Hertzl crea el Movimiento Sionista

  ¿Por qué un respetado periodista de uno de los más importantes periódicos de Europa, el Viennese New Free Press, que hablaba varios idiomas europeos con fluidez, se convirtió en un sionista?

 El siglo XIX concluía en una contradicción: por un lado parecía que los más avanzados y educados países de Europa realizaban serios intentos para emancipar a los judíos de siglos de discriminación otorgándoles igualdad de derechos; por el otro, el odio a los judíos no sólo que no había desaparecido sino que había revestido formas nuevas y aún más peligrosas.

 

 

29 de agosto de 1897, Basilea, Suiza. El famoso periodista y comentador vienes Theodoro Hertzl se puso en pie para pronunciar su discurso en alemán (la lengua oficial del congreso) ante los 197 delegados de las organizaciones sionistas del Oriente y Occidente de Europa, Norteamérica, Algeria y Palestina. Vestía traje de gala, igual que el resto de los participantes. Sensible a la puestas en escena teatrales (Hertzl era un dramaturgo de relativo éxito) había insistido en que esa primera asamblea pública fuera honorable, de acuerdo a la importancia que tiene la reunión de los líderes de una nación civilizada. Una de las primera cosas que dijo fue: “Queremos colocar la piedra fundamental de la casa en la que el pueblo judío encontrará
su refugio” y “el sionismo es el retorno al Juda
ísmo aún antes del retorno a la tierra judía”.
Unos pocos d
ías después Hertzl anotó en su diario personal: “Lentamente conduje a los presentes a una atmósfera de Estado y los hice sentir como si estuvieran en una Asamblea Nacional”.

 

¿Porqué un respetado periodista de una de los más importantes periódicos de Europa, el Viennese New Free Press, que hablaba varios idiomas europeos con fluidez, se convirtió en un sionista?  Hertzl no había mostrado hasta entonces mayor interés en ser judío y menos en convertirse en el vocero de la expresión nacional del judaísmo.
Sin embrago, se transform
ó en el visionario y creador del Movimiento Sionista.

 

Hertzl nació y creció en Budapest, de joven se traslado con su familia a Viena, capital del Imperio Austro-Húngaro.
Viena era la ciudad de los valses de Strauss, de Brahms y Mahler, Zweig, Schnitzler y Freud.  En Viena, a diferencia de otras capitales europeas, pod
ía
verse la diversidad de personas de todas las nacionalidades que compon
ían el imperio. El alemán era la cultura y el idioma predominante pero podían
verse y o
írse húngaros, checos, bohemios, eslovacos, turcos, croatas y por supuesto judíos.

Viena era un lugar donde un judío integrado como Hertzl podía sentirse en su casa. Hertzl había recibido de niño educación judía básica y tenía
recuerdos de la sinagoga liberal de Budapest y de las fiestas jud
ías conmemoradas en su familia.  Estudió derecho en la Universidad de Viena, pero atraído por las letras y la música, se convirtió en escritor. Su padre, un exitoso hombre de negocios, le había facilitado al joven Hertzl el dinero suficiente para recorrer ampliamente Europa. Hertzl era un caballero de mundo.

Pero si bien Viena era un lugar en el que un judío integrado como Hertzl podía asimilarse totalmente, también era un sitio donde podía encontrarse la obscuridad del antisemitismo. Para muchos jóvenes judíos europeos de la generación de Hertzl, el haber nacido judíos era una maldición.
No s
ólo que eran rechazados socialmente, sino que tenían cerradas las puertas a posiciones gubernamentales, a los bancos nacionales,  a los altos rangos del ejército, en definitiva, a las posiciones de poder. Uno de los más grandes compositores de la época, Gustav Mahler, se convirtió al catolicismo. Sólo así pudo lograr el puesto de director de la Opera y la Filarmónica de Viena, posición digna a su talento artístico.
Otros se suicidaron, v
íctimas de la desesperación y un profundo auto-odio.

