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ROSH HASHANA

Rosh Hashana es llamado en la Biblia Iom Trua (por que se toca el shofar), y centra dos ideas principales: es el primer día de un nuevo ano, y es el día del juicio, día de introspección. De esta manera, se realiza al comenzar un ano nuevo el balance del ano anterior y planeamos nuestros actos para el ano venidero.
La fuente en la Torá para Rosh Hashana es: “El dí a primero del mes séptimo será de santa convocación. No haré is en el labor servil. Es día que se celebrará al son de la trompeta” (Números 29:1). Y también está escrito: “El día primero del mes sé ptimo lo conmemorareis al son de las trompetas” (Leví tico 23:24).

Articulos de Rosh Ha Shana
Articulos de Rosh Ha Shana escritos por el Rabino Daniel Oppenheimer, para mas material escrito por el Rabino Oppenheimer visite a www.ajdut.com.ar

¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

 ¡¡Que los cumpla feliz, que los cumpla feliz, que los cumpla… ¿quién?!! Nosotros, los seres humanos.

Sin globos ni torta de cumpleaños, sin magos ni animación, sin cohetes ni fuegos artificiales, sin copas ni bromas, los judíos (o todos los seres humanos) celebramos un nuevo aniversario de nuestra creación. Y eso es cosa seria. ¿Por qué? Pues porque el aniversario implica un hito en el cual D”s evalúa la distribución de los recursos (las partidas presupuestarias) para el año entrante, o como lo expresan los Sabios: “el sustento del ser humano está adjudicado de un Rosh HaShaná al otro Rosh HaShaná”.

Y si de eso se trata, dado lo importantes que son los recursos y medios (el “sustento”) para cualquier objetivo que nos propongamos, lo más lógico es que los humanos nos tomemos en serio este día para solicitar lo que creemos que necesitamos.

Lo que necesitamos. Y quién sabe realmente qué es lo que necesita… Bueno, entonces pidamos todo lo que se puede. Como diría una buena idishe mame: “mejor que sobre y no que falte”. Sin embargo, esta es una postura sumamente infantil. Pues estamos comunicándonos con D”s y, con él, que es Lo perfecto, no sobra ni falta nada en este mundo. De otro modo, no sería perfecto.

Pues entonces, la primer tarea consistiría en tomar conciencia de pedir adecuadamente. (¿Cómo dice en las tarjetas? – “con deseos de salud, paz y prosperidad”). Vida, inteligencia, salud, sustento, tranquilidad. Son todos recursos, medios. ¿Y si me preguntan, para qué? Pues los objetivos los ponemos los seres humanos. Debieran coincidir con aquellos que D”s eligió y nos enseñó. No obstante, en mente de muchos, aun aquellos que rezan y lo hacen seriamente, entendiendo que D”s es la única fuente de recursos, es
probable que muchos tengan distorsionados, a su vez, los objetivos de los recursos…

Por lo tanto, el Majzor (libro de rezos) de Rosh HaShaná nos educa a presentar (a D”s y a nosotros mismos) correctamente la finalidad de lo que estamos pidiendo.

“y los santos, diariamente, Te alaban; es por eso que Te pedimos que extiendas Tu temor sobre todos los creados… y se constituyan todos en una sola unión para cumplir con Tu mandato con corazón perfecto… que la iniquidad calle por siempre y toda la maldad se acabe en humo…”

Así que existe un objetivo que trasciende “la salud, paz y prosperidad” que no se limita a “tener un buen pasar” en este mundo. Antes de comenzar a pedir, no estamos confeccionando una lista mezquina y egoísta en la que nos preocupamos por “llegar a fin de mes” (o, en este caso – a fin de año). Miramos un poco más allá. Es que el mundo, o la humanidad que está festejando su “cumple”, no comienza ni termina conmigo.


“SALUD, PAZ Y PROSPERIDAD”

Si de salud se trata, creo que no es el momento de ahondar en el tema. (Cada cual podría cuidarla un poco más, si desacelera un poco el ritmo y se fije para qué vive…). De prosperidad, ya hablamos. A Él, no Le falta para darnos. Es más, él ya “prepara el sustento para todos las criaturas que creó” (Bendición para después de comer). Habría que ver por qué no llega la comida adonde debería llegar… ¿No seremos los “funcionarios corruptos” los que no distribuimos bien lo que corresponde?

En todo caso, podríamos analizar el tema de la paz. Pues, obviamente la guerra es mala palabra. Aun con los que venden las armas que necesitan ese negocio, la cosa no funcionaría si no fuese que hay una complicidad de todos los seres humanos. De otra manera, ¿cómo será posible que todos los tratados de paz fueron inútiles, que la Liga de las Naciones y la O.N.U. no pudieron evitar un sólo conflicto armado?

Es que nuestro concepto de “paz” es bastante limitado. Tanto en casa como en el negocio. Pues “guerra” no es solamente la idea de soldados y misiles. No sucede únicamente en los campos de batalla. La guerra tiene pasos previos que son la envidia y la competencia. Esto se da en innumerables frentes.
Las ideologías que dicen que los recursos son limitados, que es injusto que otro posea lo que uno no alcanza a tener, que para tenerlo yo, debo pelear para lograrlo…, todo eso es “guerra” y no paz. (No por nada, etimológicamente, en hebreo la palabra “Lejem” = pan está relacionada con “Miljamá” = guerra). Esto es factible entre países, entre empresas multinacionales, entre dos kioscos, entre alumnos de un aula que pelean por estar en el cuadro de honor, entre cónyuges que se presionan mutuamente para hacer las cosas de
acuerdo a la idea de cada uno, en todas las situaciones de “regateo” comercial o institucional y pulseadas de todo tipo.. El imponer la conveniencia de uno por sobre la del otro, no es paz.

Si fuésemos realmente creyentes, sabríamos que D”s puede proveer las necesidades individuales sin necesidad de forzar las situaciones. Así al comienzo mismo del rezo especial de Rosh HaShaná, expresamos nuestro deseo que la humanidad “se una para cumplir con Tu voluntad con corazón perfecto”. Es decir, si hubiese un pleno y real reconocimiento de la Autoridad del Todopoderoso, Quien puede proveer para todos sin límite, pues entonces cambia toda la óptica de encarar los problemas. No más política, no
más pulseadas, no más intrigas. Paz de verdad. Esa es la época del Mashíaj a la cual aspiraron los “santos que diariamente Te alaban” y que son los que realmente rezan por la paz pues la practican YA en su vida actual ” no para comer y tomar, ni para dominar a otras naciones… sino para dedicarse a la Torá y a su estudio… y en aquella época no habrá guerras, ni hambre, ni competencia… únicamente el deseo universal de conocer a D”s y Su enseñanza” (fin del Mishné Torá del Ramba”m). Salud, paz y prosperidad para todos,
pues a nadie le molestaría ya si otro posee más o menos que uno mismo.

Una vez que llegamos a esta convicción, se nos hace un tanto más fácil pensar en el otro y comprender que las necesidades de él no son menos importantes que las mías. Su vida cumple un rol tan imprescindible como el mío y velar por que él goce de los recursos que le hacen falta es no menos importante que velar por los míos.. Si llego a esa conclusión, la Tefilá ya es distinta.


