PARASHÁH: DEBARIM.

DEUTERONOMIO 1-3:22

CAPÍTULO 1

 

Versículo 1: “ESTAS SON LAS PALABRAS...”

Referencia a las palabras personales, reprimendas y amonestaciones que Moshéh dirige al pueblo de Israel, como parte de sus alocuciones de despedida previas a su desaparición física.”Estas palabras” no alude a las mitsvót -preceptos- que integran este quinto libro (Basado en Hizzekuni).

Abarbanel agrega que la Voluntad Divina había decretado que estas propias palabras de Moshéh fueran escritas en la Toráh y figuraran en el texto, imbuido de “rúah hakodesh” -Espíritu de Santidad-, que es un equivalente a la Revelación Divina. La misma Toráh testifica que estas son las propias palabras de Moshéh. Véase nuestro comentario a Éxodo 15:1.

Sin embargo, según el comentarista S.R.Hirsh, nuestro versículo haría referencia a todo el contenido del quinto libro.

Versículo 1: “...ALLENDE EL IARDEN...”

Este término puede hacer alusión indistintamente tanto ala ribera occidental como a la oriental del río Iarden Por lo tanto debe ser interpretado contextualmente. En nuestro versículo, sin lugar a dudas, hace referencia a las comarcas de la ribera oriental del Iardén -zona llamada mas tarde Transjordania- como lo prueba irrefutablemente el detalle de geografía a de la zona, denominada en este caso Heber Haiarden. Además véase el versículo 5: “allende el Tardón, en la tierra de Moab...”

Versículo 1: “...EN EL DESIERTO, EN LA LLANURA...”

Los comentaristas que adhieren al “Peshat” (método de comprensión literal y objetivo), entienden que la Toráh está delimitando con precisión el lugar donde Moshéh va a terminar su vida. Pero algunos de estos nombres geográficos no son identificables por no haber sido mencionados en Parashát Mas’he, (pasaje que enuncia todas las estaciones donde estuvieron los hijos de Israel durante la travesía del desierto). Segun Hizzekuni y anteriormente Rashbán, e Ibn Hezia, podría ser que estos lugares no identificados fueran conocidos por otros nombres: Ritmáh, Dibón Gad o Halmón Diblataima (Números 33: 19, 46). Pues ya hemos visto que el Monte Hermón es conocido por otros tres nombres adicionales. (Basado en Hizzekuni).

Rashi, basado a su vez en los midrashim, quiere ver en estos nombres no identificados, una alusión indirecta a las transgresiones cometidas por el pueblo de Israel durante la travesía del desierto. Esta interpretación midráshica había sido formulada con anterioridad por Onkelos, el traductor de la Toráh al arameo.

A modo de ejemplo: “Labán” (blanco) estaría haciendo alusión a la protesta del pueblo de Israel cuando se quejaban del man -que era blanco-. “Di-Zahab” aludiría al episodio del becerro de oro, y así sucesivamente.

De esta forma, este midrash está insinuando, en primer lugar, que no hay que pasar por alto o guardar silencio acerca de aquellas cosas negativas que perturban una relación; y, en segundo lugar, que hay que poder decir las cosas en forma suave, no lapidaria, y por sobre todo con palabras no hirientes, que pudieran destruir la relación antes que mejorarla.

A veces camuflamos nuestra “venganza” bajo la aparente voluntad de solamente “recordar el pasado”.

En conclusión agrega Rashi: “Moshéh habla alegóricamente de los errores del pasado, por respeto al pueblo de Israel”.

Versículo 2: “ONCE DÍAS DESDE HOREB”

“Parte de las palabras enunciadas en estos lugares, habían sido dichas durante la marcha de once días que hizo el pueblo desde que se alejaron de Horeb (Sinaí), hasta el envío de los exploradores desde Kadésh Barnéah (Números 13), pues desde el día que D’s. deere- Ui que esa generación no iba a entrar a la Tierra de Promisión (Números 14:27 y s.s.) hasta el inicio del cuadragésimo año (a partir de la salida de Egipto) no fue enunciada ninguna nueva mitsváh” (Hizzekuni).

Esta idea ya había sido enunciada con anterioridad por Ibn Hezra.

Versículos 3: “Y OCURRIO QUE EN EL AÑO CUARENTA...”

“Después de que había concluido de morir la generación del desierto” (Seforno).

Versículos 3: “EN EL UNDECIMO MES, EN EL DÍA UNO DEL MES...”

De acuerdo con la tradición rabí nica, basada en versículos de la Toráh y del libro de Iehoshúah, Moshéh había fallecido el día séptimo del duodécimo mes, -hoy llamado Adar- del calendario hebreo. Por lo tanto transcurrirían exactamente treinta y seis días desde que Moshéh inicia éstas, sus palabras, hasta el día de su muerte.

Versfcu1o3:”.QUE HABLO MOSHEH A LOS HIJOS DE ISRAEL...”

“A los que van a entrar a la Tierra de Promisión” (Seforno).

Versículo 3: “COMO TODO LO QUE HABIA ORDENADO ADONAI A EL - A ELLOS,”

“Les repitió absolutamente toda la Toráh, hasta este momento inclusive” (Sefomo).

