bien los sabios explicaron que la repetición del verbo: “diezmar, diezmarás” se refiere, la primera vez que dice “diezmar” se entiende en su sentido literal de sacar el diezmo, la segunda vez que dice “diezmarás” (en hebreo tehaser) se refiere a otro concepto hebreo: enriquecerse, (que en hebreo se dice Teahser), Este es el sentido alegórico, de ninguna manera se refieren que es el sentido literal del versículo, y si preguntásemos acerca de cuál fue el motivo por el cual fue duplicado el verbo “diezmar”, la respuesta sería, que la Torá puso mucho hincapié en este precepto y por eso para remarcar más el mandamiento lo repite.

 

[39] Sin duda lo que está planteando aquí el autor, es una de las ideas  más importantes de las explicaciones a los versículos dada por los sabios.

 

[40] Enumerados en los trece principios de fe.

 

[41] En cuyo caso implicaría que dicha explicación se inscribe dentro del rango de “inobjetable”.

 

[42] Es decir, el autor de esa interpretación, sabe perfectamente que la interpretación que está esgrimiendo no es la intención del versículo, sino que cita ese versículo en alusión a la idea que expone en forma asociativa. La idea o pensamiento que está planteando es verdadero, y lo asocia a un versículo para poder decirlo o para que quede grabado en la mente de las personas. Esto suele ocurrir con las abundantes enseñanzas que los sabios dicen en el Talmud: “No leas esto, léelo de esta otra manera” (Al tikre…  ela……) en donde también ellos saben que el versículo se refirió a su significado tal y como se lee, pero para que quede grabada en la mente de los alumnos una idea verdadera, lo asociaron a un versículo determinado, que variando una letra o palabra menciona el tema de la idea que aquel sabio pretende inculcar, a pesar que el propio versículo citado puede o no tener que ver con el tema en cuestión.

El autor pone mucho hincapié en la comprensión de la literalidad del texto y la intención del versículo en su sentido llano, pues eso es lo que Dios quiso decir y transmitir con ese versículo, luego las cuestiones alegóricas, puede que se trata de enseñanzas correctas y verdaderas de los sabios, que asociaron a ese versículo, mas en realidad no era ese el tema que Dios se refería en ese versículo. Esto no debe entenderse como que hay que quedarse con la comprensión literal, y desechar las enseñanza y explicaciones de los sabios, pues opinar de esta manera, es ser Karaíta, es decir aquellos que reniegan de la Torá Oral, los cuales quedan fuera del judaísmo.

[43] Conocidas como Midrashim.

[44] Por ejemplo aquel Midrash que dice que en la ciudad de Betar habían cuatrocientas casas de estudio, en cada una de ellas había cuatrocientos maestros los cuales tenían cada uno cuatrocientos alumnos. Si hacemos una cuenta sencilla veremos que entre las cuatrocientos casas de estudios había 64 millones de alumnos, si a esto le sumamos las mujeres, quiere decir que en la ciudad de Betar habían por lo menos 128 millones de habitantes, y esto es algo que sabemos positivamente que no existió. Lo que los sabios quisieron decir con esto es que eran muchas los alumnos que se refugiaron en Betar. El número siete, setenta, cuatrocientos, entre otros, es un número muy utilizado por los sabios para denotar algo muy grande.

 

[45] Muchos de ellos se encuentran en el Midrash Rabbá y Tanjuma.

[46] Ver la introducción que hace Rabí Abraham Ibn Ezra a su comentario de la Torá.

[47] Por ejemplo los relatos de Rabba bar Jana que viajaba mucho al exterior, y al regresar contaba muchas anécdotas de cosas extrañas o imposibles de ser.

[48] Una vez, dos personas apostaron entre ellos: quien fuera capaz de hacer enojar a Hilel, ganaría 400 monedas.

 

Uno de ellos dijo: -Yo lo lograré.

