Sionismo
del Espíritu

¿Acaso
alguien con un bagaje tan rico en la vida tradicional judía, con su
profunda lógica y significados, con su vasta memoria histórica
manifestada en cada ritual y cada acto y evento comunitario, no se
levanta un día y simplemente se aparta de ella?



¿Es
realmente la re-creación del idioma hebreo un logro menor que el de la
creación de un instrumento político que en última instancia resultó
en la re-creación de un estado independiente? ¿Es acaso menos audaz el
tratar de transformar o revitalizar una profunda tradición religiosa?

 

 

 

“Ahora,
pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis Mi alianza, vosotros seréis
Mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la
tierra; seréis para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas
son las palabras que has de decir a los hijos de Israel.” Shemot,
Exodo,19:3-6

 

Para
los judíos que consideran a los cinco libros de Moisés – la Torá o Pentateuco
– como la palabra de D´s, la elección de Israel tiene la misma fuente
y autoridad que la creación del Universo por D’s. Todos los judíos creían en
esta concepción de vida hasta hace 300 años atrás. Los judíos creían que eran
el instrumento de D’s para perfeccionar Su mundo y que un mundo sin judíos contradice
el deseo y el designio de D’s. Ser judío era antes que nada haber sido ordenado
por el Todopoderoso a serlo. Esto es lo que mantuvo el deseo de sobrevivencia
del pueblo judío.

 

Sin
embargo, si D’s no entregó literalmente la Torá a Moisés en el Monte Sinaí,
o si D’s no existe, ¿Cómo puede uno entonces aceptar la idea de los judíos como
pueblo elegido? Y  si uno no cree
en esa unicidad ¿Porqué continuar siendo judío?

 

Ser
judío, no es sólo lo que los judíos creen; sino también lo que hacen, cómo se
comportan, que es lo que practican. En una palabra, se trata primariamente de
una cultura.  Sea o no la Torá la
palabra de D’s, es sin duda una obra literaria clásica donde se encuentran memorias,
valores, modelos de heroísmo, idioma, festividades. Durante la historia judía,
la literatura ocupó siempre un lugar central en la cultura del pueblo. Siglo
a siglo se fueron agregando nuevos elementos, modificándola de acuerdo a las 
necesidades de vida del pueblo, a tal punto que resulta casi imposible
determinar qué de toda esa producción es original y esencial y qué son comentarios.
Muchas veces los comentarios fueron más importantes que la “esencia”.
Esta es la naturaleza de una cultura viva muy palpitante.

 

Hacia
fines del siglo XIX muchos judíos no creían en D’s, pero habían crecido en un
ambiente impregnado de cultura judía y se sentían plenamente identificados con
ella. Ya no eran “religiosos”, pero eran judíos y deseaban continuar
siéndolo. ¿Cómo darle a ésto sentido? ¿Cómo continuar?

 

Hertzl
no vio este problema, él estaba preocupado por los judíos y por el odio hacia
a ellos  y no por el judaísmo, sus
creencias, su cultura. De la misma manera en que Hertzl se dedicó al problema
del antisemitismo moderno, hubo otros que se dedicaron a los problemas de la pérdida
de las creencias tradicionales religiosas mientras mantenían un profundo vínculo
con el hecho de ser judíos. Algunas de las soluciones que encontraron estas
personas se convirtieron en pilares centrales del pensamiento y la actividad
sionista.

 

Eliezer
Ben Yehudá, cuyo nombre original era Eliezer Yitzjak Perelman, nació en Lituania
en 1858, como hijo de una familia de miembros del movimiento jasídico
Jabad
y estudió en una Yeshivá. A edad muy temprana se sintió atraído hacia los estudios
seculaes y logró entrar a una escuela superior (hecho inusual en los judíos
de Europa Oriental) de la cual se graduó en 1877.