Las experiencias antisemitas directas que Hertzl vivió en Viena y sus observaciones acerca del fenómeno tanto allí como en París y otras ciudades de Europa, tuvieron un gran impacto sobre su propia identidad judía y su pensamiento acerca del ser judío. Por ejemplo, en 1880 mientras estudiaba en la universidad, se incorporó a una Fraternidad. Hertzl disfrutaba plenamente de esa intimidad: tomaban juntos, cantaban juntos, la moda, los uniformes, etc. En 1883 su Fraternidad, notoriamente  nacionalista, se declaró públicamente antisemita y Hertzl se retiró de ella. Este fue el primer indicio claro de que si bien los judíos de Europa habían adquirido la igualdad legal, seguían siendo extranjeros desde el punto de vista social. En mucho de lo que se decía y se hablaba en la política en Viena y París, el antisemitismo “estaba en el ambiente”.

 

Hertzl se fue involucrando cada vez más con el continuo odio a los judíos que existía en Europa Central y Occidental. En el pasado éste antisemitismo se había basado en la creencia y la cultura cristiana así como en los ignorantes y primitivos prejuicios que las personas sienten muchas veces ante quienes son diferentes. Se hubiera podido imaginar que con la llegada del Iluminismo a Europa, la expansión de la educación popular, los progresos del pensamiento crítico y científico, así como con el crecimiento de la asimilación y la aculturación judía y la otorgación de la igualdad civil a los judíos,
este odio aminorar
ía o desaparecería.

 

Lo contrario estaba pasando.
El antisemitismo, un concepto utilizado por primera vez en 1879, no defin
ía a los judíos como una cultura, una religión o una nación, sino como una raza, cuyos miembros tenían características físicas comunes. No sólo eso sino que los antisemitas creían que los judíos eran una raza inferior, a por ejemplo la raza aria, que era considerada la superior del mundo. Cuanto más interactuaran socialmente los judíos inferiores con los “europeos”, aumentaba la posibilidad de que la sangre judía abastardara a la sangre europea y ésto no sólo redundaría en un desmejoramiento de las características raciales sino  también de las culturales.

El siglo XIX concluía en una contradicción: por un lado parecía que los más avanzados y educados países de Europa realizaban serios intentos para emancipar a los judíos de siglos de discriminación, otorgándoles igualdad de derechos; por el otro, el odio a los judíos no sólo que no había
desaparecido sino que hab
ía revestido formas nuevas y aún más peligrosas.

Hertzl vivió esa contradicción.
Disfrut
ó de su éxito profesional y de ser un verdadero europeo, pero comenzó a sentirse realmente incómodo ante el hecho de que  ser judío
no era realmente aceptado por la gente entre la cual viv
ía.
Muchas veces era tratado con una actitud de patronazgo y tambi
én atacado. Hertzl tenía el lujo de ser un periodista: podía jugar el papel de observador, de testigo o de público.

Hertzl recibió el empujón final con el famoso incidente que tuvo lugar en enero de 1895 en el que fue testigo de la degradación pública del capitán francés Alfred Dreyfus. Dreyfus, un judío, había sido acusado, juzgado y declarado culpable de espionaje a favor de los alemanes.
Dreyfus, vestido de uniforme, tuvo que recorrer el
área de la Escuela Militar. Le arrancaron los grados militares del uniforme, su casquete fue arrojado y su espada quebrada, mientras el populacho francés gritaba “muerte al traidor”, “muerte a los judíos” (diez años después Dreyfus fue declarado inocente). ¿Qué pasaba en el alma e Hertzl?

Un año después, Hertzl publicó un libro llamado El Estado Judío y en el año posterior organizó el Primer Congreso Sionista. Con estos dos actos cambió el rumbo de la Historia Judía.

El Estado Judío sostenía una premisa básica muy simple: la emancipación europea de los judíos no podía triunfar. Los judíos debían encontrar por sí
mismos
una solución a su problema para ser aceptados como iguales por el mundo.

El análisis de Hertzl sostenía que los judíos eran un fenómeno realmente extraño en Europa, los judíos eran diferentes. No eran una nación, en el sentido común del término, con su idioma, su tierra, su cultura. Por otro lado, no eran sólo una religión y por supuesto no eran una clase social. ¿Qué
eran exactamente? Hertzl dijo simplemente: somos diferentes como cualquier naci
ón es diferente de otra. Debemos crear las condiciones para convertirnos en una nación como el resto de las naciones europeas. Esto implica que los judíos deben reclamar su antigua patria, deben gradualmente abandonar los lugares de su dispersión  y reunirse en la tierra patria y deben procurar que el mundo reconozca públicamente su derecho a hacerlo. Este es el único camino por el cual los judíos serán plenamente aceptados en el mundo moderno.