EL SHOFAR

La ley que caracteriza a Rosh HaShaná es la obligación de escuchar el sonido del Shofar. El Shofar, un instrumento que surge de la naturaleza (cuerno de carnero) a diferencia de la trompeta que es creación humana. La trompeta, en la Torá,cumple la función de llamar (a D”s o a los demás seres humanos) cuando el que lo hace es el ser humano. El Shofar se suena, cuando Quien llama es D”s mismo. (R.S.R. Hirsch)

El sonido del Shofar se debe asemejar al de un llanto (Ievavá). Es entonces D”s Quien “llora” por el ser humano que es quien sigue perdido, zigzagueando por el mundo en búsqueda de significado olvidándolo a Él. Cuando bendecimos antes de cumplir con el precepto del Shofar, decimos “lishmoa” = escuchar, o, mejor dicho, entender el “kol” = la voz, o el significado del Shofar (Cuerno en hebreo sería “keren”, pero sólo se puede observar la ley con el cuerno del carnero que se denomina “shofar”, relacionado con la palabra “leshaper” = mejorar o corregir). Comprender entonces, Quién me llama y qué es lo que espera de mí, es escuchar la “voz”.

Los sonidos del Shofar son “Tekiá” (fijo) un sonido largo y fijo, y “Shevarim” o “Truá” (rotura) o ambos juntos, y nuevamente una “Tekiá”. Estos mismos sonidos eran los que se emitía en el desierto cuando se avisaba al pueblo que el campamento de Israel seguía su viaje. La Tekiá convoca a un lugar, la Teruá habla de desmontar y la última Tekiá habla del nuevo lugar al cual se traslada. En Rosh HaShaná, D”s nos convoca a desmontar nuestros vicios y prejuicios, recordar y analizar, liberarnos de lo que no corresponde y volver a encaminarnos acorde a Su ley. Las partes de la Amidá de Musaf (el rezo) hacen alusión a lo mismo. “Maljuiot” (asumir la monarquía de D”s) Quien nos convoca, “Zijronot”
(memorias) de lo que fue la vida hasta el momento y “Shofarot” el sonido del Shofar que libera del sometimiento del pasado, para volver a comenzar una nueva vida. (Así como el Shofar cumplía el objetivo de liberar a losesclavos y los campos vendidos en Iom Kipur del Iovel que ocurría cada cincuenta años)..

¿Lo mismo del año pasado?

Rosh HaShaná tiene sentido, si como humanos hemos crecido y tenemos la intención de seguir haciéndolo. Ese es el único objetivo real y motivo de festejar que puede tener un cumpleaños. El personal o el colectivo de Rosh HaShaná.

Ketivá vaJatimá Tová, que sepamos escuchar realmente la voz del Shofar.

Daniel Oppenheimer


¡QUÉ RÁPIDO PASA EL TIEMPO!

En los últimos días me parece haber escuchado este comentario en repetidas oportunidades cuando salía el tema que ya llega Rosh HaShaná. Y es verdad. Uno está tan “metido” haciendo “lo suyo” de todos los días que ni se da cuenta que pasó un año entero hasta que vuelve a estar parado frente al propio Rosh HaShaná. ¿Es bueno que suceda eso? ¿Es bueno que no nos demos cuenta de cómo pasan los días sin trascendencia?

Sobre el tiempo se puede hablar desde muchos ángulos. Si bien a nosotros nos parece algo muy concreto y casi podríamos decir que vivimos con el reloj, tenemos citas y compromisos a ciertas horas y “corremos contra el tiempo”, la dimensión del tiempo en si es parte de la Creación y es un elemento necesario para que los seres humanos nos manejemos en este mundo terrenal y finito.

Lo que nos interesa ahora es nuestra actitud hacia el paso del tiempo. En este mundo convulsionado se ofrecen a la venta objetos de todo tipo para “ahorrar” tiempo (y esfuerzo). Gracias a la energía eléctrica y a la fuerza motriz podemos realizar ciertas tareas con menos esfuerzo y muchísimo más ligero de lo que era antes. La industria de los electrodomésticos es la prueba de eso. El lavarropas, el horno microondas, el teléfono entre otros, nos dan la sensación de que estamos aprovechando el tiempo mejor. Y es muy posible e importante que así sea. Dado que tenemos tantas obligaciones, todo elemento que nos permita ser más eficientes será bienvenido.

La pregunta surge cuando… de repente… “sobra” el tiempo. Un día en el que no tenemos ni deudas, ni compromisos, ni imposiciones de nadie y con nadie. No hay que ir al trabajo, la familia está atendida u ocupada con otras cosas. No se casa ni se divorcia nadie. ¿Qué hacemos? ­ Pues aprovechá! Al fin, esas oportunidades no se dan tan a menudo… ­Andá a tomar un poco de sol, mirá vidrieras, lee ese libro que querías leer desde hace tanto! Muy bien, ya hice de todo eso y no tengo ganas de leer ni de tomar sol, etc. ¿Qué hago? (Esta pregunta famosa la deben escuchar muchos papás y mamás – de parte de sus hijos – hasta el hartazgo durante las vacaciones, en especial los días
de lluvia)..

Pues no se enoje, querido lector, cuando vea lo que sigue. No está escrito teniendo a nadie en mente. Es simplemente un hecho. Si a una persona le sobra tiempo en la vida, es porque algo anda mal con él. Seguramente nunca se planteó para qué vive…

Existen realmente tantas cosas buenas e importantes que puede y debe concluir cualquier ser humano que siente que su vida es una misión (más allá de las inclinaciones personales), que si le sobra el tiempo, pues, si es creyente, que piense que el regalo más valioso que D”s le dio es la vida en si, y si se la obsequió y se la sigue brindando, día a día, minuto por minuto, es porque espera que algo bueno se haga con ese presente.

Y mire Ud. que ironía. Hay momentos en los cuales parece que el tiempo corre y otros en los cuales parece no terminar. Mire Ud. esas cosas de la vida. Cuánta gente que trata de ocultar su edad. ¿Para qué? ¿Es pecado ser mayor? (Quizás sí lo sea si un adulto actúa como un infante…) Por otro lado, los niños quieren ser mayores, quieren parecer como si fuesen adultos. Juegan a que son el papá, la mamá, la maestra, etc. Las niñas se quieren poner zapatos con tacos que las hagan parecer más altas… y después, ­todo al revés! ¿Dónde está el punto de inflexión?

Festejamos la graduación de nuestros hijos del jardín de infantes. Van al viaje de egresados del primario y del secundario. Se alegran con poder acceder a una universidad. En cada uno de esos pasos, hay un poco de ansiedad de poder realmente llegar y de acabar con la etapa presente y sus desafíos para entrar en otra mejor, al parecer, más fácil. Luego comienza la vida laboral. Cuesta conseguir trabajo. Luego es difícil que lo asciendan. Una vez que logró un puesto medianamente bien pago, teme por su puesto que puede ser cubierto por un joven que, por menos pago, pueda hacer lo mismo… Pasados todos estos suspiros, al fin se puede jubilar y pertenecer a la clase “pasiva” (= inactiva,
que no produce) de la sociedad. El adulto puede recordar aquellos años en los cuales, como niño, vivía una vida despreocupada, alegre. Pero, en aquel momento tiene conciencia que la cuestión de la vida es irreversible. Es “one way” como dicen los carteles de las calles en los EE.UU.

Querido lector! No se me ponga mal. No es esa la idea de este artículo. Sólo quiero que reflexionemos juntos que el valor de la vida se acentúa precisamente por el hecho de ser limitada. Y, dada esa realidad, sepamos “sacarle todo el jugo” con cosas útiles. “El día es breve y la tarea cuantiosa” – nos advierte el Pirké Avot.

“La gente se preocupa por la pérdida de sus bienes, mas por la pérdida de sus días, sus bienes no le servirán y los días no le volverán” – dice un refrán que rima en el hebreo original.

Hay una cuestión de urgencia en las palabras de los Sabios que aparentemente tratamos de eludir. Sin embargo, aun si la vida terrenal es limitada, existe una vida eterna a la cual tenemos acceso. Así lo decimos cada vez que subimos a la Torá, “Quien nos otorgó la Torá de la verdad e implantó una vida eterna en nosotros”.

