El mes de Shvat Editado por División de Enlace KKL Autor: Simjá Raz Es el…
La disputa de Barcelona, la naturaleza del Mesías
La disputa de Rambán.
En 1263 tuvo lugar en Catalunia la siguiente disputa. El apostata Pablo Cristiano defendió el lado Cristiano. Por los Judíos participo en la discusión Rabi Moshe Ben Najman (Najmanides). El tema principal de la disputa fue “la llegada del Mesías”.
Les transmitimos aquí la discusión en español y con comentarios. Traducción por el Rabino Arie Natan, Bet El.
[1] Leemos en Sanhedrín (43b): Han enseñado los sabios: cinco discípulos tuvo Yeshu (*) – Mattay, Nakay, Nétzer, Buny y Todá. (**)
(*) Yeshu HaNotzrí. La literatura talmúdica lo describe como hijo de un romano llamado Pandera (Cf. Tosef. Julín II,24; Abodá Zará 17a, Orígenes, Contra Celso 1.28). Su madre Myriam estaba casada con un judío de nombre Papús Ben Yehudá y en la ciudad de Punbedita adulteró con Pandera (Cf. Shabat 104b; según el comentario de Rashí. Según la opinión de Tosafot Ben Pendera no es Yeshu, pues R. Yehoshua Ben Perajia, su maestro, vivió mucho antes que Rabí Akibá, éste último sabio era contemporáneo de Papús Ben Yehudá), de esta relación nació Yeshu. Llegó a ser discípulo de Rabí Yehoshua Ben Perajia (Cf. Sotá 47a, Ab. Zar. 17a) a quien acompañó a Egipto; viaje en el cual aprendió diversas artes de brujerías. A causa de su comportamiento no ético Rabí Yehoshua lo alejó de él, y por ese mismo comportamiento inmoral fue condenado a la horca la víspera de Pésaj (Cf. Sanhedrín 43a).
(**) Mattay, abre. de Matitiyahu (Mateo); Nakay al parecer Lucas; Nétzer; Buny o Bunay; Todá, adapt. de Taday (Tadeo).
Trajeron a Mattay y le preguntaron: ¿Mattay será muerto?, como se ha declarado “¿Cuándo [hebreo: “matay”] vendré y veré la presencia de Dios?” (Tehilim 42:3) Él les dijo: sí, Mattay será muerto, como se ha declarado: “¿Cuándo [hebreo: “matay”] morirá y se perderá su nombre?” (Ibíd. 41:6).
Trajeron a Nakay y le preguntaron: ¿Nakay será muerto?, como se declara: “Al limpio [hebreo: “nakí”] y al justo no has de matar” (Shemot 23:7). Él les dijo: si, Nakay será muerto, como se ha declarado: “A escondidas ha matado el limpio [hebreo: “nakí”]” (Tehilim 10:8).
Trajeron a Nétzer y le preguntaron: ¿Netzer será muerto?, como se ha declarado: “Un retoño [hebreo: “nétzer”] de sus raices florecerá” (Yeshayahu 11:1) El les dijo: si, Netzer será muerto, como se ha declarado: “Tú lo has de expulsar de ti como un retoño [hebreo: nétzer”] despreciable” (Yeshayahu 14:19)
Trajeron a Buny y le preguntaron: ¿Buny será muerto?, como se ha declarado: “Tú eres mi hijo [hebreo: “bení”], mi primogénito, Israel” (Shemot 4:22). Él les dijo: si, Buny será muerto, como se ha declarado: “He aquí, yo mato a tu hijo [hebreo: “binjá”], a tu primogénito” (Ibíd. 4:23).
Trajeron a Todá y le preguntaron: ¿Todá será muerto?, como se ha declarado: “Cántico de gracias [hebreo: “todá”]…” (Tehilim 100:1). El les dijo: si, Todá será muerto, como se ha declarado: “El que sacrifica una ofrenda de gracias [hebreo: “todá”], me honra…” (Tehilim 50:23).
Escribió Rabí Shimón: estas eran personas cercanas al gobierno gentil y era necesario contestar a todas las pruebas sin sentido que formulaban (*). Del mismo modo he pensado escribir estas líneas en contra de las burlas de fray Paul (**), quien también “dejo quemar su guiso en público” (***), precisamente delante del rey, de sus sabios y consejeros ¡que sea elevada su gloria y enaltecido su reinado!.
(*) Rashí ad Sanhedrín 43b acota sobre Nekay: “Esto es solo una respuesta cualquiera para las naciones del mundo, pero como era cercano al reinado hubo que responder a todas las pruebas sin sentido que presentó”.
(**) De manera oficial esta disputa se realizó entre Rambán y el apóstata Pablo Cristiano de Montpellier [??”?], a quien nuestro rabino llama “fray Paul” (en la pronunciación catalana, el nombre Pablo, se pronuncia “Pol”), cercano al hebreo “pol” (haba). Del texto se entiende, no obstante, que la discusión incluyó también a los frailes presentes y al propio rey, a todos los cuales Rambán tuvo que responder.
(***) Cf. Berajot 17b. La persona que ha sufrido un cambio negativo de conducta, que se ha desviado por un mal camino, recibe este apelativo.
Primer día: 20 de julio – 4 de Av [En el palacio del rey]
[2] El rey (*) me ordenó discutir públicamente con fray Paul en su palacio, delante de él mismo y delante de sus consejeros en Barcelona. Le respondí diciendo: He de hacer según la orden de mi señor el rey, si me dan permiso para expresarme libremente. Este permiso lo solicito del rey y también de fray Ramón de Peñaforte (**) y de todos sus colegas que están aquí presentes.
(*) El rey en cuestión es Jaime I de Aragón, llamado “el Conquistador” (1208-1276). Vivió una vida de constantes guerras, contra su propia familia por razones de la soberanía sobre Cataluña, contra los franceses para evitar la invasión sobre su reino, contra los árabes peninsulares, etc. La capital de su reino la ubicó en Barcelona, donde se llevó a efecto la disputa, que comenzó el 20 de julio de 1263 e.c. [4 de Av, 5023] y duró cuatro días (20, 27, 30 y 31 de julio [4, 11, 14, 15 de Av, 5023]).
(**) Fray Ramón de Peñaforte, confesor del rey y una de los más influyentes sacerdotes de la corte, a la guisa decano de la orden dominicana, cuyo fundador Domingo de Guzmán fundó también el oficio de la Inquisición, de triste memoria.
[3] Respondió fray Ramón: “Con la condición que no te expreses irrespetuosamente”.
[4] Les repliqué: No es mi intención comenzar un pleito con ustedes, sólo solicito expresarme libremente con respecto a esta disputa así como ustedes se expresan libremente. Yo sé comportarme de manera ética (en lo referente a la disputa, como ustedes piden), no obstante expresarme libremente es mi deseo. Y todos me dieron permiso para que hablara libremente.
[5] Por lo tanto dije: Existe una disputa entre gentiles y judíos sobre muchos temas y sobre muchas costumbres relacionadas con la religión, que no obstante no son un fundamento sobre el cual se basa la fe. De tal modo, yo deseo discutir en esta honorable corte sólo sobre temas que sean relevantes.
[6] Todos respondieron: “Has hablado correctamente”. Así, estuvimos de acuerdo en referirnos al Mashiaj, si ya ha venido según enseña la fe de los nazarenos o si él ha de venir en un futuro según enseña la fe de los judíos. Después trataremos el tema si el Mashiaj es Dios o si es un ser humano común nacido de un hombre y de una mujer. Como tercer punto hablaremos si los judíos mantienen la Torá verdadera o si los nazarenos la realizan.
[7] Entonces se levantó fray Paul y dijo que él pretendía comprobar del propio Talmud que el Mashiaj ya ha venido, como los profetas atestiguan sobre él.
[8] Le respondí: No obstante, antes que discutamos sobre ésto quiero que me enseñe y me diga (fray Paul) cómo es esto posible. Ya que desde que él se dirigió a Provenza y a otros muchos lugares he escuchado que ha declarado esto a los judíos, sobre lo cual yo me sorprendo muchísimo. Quiero que me responda si es que él pretende decir que los sabios del Talmud creyeron que Yeshu es el Mashiaj, y que ellos sostienen que él es hombre completo y dios verdadero según el pensamiento de los nazarenos.
Sin embargo, es algo conocido y verídico que toda la historia de Yeshu ocurrió durante la época del segundo Templo y antes de la destrucción del mismo nació y fue muerto. Los sabios del Talmud vivieron después de la destrucción del Templo, como Rabí Akiba y sus colegas; incluso aquellos que fueron los últimos en enseñar la Mishná: Rabí y Rabí Nathán, vivieron mucho después de la destrucción; así como también Rab Ashe que compiló el Talmud y lo escribió, él vivió casi cuatro cientos años después (*).
(*) La destrucción del segundo Templo ocurrió en 3828, y según el libro Séder HaDorot Rab Ashe falleció en 4186, por lo tanto sólo han transcurrido 358 años y no 400. Sin embargo Rab Ashe no alcanzó a terminar su labor de compilación del Talmud y la terminaron sus discípulos 73 años después de él.
Y si aquellos sabios hubieran creído en el mesianismo de Yeshu y que esto es verdad y su fe y su religión son verdaderas, y si hubieran escrito las aseveraciones que fray Paul sostiene que nos probará de sus escritos; si es así, ¿cómo se mantuvieron y vivieron según la religión de los judíos y según sus costumbres primeras? Ya que ellos eran judíos y se mantuvieron como tales toda sus vidas y murieron como judíos; ellos y sus hijos y sus discípulos que escucharon todas las enseñanzas que dictaron [entonces, ¿Por qué no cambiaron y se fueron tras la religión de Yeshu? Así como hizo fray Paul que entendió de las palabras de los nazarenos que su fe es la verídica, ????? JALILA, y fue y se convirtió convencido por sus palabras. No obstante, ellos y sus discípulos] vivieron y murieron como judíos; ellos fueron los que nos enseñaron la ley de Moshé, la ley judía, ya que todos nuestros actos hoy en día se dirigen según el Talmud, según lo que vimos en los sabios del Talmud que así actuaban y así se comportaban, desde el día que se compiló el Talmud y hasta nuestros días. El Talmud nos enseña la forma de comportarnos según la Torá y conforme a los mandamientos, así nos declara cómo actuaban nuestros antepasados en tiempos del Templo según como escucharon de las enseñanzas de los profetas, quienes recibieron de parte de Moshe, nuestro maestro. Y si ellos creían en Yeshu y en sus opiniones ¿Cómo no se comportaron ellos de la manera que hizo fray Paul, que parece entender sus enseñanzas mejor que ellos mismos?
[9] Contestó fray Paul y dijo: Este es un discurso exageradamente largo que tiene por intención anular la disputa.
[10] Entonces yo les declaré: Esto es para mi una comprobación completa que [fray Paul] no habla sobre temas reales, sólo las he de escuchar porque es así la voluntad de su majestad el rey.
[11] Él enseguida dijo: He aquí que está escrito: “no se ha de apartar el cetro de Yehudá… hasta que venga Shiló” (BeReshit 49:10), el cual es el Mashiaj. Estudiamos de aquí que según el testimonio del profeta siempre Yehudá tendrá fuerza (reinado) hasta la venida del Mashiaj que surge de él. Así hoy que no tienen ni un solo cetro ni un solo legislador, ya ha venido el Mashiaj, el cual proviene de su descendencia (de Yehudá), a él le pertenece el dominio.
[12] Contesté y dije: No es la intención del profeta expresar que el reinado de la dinastía de Yehudá no se anule en algún momento, sino que su intención es decir que no se anulará por completo de él, es decir en toda época que exista monarquía en Israel le corresponde a Yehudá por derecho. Si por causa de los pecados del pueblo se anula la monarquía, cuando retorne retornará a Yehudá. (Cf. Comentario a BeReshit 49:10). Una comprobación de lo anterior es el hecho que hubo muchos momentos, antes de la aparición de Yeshu, que se anuló la monarquía de Yehudá y no de Israel (*), e incluso por muchos lapsos de tiempo se anuló la monarquía tanto de Israel como de Yehudá, así es el caso de los setenta años del exilio en Babilonia en los cuales no hubo monarquía ni en Yehudá ni en Israel. Del mismo modo, durante la época del segundo Templo no reinó sobre Yehudá sino Zerubabel y sus hijos (**) y por un período de tiempo muy breve. Luego de él transcurrieron 380 años hasta la destrucción del segundo Templo (***), período durante el cual reinaron Kohanim, los hijos de los Hasmoneos y luego sus esclavos. Cuanto más si el pueblo está en el exilio, ya que si no hay pueblo, no hay rey (Cf. Pirkey DeRabí Eliézer 3).