 

Al día siguiente, era víspera de Shabbat, e Hilel se estaba lavando la cabeza. Fue aquel hombre y pasó por la puerta de su casa.

 

-¿Está Hilel? ¿Está Hilel? Preguntó.

 

Hilel envolvió su cabeza, salió a su encuentro, y le preguntó: -Hijo mío, ¿qué necesitas?

 

-Tengo una consulta para hacerte, dijo el hombre.

 

-Pregunta hijo mío, pregunta.

 

-¿Por qué las cabezas de los Babilónicos son ovaladas?

 

Le respondió: -Hijo mío una gran pregunta has formuladio. Las parteras no son muy despiertas, y cuando asisten a la madre en el parto tocan la tierna cabeza de los bebés, y se tornan ovaladas.

 

El hombre se marchó y esperó una hora. Al rato volvió y preguntó:

 

-¿Está Hilel? ¿Está Hilel?

 

Nuevamente se envolvió Hilel, y salió a su encuentro, preguntándole: -¿Qué necesitas, hijo mío?

 

Le dijo: -Tengo una pregunta para hacer.

 

Le dijo Hilel: -Pregunta, hijo mío, pregunta.

 

-¿Por qué los ojos de los Termodiim son débiles y enfermizos?

 

-Has formulado una gran pregunta, hijo mío. Se debe a que viven en localidades arenosas, por consiguiente la arena penetra en sus ojos, y les provoca enfermedades en ellos

.

El hombre esperó otro rato y retornó, llamando: -¿Está Hilel? ¿Está Hilel?

 

Una vez más se envolvió Hilel y salió a su encuentro, preguntándole: -Hijo mío, ¿qué necesitas?

 

-Le dijo tengo que formularte una pregunta.

 

Le contestó: -Pregunta, hijo mío, pregunta.

 

-¿Por qué los pies de los africanos son anchos?

 

Le contestó: -Hijo mío has formulado una gran pregunta. Se debe a que viven entre los estanques de agua, y andan descalzos, extendiéndose por ello, sus pies[48].

 

Le dijo el hombre: -Tengo muchas consultas para hacerte, pero temo que te enfurezcas conmigo.

 

Hilel, se envolvió, y se sentó delante de él, y le dijo:

-Todas las preguntas que deseas hacer, formúlalas.

 

Le dijo: -¿Tú eres Hilel, a quien llaman el príncipe de Israel?

 

Le dijo: -Efectivamente.

 

Le replicó: -Si así es, pues entonces que no haya muchos como tú en el pueblo de Israel.

 

Le preguntó: -¿Por qué hijo mío?

 

Le respondió: -Porque perdí por tu culpa 400 monedas.

 

Le dijo Hilel: – ¡Cuida tu alma!, es digno Hilel de que pierdas por su intermedio, 400 monedas, y otras 400 monedas más, y que Hilel no se enfade.

 

[49]  Estaba tan seguro de que iba a llover que les aconsejó que pongan a resguardo los hornos, que eran de lodo, para que no se estropeen con la lluvia.

 

[50] En hebreo el vocablo para expresar que el sol se puso se dice: “nikava”

 

[51] Muchas veces el nombre de las personas nos revelan detalles de ellos o de su educación. Generalmente los padres ponen a sus hijos el nombre de lugares, sucesos o personalidades que admiran o consideran importantes, esto nos puede ayudar para saber qué cosas o valores eran importantes para los educadores de este niño y así podremos saber qué le inculcaron de niño, así también para el niño es influyente el nombre, pues generalmente se identifica o se interesará por la personalidad por la cual él lleva ese nombre, todo esto nos ayuda a conocer su personalidad, aun antes de intercambiar palabra alguna. Por supuesto que esto no es determinante ni que así será siempre, pues hay individuos que por más que fueron educados de cierta manera, al crecer pueden cambiar su filosofía de vida y valores, renunciando a todo lo que vieron en la casa de sus padres, ya sea para bien o para mal.

