CAPÍTULO 10
32 “ESTAS SON LAS FAMILIAS DE LOS DESCENDIENTES DE NOAH, SEGÚN SUS LINAJES, EN SUS NACIONES Y DE ÉSTOS SE RAMIFICARON LAS NACIONES EN LA TIERRA, DESPUÉS DEL DILUVIO.” En realidad, lo natural es que la existencia de numerosas personas, familias y grupos humanos tiendan a ramificarse y a expandirse por toda la tierra creada por D’s para el ser humano, tal como dice el versículo en Génesis 1:28: “...fructificaos y multiplicaos, llenad la tierra y conquistadla...”
Este plan Divino no podrá ser interrumpido por ningún grupo humano, pues en la diversidad encontraremos la riqueza de la humanidad, no en grupos herméticos e intolerantes frente a la creatividad de los otros hombres.
Por eso creo que este versículo es el real preludio al relato de “la ciudad de Babel y su torre” que pretendió ser, entre otras cosas, una interrupción brusca de este plan Divino.
De no entenderlo así este versículo sería anacrónico, ya que es el capítulo 11 el que nos habla de la dispersión forzosa de los hombres. Por eso habremos de distinguir entre la ramificación natural de los grupos humanos y la dispersión forzosa de los mismos cuando se oponen al desarrollo y crecimiento naturales de la humanidad.