(*) Este trozo se entiende según lo que Rambán declara más adelante [17]: “Nuestro patriarca Yaakob no aseguró a Yehudá que tendría un cetro y un legislador sobre su tribu únicamente, sino que el gobierno de todo Israel le fue conferido… así, ocurrió que se anuló la monarquía sobre todas las tribus de Israel desde que murió Shlomó”; por lo tanto, desde aquel momento (que murió Shlomó) se anuló la monarquía sobre Yehudá pero no “sobre Israel” – no sobre las diez tribus de Israel.
(**) Zerubabel era hijo de Pedayá, hijo de Shaltiel, hijo de Yehoyakim, rey de Yehudá (cf. Dibrey HaYamim A, 3:16-19). Zerubabel había pasado a ser el dirigente del exilio judío en Babilonia el año 52 de la destrucción del primer Templo, después de la muerte de Shaltiel. Durante el primer año del reinado de Kóresh (Ciro) retornó Zerubabel y Yehotzadak, Kohén Gadol, a Eretz Israel junto con multitud de exiliados y comenzaron la construcción del segundo Templo; estos trabajos fueron interrumpidos por Ajashverosh (Asuero) debido a la conspiración de Hamán. El año setenta de la destrucción del primer Templo, retornó Ezrá, el escriba, a Yerushalaim y reanudó la construcción del Santuario, entonces descendió Zerubabel a Babilonia y murió allí, sucediéndole Meshulam su hijo; durante el gobierno de este último comenzó a expandirse el reinado de los griegos y se interrumpió la profecía de Israel, era el año 3404 de la creación del mundo.
(***) La hegemonía griega duró 180 años desde la construcción del segundo Templo, la monarquía de los Hasmoneos se extendió por 103 años, la casa de Herodes por unos 103 años, en total 386 años. Meshulam, el hijo de Zerubabel murió al comienzo del reinado de Alejandro Magno. Rambán menciona la cifra 380 para redondear.
[13] Respondió fray Paul: En todas aquellas épocas, a pesar que no había reyes, había reinado, pues así se declara en el Talmud (cf. Sanhedrín 8a): “no se ha de apartar el cetro de Yehudá” – estos son los exilarcas que hubo en Babel que solían presionar al pueblo con su cetro, “ni el legislador de entre sus pies” – estos son los hijos de los hijos de Hillel que enseñan la Torá al público. Hoy en día no tienen la autorización conocida en el Talmud, por lo tanto se anuló también aquel gobierno, por ende no existe hoy alguien a quien se le pueda denominar “rabí” [maestro en hebreo]. Eso que a ti te llaman “maestre” [maestro en catalán] es un error, y tú llevas tal nombre mentirosamente.
[14] Le respondí como burlándome de él: Esto no es parte de la disputa, no obstante tú no estás diciendo algo correcto. El término “rabí” no significa “maestre”, sino que “rab” es “maestre”, y en el Talmud solían llamar “rab” a todo aquel que carecía de autorización (*); no obstante, estoy de acuerdo contigo que no soy “maestre” ni siquiera un buen alumno. Le expresé lo anterior como una amonestación moral.
(*) Cf. Sanhedrín 13b. Cuando recibió la autorización en la ciudad se denomina “rabí” – en Babilonia, que no tenían derecho a otorgar autorizaciones, los sabios se llamaban “rab”.
Después volví a decirle: te enseñaré que no es la intención de nuestros sabios, de bendita memoria, explicar el versículo sobre una monarquía real, el problema contigo es que no comprendes ni de ley ni de legislación, sino tal vez entiendas algo de algunos relatos que te acostumbraste a leer. El tema en cuestión que mencionaron los sabios se refiere a que según el dictamen estricto de la ley una persona no puede juzgar él solo y quedar exento de pagar, salvo que pida permiso del presidente del Sanhedrín o del rey (*). Así, se dictaminó que durante el período de exilio, que es posible encontrar descendencia real en aquel que reciba un poco de autoridad de parte de los gobiernos gentiles, por ejemplo los exilarcas de Babilonia y los presidentes del Sanhedrín en Eretz Israel, ellos tienen en sus manos permitir y autorizar. Este dictamen se aplicó por los sabios del Talmud, después de Yeshu, por más de cuatrocientos años (**).
(*) La fuente de la legislación citada por Rambán se encuentra en Sanhedrín 5a, allí la guemará declara “Dijo Rab Ajay: un juez que quiso dictaminar una ley sobre temas monetarios y se equivocó [Por ejemplo que había discusión entre amoraítas sobre el tema, y no se había decidido como cuál de ambos era la ley, y dictaminó que se debía seguir a uno de ellos y no supo que ya se había esparcido la costumbre de realizar como la otra opinión. Rambam, Hiljot Sanhedrín 6:2], si pidió permiso del exilarca para juzgar [si se trata de un sólo juez experto] o los litigantes lo aceptaron como juez [sea cual fuera su veredicto] – no está obligado a remunerar a la parte afectada [si no es posible reabrir el litigio].
(**) En el año 4119 A.M., en los días de Hillel, el hijo de Rabí Yehudá Nesiá se anuló el Sanhedrín en Eterz Israel, y el nacimiento de Yeshu ocurrió cerca de doscientos años antes de la destrucción del segundo Templo [Cf. infra, 22]. Si la destrucción del Templo ocurrió en 3828, por lo tanto doscientos años antes es 3628, desde esta fecha hasta la anulación del Sanhedrín (4119) transcurrieron 491 años, de los cuales hay que descontar la vida de Yeshu; por ende bien dijo Rambán que que se trata de más de cuatrocientos años.
No es la opinión de los sabios del Talmud que deba ser el gobernante o el legislador de Yehudá descendiente de la tribu de Yehudá; no obstante lo que el profeta le prometió a Yehudá es que la monarquía le pertenecería siempre. Le prometió una monarquía plena. No obstante, la monarquía se anuló, como ya mencioné, ya que durante el período del exilio en Babilonia no hubo no gobernante ni legislador. Así durante el período del segundo Templo que gobernaron los Kohanim y sus esclavos, no tuvo la tribu de Yehudá ningún tipo de gobierno (*), ni exilarca ni presidente del Sanhedrín, ya que la presidencia del propio Sanhedrín y la monarquía perteneció a los Kohanim, a sus jueces y a sus oficiales, a aquellos que ellos estimaban conveniente.
(*) Cf. Comentario de Rambán a BeReshit 49:10. La opinión de Rambán con respecto a la monarquía de la casa de los Hasmoneos (Kohanim) es la siguiente, si bien los hijos de Matitiyahu fueron grandes héroes y justos cometieron el pecado de haber gobernado sobre Yehudá, cetro que está destinado únicamente a la tribu de Yehudá y no a los Kohanim provenientes de la tribu de Leví; como ellos quitaron y eliminaron el cetro de Yehudá de sus legítimos herederos, HaShem los castigó del mismo modo y sus esclavos se levantaron contra ellos y los eliminaron.
[15] Entonces respondió fray Pere de Génova: es verdad que el versículo sólo declara que no se interrumpirá [la monarquía] para siempre, pero puede que haya interrupciones momentáneas. “Vacare” en vernacular.
[16] Le dije al rey: He aquí fray Pere ha ratificado mis palabras.
[17] Entonces dijo fray Pere: Yo no he ratificado nada. Ya que setenta años en Babilonia es un lapso corto de tiempo y muchos hubo entre ellos que aun recordaban el primer Templo, como se declara en el libro de Ezrá (Cf. 3:12) – esto se llama “anular”, “vacare” en vernacular. Pero ahora que ustedes están más de mil años sin monarquía, esto se llama eliminación total.
[18] Le repliqué: Ahora tú te arrepientes y reconoces que el término “eliminación” no corresponde aplicarlo a algo que torna; no obstante, no hay diferencia para lo expresado por el profeta entre un lapso de tiempo pequeño o extenso. Además los períodos de tiempo que yo mencioné [luego de la destrucción del segundo Templo] fueron extensos.
Nuestro patriarca Yaakob no sólo prometió a Yehudá que tendría gobierno y legislador sobre su propia tribu, sino que le pertenece la monarquía sobre todo Israel, como se declara: “Tú eres Yehudá, tus hermanos te reconocerán…” (BeReshit 49:8); leemos también: “Porque Yehudá fue más fuerte que sus hermanos y de él procede un líder…” (Dibrey HaYamim A 5:2). No obstante, se anuló la monarquía sobre todas las tribus de Israel después de la muerte del rey Shelomó, como se declara: “No hubo monarquía después de la casa del rey David sino sobre la tribu de Yehudá únicamente” (Melajim A 12:2). Según lo anterior es claro que el profeta solamente dijo que no se anularía la monarquía totalmente. Por lo tanto, durante el período del exilio no se puede denominar ni “eliminación” ni “anulación” [sino interrupción], ya que no ocurrió por culpa de Yehudá sino por el comportamiento del pueblo, ya que no prometió el profeta a Yehudá que Israel no marcharía al exilio por ser él rey sobre ellos en cualquier época.
[19] Volvió fray Paul y argumentó que en el Talmud se ha expresado que el Mashiaj ya ha venido, para comprobarlo trajo aquel relato que se encuentra en el Midrash Eijá (Cf. Eijá Rabati 1:57, sobre el versículo: “por estos yo me lamento…”) sobre aquella persona que estaba arando y su vaca mugió de pronto, en aquel momento pasó un árabe y le dijo: ¡judío, hijo de judíos, suelta tu vaca, suelta su yunta, suelta tu arado, porque el Templo ha sido destruido! Entonces él soltó su vaca, soltó su yunta, soltó su arado. Después volvió su cava a mugir de pronto; el árabe le dijo esta vez: ¡ata tu vaca, ata tu yunta, ata tu arado, porque tu Mashiaj ha nacido!.
[20] Le respondí: yo no creo en este relato, no obstante es una comprobación a mis palabras.
[21] Entonces ese hombre gritó y me dijo: Vean que éste reniega de sus propios libros.
[22] Le respondí: Ciertamente yo no creo que haya nacido el Mashiaj en la época en que se destruyó el Templo; ahora, este relato o que no es verdadero o que tiene alguna explicación según las profundidades de los sabios. Pero estoy dispuesto a aceptarlo en forma literal, como dijiste, ya que es una comprobación a lo que sostengo. He aquí, este relato dice que el día de la destrucción después que el Templo fue destruido, en aquel día nació el Mashiaj; entonces Yeshu no es el Mashiaj como ustedes predican ya que él nació y fue muerto antes de la destrucción del Templo; según cálculos verdaderos él nació como doscientos años antes de ésto (*), y según los cálculos de ustedes unos setenta y tres años. Entonces ese hombre se quedó callado.
(*) El nació el año 3681, el año cuarto del reinado de Alejandro Janeo, año 263 del segundo Templo. El Templo fue destruido el año 2828, si restamos 3671 nos da 157 años, los cuales son los casi doscientos años de los que habla Rambán. El el libro “Séder HaKabalá LeRaABaD” (pag. 9) se relata la época de Yeshu, cuando él nació, como ya dijimos reinaba Alajandro Janeo el cual odiaba a los sabios. Durante la fiesta de Sukot ocurrió un enfrentamiento entre el rey y el pueblo que terminó en una matanza de los sabios de la época; solo se salvaron dos: le perdonó la vida a Shimón Ben Shetaj, hermano de su esposa, y Yehoshua Ben Perajia que huyó a Alejandría. En esta huida fue acompañado por su discípulo Yeshu. Según los textos del pueblo judío nació entonces durante este periodo; los gentiles no obstante opinan que nació durante el reinado de Herodes y que fue colgado durante el reinado de Arquelao, su hijo; lo cual ocurrió 110 años después.
[23] Entonces acotó maestre Guiles, el juez del rey, y dijo: la disputa no versa ahora sobre Yeshu, sino que la pregunta es si el Mashiaj ha venido o no. Tú dices que no ha venido y ese libro de ustedes declara que si ha venido.
[24] Le dije: Has escogido, como es costumbre entre ustedes, responder en forma mentirosa, de todos modos les contestaré sobre este tema. Los sabios no han dicho que el Mashiaj ya ha venido, sino que dijeron que ya ha nacido; del mismo modo como el día que nació Moshé, de bendita memoria, no se considera que haya venido ni que haya sido el libertador; en cambio cuando vino donde el faraón, mandado por Dios, y le dijo que así había declarado Dios: “Deja salir a mi pueblo…” (Shemot 8:1), entonces se considera realmente que vino.
