DEUTERONOMIO 22
CAPÍTULO 22.

 

Versículo 1: “...EXTRAVL4IOS...DEVOLVER LOS HABRAS DE DEVOLVER A TU HERMANO”.

La ley incluída en la “hashabát abedáh” -la obligación de restituir al prójimo su propiedad extraviada- aparece por primera vez en Exodo 23:4.

Aquí se menciona la propiedad de ‘tu hermano”, mientras que en Exodo se trata de la de “tu enemigo”. Por eso entendemos que la Toráh en Exodo está hablando en especial a nuestros malos impulsos, para que no interpretemos que la ley regula solamente las relaciones entre amigos.

Creo conveniente citar a Maimónides, que dice: “Este ‘enemigo al que se refiere la Toráh, es un judío y no un gentil, lo cual parece contradictorio, ¡ya que la Toráh prohíbe odiar a tu her mano! Se trataría de un judío que no observa 1a Toráh, sin que por eso haya que discriminan ya que el Creador quiere a cada judío, piadoso o impío, siempre y cuando pertenezca al pueblo

Israel e invoque a D’s.”. “Ya que D’s. no desea que el impío muera, sino que cambie su senda para que viva (Ieliezkel 33:11)”. (Extractado de Mishnéh Toráh, Hiljot Rotseah Cap. 13, Halajáh 14)..

Nahmánides resalta que la obligación de devolver a su dueño los animales extraviados implica de nuestra parte “trabajo y esfuerzo”.

Los sabios del Midrash interpretan intensivamente esta mitsváh de la devolución, lo que conduce a su aplicación con todo rigor. Nos dirán que debe ser cumplida reiteradamente, todas las veces que sea necesario. El Midrash interpreta que el versículo 2 exige interrogar a nuestro prójimo cuando viene a reclamar su propiedad para asegurarnos que es el dueño real. Para ello tendrá que presentar pruebas contundentes e irrefutables (T.B. Babá Metsiháh 28B).

Interpretando las palabras “y se lo habrás de devolver”, el Talmud entiende que no hay que devolver deudas a nuestro prójimo, entendiendo por tales los gastos de comida ocasionados por el animal custodiado. Estos gastos no deben exceder el valor del animal. Por ello dictamina que “cualquier animal encontrado y custodiado, si trabaja y come, sus gastos se considerarán compensados por el trabajo que efectúe para su custodio. Si solamente come y no trabaja, se deberá venderlo, custodiando el importe de la venta para devolverlo oportunamente. A eso se llama “devolución de lo perdido” (T.B. Babá Metsiháh 28B).

Por último Rabbenu Behayé recuerda que esta mitsvah y las que siguen, son consecuencia directa de la mitsváh central que nos pide amor al prójimo, ya que este amor implica velar por su bienestar, incluyendo la integridad de sus bienes materiales.

Versículo 4: “...LEVANTAR HABRÁS DE LEVANTAR CON EL”.

‘Hay que ayudarlo a levantar la carga que se ha caído, y colocarla otra vez sobre el animal’ (Rashi).

En Exodo 23:5 leemos: “Cuando vieres al asno que es de tu enemigo, que yace bajo su carga, no te abstengas de ayudarlo, ayudar habrás de ayudar junto a él”. Rashi entiende que hay que ayudar a descargar la sobrecarga que está sobre el animal.

De acuerdo con el Talmud, dos razones motivan esta mitsváh: la prohibición de tsahar bahalé haím”- causar sufrimiento al animal- y, “lajuf et itsró haráh” -la represión de nuestros malos instintos con respecto al enemigo-. La mitsváh de evitar el sufrimiento animal prohíbe matar animales sin ninguna utilidad. Sólo es permitido sacrificar animales para la alimentación de las personas. Está prohibido matar animales con crueldad o por placer (Guía de los Perplejos III: 17).

Esta ley no se aplica ala vivisección con fines terapéuticos (Shultián Haruj Sección Even Hahezer, párrafo 5 inciso 14).

Versículo 5: “NO DEBERÁ HABER ATUENDO DE HOMBRE SOBRE MUJER...”

“De manera que se mezcle con los hombres, simulando ser uno de ellos, siendo la verdadera razón la promiscuidad sexual” (Basado en Rashi).

Versículo 5: “...NI DEBERÁ VESTIR EL HOMBRE PRENDA DE MUJER...”

“Para evitar que pueda confundirse entre las mujeres” (Rashi).

Versículo 5: “...YA QUE ABOMINACION...”

“La Toráh prohibe al hombre y a la mujer trastocar su vestimenta solamente cuando este cambio conduce ahechos abominables” (Rashi).