[52] Esta categoría es clave para comprender muchos relatos inconcebibles e insólitos del Talmud y del Midrash.

 

[53] ‘Quien ejercía como sumo sacerdote

 

[54] Obviamente que se hace inconcebible que  alguien pueda en la realidad física ver a Dios que está sentado etc. Por lo tanto todo esto ocurre en sueños. Cabe preguntarse: ¿Por qué no dijo directamente desde el principio que una vez tuvo un sueño, etc.? El tema es que para el autor era tan obvio que esto no puede ser en la realidad que no hace falta decir textualmente que se trataba de un sueño. Por ejemplo cuando alguien quiere expresar que llegó rápido suele decirse que vino volando, obviamente que no se refiere a que es superdotado y que posee la facultad de volar, ¿y por qué no lo aclaró?, pues esto es algo muy claro que los hombres no vuelan y que se refiere a una metáfora. Así también Rabí Ismael, ve redundante decir que esto le ocurrió en un sueño. 

 

[55] Entre los más frecuentes figuran los relatos acerca de las  apariciones del profeta Eliahu. Y a pesar que hay quienes sostienen que en realidad el profeta Eliahu se le apareció físicamente, la opinión de Rabenu Abraham no es única, sino que también es sustentada por otros sabios, entre ellos también sabios que poseían grandes conocimientos de Kabalá. El Sabio Ben Ish Jai, es tajante al afirmar que todas esas apariciones no ocurren en la realidad física sino en la realidad de la mente. La preeminencia del sueño en los que se relata la aparición del profeta Eliahu, nos demuestra que no es un sueño corriente, sino que se trata de un nivel superior de sueño.

 

[56] Este es un termino de difícil comprensión, mientras que muchos exegetas consideran que los Shedím‘-‘ son criaturas diabólicas, peligrosos duendes; otros más racionalistas como Rambam, sostienen que tales criaturas sólo existen en las visiones o sueños. También opinaban así sabios de Talmúdicos o posteriores a ellos como  el sabio Rif, de la época medieval. Por otro lado, Maimónides se refiere a todo aquello que es dañino con el término de Shed” (Véase More Nebujim parte I al final del capítulo 7) Entre los sabios más contemporáneos hay quienes dicen que hoy en día gracias a los poderosos microscopios, quien puede observar un virus o bacteria agrandada millones de veces su tamaño, se ve como una figura aterrante, y además en su calidad de virus, es dañino, y está por todas partes, y no se lo puede ver a simple vista, y demás detalles que el Talmud aporta acerca de las cualidad de los Shedím.

 

[57] Es decir alguien que no tiene instrucción previa acerca de cómo deben ser entendidas las palabras de los sabios, cuándo están hablando metafóricamente, cuándo lo hacen en forma de exageración, etc.

 

[58] Ver Rambam introducción al Perek Jelek.

 

[59]  Los hablan en forma exagerada, a pesar que no es exactamente fiel a lo que sucede en la realidad, porque así es como se habla y ellos quieren hablar en el idioma en que normalmente se habla.

[60] Como cuando uno dice: “El salón estaba tan lleno que no cabía ni un alfiler”, donde todos los oyentes saben que se trata de una exageración para denotar lo lleno que estaba el lugar, pero seguramente un alfiler cabía allí.

[61] En el relato lo va a alegorizar diciendo que vio al ángel de la muerte y les dijo que vana a morir.

 

[62] Ya sea un mejor clima, etc. No solo Rabbí Abraham lo explica así, sino que Rashí también lo explica de esta manera.

 

[63] Esto no se refiere a que ya todo está destinado, sino que, con respecto a la muerte, eso no está en manos del hombre, por más que se esfuerce, llegado el momento va a morir. El ser humano tiene que hacer todo lo que está en sus manos para curarse, pues él no sabe cuándo es su hora de morir, tal vez en ese caso sí depende de que haga su esfuerzo y acate el tratamiento para curarse y seguir viviendo o tal vez  la Voluntad de Dios era que muera en donde  por más que haga todos los tratamientos, igualmente morirá. Por lo tanto como ignoramos en cuál de los dos casos estamos, en todos los casos, debe hacer su esfuerzo.