Del mismo modo con el Mashiaj, cuando venga donde el Papa y le diga mandado por Dios que deje salir a mi pueblo, entonces diremos que ha venido. Hasta ahora todavía no ha venido, tampoco se lo puede calificar de Mashiaj. Así, David el rey el día que nació no era rey y no Mashiaj, en cambio el día que Shemuel lo ungió entonces pasó a ser Mashiaj. Por lo tanto, el día que Eliyahu unja al Mashiaj (*), por orden de Dios, se llamará Mashiaj; y en el momento que se dirija, después de su unción, donde el Papa para liberarnos entonces corresponderá decir que ha venido.
(*) Cf. Yalkut Shimoní, Yeshayahu 500. “En aquel momento traerá Dios a Eliyahu y al Mashiaj, vendrá con un cántaro de aceite en sus manos, con bastones en sus manos, entonces se reunirá allí todo Israel delante de ellos y la presencia de Dios estará sobre ellos, los profetas detrás de ellos y un Séfer Torá a su derecha y los ángeles a su izquierda y los conducirán hasta el valle de Yehoshafat…” A pesar que lo se dice explícitamente que Eliyahu ungirá al Mashiaj, del contexto se entiende.
[25] Entonces argumentó aquel hombre: He aquí la porción del profeta que habla del siervo sufriente (Cf. Yeshayahu 52:13) relata que el Mashiaj ha de morir en manos de sus enemigos y será ajusticiado entre delincuentes, todo lo que ocurrió con Yeshu. ¿Crees tú que esta porción del profeta se refiere al Mashiaj?
[26] Le dije: según una interpretación verídica no se refiere sino al pueblo judío como nación, ya que así lo llaman los profetas repetidas veces: “Israel, mi siervo…” (Yeshayahu 41:8), “Yaakob, mi siervo…” (Ibíd. 44:1).
[27] Dijo fray Paul: Yo te demostraré que según los propios sabios judíos estos versículos se refieren al Mashiaj.
[28] Le dije: Es verdad que nuestros sabios, de bendita memoria, en los libros que comentan los relatos interpretan que se refiere al Mashiaj (Cf. Yalkut Shimoní, Yeshayahu 476; Tanjuma, Toldot 14); pero nunca han declarado que el Mashiaj sería asesinado por mano de sus enemigos, no encontrarás en ningún libro de los libros de Israel, no en el Talmud y no en relatos, que el Mashiaj hijo de David será muerto (*), o que será entregado en manos de sus enemigos o que será enterrado entre delincuentes, e incluso el Mashiaj que ustedes se hicieron nio siquiera fue enterrado. Yo estoy dispuesto a explicarles la sección del siervo sufriente si desean con una explicación convincente y clara, siendo que no se encuentra en ella que el Mashiaj ha de ser muerto, como ocurrió con su Mashiaj. Y no quisieron escuchar.
(*) Rambán fue exacto en decir que no hay referencia que el Mashiaj hijo de David ha de ser muerto, porque encontramos en la guemará en Suká 52b que el Mashiaj hijo de Yosef si será muerto.
[29] Nuevamente aquel hombre declaró que en el Talmud (Cf. Sanhedrín 98a) se declara que Rabí Yehoshua Ben Leví le preguntó a Eliyahu cuándo ha de venir el Mashiaj, y él le respondió: “pregúntale al Mashiaj mismo”; Rabí Yehoshua le preguntó entonces dónde está y Eliyahu le dijo que está en la puerta de Roma entre lo enfermos. Fue allí, lo encontró y le preguntó… Si es así, quiere decir que ya ha venido y está en Roma [y sería Yeshu, el que gobierna en Roma].
[30] Le respondí: ¡Acaso esto no es una comprobación que aun no ha venido, ya que el sabio le preguntó a Eliyahu cuándo vendrá! Así mismo le preguntó al propio Mashiaj: “¿cuándo ha de venir el señor…?” Si es así aun no ha venido, aunque según la explicación literal de estos relatos ya ha nacido, sobre lo último yo no creo.
[31] Entonces intervino su majestad el rey: Si es que nació en la época de la destrucción del Templo, debe tener más de mil años y si aun no ha venido, ¿Cómo podrá venir?; ya que no es parte de la naturaleza humana el poder vivir mil años.
[32] Le dije: Ya fijamos las condiciones de la disputa, entre las cuales está el que yo no discutiré contigo y te responderé. No obstante todos sabemos que ya hubo entre los primeros hombres como Adam y Metushelaj que vivieron cerca de mil años; Eliyahu y Janoj incluso más que ellos – la vida está en manos de Dios.
[33] Él preguntó: ¿Dónde está él hoy día?
[34] Le dije: Esto no es parte de la disputa y no te responderé. Puede ser que lo encuentres en los portales de Tolitola, si es que envías allí alguno de sus heraldos. Le dije esto como burlándome de él.
[35] Entonces se retiraron de este lugar y dio el rey tiempo para volver a la disputa el día lunes próximo.
Segundo día: 27 de julio – 11 de Av [En un claustro]
[36] En aquel día se dirigió el rey a unos de los claustros que hay en la ciudad y se reunieron allí casi todas las personas de la ciudad, tanto gentiles como judíos. Estaba en ese lugar el cardenal y todos los sacerdotes y los sabios de las órdenes menores [franciscanos] y los predicadores; entonces se levantó aquel hombre para hablar.
[37] Entonces le dije a su majestad el rey: Mi señor, escúchame. Y él me dijo: ¡Que hable él primero, ya que él es el demandante!.
[38] Le dije: Yo te pido que me dejes aclarar mi opinión sobre el tema del Mashiaj, después él podrá replicar sobre un tema explicado.
[39] Me levanté y dije: Escuchen todos los pueblos (Cf. Melajim A 22:28). Fray Paul me ha preguntado si el Mashiaj, sobre el cual hablaron los profetas, ya ha venido y yo le respondí que no. Entonces él me trajo un libro en el cual hay un relato, según este relato en el día que fue destruido el Templo ese mismo día nació el Mashiaj. Yo le dije que no creía en ésto.
Ustedes deben saber que nosotros tenemos tres tipos de libros, uno es la Biblia en la cual todos creemos con fe completa; el segundo tipo se llama Talmud, que es una explicación de los mandamientos de la Torá, ya que en la Torá hay 613 mandamientos y no existe ninguna que no haya sido explicada en el Talmud, nosotros creemos en él con respecto a la explicación de los mandamientos. Tenemos un tercer tipo de libro llamado Midrash, es decir “sermones” [o relatos exegéticos], como si el cardenal presente dirigera un sermón al pueblo y a uno de los concurrentes le pareció bien y lo escribió; este libro aquel que crea en él – está bien, aquel que no crea en él – no daña.
Hay algunos de nuestros sabios que escribieron que el Mashiaj no nacerá sino hasta una época cercana al momento en que ha de sacarnos del exilio. Por lo tanto no creo en este libro en aquello que declara que el Mashiaj nació el día de la destrucción del segundo Templo. También nosotros llamamos a este texto Hagadá, es decir “racionamiento” (*), cuya definición nos indica que son conceptos que una persona comunica a otra (**). No obstante yo estoy dispuesto a aceptarla en forma literal, como ustedes quieren, ya que este relato es una comprobación explícita que Yeshu no es el Mashiaj, como ya les dije, ya que él no nació en aquel día. Es claro por lo tanto que en aquel momento (de la destrucción del Templo), todo el asunto de Yeshu había ya pasado mucho tiempo antes.
(*) Racionamiento, acción y efecto de racionar. En el español que hablamos hoy en día indica someter algo en caso de escasez a una distribución ordenada. No obstante tiene un uso técnico dentro del campo de la lógica, llamándose así a un argumento estructurado con rigor y necesidad lógica. Al parecer la segunda ascepción mencionada era la más común dentro del universo conceptual del siglo XIII, lo que podemos decir también dentro del catalán (racionament). Sin embargo, utilizar el término “racionamiento” para describir un relato (Hagadá) es una ascepción de la cual no tengo conocimiento.
(**) Sobre las palabras de Rambán., el cual se refiere a la Hagadá como un relato que una persona comunica a otra, sin autoridad que obligue dentro del judaísmo, existe discusión entre los sabios más recientes. Hay algunos que opinan que tal afirmación fue dicha dentro de la disputa para argumentar contra el apóstata, no obstante no eran el pensamiento propio de Rambán (Cf. Shebil HaZahab, R. Mordejay Eliasberg, p. 27). Por otro lado, el editor de la disputa (Edición Mosad HaRab Kuk, Kitbey HaRambán, p. 308, notas) trae muchas fuentes donde se declara una apreciación semejante a la de Rambán sobre la Hagadá: vid. R. Abraham, hijo de Rambam, Sobre los estudios de JaZal, sección 4; Shiltey HaGuiborim sobre RYF al tratado Abodá Zará, cap. 1; etc.
Tú mi señor, el rey, me preguntaste y me cuestinaste mucho mejor que ellos, ya que no es normal en un ser humano que viva mil años. Ahora responderé a tu pregunta: Adam, el primer hombre, vivió mil años menos setenta (Cf. BeReshit 5:5); y los versículos declaran en forma explícita que murió a causa de su pecado, y si no hubiera pecado podría haber vivido mucho más o para siempre (*). Los gentiles y los judíos opinamos que el pecado y el castigo del primer hombre se anularán en la época mesiánica (**). Por lo tanto, después que venga el Mashiaj se anulará la muerte de todos nosotros, pero del Mashiaj mismo está anulada por completo, si es así es posible que él viva mil años o para siempre; así dice el salmista: “Vida te pidió y le diste, una vida larga, para siempre” (Tehilim 21:5), lo que es claro.
(*) Cf. BeReshit 1:17. La Torá declara en el momento que Dios advirtió al hombre de no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal: “… el día que comas de él, de morir morirás”. Rambán explica ad loc. que no se refiere a que morirá inmediatamente, como vemos de la propia Escritura, sino que por causa del pecado ha de morir, se desprende de esto que si no hubiera pecado podríamos concluir que hubiera sido inmortal. Sobre el tema, Rambán trae dos opiniones en su comentario a la Torá, hay quienes opinan que el hombre fue creado mortal y el pecado lo que introdujo en el mundo es el hecho que por transgredir la muerte será adelantada; en cambio otras opiniones sostienen que Adam era inmortal y por haber pecado Dios lo castigó con la mortalidad. [Cf. Shabat 55b, B.R. ad fin. 17]. En cambio la posición de los nazarenos sobre el tema refleja sólo la tesis de la creación inmortal del primer hombre, siendo el pecado la causa de la muerte. [Tomás de Aquino, Summa Theologica I,97,1; II-II, 164,1]
(**) Cf. Shemot Rabá 30,2 “En los días del Mashiaj, Dios destruirá a la muerte”
[40] Preguntaste además, mi señor el rey, dónde él [el Mashiaj] está ahora; los versículos dicen en forma clara que Adam, el primer hombre, vivió en el jardín de Edén que está dentro de Eretz Israel, y cuando pecó se declara que Dios lo expulsó del jardín de Edén; por lo tanto, el Mashiaj que está excento del castigo por el pecado de Adam se encuentra allá en el jardín de Edén. Así dijeron los sabios en los libros de relatos que mencioné.
[41] Entonces preguntó el rey: ¿Acaso no dijeron en aquel relato que él está en Roma?
[42] Le respondí: no se ha dicho que él esté en Roma, sino que se revelará en Roma en algún momento, ya que le dijo Eliyahu a aquel sabio [Cf. 29] que lo podrá encontrar allá en ese día, que se mostrará allá. Ha de revelarse allá, en Roma, a causa del motivo que se declara en los relatos, pero yo no quiero comentarlo aquí debido a la cantidad de gente que nos rodea. No quise declarar lo que se lee en la Hagadá, que el Mashiaj estará en Roma hasta destruirla, como encontramos con Moshé, nuestro maestro, que creció en la casa del Faraón hasta que lo castigó y ahogó a todo su pueblo en el mar. Así también se declara con respecto a Jirán, el rey de Tiro: “Saqué fuego de dentro tuyo y te consumí” (Yejezkel 28:18). Así también declara Yeshayahu: “Allí ha de paser el becerro y allí se echará, sus retoños consumirá” (Yeshayahu 27:10). En el texto Pirkey Eijalot (6,2) dice: “...hasta que le diga una persona a otra: anda a Roma y todo lo que hay en ella está a una pruta [moneda mínima], y éste le diga: no me interesa…”(*). Estas citas se las comenté al rey en privado.
