Rabino Dr. Yosef Dov Soloveitchik
Capítulo 1
A. El significado del refinamiento humano
La Halaja jamás desestimo al hombre, tanto como criatura natural integrada a su medio físico o como personalidad espiritual en presencia ante el Eterno. Esta tolerancia que la Halaja muestra con el hombre no es ilimitada. La Halaja exige que el hombre se depure al fin de lograr la plena realizacion de su valor personal. El profeta Yshayahu, al describir la redencion futura de Israel, ha presentado el refinamiento como condición previa e imprescindible de la misma: “Y volvere Mi mano sobre ti, y limpiare eternamente tus escorias”1.Tambien nuestros Sabios han ensenado que las mitzvot (preceptos) no fueron dadas sino a fin de refinar con ellas a las personas.2 Dicho en otras palabras, el refinamiento es vital a los fines de la existencia significativa que la Halaja aprueba. ¿ Que son la depuración y el refinamiento conocidas por la Halaja?
A modo de respuesta nos basaremos en el análisis de un párrafo del Sidur (Libro de Oraciones). Entre las distintas bendiciones vespertinas que pronunciamos cada mañana en agradecimiento al Todopoderoso por habernos mantenido en vida y por habernos devuelto la vida plena y activa, aparecen dos, cuyo significado aparentemente es ideológico y representan una redundancia. Una versa en “que infundes la valentía a Israel” y la otra, “Quien concedes fuerza al extenuado”.3 Seguramente, los autores de la Oración han diferenciado entre el significado de los términos “fuerza” y “valentía”. Si los considerarían sinónimos, se habrían abstenido de acunar dos bendiciones. Seria suficiente con solo una de ellas. ¿Cual es el sentido de “fuerza”? “Fuerza” implica todo don conferido por Dios al hombre al momento de nacer. Su significado primario se refiere al poderío físico, a la capacidad de realizar una tarea que exige alto grado de vigor. Este es el significado bíblico preponderante.4 En esta acepción la fuerza no es una categoría humana exclusiva-especifica, pues se refiere en la mayoría de sus aspectos, a las capacidades de la persona como criatura natural. ¿Qué es “valentía”? Valentía, a diferencia de fuerza, es un regalo divino conferido solo al hombre, y que representa su distinguida posición en la Creación, su particularidad exclusiva, su selecta unicidad y su elección. Al hombre en su aspecto animal, a nivel de funciones vitales mecánicas directas, le fue otorgada la fuerza. El hombre como personalidad diferenciada de los seres animales, quien enfrenta a la naturaleza con una disposición espiritual de curiosidad investigadora y de autoconciencia, es el heroe,5 virtud que no comparte con ningún otro ser.
B. El “salto absurdo” de la valentía
La “valentía”, en marco del relato y del poema bíblico, señala la facultad de triunfar, de vencer a un enemigo que incita a la lucha. Los versículos utilizan estos términos refiriéndose de un modo semi exclusivo a las proezas del hombre de combate, del triunfador. El termino se refiere a las batallas, a la lucha, indicando la labor exitosa de uno de los contrincantes. La victoria con la cual identificamos a la valentía no es solo el triunfo militar o cualquier otro triunfo cuyo origen sea la supremacía del potencial humano o de equipo. A veces lo cierto es todo lo contrario y precisamente, es el luchador derrotado en el campo de batalla quien prepondera como héroe, como vencedor en la acepción histórica superior y no como mero éxito externo. 7 A veces la valentía, el coraje, la bravura están en proporción inversa al grado de fuerza, de poderío que posee el hombre. Cuanto mayor sea la fuerza que domina cierto hombre, tanto menor será la valentía que deberá demostrar. Asimismo, en cuanto se debilite y su enemigo escale posiciones que le den mayor primacía, tanto mas preponderará la actitud del valiente que desecha las consideraciones practicas y gira hacia lo “absurdo“. De este modo, se incorpora un nuevo elemento a la acción del valiente: el heroísmo o el acto realizado en contra de la lógica humana y de la consideración practica. Un hecho de esta índole lleva muchas veces a una victoria completa. En determinadas situaciones en la vida humana no prevalecen los procesos de la lógica fría y cortante y las concepciones pragmáticas, mientras que el inesperado salto al absurdo (así llamado por Kierkegard) puede redimir al hombre que se halle en las profundidades de la penuria. Una actitud irracional y utópica como esta, es una actitud heroica, idéntica a la valentía.