 

 

[64] Para indagar mas sobre este tema ver introducción a la Guía de los Perplejos.

 

[65] El lenguaje alegórico de los sabios.

Es importante que te percates, que con respecto a los dichos y expresiones de nuestros sabios de bendita memoria, existen tres posturas al respecto de cómo interpretarlos:

3.1 El primer grupo, que constituye la mayoría de los que conozco, o de los escritos que leí o que llegaron a mis oídos sus opiniones, son los que afirman que las máximas de los sabios deben ser tomadas y entendidas literalmente sin tolerar ningún mensaje oculto o alegórico en sus palabras, aun aquellas afirmaciones de los sabios que contradigan la realidad, tampoco en este caso contemplan la posibilidad de que se trate de algo alegórico, sino que sostienen que así tubo que ser en la realidad, (por más extraño e irreal que parezca).

 

No obstante, esta manera de pensar, es producto de la falta de comprensión de la naturaleza de las cosas y la carencia de una mente especulativa, crítica e inductiva, como así también, nadie los ha introducido en esta materia. Sostienen que los sabios en todas sus sentencias correctas y profundas, no se refirieron, sino a lo que ellos, de acuerdo a su capacidad, entienden, siempre tomando todo en forma literal.

 

Sin embargo, algunas de las palabras de los sabios, las deforman y las alejan de todo aspecto lógico y racional hasta el punto tal, que aun si fueran relatadas de esa manera al vulgo, mucho más si se lo dijeren a alguien inteligente, éstos se sorprenderían y quedarían perplejos preguntándose: -¿Cómo es factible que exista alguien que afirme eso, o que piense que es correcto razonar así?, concluyendo, entonces que tales palabras son incoherentes.

 

En realidad este grupo, pobre en pensamiento, es digno de lástima, por su insensatez, pues pretenden honrar y elevar a nuestros sabios, acorde a su capacidad, pero en realidad, los sumergen en la más profunda bajeza y ni siquiera se dan cuenta ni entienden esto. ¡Como que vive Dios! Créeme, que este grupo rebaja a la Torah y le quitan todo su brillo, dejando a la Torah de Dios, justo al revés de lo que ella representa; ya que Dios, exaltado sea, dijo en Su sagrada Torah: “Cuando oigan todos estos fueros, habrán de decir: -un pueblo sabio e inteligente es esta gran nación” (Deuteronomio 4:6); empero esta agrupación, al pregonar las máximas de nuestros sabios literalmente[65], hacen que todo aquel que los escuche exclame: “Qué pueblo tonto e insensato es esta nación pequeña”.

 

Esto es lo que logran la mayoría de los oradores que explican y comentan al pueblo lo que ellos mismos no entienden; quien nos diera que al ser que no entendieron ni captaron las palabras de los sabios, se quedarán en silencio tal como versa: “¡Ojalá callar se callasen y eso les será considerado sabiduría”(Job 13:5) o que al menos reconocieren y afirmaren: -no comprendemos a qué se refieren los ichos de nuestros sabios en este caso, por lo tanto no sabemos cómo interpretarlos. Empero ellos creen entenderlos e intentan transmitir al pueblo, no lo que los sabios quisieron decir, sino lo que ellos con su flaqueza intelectual entendieron, poniéndose a predicar delante del público, los dichos y afirmaciones de los sabios en el Talmud tratado Berajot o el capítulo Jelek del tratado Sanedrín, por supuesto, entendiéndolos en forma literal, palabra por palabra.