 

No considero a la cuestión judía ni un asunto social ni un asunto religioso, aún si a veces reviste una de esas formas. Es una cuestión nacional y para resolverla debemos, antes que nada establecerla como un problema de índole internacional que debe discutirse y solucionarse por las naciones civilizadasdel mundo en conjunto. Somos un pueblo – un sólo pueblo.

  

Al definir el problema judío como primariamente político, Hertzl definió la dirección de su futuro. Inmediatamente se vio proyectado a la política.
Se reuni
ó con el liderazgo judío, la realeza europea e incluso con el Sultán Turco (Turquía dominaba Palestina hasta la Primera Guerra Mundial);
fund
ó un periódico sionista llamado Die Welt y organizó el Congreso.

Hertzl hizo todo esto en un año y medio.

Durante los 7 años siguientes, Hertzl creó un movimiento. Junto a algunas figuras destacadas comenzó a traducir sus ideas en política y la política
en acci
ón.
Se establecieron comisiones, se discutieron los lineamientos pol
íticos y se tomaron decisiones. Una política judía apropiada al mundo moderno había
comenzado a desarrollarse.

Hertzl murió el 3 de julio de 1904. A través de su actividad política elevó el problema judío y la solución planteada por el sionismo político a la agenda del pueblo judío y de las más grandes potencias del mundo. Esa fue su verdadera grandeza.

 



 

Del Discurso de Hertzl en el Primer Congreso Sionista, Basilea, 19 de agosto de 1897

 

 

…Podemos decir que hemos retornado al hogar. El sionismo es el retorno al judaísmo aún antes del retorno a la tierra de los judíos.
Nosotros, los hijos que regresamos al hogar, encontramos algunas cosas que es necesario corregir, en especial el hecho que tengamos hermanos que se encuentren en grados tan bajos de pobreza. Pero el pasado nos recibe con benepl
ácito, porque es claro que no elevamos un pensamiento que atenta contra los principios más santos…

 

El sionismo ya ha logrado algo maravilloso, que hasta ahora era considerado como imposible: la relación estrecha entre los principios más modernos del judaísmo y los más conservadores. Ya que este hecho aconteció sin que ninguna de las dos partes tenga que realizar grandes renuncias…  es una demostración más, si es que fuera necesaria, de que los judíos son un pueblo. Una unión de este tipo sólo es posible en el seno de un pueblo.

En este congreso creamos un instrumento para el pueblo judío, un instrumento que no existía hasta ahora, pero que es urgentemente indispensable para él, una necesidad de vida…    Debemos elevarlo por encima de los asuntos personales, si queremos que tenga éxito.
Nuestro congreso debe vivir eternamente no s
ólo hasta que logremos la salvación de los antiguos problemas, sino fundamentalmente después.

 

Hoy nos encontramos aquí, sobre el suelo anfitrión de esta ciudad libre – ¿Dónde estaremos el próximo año?

Pero dónde nos encontremos y por el tiempo que tarde completar nuestra obra, nuestro congreso será serio y destacado, una bendición para los desesperados, no dañará a nadie, otorgará honor a todos los judíos y será
digno del pasado que aunque su gloria sea lejana, no desaparecer
á jamás”
(Bifnei Am Veolam, Tomo I, pp.112-117)

 

 

 



Orden del Día del Primer Congreso:

1. La situación económica, política y social de los judíos en los diferentes países.

 

2. La colonización, sus logros y sus posibilidades.

 

3. Las funciones de los fondos filantrópicos en Eretz Israel

 

4. Asuntos financieros

 

5. La cuestión judía y la próxima
Asamblea Diplom
ática de las grandes potencias

Algunas impresiones acerca del Congreso:

“El Congreso fue una crisis que cambió nuestros destinos” – Leib Yafe, delegado.

“Junto a los ríos de Babilonia allí lloramos al acordarnos de Tzión.
Junto al r
ío de Basilea, decidimos no llorar más!”- Israel Zangwill, delegado.