Versículo 4: “DESPUES QUE EL HUBO BATIDO A SIHON...”

“Y esto lo hizo después que ellos hubieron logrado cierto reposo en una tierra habitada” (Sefomo).

Rashi nos recuerda que no se puede reprender a alguien -en este caso al pueblo de Israel- sin haberle da- donada positivo con anterioridad.

Moshéh va a tratar de llamar la atención a su pueblo, pidiéndole una mejor conducta para el futuro, solamente después de haberles hecho llegar a una región de la Tierra de Promisión, la que había pertenecido a los Emoritas ya los Moabitas. Efectivamente, en esas comarcas ya se habían asentado las tribus de Gad, Reubén y parte de la tribu de Menashéh (véase Números 32).

Cabe recordar que de alguna manera se inicia el proceso de la llegada a la Tierra de Promisión, columna vertebral del mensaje de Moshéh a los hijos de Israel, mientras aún estaban esclavizados en la tierra de Egipto (véase Éxodo 3:17).

Además sería imposible que Moshéh no pudiera ver con sus propios ojos el cumplimiento de la promesa de D’s., de la que tanta fuerza y esperanza había extraído durante la larga y penosa travesía del desierto. La generación de los hombres a quienes Moshéh había llevado su mensaje de asentamiento en la Tierra de Promisión había dejado su vida en el desierto. Por eso tal vez, en mi modesta opinión, las dos tribus y media que piden asentarse en las tierras de la ribera oriental del Iardén, no son más que el instrumento de la Divinidad para que Moshéh pudiera gozar -por el cumplimiento parcial del mensaje divino tan anhelado por él.

Posiblemente las enigmáticas palabras que componen la bendición de Moshéh a la tribu de Gad –asentada en esas comarcas- reflejen parte de su aspiración, lograda al ver el asentamiento de esta tribu (véase Deuteronomio 33:20 y 21).

Versículos 5: “...QUISO MOSHEH EXPLICAR...”

“Y he aquí que Moshéh empezó a explicar a los hijos que habían nacido en el desierto lo que había acontecido a sus padres, y les dijo todos los preceptos, y también el Decálogo, que habían oído sus padres por Revelación Divina, para que los escuchen, ellos también, de boca del mensajero fiel (Ibn Hezra).

Rambán agrega que estas palabras hacen alusión a las mitsvot ya enunciadas y que Moshéh repite para explicarlas y para introducirles algunas innovaciones. “Quiso Moshéh”: Moshéh, de su propia voluntad, creyó conveniente hacerlo, aun que no le había sido ordenado por D’s.

Empero más tarde, cuando Adonai le ordenó escribir toda la Toráh en un “Sefer” (que traducimos “ספר”), le dijo cómo escribir las palabras estas también, y Moshéh Rabbenu las enunció, letra por letra, y las escribió sobre el rollo, y no existe diferencia alguna en este aspecto entre los cuatro libros anteriores del Pentateuco y éste basado en el lTB.Babá Batrá 15 A, y en el libro Keli Hemdáh, Debarím 4 A y B).

Versículos 5: “...EXPLICAR LA TORAH.”

Según Rashi, basado en el midrash Tanhumáh, Moshéh había explicado la Toráh “en setenta lenguas”.

En mi opinión, y teniendo en cuenta que, en la literatura rabínica, el concepto “setenta lenguas” suele hacer alusión a las lenguas habladas por los pueblas a mundo conocido a la sazón, creo entender que Moshéh quiere que el mensaje esencial de la Toráh llegue, su universalidad, a todos los seres humanos.

Además, ¿no será esto una visión profética de el parcimiento de los hijos de Israel por los cuatro puntos cardinales, y que deberán conocer la Toráh (de D’s.) cualquiera de las setenta lenguas habladas en las tierras de su dispersión?

Es importante notar que el autor de Minháh Belulah opina que esto hace referencia a: “Las cosas que se han innovado en este libro respecto a los preceptos de la Toráh, y nuestros sabios, de bendita memoria, han enseñado: que Moshéh ha explicado “dikduké mitsvot”, -la precisión analítica del concepto de cada mitsváh - probable alusión a los trece principios de hermenéutica mediante los cuales se interpreta la Toráh”.

En mi opinión, el autor de Mináh Beluláh establece aquí la conexión entre Toráh “she-bijtab” -la Escritura- y Toráh “she- behalpéh” -la Tradición Oral-, y sus sistemas interpretativos. Uno de estos sistemas es llamado Shelosh Hesréh Middot shel Rabbi Ishmahel, o sea las trece leyes de hermenéutica enunciadas en el Talmud por Rabbí Ishmahel. Estas leyes incluyen elementos interpretativos como la analogía, la inducción, la deducción, entre otros.

Representan la estructura lógica sobre la cual se desarrollará el pensamiento talmúdica. La tradición rabínica reivindica permanentemente las raíces mosaicas de este sistema de pensamiento con sus reglas transmitidas de maestro a discípulo a través de las generaciones. Finalmente, el texto de estas trece leyes de hermenéutica que figura en el midrash Sifrá ha sido incorporado a la tefiláh de Shaharit -oración matutina- y se lee- todos los días del año.