Perelman
se sintió impresionado por las revueltas nacionalistas que tuvieron 
lugar en Europa, tal como lo fueron otros pensadores sionistas. Hess, por
ejemplo, fue conmovido por la revuelta italiana contra Austria. 
El modelo de Perelman fue la lucha de Bulgaria contra Turquía. A finales
de la década de 1870 Perelman decidió emigrar a Eretz Israel. Esta decisión
era parte de una amplia perspectiva sionista que había desarrollo y 
comenzado a plantear en una serie de artículos que publicó en algunos
de los periódicos hebreos de la época. Cuando publicó su primer artículo en
el periódico Hashajar (El Amanecer) firmó con el seudónimo Ben-Yehudá.

 

Ben
Yehudá creía que la llave para el futuro del pueblo judío estaba en al creación
de un centro espiritual/cultural en Eretz Israel y en la renovación del idioma
hebreo como su idioma. Estos, y no los principios religiosos serían la piedra
fundamental de la identidad judía en el futuro.

 

Es
sencillo ver, señor, que nuestra juventud está abandonando nuestra lengua… 
pero ¿Por qué? Porque a sus ojos ésta es una lengua muerta e inútil… 
¡Revivamos entonces el idioma realmente! Enseñemos a nuestra juventud
a hablarlo… Pero seremos capaces de 
revivir el idioma hebreo sólo en un país en el que la cantidad 
de habitantes hebreos exceda el número de gentiles. Por lo tanto aumentemos
el número de judíos de nuestra desolada tierra. Que los remanentes de nuestro
pueblo retornen a la tierra de sus antepasados; ¡Revivamos la nación y entonces
renacerá también su lengua!

 

Ben
Yehudá no planteaba el retorno masivo de los judíos a Eretz Israel; lo
preocupaba más el renacimiento de la lengua hebrea y de la cultura hebrea en un
centro nacional. Esto, a su criterio, frenaría gradualmente la asimilación que
estaba teniendo lugar en el mundo judío.

 

Tan
comprometido estaba Ben Yehudá con la idea de hablar hebreo en Eretz Israel
que todos los aspectos de su vida cotidiana y su carrera publica los dedicó
a ello. Eliezer y Devora Ben Yehudá se establecieron en Eretz Israel en octubre
de 1881. Inmediatamente comenzaron a hablar sólo en hebreo, estableciendo de
esa manera el primer hogar hebreo-parlante del país. Practicar lo que se predica
es sin duda la mejor prueba de la profundidad de la creencia.

 

Ben
Yehudá fundó periódicos y revistas en hebreo y comenzó a enseñar en la escuela
de la Alliance Israelite Universelle de Jerusalén, donde insistió en que la
lengua de instrucción de sus clases fuera el hebreo y su demanda fue aceptada. 
Fundó sociedades y asociaciones dedicadas al idioma hebreo, escribió
artículos y participó activamente en la lucha política por convertir el hebreo
en el idioma nacional de los judíos. La mayoría de las comunidades judías ultra-ortodoxas
de Jerusalén se opusieron, para ellos la secularización de la lengua sagrada
era una blasfemia. Muchos de los miembros de la comunidad académica también
se opusieron; estaban convencidos que para los estudios académicos avanzados
había “necesidad” de usar idiomas internacionales con ricos vocabularios
científicos, como el alemán y el francés. Ben Yehudá perseveró y se sumaron
otros que pensaban de modo similar. Con el tiempo el idioma hebreo renació.
Su obra monumental El Diccionario Completo de la Lengua Hebrea Antigua y
Moderna
, tenía 17 volúmenes cuando finalmente fue completado unos años después
de su muerte en 1922.

