PERASHAT : VAETHANAN

CAPITULO 6:1-25

 

Versículo 3: “...TIERRA QUE FLUYE LECHE Y MIEL.”

Remiten a las últimas palabras del versículo 1, sobre la tierra que poseeremos.

Versículo 4: “OYE ISRAEL, ADONAI ES NUESTRO D’S., ADONAI ES ÚNICO”.

“Imposible hallar un lenguaje más amplio para expresar la existencia de D’s. y Su Unicidad (Iosef Ibn Caspi), quien se ha explayado ampliamente sobre este tema).

Tras repetir el Decálogo para la nueva gene ración, Moshéh apela a su sentimiento y a su razón para que graben en su mente-corazón la Unicidad absoluta del Supremo Creador de todo lo existente.

Cuando el judío dice el Shemáh Israel o’ está cumpliendo con el precepto “kabbalat hol maljut shamaim”

-la aceptación del yugo del reino de los cielos-. Más adelante la Toráh regulará la expresión en hechos derivada de esta aceptación.

Existen en hebreo dos verbos para expresar la idea de amor sublime: “ahob” y “hashok”. La Toráh, en esta oportunidad, ha elegido el uso del verbo “ahob” (veahabtah), (Rabbenu Behayéh explica que, como quiera que nuestro amor hacia D’s. tiene que ser vivido en libertad y con todo lo que tenemos y queremos, debemos anteponer nuestro amor a D’s. frente a todos nuestros afectos, no anulan. dolos pero sí sometiéndolos ante dicho amor superlativo.

Si la Toráh nos hubiera pedido “vehashakta”, literalmente -y desearás-, el ser humano tendría que borrar de su pensamiento todas las cosas materiales, aún aquellas necesarias, y entonces no habría lugar para las mitsvot de la Toráh, que nos piden controlar y orientar nuestros impulsos, elevándolos desde un estado inferior a otro superior, pero no anulan do definitivamente nuestros deseos o destruyéndolos’.

Por otra parte, agrega Rabbenu Be la Divinidad de Ds. tiene “heshek” -deseo- por el pueblo de Israel, y de allí que nunca lo abandona, y en la metáfora se “exilia” junto a él.

El Shemáh Israel es la profesión de Fe que acompaña al judío desde su más tierna infancia hasta la finalización de su vida. Mujeres y hombres del pueblo judío viven proclamándolo y los mártires de Israel lo han expresado antes de morir.

Rashi recuerda que los profetas de Israel han preanunciado el día en que la Unicidad de Adonai nuestro D´s. sea también reconocida por todos los pueblos.

Así ha dicho el profeta Tsefaniah (3:9.): “Ya que entonces trastocaré a los pueblos con un idioma nítido, para que proclamen todos el Nombre de Adonai, y Lo sirvan hombro a hombro”. Entonces, en aquel día, “será Adonai Rey sobre toda la tierra y será Adonai Unico y Su Nombre Unico” (Zejariéh 14:9).

En el orden técnico, nótese que las letras de shemáh y de “ebad” aparecen escritas de mayor tamaño. Este hecho, que trasciende lomera- mente gráfico, ha dado lugar a diversas interpretaciones.

Rabbenu Behayéh sugiere que, dado que estas dos letras forman la palabra “hed” –testigo-, insinúan que D’s. sólo testifica la autenticidad de nuestros pensamientos o palabras cuan do proclamamos Su Unicidad.

Evitemos confundir la exteriorización de nuestra fe con la conmoción interna que debemos sentir al proclamarla.

Creo que a esto se debe el hecho de que en las sinagogas tradicionales, los fieles en oración cerramos los ojos posando sobre ellos algunos de dos de la mano derecha al pronunciar el Shemáh Israel, para hacer abstracción total -aunque sea por un instante- de todo lo que nos circunda, sin tiendo con todo nuestro ser la Unicidad de D’s.

Versículo 5: “AMA A ADONAI TU D’S....”

En este versículo se inicia lo que los Sabios del Talmud han denominado “kabbalat hol maljut shamaim”-la aceptación del yugo del reino del cielo-, esencia del ver sículo 4.

Es imposible proclamar por una parte el monoteísmo, y por la otra no vivirlo con todo nuestro ser. Hay que amar a nuestro D’s. con todo nuestro deseo, con todo nuestro raciocinio, y con todos nuestros bienes materiales.

Los Sabios del Talmud nos han enseñado que, llegado el caso, hay que ofrecer la vida misma por amor a D’s.