Versículo 6: “ADONAI NUESTRO D’S

Moshéh inaugura de esta forma una serie de alocuciones dirigidas a hacer recordar las enseñanzas de la Toráh a la joven generación nacida en el desierto, generación de la continuidad, que deberá obedecerlas y cumplirlas.

Moshéh resume la historia de los cuarenta años en el desierto, a partir de la Revelación Divina en Horeb

- Sinai.

Según el autor deTseror Hanunor, Moshéh emplea el Tetragrama seguido del concepto “Elohenu”, “nuestro D’s.”. para indicarnos que en el inicio de la travesía del desierto, en ocasión de la entrega de la Toráh en Sinai, los hijos de Israel estaban unidos y adheridos a D’s.,sin ninguna reserva mental, escisión o divergencia. Y ese es el significado de “Adonai nuestro D’s.”, queriendo decir Moshéh a Israel: “Mi D’s. y tu D’s., por igual”.

Versículo 6: “...EN HOREB…”

Según Ibn Hezra, Horeb, que significa “sequía o zona seca”, es uno de los dos nombres del Monte Sinai. Rashbám sostiene, sin embargo, que Horeb era el nombre de la zona aledaña al Monte Sinai, en el que D’s. deseó revelarSe, y por ello todo el desierto será llamado Midbar Sinai, el “desierto de la montaña de Sinai”.

Versículo 6:”...DEMASIADO...PARA VOSOTROS, PERMANECER EN ESTA MONTAÑA”.

Amén del sentido literal y basándose en los midrashím, Rashi interpreta la palabra “rab” (que traducimos: demasiado) como queriendo significar: “Es mucha la grandeza que habéis recibido por vuestra estadía en esta montaña: habéis erigido el Mishcán-Tabernáculo-, habéis confeccionado la Menoráh - Candelabro- y los utensilios sacros, habéis recibido la Toráh y habéis designado a los hombres del Sanhedim: jefes de millares y jefes de centenas”.

En otras palabras, la primera etapa de lo que había sido la finalidad de la salida de Egipto; ya ha sido cumplida. (Véase Exodo 3:12). Los hijos de Israel, al recibir la Toráh, han dejado de ser esclavos de Parhóh para convertirse en servidores de D’s.

Al recibir la Toráh y sus múltiples enseñanzas y al erigir el Mishcán con sus elementos reales cargados de simbolismo, el pueblo de Israel ya está debidamente “pertrechado” para iniciar una vida de pueblo libre en la Tierra de Promisión, de acuerdo con las leyes y enseñanzas de la Toráh, Según Rambán el versículo 7 que reza “Trasladaos!...”, conforma una mitsváh -precepto- y ya no una promesa como anteriormente.

Versículo 7: “TRASLADAOS! …HASTA EL RIO GRANDE, EL RIO PERAT”’.

Moshéh establece con precisión, desde un principio, los límites del país que pertenecerá a los hijos de Israel. El país contenido en estos límites es, en realidad, más amplio que el que han recibido los hijos de Israel, ya que incluye todo el territorio de Transjordania, hasta la ribera del río Eufrates. En realidad las tribus de Israel habían anexado solamente parte de dicho territorio (véase Números 32).

De acuerdo con nuestra tradición, este cambio se habría producido después del episodio de los exploradores, (véase Números 14), mencionado por Moshéh en Deuteronomio 1:34 y ss.

Nuestra tradición también afirma que en un futuro por venir, el territorio de la Tierra de Promisión se ampliará y abarcará los territorios de Edom, de Moab y de Hammon (Isaías 11:14).

Versiculo 8: “...QUE RABIA PROMETIDO ADONAI...”

El versículo se inicia con la Palabra de D’s. directa al pueblo: “...He dado ante vosotros...”; luego aparecerá en forma indirecta, usando el lenguaje recóndito. Lo mismo ocurre en Exodo 24:1 (basado ea Rasnbán y R.D.Z. Hoffman).

Versículo 8: “...PARA DAR A ELLOS Y A SU DESCENDENCIA EN POS DE ELLOS”.

Rabbenu Behayéh, basado en el Midrash Ialkut Shimhoni, quiere ver en este versículo tres etapas históricas del asentamiento del pueblo de Israel en la Tieira de Promisión, a saber: a) los hijos de la generación saudade Egipto; b) los hijos de Israel que retomaron del cautiverio de Babilonia; c) la tercera y definitiva, que ocurrirá en los días mesiánicos, cuando “todo” el pueblo de Israel vuelva a asentarse en la Tierra de Promisión.

Algunos líderes espirituales contemporáneos ven en el renaciente Estado de Israel, Jiii’ra JI’H 1 l1’ 14 “reshit tsemiját gueulatenu”, el comienzo del crecimiento de nuestra redención, que culminará con el asentamiento total y definitivo de nuestro pueblo en nuestra tierra.

Versículo 9: “...EN AQUEL TIEMPO DICIENDO...”.