En Ierushalaim vivía el Rabino Reuven Benguis. Año tras año festejaba la culminación del estudio del Shas (el Talmud, de punta a punta). Un año, a las pocas  semanas del evento anual, volvió a convocar a sus amigos.

En estos días en los cuales celebramos un nuevo aniversario del ser humano, con el balance correspondiente a su existencia, será imprescindible aprender a valoraraqu el hermoso regalo.


 No hemos festejado ya Rosh HaShaná el año pasado?

Bien! ¿Estamos todos listos para recibir a Rosh HaShaná? ¿Qué necesita Ud.. para inaugurar el nuevo año? Y… la ropa, la comida, los cohetes, los fuegos artificiales… ¿Cómo? ¿Ud. no festeja el año nuevo con petardos y un buen vino? ¿Por qué no? Y, ¿con qué festeja entonces? Bueno, mire, nosotros vamos a la sinagoga a la noche y rezamos, luego en casa nos sentamos a la mesa y comemos unos cuantas comidas extrañas que son una clase de señal que el año que comenzará será realmente auspicioso. Luego, a la mañana, volvemos temprano a la sinagoga y rezamos… unas cuantas horas, escuchamos el sonido del Shofar, leemos la Torá y llegamos a casa bastante tarde, después del mediodía, para almorzar. Poco después, volvemos a la sinagoga para rezar nuevamente, Minjá y Arvit, y, nuevamente al otro día lo mismo, nos levantamos temprano…

No entiendo. Sinceramente. ¿Qué tiene tanto para rezar? Y, los cohetes… ¿cuándo los tira?

Bien, querido lector. Si Ud. se cuestionó esta misma pregunta (obviamente en voz baja, para que los demás no se enteren), analicemos juntos la naturaleza de Rosh HaShaná, para que en esas largas horas en las que permanecemos en el Bet HaKneset, hagamos de esa estadía una función real y útil durante la cual creemos en lo que hacemos.

¿Por qué tanto rezo en este día? Los Sabios nos enseñan que el sustento de la persona para el año siguiente se le adjudica en Rosh HaShaná (Talmud Betzá 16). ¿Qué es el sustento? El sustento abarca a todos los recursos que el individuo requiere para llevar a cabo su tarea. Como veremos pronto, este concepto es mucho más amplio de lo que pensamos habitualmente. Por consiguiente, si bien todos los días rogamos por nuestras necesidades, en Rosh HaShaná, lo hacemos conscientes que ese día en particular es decisivo en lo que ocurrirá el año que sigue.

Nos  armamos con nuestro “changuito” (que tenemos desde los días en que no existía “delivery”, ni podíamos encargar con nuestra tarjeta por medio de la computadora…) y vamos a la sinagoga a encargar lo que necesitamos. En primer lugar, veremos que se repite a través de todo el Majzor la súplica por vida. Vida significa tiempo, o sea un plazo adicional en este mundo terrenal, para poder desarrollar y llevar a cabo lo que creemos que queremos y debemos hacer. Pedimos un año de por vez. El año que viene, D”s mediante, si creeré (¿tiene dudas?) que necesitaré seguir viviendo, puedo volver a pedir un plazo adicional. Sin embargo, con vivir y respirar no me alcanza para lo que quiero
hacer. Por lo tanto, pido que sea con tranquilidad mental, conyugal, familiar, comunitaria, etc. y con salud. Sin estos elementos, las cosas que me perturban no me dejarían llevar a cabo mi proyecto. La palabra “paz” que uno suele relacionar con tratados internacionales endebles y que terminan indefectiblemente no cumpliéndose, como resultado de pulseadas mezquinas que llamamos “guerras”, no es lo que estamos solicitando. La paz debe comenzar por donde está uno mismo…, luego pude llegar a alcanzar dimensiones más globales.

No. Aun no terminamos de pedir. Necesitamos inteligencia para obrar correctamente. ¿Por qué? Acaso nos sentimos tontos? No necesariamente. Seguramente somos más
despiertos de lo que admitimos, pero… hay que ser sabio para utilizar lasapiencia que uno posee, y cuántas veces la desperdiciamos por negligencia o, simplemente, no se nos ocurren las ideas adecuadas en el momento apropiado, y luego nos culpamos…

Obviamente, que bajo salud debemos incluir la fuerza física, la habilidad y la destreza para realizar los ideales. Además, ¿qué haríamos sin los medios materiales (efectivamente, lo material es un medio para otro objetivo y o un fin en si mismo) para poder vivir? ¿No es el dinero el que mueve el mundo? (No!, pero hace falta igual). No nos olvidemos de insistir, a su vez, en que se mantenga la simpatía y atracción que nos une a otros seres humanos. Esto, al igual que la inteligencia y otros items, suele caer en el olvido. ¿Por qué? Porque nuestra tendencia es acordarnos de las cosas que carecemos o que sospechamos que podemos perder (dinero, salud, etc.). Ocurre, entonces, que por aquello de lo cual sentimos que “seguro” lo tenemos, no vemos urgencia por la cual pedir. Lamentablemente recién cuando nos percatamos que no somos inmunes e invulnerables, pedimos por lo que perdimos…

Sigamos ahora con la nobleza de nuestra Tefilá. ¿¿Para quién uno pide? Se acuerda de su propia necesidad, o tiene en mente las carencias de otros. Sí, ya sé. Las Tefilot son en plural e incluyen a los demás. Sin embargo, no me refiero ahora a lo que decimos, sino a lo que sentimos mientras decimos. No podemos negar que nuestro estómago suele ser más eficaz que nuestra mente. El primero nunca se olvida de avisarnos cuando hay hambre. La mente, en cambio, necesita activarse conscientemente para que se acuerde de los menesteres ajenos.

Acto seguido, pasemos a la parte más difícil. Planteamos todo lo que hablamos hasta el momento como un pedido para un plan o un proyecto. ¿Por qué? Porque es sumamente ilógico que una persona pida por algo sin saber para qué lo quiere. Cuando un niño le pide una suma considerable de dinero a su papá, éste seguramente le preguntará para qué lo necesita. El hijo nunca le contestará al padre que primero se la dé y que después va a pensar para qué la quería.
¿Hay quien escucha lo que uno pide cuando abre el Sidur? (Disculpe el atrevimiento de esta pregunta) Suponemos que todos “tenemos en claro” que la cosa es así. Bien, si esto es tan obvio, entonces debiéramos tener un plan de vida por el cual podemos solicitar justificadamente toda la lista que hemos traído.

Sin embargo, sepa Ud. que la gente, por lo general no tiene un proyecto de vida.. Es más. Pregúnteselo Ud. mismo en este momento. ¿Pensó, acaso, alguna vez (mejor sería que ocurriera todos los días) en su propia vida en términos de una misión específica, singular y única? Es decir, ¿en algo que Ud. siente que debe llevar a cabo y que sólo Ud. lo puede hacer? Posiblemente Ud. sostenga que su proyecto de vida esté relacionado con la carrera profesional que estudia. No. No estamos hablando de sobrevivir. La mayor parte de vida de la gente está ocupada con hacer las cosas que cree necesarias para mantenerse a flote, para no hundirse, para llegar a fin de mes, para poder pagar las cuentas.
Todo esto no tiene nada que ver con un proyecto de vida. Bienaventurado aquel que puede desarrollar su actividad laboral y sentir que está haciendo un aporte único a la humanidad… y vivir de eso. Pues, entonces, intentemos ser creíbles en lo que le proponemos a D”s (me refiero a que lo creamos nosotros mismos, al menos). Si esto está claro, podemos pensar en… ¿cuánto se debe pedir? ¿Cuánto más, mejor? Pues, en muchas instancias de la vida, veremos que no conviene tener más. Eso se lo dejo a su propia imaginación. De todos modos, en última instancia, nadie tiene de más. Pues, si entendemos que hay orden y exactitud en todo lo que D”s creó, en nuestro cuerpo, en el cosmos, etc., entonces, obviamente, no me va a dar lo que no necesito yo, ni me va a dejar de dar lo que sí requiero para lo que El espera de mi. Un D”s Justo no me puede exigir que
haga algo con recursos que no me proporcionó. Los medios, entonces, serán los debidos, conforme a mi tarea… Nada sobra, ni falta. No hay para derrochar ni en lo material, ni en lo intelectual.