C. La valentía de Yaacov
“Y dijo: no mas será tu nombre Yaacov, sino Israel pues has luchado con (el ángel) Dios y con hombres y has prevalecido”. 8 Yaacov salió triunfante de este encuentro majestuoso y sublime. Lo tomó y retuvo vigorosamente a su misterioso enemigo, hasta el amanecer del alba, en una noche de tristeza, temor y soledad. ¿Acaso estaba previsto su triunfo, acaso podía preverse lógicamente su victoria? Naturalmente que no. Se antepuso solo, débil, sin armas y sin ninguna experiencia de combate, frente a un guerrero adiestrado y poderoso. ¿Por que razón no se rindió Yaacov a este enemigo que lo atacó en una noche oscura? Pues, Yaacov actuó de un modo “absurdo”, en contra de toda consideración racional y práctica. En otras palabras, Yaacov actuó heroicamente, el solo y perdido, se atrevió a enfrentar en combate a un enemigo poderoso. Quien había demostrado un agudo sentido para los negocios y una concepción pragmática durante su estadía en casa de Lavan, de pronto en las penumbras de una noche extraña y amenazante, realizó el salto al “absurdo”. Se negó a rendirse a una fuerza superior y lanzó un desafío a un enemigo desconocido, incognito. No es fuerza lo que manifestó Yaacov, sino valentía y heroísmo, que entran en acción toda vez que el raciocinio cae en desesperación y la lógica retrocede. Al apuntar el alba, Yaacov el hombre solo, perdido e irracional apareció como héroe y como inesperado vencedor. Lo imposible y lo absurdo triunfaron sobre lo posible y lo lógico: el heroísmo es quien logró la victoria y no la lógica. ¿Acaso no es esto nada más que la narración de una experiencia particular? ¿No está aquí implicada, acaso, la historia de la congregación de Israel, realidad que lucha de un modo “absurdo” por la existencia y por la vida, a través de miles de años?.
D. La valentía clásica y el heroísmo bíblico
En este punto conviene acotar que el relato referido a Yaacov es completamente diferente a la poesía épica clásica. Para el hombre clásico la proeza era parte de lo bello, la cual lo cautiva con su magnificencia y su esplendor. El hombre clásico era un esteta que tenia el don de una cualidad demoniaca. Ansiaba la amplitud, su imaginación creativa arrasaba toda frontera y aspiraba a lo imposible. Se mortificaba con una sensación de frustración y perdida de una mágica ilusión, pues tampoco el esteta mas perfecto puede atravesar el Sambation que separa lo finito de lo infinito. De sus penas dio lugar el esteta clásico a la aparición de la figura del prócer heroico, brindándole este mito, un consuelo ilimitado. Por lo menos, así se dice a sí mismo el esteta: hubo un hombre que se atrevió a hacer lo imposible y llegar a la gloria. En breve, el héroe del hombre clásico era una figura majestuosa y sublime, con la cual el se identificó a fin de nutrir su jactancia ilimitada. La adoración del héroe es en el fondo adoración propia. La idea clásica de la valentía y el coraje, que es una idea estética por su propia esencia, carece del elemento del absurdo y es principalmente imaginario, teatral.
9 El héroe es un artista, que aparece para impresionar a un publico admirador. Las masas aplauden, los cronistas dejan notas escritas, incontables generaciones futuras aprecian y se entusiasman, poetas y compositores alaban al héroe. La imagen del héroe clásico representa como ya se ha dicho, a un hombre atemorizado y frustrado que intenta asirse a lo eterno mediante su autoidentificación con la figura heroica que esta sobre el escenario. Esta figura no representa un sendero de vida. Se presenta por un breve lapso de tiempo; es conmovedora y sumamente potente, pero pronto retorna el hombre al no heroico estado anímico de la vida cotidiana. En contraposición a la proeza estética clásica, la proeza bíblica -como fuerza pintada en el relato de Yaacov – no se nutre de un estado anímico transitorio o de una conciencia pasajera. La valentía es quizá el aspecto central de nuestra experiencia existencial, que penetra continuamente la conciencia personal y le otorga al hombre una rara sensación de tranquilidad. La personalidad heroica, acorde a nuestra concepción, no se rinde a la locura y al entusiasmo. La valentía bíblica no es embriaguez de sentidos sino es reflexionadora, no es estrepitosa sino silenciosa, no dramática ni teatral sino encubierta. El individuo, en lugar de realizar acciones heroicas aisladas y dispersas, lleva permanentemente una vida de valentía. Yaacov no actuó valientemente en forma momentánea. Su acción indica una manera de vida estable. No quiso impresionar a nadie. Esta clase de valentía existe mientras el hombre tiene conciencia de sí mismo como realidad especifica.