En los albores de nuestra historia, el patriarca Abraham “con todo su corazón” condujo a su hijo Itshak hacia la Hakedáh. En el otro extremo, Rabbi Hakibá entregó su vida cumpliendo con este versículo hasta las últimas consecuencias. Estos ejemplos se repiten permanentemente en nuestra historia.

El amor a D’s.-según nuestros sabios- incluye la veneración y el temor a El. Amor y Temor son como el anverso y el reverso de una misma moneda. Sentimos regocijo y alegría al acercar nos lo más posible a lo que amamos; pero una vez cerca, sentimos temor, el temor de perder lo que estamos amando. En esa fusión amor-temor radica la forma de creer, sentir y comportarnos adecuadamente ante D’s.

Los Sabios del Talmud han llegado a decir que tenemos que amar a D’s. “con nuestros dos instintos”: el impulso del bien, que es la generosidad, y el impulso del mal, canalizando nuestras ambiciones y nuestra agresividad hacia lo posible y positivo. Por ejemplo, un hombre ambicioso puede emprender obras y desarrollos que satisfagan su ambición, pero que al mismo tiempo constituyan una fuente de trabajo y subsistencia para quienes se involucren en sus empresas como trabajadores u obreros.

Versículo 5: “...Y CON TODO TU PODER”.

El término “meodeja” que traducimos como “tu poder” lo entiende Rashi como “todos tus bienes materiales”, ya que “hay gente que los aprecia más que a su propio cuerpo, por eso la Toráh necesita hacer mención de ello”.

El ser humano puede llegar a confundir lo meramente importante con lo prioritario. Silos intereses materiales se anteponen al cuidado mismo de la vida, en sentido amplio, se distorsiona el sentido de lo social.

Versículo 6: “HABRAN DE ESTAR LAS PALABRAS ESTAS...”

“¿Qué es el amor a D’s.? -Habrán de estar las palabras estas-; pues por medio de ello tú conocerás al Santo, Bendito El, y adherirás a Sus Palabras” (Rashi).

De este versículo y el subsiguiente surge el precepto de Talmud Toráh, a la vez estudio y enseñanza. Cada judío tiene el deber de estudiar y enseñar a sus hijos, a sus discípulos, a sus congéneres.

Versículo 6: “QUE TE ORDENO HOY”

Las palabras de la Toráh tienen que ser aceptadas y entendidas como algo nuevo a cuyo encuentro todos corren, y no “como un decreto antiguo que nadie quiere recordar” (Basado en Rashi).

Versículo 6: “...SOBRE TU CORAZON.”

Con tu afecto y tu sentimiento también.

Versículo 7: “LAS HABRÁS DE INCULCAR A TUS HIJOS...”

“También estos preceptos han sido enseña dos con anterioridad, desde el momento en que la Toráh ha anunciado mitsvot para las generaciones futuras. Eso implica que debemos transmitirlas a través de la enseñanza” (Ramban).

Todo padre judío tiene el deber de enseñar permanentemente la Toráh a sus hijos o, en su defecto, delegar este deber en los maestros.

El deber de Talmud Toráh equivale a todos los otros deberes religiosos; “Talmud Toráh que negued culam” (Mishnáh, Peáh 1,1).

Además el versículo nos sugiere una enseñanza incisiva, que deberá perseverar hasta incorporarse en el educando y orientar sus actos.

De este versículo surge también la mitsváh de la lectura de n Keriat Shemáh antes de acostarnos y al levantarnos. La Toráh en tiende que en nuestra vida diaria existen por lo menos dos momentos trascendentales: a) el anochecer, cuando pasamos de la actividad a la pasividad; b) el amanecer, cuando debemos salir de la inercia del sueño para ingresar a la actividad y a la creatividad. Estos dos tiempos deberán ser marcados por la lectura de Keriát Shemáh, que incluye tres pasajes de la Toráh: Deuteronomio 6:4-9, Deuteronomio 11:13-21 y Números 15:37-41.

El Talmud establece con precisión los horarios y leyes de dicha lectura.

Versículo 7: “...Y EN TU ANDAR POR EL CAMINO...”

Según el autor de Minbáh Beluláh, la obligación de esta mitsváh rige aun cuando la persona está en movilidad y ocupándose de sus asuntos; empero si la persona se ha encaminado a cumplir otra mitsváh, siéndole imposible cumplimentar ambas, la mitsváh enunciada en nuestro versículo, cederá su lugar a la otra.