Existe una pregunta frecuente. ¿por qué, entonces, uno necesita pedir? ¿Acaso, no recibe, o recibe menos quien no pide? ¿No “queda mal” pedir?

Si bien, este no es el lugar para extendernos en el tema, podemos brevemente, decir que D”s no necesita que le ordenemos que nos dé tal o cual cosa. El ya sabe lo que queremos, y conoce mejor que nosotros mismos lo que nos hace bien, y lo que no. Somos nosotros, los que debemos tomar conciencia de que todo lo que poseemos, o no, en cualquier área, es porque así D”s lo dispuso y que no es el resultado de nuestra propia inteligencia y destreza…

Hasta aquí, he intentado aclarar algo acerca de lo que estamos por hacer al invocar e implorar al Todopoderoso en Rosh HaShaná. Resulta ser un tanto más complejo que, simplemente, leer el Majzor. Sin embargo, en el texto de las Tefilot, nos encontraremos con que nuestra plegaria pasa por ideas aun más elevadas. Al sostener en nuestras manos el Majzor con el mismo texto que leyó mi abuelo, el abuelo de él, y el judío de hace mil y dos mil años, viviera en Europa o en el Yemen, tuviera una posición acomodada, o no, entiendo que existe un proyecto general que fusiona las Tefilot de todos los que estamos rezando cada uno por lo suyo y por los que uno conoce, con el de todos los otros Iehudim, incluso los ancestros, descendientes y personas de otras épocas a quienes ni conocemos.

“Uvején ten pajdejá…” D”s, te pedimos que llegue pronto el día en el cual todos los seres humanos se unan en una sola sociedad para reconocer unidos Tu Autoridad, cumplir todos con Tu voluntad, para que desaparezca de una vez y para siempre el gobierno y el régimen de la maldad… entonces los justos verán y sentirán regocijo…

En esta plegaria que se repite en todas las Amidot de Rosh HaShaná y Iom Kipur, confluyen los deseos individuales de todo lo que todos pedimos en estas fiestas.

Que veamos pronto como se materializa esta, la más sublime de las aspiraciones humanas. ¿Y los cohetes, y el brindis? Quedarán para cuando D”s nos haya dado dinero para malgastar.

Daniel Oppenheimer


 El “perfecto”, el desesperanzado, el postergador y el charlatán

El candidato electo a presidente de la Nación recientemente nominado por su partido, después de haber ejercido el cargo durante dos períodos (en las épocas cuando la re-re-elección era posible), estaba sentado frente a las cámaras de televisión y a los periodistas que estaban esperando que se pronunciara acerca de sus planes para el futuro de su país, en caso de ser nuevamente votado por la mayoría del electorado. Confiado y con la vehemencia que lo caracterizaba, el postulante comenzó a enumerar las ideas que pensaba poner en práctica:
Bajar los impuestos, elevar los haberes mínimos de todos los jubilados, subir el salario de los empleados públicos, bajar el desempleo, promocionar la actividad agropecuaria, la industria y la exportación, mejorar la salud y la educación pública, pagar la deuda externa, equilibrar el gasto público, etc.
Los cronistas tomaban nota, mientras a más de uno se le cruzaba por la mente la pregunta de si este programa de gobierno era realmente realizable. Algunos de los más veteranos que ya habían escuchado tales promesas en el pasado, se intercambiaban las miradas como queriendo decir: “allí va otra vez con sus ofertas …” Uno de ellos aprovechó una pausa en las palabras del tribuno y preguntó en voz alta: “si quería poner en práctica todas estas medidas…
¿por qué no lo hizo hasta ahora…?” Aquí y allá en la sala se escucharon algunas risas reservadas. El postulante, político de raza, no se dejó llevar por el comentario inoportuno (que para él “no venía al caso”): “Se puede” – decía sonriente, una y otra vez – “síganme, que no los voy a defraudar” – “el país necesita un cambio, y el cambio soy yo”.

Rosh HaShaná es el momento en el cual los judíos sabemos que tenemos una nueva oportunidad para volver a comenzar. En cierta manera, entendemos todos los que
conocemos algo de judaísmo que Rosh HaShaná representa la fecha para aquel cambio (para mejor) que esperamos. Volcamos en estas jornadas nuestra creencia en que nuestro futuro puede y debe mejorar. De ahí viene la costumbre de enviar las tarjetas con augurios por un año mejor.

Sin embargo, para que realmente ocurra esa transformación anhelada, nos dicen los Sabios que D”s espera que también nosotros modifiquemos nuestra conducta. Y ahora sí, sin cámaras de televisión y sin periodistas, nos preguntamos: ¿Podemos, acaso, cambiar? ¿Queremos cambiar? ¿Por qué no hemos cambiado hasta ahora?

Este tema no es para nada simple. Podemos argumentar que en muchos aspectos de nuestra vida, no hemos elegido el camino que transitamos por nuestra propia decisión, sino que hemos seguido desde un comienzo, lo que vimos en nuestra niñez, y luego, en la mayoría de los casos, nuestra vida fue el producto de imitaciones de modelos aplastantes e incuestionables que marcan las conductas de las multitudes desde las pantallas y que hemos adoptado para nosotros porque “todos lo hacen así”. Es triste y no es elogioso ni enaltecedor decirlo, pero es la realidad más frecuente. Aun cuando sabemos que muchas actitudes son objetables, no cambiamos nuestra postura. ¿Por qué?

Distintos elementos interactúan para impedir la modificación para mejor. Quizás lo que siga no sea un panorama cabal. Sin embargo, es importante conocer los obstáculos que nos estorban el camino para poder esquivarlos, si tenemos la voluntad de hacerlo.

El “perfecto”. Existe aquel que no cree tener defecto moral alguno. En realidad, si se lo enfrenta, diría: “verdaderamente, todos podemos mejorar” o algún otro slogan que no
lo comprometa demasiado, pero en principio sostiene que todo está bien.
“Perversas” son, según él, aquellas personas cuyo comportamiento es inferior al suyo. Él mismo siempre transita por “el camino medio”, “ni muy muy, ni tan tan”, y no hay necesidad de corregir, salvo obviamente que uno quisiera ser un santo, un mártir o un E.T., cosa que no está en sus planes por el momento. Esta persona puede vivir unas cuantas decenas de Rosh HaShaná,
“sin que se le mueva un pelo”, ayunará en Iom Kipur para seguir la costumbre de sus padres y abuelos y se puede sentir muy bien consigo mismo. A menudo, si se invita a esta clase de persona a una conferencia en la cual se traten temas que le parezcan comprometedores en su estilo de vida, conteste que “no me interesa” u otra evasiva para eludir enfrentarse con cuestionamientos que impugnen su estilo de vida.

Si bien solo en parte, esta disposición es un aspecto de la postura del “ba’al ga’avá”, el arrogante, el altanero, el que nunca se equivoca. Por lo general, la tendencia de este personaje es aproximarse a círculos de personas que no lo superen en lo moral y evitará el contacto con quienes le pueden presentar un desafío. A esta clase de persona, Pirkéi Avot le recomienda: “sé cola de leones y no, cabeza de zorros”, es decir, que aunque le sea molestoinicialmente, se acerque a  los que le puedan influenciar para bien.