E. La valentía “ilógica””
Yaacov se erigió vencedor al amanecer, al dispersarse el rocío. Su contrincante fue derrotado y Yaacov estaba pronto a completar su victoria. El misterioso enemigo quedaba a su merced. Todo lo que debía hacer Yaacov para finalizar exitosamente su lucha era aniquilar al hombre que se había levantado contra el, evitando así el peligro de un nuevo ataque. Yaacov actuó de un modo distinto, contrariamente a lo que suelen hacer otros hombres en circunstancias similares. Llegado el momento de cosechar los frutos de la victoria, Yaacov soltó al atacante y lo dejó en libertad. ¿Qué lo llevó a actuar así?? Cierto, el contrincante le suplico: “Y dijo: envíame, pues apuntó el alba”10, pero ¿por qué accedió Yaacov al pedido de aquel hombre que hace solo un momento había querido matarlo? El enemigo derrotado ni siquiera se comprometió a abstenerse de atacar nuevamente. Dejar libre a un hombre peligroso y demoniaco como aquel, fue un hecho “ilógico”. Pues, precisamente es esta “falta de lógica” la que otorga al hecho una cualidad heroica, mereciendo servir de ejemplo de la “valentía” en su acepción conforme a la Halaja.
F. La Halaja: El sendero dialectico de la valentía ¿Qué significa, acorde a la Halaja. ¿Qué camino nos recomienda la Halaja para el logro de la alta postura de heroísmo? La respuesta es: debemos seguir un movimiento dialectico. El refinamiento Halajati se distingue por un movimiento paradójico en dos direcciones opuestas precipitándose audazmente para adelante y retrocediendo humillantemente para atrás. La experiencia heroica del hombre es una experiencia polarizadamente opuesta y contradictoria. El hombre brega por marchar hacia adelante, solo a fin de retroceder posteriormente. La Tora desea un hombre que sea audaz y aventurero en su búsqueda de la hora propicia para actuar valientemente, pero que casi llegado el momento, cuando la victoria parece estar a su alcance, se detenga, gire para atrás y retroceda. En los mas gloriosos momentos de la victoria y de la realización, debe el hombre renunciar a la embriaguez del triunfo y sublimarse. Así hizo Yaacov. No completó su victoria. En lugar de eso, dejó libre a su enemigo derrotado. Triunfó Yaacov ante sí mismo, retrocedió de una posición que brava y valientemente había conquistado en su favor. Se alejó y se replegó..
Capitulo 2
A. El movimiento dialectico La Halaja enseña que el hombre debe girar en un movimiento dialectico de marcha adelante y retroceso alternados, en todos los campos de su vivencia existencial general: el estético, el emocional, el filosófico, eletico-religioso. La Halaja conoció el plan que el Creador planteó ante el hombre: “Y los bendijo Dios … y llenad la tierra y sometedla”.11 Se espera del hombre que desafíe y lance un grito de guerra contra la oposición proveniente de la naturaleza y que marche hacia la victoria. El hombre bíblico es un hombre que sale a conquistar su medio ambiente. Pero, en el momento en que el triunfo está a su alcance, estando ya la vía de materialización libre de dificultades, teniendo el vencedor solo que extender su brazo para tomar todo lo que desee, debe comenzar el retiro. Cuando el triunfo está cerca, el hombre debe disponerse a la derrota y renunciar al botín deseado durante tanto tiempo. El movimiento es dialectico: la marcha hacia adelante finaliza en el retroceso y está, a su vez, conduce a la marcha hacia adelante. Tras retroceder de una posición que el hombre logró luego de su esforzada labor y sacrificios, irrumpe nuevamente en un movimiento hacia adelante.. También la Halaja estimula al hombre a buscar la magnitud, los horizontes amplios, a experimentar su libertad con osadía y a bregar fervorosamente por el dominio. Y, lo ya visto, la Halaja le ordenara frenar y girar para atrás. Este movimiento dialectico, por mas incomprensible que resulte al hombre moderno es, como ya se explico, el centro, la medula de la vida según la Halaja. En breves palabras, la Halaja enseña al hombre como imponerse y como perder, como tomar y como arrojar, como triunfar y como disponerse a la derrota, y como volver am pujar por una victoria.
