El buen nombre es de
más estima que las grandes riquezas, y la gracia vale más que la plata
y el oro. 2 Cuando rico y pobre se encuentran (recuerden): el
Señor es el hacedor de todos ellos, 3 El
prudente ve el mal, y se esconde; mas los incautos pasan adelante, y son
castigados. 4 La consecuencia de la humildad es el temor del
Señor, (y éste da) la riqueza, el honor y la vida. 5
Espinas y trampas hay en el camino del perverso; el que guarda su alma
se aleja de ellas. 6 Cría al niño en su camino (en que debe andar),
y cuando fuere viejo, no se apartara de él. 7 El
rico señorea a los pobres; y el que toma prestado es siervo de aquel
que presta. 8
Quien siembra la iniquidad segará la calamidad; y la vara de su ira se
acabará. 9 El que tiene ojo
generoso será bendito, porque da de su pan al desamparado. 10
Echa fuera al escarnecedor, y saldrá la discordia; también las riñas
y el oprobio cesarán. 11
El que ama la pureza del corazón y tiene gracia en sus labios, el rey
será su amigo. 12
Los ojos del Señor observan a los que guardan la ciencia; pero Él echa
por tierra las palabras del pérfido. 13
Dice el perezoso: "¡Hay un león afuera!, ¡seré muerto en medio
de las plazas!" 14
Hoyo profundo es la boca de las extrañas; aquel que es aborrecido del
Señor caerá en él. 15
La necedad está ligada al corazón del niño; pero la vara de
corrección la alejará de él. 16
Quien oprime al desvalido para acrecentar su (ganancia), esto de seguro
le causará a este rico (opresor) la indigencia. 17
Inclina tu oído y escucha las palabras de los sabios, y aplica tu
corazón a mi enseñanza. 18
Porque será cosa deliciosa cuando las guardares en tus entrañas,
cuando se establecieren juntamente sobre tus labios. 19 A
fin de que tu confianza esté puesta en el Señor, te las he hecho
conocer hoy; sí, a ti mismo. 20 ¿No te he escrito
cosas excelentes, de consejos y de ciencia, 21 para que te haga
conocer la certeza de las palabras de verdad, a fin de que vuelvas a
llevar palabras de verdad a los que te envían? 22
No robes al desamparado, porque es desamparado, ni atropelles (en
juicio) al desgraciado; 23
porque el Señor defenderá la causa de ellos, y a aquellos que los
despojan, Él los despojará de la vida. 24
No tengas amistad con el iracundo, ni te acompañes con el hombre
furioso, 25 no sea que aprendas
sus caminos, y procures un lazo para tu misma alma. 26
No seas de aquellos que dan la mano, ni de aquellos que salen por
fiadores por deudas: 27
si no tienes con qué pagar, ¿por qué te ha de quitar el lecho de
debajo de ti? 28 No remuevas el
mojón antiguo que pusieron tus antepasados. 29
¿Ves a un hombre diligente en sus negocios? Se presentará delante de
los reyes; no estará en presencia de hombres oscuros. |
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