Referencia al período en el cual estuvieron acampados en el Monte Horeb, corno reza el versículo 6.

Según Rambán, Moshéh está recordando aquí el consejo de su suegro Itró (véase Éxodo 18:17 y ss., y nuestros amplios comentarios al respecto). De todas formas se trata de un episodio acontecido antes de la entrega de la Toráh. Esta opinión está sustentada en T.B. Zebal1ím 116 A. Por lo tanto “en aquel tiempo” quiere decir “mientras permanecíamos en Horeb”, pero Moshéh lo menciona aquí queriendo decir ya habíamos recibido la Toráh y teníamos los jueces y alguaciles para juzgaros y para conduciros. Por lo tanto ya estábamos listos y aprestados para venir a la Tierra. Nos desplazamos desde Horeb, organizados y con nuestros estandartes4 dirigidos por nuestros jueces y ancianos. Empero os acercasteis entonces a mí todos vosotros: vuestros sabios, vuestros jefes, pidiéndome “exploradores” y todo el proyecto se malogró (basado en Ranibán).

Versículo 9: “...NO VOY A PODER..)’

Si bien esta misma terminología figura en Números 11:14, aquí hace referencia al consejo de Rió a Moshéh antes de la entrega de la Toráh (véase Éxodo 18:17 y ss.). Moshéh no considera necesario repetir aquí, analíticamente, el consejo de Itró (D.Z. Hoffman).

Versículo 10: “ADONAI, VUESTRO D’S. OS HA MULTIPLICADO...”

Según Ibn Hezra, comentado por Iahel Or, es una referencia al gran incremento de los hijos de Israel, a partir de un grupo de setenta almas a la salida de Egipto (véase Deuteronomio 10:22). hasta “seiscientos mil hombres a pie, aparte de los infantes...” (Véase Exodo 12:37).

Versículo 10: “...Y HE AQUI QUE VOSOTROS SOIS HOY, CUAL ESTRELLAS DEL CIELO EN PROFUSION.”

Cuando Moshéhpronunciabaestas palabras, los hijos de Israel no eran más que seiscientos mil hombres (entre veinte y cincuenta años); por lo tanto deben ser interpretadas simbólicamente, queriendo significan he aquí que vosotros sois comparados en este día, existentes para la eternidad, como el sol, la luna y las estrellas (Rashi).

La historia del pueblo judío da fe y acredita esta afirmación histórica. Pues a pesar de todos los “desiertos” que hemos tenido que cruzar y de todos los adversarios que, como Hamalek, nos han atacado arteramente por nuestra retaguardia, el pueblo judío sigue existiendo e inspirando con su mensaje monoteísta a la mayoría de los pueblos civilizados de la humanidad, sin abjurar de su lealtad ni de su unicidad.

Es más, el autor de Minháh Beluláh nos habla de aquellos que son: “los entendidos y los que buscan con justicia a los muchos, que brillarán como el esplendor del cielo, y como las estrellas, por la eternidad”.

Se trata de una paráfrasis de Daniel 12:3, se compara al pueblo de Israel a las estrellas, no por su námero sino por estar al servicio de los valores que D’s. nos ha infundido, siendo uno de ellos labúsqueda de lajusticia para los muchos.

Versículo 11: “ADONAI, D’S. DE VUESTROS PATRIARCAS AÑADA SOBRE VOSOTROS...”

Tras mencionar el incremento notable del pueblo de Israel, Moshéh va a decir que no pudo soportar “las impertinencias & este pueblo”. Por ello cree oportuno aclarar que no se siente molesto por el incremento notable del pueblo, aquien ha cuidado “como el ayo al lactante, como el pastor a sus ovejas”. Invoca para él, todas las bendiciones de D’s. a los patriarcas respecto a su descendencia (D.Z. Hoffman).

Versículo 12: “...VUESTRA MOLESTIA...”

La molestia de “hacer comprender inteligentemente las mitsvot a hombres necios” (Iba Hezra).

Versículo 12: “...VUESTRA PESADEZ...”

Referencia al episodio narrado en Números 11:11, cuando frente al pedido insistente de” carne y agua” que el pueblo le formula, Moshéh se lamenta ante D’s., diciendo: “Por qué has obrado el mal para Tu servidor, y por qué no he hallado gracia ante Tus ojos, para poner la carga de todo este pueblo sobre mi?” (Basado en Ibn Hezra).

Versículo 12: “...VUESTRO PLEITEAR?”.

“El uno con el otro”. (Ibn Hezra).

Basándonos en esta opinión, traducimos la palabra hebrea “ribejem” como verbo y no como sustantivo.

Versículo 13: “TRAED PARA VOSOTROS...”

Alusión al consejo de Itró a Moshéh, su yerno (véase Éxodo 18:13- 26).

Aunque Itró fue el iniciador de la idea, aquí, en Deuteronomio 1:13, Moshéh obvia esos detalles, recordando lo esencial del hecho.

Rashi nos recuerda las siete cualidades que estos hombres debían tener para acceder al cargo: “Ser hombres de virtud, temerosos de Elohim, amantes de la verdad, que aborrecen el lucro mal habido, sabios, inteligentes y conocidos”.