 

Si
bien nos relacionamos a Ben Yehudá y a su si casi obsesión por la lengua hebrea,
él fue sólo uno de aquellos para quienes los aspectos culturales de la revolución
sionista eran prioritarios.  Ajad
Haam, nació en 1856 cerca de Kiev, Ucrania, con el nombre de Asher Ginzbeg.
También él nació y creció en un hogar jasídico y recibió sólo educación tradicional.
Con el tiempo la capacidad de Ginzberg así como su independencia de pensamiento
se hicieron notoria y mientras desarrollaba estudios magistrales en literatura
talmúdica y comentarios rabínicos, adquirió familiaridad con los escritos del
filósofo judío medieval español Maimónides, así como con los trabajos de los
escritores hebreos modernos. Aprendió por sus propios medios ruso, francés,
alemán e inglés que le permitieron estudiar literatura, filosofía y ciencias,
inaccesibles de otra manera para un joven judío. Cuanto más estudiaba la filosofía
occidental más se debilitaba su creencia religiosa tradicional.

 

Alguien
con un bagaje tan rico en la vida tradicional judía, con su profunda lógica
y significados, con su vasta memoria histórica manifestada en cada ritual y
cada acto y evento comunitario, no se levanta un día y simplemente se aparta
de ella; ciertamente no alguien con la integridad intelectual de Asher Ginzberg.
No quería apartarse de este vasto tesoro cultural, quería modernizarlo. 
Más aún, creía profundamente que el pueblo judío tenía un papel histórico
único que aún no había cumplido. A fin de poder cumplir este role había que
crear un centro, los judíos deberían ser educados acerca de la importancia del
mismo y lentamente retornar a él, para desarrollar una nueva vida cultural.

Después
de trasladarse a Odesa en 1884, Ginzberg fue inmediatamente atraído por los
Jovevei Tzión organizados en torno a Pinsker, pero rápidamente se dio cuenta
que estaba en desacuerdo con los objetivos centrales de la organización: el
establecimiento de la mayor cantidad de judíos posible en Eretz Israel. Cuando
publicó su primer ensayo, utilizó el seudónimo literario Ajad Haam (uno del
pueblo) con el que es conocido hasta hoy. 
En ese ensayo dijo claramente: Lo Zé Hadérej (No
es éste el camino, 1889): más asentamientos sin una gran tarea educativa
previa llevaría al colapso de la actividad colonizadora. La gente debe saber
por qué se asienta: la huída de los pogroms, los potenciales beneficios
económicos, no eran razones suficientes para confrontar 
las dificultades que estaban enfrentando y que aún confrontarían en un
futuro. Los colonos debían tener una profunda comprensión de la importancia
de su obra para el futuro de la nación judía. 
Tenían que saber que no sólo “se estaban salvando” a ellos
mismos sino que comenzaba la reconstrucción del pueblo judío.

 

Unos
meses después que participó en el Primer Congreso Sionista  (nunca participó en otro), Ajad Haam escribió uno de sus más
importantes ensayos El Estado Judío y el Problema Judío en el que criticó
tanto la política como el pensamiento de Hertzl. Sentía que la vida espiritual
y cultural judía debía ser reconstruída 
y que ésto no podría suceder plenamente en la diáspora. Sin esta
reconstrucción, los judíos tenían pocas posibilidades de vivir en el mundo moderno.

 


Busca retornar a su centro histórico, a fin de vivir allí una vida de
desarrollo natural, para poner en juego sus potencialidades en todos las
aspectos de la cultura humana, para desarrollar y perfeccionar aquellos bienes
nacionales que ha adquirido hasta ahora y contribuir así al patrimonio común
de la humanidad, en el futuro como en el pasado. 
Una gran cultura nacional, fruto de la libre actividad de un pueblo que
vive de acuerdo a su propio espíritu.

 

El
corazón de ese espíritu, el valor que surgiría de esa actividad, Ajad Haam lo
encontró en la Biblia:

 

 
Es destacado en relación a los hebreos antiguos que la profecía se encuentra…
continuamente a través de todas las generaciones. La  profecía es hoy, como lo fue en el pasado, el signo de el espíritu
nacional hebreo.