(*) “Después ha de subir otra nube… y bajará una peste, leprosidad, sobre Roma hasta que diga…”
[43] Pregunté y volví a acotar: ¿Ustedes está de acuerdo conmigo que el pecado de Adam, el primer hombre, se anulará en la época mesiánica?
[44] Respondieron mi señor el rey y fray Paul: Sí. No obstante no como tú opinas, ya que el principio es que todos los seres humanos deberían caer en el infierno como castigo por el pecado, en cambio en días del Mashiaj Yeshu se anulará este castigo y todos saldrán de allí. (*)
(*) Según Tomás de Aquino (Suma II-II,163,3) La magnitud del pecado de Adam hizo que el castigo fuese colectivo siendo que toda la humanidad participa de él; por lo tanto la única posibilidad de librarse del infierno consiste en seguir la doctrina de Yeshu. Por lo tanto, según su opinión el cumplimiento de los preceptos (la conducta humana que enseña el Tanaj) carece de impotancia, siendo la fe en Yeshu la única posibilidad de salvación [?????]. (Cf. Suma I-II,122,1; 114,2)
[45] Yo les dije: En nuestra tierra suelen decir: “el que quiere mentir que aleje a los testigos…”. Muchos castigos están escritos con respecto al pecado de Adam y Javá, la tierra fue maldita a causa de él (BeReshit 3:17), cardos y espinas ha de producirle (Ibíd. 3:8), con sudor de sus narices (Ibíd. 3:19), tú eres polvo (Ibíd. 19:19). Así también con respecto a la mujer, con dolor ha de parir a sus hijos (Ibíd. 42:16). Todo lo anterior está vigente también hoy en día, todo lo que se ve y se siente no ha sido expiada con la venida de sus Mashiaj; sin embargo el infierno, que no aparece escrito en los versículos, ustedes dicen que expió, además de no haber nadie que pueda contradecirles – envíen a alguno que vaya y nos cuente.
Este argumento de ustedes es impropio para Dios, ya que los justos no reciben el infierno como castigo del pecado de Adam, el primer hombre, su ascendiente; mi alma está cercana al alma de mi padre como al alma del Faraón, por ende a causa de los pecados del Faraón no entrará mi alma al infierno. No obstante, los castigos fueron corporales ya que mi cuerpo proviene de mi padre y de mi madre y cuando fue decretado sobre ellos que serían mortales, su descendecia para siempre serían también mortales.(*)
(*) Es una disputa filosófica y teológica profunda entre los pensadores judíos y los seguidores de Yeshu sobre las consecuencia del pecado de Adam. Entre los textos fundamentales que tratan este tema podemos señalar, fuera de la presente discusión, “Maguén VeJéreb” de R. Yehudá Aryeh de Modena y “Séfer HaBitul” de R. Jasday Crescas; siendo la opinión general de los sabios de Israel que el castigo se extendió a nivel físico y no a nivel espiritual. Por lo tanto, el castigo por la coducta humana es propio de cada cual y no colectiva, en cambio las señales físicas del castigo permanecen y están vigentes aun, comprobación de que el Mashiaj todavía no las ha venido a expiar o eliminar. No debemos además olvidar que hay opiniones entre los sabios (Rambam) que sostienen que la época mesiánica tiene una función totalmente diferente a la presentada aquí y no relacionada con procesos fisiológicos.
[46] Se levantó aquel hombre y me dijo: te traeré otra comprobación que la época del Mashiaj ya ha pasado.
[47] Le dije: mi señor el rey, escúchame un momento. Para nosotros la justicia y la verdad no radican como principio en el Mashiaj (*), pues tú eres para mi más fundamental que el Mashiaj. Tú eres rey y también él es rey. Tú eres un rey gentil y él es rey de Israel, porque el Mashiaj no es sino un ser humano como tú. Cuando yo sirvo a mi Creador aquí en el destierro con sufrimientos y esclavitud, sometido a la humillación de los pueblos que constantemente nos persiguen, mi recompensa será mayor ya que lo que yo hago con mi propio cuerpo sube delante de Dios, y por intermedio de ésto amerito cada vez más a recibir el mundo venidero. Pero cuando haya un rey de Israel conforme a las normas de nuestra Torá y que gobierne sobre todos los pueblos, tendré que someterme a las leyes de los judíos forzosamente; en tal caso mi recompensa no será tan grande.
(*) La opinión de Rambán presentada aquí es ampliada en su libro “HaGueulá”, allí el sabio dice: “Debes saber, con la ayuda de Dios, que si llegamos a la conclusión que nuestros pecados y los pecados de nuestros padres hicieron que perdamos toda esperanza de liberación, y por lo tanto el destierro se alargaría y continuaría sin fin… todo esto no afecta el principio básico de la Torá, ya que para nosotros no hay otra recompensa sino el mundo venidero y el placer espiritual que alcance nuestra alma en el placer que se denomina el jardín del Edén, siendo que nos habremos salvado del Guehinam. Sin embargo nosotros seguimos declarando que llegará la Gueulá o liberación ya que es un punto verdadero sostenido por todos los hombres de Torá y por los profetas…”
No obstante, el principio fundamental que subyace a la discusión entre los judíos y los nazarenos es aquello que ustedes declaran con respecto a la esencia de la Divinidad, algo muy amargo. Tú, mi señor el rey, cristiano hijo de cristianos, tú escuchaste durante toda tu vida a los sacerdotes [a los frailes menores y a los predicadores] hablar sobre el nacimiento de Yeshu, te llenaron tu mente y tus pensamientos de este tema hasta que se volvió parte de ti, todo debido a la repetición. Pero aquello en lo cual ustedes creen, el principio de su religión, es algo que el intelecto humano comprende, las leyes naturales no aceptan, los profetas jamás hablaron de algo semejante; incluso lo milagroso no puede desarrollarse en este tema, como explicaré con comprobaciones claras en su lugar y a su tiempo. Me refiero a que el Creador del cielo y de la tierra [y de todo lo que contienen] se transforme en un feto en el vientre de una judía y que se desarrolle allí siete meses [durante nueve meses, var. lect.] y que nazca siendo un niño, que después crezca y sea entregado en manos de sus enemigos, que sea juzgado y sentenciado a la pena capital y que luego lo maten, y que después se diga que resucitó y volvió a su primer lugar. Todo lo anterior es impensable para el pensamiento de cualquier judío y de cualquier ser humano. Ciertamente es un sinsentido que prediquen algo así, ya que esto es el punto central de nuestra discusión. No obstante, si quieren que hablemos sobre el Mashiaj podemos hacerlo.
[48] Dijo fray Paul: ¿Tú crees que el Mashiaj ya ha venido?
[49] Le dije: No. Yo creo y se que aun no ha venido. No hubo ningún hombre jamás que haya dicho y que digan sobre él que es el Mashiaj fuera de Yeshu, y yo no puedo creer en su mesianismo. El profeta declara sobre el Mashiaj que su reinado se extenderá desde el mar al mar y desde el rio hasta los confines de la tierra (Cf. Tehilim 72:8); en cambio Yeshu no tuvo gobierno, por el contrario fue perseguido por sus enemigos y se escondía de ellos, finalmente cayó en sus manos y no tuvo la fuerza de salvarse a si mismo, entonces cómo hemos de pensar que pueda salvar a todo Israel. Además incluso después de su muerte tampoco tuvo poder, ya que el imperio de Roma no se originó para él; antes que comenzaran a creer en él el imperio de Roma controlaba la mayoría del mundo, por el contrario después de haber recibido la fe en Yeshu perdieron mucho su control. Incluso hoy en día, los siervos de Mahoma tienen mucho más poder que ustedes.
El profeta escribe que en la época mesiánica no será necesario que una persona le enseñe a otra el conocimiento sobre Dios, ya que todos lo reconocerán. (Cf. Yirmiyahu 31:33). La tierra se llenará del conocimiento de Dios así como las aguas cubren las aguas (Cf. Yeshayahu 11:40), sus espadas han de fundir y los pueblos no se levantarán en armas unos contra otros ni se prepararán para la guerra (Cf. Ibíd. 2:4). Sin embargo, desde los timpos de Yeshu y hasta ahora todo el mundo está lleno de violencia y robo, y los cristianos han derramado sangre más que cualquier otro pueblo sobre la tierra y abundan en prostitución. ¡Cuán difícil será para ti, mi señor el rey, y para tus jinetes no prepararse más para la guerra!
El profeta además declara que el Mashiaj ha de golpear la tierra con el látigo de su palabra (Cf. Ibíd. 11:4), sobre lo último se ha explicado en el libro de relatos que tiene fray Paul: “le dicen al rey Mashiaj, aquel estado se ha revelado en contra tuya, él dirá que venga la langosta y la destruya; le dirán aquella provincia se ha revelado en contra tuya, entonces él dirá que venga el pulgón y la consuma”, todo lo cual no ocurrió con Yeshu. Ustedes sus siervos prefieren caballería armada y a veces incluso esto no le es suficiente. Puedo todavía traer muchas comprobaciones de las palabras de los profetas.
[50] Entonces gritó aquel hombre: Este es siempre su sistema, alargarse en palabras. Pero yo quiero preguntarle.
[51] El rey me dijo: Cállate, porque es él quien pregunta. Y me quedé callado.
[52] Ciertamente [habló aquel hombre] los sabios judíos han dicho sobre el Mashiaj que es mayor que los ángeles, lo que no puede referirse sino a Yeshu quien es el Mashiaj y dios al mismo tiempo. Entonces él leyó lo que dijeron en los relatos de los sabios (Cf. Yalkut Shimoní, Yeshayahu 476) sobre el versículo (Yeshayahu 52:13): “Elevado, ensalzado y superior…”, cuya explicación es: “elevado” más que Abraham, “ensalzado” más que Moshé y “superior” más que los ángeles.
[53] Le dije: Nuestros sabios dicen ésto en forma constante de todos los justos, son mayores espiritualmente los justos a los ángeles (Cf. Sanhedrín 93a). Así dijo Moshé, nuestro maestro, al ángel que en el lugar donde él se sienta no tienen los ángeles permiso de sentarse (Cf. Sifrí, Nitzabim 308), e incluso sobre todo Israel se ha declarado: “Son queridos Israel más que los ángeles…” (Julín 91b).
No obstante, lo que quiso dedir el redactor de este relato sobre el Mashiaj es lo siguiente: Abraham, nuestro patriarca, educó a los pueblos de su época en la creencia en la unidad de Dios, les enseñaba en público su fe, eso le llevó a discutir con Nimrod aunque no tuvo temor de él. Moshé hizo aún mucho mas que él, pues se levantó contra el Faraón, aquel rey poderoso y malvado, y sin compadecerse de él lo golpeó con grandes plagas hasta sacar a Israel de Egipto. Los ángeles se apresuran mucho en todo lo referente a la Gueulá como se declara: “Mi pueblo no se fortalece en todo ésto [la liberación] como Mijael, el ministro de ellos…” (Cf. Daniel 10:21), y se declara además: “Volveré a luchar contra el ministro de Persia…” (Ibíd.). En cambio el Mashiaj ha de hacer más que todos los anteriores, “levantará su corazón para comportarse según las enseñanzas de HaShem…” (Dibrey HaYamim 13:9), él vendrá y le ordenará al Papa y a todos los reyes de los pueblos en Nombre de HaShem: “Envía a mi pueblo para que me sirva…” (Shemot 8:16); entonces hará entre ellos muchos y grandes milagros y maravillas y no tendrá miedo de ellos en lo absoluto, él se levantará dentro de la ciudad de Roma hasta que la destruya. Si quieres te explicaré todo el tema. Pero él no quiso escuchar.
[54] Además aquel hombre leyó otro relato en el cual el Mashiaj reza por Israel para que Dios les perdone sus pecados, siendo que él está dispuesto a recibir sifrimientos, no obstante él le pide a Dios: estoy dispuesto a recibir sufrimientos con la condición que la resurrección ocurra en mis días; no solamente pido esto para los muertos en mi generación, sino para todos los muertos desde Adam hasta ahora; y no solamente para los muertos, sino para todos aquellos que fueron arrojados al mar y se ahogaron o que fueron devorados por las fieras. Por lo tanto, los sufrimientos que recibió sobre él el Mashiaj se concretaron con la muerte de Yeshu, que éste recibió en forma voluntaria.