“Estoy plenamente de acuerdo con que los judíos viajen a Eretz Israel. Cuanto antes se vayan de aquí, mejor. Yo no los molestaré”.
Una anotaci
ón de la pluma del Kaizer Wilhelm II en los márgenes del informe que recibió
sobre el congreso.

“No soy el Sultán Turco y no me opongo. Pero si me dirían que están por colocar semejante concentración de las mentes más astutas del mundo en un país libre, diría que sería inteligente prohibirlo. No es bueno dejar que este pueblo descubra su fuerza.
Si los caballos supieran cual es su fuerza, no podr
íamos montarlos más.”
Mark Twain

 

 

 

 

Programa de Basilea, 1897

“El Sionismo aspira a establecer una patria para el Pueblo Judío en la Tierra de Israel garantizada por el derecho internacional.”

El Congreso contempla los siguientes medios para el logro de sus fines:

A. Promover a través de los medios adecuados el asentamiento de la Tierra de Israel por agricultores, artesanos y productores.

B. Organizar y unir al judaísmo a través de instituciones locales e internacionales adecuadas y de a acuerdo a las leyes
de cada pa
ís.

C. Fortalecer y desarrollar el sentimiento nacional y la conciencia nacional judía.

D. Realizar los pasos necesarios para obtener el consentimiento de los gobiernos para la realización de las metas sionistas.

 

 

 

“Si resumiera el congreso de Basilea en una sola palabra – que por precaución no la pronunciaré en público – diría: En Basilea he creado el Estado Judío.
Si lo expresara hoy p
úblicamente, la respuesta sería risas por doquier. Pero tal vez dentro de cinco años, como máximo dentro de cincuenta, todos reconocerán este hecho. El estado se funda fundamentalmente sobre la voluntad del pueblo e incluso puede decirse que sobre la voluntad del individuo que es lo suficientemente fuerte (Yo soy el Estado – Luis XIV). El territorio es sólo la plataforma material, el estado es un ente abstracto, aún cuando existe territorio.”  Hertzl,
Diario, 3 de septiembre de 1897, Viena.

 



 

 

 

 


Actividades

 

 

Actividad
Nro. 1: Si tuviera una bandera

 

Edad:
8 a
ños
en adelante

Duración:
Una hora

Objetivos:

Lograr que los participantes: conozcan la bandera de Israel, su historia y su significado y expresen sus sentimientos acerca de la bandera y el Estado

 

Desarrollo:

* Prepara en el lugar de la actividad suficientes materiales de expresión plástica (cartulinas, pinturas, papel de color, goma de pegar, pinceles, tijeras, etc.) Si se trata de un grupo mayor puedes traer telas, hilos etc.

* Pide a los participantes que piensen cómo sería la bandera que le gustaría del pueblo judío si éste no tuviese una bandera.

* Otorga tiempo para pensar.

* Coloca todos los materiales en el centro de la habitación y pídele a los participantes que creen cada uno o en pequeños grupos su bandera.

* Cuelga todas las banderas en la habitación o en algún lugar central.  Sienta al grupo alrededor y pide a los participantes que expliquen su bandera, todos pueden preguntar.

* Coloca ahora la bandera de Israel en el centro del grupo y explica acerca de ellas: David Wolffsohn, líder del movimiento sionista,  propuso
esta bandera en primer Congreso Sionista. La idea central est
á tomada de el Talit y del Maguén David. Así se expresó Wolffsohn en esa oportunidad: “Tenemos una bandera azul y blanca, el Talit con el que nos envolvemos en nuestras plegarias, este Talit es nuestro símbolo, saquemos el Talit de su estuche y despleguémoslo ante los ojos de Israel y del los pueblos”.
El concepto Maguén David est
á tomado del Talmud (Pesajin 117b) en el contexto de la plegaria “Bendito Seas, D’s, Maguen David (Defensor de David)”. Según la tradición en el rey David tenía un Maguén David en su escudo. Una bandera como ésta estaba ya en uso en 1891 en algunas de las asociaciones sionistas de los EE.UU.  pero eso no era sabido por los delegados del Primer Congreso Sionista.

En 1933, el Congreso Sionista decimoctavo decidió “que de acuerdo a la tradición de muchos años la bandera azul y blanca será la bandera de la Organización Sionista  y del pueblo hebreo”. Posteriormente la misma bandera fue establecida como el pabellón de la Brigada Judía durante la Segunda Guerra Mundial.