Versículo 8: “ATÁLAS...”

Si bien la mitsváh de tefilín ya ha sido enunciada (Éxodo 13:9), nuestro pasaje agrega que las palabras de la Toráh contenidas en los tefilín deberán ser atadas sobre nuestra mano (izquierda), y colocadas sobre nuestra cabeza. Además se insinúa “kesher shel tefilín”, el “nudo” de los tefilín, parte del signo” que ha llegado a nuestros sabios como m “halajáh le Moshéh miSinai”, o sea como ley no escrita, dictada a Moshéh desde Sinai... (Ramban).

Versículo 8: “...SOBRE TU MANO...”

En hebreo, “tu mano” aparece escrita en lugar de la grafía vigente. Esto lleva a los sabios del Midrash a interpretar que como “iadejáh”, se puede dividir en dos palabras: mano- y -débil-, los tefilín deberán colocar- se sobre la mano izquierda (T.B.Menahot 37:A).

Sin embargo, en la misma fuente, Rabbi Natán enseña que: “Hay que atar los tefilín con la misma mano con la cual escribimos”. Por lo tanto los diestros atarán los tefilín con la mano derecha colocándolos sobre la izquierda. De lo que se deduce que quienes escriben con la mano izquierda, los colocarán en la derecha.

Los tefilín se colocan en el brazo, a la altura del corazón, símbolo do nuestros sentimientos, y en la cabeza, sede del cerebro, fuente de nuestro raciocinio e intelecto, para significar que debemos “circunscribir” nuestro intelecto y “atar” nuestros impulsos para controlarlos, y para establecer coherencia entre lo que el cerebro dicta y lo que la mano hace.

Para otros aspectos referentes a la mitsváh de tefilin, véase Éxodo 13:9 y 1 y nuestros amplios comentarios al respecto.

Versículo 9: “…SOBRE LOS BASTIDORES DE TU CASA Y EN TUS PORTICOS”.

El precepto de colocar mezuzáh ha sido reglamentado por nuestros sabios. Un sofer (escriba autorizado) deberá escribir sobre un pergamino los pasajes incluidos en Deuteronomio 6:4- 9 y 11:13-21, el cual deberá fijarse sobre el bastidor derecho -entrando- de nuestras puertas.

El deber de colocar mezuzot no rige para los edificios dedicados a actividades comerciales u otras. Las casas de oración también están exentas de esta mitsváh, como lo estaban las dependencias del “Bet ha-Mikdash” -Templo de Jerusalem-, con excepción de la cámara en la que, durante siete días por año, el Cohen Gadol - Sumo Sacerdote- se preparaba ritualmente para Iom Quippur.

Según los comentaristas, el propósito de es te precepto reside en afirmar la Fe en Ds. Unico, Creador del Universo que retribuye al ser humano de acuerdo a sus acciones.

Maimónides entre otros, no ve con simpatía a quienes utilizan la mezuzáh o parte de ella, co mo una suerte de amuleto.

Versículo 10 al 12: “Y OCURRIRÁ QUE CUANDO TE TRAIGA...”

La Toráh quiere recordar a los hijos de Israel que cuando se encuentren en una situación floreciente, no olviden las vicisitudes de su historia temprana y recuerden permanentemente la Misericordia de Ds. para con ellos.

Del versículo 11 resulta que las leyes de Cashrut no rigieron durante la época de la con quista de la Tierra de Quenahan por los hijos de Israel. En épocas de emergencia la Toráh legis la adecuadamente.

Versículo 12: “CUÍDATE...”

Una vez superada la emergencia, debemos volver ala disciplina y el orden de rigor, sin sentar precedentes ni dejarnos arrastrar por hábitos que podrán ser perniciosos.

Versículo 13: “A ADONAI, TU D’S., HABRÁS DE VENERAR Y A EL HABRÁS DE SERVIR, Y EN SU NOMBRE PODRÁS PRESTAR JURAMENTO”

‘Si tienes todas estas cualidades: o sea, que veneras Su Nombre y le sirves a El, entonces en Su Nombre podrás jurar; pues de momento que tú veneras Su Nombre, serás cuidadoso en tu juramento; pero sino, no habrás de jurar’ (Rashi).

Versículo 16: “...EN MASSAH”

Referencia a Éxodo 17 y s.s.

Versículo 18: "DE HACERLO RECTO Y LO BUENO...”

Según Rashi, referencia a la conciliación a la que deberán someterse los litigantes, antes de ir a juicio.