 

3.2 El segundo grupo, también es muy numeroso. Igualmente, éstos toman las palabras de nuestros sabios en forma literal y sostienen que no se referían a otra cosa fuera de lo literalmente expuesto, pero a diferencia del primer grupo, los citan de esta manera en forma despectiva y peyorativamente, difamando lo que no corresponde difamar y frecuentemente se burlan de las expresiones de nuestros sabios, considerándose ellos mismos más inteligentes y con mentes más agudas que la de los sabios, y que aquellos eruditos, eran ingenuos, poco racionales y que desconocían en absoluto la realidad y la naturaleza de las cosas, hasta el punto de no haber alcanzado la sabiduría en cualquiera de sus expresiones.

 

Sin embargo la mayoría de los que integran este grupo, suelen equivocarse debido a que se ven a sí mismos como entendidos en las ciencias médicas, versados en las vanidades de la astrología y considerándose grandes sabios, inteligentes, jactándose de intelectuales y filósofos. Mas en realidad no se percatan cuán lejos están de aquellos verdaderos sabios y filósofos.

 

Este grupo es más necio que el primero y mucho más ignorante que aquel. Tornándose detestables, debido a que ensucian a ilustres y grandes personalidades, cuya sabiduría es manifiesta para los más sabios, empero esta agrupación de incapaces, si tan solo excursionaran un poco en el conocimiento, hasta saber cómo es digno expresar y escribir acerca de temas metafísicos o por el estilo, tanto para el pueblo como para los eruditos, comprendiendo la filosofía práctica, entonces podrían discernir si los doctos eran realmente sabios o no, entendiendo lo que aquellos quisieron decir.

 

3.3 El tercer grupo, son tan pocos, que por Dios, no merecen que se los denomine agrupación, sino, más bien, deberían designarse individuos. Ellos son los que perciben la grandeza y agudeza mental de nuestros sabios, al observar lo acertado que son sus dichos y afirmaciones que llegaron a nosotros.

 

A pesar que los aforismos de los sabios son pocos y dispersos por varios lugares, esos escritos atestiguan acerca de su grandeza y que realmente captaron la verdad. Así también, comprobamos por medio de ellos, cómo nuestros sabios descartaban lo que era imposible de ser y afirmaban aquello que en la realidad no podría ser de otra forma, que ellos no hablaban cosas vanas; de forma tal que queda absolutamente claro a los miembros de este grupo, que en las palabras de nuestros eruditos, hay cosas manifiestas y también mensajes ocultos y que todas sus sentencias que tomadas literalmente contradicen la realidad, se trata de afirmaciones metafóricas y alegóricas, pues esta es la manera de expresarse de los verdaderos sabios.

 

Es por eso que el más célebre de los sabios, comenzó su libro diciendo: “Para entender proverbios y dichos agudos, las palabras de los sabios y sus alegorías” (proverbios 1:6).

 

Como es manifiesto para los conocedores de la lengua, “alegoría” es aquello cuyo verdadero mensaje está oculto en ella, que no está expresado en forma literal y prueba de ello es lo que afirmo Sansón al decir: “les plantearé una alegoría…” (Jueces 14:12). Pues las palabras de los doctos, se refieren a temas metafísicos, y éstos son el verdadero objetivo, no obstante, se expresaron en forma alegórica o metafóricamente. Por lo tanto, ¿cómo es factible criticarles el hecho que hayan manifestado la sabiduría en forma simbólica o que se hayan valido de ejemplos vulgares, después de observar que el más sabio entre los hombres, actuó de esta misma manera asistido con la inspiración Divina?, Me refiero al rey Salomón en Proverbios, en el Cantar de los Cantares y partes de Eclesiastés. Y más aún, ¿cómo es posible que se nos reproche por explicar la profundidad de sus palabras, sacándolas de su sentido literal y de esa forma demostrar cómo coinciden la verdad con las sagradas escrituras, cuando ellos mismos sacan versículos de su literalidad y los plantean como alegoría? Siendo esto correcto; como por ejemplo encontramos con respecto al versículo: “él hirió a dos campeones de Moav” (I Crónicas 11:22) que todo es en forma metafórica, también lo que dice: “bajó e hirió al león dentro del pozo” (Ibídem.), como así lo que dice: “¿Quién me hiciera beber agua del pozo de Bet Lejem?” (Ibídem? 17) y el resto del relato, todo es metafórico.