* Inicia ahora el debate; ¿Por qué, a tu criterio fue elegida esa bandera? ¿Cuál es el significado del hecho que la bandera del Movimiento Sionista esté
inspirada justamente en elementos tradicionales? ¿Qu
é es un símbolo?
¿Cu
áles son las similitudes y diferencias entre la bandera de Israel y la del país dónde viven los participantes?

* Si así lo deseas puedes presentar al grupo diferentes símbolos (ver a continuación) para estimular su imaginación.

* Si se trata de un grupo de mayor edad, puedes saltear la realización de los trabajos prácticos y concentrarte en el debate. Puedes agregar que Hertzl en su libro “El Estado Judío había propuesto otra bandera “.

“Imagino una bandera blanca con siete estrellas doradas. El campo blanco significa la vida nueva, pura; las estrellas simbolizan las siete horas doradas de nuestro trabajo, puesto que los judíos se dirigen al nuevo país bajo el signo del trabajo.”

 



Actividad
Nro.2: Liderar o no Liderar, esa es la cuesti
ón

 

Edad:
14 en adelante

Duración:
una hora

Objetivos:
Permitir a los participantes confrontarse con la figura de Hertzl como l
íder.


Revisar los dilemas fundamentales a los que Hertzl se enfrent
ó y cuáles fueron sus decisiones.

 

Desarrollo:

* Reúne al grupo y cuéntale acerca de Hertzl, su vida y sus cuestionamientos, tal como se manifiestan en la introducción de este capítulo.

* Divide al grupo en 3-4 subgrupos. Reparte a cada uno la hoja de trabajo adjunta.

* Cada grupo desempeña el papel de los asesores de Hertzl y debe proponer soluciones concretas a los problemas planteados.
Por cada soluci
ón deben presentar un programa operativo de cómo implementarla. Es muy importante que cada grupo presente un plan de acción
concreto y no s
ólo una solución teórica.
Si por ejemplo la soluci
ón es la asimilación de los judíos
¿C
ómo se realizaría, con qué medios, cuánto tardaría, etc.?

* Otorga 15- 20 minutos para que el grupo trabaje. Después reúne a todos y cada subgrupo presenta su solución y su plan.

* Realiza un debate de cierre, revisando junto con los participantes las ventajas y desventajas de cada  solución.
Para concluir destaca el hecho que Hertzl descart
ó toda posibilidad que no sea la de una solución nacional. La posibilidad de la asimilación
o incluso de la conversi
ón fueron descartadas entre otras cosas por que sólo pueden ser soluciones individuales y no colectivas y por que la emancipación a su criterio había fracasado.

Desde el punto de vista del plan de acción: en primer lugar Hertzl redactó sus ideas a tiempo que las iba consolidando, paralelamente comenzó
a actuar en b
úsqueda del apoyo de la elite económica judía (Hirsh, Rothschild) que le permitiera realizar su plan. Luego comenzó a actuar en el terreno de la diplomacia internacional a fin de conseguir el Charte y como
cúspide de este proceso surgió la idea del Congreso.

 

Hoja de Trabajo para los participantes

* Hertzl consideró parte de las posibilidades siguientes como posibles soluciones al  problema judío:

– Integrarse a la sociedad general y preservar su judaísmo desde el punto de vista cultural, ya que sólo ése es el factor que diferencia a los judíos
del resto de la sociedad. Los jud
íos deben realizar  un esfuerzo por integrarse a la sociedad europea y abandonar sus características arcaicas. No más
juda
ísmo del ghetto sino judaísmo del mundo.

– Convertirse al cristianismo y fomentar la conversión de todos los judíos para que puedan ser iguales, ya que la religión es lo que separa al judío
del resto del mundo. Cuando los jud
íos dejen de ser judíos se resolverá por si mismo el problema judío.

– Reconocer el hecho que los judíos son una nación y como tal le corresponden los mismos derechos que al resto de los pueblos:
soberan
ía y territorio propio. Sólo cuando los judíos sean un pueblo como todos los pueblos, podrán ser iguales a los demás.

Para los más pequeños

Te sugerimos armar con los janijim el rompecabezas aquí presentado y después o antes de los mismo contarles acerca de Hertzl y su obra.

 


 

 

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