Según Ibn Hezra, la inserción de esta ley en este contexto bélico, se debería a que creada para ser fuente de vida y descendencia, la mujer no debe “vestir atuendo de hombre para salir a la guerra.

Los sabios del Talmud han ampliado los alcances de esta prohibición, legislando que el hombre no debe recurrir a medios de estética y embellecimiento inherentes ala condición femenina. Nuestro versículo intenta evitar aquellas desviaciones que pudieran atentar contra la condición y rol naturales de cada uno de los sexos (véase el Talmud Ierushalmi Tratado Shabbat 6A).

Versículo 6: “...NO RABIZAS DE TOMAR LA MADRE JUNTO CON LAS CRIAS”.

Según Rashbám esta mitsváh se relaciona con la que nos prohíbe ‘cocer el cabrito en la leche de su madre” (Exodo 23:19) y la que prohíbe sacrificar a un animal junto con su cría (Levítico 22:28), condenando la crueldad y la voracidad que representa el inmolar madres e hijos y luego cocerlos y comerlos juntos (basado Rashbám).

Véase nuestros amplios comentarios en Levítico 22:27-33.

Por su parte, el comentarista Ibn Caspi, su libro Mishnéh Quésef, señala que la Torah enuncia mitsvot que nos conducen al cuidado y mantenimiento de los cuatro reinos del universo: el mineral, el vegetal, el animal y el par te (ser humano), promoviendo la armonía e el hombre y su medio ambiente. El ser humano debe ser consciente de su inserción en el mi universo de los vegetales, los animales y la piedra inerte. Si empezamos por sentir compromiso por los demás reinos, llegaremos a la finalidad última de la Toráh, que es tener compasión la “buena persona”. Todo el mundo fue creado para ordenamos este precepto.

Esta mitsváh afecta solamente alas aves pi. ras que componen nuestra alimentación; las impuras no tienen por qué ser cazadas o sacrificadas.

Versículo 8: “CUANDO EDIFIQUES UN CASA NUEVA...”

El autor de Minháh Beluláh explica que - ta mitsváh no se refiere solamente al constructor, sino que es extensiva a quien adquiera, herede o reciba una casa como regalo.

Versículo 8: “... Y NO PONDRAS CAUSAL DE SANGRE...”

Cualquier cosa que pueda dañar, como por ejemplo un perro malo o una escalera deficiente (T.B. Ketubbot 41B).

El sentido de esta mitsváh es que el propietario de la casa que ofrece hospitalidad, debe ser consciente de “aquellos daños provocados por casuales domésticos”.

Versícu1o “NO HABRÁS DE SEMBRAR TU VIÑEDO CON MEZCLA DE SEMILLAS.”

En Levítico 19:19 leemos: “Mis leyes habréis e observar. Tus animales no cruzarás en yuntas de distintas especies, tu campo no habrás de sembrar con mezcla de semillas y ropa de fibra mezcla de -shahatnez- no portarás sobre tu cuerpo. En este versículo la prohibición no afecta al viñedo, sino solamente al campo. Por eso Deuteronomio 22:9 lo incluye especialmente Además e nuestro versículo resulta que el producto de tu viñedo, donde se hubiere infringido la ley de “kilaim”, quedará prohibido para ser usado para toda forma de aprovechamiento; a diferencia del campo donde hubiere infracción de la ley de “kilaim” -mezcla de semillas-.

Versículo 10: “NO DEBERÁS ARAR CON BUEY Y CON ASNO JUNTOS’.

“Ya que la fuerza del asno no es similar a la fuerza del buey” (Ibn Hezra).

Hizzekuni explica que ya que el buey es rumiante y está comiendo permanentemente, mientras el asno no lo es, resultaría que uno estaría comiendo y el otro ayunando, incurriendo su dueño en “tsahar bahalé l3aím”, sufrimiento de animales, que la Toráh considera crueldad.

Los sabios del Talmud amplían esta ley a cualquier otra yunta de animales de características diferentes (T.B. Babá Kammáh 54B).

Versículo 11:”NO HABRAS DE VESTIR SHAHATNEZ QUE ES LANA Y LI. NO JUNTOS”.

Véase nuestro comentario respecto a las posibles razones de esta ley en Levítico 19:19, en nuestra edición pág. 165.

Versículo 12: “FIMBRIAS TRENZADAS TE HABRAS DE HACER SOBRE

LOS CUATRO RINCONES DE TU ROPA..:’

Referencia a la mitsváh de “tsitsit” enunciada en Números 35:37- 41. Véase nuestros comentarios en nuestra edición pág. 126.