El Talmud nos enseña que a veces hay que renunciar a algunos derechos en aras de la buena vecindad o del bienestar del prójimo.

Lo recto es lo que corresponde de acuerdo ala ley; y lo bueno es aquello con lo que podemos transigir para que lo recto, además de ser justo, no sea demasiado duro para el otro.

En Deuteronomio 12:28, el versículo invierte estos conceptos: “...Porque habrás hecho lo bueno y lo recto...”, sugiriendo que lo “recto” condiciona a lo “bueno’ hacer lo bueno por el camino de la rectitud. En otras palabras, no hagas que el fin justifique los medios, ni tampoco aspires a lo bueno por medios que no son rectos. (S.R.Hirsh).

Si nos atenemos solamente a la letra estricta de la Toráh, todavía no estaremos cumpliendo con lo que agrada a D’s., pues, las mitsvot deben conducirnos a lo recto y a bueno, y a lo lícito y agradable.

Versículo 20: “CUANDO TE PREGUNTARE TU HIJO...”

Si bien la Toráh pide al hijo que respete a sus padres, en este versículo nos pide que prestemos atención a sus preguntas minuciosas y puntuales.

Mientras nuestros hijos son todavía infantes tenemos que prepararnos para acoger de buen grado “las preguntas que nos formularán” y con testarlas diligentemente.

No debemos contestar a nuestros hijos relatándoles los grandes eventos como meros datos históricos, sino como medios para el fin que aparece entre los versículos 23 y 25.

Los Sabios del Midrash, en un pasaje que figura también en la haggadáh de Pésah atribuyen esta pregunta (versículo 20) al más sabio de nuestros hijos.

Los Sabios del Talmud ponderan a los “gran des” que escuchan a los “chicos. “Feliz es la generación en la cual los grandes dan la razón a los chicos. …ya que entonces llegan a la conclusión irrefutable del respeto que ellos le deben a sus mayores” (T.B. Rosh Hashanáh 25:B).

Versículos 23 al 25.

Versículo 24: “… HA ORDENADO ADONAI CUMPLIR TODOS LOS FUEROS ESTOS: PARA VENERAR A ADONAI...”

“El texto está aclarando aquí la recompensa de las mitsvot. La intención esencial de todos los mandamientos que fuimos ordenados a cumplir, es llegar a venerar el Nombre de Ds., fundamento de todas las mitsvot. Y cuando el versículo di ce: ‘...para nuestro bien, durante todos los días, para mantenernos en vida, como este día, hoy’, quiere decir que las mitsvot nos dan provecho para el cuerpo y para el alma...

Y esto es la conclusión que habrá de ofrecer a la pregunta de nuestros hijos, a través de las generaciones, para que crean, razonen y tengan conocimiento de que hay, en el cumplimiento de las mitsvot, recompensa y premio en lo físico y en lo espiritual, a saber: a) la Tierra de Israel, que Ds. nos da en posesión, de la que fluye leche y miel; b) para nuestro bien, durante todos los dí as; y c) mérito será para nosotros . “...ante Adonai nuestro D’s....

Y esto es un principio fundamental que habrás de recordar siempre” (Rabbenu Behaye).

No es muy frecuente hallar en la Toráh las razones por las cuales hay que cumplir las mitsvot. Rabbenu Behayé considera que los versículos 24 y 25 son un principio fundamental de nuestra fe.

Para Hizzekuni, estos versículos son también una respuesta para la necedad y falta de conocimiento de los herejes que preguntan a Israel: “ qué no ha explicado Moshéh a Israel que van a poseer la vida eterna y el mundo por venir si cumplen la Toráh?”. La respuesta para ellos es: “He aquí que nuestro versículo habla claramente del mundo por venir: “para nuestro bien, durante todos los días”, o sea la eternidad.

Pero Moshéh no ha insistido sobre este tema, como sí lo ha hecho con respecto a la Tierra Pro metida, ya que la finalidad de sus palabras ha sido ofrecer ideas que estén al alcance de todos: hombres y mujeres, infantes y pequeños, sabios y los que no lo son, para atraerlos hacia la veneración a D’s. Tampoco la Toráh se ha extendido sobre el tema del castigo espiritual para sus transgresores, inteligible solamente para mentes privilegiadas. Pero Moshéh Rabbenu sí se ha explayado sobre los sinsabores, vicisitudes y dificultades que la persona deberá enfrentar en este mundo, si no cumple con la Voluntad del Creador...”