En una interpretación midráshica, Rashi considera

-basándose en el versículo 15 de nuestro capítulo- que Moshéh no pudo hallar hombres inteligentes! Este midrash quiere insinuar que la sabiduría no siempre confiere el don de saber convivir. Lamentablemente es frecuente descubrir el fracaso de hombres “sabios y conocidos” que no actúan con inteligencia. La sabiduría que no va acompañada del actuar con inteligencia, se asemejaría, en el mundo del símbolo, a la persona que siembra y no cosecha.

Abarbanel, comentando el versículo 15. dice que es difícil encontrar aquella persona que sea “sabio ente- odas e inteligente en acciones”. Cita como ejemplo de esa personalidad tan poco frecuente a Betsalel, el artista designado por D’s. para confeccionar los objetos y utensilios sacros cuando se le ordenó a Moshéh erigir el Mishcán -Tabernáculo-.

Respecto a Betsalel dice la Toráh: “Y lo he colina- do con espíritu de Elohím: con sabiduría, con inteligencia y con conocimiento...” (Exodo 31:3).

Versículo 13: “...Y CONOCIDOS...”

“Que sean conocidos por vosotros, porque si viniera ante mí -dice Moshéh- recubierto con su talet yo no sabría quién es, ni de qué tribu, ni si es adecuado o no; empero vosotros los sabéis distinguir porque los habéis criado y engrandecido...por eso dice el versículo: y conocidos de vuestras tribus” (Rashi).

Versículo 15: “.JEFES DE MILLARES...”

Véase nuestro comentario a Éxodo 18:21,

Versículo 16: “...JUZGAD CON EQUIDAD...”

Aquí aparecen dos conceptos cardinales del derecho bíblico y por ende rabínico: “mishpat” משפט y “tsedek” צדק juicio y equidad-. De acuerdo con el comentado de S.R. Hirsh, “mishpat” - juicio- significa el ordenamiento justo de las relaciones entre personas y sus “objetos”, o sea la realización de la justicia en el orden de las cosas mundanas. Pero el versículo dice: “juzgad con equidad”: “Busca la equidad del juicio y después pronuncia el fallo” (LB. Sanhedrín 7B). El juez debe, en primer lugar, resumir en su mente la definición resultante de la aplicación de la equidad en el caso considerado, y luego expresarlo minuciosamente. Por lo tanto “mishpat” -juicio- no es sino “tsedek” -equidad- concretado en el hecho juzgado.

El judaísmo no concibe ni acepta la instancia que juzga disociando entre ambos conceptos. Si no ha habido “tsedek” - equidad- no se ha hecho “mishpat”

-juicio-.

Versículo 16: ...ESCUCHAR ENTRE VUESTROS HERMANOS...”

El juez de Israel no deberá tomar declaración por separado a los litigantes, sino que todos estarán presentes cuando el juez escuche sus alegatos.

Por otra parte le queda vedado al litigante tratar de exponer sus argumentos y alegatos con antelación a la sesión formal del juicio, para tratar de influenciar o impactar al juez, que no es “su” juez, sino el juez del caso en cuestión.

Versículo 16: “...ENTRE HOMBRE Y ENTRE SU HERMANO Y ENTRE SU EXTRANJERO”.

No hay diferencia ni distinción entre el caso de litigio entre dos judíos de nacimiento, o entre un judío de nacimiento y un prosélito, de procedencia extranjera. Cuando el prosélito ingresa a la comunidad de fe del pueblo de Israel, se convierte inmediatamente en “gueró” -su prosélito-, miembro con igualdad de derechos (S.R.Hirsh).

Esta ley ya ha sido expresada por la Toráh en otras oportunidades. Véase Levítico 24:22: “Una ley habrá para vosotros, el extranjero como el nativo habrá de ser; ya que Yo Soy Adonai vuestro D’s.”.

Versículo 17: “NO HABREIS DE SER CONDESCEND LENTES, CON CONOCIDOS, EN EL JUICIO...”

El Midrash Sifri entiende que esta advertencia está dirigida a la autoridad que designa a los jueces. “No se te ocurra pensar y digas: el señor fulano es lindo o fuerte o políglota y por lo tanto lo voy a designar como juez; si haces esto ¡va a resultar que tú vas a declarar inocente al culpable y vas a declarar culpable al inocente! No porque la persona designada sea mata, ¡sino porque simplemente no sabe...”. Las cualidades citadas por el midrash no deben ser tomadas como parámetro para la designación de un juez. Este, en primer lugar, debe conocer y dominar el derecho desde su comienzo hasta su final. Hay que disociar la figura del poder y la riqueza, de la del sabio y el piadoso. Las comunidades que no distinguen en sus conductores espirituales lo belio de lo sabio, lo impactante de lo auténtico, están violando descaradamente la Toráh del pueblo de Israel.

Por otra parte, en Deuteronomio 16:19, la Toráh previene también a los jueces de no incurrir en estos mismos entres, favoreciendo a los litigantes según su imagen externa de belleza o de poder.

Versículo 17: “...TANTO AL PEQUEÑO COMO AL GRANDE...”