El desesperanzado.
Hay otra persona, que reconoce que el personaje anterior es realmente mediocre (desde lo ético) y es fruto de las circunstancias. Sabe que dentro de aquella clase de raciocinio (o falta de meditación, si Ud. así lo quiere), existe un grave peligro, porque esa moral puede fluctuar hasta niveles de conducta animalística (dado que “todos lo hacen”), y, por lo tanto, cada cual debe esforzarse en rectificar su modo de vivir. No obstante, cuando se encuentra con la inmensidad de la tarea que representa alterar siquiera una sola de las características humanas, baja los brazos derrotado y decide que no lo va a lograr. “Tenés razón, pero no puedo” – dice. Este individuo mira con cierta envidia a quienes tienen
más fortaleza que la suya, querría incluso alcanzar lo que otros lograron, pero flaquea ante lo que cree que no conseguirá nunca.. Al sentirse vencido antes de comenzar la batalla, ni siquiera intenta cambiar algún mínimo aspecto.

Si bien este segundo individuo pareciera ser superior al anterior, pues al menos reconoce su falencia, no deja de ser de igual forma perjudicial. Los Sabios llaman a esta actitud: “I’ush”, o sea desesperanza, impotencia, desaliento y se presenta de distintas maneras y pretextos. Esta persona no cree en si mismo, y queda inmovilizado en su situación por toda la vida o por muchos años, convirtiéndose en esclavo de la inercia natural, de sus hábitos y vicios, por más que conoce que debería liberarse de ellos.

El postergador.
Otra alternativa dentro de esta misma figura, es la persona que decide que “sí o sí” va a enmendar lo que está mal en su vida, pero lo deja “para más adelante”. (También están aquellos que deciden que el lunes comenzarán el régimen para adelgazar, sin especificar a qué lunes se refieren…). Esta persona sufre de “Atzlut”, es perezosa al menos en lo espiritual, y termina estacionario por falta de determinación.

A él le dice Mishlei (Proverbios) que vaya a contemplar la perseverancia de la hormiga en lugar de asustarse y aplazar la tarea.

El “pobrecito”. Una opción usual dentro de esta gama, la presenta aquel que resposabiliza a factores externos (cónyuges, padres, hijos, vecinos, colegas de trabajo, socios, compañeros de aula, etc.) por su falta de decisión. Si bien ocurre con frecuencia que las personas cercanas a uno no colaboran con los objetivos morales que él se propone, en muchas instancias se magnifica larealidad de la situación. El destino lo elige uno mismo. Si se está rodeado de gente racional y explica su postura, no tienen por qué crear dificultades en los objetivos espirituales de uno, mientras no les afecte directamente.

El charlatán.
Otro es aquel que menciona continuamente acerca de la necesidad de corregir ciertas conductas, asiste a innumerables conferencias, asiente con la cabeza, y como conclusión… sigue hablando del tema, y va a escuchar más conferencias por el resto de su vida.

Todo estos pretextos que acabamos de describir, suelen mezclarse entre ellos y frecuentemente se suman o aparecen en forma alternada. Los auto-engaños y fingimientos con los cuales vivimos son incontables, porque cuando de nosotros se trata, la inclinación negativa es tan ingeniosa y perspicaz como nosotros mismos…

¿Ud. es candidato a algún cargo? (¿Al cargo de ser un ser humano, creado a imagen de D”s, portador de la Torá, perteneciente al milenario pueblo judío?) ¿Quiere ser creíble hacia afuera? No es una tarea fácil, pero el comienzo de la misión pasa por creer en nosotros mismos y arremangarnos.

Daniel Oppenheimer

Rosh Hashana y sus caracteristicas
Esta festividad cae al comenzar el mes de Tishrei. Este mes también es llamado el séptimo mes (contando de Nisan) mes poderoso. Su símbolo es la balanza, ya que en este mes se juzgan todos los seres humanos, y la balanza sirve para pesar las buenas y malas acciones.
Rosh Hashana es llamado en la Biblia Iom Trua (por que se toca el shofar), y centra dos ideas principales: es el primer día de un nuevo ano, y es el día del juicio, día de introspección. De esta manera, se realiza al comenzar un ano nuevo el balance del ano anterior y planeamos nuestros actos para el ano venidero.
La fuente en la Torá para Rosh Hashana es: “El dí a primero del mes séptimo será de santa convocación. No haré is en el labor servil. Es día que se celebrará al son de la trompeta” (Nú meros 29:1). Y también está escrito: “El día primero del mes sé ptimo lo conmemorareis al son de las trompetas” (Leví tico 23:24).
Rosh Hashana como día de juicio está sen alado en Salmos: “Tocad la trompeta, ante la luna nueva (en el dí a que la luna está cubierta – rosh jodesh) la luna plena de nuestra festividad porque es un precepto para Israel, una ordenanza del D’s de Jacob” (Salmo 81:4).
El nombre Rosh Hashana, se encuentra por vez primera en el tratado de Rosh Hashana 1: “En Rosh Hashana todos los individuos del mundo pasan delante de D’s (Todopoderoso) como regimientos de ejércitos que pasan delante de su rey, y el examina a todos. Este día fija el destino de la humanidad al finalizar el ano y comenzar uno nuevo.
Cuáles son las características de la festividad?
Las leyes de la festividad son oraciones y costumbres que expresan el contenido del día. En el centro de las oraciones se encuentran tres bendiciones que se recitan en la oración de Musaf: “maljuiot”, “zijronot” y “shofarot”.
a- “Maljuiot” – Rosh Hashana es el día del reinado del Santo Bendito Sea sobre todas las criaturas del universo, y nosotros decimos en esta bendición: “Reina con honor sobre todo el mundo”.
b- “Zijronot” – Rosh Hashana es el día que se juzga a todas las criaturas del universo. Nosotros decimos en esta bendición: “Traerá s justicia para censar todas las almas” y pedimos “recuerdanos con un buen recuerdo ante ti y censanos con salvación y clemencia”.
c- La bendición de “Shofarot” comienza con el recibimiento de la Torá . Cuando el pueblo de Israel recibió la Torá y los preceptos, se escuchó en ese momento la voz del shofar: “Y a la manana del tercer día hubo truenos y relámpagos y una nube espesa cubrió la cima del monte y se oyó una potente voz de cuerno”. (Exodo 19:16).
En la bendición de “shofarot” se describe la grandeza del Santo Bendito Sea y se continua con la descripción de los últimos días y la reunión de los exilios: “Y acontecerá ese día que será tocado una gran trompeta y que vendrán los que se perdieron en la tierra de Asiria, y los que fueron dispersos en la tierra de Egipto, y adoraran al Eterno en el sagrado Monte de Jerusalem”. (Isaias 27:13).
En Rosh Hashana las oraciones no son solo individuales, sino tambié n para toda la humanidad: “Y es por eso pon temor D’s rey del universo, sobre todos tus actos… y temerán por todos tus actos y se arrodillarán todas las criaturas”.
Porque se toca el Shofar
Los motivos por el cual se toca el shofar en Rosh Hashana
El precepto del día de Rosh Hashana es de tocar el shofar. Cuáles son los motivos de este precepto?
El Rabi Saadaia Gaón enumera 10 motivos para este precepto, entre ellos:
a- En este día nosotros coronamos al Santo Bendito Sea, de la misma manera que se proclama a los reyes: se hace sonar ante ellos las trompetas y shofarot para que se escuche en todos los lugares el comienzo de sus reinados. Y así dijo el rey David: “Con trompetas y el son de la corneta aclamad al rey el eterno” (Salmos 98:6).
b- La voz del shofar nos recuerda la revelació n del Sinai, la cual estaba acompan ada con “El son del shofar era muy fuerte” y en ese lugar el pueblo de Israel declaró : “Haremos y escucharemos”.
c- El son del shofar nos recuerda la reunión de la diáspora que tanto anhelamos.
d- El shofar está hecho de cuerno de carnero, para recordarnos el sacrificio de Itzhak. Luego del intento del sacrificio, en el cual estuvo Abraham, él vio: “Un carnero que estaba cerca tení a sus cuernos trabados en el matorral”, y lo sacrificó en lugar de su hijo. El son del shofar nos recuerda el mé rito de nuestros padres. Se deben tocar 100 voces. Si Rosh Hashana cae un dí a sábado no se toca por decreto de nuestros sabios.
Las costumbres de la festividad
Las costumbres de la festividad
Los preparativos para Rosh Hashana comienzan en el mes de Elul. A principios del mes de Elul se acostumbra a tocar el shofar cada manana luego de la oración de Shajarit, para despertar al pueblo al arrepentimiento hacia los dí as de juicio.
Los sefaradim acostumbran a madrugar desde comienzos del mes de Elul para pronunciar “slijot” – oració n de penitencia -. Los ashkenazim lo hacen desde la salida del Shabat anterior a Rosh Hashana. Con la llegada de la festividad, se acostumbra a bendecir al prójimo con: “que tengas un ano bueno, que seas inscripto y firmado en el libro de la buena vida”. Comenzamos el ano nuevo con costumbres que simbolizan las peticiones de nuestro corazones:
a- Se moja la manzana en la miel y se desea: “que sea Tu voluntad que comience un ano bueno y dulce”.
b- Se come una cabeza de pescado o de oveja y se dice: “que sea Tu voluntad que seamos cabeza y no cola”.
c- Se come granada, llena de granos y se dice: “que sea Tu voluntad que se nos aumenten mé ritos como la granada”.
d- Se comen dátiles y se recita: “que sea Tu voluntad que se acaben nuestros enemigos”.
Tashlij
Tashlij – Es una oración que se recita el primer día luego del medio día. La oración se pronuncia a orillas de un lago o mar, o cerca de una fuente de agua (en Jerusalem, por ejemplo, se recita en un manantial o pozo).
La oración de Tashlij es una petición para que nuestros pecados sean perdonados y le pedimos al Santo Bendito Sea que cumpla las palabras de nuestros profetas: “Y tu arrojaras todos tus pecados a las profundidades del mar” (Mija 7:19). Pedimos en esta oración de Tashlij un ano de vida, bendición y paz, y que D’s cumpla las peticiones de nuestros corazones, se dan vuelta los bolsillos, vaciándolos, mostrando con esto, simbólicamente, la resolución de echar todas las transgresiones al mar.
El sentido del retorno