La
idea fundamental de los profetas hebreos fue la dominación universal de la justicia
absoluta…   La justicia es para ellos belleza, bondad, sabiduría,
verdad;  sin todo éso no
es nada…  Sabían también, que
semejante tarea no podía ser realizada por individuos dispersos, intentándolo
esporádicamente, cada uno por su cuenta, en diferentes lugares y diferentes
tiempos, sino que es necesaria toda una comunidad, que sea permanentemente,
a través de todas las generaciones, la portadora de la fuerza de la justicia
contra todas las fuerzas que dominan el mundo; que asuma por propia voluntad
el yugo  de la obediencia eterna
al dominio absoluto de una sola Idea y que por la persecución de esa Idea combata
una guerra incesante contra el mundo. Esta tarea… 
los profetas…  la veían
recaer sobre los hombros de su propia pequeña nación, porque la amaban. Sus
ideales nacionales no eran “un reino de Sacerdotes” sino “que
todos los hombres del Señor sea profetas”. Querían que todo el pueblo  fuera una fuerza primaria en la realización de la justicia,
en la vida de la humanidad…

 

Desarrollar
ese espíritu en la vida cotidiana del pueblo era el ideal de Ajad Haam. La
cultura que ansiaba desarrollar debería tener 
un profundo impacto sobre las identidades de los judíos que continuaran
viviendo fuera del centro, aquellos que aún no se habían trasladado a él y
tal vez nunca lo hicieran.  Al mismo
tiempo, una cultura judía renovada era vital para el futuro de la humanidad.
Esa fue al traducción de Ajad Haam a la antigua idea de Or la Goim, la luz para
los pueblos.

 

Ajad
Haam se trasladó a Eretz Israel recién en 1922, cinco años antes de su muerte.
Sus ensayos, todos escritos en una rica prosa hebrea, fueron publicados bajo
el título colectivo de Al Parashat
Drajim
(En la Encrucijada). Brindó a su pueblo uno de los más inspirados
caminos para tratar de resolver para ellos lo que no puedo resolver para sí
mismo.

 

Otro
camino sionista, tan inspirado como el de Ajad Haam, emergió no de una
identidad judía en lucha con la religión ortodoxa sino justamente en completa
identificación con ella.  Abraham
Isaac Kuk era un joven contemporáneo a Ben Yehudá y Ajad Haam. Nacido en
Latvia en 1865, recibió una educación similar a la de ellos. También él se
inclinó al estudio del idioma y la literatura hebrea así como de la filosofía
judía y universal. El Rabino Kuk, optó por ejercer el rabinato prácticamente,
primero en Europa Oriental y posteriormente en Yafo en 1904.

 

A
diferencia de la mayoría de sus colegas, su pensamiento era profundamente sionista
y sentía un profundo y real amor por todos los judíos, tanto “seculares”
como “religiosos”, ya que veía al pueblo judío en su totalidad como
una comunidad especial, elegida, cuya misión era trabajar a favor de la perfección.
Esto, sostenía, podía ocurrir sólo en un país especial, elegido por D’s: Eretz
Israel.

 

La
creatividad original judía, tanto en el área de las ideas como en la arena de
lo cotidiano y la acción, es imposible excepto en Eretz Israel… Un judío no
puede ser tan devoto y leal a sus propias ideas, sentimientos e imaginación
en la diáspora como puede serlo en Eretz Israel. Las revelaciones de D’s, cualquiera
sea  su grado, son relativamente
puras en Eretz Israel…

 

Mientras
otros sionistas buscaban en el mundo moderno ideas que les ayudaran a comprender
el nacionalismo y la unicidad judía, encontrando respuestas en la geografía,
el idioma y otros desarrollos culturales únicos, el rabino Kuk se dirigía a
un entendimiento más tradicional y más fundamental de las fuentes de la nacionalidad
judía: las raíces estaban en la elección de Israel por parte de D’s como Su
instrumento para traer la perfección al mundo.