B. El refinamiento de los placeres La idea del refinamiento por medio del movimiento dialectico aparece claramente en todas las indicaciones de la Halaja que rigen la vida del hombre. Pero no hay como el campo estético-placentero, donde tan a menudo queda remarcada esta teoría del refinamiento dialectico. ¿De qué modo se refina el hombre en este campo? Entrando en un movimiento dialectico, retirándose en retroceso cuando llega ante el punto culminante de su pasión. Cuanto mas fuerte sea el impulso fisiológico, cuanto mayor sean la embriaguez y la perdida de (los) sentidos ante la satisfacción del deseo, tanto mas vigorosa será la fuerza redentora del movimiento dialectico, del movimiento de retiro en retroceso. “Tu vientre es cual un montón de trigo revestido de lirios”: un varón toma esposa entre los treinta y cuarenta anos, después de la cena de bodas se apresta a hacer vida sexual y ella le dice entonces: He notado algo pequeño como una cabeza de clavo de color rojizo, y el se retira de ella inmediatamente. ¿Quién le ha impedido acercarse a ella, que paredón férreo apareció entre ambos, cuál víbora lo habrá picado o qué escorpión le habrá clavado su aguijón para que no se le aproxime? Pues, las palabras de la Tora que son delicadas como una rosa, dicen: “Y a una mujer en la impureza de su menstruo no te acercaras”. Asimismo, a quien le han traído un guiso de carne, y le dijeron: cayó allí sebo, retiró su mano y no lo probo. ¿Qué le causó no probarlo, cual víbora lo picó o cual escorpión para que no se acercara a probarlo? Pues, las palabras de la Tora, que son delicadas cual una rosa, como dicen: “Todo sebo y toda sangre no comereis”12 Dos novios jóvenes, robustos y sanos, sintiendo un ardiente amor. Ambos esperaron pacientemente este encuentro. Solo un paso más y su amor se llega a consumar, su sueno se realiza. De pronto ambos se retiran y dan un paso atrás. Él, a la costumbre de los hidalgos nobles caballeros, presenta una valentía paradójica, se derrota a sí mismo.. Es este un retroceso nada brillante, sin nada de esplendor, no incluye ningún gesto exhibicionista, ya que no hay testigos presentes, que loen y alaben. La heroica acción no tiene lugar ante unas masas exaltadas, adictas. No cantaran poetas entre estos dos jóvenes modestos y recatados. Todo ha ocurrido en la resguardada intimidad de su hogar, en el silencio de la noche. El joven varón, cual Yaacov en su momento, vuelve y se hecha atrás. En el momento en que la realización parece estar asegurada retrocede y se retira. Este magno significado dialectico no está limitado solamente a la vida sexual del hombre, sino tiene lugar en todas las áreas de las seducciones y los impulsos naturales. El hambriento debe privarse del placer de la comida, sea cual fuera su poder seductivo. El propietario debe renunciar al placer de la adquisición si hubiera alguna falta legal o moral.
En síntesis, la Halaja exige del hombre que tenga las fuerzas de echarse atras.13 Empero, como ya fuera aclarado, tras el movimiento de retroceso, el hombre debe nuevamente ir adelante hacia la completa victoria.
C. El refinamiento de los sentimientos No solo en el área de los placeres la Tora exige del hombre una acción de refinamiento, sino también en su mundo emocional. En el área del placer sensorial, el refinamiento se refleja en un movimiento de retroceso ante algo exterior, como ser en la separación de los novios o al apartarse el hambriento de la comida. En el campo emocional, por lo contrario la acción de refinamiento se basa en el retroceso del hombre y su apartamiento de sí mismo, de su propio mundo interior. El retroceso se forma cuando el hombre renuncia a una parte de su propio ser, a un sentimiento, a un estado anímico o a un estado de conciencia. ¿Acaso tenemos las fuerzas requeridas para retroceder de nosotros mismos, para rechazar sentimientos que nos embargan profundamente, para alejar una profunda vivencia de nuestro corazón? La Halaja responde afirmativamente. La Tora ha formulado preceptos que guían la vida del hombre, como: “no mataras”, “no levantaras contra tu prójimo falso testimonio”. Asimismo, la Tora ha intentado supervisar la vida interior del hombre. Preceptos como “no codiciaras a tu hermano en tu corazón” son parte inseparable del sistema de ordenanzas de la Halaja, al igual que los preceptos relativos de la conducta humana externa. Dicho en pocas palabras, la Halaja conforma no solo una ética de acción sino también una ética del sentimiento. El hombre es dueño y señor de su mundo emocional interno y posee las fuerzas necesarias para refutar sentimientos destructivos, aunque lo invadan involuntariamente y con gran potencia. Y en dirección contraria puede absorber en sum personalidad sentimientos positivos, de redención. De acuerdo a la Halaja el refinamiento en el mundo emocional significa la intervención activa del hombre en su vida emocional.
El silencio de Aaron He de ilustrar esta idea de la Halaja referente al retroceso interno o refinamiento emocional. Una trágica desgracia le ocurrió a Aaron, el supremo sacerdote. En el día mas feliz de su vida, día de la inauguración del Tabernáculo y fecha en la cual fue ungido a su servicio sacerdotal, murieron sus dos hijos. La muerte es siempre la principal desgracia que el hombre no puede aceptar, especialmente el tratarse de la pena de un padre por la muerte de su hijo, dolor ilimitado e infinito. Cuanto mas ante la muerte incomprensible de ambos hijos, quienes al llegar al santuario para ofrendar sacrificios ante el Señor, fueron devorados por el fuego proveniente de El. Y he aquí que inmediatamente después del golpe del destino dijole Moshe a Aaron” No descuidéis por desalino vuestra cabeza, ni descosáis vuestra vestidura (en señal de luto), no sea que muráis, y estalle la ira contra toda la congregación; mas vuestros hermanos, toda la casa de Israel, lamentaran el incendio que ha hecho el señor. Y no salgáis de la entrada de la tienda de reunión, no sea que muráis, porque el hacerte de la unción del señor está sobre vosotros”.14 Moshe les prohibió a Aaron y a sus hijos restantes ponerse de luto por Nadav y Avihu. Fueron ordenados de no echar lagrimas por ellos. ¿Por que razón? Pues, porque los sacerdotes conforman una comunidad ungida y consagrada al servicio del señor exclusivamente. El derecho inamovible de todo padre, el derecho de llorar por su hijo, les fue quitado a Aaron y a sus hijos.