  Del libro

“El ser judio” del harav hayim halevy donin.

Siempre es posible un retorno a la fe de Israel para aquellos que se han apartado de ella, o que se han rebelado deliberadamente contra ella. Sea que senda que tenga que recorrer la persona que retorna sea un camino largo o corto comenzar a recorrerlo es uno de los actos religiosos mas significativos. Este viaje se conoce como teshuvá; y el que lo hace se denomina baal-teshuva.

A menudo se traduce “teshuvá” simplemente como arrepentimiento. La raíz de la palabra, sin embargo, significa retorno. “Retorna, Israel, al Señor tu Dios” (Oseas 14:2) es la esencia de la teshuvá, la clave para el arrepentimiento. El retorno a Dios no es únicamente un reconocimiento de Su existencia, o decir simplemente “Creo en El”.

Tampoco afiliarse a una sinagoga constituye un retomo a El. Estos son solamente los primeros pasos en esa dirección. “Teshuvá significa nada menos que transformarse en un servidor del Señor, un “eved Hashem”. Un sirviente no solamente reconoce la existencia de su amo, sino que se somete a su gobierno y jurisdicción, está obligado por los mandamientos y exigencias del amo. Esta es la relación que existe entre Dios e Israel. Al someternos a Dios, proclamamos nuestra libertad de la servidumbre humana. “Seréis Mis servidores, dijo el Señor y no servidores de Mis sirvientes”.

Israel está llamado a fortalecer otra relación con Dios: la del amor a Dios. Dos veces al día en el Shema (“Oye Israel”) se nos recuerda el precepto: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo su corazón…”

La relación de Israel con Dios es descrita también en términos de un matrimonio eterno entre amantes:

“Y te desposaré conmigo para siempre; y te desposará conmigo en justicia, en juicio, en misericordia y en piedad. Y te desposaré conmigo en fidelidad y reconocerás al Señor.

Siempre es posible reconocer la actitud y la conducta de un servidor, pero la de un amado prometido en matrimonio no siempre es universalmente reconocida, sobre todo por de una generación más expuesta a los actos de amor en público en un solo año, que lo que las generaciones pasadas pudieran haber presenciado en el transcurso de toda una vida. El verdadero amor no consiste simplemente en expresiones o en declara­ciones de afecto. El verdadero amor significa entrega, no apropiación. Autosatisfacción a expensas del amado, no es verdadero amor.

No se expresa el verdadero amor por medio de una obstinada negativa a re­nunciar a los placeres y deseos propios, sino por la disposición de llegar incluso al sacrificio para satisfacer al objeto de ese amor.

   Los matrimonios – y todas las relaciones basadas en el amor se deterioran cuando predomina el egoísmo. El verdadero amor se evapora cuando una de las partes se comporta como si sólo importaran sus propias necesidades, exigencias y deseos. La religión, que a su nivel más elevado se basa en el amor de Dios, también se deteriora en presencia del egoísmo. El amor a Dios también es menoscabado cuando la gente actúa como si lo único que le importara fueran sus propias necesidades y deseos, sus gustos y comodidades, sin tener en cuenta lo que pudiera ser grato al Todopoderoso.

   Desde un punto de vista pragmático, no existe realmente mucha diferencia si la relación con Dios se basa en un profundo amor o en una aceptación de la relación amo-servidor.

Aunque desde un punto de vista filosófico y espiritual no hay duda acerca de la superioridad de la relación mencionada en primer lugar, en términos prácticos los resultados son los mismos. Solamente por razones que emanan de las profundidades de la propia mente, algunas personas se muestran más dispuestas a dar más énfasis a una u otra de estas dos relaciones legítimas.

   Sea cual fuere el punto de vista, nuestra relación con Dios implica más que oración o plegaria. Exige una transformación personal, ­auto-reconstrucción que implica obedecer a Dios en todo momento más que anteriorrnente. El ha sido desobedecido; deberá brindársele satisfacción allí donde anteriormente buscábamos satisfacernos a nosotros mis­mos.

  Realizar semejante transformación exige un esfuerzo doble. En pri­mer lugar depende del tipo de estudio del cual pueda surgir un conocimiento de la herencia total de Israel en toda su amplitud y profundidad.

“Lo que se requiere no es más religión en la educación superior, sino más educación superior en la religión”, (Alfred Jospe). El otro aspecto involucra las experiencias personales, la experiencia de vivir como un judío, de comportarse como judío.

   El conocimiento requiere comprensión, y la comprensión máxima deriva del compromiso personal y no solamente del estudio de libros de texto. El conocimiento desde adentro es sin lugar a dudas superior a la simple observación desde afuera. Un conocimiento intelectual de la importancia de ser judío no puede compararse con la apreciación intuitiva del valor que surge de

la acción de serlo. Aunque el intelecto debe aplicarse para reforzarla, especialmente en nuestra época, la sensación directa de lo que realmente es el judaísmo, surge de la acción y no sólo de su conocimiento. Aunque una apreciación solamente intuitiva o emocional de los valores y las ideas judías no sea a la larga suficien­temente sólida como para resistir el embate del examen crítico en el mercado de las ideas, y requiera un sólido apoyo intelectual y educa­cional, esto último por sí solo no trae ningún compromiso con el modo de vida judío.