Referencia a las personas (pequeñas o grandes, débiles o poderosas) pero también a los casos en cuestión:

Ya que el juez deberá prestar atención y dedicación a todo litigio, sean cuales fueren las sumas de dinero en juego; para todo litigante su causa es importante de momento que entabló juicio. En lamente del juez debe privar el sentido de equidad que regulará las relaciones entre los seres humanos, evitando que se produzcan frustraciones perniciosas, fuente de rencor y odio de consecuencias imprevisibles.

Versículo 18: “Y ORDENE A VOSOTROS EN AQUEL TIEMPO TODAS LAS COSAS QUE HABRIAIS DE HACER”

En los versículos 16y17 Moshéh se está refiriendo a los jueces del pueblo de Israel; aquí recalca que él sigue siendo el maestro. Moshéh designó a estos hombres para asistirlo como jueces, pero seguirá siendo Rabbenu -nuestro maestro- (Rambán).

No obstante Rashi, basado en el Midrash Sifrí, entiende que el versículo sigue haciendo referencia a los jueces designados, a quienes Moshéh transmitirá las diez leyes que distinguen el derecho civil del derecho penal (Véase T.B. Sanhedrín MA).

Versículo 19: “...EL GRANDE Y EL TEMJBLE,..”

Referencia al desierto de Parán, descripto en Deuteronomio 8:15: “El que te ha conducido por el desierto grande y temible: culebras, serpientes abrasadoras y escorpiones, tierra de sed: donde no hay agua; el que te sacó agua de la roca del pedernal”. Esta marcha de once días a través del desierto constituyó el preludio de la conquista de la Tierra de Promisión.

Parecería que para alcanzar la cumbre de nuestras aspiraciones, debemos cruzar antes “desiertos”, épocas de dificultades o de esterilidad creativa.

El judío debe comprender, que esos esfuerzos son parte de la vida y por lo tanto aceptarlos, enfrentarlos y superarlos. Desde la cumbre divisaremos la Tierra de Promisión. Lamentablemente algunos pensamos que

la cumbre es la meta y desdeñamos la Tierra de Promisión. La continuación de este capítulo presentará el debate -desigual- entre quienes quieren permanecer en la cumbre - aunque sea en el desierto- y quienes ven en las cumbres “los abismos de la existencia” que hay que abandonar para seguir avanzando por “derej hamelej” דרך  המלך -la senda real- el camino llano que conduce a la esencia de la vida.

Versículo 20: “…HASTA LA MONTAÑA DEL EMORI”

El Emorí era el pueblo más importante de la tierra de Quenahán. Estaba asentado en la montaña, y ahora había llegado el momento de salir a conquistar aquella zona de la ribera occidental del río Tarden.

Versículo 21: “MIRA...ANTE TI...TOMA POSESION...”

De ninguna manera se está pidiendo al pueblo aprestos militares, sino más bien que vislumbre que el ingreso a la Tierra de Promisión no responde a estrategias o tácticas militares. Se trata de la concreción de una promesa generada en los albores de la historia de nuestro pueblo, en los días de los patriarcas, cuando el pueblo todavía no había sido llamado a la existencia.

Nahmánides sugiere que, los habitantes de la tierra de Quenahán ya habían sido derrotados, en el mundo de los símbolos; sólo falta que los hijos de Israel lo perciban.

En efecto, la corrupción y las abominables costumbres de los pueblos paganos ya los habían corroído destruyendo sus órganos más sensibles; por lo tanto su vida ya era insostenible. “La tierra se había mancillado e hice caer su iniquidad sobre ella y vomitó la tierra sus habitantes” (Levítico 18:25). Véase también Deuteronomio 9:5: “...Pues por la perversidad de estos pueblos Adonai, tu D’s., los destierra, y para cumplir la palabra que ha prometido Adonai a tus patriarcas: a Abraham. a Itshák y a Iahacób”

Versículo 22: “...ENVJEMOS HOMBRES...”

Referencia al episodio de los “exploradores”, relatado ampliamente en Números 13 y 14. Véase nuestro comentario a Números 13:2.

Versículo 22: “...LAS CIUDADES DONDE DEBEREMOS VENIR, A ELLAS”.

Querían saber por qué zona del país debería empezar el ingreso, y cuáles eran las primeras ciudades a conquistar (Rashi e Ibn Hezra).

Versículo 22: “...TODOS VOSOTROS...”

Versículo 23: “ME PARECIO BIEN LA COSA,..”

“Ya que lodos vosotros os habíais puesto de acuerdo” (Ibn Hezra).

Aquí vemos patentemente el aprecio y el respeto de Moshéh por la opinión de todos. Resulta anacrónico hablar de democracia en la época de Moshéh, pero ¿Llegará el día en que los líderes democráticos puedan aceptar la opinión de otros, aunque no sea de su agrado?

Naliménides agrega que esto había sido del agrado de Moshéh, pero no de D’s.

Versículo 24: “...Y LA EXPLORARON”.

“Quiere decir que la recorrieron paso a paso. El objetivo del caminante se logra cuando llega al destino deseado; mientras que el del explorador se logra con cada paso que da, ya que su deseo es conocer la tierra por la cual está transitando” (S.R.Hirsh).