Ese
es el significado del amor eterno de Israel a la Tierra de Israel – 
la Tierra de Santidad, la Tierra de D’s – en la que todos los mandamientos
divinos son realizado de forma perfecta.

 

El
retorno de el pueblo a la tierra que le fue otorgada y la observación de los
mandamientos en ella son esenciales para el plan Divino de la redención del
mundo; el retorno de los judíos a Eretz Israel es el comienzo de la redención. 
Mientras Ajad Haam había rechazado las creencias religiosa a las que
apelaba el rabino Kuk, la apreciación de ambos acerca del papel de los judíos
en el mundo era muy similar.

 

Cuando
uno observa el sionismo político de Hertzl, su actividad, sus ideas y sus análisis 
parece casi audaz. Sus logros históricos son innegables. Visto desde la
perspectiva de las visiones culturales y espirituales de Ajad Haam y Kuk, que
involucraron toda la historia judía y universal en sus ideologías, la carrera
de Hertzl parece empalidecer a su lado. Pero, ¿Es realmente la re-creación del
idioma un logro menor que el de la creación de un instrumento político que en
última instancia resultó en la re-creación de un estado independiente? ¿Es
acaso menos audaz el tratar de transformar o revitalizar una profunda tradición
religiosa?

 

Con
el correr del tiempo el rabino Kuk se transformó en el Primer Gran Rabino
Ashkenazita de Eretz Israel en 1921 y los británicos reconocieron el hebreo
como una de las tres lenguas oficiales de Mandato. La Primer Guerra Mundial llegó
a su fin y la política oficial británica ayudaría al desarrollo de el Hogar
Nacional Judío en Palestina. Ciudades, villas, granjas, comunidades y comunas –
kibutzim – florecerían por todo el país.

 

Se
habían establecido diversos caminos sionistas, con voluntad y con visión.

 



Itamar
Ben Avi,  hijo de Ben Yehudá,
cuenta en sus memorias la experiencia de haber sido el primer niño que creció
en un hogar donde se hablaba sólo hebreo, experiencia nada fácil por cierto:

Los
experimentos de mi padre para que yo hablara “la lengua olvidada”
que los líderes judíos llamaban “la lengua de Ben Yehudá” no fue exactamente
una serie de éxitos. Hasta la edad de cuatro años, día tras día y noche tras
noche, nunca dejó de pararse junto a mi cama, junto a mi consternada madre,
observando mis ojos que no expresaban vida y mis labios que no pronunciaban
sonido alguno. Parecía un pequeño “idiota” a los ojos de todos quienes
me visitaban.
 

 

 


 

 

Fuentes

 

La
creatividad judía original, sea en el campo de las ideas o en el terreno de la
vida y la actividad diarias es imposible fuera de Eretz Israel…


Un
judío no puede ser tan devoto y leal a sus propias ideas, sentimientos
e imaginación como podría serlos en Eretz Israel. Las revelaciones
de D’s, cualquiera sea  su
grado, son relativamente puras en Eretz Israel….

 


Un
fortalecimiento válido del judaísmo en la diáspora puede provenir solamente
de una profundización del vínculo con Eretz Israel. La esperanza del retorno a
Eretz Israel es la fuente eterna de la naturaleza del judaísmo. La esperanza de
la Redención es a fuerza que sostiene al judaísmo en la Diáspora; el judaísmo
en Eretz Israel es la Redención verdadera…  


 


…Oponerse
al nacionalismo judío, aún de palabra y denigrar sus valores no es
permisible porque el espíritu de D’s y el espíritu de Israel (ésto
es el nacionalismo judío) son idénticos. Lo que debemos hacer es bregar
más duramente en la tarea de descubrir la luz y la santidad implícitas
en nuestro espíritu nacional, los elementos divinos que son su centro. 
Los laicos deberán entonces darse cuenta que están inmersos
y arraigados en la vida de D’s y bañados por la radiante santidad
que proviene de lo alto…

     