El primer artículo de fe en todo credo es la creencia… Pero es difícil ver cómo una mera idea pueda tener esa eficacia… No es suficiente que pensemos en ellas (en las ideas), es también indis­pensable que nos coloquemos dentro de sus esferas de acción, que nos ubiquemos allí donde mejor podamos sentir su influencia; en una palabra, es necesario que actuemos… (Emile Durkheim, “Formas Elementales de la Vida Religiosa”).

Enfrentemos el problema tal como es. La supervivencia del judaísmo no es en sí y por sí misma suficiente para justificar la lealtad al juda­ísmo o para basar en ella la voluntad de seguir siendo judío. Si ser judío no tiene ningún significado especial, entonces la supervivencia del ju­daísmo como un pueblo o una fe diferente tampoco tiene ningún signi­ficado. Si una persona cree profundamente que la supervivencia del judaísmo tiene importancia, esto debe tener para él significado y con­secuencias a nivel personal.

   “Retorna, Israel, al Señor, tu Dios” es el llamado de los profetas hebreos que resonó a través de las generaciones en todos los momentos en que nuestro pueblo se separó de Él. En nuestra fe es fundamental el concepto de que nunca es demasiado tarde para ese retorno. Una per­sona puede tener seis años o sesenta, diez años o cien, siempre es llamada a purificar su corazón y sus pensamientos y para dirigirse o reencaminarse hacia el Todopoderoso.

El que retorna a Dios (en contrición) no debe imaginar que se encuentra a distancia demasiado grande del justo por culpa de sus pecados y transgresiones pasadas. No es así. Es amado y querido por el Creador como si nunca hubiera pecado… No sólo esto, sino que su recompensa es aún mayor, porque él sintió el gusto de la transgresión y se separó de ella dominando su mala inclinación. Nuestros Sabios afirman que en el lugar donde se encuentra para­do un “baal teshuyá”, no puede pararse ni siquiera el más per­fecto de los justos. En otras palabras, su nivel espiritual es inclu­sive superior que el de aquellos que nunca pecaron… Todos los Profetas llamaron al arrepentimiento, y la redención final de Israel se logrará sólo a través del arrepentimiento (Hiljot Teshuvá 7:4-5).

   Debemos también señalar la conclusión del sabio Kohelet (El Ecle­siastés), que después de todas sus búsquedas sobre el sentido de la vida, y de todas sus investigaciones desde el ascetismo hasta el hedonismo, concluye que: “El resumen de todo el discurso, después de oírlo todo, es éste: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque eso es el hombre todo” Eclesiastés 12:13).

   El que salva una vida es considerado en nuestra tradición como si hubiera salvado el mundo entero. De esto se desprende que el que destruye una vida es culpable de la destrucción de un mundo. El que sofoca espiritualmente una vida judía, sea la propia o la de sus hijos, es responsable por la sofocación espiritual de todo un mundo judío. De esto se deduce también que al que revive espiritualmente una vida judía -aunque sólo sea su propia vida- se le considera como si espiritualmente hubiera revivido todo un mundo judío.

Fuentes de nuestros sabios sobre Rosh Ha shana y el Shofar

El primero de Tishrei es principio del año calendario, del año sabático, y del año jubilar… En Rosh Hashaná todas las criaturas del mundo pasan frente a El como ovejas; como leemos (Tehilim 33,15): “El forma los corazones de todos ellos juntos, está atento a todas sus obras” (El Creador ve todos los corazones juntos, pero juzga las obras de cada uno por separado, Talmud).

(Mishná Rosh Hashaná Cap. l. 1-2)

El primero de Tishrei es el principio del año calendario. ¿Qué nos enseña? R. Najman bar Yitzjak dice: Respecto al juicio.

(Que el Todopoderoso juzga a todas las criaturas del mundo con sus aconteceres hasta ello de Tishrei próximo.) Como leemos (Devarim 11,12): “Los ojos del Señor, están siempre sobre ella,

desde el principio hasta el fin del año”. Al principio del año juzgan lo que acontecerá al final.

¿De dónde deducimos que (el principio) es Tishrei? Pues leemos (Tehilim 81,4): “Tocad el Shofar en el novilunio, en la fecha de la encubertura, en el día de nuestra fiesta”. ¿Cuál es la fiesta que cubre la luna (porque está por nacer)? Pues es Rosh Hashaná. Así leemos (ibid 5): “Porque es un estatuto para Israel, ley del D-s de Yaacov”. (Rosh Hashaná 8a-b).

Los alimentos y el sustento de la persona le son establecidos -para todo el año- entre Rosh Hashaná y Yom Kipur (de modo que debe ajustar sus egresos a sus ingresos, pues no le van a

agregar más de lo que fue establecido como ingreso de ese año) fuera de los gastos en honor al Shabat y en honor a las fiestas.

Y los gastos de sus hijos para la enseñanza de la Torá, que si los aumenta le aumentarán (los ingresos) y si disminuye le menguarán. (Betzá 16a)

Dijo R. Cruspeday en nombre de R. Yojanán: Tres libros son abiertos en Rosh Hashaná, en uno son registrados los malvados, en otro los justos perfectos y en el otro los medianos. Los justos

son registrados y firmados de inmediato para la vida. Los malvados son registrados y firmados de inmediato para la muerte.

Los intermedios quedan pendientes desde Rosh Hashaná hasta Yom Kipur, si merecen son registrados para la vida; si no merecen son registrados para la muerte. (Rosh Hashaná 16b)

En el momento que los israelitas toman los cuernos del Shofar y los hacen tronar frente al Todopoderoso, El se levanta del trono de la justicia y se sienta en el trono de la misericordia; se llena

de misericordia sobre ellos, y vierte sobre ellos Su misericordia, convirtiendo su vara de justicia en misericordia. (Vaikra Rabá 29,3)

¡Qué pueblo que es éste! La conducta universal es que cuando uno sabe que lo van a juzgar -de vida o muerte- se viste de negro y no se afeita, pues está preocupado por el dictamen.

El pueblo de Israel no es así. Se visten de blanco, se cubren de blanco, se afeitan, comen, beben, y se alegran pues están convencidos que el Todopoderoso les hará milagros.

(Yerushalmi Rosh Hashaná 1.3)

Dijo R. Abahu: Preguntaron los ángeles ministeriales al Todopoderoso:

-Señor, ¿Por qué los israelitas no pronuncian el Canto de Halel ante Ti en Rosh Hashaná y en Yom Kipur?

Les respondió: -¿Es posible que el Rey está sentado en Juicio y los Registros de la Vida y de la Muerte están abiertos frente a El, y los israelitas pronunciarán Cantos? (Rosh Hashaná 32b)Es un mandamiento positivo de la Torá, de escuchar el tronar del Shofar en Rosh Hashaná. (Rambam Hiliot Shoiar 1.1)El orden de los toques del Shofar son tres toques repetidos tres veces. La medida de la Tekiá son tres Teruot. Cada Teruá tiene la extensión de tres toques quebrados.

(Mishná Rosh Hashaná Cap. 4-9)

Dijo el Todopoderoso: Pronunciad ante Mí en Rosh Hashaná.

Maljuyot, Zijronot y Shofarot. Maljuyot a fin de que Me hagáis reinar sobre vosotros Zijronot a fin de venga ante Mí, vuestro recuerdo para bien, ¿de qué modo?, ¡con el Shofar!

(Rosh Hashaná 16a)

El primero de Elul dijo el Todopoderoso a Moshé: “Sube hacia Mí al monte” (Shemot 21,12) De inmediato anunciaron con el son del Shofar por todos los ámbitos del campamento que Moshé acababa de escalar el monte a fin de que el pueblo no vuelva a incurrir en el error de cálculo de la fecha que Moshé escaló el monte -lo cual provocó el tremendo pecado de idolatría en la ocasión anterior-.