Tal vez debamos extraer de allí una forma de vida, pues en ella deberemos transitar “paso a paso” reconociendo el “terreno” transitado; para no ser sorprendidos al llegar a destino, que se compone de la suma de los pasos dados en la dirección correcta.

Versículo 25: “...ES BUENA LA TTERRA...”

Hubo consenso entre todos los exploradores en cuanto a la fertilidad de la tierra; los frutos que trajeron consigo lo confirmaban. El resto del informe testimoniaba la impresión subjetiva que la “calla gigantesca” de los pobladores había causado sobre aquellos exploradores de fe empequeñecida.

Si el pueblo hubiera estado predispuesto espiritualmente, hubiera escuchado solamente el informe “objetivo”. E) resto hubiera quedado en el mundo de lo fantasioso e irreal, propio del subjetivismo (basado en S.R.Hirsh).

Versículo 26: “PERO NO HABEIS QUERIDO ASCENDER...”

Rambán entiende que Moshéh Rabbenu en su relato de este episodio -en el libro Deuteronomio- no quiere recordar el mal comportamiento unos pocos”; en cambio sí recalca el error del pueblo en su conjunto y su reacción negativa en este episodio.

Según Hoffman, cuando Moshéh dice: “Pero no habéis querido ascender”, quiere significar “no teníais la voluntad de aceptar las palabras de D”s.. De no existir el miedo que os infundieron los exploradores, seguramente habríais buscado otro pretexto para desobedecer a D’s.”.

A veces en nuestras vidas empleamos energía y tiempo para buscar y encontrar aquel pretexto que nos haga tomar decisiones acordes a nuestra falta de voluntad. El arte de vivir radica en la capacidad de encontrar una razón para hacer las cosas, antes que un pretexto para dejar de hacerlas.

En definitiva, Moshéh no entrará en ese “mecanismo pernicioso” de la mente de esos hombres. Al decir:

“Yos habéis querellado en vuestras tiendas”; quiere insinuar que han incurrido en “lashón harah”, el chisme y la difamación.

Versículo 27: “.SOR EL ODIO DE ADONAI CONTRA NOSOTROS...”

Aquí vemos la demencia de la blasfemia llevada a su punto ma extremo. ¡Cómo D’s., que libera a Israel de la esclavitud y de la tiranía de los egipcios, podría odiar a los hijos de Israel?? Rashi acota que cualquier actitud, aún demencial, contiene su propia lógica, y cita un proverbio popular en su apoyo: “Lo que hay ente corazón acerca de tu amado, es lo que piensas que hay en su corazón acerca de ti”. A veces atribuimos al otro el sentimiento que en realidad nosotros mismos profesamos hacia él,

Versículo 31: “...COMO ALZA EL HOMBRE A SU HIJO...”

Según Rashi, referencia a Éxodo 14:19: “Se desplazó el Emisario de Elohím, el que estaba yendo al frente del campamento de Israel, y fue y se puso detrás de ellos. Se trasladó la columna de nubes de delante de ellos y se puso detrás de ellos”. En el versículo subsiguiente. Rashi nos refiere la parábola del rey que, caminando con su hijo por una zona de riesgo, lo protege permanentemente, interponiéndose entre su hijo y los peligros.

Versículo 32: “Y EN ESTA PALABRA...”

“D’s. os asegura conduciros hasta la Tierra de Promisión, pero vosotros no creéis en El” (Rashi).

Versículo 34: “...EL SONIDO DE VUESTRAS PALABRAS...”

Versículo 35: “...LA GENERACIÓN MALA ESTA, LA TIERRA BUENA...”

El autor de Minháh Beluláh sugiere que el pueblo no había proferido palabras para escuchar, sino más bien un tumulto y un balbuceo de vocablos sin sentido. Por eso la Toráh menciona קול דבריכם “kol dibrejem” -el sonido de vuestras palabras- y no las palabras mismas, Además-agrega este exegeta Ds. Hará cumplir el deseo equivocado y negativo de estos hombres.

En efecto, la “generación mala” no ingresará a la “tierra buena”; pues el hombre corrompe la naturaleza de la tierra, y no ala inversa. Habrá que esperar que desaparezca esta generación y surja otra que merezca habitar la tierra buena.

Versículo 35: “NO HABRÁ DE VER HOMBRE ALGUNO...”

Hoffman señala que la generación del desierto ni siquiera podrá ver con sus ojos la Tierra de Promisión. Moshéh, quien tampoco entrará ala tierra de Promisión como consecuencia del episodio de las aguas de Meribá (Véase Números 20), podrá sin embargo contemplarla con sus propios ojos, en visión abarcativa de todos los límites territoriales. Así leemos en Deuteronomio 34:1 y s.s. “...Y le hizo Adonai contemplar toda la tierra…”.

Versículo 36: “EXCEPTO CALEB...”

Iehoshúah, compañero solidario de Caleb en esta situación, no es mencionado ya que, por haber sido el asistente de Moshéh desde su juventud, será asignado para la conducción del pueblo después de su desaparición física (véase nuestro amplio comentario a este tema en Números 14:24).