 

Asimismo con respecto al libro de Job, sostienen algunos que en su totalidad se trata de una parábola, sin especificar a qué se refiere dicha parábola, como así, opinan algunos que el episodio de la resurrección de los muertos de Ezequiel (capítulo 37), fue una alegoría y muchos otros casos por el estilo.

 

[66] Pues no necesitaría semejante advertencia si no fuera común que los sabios se expresen en forma alegórica.

 

[67] Pues a causa de sus limitados conocimientos y capacidad, no los comprenderá, más aun los conducirá a la confusión.

 

[68] Término con la que se denomina a los pasajes más ocultos y metafísicos de la Tora.

 

[69] Maimónides en Hiljot Isodé Hatora, capítulo 2:11 y 12 dice: 11.- Los temas que hemos elucidado a lo largo de estos dos capítulos, son como una gota en un océano, comparado con lo que queda aun por esclarecer. La profundización de los principios básicos tratados en estos dos capítulos, es lo que se denomina: “Maase Mercaba”, (“Los arcanos de la Tora”)[69].

 

12.- Exhortaron los antiguos sabios a no predicar sobre estos temas {en publico}, sino en forma particular, una vez comprobada de antemano, la erudición y capacidad deductiva del {aprendiz}[69]. Abordando el asunto en forma indirecta, transmitiéndole un extracto de estos temas {en forma alegórica, comprendiendo el estudiante con su propia capacidad, la integridad y profundidad de la materia. Estos temas son muy {complejos}, difíciles y profundos, y no todos están capacitados para comprenderlos. En alusión a ellos dijo el Rey Salomón metafóricamente “los corderos[69] son para tus vestidos” (Proverbios 27:26), lo cual fue Explicado por los sabios de la siguiente manera: “Aquellas  cosas ocultas del universo, sean para tu vestimenta”, es decir, solo para ti, y no para disertar {sobre esos temas} en publico. Sobre ellos dijo: “Serán tuyos solamente, y no de los Extraños juntamente contigo” (Proverbios 5:17), y agrego: “Leche y miel debajo de tu lengua” (Cantar de los Cantares 4:11) que los sabios lo Explicaron de la siguiente manera: aquellas cosas que son como la miel y la leche, que estén debajo de tu lengua.

 

[70] Como ser la primera parte del relato, en que maestro y alumno iban caminando, luego que el maestro descendió de su mula y se sentó a escuchar.

 

[71] Como ser cuando dice que cayó fuego del cielo y que los árboles entonaron alabanzas.

 

[72] A pesar que se encontraban en el mes de Tamuz, es decir en pleno verano época en que no llueve en Israel.

[73]  Se refiere a aquellos que pretenden defender a los sabios, sosteniendo que lo que dijeron los sabios debe entenderse literalmente y de esta manera, sin quererlo están ridiculizando a los sabios.

 

[74] Los Karaim eran una secta que pretendían estudiar la Tora literalmente sin aceptar ninguna otra explicación que la enunciada textualmente en la Biblia.

 

 

[75] Estas dos posibilidades son lo más grave que puede ocurrir a causa de la mal interpretación de las palabras de los sabios, entonces la persona no instruida o que no sabe entender las palabras de los sabios en las categorías que el autor citó, llegara a suponer que Dios tiene forma o cosas por el estilo, todos esto es considerado una negación de los principios básicos del judaísmo. Es merced a este peligro que el autor considera importante componer el presente escrito.

 

[76] Es decir, que las erróneas interpretaciones a las que él mismo arribó, son realmente lo que los sabios quisieron decir cuando en realidad no es así.