                                                       
Rabí Abraham Isaac Kuk
 

 


 

                                                     



Busca
retornar a su centro histórico, a fin de vivir allí una vida de desarrollo
natural, para poner en juego sus potencialidades en todos las aspectos de la
cultura humana, para desarrollar y perfeccionar aquellos bienes nacionales que
ha adquirido hasta ahora y contribuir así al patrimonio común de la humanidad,
en el futuro como en el pasado. 
Una gran cultura nacional, fruto de la libre actividad de un pueblo que
vive de acuerdo a su propio espíritu. Para este propósito actualmente el judaísmo
necesita muy poco. No requiere un estado independiente, sino solamente la creación
de condiciones favorables para su desarrollo en la tierra patria; un
considerable asentamiento de judíos bregando sin estorbo 
en cada rama de la cultura…  
Este asentamiento judío…..se convertirá con el correr del tiempo en
el centro de la nación, en el lugar donde su espíritu hallará su expresión más
pura y florecerá en todos os terrenos…  
Entonces desde ese centro, el espíritu del judaísmo llegará a todas
las comunidades de la Diáspora, les inyectará nueva vida y preservará su
unidad. Y cuando nuestra cultura en Palestina haya alcanzado ese nivel , podemos
confiar en que engendrará hombres capaces de establecer en una oportunidad
favorable un verdadero estado judío, no un estado de judíos.



                 
                                                                                                                      
Ajad
Haam
    
 


 

No
tiene sentido gritar: ¡Fomentemos el idioma hebreo para no perecer!
El idioma hebreo puede vivir solamente si resucitamos la nación y
la movilizamos a retornar a su patria. En 
un análisis final, ésta es a única manera para conseguir
nuestra redención perpetua. ¡Sin esa solución estamos perdidos!… 
La religión judía será indudablemente capaz 
de perdurar aún en tierras extrañas. Ajustará sus formas al
espíritu del lugar y la época y su destino será igual al de todas
las religiones. Pero y ¿la nación? La nación no podrá vivir sino es
sobre su propio suelo.

                                                                            
                                                            

Eliezer Ben Yehudá


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 Actividades

 

 

Actividad
Nro. 1: Diferentes
Perspectivas

 

Esta
actividad está destinada a grupos que se encuentran en Israel o grupos que la
han visitado.

 

Edad: 
16 años en adelante

Duración:
1.20 hora

Objetivos:
Lograr que los participantes: Analicen las ideas fundamentales de Ben Yehudá,
Kuk y Ajad Haam a la luz de la realidad contemporánea del Estado de Israel.

 

Desarrollo:

*
Presenta al grupo los tres personajes brevemente. (Basándote en los datos biográficos 
expuestos en este capítulo).

*
Divide al grupo en 3 subgrupos y entrega a cada uno el material teórico y las
citas de este capítulo.

*
Otorga tiempo para que cada grupo lea el material y marque cuáles son a su
criterio las ideas centrales de cada uno de los tres 
pensadores.

*
Reúne al grupo nuevamente e inicia el debate:

¿En
qué medida la realidad de Israel refleja las palabras de estos pensadores? 
¿De cuál de ellos?

Si
tenemos en cuenta que Israel es una sociedad occidental, con un alto grado de
consumo y una marcada influencia norteamericana ¿Es este el renacimiento de la
lengua hebrea, cuando todo es McDonald, Coca Cola, Lee, Levis, Pop Corn, e
incluso los niños insultan en inglés?

Cuando
la etiqueta de los productos básicos están escritos en ruso, se trata ésto
de una nueva sensibilidad hacia los nuevos inmigrantes o tal vez el idioma hebreo
como elemento central de la identidad está perdiendo su lugar? 

Si
tal como Ben Yehudá pensaba el renacimiento del idioma hebreo llevaría al
renacimiento del pueblo, ¿quiere decir que la utilización de otros idiomas
como pasa hoy es un perjuicio a este renacimiento nacional?