Hizzekuni advierte que el versículo 37 señala que Moshéh sufrió una doble consecuencia por las quejas y el comportamiento del pueblo en el episodio de las aguas de Meribá además de serle vedada la entrada a la tierra de Promisión, “se me retiró la autoridad y le fue concedida a Iehoshúah”.

Versículo 36: "..LE DARÉ LA TIERRA -LA QUE EL HA PISADO EN ELLA...”

Véase Iehoshúah 14:9.

Versículo 37: “...POR CAUSA DE VOSOTROS...”

El salmista ha plasmado así esta idea con referencia a este suceso: “Pues ellos (Lo) exacerbaron en las aguas de Meribá y se hizo el mal a Moshéh por causa de ellos”.

Versículo 38: “...EL QUE ESTA FIRME DELANTE DE TI...”

El que te asiste (Ibn Hezra).

Versículo 39: “...Y VUESTROS HIJOS, QUE NO CONOCEN HOY EL BIEN Y EL MAL…"

Referencia a los jóvenes menores de veinte años, no afectados por el castigo infligido ala generación del desierto.

El concepto “conocimiento del bien y del mal” define la actitud de madurez para la decisión moral; solamente después de haberla alcanzado, se inicia la edad de la responsabilidad plena por nuestros hechos ante D’s.. Los sabios del Talmud nos han enseñado que la edad en la cual nuestros hijos pueden recibir nuestra influencia moral se inicia a los 16 años y concluye a los 22; otra opinión la sitúa entre los 18 y 24 años. (T.B. Kiddushim 3O A).

Rashi comenta que los hijos menores de 16 años no tienen la suficiente madurez para recibir “tantas reprimendas”, y por lo tanto: “No le hagas sentir el peso de castigos o reprimendas, ni tampoco lo hagas cuando tu hijo tenga más de 22 años; pues a partir de esta edad hay que temer, no sea que vaya a cocear...y este comentario es esencial”

 

Versículo 41: “...HEMOS ERRADO…NOSOTROS VAMOS A ASCENDER…”

Tanto Hoffman como S.R. Hirsh dudan de la sinceridad de esta declaración. Hirsh observa que el pueblo está simplemente cambiando de actitud negativa, ya que momentos antes habían perdido la esperanza de conquistar la tierra, aún con la ayuda de D’s… Ahora proponen hacerlo sin Su ayuda, amparados en sus armas y elementos bélicos.

En síntesis, no siempre que las personas confiesan “hemos errado” deponen su actitud, sometiéndose a la verdad. Muchas veces deponemos actitudes negativas, para asumir otras aún más desafiantes. Como resultado final: “...pero no escuchó Adonai vuestra voz ni os prestó oídos a vosotros” (vers. 45).

Versículo 44: “SALTO EL EMORI...”

En Números 14:45 la Toráh menciona al pueblo Quenahaní y al Hamalekí -pueblo este nómade que a la sazón se hallaba junto a él-; mientras que en nuestro versículo habla sólo del Emorí. Ello induce a Ibn Hezra a afirmar en Números 14:25, que Quenahaní y Emorí eran pueblos hermanos, denominados con ambos nombres simultáneamente. Véase además Deuteronomio 1:7, donde el nombre Emorí constituye una denominación genérica para los habitantes de Quenahán.

Versículo 44: “.COMO LO SUELEN HACER LAS ABEJAS...”

Rashi, basado en el Midrash Tanhumáh, explica que cuando los Quenahaním atacaban a los hijos de Israel, morían y sufrían bajas, así como las abejas dejan de existir inmediatamente después de picar a una persona.

Rabbenu Beayéh por su parte, compara este enemigo de Israel con un enjambre de abejas: “Pues todo el que se atreve a tocar sus columnas, corre serios riesgos”.

Versículo 44: “...HASTA HORMAH”

Puede significar el nombre de un lugar o el infinitivo del verbo “destruir”, en cuyo caso significaría que los enemigos de Israel los derrotaron, hasta causarles una destrucción (Iba Hezra).

Esta interpretación resolvería todas las preguntas suscitadas en tomo al emplazamiento de Hormáh. Este no sería el nombre propio de un lugar, sino la descripción del lugar donde se sufre una derrota militar, con la consiguiente destrucción de los emplazamientos (Vda. se nuestro comentario a Números 14:41).

Versículo 46: “PERMANECISTEIS EN KADESH MUCHOS DIAS...”

“Vosotros sabéis los muchos días que hemos permanecido ahí” (Hizzekuni),

Según este comentarista, Moshéh no quiere recordar en detalle el largo y tedioso período en Kadésh, y por eso no cita ningún número de silos.

Rashi, basado en fuentes anteriores a él, divide la duración de la estadía en el desierto, de treinta y ocho años (Deuteronomio 2:14), en dos períodos, a saber:

a) diecinueve años en Kadésh, y b) los diecinueve restantes vagando por el desierto. Por eso el versículo dice: “Permanecisteis en Kadésh muchos días -como los días que habéis permanecido...” vagando por el desierto.