[55] Le dije: Pobre de aquel que no sé averguenza. Todo lo que dijiste Yeshu nunco lo hizo. No resucitó muertos desde Adam hasta ahora, nada de lo que dijiste él hizo. Además esta oración revela que es un hombre y no un dios, ya que no tiene el poder de resucitar. Por otro lado, los sufrimientos a los que te referiste (*) no son sino el profundo dolor que siente al demorarse su venida y ver a su pueblo en el destierro, el honor de Dios pisoteado, la idolatría a la que sirven y a los herejes que hacen de otro el Mashiaj y lo honran.
(*) Los sufrimientos del Mashiaj están mencionados en Yalkut Shimoní, Yeshayahu 476. “Rab Huná en nombre de Rabí Aja: los sufrimientos [por nuestros pecados] se dividen en tres partes, una parte recibirán las generaciones futuras y los patriarcas, otra recibirá la generación que abandone la Torá y otra recibirá el Mashiaj.”
[56] Entonces aquel hombre volvió a decir: Daniel declaró: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar con el delito, para acabar con el pecado, para expiar la iniquidad, para traer la justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el lugar más sagrado” (Daniel 9:24) Y setenta semanas, que son de años, llegan a 490 años, la cantidad de tiempo que estubo el segundo Templo más los setenta años del exilio en Babilonia, siendo que el lugar más sagrado representa a Yeshu.
[57] Le dije: ¿Acaso Yeshu no vivió, según nuestros cálculos, más de treinta semanas antes de esta época? Esto es una evidencia sobre la que atestiguan personas que fueron contemporáneas suyos, e incluso según los cálculos de ustedes vivió unas diez semanas antes de esta fecha.
(*) Según lo declarado por los sabios Yeshu vivió unos doscientos años antes de la destrucción del segundo templo, lo que da un poco menos de treinta semanas (28.57). Mientras que según ellos nació setenta y tres años antes de la destrucción, lo que da más de diez semanas (10.42).
[58] Aquel hombre agregó: Así fue. Pero un versículo que declara “has de saber, pues, y entender que desde que se pronunció el decreto para restaurar y edificar Yerushaláyim hasta el Mashiaj, el príncipe…” (Ibíd 9:25), él es el Mashiaj, él es el príncipe, él es Yeshu.
[59] Le dije: También esto es un error común, porque el versículo divide las setenta semanas que mencionó y cuenta hasta el Mashiaj siete semanas, después de él cuenta sesenta y dos semanas para la construcción de la ciudad y del pozo [que la redea] y luego cuenta una semana [la mitad de una semana] para establecer un pacto con muchos pueblos; así se completan las setenta semanas (*). Y Yeshu que tú denominas Mashiaj, el prícipe, no vino al cumplirse las setenta semanas, sino después de más de sesenta semanas según tu cálculo. Si quieres explícame toda el tema según tu opinión y yo te refutaré ya que no podrás explicarla jamás de ninguna manera. Me sorprende que hables de algo que no sabes; por eso yo te informaré que el Mashiaj, el príncipe, del que hablan los versículos es Zerubabel, el cual vino, como consta de la Escritura, a las siete semanas. (**)
(*) Para poder entender las palabras de Rambán debemos analizar los versículos mismos, así:
“9:24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar con el delito, para acabar con el pecado, para expiar la iniquidad, para traer la justicia eterna, para el cumplimiento de la visión y la profecía, y para ungir el lugar más sagrado. 9:25 Has de saber, pues, y entender que desde que se pronunció el decreto para restaurar y edificar Yerushaláyim hasta el Mashiaj, el príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; y volverá a ser edificada la ciudad y el pozo [que la rodea], pero durante una época angustiosa… 9:27 Por una semana él establecerá un pacto con muchos pueblos, y en la mitad de la semana hará cesar los sacrificios y las ofrendas de harina…”.
En el versículo 24 se declara un número general setenta semanas [semana se refiere a un lapso de tiempo de siete años, cf. Ibn Ezrá a Daniel 9:24; Seder Olam. cap. 28; por lo tanto son 490 años, desde la destrucción del primer Templo hasta la destrucción del segundo], después Rambán sostiene que los versículos dividen este número en diferentes periodos:
1) Desde que se destruyó el primer Templo [que desde entonces hubo necesidad de reconstruirlo y como si se pronunció el decreto de reconstrucción] hasta la venida del Mashiaj pasarán siete semanas [vers. 25], es decir 49 años; el Mashiaj en cuestión es Zerubabel, cf, infra.
2) Después de él pasarán sesenta y dos semanas durante los cuales la ciudad y el segundo Templo estarán construidos [vers. 25], es decir 434 años, no obstante sabemos que el segundo Templo se mantuvo por 420 años, Rambán responde en Séfer HaGueulá [pag. 282 edic. Mosad Harab Kuk] que los 434 años se refieren a las calles de la ciudad.
3) Luego hay un lapso de una semana y media en el cual el destructor de Yerushaláyim establecerá un pacto con numerosos pueblos [vers. 27], según Rambán en op. cit. se trata de Tito quien hizo un pacto con Israel siete años antes de la destrucción.
(**) Rambán sostiene aquí y también en Séfer HaGueulá que el Mashiaj anunciado en Daniel es Zerubabel, quien vino 49 años después de la destrucción del primer Templo. Sin embargo, el propio Rambán pregunta que en verdad Zerubabel vino después de 51 años de la destrucción, cuando Kóresh [que según la opinión de Rashí es el Mashiaj anunciado por Daniel, cf. Rashi ad loc.] permitió a algunos desterrados volver a edificar el Templo el año primero de su reinado [cf. Rashí y Ibn Ezrá sobre el comienzo del libro de Ezrá], sobre ésto responde que el mensaje de la profecía fue decirle a Daniel que no pasarán 49 sin liberación, es decir no se llegará a la semana octava sin que haya venido el Mashiaj, el príncipe.
[60] Aquel hombre preguntó: ¿Cómo entonces lo llama la Escritura “Mashiaj”?
[61] Le dije: También Kóresh es denominado “Mashiaj” [Cf. Yeshayahu 45:5]. También sobre Abraham, sobre Yitzjak y sobre Yaakob la Torá declara: “No vayan a tocar a mis ungidos [Mashiaj]…” (Tehilim 105:15). Por este motivo se lo denomina “el prícipe”, ya que no se mantedrá su reinado [de Zerubabel], aunque él es honrado y enaltecido dentro de su pueblo, como se declara: “Los nobles de entre los peublos se reunieron con el Dios de Abraham” (Tehilim 47:10). He aquí, te puedo explicar todo el tema detalladamente si quieres tú y sus colegas estudiarlo, o que tú solo tengas inteligencia para comprenderla. Y yo declaro delante de mi señor el rey y delante de todo el público presente no se encuentra en esta sección, así como en ninguna de las palabras de Daniel, una señal sobre la venida del Mashiaj sino hasta el final del libro. Ya que así se entiende claramente de los versículos que declaran todo lo que se expresa en esta sección [Cf. Daniel 9] y en otras referentes al mismo tema [Cf. Daniel 7:25, 8:13].
Daniel solía rezar constantemente para saber la venida del Mashiaj [Cf. Daniel 8:15], y finalmente le fue revelada la venida del Mashiaj en el versículo que dice: “Desde el momento en que será interrumpido el sacrificio diario hasta la desolación de la abominación pasarán mil docientos noventa días” (Daniel 12:11). Ahora explicaré este versículo delante de todo el público presente aunque resulte difícil para los judíos que están aquí (*). La Escritura dice que desde el momento en que se interrumpa el sacrificio diario hasta que quede desolada la abominación que lo anuló, es decir el pueblo de Roma que destruyó el Templo, pasarán mil doscientos noventa años. Los “días” mencionados aquí se refieren a años, como lo prueban otros versículos, por ejemplo: “Por días [años] estará pendiente su liberación” (VaYikrá 25:29), o “Cada día [año]…” (Shemot 13:10) o “Días [años] o diez años…” (BeReshit 24:55). Después Daniel declara: “Feliz la persona que espera y llega a los días de mil trescientos treinta y cinco” (Daniel 12:12), con esto agregó cuarenta y cinco años. La explicación es que en un primer momento vendrá el Mashiaj y pondrá a la abominación pagana como una desolación, extirpada del mundo; después ha de reunir a los desterrados de Israel al desierto de los pueblos como se declara: “Te conduje al desierto y te hablé al corazón” (Hoshea 2:16), entonces traerá a Israel a su tierra del mismo modo que lo hizo Moshé, nuestro maestro, el primer libertador, será este periodo primero de cuarenta y cinco años. Después dejará a Israel en su tierra y estos se alegrarán con HaShem, su Dios, y con David, su rey. ¡Feliz el que pueda llegar a estos buenos días! Desde la destrucción han transcurrido mil ciento noventa y cinco años; por lo tanto faltan de la cantidad que declaró Daniel noventa y cindo años. Nosotros esperamos que venga el libertador apar aquella fecha, ya que esta explicación es correcta y comprensible, siendo lógico confiar en ella.(**)
(*) El editor de los escritos de Rambán acota a las palabras de nuestro rabino que tal vez sea difícil para los judíos presentes en la disputa, ya que aleja la liberación, la Gueulá en noventa y cinco años más. (Cf. Kitbey HaRambán, Edit. HaRab Kuk, pag 314)
(**) Rambán consciente de la advertencia que fijaron los sabios “¡Que se infle el espíritu de los que calculan la vendida del Mashiaj! (Sanhedrín 97b), escribe en Séfer HaGueulá [Kitbey HaRán, pag. 270] “Lo que hemos de decir sobre la vendida del Mashiaj, son conceptos probables, nada de lo que declaremos es propio de decretarse como necesariamente verdadero y decir sobre ello que es una afriamción absoluta. Nosotros no somos profetas para decir algo así sobre los secretos de Dios, no obstante esperamos el momento en que venga, y creemos en este principio. De la forma que lo hemos expresado y de las fechas que hemos explicado, podemos decir tal vez es como lo declaramos, ¡Bendito el que sabe la verdad!”
[62] Respondió fray Paul: Dijeron los sabios en sus relatos [Hagadá], “Estos cuarenta y cinco días agregados son los cuarenta y cinco días en que se revelará el libertador y se ocultará de ellos” (Yalkut Shimoní, Hoshea 518) (*). Así como el primer libertador, Moshé, se reveló y se ocultó de ellos también el último libertador se revelará y se ocultará, por cuanto que mecnionaron el término “día”, obviamente se refiere a días y no a años.
(*) El Midrash declara que la liberación futura será como la primera liberación, así como Moshé se reveló y se ocultó, así también el Mashiaj se revelará y se ocultará; el lapso de tiempo que estará oculto será de cuarenta y cinco años. Esta cantidad se calcula del siguiente modo: en un versículo dice (Daniel 12:11) “Desde el momento en que será interrumpido el sacrificio diario hasta la desolación de la abominación pasarán mil docientos noventa días [años]”, mientros que en otro leemos: “Feliz la persona que espera y llega a los días [años] de mil trescientos treinta y cinco” (Daniel 12:12). [1335-1290: 45]
[63] Le dije: el Midrash ocupó el mismo lenguaje que utilizan los versículos y declaró “cuarenta y cinco días” que son años, como suelen decir los sabios “utilizó el lenguaje del versículo” (Cf. Babá Metziá 2a)
[64] Dijo fray Paul que no existe judío en el mundo que no reconozca que el significado de “día” es “día” realmente, pero éste está cambiando los significados según su voluntad.
[65] Entonces le al gritó el rey y trajeron un judío, el primero que encontraron y le preguntó qué significa “yom” en hebreo y él dijo “día”.
[66] Le dije: Mi señor el rey, este judío haría bien siendo juez de fray Paul pero no de mi, porque “día” se dice en el lenguaje de los versículos sobre un “lapso de tiempo”, por ejemplo “en el día que maté a todos los primogénitos…” (*). Y en un conjunto de días se dice sobre “años”. Aquí en esta sección [Daniel] se refiere a años, lo que era necesario declarar para finalizar el tema como ya le había dicho el ángel dos veces, “Finaliza estas palabras y sella el libro hasta el momento del fin, entonces muchos correrán y el entendimiento se incrementará” (Daniel 12:4). Pero aquí yo hablo sobre conceptos de sabiduría con alguien que no sabe ni entiende, por ende está bien que lo juzguen los ignorantes.
(*) Cf. BeMidbar 3:13. Los primogénitos fueron muertos de noche, por lo tanto la palabra “día” indica un periodo de tiempo.
(**) Cf. Shoftim 17:10 “Le dijo Mijá: quédate conmigo y yo será para ti un padre y un Kohén además yo te daré diez monedas de plata por día (año)…”. Rashí explica ad loc. que se refiere al final de cada año, asi mismo explican Radak y R. Yosef Kara.