El compromiso de consagración del sacerdote es total y completo, exige todo e incluye todo. Dios plantea una exigencia ilimitada ante el total de la personalidad humana, no ante solo una parte de ella. La realidad completa en sus expresiones externas e internas, esta consagrada a Dios. Aaron no depende de nadie, tampoco es independiente y autónomo; pertenece al Señor. Por esta razón no estaba libre de entregarse a su propio dolor por la muerte de sus dos hijos. Quedó privado de mantener su (propio) mundo privado. También su corazón pertenecía al Señor
¿Cuál es, en términos psicológicos el significado de estas palabras? ¿El Señor, bendito sea, ha querido que Aaron reniegue al mas potente sentimiento humano, el amor a su hijo. ¿Es esto posible? En cuanto al hombre moderno, no me atrevo a responder. Referente al hombre bíblico, las Escrituras señalan que Aaron actuó acorde a la ordenanza divina: “Y ellos hicieron conforme a la palabra de Moshe“.15 Aaron se retiro, se echo atrás de sí mismo, retrocedió de su ser como padre. Este movimiento de retroceso equivale a la propia perdición. Es esta condición refinadora, indudablemente, pues es una acción heroica. De este modo prevalece fuertemente sobre la catarsis estética aristotélica, la cual el judaísmo se negó a aceptar. No solo Aaron propiamente dicho, sino la comunidad del Pacto por entero ha sido consagrada por Dios a su servicio. Al integrarse un hombre al servicio divino, tanto como supremo sacerdote o como hombre común y humilde, su compromiso no es parcial. Es completo y absoluto. Queda a la espera del llamado divino no a un retroceso interno completo.
Así interviene la Halaja frecuentemente en los estratos mas personales e íntimos de nuestra vida y nos plantea exigencias que parecen demasiado severas y formalistas a ojos de quien no está acostumbrado a ellas. El duelo y su significado sentimental Utilicemos un ejemplo: todos conocemos la prescripción según la cual queda anulado el duelo por alguno de los siete familiares íntimos ante la santidad de Yom Tov (Dia festivo). Una persona judía que haya comenzado los rituales y costumbres de duelo de los “siete días” primeros solo un rato antes de comenzar el feriado de fiesta, su luto queda de un lado al dar comienzo la festividad. No olvidemos que en la Halaja el concepto de duelo no señala solo cuestiones de ceremonia y costumbres. El duelo es mucho mas que esto: es una vivencia interna de profunda desesperación, total caída existencial, de lo absurdo de la existencia. Es esta una experiencia aterradora que pega al hombre un golpe de gracia, que mueve los cimientos de su fe y pone al descubierto su conciencia del ego como falsa ilusión. De un modo similar el precepto de alegría en Yom Tov, feriado festivo, no incluye solo actos ceremoniales, sino también una fiel vivencia de alegría y regocijo. Al encomendarnos la Tora: “Y te regocijaras en tu fiesta”16, no se refiere solo al jubilo y a la diversión, a la jovialidad artificial o al alborozo superficial, sino a una profunda vivencia penetrante de goce espiritual, tranquilidad y paz de espíritu, vivencia que proviene de la fe y de la conciencia ante de la presencia divina. Imaginémonos a continuación la siguiente situación concreta: el hombre enlutado que acaba de enterrar a su esposa o a una madre querida, regresa a casa del cementerio donde ha dejado parte de su propio ser, allí fue testigo de lo vano y burlesco de la existencia humana.
Se encuentra en un estado anímico de reflexión acerca de la autoridad y la validez del mundo de los valores. El hogar esta vacío, desierto, cada mueble le trae el recuerdo del ser querido que ha enterrado. Cada rincón está lleno de recuerdos. Y he aquí que la Halaja se dirige al enlutado, solo y abandonado, y le susurra: “levántate de tu luto; aparta las cenizas de sobre tu cabeza; cámbiate las ropas, enciende las velas del día de fiesta; pronuncia el Kidush sobre la copa de vino agradeciendo a Dios por habernos concedido días fijos de regocijo, fiestas y tiempos de alegría; “Bendito …… quien nos mantuvo con vida y existencia y nos hizo llegar a este momento” adhiérete a la comunidad que festeja y santifica el día como si nada hubiese ocurrido, tal como si estuviere a tu lado ese ser querido cuya muerte sientes dolorosamente“. La Halaja que a veces es capaz de ser tan suave, tan considerada y aceptable, suele actuar en otras circunstancias exigiendo disciplina y obediencia inobjetables. La Halaja pide al hombre, destrozado física y espiritualmente, el cual carga con el peso de la existencia absurda, que cambie su estado espiritual, deje de lado su dolor y se vuelque a la alegría Formulemos nuevamente la pregunta: ¿acaso es posible un cambio como este? ¿Acaso se puede saltar de las profundidades de la confusión triste y desesperante directamente a la alegría de la fe? ¿Puede un hombre canjear una experiencia monstruosa por una sensación de significancia superior? No estoy autorizado a juzgar esto. Sin embargo, conozco personas que intentaron producir esta maravilla. Este salto es heroico, indudablemente. Cierto, es menos estupendo que la muerte de Aquiles, pero es mas heroico, mas redentor, puesto que ocurre en la privacidad, en la oscuridad de la noche y en el silencio de la soledad.