¿Es
éste el centro espiritual del que hablaba Ajad Haam, cuando la juventud escucha
permanentemente música extranjera, lee traducciones de libros extranjeros y sueña
con viajar a recorrer el mundo en la primera posibilidad que se le presente? ¿Qué
es lo que este “centro espiritual” irradia hacia afuera? ¿Uno de los
elementos marcados de la identificación del judaísmo de la Diáspora con
Israel se relaciona a la posibilidad de la autodefensa judía o sea a la
existencia del Ejército de Defensa de Israel, ¿Un elemento de este tipo estaría
incluido en la concepción de Ajad Haam acerca del Centro Espiritual?

¿En
qué medida Israel se basa en la concepción del rabino Kuk en cuanto a las
relaciones entre laicos y religiosos? ¿Están hoy estas relaciones basadas en
el amor y el reconocimiento de Kuk de que todos los judíos son parte del pueblo
y por tanto toman parte del proceso de redención aún si no son observantes de
los preceptos?

 

 

 

 

 

 

Actividad
Nro2: Alef Bet



 

 

Edad:
4 a 8 años

Duración:
45 minutos

Objetivos:
Familiarizar a los presentes con las letras del alfabeto hebreo

 

Desarrollo:

*
Explica a los participantes que el idioma del pueblo judío es el hebreo

*
Pregunta quién de los presentes conoce palabras en hebreo y apúntalas
en una pizarra o cartulina.  Seguramente
algunos conocen nombres de fiestas o palabras sueltas.

*
Pregunta quién de los presentes tiene nombre hebreo.

*
Enseña a cada uno a escribir o bien la primera letra de su nombre o bien el
nombre completo dependiendo la edad de los participantes.

*
Prepara en el cuarto suficiente material para pintar y colorear y propón a los
niños hacer un cartel grande y coloreado con la letra o su nombre. Puedes
colgar los trabajos en el cuarto o bien cada uno llevarlo a su casa.

 

Otra
opción:
Prepara masa y hornea junto a los niños masitas con las formas de
las letras, después cada uno podrá llevar a su casa los dulces, aparte de los
que comen juntos. Esto puede ser muy instructivo y muy divertido.

   

 

Actividad
Nro.3: Ajad HaAm, Hertzl y el Rabino Kuk 



 

Edad: 
14 años en adelante

Duración:
1 hora

Objetivos:
Lograr que los participantes identifiquen las diferencias fundamentales entre el
pensamiento sionista de Ajad Haam, Hertzl y el rabino Kuk.

 

Desarrollo:

*
Divide al grupo en tres subgrupos

*
Reparte a cada subgrupo el material teórico correspondiente a los capítulos 3,
4 y 5 en los cuales podrán encontrar las ideas fundamentales de estos tres
pensadores sionistas.

*
Pide a cada grupo que intente contestar a las siguientes preguntas, en tanto que
cada grupo representa a uno de los pensadores: un grupo contestará como si
fuera Hertzl, otro como si fuera Ajad Haam, y el tercero como si fuera el Rabino
Kuk.

*
Entrega a cada grupo las siguientes preguntas:

¿Cómo
concibe el pensador el ente judío? ¿Se trata de un pueblo, de una nación, de
una cultura o de una religión?

¿Cuál
de todas éstas es acentuada en particular por el pensador?

¿En
qué  medida está el pensador de
acuerdo con el establecimiento de un Estado Judío? De estar de acuerdo, ¿se
debe ésto a una necesidad política, religiosa, o espiritual?

¿Cuál
es el ideal de ese Estado tal como se refleja en sus palabras?

Si
el pensador en cuestión se encontraría con los otros dos ¿Cuál sería su crítica
fundamental y porqué?


*
Reúne a los grupos e inicia el debate. Cada grupo deberá presentar sus
respuestas y tratar de convencer al otro de lo acertado de su postura.

 

 



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