[67] Entonces intervino fray Arnal de Segura: Vean que Jerónimo (*) traduce aquí el término “días” como “los días del pueblo” (**).
(*) Jeónimo [340?-420] Erudito y traductor, nació en Estridón, en los límites de Dalmacia y Panomia, falleció en Beit Léjem. En esta última ciudad se dedicó a la traducción de la Biblia desde su original hebreo al latín; esta versión se conoce como la “Vulgata”, siendo la versión oficial de la Iglesia Romana.
(**) No logré entender a qué se refiere fray Arnal de Segura, pues en el versículo de BeMidbar 3:13 que habla de la muerte de los primogéntios, Jerónimo no traduce la palabra “BeYom” (en el día): “meum est enim omne primogenitum ex quo percussi primogenitos in terra Aegypti…” [trad. lit. “Mio es pues todo primogénito ya que fueron muertos los primogénitos en la tierra de Egipto”. Si la intención del fraile era presentar los versículos de Daniel, en ambos traduce directamente sin agregados algunos, así en Daniel 12:11 “… et posita fuerit abominatio in desolatione dies mille ducenti nonaginta“ [trad. “y será puesta la aboninación en desolación por días mil docientos noventa”] y en el versículo siguiente: “beatus qui expectat et pervenit ad dies mille trecentos triginta quinque“ [trad. “Feliz quien espera y llega a los días mil trescientos treinta y cinco”] Puede ser que la versión de la Vulgata que llegó a nuestras manos era diferente en algunos pasajes a la que ellos poseían en aquel tiempo (¿?) o que el fraile se equivocó e hizo equivocar a nuestro sabio.
[68] Me alegré con lo que él dijo y le repliqué: Pueden ver ustedes de sus palabras que el término “días” no tiene la misma explicación que en el resto de los pasajes, y por lo tanto necesitó interpretarlo. Yo estoy seguro que “los días del pueblo” que mencionó [Jerónimo] son “años”, así como el pueblo suele decir “muchos días hay desde tal hecho” y se refieren a “años”.
[69] Otra vez aquel hombre dijo: He aquí, los sabios de ustedes han dicho que el Mashiaj entró en el jardín de Edén y así se declara en los relatos [Hagadá]: El Mashiaj por qué [ingresó al jardín de Edén], porque contempló a sus antepasados que practicaban idolatría, se alejó de sus conductas y sirvió a Dios, entonces lo puso en el jardín de Edén. (*)
(*) Cf. Dérej Eretz Zutá ad fin. cap. I. “Nueve entraron vivos al jardín del Edén y estos son, Janoj Ben Yéred, Eliyahu, el Mashiaj, Eliézer el siervo de Abraham, Jiram el rey de Tiro, Obed el rey de los etíopes, Yaabetz el hijo de Rabí Yehudá HaNasí, Batyah la hija del Faraón y Séraj Bat Asher y hay quien dice Rabí Yehoshua Ben Leví”.
[70] Entonces como riendome de él dije: Esto es una prueba que el era hijo de idólatras, un hombre total. Dios le recompensó cuando se alejó del comportamiento de sus antepasados y no practicó la idolatría como ellos. ¿Acaso esto se puede decir sobre Dios mismo? Entonces tomé su libro y lei delante de ellos este relato desde el principio, allí se declara que catorce (*) son los que ingresaron al jardín de Edén estando vivos, y cuenta entre ellos a Séraj Bat Asher y a Batyah, la hija del Faraón. Por lo tanto, si hubiera sido Yeshu dios como ustedes piensan, no hubiera estado con mujeres en el jardín de Edén, sino su trono sería el cielo y la tierra el asiento de sus pies [?????]; pero es como ya he dicho, que él [el Mashiaj] está en el jardín de Edén [en Eretz Israel], en la morada que era de Adam, el primer hombre, antes de haber pecado, esta es la opinión de los sabios según este relato, lo que es claro.
(*) Fuera de la fuente en Dérej Eretz Zutá, se conoce hoy otro documento que menciona a los que entraron al jardín de Edén, entre los libros no canónicos el Alef-Bet de Ben Sirá relata que once entraron al jardín de Edén, aunque en la lista no está presente el Mashiaj.
[71] Entonces se levantó en rey y se retiraron todos.
Tercer día: martes 30 de julio – 14 de Av [en el palacio]
[72] El día jueves [martes] siguiente preparó el rey un lugar apar la disputa en su palacio, diciendo que quería que se realizara privadamente. Por eso nos ubicamos en la entrada del palacio. Comenzó fray Paul a proferir banalidades que no tenían ningún sentido y después dijo: Yo traeré un comprobación de un gran sabio de ustedes que como él no han tenido hoy hace cuatrocientos años. Me refiero a maestro Moshé de Egipto y él dijo que el Mesías ha de morir y reinará su hijo después de él, por lo tanto esta opinión contradice lo que dijiste que no morirá como todos los humanos. Y pidió que le traigan el libro Shoftim.(*)
(*) El apóstata de seguro que había escuchado una idea semejante, pero no supo lo que había escuchado, ya que tal aseveración de Rambam no se encuentra en el libro Shoftim del Mishné Torá, sino en el Tratado sobre la resurección de los muertos, cap. 6. Allí Rambam declara: “Ya sea en la época del Mashiaj o antes de él o después de su muerte…”. Vemos pues que el Mashiaj ha de morir como el resto de los seres humanos.
[73] Les dije: En este libro no hay algo así. No obstante, yo reconozco que hay algunos de nuestros sabios que opinan así, como ya expliqué en un principio [Cf. 39]. La opinión de los relatos conocidos como Hagadá es que él nació el día que fue destruido el Templo y que vivirá para siempre; en cambio la opinión de los sabios que estudian literalmente es que nacerá cerca de la época de la liberación, y que vivirá muchos años y que finalmente morirá rodeado de una gran honra heredando su corona a su hijo. Además yo ya afirmé que en esto creo, ya que no hay diferencia entre este mundo y la época mesiánica, en lo referente a este asunto, sino la anulación del yugo de las naciones sobre Israel. (*)
(*) Cf. Sanhedrín 91:2 y Rambam que declara en el libro Shoftim, Hiljot Melajim, cap. 12, halajá 2: “Los sabios han dicho: no hay entre este mundo y la época mesiánica sino la anulación del yugo de las naciones sobre Israel…”
[74] Entonces trajeron el libro que había pedido y comenzó a buscar en él y no encontró. Entonces yo tomé el libro de sus manos y declaré: escuchen lo que está escrito en este libro que él trajo; comencé a leer desde el comienzo del capítulo [Hiljot Melajim 18]: “El rey Mashiaj en el futuro se levantará para Israel, construirá el Templo y reunirá a los desterrados de Israel”.
[75] Entonces prorumpió fray Arnal de Segura: ¡Él [Rambam] miente!
[76] Le dije: ¡Hasta ahora era un sabio que como él no hubo y ahora es un mentiroso!.
[77] El rey lo reprendió y le dijo: No es digno despreciar a los sabios.
[78] Le dije al rey: El no miente, y yo te probaré del Pentateuco y de los Profetas que todo lo que dijo es verdad. El Mashiaj debe reunir a los desterrados de Israel y a los diseminados de Yehudá, doce tribus. En cambio el mesías de ustedes no reunió a nadie, además que no se presentó en época de destierro. El Mashiaj debe construir el Templo en Yerushalayim, en cambio Yeshu no hizo en él ni construcción ni destrucción. El Mashiaj ha de gobernar sobre todos los pueblo, en cambio éste no gobernó ni siquiera sobre el suyo propio.
Les leí la sección “Ocurrirá cuando vengan sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición (*) que he puesto delante de ti” (Debarim 30:1) y el fin de la sección “Pondrá HaShem, tu Dios, todas estas maldiciones sobre tus enemigos y sobre los que te odian, sobre aquellos que te persiguen” (Ibíd. 30:7). Les expliqué además que “tus enemigos” son los cristianos, “los que te odian” son los musulmanes, los dos pueblos que nos persiguen. El no respondió nada y todos se retiraron.
(*) Toda esta sección de la Torá se refiere a la liberación futura, e incluso aquel que se obstine y no quiera aceptar que habla del futuro sino de una de las condiciones de la Torá; de todas formas nuestra liberación está en nuestras manos si nos arrepentimos y volvemos Dios. No la hemos perdido a pesar de nuestros muchos pecados. (Séfer HaGueulá I).
Cuarto día: miércoles 31 de julio – 15 de Av [en el palacio]
[79] Al otro día, el viernes [miércoles] prepararon una ceremonia en el palacio, el rey estaba sentado en su trono como siempre, su trono estaba frente a la pared. Allí estaban el cardenal y muchos ministros, Giles de Saragón y Pere Verga, además de muchos jinetes y público.
[80] Le dije al rey: Ya no deseo discutir más.
[81] Preguntó el rey: ¿Por qué?
[82] Le dije: El público presente es mucho, todos me han pedido y solicitado que ya no siga la disputa, porque tienen temor de estas personas, los predicadores, que infunden miedo sobre todos nosotros. Además, también los sacerdotes más importantes y los honorables me pedieron que ya no continúe; también algunos de los jinetes de tu palacio, mi señor el rey, me dijeron que yo puedo causar alguna desgracia cuando hablo delante de ellos contra su fe. Fray Paul de Génova, uno de los doctores de las órdenes menores me aconsejó que esto no es conveniente. También muchas personas de las plazas de la ciudad le dijeron a algunos judíos que no continuara. Pero a pesar que así fue [que los sacerdotes querían que interrumpiera], cuando vieron que el rey se empesinaba en continuar no supieron que decir y estuvieron de acuerdo en seguir. Sobre este punto hablamos mucho hasta que el al final declaré que seguiré en la disputa, pero que era justicia que sea yo el que pregunte un día y que sea fray Paul el que me responda, ya que él me había preguntado por tres días.
[83] Dijo el rey: De todos modos, responde tú, y estuve de acuerdo.
[84] Se levantó aquel hombre y dijo: El Mashíaj sobre el cual hablaron los profetas, ¿Tú crees que es un hombre real y [o] un dios verdadero?
[85] Le dije: En un comienzo hicimos una condición, de referirnos primero al Meshíaj si es que vino como ustedes dicen, y después discutir si es dios verdadero. Debido a que tú no probaste que ya ha venido, pues te refuté todas las comprobaciones vanas que trajiste. Por lo tanto, tengo razón en mi postura y tú debes traer pruebas, así como ustedes aceptaron; y si no reconocen que tengo razón en mi postura, yo me comprometo a probarla completamente, si es que así lo desean. Después que aclaré que Yeshu no es el Meshiaj, no tienen derechoa pedir que se discuta si el Meshiaj que en el futuro ha de liberar a Israel es un hombre real u otra cosa.
[86] Dijeron entonces los sabios juristas que estaban allí que tengo razón en lo que digo.
[87] Me dijo el rey: ¡Responde de todas formas!
[88] Le dije: En verdad el Meshiaj ha de venir y será una hombre real, hijo de un hombre y de una mujer de la unión de ambos como yo. Su ascendencia estará relacionada con el rey David (*), como se declara: “Una rama brotará del tronco de Ishai, y un vástago de sus raíces dará frutos” (Yeshayahu 11:1). Además está escrito: “Hasta que venga Shiló” (BeReshit 49:10), se refiere a su hijo, ya que “Shiló” proviene de “Shiliá” [hebr. Placenta], indicando que nacerá como el resto de los seres humanos dentro de una placenta. Y si hubiese sido engendrado por un espíritu divino no hubiera sido descendiente de Ishai, incluso que hubiera permanecido en el vientre de una mujer de su familia (**), tampoco hubiera heredado ningún reinado, ya que las mujeres no heredan, según la Torá, cuando hay un varón [Cf. Babá Batrá 115b], además David sólo tuvo hijos varones.