D El refinamiento filosófico
También en otra área, en el campo filosófico, el judaísmo ha exigido refinamiento. El judaísmo ha reclamado la redención del logos, objetando que tal como existe un impulso sensorial irredimido, así también existe una actividad cognoscitiva irredimida. No me refiero al pensamiento mítico, el cual no se rige por un método y una actitud científica, sino a los mas modernos sistemas que han sido desarrollados por la investigación científica. Estos sistemas serán considerados irredimidos en caso de no someter el científico, su actividad cognoscitiva al refinamiento exterior, originado en el movimiento dialectico: un paso adelante tras el triunfo y marcha atrás en la derrota. Explicaré esto: mis palabras respecto al retroceso cognoscitivo o autonegación no tienen intención de insinuar que el científico no haga su trabajo de investigación en forma seria y realice su trabajo falto de pruebas convincentes. Por lo contrario, todo investigador se rige por una norma ética que le indica buscar continua y aplicadamente la verdad y no reposar hasta su logro. El retroceso cognoscitivo no está relacionado con la investigación científica como actividad lógica, sino en la experiencia valiente del quehacer científico. El conocimiento no es una actividad impersonal con la cual puede nutrirse a una computadora, falta su riqueza, su variedad multifacética y su contenido vivencial. El conocimiento es parte integral del hombre conocedor propiamente dicho, como persona con vida, con la plenitud de sus vivencias emocionales y sus juicios valientes. El saber es quizá, después de la experiencia religiosa, la experiencia personal mas estremecedora y de mayor resonancia. Arrastra la personalidad completa, a veces con una suave ola que deja al conocedor con una sensación de calma y tranquilidad, y a veces en un estado tormentoso y vigoroso de alta marea que toca las profundidades del alma y la llena con una embriaguez sensorial. Como ya fuera dicho, el refinamiento del conocimiento no se refiere a algo que tiene lugar en el área lógico-formal sino en el campo vivencial-experimental. El refinamiento indispensable a nuestro descubrimiento de la existencia como incomprensible a nuestro raciocinio.
Un compromiso para con el saber, para con la investigación científica, incluye reconocer el eterno enigma, enigma se acrecienta con el desarrollo del saber, que se vuelve mas profundo con la marcha triunfal de la inteligencia humana y que se torna embarazosamente aturdidora y desafiante con cada nuevo logro. Muchas veces hacemos un interrogante cual las preguntas de Kohelet: ¿acaso el hombre es dueño del saber. Pues como siempre está ante una situación paradoxal, en la cual la solución a un problema conduce al descubrimiento de otro problema, mas complejo y amplio que el anterior. Más aun, el hombre se encuentra con que la acción científica y el gran misterio permanecen en áreas distintas. La ciencia investiga un mundo que es el producto de su propia creación, un mundo de estructuras interrelacionadas y series conceptuales creadas libremente. El gran misterio, acunado en nuestro ambiente cualitativo, formado por sonido, color, contacto, olor, sensación de calor, humedad, etc. no tiene explicación científica. El científico no explica fenómenos cualitativos, sino crea un orden cuantitativo de ecuaciones matemáticas abstractas a las que pueda atender libremente siendo estas producto de su conciencia.
No existe una explicación científica de nuestro problema correcto y verdadero- que es la esencia del mundo en el que vivimos. Existe, indudablemente, la duplicación creativa que nos sirve desde el aspecto tecnológico y la cual coloca a nuestro medio ambiente bajo dominio humano. Pero los senderos de la creación en los que nos sentimos alegres y temerosos, en los que estamos presos física y anímicamente, quedan sin registrar, sin dejar impresión escrita. La experiencia cognoscitiva no incluye solo al arador del saber, sino también al miedo y al temor del gran secreto de una existencia ajena e indescifrable, es decir, del universo como una realidad cualitativa y no cuantitativa.