En este día el Todopoderoso fue ensalzado con el sonar del Shofar, tal como está escrito: “Subió D-s con voces de júbilo, el Señor (fue exaltado) con sonido de trompeta” (Tehilim 43.6).

(Pirkei Rabi Eliezer Cap. 46)

“Subió D-s con sonido de corneta” (Tehilim 47.6) Cuando el Señor sube sobre el trono a dictar justicia se le acerca de inmediato el atributo de la justicia. Pero cuando los israelitas comienzan a

tocar el Shofar el Todopoderoso se levanta del trono de la justicia y se sienta en el trono de la Misericordia como leemos a continuación: “el Señor con el sonido del Shofar”.

(Pesikta Rabatí – El Séptimo Mes VI)Dijo R. Abahu: ¿Por qué se toca precisamente con el cuerno del carnero? Dijo el Todopoderoso: Tocad frente a Mí con el cuerno del carnero a fin de que recuerde a vuestro favor el sacrificio de Yitzjak hijo de Abraham, considerándoles como si os habéis sacrificado a vosotros mismos por Mí.

(Rosh Hashaná 16a)

El mandamiento de hacer tocar el cuerno del Shofar en Rosh Hashaná nos debe hacer recordar diez asuntos:

1) Principio de la Creación y Día de la Coronación del Rey por ser este día el primero de la Creación que el Señor creó al mundo y reinó sobre él. Tal cual acostumbran los reyes al ser coronados trompetean y c1arinan para publicar en todos los lugares el comienzo de su reinado. Así también al hacer reinar al Creador sobre nosotros en este día, todos los años anunciamos Su coronación con trompeteo. También David se expresó así (Tehilim 98.6): “Con trompetas y son de corneta aclamad al Rey, al Señor”.

2) Pregón del Retorno a la Buena Senda Es el primer día de los “diez días destinados a la Teshuvá (retorno)”, por lo que se pregona con el son de la corneta para advertir y avisar que quien así lo desee retorne al bien, pues de lo contrario, recaerá sobre él su propia culpa.

Así también estilan los reyes que publican y ponen sobre aviso respecto a sus leyes y decretos. Y a veces decretan una amnistía y advierten que quien se presente hasta tal fecha le serán perdonadas todas las faltas pero que de lo contrario será sancionado con el rigor de la ley.

3) Conmemoración del Acto de Sinai

A fin de recordamos el son de la corneta que escuchamos en oportunidad de sernos entregada la Torá en el Sinaí; y de este modo refrescaremos en nuestra memoria las obligaciones contraídas

al recibir la Torá, para poder así cumplida con amor al Todopoderoso.

4) Recordar las Palabras de los Profetas

Con el objeto de recordar las palabras de los Profetas que fueron comparadas al son de la corneta. Como leemos (Yejezquiel 33. 4-5): “Cualquiera que oyere el sonido de la corneta y no tomare aviso y vendrá la espada y lo arrebatará, su sangre sobre su propia cabeza recaerá … pero si hubiera tomado aviso habrá salvado su vida”.

5) Conmemoración de la Destrucción del Templo y de las Atroces Guerras Enemigas

Para hacemos acordar de la destrucción del Templo, el cual se produjo con estruendos y trompeteos y del clamor y griterío de las guerras y matanzas enemigas.

Al escuchar el son del Shofar, rogaremos al Señor y le imploraremos que nos auxilie de las manos de nuestros enemigos y sea reconstruido el Templo tal como nos prometieron por medio de los Profetas.

6) Evocar el Holocausto de Yitzjak

Recordemos el acto de nuestro Patriarca Yitzjak, quien se dispuso a entregar su vida en aras al honor del Señor.

También nosotros si nos dispondremos a entregar nuestras vidas por la voluntad divina. El nos honrará con Su misericordia y nos socorrerá de las manos de nuestros enemigos.

7) El Son del Shofar provoca Temor

Cuando escuchemos el son del Shofar temeremos y temblaremos de su sonido y clamoreo ya que ésa es su naturaleza; y de ese modo nos someteremos y nos rendiremos ante nuestro Creador.

Como leemos (Amos 3.6): “¿Sonará corneta en la ciudad sin que se atemorice el pueblo?”.

8) Tener presente el Día del Juicio Magno y Temerle

Acordarse y temer al día del Juicio Magno. Como leemos (Zefania 1. 14-16): “¡Cercano está el día magno del Señor! cercano está y se apresura mucho; óyese el estruendo del día del

Señor; ¡aún el valiente clamará entonces con amargos lamentos!

Día de ira es aquel día, día de apretura y de angustia, día de devastación y desolación… día de trompeta y de clamor de guerra… “

9) Presagio de la Reunión de las Diásporas

Rogar al Todopoderoso para que reúna a todos los confinados del pueblo judío como nos fue prometido por Yeshaya (27.13): “y acontecerá en aquél día que sonará la gran corneta… “

10) Presagio de la Resurrección de los Muertos

Para que nos vayamos preparando para el día de la Resurrección de los Muertos que fue presentado por el Profeta como el pueblo que despertará a la vida, al escuchar el son de la corneta.

Como leemos (Yeshaya 18.3): “Todos los moradores del mundo y los habitantes de la tierra… y cuando fuere tocada la corneta, oiréis!”

Interpretaron los Sabios: los moradores del mundo: el pueblo de Israel en las diásporas; los habitantes de la tierra: se refiere a los muertos. También leemos (26.19): “Despertad y contad,

vosotros que moráis el polvo!” (Menorat Hamaor citando a R. Saadia Gaón)

R. Yehoshúa ben Korja dijo: el Shofar fue creado sólo para beneficiar a los israelitas ya que la Torá fue entregada a Israel con Shofar como leemos (Shemot 19.19): “Y la voz del Shofar iba haciéndose cada vez más fuerte”, con el Shofar fue derrumbado el muro de Yerijó, como leemos (Yehoshúa 6.20): “Y sucedió que cuando el pueblo oyó el sonido del Shofar, el pueblo levantó el grito con gran algazara y cayó el muro”; así también el Shofar será hecho sonar por el Todopoderoso cuando se revele el descendiente de David como leemos (Zejaria 9.14): “Y el Señor hará sonar el Shofar”; y también cuando reúna a los dispersos hará sonar el Shofar el Todopoderoso como leemos (Yeshaya 27.13)

“Y acontecerá en aquel día sonará el gran Shofar, y vendrán los que habían sido perdidos en la tierra de Ashur, y los que habían sido desterrados en la tierra de Egipto y se prosternarán ante el Señor en el santo monte en Yerushalayim”. (Eliyahu Zutá 22)

A pesar que el sonar del Shofar en Rosh Hashaná es un decreto divino, contiene en sí la siguiente sugerencia: Vosotros, los que permanecéis sumidos en el sueño, ¡despertad, hurgad en vuestras

acciones, retornad con arrepentimiento y tened presente a vuestro Creador!

Los que olvidáis la verdad, sumergidos en la vanidad, y andáis extraviados todos los años en lo tonto y lo vacío, que no produce beneficio ni salva a ninguno: ¡examinad vuestras almas, mejorad

vuestras sendas y vuestros propósitos, abandonando todos los senderos malos y los pensamientos que no conducen al bien!

(Rambam Hiljot Teshuvá 3.4)

Todos los actos que realizas en Rosh Hashaná, los realizarás el décimo día del mes (en año de Yovel). Así como en el primer caso pronuncia las bendiciones del Reinado, del Recordatorio y

del Shofar, también en el décimo día del mes. Así como en el primer caso se toca una Tekiá, seguida por Teruá y otra Tekiá, también el décimo del mes así, tocaba Tekiá, Teruá y Tekiá.

(Yerushalmi Rosh Hashaná 3,5)

 

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