(*) Sobre la ascendencia del Mashiaj dice Rambam (Introd. al Cap. Jélek, Sanhedrín) en el artículo trece de sus principios: “No ha de haber un rey para Israel sino de la familia de David, descendiente de Shlomó únicamente y todo el que discute contra esta familia, reniega de la fe en Dios”. R. Yehudá Aryeh de Modena (Maguén VaJéreb, edit. Mekizey Nirdamim pag. 53) agrega que no existe duda que el Mashíaj ha de proceder de un descendiente del rey Shelomó; así a David le fue comunicado que el pacto divino ha de continuar en su descendencia (Cf. Shemuel B 7:12); siendo que recaerá sobre aquel que construya el Templo (Cf. Ibíd. 7:13), lo cual realizó Shelomó; de tal modo el profeta declara sobre éste último: “Será fiel tu casa y tu reinado para siempre…” (Ibíd. 7:15-16). Sin embargo, una de las genealogías de Yeshu traidas en los escritos cristianos (Cf. Lucas 3:23-38) lo hace descendiente de David por medio de su hijo Nathán, lo cual junto a otras contradicciones hacen muy dudosa la veracidad de tales escritos. Los teólogos cristianos trataron de responder esta interrogante, más aun que en la genealogía traida por Mateo 1:2 se lo hace descender de David por medio de su hijo Shelomó, vid. Tomás de Aquino (Summa III, q. 31, art. 3) quien guarda silencio sobre este problema.
(**) Según la opinión de los cristianos, Yeshu no nació de una relación natural sino de un efecto que realizó un espíritu sobre su madre Miriam (Cf. Tomás de Aquino, Summa III, q. 31. art. 1), según ellos habría tomado su carne de la simiente de David, es decir Miriam. No obstante, como ellos mismos opinan, Miriam no habría participado en la gestación pues no tenía, según sus sabios, menstruación – fenómeno que ocurre como castigo al pecado de Javá, del cual supestamente ella estaba libre – por ende, Yeshu no sería descendiente de David, no por parte de padre (a pesar que las genealogías mencionan al marido de Miriam como descendiente de David) y no por parte de madre [mayor información sobre el tema vid. Maguén VeJéreb de R. Yehudá Aryeh de Módena]
[89] Entonces él dijo: Hay un salmo que dice: “Canto de David. Declaró HaShem a mi señor: sientate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos como descanso para tus pies” (Tehilim110:1) ¿A quién podría denominar el rey David “mi señor” sino a Dios, y cómo se sienta este “señor” a la derecha de Dios?
[90] Dijo el rey: Muy bien ha preguntado, pues si hubiera sido el Meshiaj un hombre real, descendiente del rey David, él no lo hubiera denominado “mi señor”. Si yo tubiera un hijo o un nieto de mi familia, incluso que gobierne sobre todo el mundo, nunca lo hubiera denominado “mi señor”; por el contrario hubiese querido que él me llame “mi señor” y que también bese mi mano.
[91] Me di vuelta hacia fray Paul y le dije: ¿Acaso tú, judío, eres el sabio que encontró esta novedad y renegaste a causa de ella? ¿Acaso tú eres el que le dijo al rey que reuniera sabios judíos para discutir con ellos sobre las novedades que encontraste? ¿Acaso no escucharon esto hasta ahora? ¿Acaso no hay sacerdote y mozalvete que haga a los judíos esta pregunta? Esta pregunta ya es muy anticuada.
[92] El rey me dijo: ¡¡Respóndela!
[93] Le dije: Ahora, escuchen. David, el rey, fue un poeta que compuso los salmos por inspiración divina, y los compuso para que los recitasen delante del altar de HaShem. El mismo no los cantaba, además no le estaba permitido cantarlos ya que es una prohibición para él (*), sin embargo entregó los salmos a los levitas para que los reciten. Como era así, compuso los salmos de manera que sea apropiado que el levita los dijese; por lo tanto, si hubiera dicho: “declaró HaShem a mí…”, el levita estaría diciendo una mentira, por ende era apropiado que el levita dijese en el Templo: “declaró HaShem a mi señor, es decir a David, siéntate a mi diestra…”. Y la razón que le pide sentarse significa que Dios lo ha de proteger y lo ha de salvar, haciéndolo sobreponerse sobre sus enemigos. Y así fue, pues en cierta ocasión blandió su lanza contra ochocientos y los mató de una sola vez (**). ¿Acaso hay entre los jinetes aquí presentes alguien que pueda realizar tal proeza? Esto es lo que se declara “la diestra de HaShem”. Del mismo modo se dice de David, “Tu diestra me apoyará…” (Tehilim 18:36); así también: “La diestra de HaShem hace proezas, la diestra de HaShem se eleva…” (Ibíd. 118:15-16).
Sobre Moshé se ha declarado: “el que envió su glorioso brazo para estar a la derecha de Moshé…” (Yeshayahu 63:12); así él mismo dijo cuando fue eliminado el Faraón: “Tu diestra, HaShem, destruyó al enemigo” (Shemot 15:6). Además que es parte del estilo de los versículos mencionar nombres en lugar de pronombres (*). Por ejemplo: “Envió HaShem a Yerubaal, a Bedán, a Yiftaj y a Shemuel [en vez de a mí]…” (Shemuel A 12:11), “mujeres de Lémej [en vez de mías], presten atención a mi declaración” (BeReshit 4:38). Y así son también todas las palabras de Moshé, nuestro maestro, en la Torá (**).
(*) Según la opinión de Rambán, las Escrituras suelen utilizar un estilo tal que mencionan nombres personales en lugar de pronombres personales, como ejemplifica más adelante. Del mismo modo explica en su comentario a Shemot 24:1, allí la Torá declara “A Moshé dijo: ¡Sube hacia HaShem…!”, simplemente HaShem está hablando con Moshé y por ende habría sido lógico decir “Sube hacia a Mi”, por eso Rambán declara ad loc. “Según la explicación simple del versículo a veces se menciona el nombre en lugar del pronombre”.
(**) Es decir que escribió la Torá en un estilo impersonal, así declara Rambán en la introducción a su comentario de la Torá: “El motivo de haber sido escrita la Toráde este modo, es decir en tercerapersona, de debe a que la realidad de la Toráantecedióa la creación delmundo. Asítambién antecedióal nacimiento de nuestro maestro Moshé,comohemos recibido por tradición, la Toráestaba escrita con fuego negro sobrefuego blanco. Por lo tanto, Moshées como un escriba que copia hechos anterioresy por eso escribióen tercera persona, en estilo impersonal. Pero es verídicoy claro que toda la Torádesde“En un comienzo…” hasta “delantede todo Israel“fue transmitida por Dios a Moshé…”
No obstante, aquí es obligatorio opinar como tú mismo dijiste (var. lec. como ya dije) que los salmos fueron compuestos por medio de inspiración divina, y éstos se refieren a David o a su hijo que está sentado sobre su trono: éste es el Mashíaj. Así como todo lo referente al período mesiánico se concretó en David, en cierto aspecto, del mismo modo ocurrirá con el Mashíaj de manera completa. Así la diestra de HaShem sostuvo a David hasta que triunfó sobre los enemigos que tuvo a su alrededor, del mismo modo sostendrá al Mashíaj hasta que haga de las naciones un banquito para sus pies (Cf. Tehilim 101:1), pues todas las naciones son sus enemigos, ya que esclavizaron a su pueblo, renegaron de su venida y de su reinado, algunas hicieron otro Mashíaj. Por lo tanto, lo dicho es apropiado para aquel que recitará el salmo en el Templo, ya sea en días de David o en días del Mashíaj su hijo, ya que tal salmo se refiere al trono de David y a su reinado.
[94] Respondió fray Paul: ¿Cómo él puede decir algo así? Sus propios sabios declaran que el salmo se refiere al Mashíaj, siendo la explicación simple del versículo que él está sentado a la diestra de Dios. Entonces trajo un relato de los sabios que dice que en el futuro por venir HaShem ha de sentar al Mashíaj a su diestra y a Abraham a su izquierda. (*)
(*) Cf. Yalkut Shimoní, Tehilim 869. “Canto de David. Declaró HaShem a mi señor: sientate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos como descanso para tus pies” (Tehilim110:1) … Dijo Rabí Yudán en nombre de Rabí Ajá Bar Janiná [la explicación del versículo es la siguiente]: en el futuro por venir Dios sentará al rey Mashíaj a su diestra y a su izquierda sentará a Abraham. Entonces el rostro de Abraham palidecerá y dirá: ¡el hijo de mi hijo se sienta a la diestra y yo a la izquierda! HaShem lo tranquilizará diciendo: el hijo de tu hijo se sentará a la diestra tuya y también Yo me ubicaré a tu diestra”.
[95] Le respondí: También esto coincide con mi opinión, ya dije que estos relatos se refieren en parte a David y de modo fundamental al Mashíaj. Pedí un libro y me lo dieron.
[96] Le respondí: ¡Vean a éste que es un ladrón de ideas! Ya que el relato declara: “en el futuro por venir Dios sentará al rey Mashíaj a su diestra y a su izquierda sentará a Abraham. Entonces el rostro de Abraham palidecerá y dirá: ¡el hijo de mi hijo se sienta a la diestra y yo a la izquierda! HaShem lo tranquilizará diciendo…” De lo anterior se desprende que el Mashíaj no es Dios y que Yeshu no es el Mashíaj, pues si hubiese sido Dios Abraham no se hubiera avergonzado de su nieto ni su rostro hubiera palidecido. Del mismo modo, el relato dice “hijo de mi hijo” y no “hijo de mi hija”, y Yeshu, según como ustedes sostienen, no era descendiente de Abraham en lo absoluto. El hecho de sentarse a la diestra en lo referente al Mashíaj es como el hecho de sentarse a la izquierda en lo referente a Abraham, ambos son humanos. Por lo tanto, es claro que Yeshu no es el Mashíaj, por cuanto que tal relato declara que “en el mundo por venir”, y los sabios que así lo dicen vivieron después de él casi quinientos años. No obstante, fray Paul “come la cabeza y la cola y no se averguenza”.
[97] Entonces volvió y trajo un Midrash que declara: “Existe un versículo que dice: “Anduve entre ellos…” (VaYikrá 26:12), los sabios lo ejemplificaron del siguiente modo: un rey salió cierta vez a pasear por sus jardines con uno de sus súbditos, éste estaba temeroso de la presencia del rey; entonces el rey le dijo: ¿por qué te atemorizas?, yo soy como tú. Así HaShem en el futuro por venir ha de pasear con lo justos en el jardín de Edén, los justos lo verán y se impresionarán de él; entonces HaShem les dirá: ¿por qué se impresionan de mí?, Yo soy como ustedes. Puede ser que esto cause que no te tengan temor, por eso el versículo termina diciendo: “Yo seré para ustedes Dios y ustedes serán para mi un pueblo” (Ibíd.)” (Cf. Yalkut Shimoní, BeJukotay 672, con variaciones). Por cuanto que declaró [HaShem] que es como ellos, entonces es posible entender que se refiere a un hombre.
[98] Le respondí: Todo lo que ha declarado, lo ha declarado en contra de su propia opinión, si es que hubiera entendido algo. Este hecho ha de ocurrir en el futuro y ocurrirá en el jardín de Edén. Yeshu, no obstante, no caminó con los justos en el jardín de Edén cuando era hombre, sino que huyó casi toda su vida de sus enemigos y de los que lo persiguieron.
Este Midrash es una alegoría, como lo atestigua su encabezado: “los sabios lo ejemplificaron” [lo explicaron alegóricamente], siendo su interpretación que los justos en este mundo no alcanzan a comprender la esencia de la profecía, y no pueden contemplar el brillo de la precencia divina que se denomina “gloria” [en catalán en el original hebreo], como se declara: “En una visión me daré a conocer a él…” (BeMidbar 12:6), e incluso Moshé, nuestro maestro, en el comienzo de su profecía se impresionó, como se declara: “Y ocultó Moshé su rostro porque tuvo miedo…” (Shemot 3:6). No obstante, en el futuro el alma de los justos estará limpia de todo pecado y de todo defecto y tendrán permiso para contemplar en la “Aspaklaria Meirá” (*) como finalmente lo hizo Moshé, nuestro maestro: “Habló HaShem con Moshé cara a cara como habla un hombre con su prójimo” (Ibí. 33:11)
(*) Aspaklaria Meirá, lit. un espejo luminoso. Cf. Rashí a Sanhedrín 97b “magnitud de la luz de HaShem”.
Cf. Rambam, Shemoná Perakim, cap. Séptimo, explica el tema de la Aspaklaria de manera semejante a lo que Rambán quiere expresar aquí:
“Esta Aspaklaria es el nombre de un espejo hecho de un material transparente, como el cristal y el vidrio, como ya explicaremos en el comentario al tratado KELIM ???? “Utensilios” (30:2). La explicación de este tema es la siguiente: se refiere a lo que ya aclaramos en el capítulo segundo, o sea que las virtudes tanto racionales como éticas, y los vicios tanto los vicios de la razón, por ejemplo la necedad, la estupidez, la lerdez; como los (vicios) éticos, por ejemplo: la voluptuosidad, el orgullo, la irascibilidad, el enojo, la petulancia, la codicia y lo parecido a esto, son muchísimos… Estos vicios son las separaciones que interrumpen entre el ser humano y HaShem” Estas separaciones se encuentran en casi todos los profetas, en los cuales alguna conducta hizo que su visión profética no fuera luminosa, salvo en Moshé quien pudo llegar a la Aspaklaria luminoso, siendo que sólo una barrera lo separó de la comprensión de HaShem, su humanidad.