Si conjuntamente con la embriaguez del saber, el investigador experimenta el dolor de la incertidumbre, si el dulce sabor de conquistar la realidad está mezclado con la desesperación y el dolor de la derrota que sufre ante la realidad, entonces la acción cognoscitiva queda purificada y redimida. Entonces, y solo entonces, su experimentación científica tiene lugar humilde y modestamente, sin soberbia y arrogancia. El refinamiento exige del científico dos admisiones básicas. Primero, como indicamos anteriormente, que podrá, llegar al máximo conocimiento y comprensión de los procesos del universo y ser estos transferidos a estructuras cuantitativas abstractas. Pero, debe reconocer, que la razón humana jamás captar la conexión entre el concepto matemático y el suceso, entre la formula, producto de la conciencia, y las pautas de conducta de la materia orgánica y la inorgánica. Segundo, la ley moral no puede ser dictada por el raciocinio humano en términos absolutos. Todo intento por parte de la investigación científica por mas avanzado que sea, de trocar la legislación moral dictada por Dios en el Sinaí y tallada en las dos tablas, por reglas humanas de conducta hechas por el hombre, es un intento ilegitimo. Adam intento dictar una norma moral y fue expulsado del jardín de Edén. En nuestros días, está el hombre moderno abocado a una misión similar, que refleja arrogancia y vanidad, estando el también sentenciado a fracasar.
E. El refinamiento religioso No solo en su mundo estético-sensorial, el emocional y el cognoscitivo, debe estar el hombre listo a la derrota, sino también en su mundo ético-religioso, en su relación con Dios.17 Debe admitir que por voluntad o por imposición también en su encuentro con la divinidad se halla en un movimiento dialectico, aunque esté seguro y convencido que Dios se encuentre cerca a él y no hace falta mas que el ultimo salto para lograr la completa unión con su Creador. Existe una experimentación ética-religiosa irredimida, tal como existen cuerpo y alma irredimidos..Seamos sinceros: el hombre que no ha redimido su vida religiosa puede considerarse a él mismo santo y piadoso insensible y destructor. La historia de las Cruzadas, la Inquisición y otros brotes de fanatismo religioso confirman esta premisa. Cierto, el judaísmo ha santificado al hombre y ha ensenado que hay en el una chispa divina. Jamás el judaísmo ha estado de acuerdo con la concepción de que el hombre nace con el pecado por la naturaleza de su creación. Por lo contrario, hemos ensenado que el desafío presentado ante el ser humano y las posibilidades existentes ante el, son ilimitadas; a ojos del judaísmo, el hombre es en potencia una criatura buena, una criatura en desarrollo. Empero el hombre se encuentra muchas veces presionado por una fuerza sometedora, fuerza incontrolable a enfrentar, que lo arrastra barranca abajo.
El adelanto y ascenso por la senda divina se convierte muchas veces, en una caída vertiginosa. Irrumpir tormentosa y exitosamente en dirección a la divinidad pude llegar a tornarse de pronto en huida, en evasión. El hombre adelanta en zigzag en vía de la realización de su destino; a veces, la marcha adelante cede ante el retroceso, la cercanía a Dios ante una oscura noche de separación y ruptura. El hombre no solo se impone y vence, también se desploma y cae; y se levanta de su caída, hacia una nueva caída. El delito y la falta moral están entrelazados con nuestro trenzado existencial propiamente dicho. Nadie puede pretender ser perfecto, como si su experiencia existencial estuviera pulida y limpia de todo móvil egoísta, bajo, animal. Resumiendo en una frase, las Escrituras confían en el hombre, pero también sospechan y dudan de el. El refinamiento de la vida religiosa se nutre justamente de la conciencia de las prolongadas interrupciones en las que el hombre se halla ilimitadamente alejado de Dios. Los estados provisorios de embriaguez que surgen de la sensación de proximidad a Dios, se tornan en tenebrosos estados de desesperación que perjudican al profeta en los momentos que la divinidad se aparta. Estas largas horas de tenebrosa desesperación, de ocultamiento divino, contienen un elemento que pule, brilla y redime la vida religiosa. El destrozo de las tablas del pacto es una experiencia que puede vivir todo individuo comprometido. Solo después de destruir todo lo que quiso, Moshe subió al monte Sinaí a recibir no solamente dos nuevas tablas de piedra, sino también, la magna misión de entrega de la Tora y su enseñanza a la comunidad del Pacto; solo entonces brillo la piel de su rostro. En tal o cual punto del largo itinerario de vida, el hombre debe necesariamente llegar hasta el grado absurdo en el que se hallara empobrecido y abandonado. Con una sinceridad sin compasión, las Escrituras