Rashi explica que la sucesión de las mitsvot de “shahatnez” (prohibición de usar ropaje de lana y lino entretejidos) y “tsitsit”, indica que se puede colocar fimbrias en un “talet”, aunque para ello deban mezclarse lana y lino.

Versículo 13: “CUANDO DESPOSARE UN HOMBRE A UNA MUJER...”

Las leyes casuísticas comprendidas entre los versículos l3 y 29 denotan la importancia que la Toráh concede a los derechos morales de la mujer y al aspecto determinante de la consagración matrimonial.

De acuerdo a la Toráh… escrita y oral-, el hombre y la mujer que deciden unir sus vidas lo harán solamente mediante actos formales, definidos y públicos, que conformarán una valla protectora para los sentimientos íntimos de amor que anidan en sus corazones.

Los actos formales que sellan la unión conyugal, deben tener una amplia resonancia social.

De acuerdo a la Toráh, esta unión (hoy llamada “kiddushín”) se celebraba en dos etapas: a) “erusin”, una suerte de esponsales, y b) “suim”, la etapa de la consumación plena del matrimonio.

A veces sucedía que la primera etapa te lugar cuando la joven aún no había alcanzado pubertad plena. En ese caso su padre recibía kiddushin -compromiso nupcial consagratorio- por ella. La joven, al alcanzar la pubertad plena podía ratificar o rectificar libremente la decisión de su padre. Si la rectificaba, amparándose en la ley de “miunin”, se convertía “memaenet”, quiere decir que revocaba decisión paterna.

De no ser así, la joven, que seguía viviendo el hogar paterno durante un período de transición de seis meses, ya era considerada esposa legal del hombre que había dado los kiddushim con la consiguiente exigencia de lealtad plena lisa y llana. De ser falseada esa lealtad, los transgresores soportarían el peso de la ley correspondiente.

La Toráh entiende que la virginidad es condición natural de esta relación. Por ello legisla con nitidez acerca de las posibles ofensas, calumnias y tergiversaciones que pudiesen aparecer.

Estos versículos han sido desarrollados principalmente en los tratados talmúdicos Ketubbot y Kiddushín.

La figura legal del transgresor de las leyes que aparecen entre los versículos 13y 19, lleva el nombre de “motsí shem rah -difamador-.

Versículo 17: “... Y EXTENDERAN LA PRENDA...”

Metáfora que indica que tendrán que presentarse testigos de ambas partes, hasta aclarar el y quedar todo ‘claro cual prenda inmacu1ada” (T.B. Ketubbot 46A). Versículo 19: “...NO PODRA DIVORCIAR. LA DURANTE TODOS SUS DIAS”.

“En el caso tratado en este pasaje de la Toráh, el esposo se ha comportado en forma vergonzosa respecto a su esposa, para forzar la anulación del matrimonio. La Toráh, entonces, le niega este derecho por siempre jamás. En la medida que de él dependa, esta mujer será su esposa para siempre. El no podrá deshacer el vínculo matrimonial sin el acuerdo previo de ella” (S.R.Hirsh).

Versículo 19: “...NO PODRA DIVORCIAR. LA DURANTE TODOS SUS DIAS’.

“En el caso tratado en este pasaje de la Toráh, el esposo se ha comportado en forma vergonzosa respecto a su esposa, para forzar la anulación del matrimonio. La Toráh, entonces, le niega este derecho por siempre jamás. En la medida que de él dependa, esta mujer será su esposa para siempre. El no podrá deshacer el vínculo matrimonial sin el acuerdo previo de ella” (S.R.Hirsh).

Versículo 23: “...Y LA HALLARE UN HOMBRE EN LA CIUDAD...”

Versículo 25: “EMPERO SI EN EL CAMPO HALLARE...”

Entre los versículos 23 y 27, la Toráh analiza los casos de violación o seducción de jóvenes desposadas.

Maimónides legisla considerando “seducción el caso en que la joven se aviene a la relación, y “coacción” cuando la relación es forzada. Agrega que cuando el hecho ocurre en un “campo”, lejos de un centro urbano, existe presunción de coacción del hombre sobre la mujer, a menos que hubiere testimonio fehaciente en contra. Mientras que si el hecho ocurriere en un centro urbano, existe la presunción de seducción mutua, a menos que surja un testimonio fehaciente en contra, como por ejemplo de que el hombre estuviere armado y amenazare a la mujer (Mishnéh Toráh Hiljot Naharáh Betuláh Cap.I halajot ly’2).