Lo que expresa el Midrash: “Yo soy como ustedes”, es una metáfora, quiso tranquilizarlos para quie no tengan miedo, así como no se tienen miedo entre los hombres, siguiendo la expresión del versículo “como habla un hombre con su prójimo”. HaShem no se transformó en hombre cuando habló con Moshé, sino que es un lenguaje común entre los sabios, como ellos declaran: si cumples mis preceptos, tú eres como yo. Así también es la expresión del versículo: “Y serán como Dios que conoce…” (BeReshit 3:5), y del versículo: “He aquí el hombre ha sido como uno de nosotros…” (Ibíd. 3:22), y del versículo: “En aquel día será el débil [fuerte] como David y la casa de David como Dios” (Zejariá 12:8)
[99] Nuevamente aquel hombre declaró que en BeReshit Rabá (2:4) se ha dicho [sobre el versículo]: “Un viento de Dios (*) soplaba sobre la superficie de las aguas” (BeReshit 1:2) se refiere al espítu del Mashíaj. Por ende se desprende que él no es un hombre sino el espíritu de Dios.
(*) “Un viento de Dios”, en el original hebreo “??? ?????” RUJA ELOHIM, la palabra “ruaj” significa tanto “viento” como “álito o espíritu”, siendo además una de las partes del alma. Cf. Dérej HaShem, III. Nefesh HaJayim 1:15. Rambán, a BeReshit 1:7.
[100] Le respondí: ¡Pobre de aquel que no sabe nada y piensa que es un sabio experto! Allí en el Midrash los sabios agregaron además: “Un viento de Dios soplaba… se refiere al espíritu de Adam, el primer hombre” ¿Acaso por eso han de decir que es dios? Pero éste que no sabe lo que está escrito arriba o abajo en los libros lo único que hace e tergiversar las palabras de HaShem.
No obstante, los sabios que declararon que “se refiere al espíritu del Mashíaj”, explicaron el versículo de manera tal que se conecta con los diferentes reinados [que esclavizarán a Israel (*)], y expresaron que el versículo alude a lo que ocurrirá en el futuro. Así se explica: “la tierra era vacío…” (BeReshit 1:2) – esto es Babilonia, como se declara: “Ví la tierra y estaba completamente vacía…(**) ” (Yirmeyahu 4:23). “Y desolación…” – esto es Meda, como se declara: “Y se asustaron al traer a Hamán…(***)” (Ester 6:14). “Y obscuridad…” – esto es Grecia que obcurecieron [entristecieron] los ojos de Israel con sus malos decretos (****). “Sobre la superficie del abismo…” – esto es el perverso reinado. “Y un viento de Dios…” – esto es el espíritu del Mashíaj. ¿Con qué mérito “soplaba sobre la superficie de las aguas…”? Por el mérito del arrepentimiento que se compara al agua (*****).
(*) Meharzo a BeReshit Rabá loc. cit. explica que los sabios interpretaron así el versículo debido a que no se menciona en el relato la creación de estas realidades, por lo tanto lo relacionan con la “conducta de la tierra”.
(**) Yirmeyahu profetizó sobre Babilonia que han de transformar la tierra en vacía, falta de habitantes.
(***) Según Matanot Kehuná, comentarista al Midrash, el término desolación [hebr. Bohu] y el término asustarse [hebr. Bahalá] tienen un mismo significado. La comparación es tomada el libro de Ester donde Ajashverosh, rey de Meda, manda a traer a Hamán a su presencia.
(****) El Midrash comenta que la ideología de la invasión helénica fue alejar al pueblo de la Torá, tratar de acercarlos a su cultura y de tal modo hacerlos abandonar la cultura de Israel. Cf. B. R. 16:4.
(*****) Cf. Eijá 2:19, donde se declara: “Derrama como agua tu corazón”, es decir que el sentimiento de arrepentimiento es descrito como agua que se derrama del corazón.
El Midrash expresa que han de haber cuatro reinados, el cuarto el dominio de Roma, después del cual vendrá [soplará] el espíritu de Dios, es decir el Mashíaj, un hombre lleno de sabiduría y lleno del espíritu de Dios, como el caso de Betzalel sobre el cual se declara: “Lo he de llenar de espíritu divino” (Shemot 31:50). Así también se declara sobre Yehoshua: “Yehoshua Bin Nun, lleno de espíritu de sabiduría” (Debarim 34:9). Es claro pues que el versículo se refiere al Mashíaj que ha de venir después del cuarto reinado.
No pude decirle el tema principal del cual habla el Midrash, ya que fue expresado con alusiones y es necesario explicar cada una de las expresiones. Sin embargo, la explicación simple del versículo no se refiere necesariamente a esto aquí o en otros lugares del Midrash BeReshit Rabá, como por ejemplo “Y salió Yaakob” (BeReshit 28:10). Sólo yo les expliqué lo anterior para demostrarles que él [fray Paul] no sabe leer en los libros que trae, ya que se equivocó en la lectura de este Midrash.
[101] Se levantó el rey y junto con él todos se pusieron de pie.
Epílogo: Los sermones en el Bet HaKnéset. (Shabat)
[102] Esto es una reseña de toda la disputa. No he alterado nada en favor de mi opinión. Despúes de esto me presenté delante del rey y él dijo que se quede la disputa tal como ya está, pues no vió a ninguno de sus magistrados que haya alegado de manera tan apropiada como yo he hecho. Luego escuché que el rey y los frailes predicadores tenían la intención de presentarse en el Beit HaKnéset durante Shabat, por lo tanto me quedé en la ciudad otros ocho días. Cuando vinieron allí para Shabat le respondí al rey de manera apropiada y correcta, ya que él mismo predicó que Yeshu era el Mashíaj.
[103] Entonces me puse de pie y dije: Las palabras de mi señor el rey a mis ojos son nobles y honorables, ya que fueron pronunciadas por un gobernante noble y honorable sin igual en todo el mundo; no obstante, no las alabaré diciendo que son correctas. Yo tengo pruebas claras y argumentos diáfanos como la luz del sol para declarar que la verdad no concuerda con sus palabras. Mas yo no creo prudente discutir con mi señor.
Sin embargo, hay algo que me asombra mucho, lo que nos has hecho escuchar, tratando que creamos que Yeshu es el Mashíaj, el propio Yeshu lo declaró delante de nuestros padres y trató de convencerlos de ésto y delante de él refutaron su proposición con argumentos suficientes y necesarios. El, según la opinión de ustedes que es dios, era el más apto para defender sus palabras, más apto que mi señor el rey. Y si a él no escucharon nuestros padres que lo vieron y lo conocieron, ¿Cómo pretende el rey que escuchemos nosotros su voz, si mi señor no tiene conocimiento de ésto sino por leyendas distantes que escuchó de personas que no lo conocieron [a Yeshu] y no eran de su propia tierra, a diferencia de nuestros padres que sí lo conocieron?
[104] Después se levantó fray Ramón de Peñaforte y predicó sobre el tema de la trinidad (*) y declaró que la divinidad es la sabiduría, el deseo y el poder (**). Agregó además, dentro del Bet HaKnéset, que el maestre [Rambán] había estado de acuerdo en esta definición cuando discutió con fray Paul en Gerona.
(*) Trinidad, base de la religión cristiana, según su opinión la divinidad siendo una misma esencia tiene en si tres personas diferentes. Este principio extraño a los primeros años del cristianismo fue introducido dentro de su religión por el concilio de Nicea. El sustento racional de tal principio fue un problema filosófico dentro de los pensadores cristianos, quienes finalmente llegaron a la conclusión que el entendimiento de tal principio sólo es posible por medio de la fe. R. Yehudá Aryeh de Módena (Maguén Ve-Jéreb, p. 22) al criticar en profundidad la doctrina de la trinidad cita un fundamento clave dentro del pensamiento judío, punto de reflexión donde se apoya mucho del entendimiento de la realidad: “Nuestros grandes sabios (Cf. Moré Nebujim I, 50. Séfer HaIkarim III, 25) dijeron que la fe no es una declaración que se hace con la boca, sino un concepto que se dibuja en el alma y que se cree que es fuera del alma así como se dibuja en el alma, por ende no recae [el término fe] sobre algo absurdo a nivel intelectual, aunque recaiga sobre algo absurdo a nivel natural. Así es posible decir y creer que un bastón se convierta en serpiente [absurdo a nivel natural], ya que nuestro intelecto es capaz de dibujarlo; no obstante es imposible creer que un número impar sea par al mismo tiempo ni que la diagonal del cuadrado sea igual a uno de los lados del mismo”.
(**) Muchos investigadores, tanto judíos como no judíos, coinciden en que la explicación de la trinidad en los términos que son expresados aquí por no es común encontrarla en los textos teológicos regulares, sino que más bien fue utilizada en los libros misioneros anti-judíos. Cf. Séfer HaBitul, p. 48, notas. Según esta opinión, la persona denominada padre sería el poder, la denominada hijo la sabiduría y la denominada espíritu el deseo o voluntad.
[105] Me puse de pie y dije: ¡Escúchenme y presten atención a mi voz; tanto judíos como gentiles! Me preguntó fray Paul en Gerona si yo creía en la trinidad. Le pregunté entonces ¿Qué es la trinidad? ¿Acaso son tres cuerpos materiales como el de los hombres que son dioses? Él me dijo que no. ¿Acaso son tres cuerpos sutiles como por ejemplo almas o ángeles? Él me dijo que no. ¿Acaso es un solo cuerpo compuesto de tres, como los cuerpos naturales que están compuestos de los cuatro elementos? Él me dijo que no. Entonces yo le pregunté. ¿Qué es la trinidad? En dijo: la sabiduría, el deseo y el poder. Yo le respondí que estoy dispuesto a aceptar que Dios es sabio y no tonto, que desea sin sentido [el sentido refleja carencia] y que puede y no es débil.
No obstante, el término trinidad es un completo error, ya que la saburía divina no es un accidente [algo fuera de Él mismo], sino que Él y su sabiduría son uno, Él y su deseo son uno, Él y su poder son uno; por lo tanto la sabiduría, el deso y el poder son todos uno. También si estos fueran accidente no implica que sean tres divinidades ya que sería un ser con tres accidentes. Entonces el rey dijo una metáfora que se la enseñaron los equivocados: que el vino contiene tres atributos: tono, gusto y olor y aún así es uno. Esto último es un completo error ya que el color rojo y el gusto y el olor que hay en el vino son atributos separados que se encuentran en la realidad uno sin el otro, ya que hay rojo, blanco y otros tonos; además lo rojo no es el vino ni el olor ni el gusto, sino que el vino mismo es aquello que llena el vaso. Es decir que es un cuerpo que contiene tres accidentes distintos que en él no representan unidad. Y si pensamos así sobre la Divinidad podremos decir que son cuatro, ya que está Dios y su sabiduría y su deseo y su poder, es decir cuatro. Podemos además denominarlo cinco, si contamos su vida, ya que en Él la vida es como su sabiduría. De tal modo su definición sería: vive, sabio, desea, puede y Dios, es decir cinco. Todo esto es un absurdo lógico.
[106] Entonces se levantó fray Paul y dijo que él creía en la unidad completa de Dios, pero que aún así hay tres en El, lo cual es algo muy profundo que incluso los ángeles y demás seres metafísicos no lo conocen.
[107] Entonces le dije: Es algo claro que una persona no puede creer algo que no conoce, si es así tampoco los ángeles creen en la trinidad. Sus colegas se quedaron en silencio.
[108] El rey se puso de pie y todos bajaron de la tebá y se fueron. Al día suguiente me presente delante del rey y él me dijo: “Vuelve a tu ciudad en paz y en tranquilidad” y me obsequió con trescientos dinares (*) y me despedí de él amistosamente.
(*) El hecho de tal obsequió lo comprueba un documento con fecha 25 de febrero de 1265, donde el rey Jaime reconoce que tiene una deuda de trescientos dinares que dió un comerciente judío de Barcelona, por su pedido, al “maestro de Gerona”. Cf. Prof. Ber, revista Tarbitz II,2.
“Que HaShem me de el mérito de alcanzar el mundo por venir. Amén”