describieron experiencias de fracaso en la vida de nuestras grandes personalidades del pasado. El hombre debe admitir este trágico hecho, con el que irremediablemente se topara, tarde o temprano, si su objetivo metafísico llegar a ser realidad. El hombre meritorio no es aquel que jamás se desplomo, sino aquel que tropezó, cayó y volvió a levantarse, ascendiendo a grandes alturas.18 El pecado es algo concreto, no solo un peligro en potencia. Jamás hubo un hombre perfecto, ni lo fue creado.19 Un hombre que no es consciente de la contradicción acunada profundamente en su personalidad, vive en un mundo de ilusión y lleva una existencia irredimida. Sea cual fuera el hombre que elijamos para denominar esta situación: vanidad, arrogancia, estupidez, hay aquí un reflejo de un estado de conciencia animal y grosero. En este punto es que aparece la idea de Teshuva (arrepentimiento y corrección) y le anuncia al hombre la buena nueva del refinamiento. ¿En qué se expresa la idea del refinamiento? pues en la facultad del hombre de reflexionar críticamente sobre si mismo y admitir el fracaso, en la valentía de confesarse y reconocer la culpa, en la disposición a sufrir una derrota. La replica de Yehuda, juez y aristócrata, que admite su error y la inocencia de la infortunada ramera: “Y reconoció Yehuda y dijo: mas justa es ella que yo”,20 fue un gran acto de refinamiento, acto que pulió a Yehuda y redimió su vida, la pronunciación del Vidui (confesión), es la mayor de las virtudes, la mas heroica acción, el mas perfecto refinamiento. “El te ha dicho, oh hombre, lo que es bueno, y que es lo que el Señor pide de ti: solo hacer justicia y amar la misericordia y andar humildemente con tu Dios”.21 A modo de paráfrasis diría yo: solamente marchar adelante con osadía, imponerse y conquistar el mundo, y volver y retroceder humildemente cuando la victoria está a tu alcance.
NOTAS:
1. Yeshayahu cap. 1:25
2.” Rav dijo: no fueron dados los preceptos sino a fin de refinar con ellos a los hombres. ¿Qué le importa al Señor si alguien degolla al animal por el cuello o por la nuca? he allí que no fueron dados los preceptos sino a fin de refinar con ellos a los hombres”(Bereshit Rabba,44)
3. La bendición “que infunde la valentía a Israel es una de las bendiciones mencionadas en el Talmud (Berajot, 60b); la mas clara y antigua referencia a la bendición “que concedes fuerza al extenuado” es del Medioevo (ver Tul y Shulján Aruj, Oraj Jayim, cap. 46, y comentarios)
4. En el hebreo mas tardío, fue aplicado el significado básico incluyendo también los sentidos (como “el poder de la vista”; “el poder del oído“)
5. Deben tomarse en forma figurativa los usos que marcan excepciones a esta regla (como Mishle– proverbios cap.30:30) o como formulaciones interrelacionadas (como Tehilim-salmos cap.147:10, allí se refieren las palabras del autor a la proeza del jinete a caballo)
6. Ambos adjetivos, fuerza y proeza, fueron adjudicados a Dios supuestamente, pues es El origen de la fuerza cósmica (como en Yeshayahu cap.40:26 y Najum cap.1:3) y también el origen de la heroica actitud humana especifica (Devarim cap. 10:17)
7. El Talmud (Yoma, 69 b) explica por que los miembros de la Kneset Haguedola (Gran congregación) se hicieron merecedores de este titulo: Moshe dijo: El Dios grande y valiente … vino Daniel y dijo: los enemigos esclavizan a sus hijos- pues donde están sus proezas, y no llamo “valiente”… vinieron ellos y dijeron: justamente esta es su proeza, que domina su ira y tiene paciencia con los malvados”.
¿Acaso no explicaron los sabios de la Kneset Haguedola el significado de la valentía y proeza … en términos de la actitud heroica, aquello que calma y desafía la fuerza y convierte lo imposible y posible? Estos grandes hombres identificaron proeza con retroceso y derrota.
8. Bereshit Rabba. 32:29
9. Segun Aristóteles, en el libro Poética, la idea básica de la tragedia es la actividad distinguida e impresionante, y sirve para liberar los sentimientos de “eleos” y “phobos”. En otras palabras, como placentero alivio para el publico, para liberarlo del fuerte poder de sus emociones.
10. Bereshit cap. 32:27
11. Idem, cap.1:28
12. Shir Hashirim Rabba, 7:3
13. Cual es el héroe? Aquel que domina su impulso
(Tratado de Avot, cap.
4:1)
14. Vayikra, cap. 10:6-7
15. Idem
16. Devarim cap. 16:14
17. El retroceso en el campo religioso-moral se distingue de la marcha atrás en otras áreas.
En otros campos, la Tora exige del hombre que por su propia voluntad retroceda de ciertas posiciones que conquisto. En el campo religioso-moral el retroceso es idéntico al reconocimiento de falta de perfección y del pecado.
18. Ver Maimónides, introducción al comentario al tratado de Avot. cap.6.
19. Ver Kohelet-Eclesiastes cap. 7:20.
20. Bereshit, Cap. 38:26.
21. Mija cap.6:8.